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dimecres, 1 d’agost del 2018

Hechos; no solo palabras

Obvio, ¿no? Hay que hablar. Díganselo a ustedes mismos. El bloque independentista no ha hecho otra cosa que pedir hablar y hablar. Para algunos, incluso demasiado. 

Sí porque, palabras por palabras, ¿con cuáles nos quedamos? ¿Con las del monarca, según el presidente Picornell, (Humpty Dumpty en Mallorca), ofreciendo dialogar con los malvados separatistas? ¿O con las de los 181 militares retirados ensalzando la figura de Franco frente al socialismo separatista y rojo-masónico? No son "casos aislados" de exceso de celo guerrero. Es una posición de cuerpo. Son los retirados, pero eso solo quiere decir que los de servicio activo no quieren que los empuren. Pero muy probablemente piensan de igual modo. Si puede llamarse pensar a eso. 

A la hora de decidir con qué palabras nos quedamos no es ocioso recordar que el rey es el capitán general de los ejércitos, de los activos, los pasivos y los contemplativos. A una orden del mando, todos acudirán raudos a ocupar los puestos de "mayor fatiga y riesgo", como dicen que hacía su caudillo. Así que, ¿cuáles palabras cuentan? 

Palabras por palabras, las de la Generalitat son como lenguas de fuego. El MHP Torra reitera el veto al monarca  en todos los actos institucionales. Por supuesto, no al ciudadano Felipe de Borbón. Este es libre de desplazarse por la República Catalana. Más que palabras, ya son hechos. Abren la cuestión de si esta actitud puede ser tolerada sin merma sustancial de la autoestima española. Y más aún: según Torra, Felipe VI ha dejado de ser el rey de los catalanes.. Sospecho que nunca lo ha sido o no de una gran parte. Y tampoco le importa. Loss Borbones no son reyes de pueblos, sino de territorios. Felipe es rey de Catalunya por ser rey de España. Y ¿qué es España? Lo que quede después de cada fracaso, metedura de pata, desastre civil originados por esta dinastía del ocaso. 

Las palabras ya no dicen nada. Faltan los hechos. Hechos si se quiere evitar que los desafueros cometidos en los últimos tiempos se combinen en un espectáculo doblemente destructivo: de un lado los procesos que faltan de la Gürtel, a los que se siguen añadiendo casos al día de hoy  como la imputación de todo el gobierno de Ruiz Gallardón por cuestiones anteriores a su desempeño como ministro de Justicia. Un gobierno mezcla de mafia neoliberal y secta del Opus.

De otro, la farsa de un proceso político disfrazado de judicial en contra del independentismo. Un proceso inquisitorial en el que se pretende condenar a unas personas por cometer un delito que no han cometido. Es decir el delito es su ideología independentista. Y esa injusticia va a estar patente a los ojos del mundo, muy especialmente Europa que ya se ha visto involucrada en el conflicto por la justicia de Peralvillo forma  castizamente española de enfocar lo que en otros lugares se conoce como "derecho penal del enemigo".

Hechos solo hay uno capaz de desbloquear la situación: liberar a los presos políticos sin cargos. No se amilanen. Busquen la fórmula, que la encontrarán como encontraron la de encarcelarlos con acusaciones fabulosas. Hagan un poco de prospectiva. A la vuelta del verano y tras la Diada de este año, o ustedes negocian un referéndum de autodeterminación o se lo convoca unilateralmente la Generalitat.

La convocatoria dependerá de otros avatares como el posible retorno a España de Puigdemont para ser investido presidente. En este caso, las elecciones acabarían siendo un referéndum sobre un proyecto de Constitución de la República Catalana independiente, producto de un proceso constituyente para el que se dispone de mucho tiempo, pues las elecciones catalanas serán en diciembre de 2021. 

La cuestión no es el tiempo sino el hecho de si el Estado español puede tolerar un proceso constituyente en una de sus partes. Cosas más raras se han visto, pero es dudoso. Mil fuerzas empujarían al gobierno a interrumpir y prohibir el proceso constituyente. Y a partir de ahí, el guion se emborrona: ¿más gente a la cárcel? ¿más al exilio? ¿más represión? ¿Hasta cuándo?

El referéndum pactado de autodeterminación de resultado vinculante con observadores exteriores es inevitable. Cuanto antes de haga, mejor. No hay otra forma de salir de dudas.

diumenge, 29 de juliol del 2018

Insultando a Catalunya

El 1-O de 2017, cerca de tres millones de catalanes fueron a votar en un referéndum de autodeterminación. Setecientos y pico mil no pudieron hacerlo porque la policía y la guardia civil, a las órdenes de un gobierno de franquistas corruptos, lo impidieron a palos; o bien votaron pero esos mismos individuos de azul o verde, robaron los votos. No obstante, unos 2.040.000 ciudadanos, con riesgo para su identidad física, votaron y, de ellos, más del 96% lo hicieron a favor de la independencia.

El 21 de diciembre de 2017 en unas elecciones impuestas por el mismo gobierno de corruptos y ladrones y con los dirigentes catalanes en la cárcel o el exilio y que tuvieron el valor de un referéndum, unos 2.060.000 catalanes, más del 47%, es decir, la mayoría del electorado, volvieron a votar por candidatos independentistas.

La mayoría del electorado catalán es independentista y quiere ejercer su derecho de autodeterminación. Bueno, pues el gobierno del PSOE no tiene la menor intención de respetar esa mayoría. Niega que sea posible ejercer la autodeterminación y como argumento se vale del hecho de que no está prevista en la Constitución. Tampoco estaba prevista la ignominia del art. 135 y lo estuvo en 24 horas por decisión vergonzosa del PSOE y el PP. La señora Batet debe de creer que la gente es tan estúpida como ella misma parece. Las leyes y las Constituciones se cambian (y de la noche a la mañana) cuando se quiere. Si ahora no se quiere es porque a los partidos españoles no les da la gana. Porque hasta la señora Batet sabe que no se hicieron las personas para las leyes, sino las leyes para las personas. 

Y hay más. Es que ni es necesario cambiar la Constitución. Hasta con esta Constitución de chicha y nabo, redactada por escolares de tercera, se puede hacer un referéndum de autodeterminación en Catalunya. Basta con interpretarla de modo abierto. Cierto que, en este momento, al lado de la cuentista Batet aparece el "desinfectador" Borrell para añadir la habitual sinsorgada de que el derecho de autodeterminación solo lo tienen las colonias y Catalunya, según él, no lo es porque no está en la relación de la ONU de territorios independientess. Cuanto más autoritario es un individuo, más papeles invoca. Batet, la Constitución; Borrell la relación de la ONU.

El insulto directo al independentismo, a Catalunya y al mundo entero viene a continuación.

Dice la misma Batet que los catalanes no pueden votar en un referéndum de autodeterminación porque no. Que lo quiera la mayoría del electorado catalán, que del referéndum de autodeterminación sea partidario el 80% del electorado, a estos individuos/as les da igual. Es no porque no les sale de las narices. En cambio ofrecen votar un acuerdo político (sin decir cuál) de consenso amplio con el apoyo del 80% del electorado. Es indiferente que, con cerca de un 50% de votos independentistas no haya manera de conseguir ese 80%. Para ello se requeriría que el equivalente a 30 puntos porcentuales de catalanes (un millón trescientos mil, más o menos) tendrían que votar lo que no quieren para dar gusto a la señora Batet.

