Cumpliendo su nueva tarea de correveidile del gobierno, El País sostiene en portada que el pacto entre el Sobresueldos y Rivera está pensado para ganarse al PSOE. Dudo de que esté pensado para eso. No porque no lo esté, sino porque no veo a estos pensando.
En todo caso, desde el momento en que el PSOE se reafirma en su NO es NO, el pacto no sirve para nada. Han tenido que perder el tiempo negociándolo y firmándolo porque no podían permitirse ir al pleno de investidura con las manos vacías, pero hubiera dado lo mismo que firmaran las hojas en blanco o un catálogo de Ikea. Ese pacto está muerto antes de nacer por más que sus signatarios traten de hacer ver lo contrario. Es un cadáver y nada exquisito. Es un cadáver ridículo. Porque es ridículo firmar un pacto anticorrupción con un partido imputado en los tribunales por corrupción y dirigido por un presunto corrupto, cobrador de sobresueldos de caja B.
El presidente sobresoldado está furioso porque, a pesar de esa hoja de papel mojado, no consigue que Sánchez dé su brazo a torcer en pro de la abstención. Por supuesto, es inutil hacerle ver que, si ha sido incapaz de cumplir su propio programa, nadie creerá que ahora vaya a cumplir el de otro. Así que este pacto que tanta tinta mueve podía escribirse en el viento. No tiene la menor consistencia ni posibilidad. Es un despilfarro de dinero y de tiempo de todo el mundo.
No obstante. Veamos algo de su contenido porque este impulsa a algunos a pedir que el PSOE se sume. En el PP es argumentario decir que el pacto es muy parecido -si no igual- que el que firmaron hace unos meses el PSOE y C's, con lo que parece obvio que el PSOE debiera apoyarlo. Como todo lo que sale de alguna cabeza pepera, el razonamiento no puede ser más necio: porque si el PSOE debe apoyar hoy un pacto entre el PP y C's porque es igual al suyo, ¿por qué el PP votó en contra de aquel en primer lugar? Parece un argumento de verdaderos idiotas, ¿verdad? Lo es.
Tampoco es cierto que los dos pactos sean iguales ni mucho menos. Léanlos. Verán ustedes que este es mucho más conservador y antipopular que el anterior. Solo por citar un factor: allí donde el primer pacto prometía revisar los Acuerdos con la Santa Sede, este otro lo omite. Y así todo: es un pacto reaccionario. Dice Rivera que, aunque no sea el pacto ideal, sirve para desploquear la situación en españa. Falso. El pacto no sirve para nada. Ni para desbloquear la situación. Si el Sobresueldos y Rivera se hubieran reunido a jugar al dominó habrían perdido menos el tiempo.
Dicen los de Podemos que ese pacto demuestra a posteriori cuánta razón tenían al votar "no" a Sánchez en la investidura anterior porque, como se ve ahora, C's acabaría haciendo pareja con el PP. Otra mentira tan obvia como las del PP, con el que Podemos cada vez tiene más cosas en común por su común odio al PSOE. El pacto no es el mismo, dicho queda. Por tanto, las situaciones no son equiparables. Y, en todo caso, el voto "no" a Sánchez en la primera investidura no fue por el pacto con C's, sino porque en Podemos manda Anguita e Iglesias no es sino una marioneta en sus manos. Y mientras Anguita mande, con su viejo jefe de filas e intelectual orgánico (mucho más orgánico que intelectual) Monereo, el mundo no verá alianza alguna de PSOE y Podemos. Este está obsesionado con el sorpasso, único factor que daría algún sentido a la también inútil vida de Anguita y sus anguitillas.
La diferencia entre los dos partidos emergentes, C's y Podemos (ambos destinados a hundirse si hay terceras elecciones) es que, mientras el primero encaja bien las críticas y entiende que es función de los opinadores enjuiciar su actos, los de Podemos reaccionan con verdadera histeria de fanáticos. En cuanto asoma una crítica al amado líder en Twitter o a cualquiera de sus pintorescos dirigentes, salta una tromba de trolls recurriendo a todo tipo de descalificaciones, infundios y calumnias. A mi me pasa bastante: se lanzan como enjambres de avispas rabiosas, acumulando ataques de cualquier clase, insultos personales (son siempre agresiones ad hominem, nunca un intento de razonar o contraargumentar), puras mentiras con ánimo de linchadores. Se suman algunos publicistas y periodistas militantes o muy próximos a Podemos, respaldados por su organización y sus periódicos y televisiones u otros medios desde los que actúan. Gente incalificable a la que no le da vergüenza sumarse a un intento de linchamiento colectivo a un hombre solo protagonizado por una turba de analfabetos.
El fracaso de este pacto que los de Podemos ya se prometían sería también admitido por el PSOE los ha dejado exactamente en donde siempre han estado: en la pinza con el PP para tratar de deshacer al PSOE. Pero, viéndose a punto de unas terceras elecciones en las que se les anuncia un fuerte descenso en votos, están desesperados porque los socialistas no responden a sus arrogantes vaticinios.
Y, sin embargo es bien sencillo: si el PSOE se cierra en el NO es NO y no hay modo de que se forme un gobierno del PP, que sea Podemos quien se abstenga el martes. Es lo que le pide el cuerpo: la sempiterna pinza de los comunistas contra los socialistas.