El país es multipartidista debido al sistema electoral y a su forma de organizarse socialmente a través de la llamada Verzuiling que los franceses traducen por pilarisation y nosotros podríamos llamar pilarización: además de las divisiones sociales horizontales, las hay verticales (como pilares) en función de la confesión religiosa (católicos/protestantes) y de las ideologías (conservadores/socialistas). Es un fenómeno común a Austria y a Bélgica, donde se añade el pilar lingüístico, que tampoco está enteramente ausente aquí, a causa del idioma frisón. Holanda es una sociedad multicultural con fuerte conciencia nacional, ya desde los tiempos de las "Siete provincias del Norte", que eran independientes de hecho de España como se simboliza en el cuadro de Frans Hals, la Guardia Cívica de San Jorge, en 1639, nueve años antes de que España reconociera esa independencia.
Así que será difícil componer gobierno, ya que, como se ve, no hay coalición posible de menos de tres partidos. Ni una gran coalición llegaría a los 76 escaños. Business as usual en Holanda, que no ha tenido una sola mayoría absoluta ni un solo gobierno monocolor en el siglo XX. Todos de coalición. De hecho, el anterior gobierno estaba en minoría parlamentaria, situación que no es anómala en los países nórdicos tampoco.
Aquí las cosas de principios cuentan poco. El Verzuiling da lugar al llamado modelo pólder, o sea, lo que Lijphart llama el "consociationalism", término que no me atrevo a traducir al español porque, además, si lo llamamos "corporativismo" no vamos muy desencaminados. Este modelo de consenso no parece peligrar por el hecho de que el electorado se haya radicalizado un poco. Algo tendría que alterarse la impavidez holandesa después de los acontecimientos de los dos o tres últimos años, con el "no" a la Constitución europea y el auge del integrismo musulmán. No obstante, cuando se menciona el asesinato de Theo van Gogh a manos de un islamista, conviene no olvidar que a Pim Fortuyn lo mató un defensor de los derechos de los animales.