¿Está claro el insulto? Catalunya no solo es una colonia de la oligarquía española con el apoyo de la seudoizquierda socialista sino que los catalanes no pueden ni votar lo que quieran, sino lo que a esta gente española se le ponga en las narices.

dilluns, 9 de juliol del 2018

Cuestión de Estado

La España oficial no quiere admitirlo porque su propaganda asimila la reunión de hoy a las usuales bilaterales del gobierno con las CCAA. Normalidad institucional. Diálogo. Normalidad a secas. ¿Cómo? ¿Que hay aquí una cuestión de Estado? Pero, hombre, por Dios, que ha cambiado el gobierno.

Así es. Los titulares de prensa cantan sesgo gubernamental. El gobierno y todo el mundo damos por hecho que nadie vulnerará la ley. Se llama principio de legalidad y presunción de inocencia. Señalar en concreto a Torra lleva implícita una presunción de culpabilidad.

Nadie vulnerará la ley porque nadie quiere vulnerar la ley. Luego vienen los actos de cada cual, al dictado de su conciencia y es entonces cuando se discute si se ha vulnerado o no la ley, qué ley, cómo, quién lo dice, que hace, etc. 

Muestra de sesgo gubernamental trae también Público que titula: Sánchez y Torra se reúnen con el referéndum imposible sobre la mesa. Un título como "mesas separadas". Porque ¿quién ha dicho al diario que el referéndum sea "imposible"? Obviamente, Sánchez, pues Torra va a pedirlo. Desde luego, la rotunda negativa de Sánchez puede hacer imposible el referéndum; pero eso no quiere decir que el referéndum en sí lo sea, cual se desprende del titular. Quiere decir que el periódico ve el mundo con los ojos de uno de los dos poderes asimétricos.

Los medios afirman también que el encuentro de hoy se da en un clima de distensión, propiciado por el gobierno. Pasa por tal el acercamiento de los presos políticos y la continua jaculatoria dialoguista de Sánchez y su equipo que no se concreta en nada. La distensión es un simple ejercicio de ficción perfectamente retratada en la imagen. Mientras el rey mira como si le interesaran los juegos olímpicos, Sánchez, quien afirma que en España no hay presos políticos, explica algo a Torra, quien luce en la solapa el lazo amarillo reclamando la libertad de los presos políticos que según Sánchez no existen. En España no hay presos políticos porque así lo decide quien manda y no existe derecho de autodeterminación porque así lo decide el mismo.

Para paliar la doble negación a las dos cuestiones aquí fundamentales, presas políticas y derecho de autodeterminación, el gobierno ofrece lo que llama diálogo político, esto es, negociaciones sobre políticas públicas en materia de transferencias, competencias, financiación, etc. Y quizá también saque del baúl de los recuerdos una confusa oferta de reforma constitucional para encaminar el país hacia un futuro federal que apenas puede distinguirse de un Estado autonómico.

A su vez, la Generalitat lleva también dos grupos de asuntos. Uno, el de las políticas públicas, que resucita los famosos 45 puntos de Puigdemont ante Rajoy. Política práctica que, al parecer, encarrilan Meritxell Batet y Elsa Artadi. El segundo grupo es el punto 46 de las reclamaciones de Puigdemont, el referéndum pactado. A él se ha añadido la cuestión de la liberación de los presos y exiliadas; su exoneración. Las dos son condiciones del independentismo, de todo el independentismo, y no es previsible que causen mella las esperanzas en el famoso seny autonomista. No es posible considerar normal una situación en la que los dirigentes independentistas están injustamente encarcelados. Y menos aun si, lejos de mitigarse, la represión judicial se incrementara ahora y el juez Llarena impusiera una doble fianza a los procesados en función de sus muy cuestionables cálculos y más cuestionables criterios morales y jurídicos.

Presos políticos y derecho de autodeterminación. Por cierto, no ha lugar a retrotraer otra vez el debate sobre la cuestión de la autodeterminación a las balbuceantes polémicas del principio solo porque haya cambiado el gobierno. Si la portavoz Celáa no se ha enterado aun de que los referéndums de autodeterminación de Quebec y Escocia hacen añicos la doctrina de la inaplicabilidad de ese derecho que reflexione un poco sobre la materia. El referéndum de autodeterminación pactado es inevitable. Ya ha habido cuatro no pactados de hecho y volverá a haber otro si no se pacta antes.

Se entiende la negativa del gobierno a hablar de la cuestión. Al margen de las fábulas de la Constitución y el derecho internacional y las colonias, la pura verdad es que no tiene alternativa alguna que ofrecer a la independencia de Catalunya porque presentarse a un referéndum pidiendo el "no" sin más a la otra parte es perderlo seguro.

Por eso no quiere un referéndum de autonomía pactado. Porque lo pierde. Pero, como aun así, será inevitable, ¿por qué el nacionalismo español no hace una oferta constructiva que pudiera presentar a consideración de la ciudadanía catalana? Es una idea. Por ejemplo, frente a la opción de "Estado independiente en forma de República", el Estado, el nacionalismo español podría proponer una opción de Estado libre, que actualmente tienen Baviera, Sajonia y Turingia en Alemania y podría hacerse también accesible al País Vasco, que ya presentó el Plan Ibarretxe, en el que se mencionaba  un Estado Libre Asociado, como Puerto Rico. En el caso europeo la verdad es que el título es puramente nominal y es dudoso que tanto los indepes catalanes como lo nacionalistas vascos se conformen con una diferenciación puramente terminológica. El Estado tendría que negociar competencias delicadas. 

Pero, en fin, sería una oferta para desencallar una situación que no tiene más salida que el referéndum pactado y vinculante. La cuestión origen de esta batalla que, si se hubiera aceptado hace diez años habría supuesto una derrota del independentismo y, en cambio, ahora promete ser su victoria. 

Salvo que el Estado consiga articular una oferta más satisfactoria que la independencia y salga ganadora en un referéndum catalán entre ambas, pactado y vinculante. Cualquier otra vía es seguir con marrullerías. Resulta ridículo que sea doctrina oficial del gobierno la mentira de que el "no" a la independencia es mayoritario en Catalunya porque suma al "no" explícito los dudosos, nulos y hasta las abstenciones, mientras que los "síes" son solo los síes pelados. Y, más que ridículo, frisa ya en lo grotesco que ese mismo gobierno se niegue a aclarar la cuestión de una vez por todas con un referéndum pactado.

Ya se sabe que tal referéndum, además, incrementaría la presión popular en España para celebrar otro en Monarquía y República. Sería interesante ver cuál ganaría porque no está claro. 


dimecres, 4 de juliol del 2018

La política catalana debe hacerse en Catalunya

La arrogancia españolista (¿o hay que decir directamente franquista?) de esta peña del PSOE es alucinante.  Vende como una concesión graciosa estar dispuesta a "dialogar sin cortapisas". Es más, la vicepresidenta Calvo, tan ayuna de sensibilidad como sobrada de impertinencia, señala por adelantado que Sánchez no aceptará la petición de referéndum que le hará Torra. No deja así en buen lugar al líder del PSOE, pero eso es lo de menos; está acostumbrado. Lo gracioso es la posición oficial del gobierno español: dialogaré sin cortapisas y tambièn sin escuchar. Es la gran novedad que Sánchez ofrece para Catalunya, cuando afeaba a M. Rajoy (a) "el sobresueldos" que fuera por lo judicial sin entender que se trata de un problema político que requiere diálogo. ¿Qué diálogo? Uno sin cortapisas en que no se escucha a la otra parte porque no hace falta. En cuanto le digas que habrá diálogo sin cortapisas, esa otra parte se derrite y te da lo que pidas.

