diumenge, 26 de novembre del 2006

MANIFAS (I).

El día de ayer fue lluvioso en buena parte de la Península y muy abigarrado en el debate cívico-político. Inició la función la Asociación de Víctimas del Terrorismo con la enésima manifa (3ª o 5ª, según qué cómputo se utilice) contra el Gobierno por querer negociar con terroristas, si bien sus convocantes no dicen "negociación" sino, directamente, fuera complejos, "proceso de rendición ante ETA". De dónde saquen tal conclusión es uno de sus secretos mejor guardados y debe de ser muy poderoso, pues lxs tiene convencidxs de algo que nadie más ve e, incluso, frente a los reiterados desmentidos del Gobierno. Qué duda cabe, lo saben mejor que el propio Gobierno que, al fin y al cabo, como se ve en la foto que saco de El Plural, está presidido por un "mamarracho", un clown.

Acudió el PP en masa, dirigentes con mando, dirigentes aspirantes y militantes. La sintonía entre el PP y la AVT es total. Hasta es lícito pensar que planifiquen sus acciones conjuntamente. Los de la AVT dicen que no hay que "politizar". Pero lo cierto es que, si no van los del PP, no da ni para sostener la pancarta, ahora que la derecha se ha hecho "pancantera". Lo cual lleva a la sempiterna cuestión de los datos. ¿Cuántos fueron a la manifa? Según la Comunidad de Madrid (cuya TV la dio en directo y en tiempo real, discursos íntegros de Alcaraz y Agapito Maestre, una práctica que recuerda las informaciones de la tele sobre los actos de Franco en la Plaza de la Ópera), 1.300.000. Según la Policía Nacional, 129.715. Según una noticia que pillo en el Manifestómetro, el Ayuntamiento de Madrid decía que la manifa ocuparía 60.000 metros cuadrados, lo que da un máximo de 240.000 personas,de acuerdo a los cálculos de un bloguero. Pero hay que tener en cuenta que el Ayuntamiento está en manos del maligno. Los del Manifestómetro no daban cifras, pero prometen hacerlo en breve. Estaré al tanto y daré cuenta.

Se me hace cuesta arriba que 1.300.000 conciudadanos míos se presten a una manipulación tan bochornosa, consistente en valerse de las víctimas que, como las altas instituciones del Estado, carecen de adscripción partidista, para atacar una política concreta del Ejecutivo en pro de otra de la oposición. Y que lo hagan en medio de un clima de agresividad verbal e insultos al Gobierno. Y que concluyan escuchando las simplezas de sus dirigentes. El señor Alcaraz hilvanó un discurso en pizzicato sembrado de citas de dirigentes socialistas y sólo de ellos (Benegas, Belloch, Jáuregui, Bono, González, Caldera, Zapatero y Rubalcaba; el único no socialista citado: Ardanza) siempre pro domo sua para exigir al Gobierno que corte el proceso de paz (que todavía no ha comenzado, por cierto), pero sin aportar razón alguna. Las razones las había citado momentos antes Agapito Maestre (qué extraño se me hace esto de ver a un académico arengando a las masas como un tribuno de la plebe) con la siguiente afirmación, que contiene el meollo de su discurso:

En realidad, son tres iniquidades las ya perpetradas por el Gobierno de la nación. Primera, quieren montar un nuevo Estado sobre el sufrimiento de los españoles. Segunda, exigen silencio a las víctimas. Tercera, niegan el sentido democrático de las víctimas.
En qué fundamente Agapito Maestre estas tres imputaciones es un misterio tan opaco como el secreto de las pruebas de la rendición del Gobierno ante ETA. Me da la impresión de que, por esta vía de exageración, exasperación y agresividad los conservadores no van a ir muy lejos.
NB: Los del Manifestómetro ya han hecho el cálculo y lo han colgado en su página: calculan la asistencia entre 105.000 y 140.000 personas, que también son muchas, pero no el disparate de 1.300.000 propalado por el vicepresidente de la CA de Madrid y consejero de justicia, Alfredo Prada Presa, ex-militante de Fuerza Nueva calificado por los del InSurGente de fascista y mentiroso, lo que me parece bien, pero redundante.