
La hegemonía cultural de que disfrutó la izquierda europea y americana en la segunda mitad del siglo XX se disipó en el último tercio ante tres factores interrelacionados: a) la crisis económica de los años setenta, b) la ofensiva neoconservadora y neoliberal de los ochenta y c) el hundimiento del comunismo de los noventa. Se impuso entonces una línea de "pensamiento único" que en filosofía tomó la forma (algo contradictoria) de postmodernismo; en Sociología, la del pensamiento "líquido"; en economía, el paradigma neoclásico; en derecho la primacía de la seguridad frente a la libertad; y en política, la articulación de una serie de "consensos" (desde el de Washington al de Bruselas) cuya finalidad era revertir las conquistas laborales y sociales del Estado del bienestar, recuperar la tasa de beneficio del capital en detrimento de las rentas salariales y articular formas nuevas de acumulación ampliada en contextos crecientemente autoritarios.
La reconstrucción de órdenes sociales igualitarios, más justos y más libres no será posible en tanto el pensamiento crítico no acierte a postular un fundamento teórico general, holístico, sistemático contra todo vaticinio. El pensamiento emancipador tiene que ser capaz de soportar las sucesivas ramificaciones sin perder coherencia y canalizar y aprovechar las manifestaciones espontáneas de oposición que aparecen hoy catalizadas por el empleo masivo de las nuevas tecnologías, singularmente internet. Por supuesto, habrá referencias contextualizadoras a películas y obras de arte en comentario.
Allí nos vemos.
(Aclaración: mi conferencia es gratis, en abierto. Luego, para quien quiera asistir a las sesiones del curso, este es de pago.)
(Aclaración: mi conferencia es gratis, en abierto. Luego, para quien quiera asistir a las sesiones del curso, este es de pago.)