La verdad, no sé cómo explicar esta actitud salvo tildándola de servil. Los indepes catalanes que, en un ejercicio de buena fe y ánimo conciliador, votaron la moción de censura y posibilitaron que Sánchez fuera presidente del gobierno se encontraron con que ese nuevo gobierno se constituía con los elementos más furibundamente catalanófobos (Borrell, Robles, Ábalos) y actuaba en menoscabo directo de Catalunya. Tanto que decidieron no votar ninguna medida más suya y, así, precipitar su caída.

Eso es lo único digno que puede hacerse, salvo que ese gobierno cambie 180º de actitud, derogue la ley mordaza y se la aplique en exclusiva a su matón Borrell.

Pero no. Resulta que basta con que estos señoritos, que gobiernan gracias a los indepes catalanes, se dignen autorizarlos a hablar recordando que no van a hacerles ni puñetero caso para que los de ERC se ablanden como melocotones y voten a favor de la última chapuza que hayan hecho los españoles en la TVE y, como siempre, sin duda, anticatalana. 

Mientras la política catalana, no se haga en Catalunya y, en caso de terciarse, se lleve ya hecha a España, seguiremos dándole vueltas la noria como los burros, sin librarnos de esta maldición. En un parlamento con un 80% de nacionalistas españoles (todos: PP, PSOE, C's y dos tercios de Podemos) no hay nada, absolutamente nada que esperar de bueno para Catalunya. Al contrario, todo será mentira, abuso y represión.

Ahora han intentado vender como otro gesto comprensión el acercamiento de los presos políticos siendo así que: a) son inocentes y no debieran acercarlos sino ponerlos en libertad sin cargos y procesar a quienes han cometido los desafueros con ellos. Lo veremos; b) no es un favor, sino el cumplimiento de una obligación jurídica. Una razón más para querellarse contra los responsables de haber mantenido a inocentes en prisión por medios torticeros.

No hay nada que negociar con Madrid mientras nuestros dirigentes democráticamente elegidos estén injustamente en prisión y en el exilio y el gobierno de turno se niegue incluso a hablar de lo único que puede desencallar este problema y restablecer un mínimo de equilibrio y rechace la única vía posible para resolverlo de todo: el referéndum de autodeterminación pactado, vinculante y bajo vigilancia exterior. Eso de lo que los políticos españoles no quieren ni oír hablar.


dijous, 28 de juny del 2018

Los bárbaros ante portas

Dice el MHP Torra que Catalunya será pronto un Estado independiente. El Apocalipsis. Llegan los bárbaros. Termina de hundirse el imperio. Caveant Consules. Tal vez por eso el embajador español en Washington, Morenés, de los Morenés de toda la vida, fue a reventar la conferencia de Torra en el Smithsonian, llamándolo mentiroso por lo que los catalanes abandonaron la sala. Lo cuenta Laura Borràs en su tuiter.

El nerviosismo hispano crece por horas. Ese embajador Morenés recuerda a aquel otro Lojendio que, en 1960, se presentó por sorpresa en el plató de la TV cubana para encararse con Fidel Castro y llamarlo mentiroso. Castro lo declaró persona non grata. La honra de España estaba entonces en juego; como ahora en Washington. Y los embajadores son gente de mucha honra, sobre todo si la hacen valer frente a quienes consideran pueblos coloniales, antaño Cuba, hoy Catalunya.

La derecha ha dejado a los socialistas un campo de minas. Torra anuncia que el día 9, pedirá a Sánchez negociar un referéndum de autodeterminación. Es decir, preanuncia su reciente idea de proceder a un nuevo 1º-O. Los Comuns se le han puesto en contra y a la CUP no le hace especial gracia por entender que es seguir dando vueltas al atajo, como dice el poeta. Pero quien está más ferozmente en contra es el propio Sánchez que se ha permitido aconsejar a Torra desde Alemania que se olvide del 1-O. Una muestra palmaria de que no sabe ni por dónde se anda. Ni Torra ni nadie en Catalunya va a olvidar el 1-O. Por si le sirve de algo, cosa que dudo, le informo de que es una de las fechas con más posibilidades de convertirse en fiesta nacional de una Catalunya independiente. 

Más vale que el antiguo bloque del 155, con el PSOE ahora en cabeza, cambie la dirección de la nave antes de lanzarla contra los escollos de un movimiento independentista encabezado por unas instituciones legítimas pero hostilizadas, con un fortísimo apoyo social masivo y una constelación de símbolos vivientes en la cárcel y el exilio. 

El Tribunal Supremo echa una patriótica mano en la tarea de justificar judicialmente una persecución política. En clara muestra de conciencia nacional española antes que jurídica, admite el procesamiento de los indepes catalanes por los delitos que ha fabulado Llarena. La intención es obvia: situar a los procesados fuera del alcance de los gobernantes españoles de los que los jueces franquistas no se fían porque los consideran radicales, rojos peligrosos y vendepatrias. A los del PSOE. 

En efecto, al PSOE le corresponde un marrón del que no parece pueda salir indemne. Las presiones para una disolución  y convocatoria de elecciones anticipadas van a ser enormes. Pero, al mismo tiempo en una situación tan cómica que mueve a risa. Ninguno de los dos partidos que más vociferantes son en la exigencia de comicios, C's y PP, está en situación de concurrir a ellas. C's aun no ha conseguido explicarse a sí mismo cómo ha conseguido perder una moción de censura que se le hacia al otro. Y el otro, la banda de malhechores, porque se encuentra con el insospechado hecho de contar con más candidatos que electores en las primarias. 

El conflicto exterior es una prueba más de la existencia de un poder dual de facto, no de iure todavía, en España. Y para hoy hay previsto un acontecimiento que quizá deje chico el ridículo de los juegos del Mediterráneo, en concreto la llegada del rey a Girona a la entrega de los premios Princesa de Girona. Como prácticamente no puede pisar núcleo urbano alguno por ser persona non grata en diversos municipios, entre ellos Girona capital, parece que llegara en helicóptero y se marchará de igual modo. Tendrá un toque religioso pues  más que una llegada será un descendimiento y más que una marcha, una ascensión. No se sabe oirá los pitos que los CDRs tienen convocados. Si no los pitidos, a lo mejor percibe el aroma del estiércol que andan derramando los payeses con los tractores por el campo.

Hay algo tragicómico en este fin de ciclo español.

dissabte, 23 de juny del 2018

La tregua

La idea es de Miquel Iceta, quien pide aprovechar los juegos olímpicos del Mediterráneo para declarar una tregua olímpica. Se aprecia la buena intención de este político tan polifacético. Solo que la figura parece desmesurada y fuera de lugar. La tregua olímpica original era verdadera: se suspendían las frecuentes y continuas hostilidades para garantizar la seguridad de los atletas. Actualmente, dadas las circunstancias, la tregua olímpica es meramente simbólica. El mundo está en perpetua guerra. No así en España, es de suponer. Pedir la tregua es reconocer que hay una guerra, lo cual es falso. Hay un conflicto político. Para convertirlo en guerra es necesario que ambas partes estén armadas, si no paritaria, asimétricamente. No es el caso de Catalunya. Por tanto no puede haber tregua en donde no hay guerra. En los juegos del Mediterráneo falta la guerra; como falta el corredor del Mediterráneo, una de las facetas del conflicto.

