De Ejjjpaña. Nada más y nada menos. El señor Sáenz de Ynestrillas, ultraderechista, que anda entrando y saliendo de cárceles y juzgados por diversos motivos, hijo de un capitán golpista, asesinado luego por ETA, tiene un blog que se llama La batalla de las ideas. Batallas no sé, pero ideas verán pocas quienes visiten el blog, y todas más o menos la misma. El escudo franquista no lo trae él, que tiene poco interés por la imagen evocativa, figurativa, alegórica o lo que sea. El autor tiende a la iconoclastia en el sentido más técnico del término y prefiere la oratoria, porque larga cantidad. El escudo lo pongo yo en honor a los viejos tiempos, qué caramba. Menuda orgía rojigualda. El único color discrepante, el negro. Premonitorio.
En su blog, el señor Sáenz de Ynestrillas se despacha a gusto contra lo que podríamos llamar, para entendernos, "el orden constituido" en su sentido más amplio, empezando por los partidos y terminando por el Parlamento, sin olvidar a la policía. Creo que lo único que salva de sus diatribas es el ejército, lo que parece lógico, cuenta habida de su procedencia. En verdad, no deja títere con cabeza, dedicando especial atención al Rey, al que obsequia con el siguiente parrafito:
"¡Ah!, y el Rey, ese subnormal genético, que se supone que debe garantizar todos esos derechos pero, sobre todo, la unidad de España y la de todos sus hombres y sus tierras, ese sí que debe estar contento, pues tras consumar su traición a una Nación y a un pueblo, ha permitido todo lo que está ocurriendo, como el asesinato -que el sancionó con su firma de borracho- de 80.000 niños al año aún en el seno de sus madres, la eutanasia pasiva y la legalización de los matrimonios homosexuales."
Suena un poco fuerte, ¿no? He visto que en el InSurGente, donde tenemos montada una divertida bronca sobre quién es más de izquierdas que quién, hay también un rifirrafe acerca de quién se atreve a ponerle el cascabel al gato y denunciar al señor Ynestrillas por injurias al Rey, en aplicación de los arts. 490, 3 y 491, 1 del Código Penal. Pero supongo que el Ministerio Fiscal promoverá la necesaria acción de oficio que exige el art. 215, 1 del CP. Vamos, si hay que querellarse, me querello yo mismo, si el Mº Fiscal remolonea, aunque la denuncia habría de ir contra el propio Ministerio Fiscal ya que, en principio, si éste no hace nada, ¿quién es el ciudadano privado para suplantarlo en su acción obligada? O sea, ya está resuelto, si el Fiscal General no se querella, me querello yo contra el Fiscal General por omisión del deber de perseguir el delito. Pero tendría bemoles por cuanto soy partidario de la máxima manga ancha al hablar de injurias a Jefxs de Estado y políticos en general ya que, si no, casi todos los opinantes, tertulianos, columnistas y charlistas de barra de café acabarían en el talego y el debate público perdería bastante gracia.
Hay otra cosa que saca de quicio al señor Sáez de Ynestrillas: un décimo de lotería de Esquerra Republicana de Catalunya, que dice que el sorteo se hará en Madrid, capital del país veí (país vecino). El señor Ynestrillas pide se aplique al responsable el art. 472, 5 del Código Penal (curioso que, por donde pasa este hombre, saltan los artículos del CP, como níscalos en estas fechas), el que castiga los delitos contra la Constitución y específicamente la declaración de independencia de una parte del territorio nacional. Pero lo tiene crudo, a mi modesto entender, porque para ello es necesario que haya rebelión, es decir, alzamiento con violencia, y no me parece que un décimo de lotería sea una kalashnikov. En el fondo, tampoco está claro que equivalga a una declaración de independencia, aunque tenga gracia el asunto: la independencia es como cuando te toca la lotería. "¡País veí!", tiene calabacín el guiso. Yo me lo tomaría en serio (o todo lo en serio que se puede tomar un billete de lotería) y, si fuera la Generalitat, estaría vigilante al momento del cobro de los billetes premiados y, al producirse éste, exigiría impuesto por importación de capitales que, si no existe, debiera crearse a toda pastilla. Porque, chiste o no chiste, el euret es el euret
"¡País veí!" Jodíos catalanistas...