No obstante, se entiende, la idea es lograr un cese de hostilidades incruentas para posibilitar el paso a la segunda parte de la tregua olímpica clásica: negociaciones, acuerdos, pactos. Tampoco es mala ocurrencia, pero igualmente inoportuna. Cualquier negociación precisa tranquilidad, seguridad, normalidad. Es imposible aceptar como normal una situación con presos y exiliados políticos. Su liberación y exoneración es un requisito de cualquier negociación y, mientras se decide, su inmediato traslado cerca de sus familias. 

Parte del nacionalismo español parece dispuesto a explorar vías de entendimiento con los indepes. El gobierno, escasamente, la verdad. La tregua de Iceta no tiene contenido y, en el contencioso simbólico entre la Generalitat y la Corona, la ministra Celaá, ha expresado el apoyo del gobierno al Monarca. En su opinión los desaires a la Corona lo son en realidad a la Generalitat que demuestra no representar a todos los catalanes. Sin duda, ministra, pero a menos catalanes representa el rey y a muchísimos menos su gobierno de usted y no para usted de hablar.

Podemos piensa exponer al lunes al MHP sus planes para conseguir una España plurinacional en la que Catalunya se sienta a gusto. Es una base razonable de negociación, sobre todo si viene acompañada de la aceptación de un referéndum pactado de autodeterminación, como parece ser. Es una base razonable e inteligente. No hay otra salida. Sin embargo, el plan de la plurinacionalidad y referéndum a quien tiene que convencer no es a los indepes, sino a los demás partidos nacionales españoles, PP, PSOE, C's. Tarea hercúlea cuya imposibilidad es el punto débil de la propuesta de los morados y por lo que es poco probable que ascienda en votos a costa de los otros extremos, el unionista y el independentista. El suyo seguirá siendo el voto de la ambigüedad

El conflicto político no admite treguas ni conoce descanso. Todo lo que se haga institucionalmente en España y Catalunya llevará la huella del enfrentamiento. Y a extremos duros. Torra anuncia que la Generalitat rompe relaciones con la Corona y enciende una nueva crisis constitucional porque, aunque sea simbólica, es muy representativa. Desde un punto de vista de teología constitucional, es un sacrilegio. 

Pero está en la calle. El estadio se encontraba medio vacío y hubo abucheos y pitidos para repartir. Predominaban las banderas rojigualdas, prueba de que, probablemente, así como los indepes optaron por boicotear el acto, los tabarnianos hicieron acto de presencia. Si el apoyo de la dinastía en Catalunya es Tabarnia, la corte puede trasladarse a un plató de televisión en un programa magazine de la mañana. 

El independentismo tiene dos agravios recientes frente al Estado, los dos abundantemente expuestos,  los dos ignorados, uno, el de los presos políticos, ignorado por el gobierno y el otro, las disculpas por el discurso del tres de octubre, ignorado por el rey. 

El problema no es que las partes sean capaces de articular propuestas de convivencia alternativas a la actual, incluida la independencia, por supuesto. El problema es que esas propuestas ganen en un referéndum.

divendres, 25 de maig del 2018

Hoy, en Arenys de Munt

¿Se acuerdan de Arenys de Munt? Aquí empezó todo hace casi diez años, con el primer referéndum local sobre la independencia de Cataluña, movido por la CUP. El resultado fue de un 96,2% de síes y un 2,3% de noes. Posteriormente estas consultas se generalizaron hasta alcanzar la nacional catalana del 9 de noviembre de 2014. Luego, el movimiento se aceleró hasta llegar al momento actual en efervescencia republicana.

Hoy volvemos a Arenys a una xerrada de recapitulación, por así decirlo, en la que hablaré con Marc Colomer de este apasionante tema de España vs. Catalunya y del Estado fallido español. Por supuesto, no  trataremos solo cosas tas abstractas y teóricas, sino que habrá lugar para la actualidad. Un país gobernado por un partido de ladrones desde hace años, ladrones desorejados, ladrones que no se cortan un pelo, ladrones y delincuentes y gentuza que no ha hecho más que mentir, robar, apalear a la ciudadanía, engañar a todo el mundo, corromper todas las instituciones, falsificar documentos públicos, expoliar los bienes comunes. Un país cuyo gobierno pretende seguir como si nada tras una sentencia según la cual su partido,  con el jefe a la cabeza, no es otra cosa que una manga de delincuentes y sinvergüenzas. Tarea en la que está ayudado por un partido neofalangista, C's que no es otra cosa que un alter ego de la derecha ladrona y hermano de viaje del partido socialista más corrompido ideológicamente en Europa, el PSOE.

En fin, nos veremos en Arenys de Munt, a las 19:30 (y espero ganarme un premio por entender las horas en catalán), convocados por la ANC en la Sala municipal de Arenys de Munt. Luego habrá un sopar groc i solidari.

diumenge, 1 d’abril del 2018

Liderazgo

Parece obvio, ¿no? En el exilio, en prisión preventiva, la voz de Puigdemont se escucha en Europa. La agitación en las calles lo prueba. Un 51% de los alemanes se opone a la extradición contra un 35% a favor. Los apoyos de parlamentarios y asambleas legislativas aumentan. El conflicto España-Catalunya se ha europeizado. Y, al europeizarse, se ha convertido en lo que es, un asunto político; no judicial. Es de esperar que los jueces alemanes así lo entiendan y se nieguen a avalar judicialmente un asunto político disfrazado de judicial.

Porque el pronunciamiento de Puigdemont equivale a recordar que es el presidente de Catalunya. Confía asimismo en el cumplimiento del acuerdo de la mesa del Parlament de proponerlo para la investidura. Si hubiera algún remonoleo a este respecto, merece la pena considerar las declaraciones de Elisenda Paluzie, nueva presidenta de la ANC en el sentido de que si la represión nos lleva a no asumir riesgos, lo mejor es abandonar. No se trata solamente de un pronunciamiento claro de resistencia, sino una aceptación de lo inevitable: solo hay camino hacia delante; solo admitiendo el riesgo de la represión puede ponerse fin a esta. 

Ahora solo queda esperar la decisión de la justicia alemana. Sin olvidar que, sea esta la que sea, el acuerdo de la mesa del Parlament se mantiene. Puigdemont será propuesto candidato a la investidura. Reconociéndose así al prófugo o detenido una legitimidad que el B155 no está dispuesto a admitir bajo ningún concepto, si bien es lo más sensato que podría hacer. 

Razón por la cual solo quedan quedan dos opciones: o el 155 pasa al ataque dictatorial directo y suspende de derecho la autonomía catalana pues ya lo está de hecho o bien nos preparamos para unas nuevas elecciones, según vaticinan ya los socialistas, aunque dicen que no las quieren.

Y hacen bien. Unas nuevas elecciones en las condiciones actuales clarificarían definitivamente la situación en los términos de un referéndum entre un polo independentista (formado por una lista de país y los añadidos que gusten) y otro no independentista con las opciones que sean. Por supuesto, en la lista independentista figurarán todos los dirigentes procesados/as. 

Entre tanto la Generalitat debe estar regida por un gobierno transitorio independentista. Transitorio porque se limitará a gestionar las elecciones e independentista porque es el de la mayoría. Y sin 155.

No parece que haya otra salida. 

divendres, 5 de gener del 2018

La ruptura


Vídeo del 1º de octubre.

A medida que pasa el tiempo, con la frialdad de la distancia, los hechos van tomando dimensiones cambiantes. A los tres meses del 1º de octubre, la indignación que producen esas imágenes es, si cabe, mayor, porque al sentimiento de repulsa que suscitan, se añade la amargura de ver que los responsables no son castigados sino premiados; las víctimas, menospreciadas cuando no objeto de crueles burlas, incluso por parte de ministros del gobierno; y la reacción de las autoridades, más represiva, habiendo llegado a encarcelar u obligar a exiliarse a los representantes democráticamente elegidos por cumplir el mandato salido del referéndum.

Este corto de media hora, compuesto con imágenes que han dado la vuelta al mundo, lo dice todo sobre el 1º de octubre: la movilización pacífica y democrática de la población, la inaudita ferocidad de la represión policial y el triunfo aplastante del "sí", a costa de 1.006 heridos, inmensos daños materiales y la destruccción de toda esperanza de convivencia dentro de España.

El vídeo es un hito iconográfico de una "hoja de ruta" que acababa precisamente ese día. Concluía una primera etapa del procés y comenzaba otra que estamos viviendo hoy como consecuencia de aquella.


dissabte, 30 de desembre del 2017

Al otro lado del espejo

M. Rajoy no vive en la realidad, sino en un apunte contable de la caja B. Pero la realidad vive en Rajoy. Él fabrica la realidad. Nuestros ingresos, nuestros gastos, pensiones, expectativas, nuestras vacaciones, nuestras viviendas, la factura de la luz y hasta nuestros tuits. La realidad es ese conjunto de vaguedades, lugares comunes pelados, silencios viscosos, intenciones torcidas, amenazas, más amenazas, perogrulladas, embustes en que habitualmente consisten las comparecencias de este azote del foro. Da igual por lo demás porque la realidad, en definitiva, es lo que él quiere que sea "en virtud del 155", una norma que no le permite hacer nada de lo que ha hecho, pero sí le permite hacer lo que le dé la gana. Así, tras consultar con su aliado, Rivera, Rajoy advierte de que "la ley no permitirá nuevas rupturas" . Y por ley se entenderá el 155 que, al suspender la Constitución, suspende toda ley excepto la que emane de la voluntad del que la aplica, o sea del dictador.

Una situación de la que es directamente responsable la oposición. PSOE, Podemos, PNV e indepes catalanes tienen en sus manos poner pronto fin a este maelstrom que está devorando la democracia y el Estado de derecho en España. Unos más que otros, cierto. Pónganse todos de acuerdo y presenten una moción de censura para terminar con los desafueros. Resulta inverosímil, dada la posición del PSOE, favorable al 155, incluso por encima de la voluntad mayoritaria del electorado catalán. Cada cual se hace responsable de lo que le parece, como diría M. Rajoy.

Esta situación ya la adelantó Albiol, hoy al frente de un cuarteto de viento en el Parlament por el que sin embargo habla el partido mayoritario en el resto del país. El presidente de este partido, una organización muy mal vista por los jueces y los ciudadanos a quienes ha esquilmado, niega que se pueda ser presidente de la Generalitat en el extranjero y a Urkullu la idea le parece "absurda". Llegará un tiempo en que estas cosas sean posibles en beneficio de todos pero, de momento, la solución es muy sencilla: levántese el 155, exonérese del modo que se quiera a los encarcelados y exiliados, permítase que se constituya el Parlament legalmente y reconózcase lealmente el govern salido de ese Parlament. La cuestión de si ese govern se salta o no la ley no puede prejuzgarse. Debe ser él quien lo decida advertido, además, como ya está con gesto fosco, de que si se sitúa fuera de la ley, de la ley del 155, le caerá un nuevo 155, o el mismo de la quinta anterior.

Este es el escenario previsto. El 155 sigue en funcionamiento y creando una situación de crisis institucional en Catalunya sin precedentes. Los indepes verán si aceptan la convocatoria de Rajoy de constituir el Parlament con candidatos electos en el exilio o en la cárcel y en condiciones de absoluta inseguridad jurídica. Aún no conocemos con exactitud qué derechos políticos son recortados o negados a unos presos preventivos, por qué razón y quién  toma la decisión. Tienen varias opciones que van desde negarse a aceptar la convocatoria por considerarla un chantaje, hasta aceptarla constituyendo el Parlament y posterior govern con substitutos en las listas. Pero esta última, sobre ser prácticamente inviable es inútil porque no resuelve el problema real de la realidad (no de la realidad magmática de Rajoy) que son los presos y exiliados políticos. 

En ningún Estado de derecho puede haber presos políticos, presos de conciencia.

Un conflicto como el de la República Catalana es una cuestión política de rango constitucional que ha de ser tratada mediante negociaciones y acuerdos si es necesario estructurales que vienen exigidos por la voluntad de casi un 50% del electorado y más de dos millones de personas, no por cuatro conspiradores del milenio. Pero también puede verse, y así la ven el gobierno y los jueces, como una cuestión de orden público promovida por unos agitadores al frente de unas turbas y, elevado el tono judicial (que no necesariamente jurídico) como una de delito de sedición, de rebelión, de traición. Cuando se llega a este punto la justicia se convierte en inquisicion y a los ciudadanos se los juzga y condena por sus convicciones.

No es para estar orgulloso. 

No hay más que retirar el 155, detener la represión policial y judicial y ofrecer un referéndum pactado que ya veríamos si los indepes aceptarían tras haber celebrado dos reales (9N 2014, 1/10 2017) y dos al otro lado del espejo (27S 2015, 21D 2017). Si no aceptaran, el conflicto seguramente se enconaría. 

Si aceptaran nos encontraríamos con que en España han costado tres consultas más o menos referendarias así como mil heridos, destrozos, huelgas, agresiones, exilios, multas, cárceles conseguir lo que los escoceses consiguieron tras una breve negociación con el gobierno británico.

Ahora hágase un breve cálculo de eficiencia y aplíquese al confuso triunfalismo del presidente, quien cierra un año sin hablar de la corrupción cuando ya solo debe de quedar él por imputar en la Gürtel.

divendres, 20 d’octubre del 2017

¿Quieren ver una revolución democrática en marcha?


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Carlos de Urabá ha hecho un vídeo fantástico -como siempre- sobre la jornada del 1/10 cuando la gente en Cataluña salió a votar en referéndum pacífico en contra de la prohibición expresa del gobierno y las cargas vandálicas de la policía nacional y la fuerza militar de la Guardia Civil. Colas de gente, horas y horas, esperando para votar con mal tiempo, con incomodidad y teniendo que defender los colegios electorales frente a la barbarie policial. Era la respuesta de un gobierno histérico que había hecho todo lo posible por impedir los preparativos (y había fracasado), por convencer a la gente de que el referéndum era ilegal y que se quedara en su casa (y también había fracasado), por mandar a sus fuerzas armadas a apalear a los ciudadanos (e igualmente había fracasado) y hubo de contemplar, rabioso e impotente, cómo los centros cerrados reabrían, las urnas secuestradas reaparecían y, al final de la jornada, habían votado más de 2.200.000 catalanes; en realidad, casi tres millones si contabilizamos las 770.000 papeletas que la policía confiscó a porrazos.

Este hecho incuestionable y sin precedentes de millones de personas de todas las edades y condiciones yendo a votar pacífica y democráticamente frente a un Estado todopoderoso que pretendía impedirlo por la fuerza bruta fue narrado al mundo por cerca de 1.500 periodistas internacionales, entre ellos, Carlos. Sus crónicas tuvieron un impacto mucho mayor cuando ese mundo pudo ver las terribles escenas de brutalidad policial contra gente pacífica e indefensa. Cataluña se había puesto a la vanguardia del nuevo tipo de revolución popular, masiva, organizada a través de las redes bajo la forma de las multitudes inteligentes. Y con ello dejó al desnudo la superchería de un régimen oligárquico, seudodemocrático y tiránico que, además, está corrompido hasta la médula.

Dos reacciones contrarias ha tenido este acontecimiento insólito, que ya está en la historia como el episodio inicial de un pueblo que se ha ganado a pulso el respeto y la admiración de toda persona democrática, abierta y progresista y, por supuesto, de izquierda.

La primera, la del gobierno que, según costumbre, que le viene de su origen franquista, negó y niega que ese referéndum (sí, el mismo que puede verse en el vídeo, uno de los cientos, miles de testimonios de esta realidad) hubiera tenido lugar. Que no existió, vamos. Al margen de que eso le obliga a desmentir también al Colegio de Médicos que certificó la cantidad de más de 1.000 heridos/as por las cargas policiales, deja en muy mal lugar a los policías y los militares de la Guardia Civil que, al parecer, no estuvieron en donde estuvieron, ni apalearon a la gente que apalearon. Coincidente al milímetro con la posición del gobierno, dos días después, el Rey de España, rompiendo toda prudencia, largó un sermón amanezador contra la Generalitat y trató a los independentistas de delincuentes lo cual, por supuesto, animó a que unos días más tarde, sus fieles seguidores fascistas, nazis y demás bazofia de la extrema derecha, salieran a la calle a abrir cabezas de demócratas. Por supuesto, de sus labios no pronunciaron ni una palabra de consuelo para los 1.000 heridos. Será justo que este servidor del PP abandone un trono para el que nadie lo ha elegido, igual que su partido abandonará el gobierno.

La segunda reacción de rechazo y negación es la de esa sediciente izquierda que niega el carácter revolucionario de este movimiento independentista profundamente original y popular. Es la izquierda seudorrevolucionaria estilo Podemos para la que esta revolución es un producto de la corrupción de la burguesía catalana del 3%. No es, en su opinión, una revolución porque no pueden manipularla ni dirigirla ni, en el fondo, la entienden.

La otra izquierda, la socialdemócrata, para ocultar su política de sumisión a la derecha franquista del PP, cuya política de represión salvaje apoya, se aferra a un dogma tan falso como antiguo a base de sostener histéricamente que un movimiento nacionalista "no puede ser de izquierda" porque la izquierda es internacionalista. Algo obviamente falso. Basta recordar la votación de los socialistas franceses y alemanes en favor de sus burguesías en 1914 con la que empezó la Iª Guerre Mundial o la actiutud del socialista francés Léon Blum abandonando a la República española frente a Franco en 1937, o la del socialista también francés Guy Mollet masacrando a los argelinos en 1956, etc. En cuanto a la primera memez, basta con mirar el vídeo de Carlos Urabá y contar cuántos burgueses egoístas había votando en aquel 1º de octubre de 2017 que pasará a la historia.

dilluns, 16 d’octubre del 2017

Vídeo del referéndum 1/10 en Palma de Cervelló


Ha tardado unos días, pero Carlos de Urabá ha hecho un trabajo espléndido. Ha relatado la noche de espera, el ambiente, el personal y ha mostrado cómo amaneció con un pueblo movilizado, que había defendido sus colegios electorales con sus solas personas, yendo a votar pacífica y alegremente.

Votar bajo la amenaza, votar bajo la agresión, votar siendo agredidos. Votar. Ganar.

Son imágenes que se graban en la memoria, que no se olvidan, momentos excepcionales, con un pueblo magnífico, digno, sujeto de una acción colectiva revolucionaria, pacífica y democrática.

Es un hecho único, sin precedentes. Pasará a la historia.

Un orgullo haber estado allí. Un orgullo y un privilegio.


divendres, 6 d’octubre del 2017

¿Cómo se gestó la revolución?

Sigo en la tarea de rastrear hacia atrás ese trabajo de clandestinidad organizada de miles de ciudadanos catalanes, muchos de Ómnium y la ANC, que hizo posible el extraordinario referéndum del 1 de octubre, cuya dimensión política y moral se acrecentó con la cruel, sanguinaria e inútil intervención de las fuerzas antidisturbios. Imágenes de una violencia extrema sobre personas y cosas que han dado la vuelta al mundo. Solo Rajoy, sus ministros y el Rey parecen no haberlas visto. Como no han visto que, a pesar de la brutalidad policial, el referéndum se celebró. Habiéndose realizado, la Generalitat lo considera vinculante y piensa materializarlo el próximo lunes, 9 de octubre. Tan dispuesto está el gobierno a impedirlo que ha enviado por delante a su vanguardia del Tribunal Constitucional a suspender un pleno del Parlament que aún no se ha convocado. Y no debiera ponerse tan nervioso. Al fin y al cabo, una DUI producto de un referéndum que no se ha producido carece de toda importancia.

El referéndum y sus consecuencias siguen siendo la comidilla de todos los mentideros, cenáculos, cabildeos y deliberaciones. Están en todas las teles (excepto en TVE en donde suelen pasar pogramas de sopas), radios, diarios, redes. Menos visible, como corresponde, ese otro trabajo previo de miles de voluntarios, creando una organización clandestina capaz de burlar los llamados "servicios de información del Estado" y tenerlo todo preparado para aparecer a las 07:00 del día 1 de octubre en los más de 2100 puntos de votación en toda Cataluña. 

La crónica de El Plural hace referencia a las organizaciones clandestinas durante el franquismo y seguro que muchos de los más viejos (comprendidos entre los 65 y los 80 años) que son el 30% de Ómnium, por ejemplo, revivieron tiempos mozos. Y también darían sabios consejos en cuestiones importantes en la lucha clandestina: nombres de guerra, citas de seguridad, puntos de vigilancia, uso de claves, etc. Ellos, en cambio, se habrán adiestrado en las posibilidades de las nuevas tecnologías, mensajes encriptados, uso de redes seguras, claves en tuiter, medios de geolocalización, etc. Vamos, un trabajo que tiene al autor casi flipando porque el secreto guardado entre miles de personas no se rompió nunca y, al final, la policía consiguió confiscar cuatro urnas de un total de 6.000 y eso cuando llegaban al colegio. Los recuerdos de diferentes resistencias se avivan. 

Algunas papeletas, diez millones, se imprimían al otro lado de la frontera, en una imprenta de la Catalunya Nord, en Elna, y entraban luego en vehículos privados por la carretera de Le Perthus. Como en La guerre est finie pero en proporciones industriales. A su vez, en esta parte de los países catalanes, la causa era la misma. Por eso, aportan un vídeo estupendo de cómo se imprimían las papeletas, se embalaban, se cargaban en coches particulares o furgonetas blancas, cruzaban la frontera con contraseñas, se distribuían por toda Cataluña, en casas también particulares, negocios, hasta iglesias y cómo se guardaban hasta el día D.
Merece la pena verlo.


Sin duda, una revolución centralizada, muy porosa y diseminada por toda la sociedad, interprofesional e intergeneracional que empezó en serio hacia 2010, el año de la famosa sentencia del TC, y se manifestó en los meses, semanas últimas antes del referéndum que ha sacado de quicio al gobierno español, cuya imagen ha quedado literalmente machacada a los ojos del mundo entero.

La CNN también ha emitido un reportaje sobre los preparativos el referéndum muy interesante pero cuyo enlace he extraviado y en el que hablan con voluntarios de la ANC con responsabilidades organizativas, preguntándoles cómo se distribuyeron las urnas y las papeletas. Las respuestas coinciden con las de otros casos: relaciones personales, captación de otros seguidores por redes de amistades, encuentros secretos. Un movimiento organizado que posibilitó un acto de desobediencia masivo de millones de personas que el Estado, empleándose a fondo, no ha conseguido evitar. Una revolución.

Un Estado que solo puede imponer su ley a porrazos no tiene cabida en la Europa democrática.

dijous, 5 d’octubre del 2017

Som-hi, catalans!


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Magnífic video del meu amic Carlos de Urabá sobre el discurs de Jordi Cuixart (Ómnium) y Jordi Sánchez (ANC) diumenge, 1 de octobre, a la nit, desprès que els ciutadans y ciudadanes catalans votessin i votesssin mayoritariament "sí" a l'indèpendencia. En el mateixo lloc es convocava l'aturada y vaga general per al 3 d'octobre, amb un seguiment massiu.

Al final, votaron


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Un altre video de Carlos de Urabá sobre el dia de la votació a Catalunya. Com que els catalans no votarien, Rajoy?

Ja han votat.

Y tú, ¿vas a dimitir?

La conmoción del referéndum

El referéndum que no iba a realizarse se realizó. Dan fe todos los medios internacionales, los políticos, las cancillerías y la UE, cuyo Parlamento lo debate. Los dos equipos de observadores internacionales, si bien dejaron claro que, dadas las adversas circunstancias, el referéndum no reunió los requisitos internacionalmente admitidos, hicieron una labor meticulosa que los llevó a concluir la validez del procedimiento frente a la acción represiva de las fuerzas de seguridad en una operación de estilo militar. A pesar del hostigamiento previo (intervenciones, registros, confiscaciones, detenciones) y la brutalidad policial del domingo, se votó correctamente en el 98% de los colegios gracias a la disciplina y el civismo de la gente que, en ocasiones, tenía que esconder las urnas porque llegaba la policía a requisarlas. Requisas, por cierto, por la violencia (sin resistencia) y sin fundamentación legal alguna. Si de cultura cívica democrática se trata, la ciudadanía catalana es un ejemplo.

La clandestinidad. Pero a esto no se llegó de repente o por inspiración divina. "Esto" es organizar un referéndum para más de cinco millones de votantes, en miles de colegios electorales, con sus mesas, sus urnas, sus censos, sus papeletas, sus apoderados y presidentes. Y hacerlo en silencio, a ocultas, en secreto. Un trabajo de meses en la clandestinidad (pues todo lo relativo al referéndum estaba prohibido y muy perseguido) en el que participaron miles de personas en toda Cataluña, ciudadanos a quienes se instruyó en sus respectivas tareas y que colaboraron en la logística de la operación. Por ejemplo, ¿en dónde estaban aquellos miles de malditas urnas que toda la policía del Estado de uniforme y de paisano buscaba frenéticamente? En las casas de la gente, en los sitios más inverosímiles, en los huertos, en los árboles. Y, de pronto, aparecieron todas como por ensalmo a las 07:00 del día D. Contra eso no se puede luchar. No se puede registrar las casas de siete millones de personas. El fulgor del referéndum realizado, al estilo de la Kermesse heróica (los españoles no aprenden), podría obscurecer el mérito de ese otro trabajo callado, intenso, con activistas y voluntarios de la ANC y Ómnium, que forman redes para organización de todo tipo de actos. ¿Puedo llamarlo la resistencia de un pueblo?

Resistencia en la que cristaliza la conciencia de nación. El Estado lanzó sus fuerzas de represión, despedidas con vergonzosos gritos de "a por ellos" en otras partes de esa unida España contra una población pacífica en una jornada electoral. Previamente las había enfurecido de innoble modo, manteniéndolas en condiciones infrahumanas en los barcos atracados en el puerto. Parece que fue una operación de estilo militar orquestada de forma centralizada y cuidadosamente planificada.Y, si no estoy errado, comandada por Diego Pérez de los Cobos, quien no había podido acceder al mando de los mossos por negativa expresa de la Generalitat, un hombre de pasado azul tenebroso. En todo caso queda claro que todo el crédito moral y el respeto que perdió el gobierno con las brutalidad policial, lo ganó la Generalitat gracias al trabajo de la ciudadanía catalana.

El mundo de la negación. Queda un enclave de denodados guerreros del "no". Rajoy sigue diciendo impertérrito que "desconozco ese señor referéndum del que me habla". Sus acólitos o ministros niegan la celebración del reférendum. Ni sus periódicos les siguen. Hasta el fiel El País titula "Referéndum de independencia en Cataluña, últimas noticias en directo". Sí le sigue (o le precede) en el negacionismo el Rey. Mejor dicho, el Rey no niega el referéndum; simplemente lo ignora, como ignora la brutalidad policial, los cerca de novecientos heridos y los millones de ciudadanos que fueron a votar en contra de su regia voluntad. Lo ignora todo.

Sobre el alegato real, el post el discurso de la amenaza, el odio y el miedo. Aquí merece la pena subrayar que, entre las infinitas meteduras de pata del Monarca, no fue la menor dar pie a Puigdemont a contraprogramarlo 24 horas después en una comparecencia ensombrecía la del Rey por la forma y por el fondo. Frente a la crispación, el "no" rotundo, el menosprecio y la arrogancia, un talante afable, dialogante, de concordia y... de firmeza. Siempre abierto al diálogo, Puigdemont advierte de que el lunes dará cumplimiento al mandato del referéndum. Sí, el referéndum que no se iba a celebrar y va a dar a luz una DUI con toda probabilidad. Y no solo una DUI, sino una DUI republicana.

Nada de extrañar que Sáenz de Santamaría responda a Puigdemont con más crispación aun que el Rey, casi furiosa, afirmando que el catalán está fuera de la ley y de la realidad. Porque para ella, la ley, su ley, es la única realidad. Los demás somos una mezcla de delincuentes y lunáticos. Un ánimo adecuado para ser gobernante de nada. De todos modos, la rabia de la vicepresidenta tiene otro origen: comprobar que no es posible emplear medios militares de verdad para zanjar la cuestión al hispánico modo. Han mandado un par de buques nodriza o algo así para el catering de la guardia, pero no pueden enviar un portaaviones, mucho más lucido. Es más, como se le ocurra a Pérez de los Cobos montar otra operación estilo saco de Barcelona, nos interviene la UE directamente en aplicación del derecho de injerencia humanitaria.

Todos con el vencedor. La prueba más contundente del triunfo del referéndum es que, de pronto, el país ha amanecido en una aurora de diálogo. Todo el mundo quiere dialogar. Por supuesto, todos lo venían pidiendo de antes, aunque no se les oía. Iceta quiere dialogar, los empresarios quieren que haya diálogo y los curas, cómo no, se declaran prestos a organizar diálogos. El referéndum que según no sé qué tribunal, no surtirá efectos jurídicos, está moviendo las baldosas de todos los pactos posibles.

Podemos, nada partidario de perder cuota de pantalla, apadrina una propuesta de mesa de diálogo para encontrar alguna forma de mediación. Más prudente, imposible. Los contertulios a la mesa, las afinidades electorales, los del PNV y la minoría catalana con estatus de "observadora". El PSOE, con el morro fruncido porque Iglesias lo puentea hablando directamente con Rajoy y Puigdemont. Es verdad que ninguno de los dos le ha dado su apoyo, pero al intermediario le basta con que no lo echen con cajas destempladas. La iniciativa morada persigue dos fines: el primero hacer olvidar el ridículo de haber asistido como espectadores no participantes a un referéndum que ha sido un éxito. El segundo, y dado que mediación tendrá que haber, reservarse una parte de la dicha cuota de pantalla.

Vuelve el "no". No ha terminado Podemos de subir a las redes su proyecto de mesa de diálogo y ya tiene un "no" rotundo de Rajoy. ¿Por qué? Porque Rajoy es un hombre de principios y no puede sentarse a dialogar si previamente no se retira la DUI. Antes decía que no dialogaba mientras no se retirara la exigencia del referéndum. Obviamente esa exigencia se ha retirado puesto que, según él, el referéndum no ha existido. Y, sin embargo, sigue sin querer dialogar.

Este nuevo "no" tiene la ventaja de que ahorra a los independentistas la tarea de razonar por qué están también en contra. No es complicado: porque no van a renunciar a la DUI y no tienen confianza en mediación alguna organizada por españoles o bajo auspicios españoles. El conflicto se ha internacionalizado, una vez más, gracias a la fabulosa incompetencia de los gobernantes. En este foro comparece todo el mundo a opinar, desde el Parlamento Europeo hasta un ministerio holandés o una ONG o un comité de la ONU. Como dijo Puigdemot, se han ganado el derecho a ser tratados como un Estado independiente y por ello pide que la mediación sea internacional.

La mediación. E internacional habrá de ser. Y con capacidad para paralizar todos los procedimientos sancionadores españoles en la causa catalana. No hay otra salida. El Rey se ha desautorizado él solito al tomar claramente parte en el conflicto, subrayando una vez más el trato colonial que los Borbones han dado siempre a Cataluña. Lo divertido es que cualquier mediación internacional imaginable deberá comenzar con la celebración de un referéndum pactado de autodeterminación que clarifique cómo está la opinión y cuál es el mandato del electorado.

Predecir una victoria del "sí" es hoy mucho menos arriesgado que al comienzo del mandato de Rajoy, abrigo y amparo de independentistas. Pero ese "sí" trae un estrambote republicano que tortura los oídos reales. Cataluña se independiza como República. Y, a continuación, ¿qué hace la izquierda española? ¿Plantea un referéndum Monarquía-República en rump Spain? ¿Y si las próximas elecciones las gana el PP? Cosa nada extraña pues es probable que la bandera ultrajada tape la basura de la corrupción. Suele pasar.

Menos mal que "lo" de Cataluña era un soufflé que see desinflaría por sí solo. Dice Pérez Royo que el conflicto con Catalunya ya no tiene una solución jurídica ordenada. El punto debe de estar en lo de "ordenada" porque en esta vida todo tiene solución jurídica. Basta con que haya voluntad política que proponga un criterio de equidad.


(Mil disculpas por la extensión pero es que tengo este asunto catalán por una revolución. Su éxito radica en que, siendo nueva y no ajustándose a los criterios al uso en la calificación de estos fenómenos, nadie está preparado para hacer frente a sus movimientos. Y menos que nadie el Estado contra el que se produce esa revolución. Por supuesto, puede fracasar. Muchas revoluciones lo han hecho. Pero el eventual fracaso, que ya se vería, no resta un ápice a la fascinación de presenciar y compartir un fenómeno que tiene desconcertado al Estado español y despierta al mismo tiempo un gran interés y mucha simpatía en el extranjero. Un pueblo digno. Una nación en marcha que quiere emerger como República. Es extraño que casi nadie repare en que, en realidad, son dos revoluciones en una.)

dimarts, 3 d’octubre del 2017

Por un puñado de votos

El partido que algún juez considera una presunta asociación para delinquir y su jefe, sospechoso de haber cobrado sobresueldos en B, lanzaron el domingo a la fuerza pública, sin control ni protocolo algunos, a machacar a la ciudadanía catalana. Unas imágenes de violencia y crueldad insólitas inundan las redes y están en todos los medios del mundo. Porras, pistolas, escopetas, contra urnas y papeletas. La agresión brutal a miles, decenas de miles de ciudadanos que querían votar... y, pese a todo, votaron con un comportamiento cívico ejemplar.

¿O no votaron? El gobierno recurre al arma que ya empleó cuando el atentado del 11M: la mentira. Dice Rajoy, dice Santamaría y sus ministros, dicen los medios, que no hubo referéndum. Contra toda evidencia en contrario. Como cuando dijeron que el atentado de Atocha fue obra de ETA, siendo Rajoy uno de quienes propalaron tamaño embuste. No hubo referéndum. Los ciudadanos no votaron. No había urnas, ni papeletas, ni ciudadanos.

Pero la realidad pasa por encima como una apisonadora: referéndum es para la opinión internacional, referéndum para las redes sociales, referéndum para Cataluña y, sobre todo, para la Generalitat, que actuará en consecuencia, cumpliendo el mandato que de él se deriva con un 90% de votos favorables, de declarar la independencia. 

Negar la realidad tiene consecuencias. Quizá sirva en este caso para ganar elecciones en España, pero no ayuda un ápice a arreglar la situación en Cataluña. Al contrario. El voto que se gana en España entrando a saco en Cataluña exige más saco, la supresión de la autonomía, la intervención del Ejército. Es de suponer que, antes de llegar a aquí, la UE habrá intervenido.

Es inevitable. El gobierno no sabe qué hacer para impedir que el referéndum cuya existencia niega tenga efectos todavía más negativos. Y la oposición tampoco. La brutalidad policial del domingo provocará reacciones internacionales más intensas forzando al gobierno a una solución negociada para presidir la cual podría valer cualquier español excepto Rajoy. 

La oposición, especialmente el PSOE, ha respaldado la acción del gobierno y se ha hecho corresponsable de una barbarie que ha levantado la indignación mundial. Y ahora no sabe cómo salir de la charca salvo implorando unas conversaciones y unos diálogos que incluyan a Podemos y, es de suponer, los indepes, y que nunca se darán porque el interés de Rajoy es ganar elecciones prometiendo recuperar Cataluña a base de someterla. 

Lo malo para esa misma oposición es que, aunque los diálogos propuestos pudieran darse, llegarán tarde. Una vez declarada la DUI, Cataluña ya no está interesada en solución negociada alguna, sino en su reconocimiento como Estado independiente. Lo único que podría hacer vacilar este propósito sería una propuesta de sustituir la DUI inmediata por un referéndum pactado con el Estado a fecha fija. Y aun esto suscitará serias disensiones dentro del campo independentista pues habrá quienes digan que la DUI ya procede de un referéndum y no hace falta otro.

Por lo demás, hoy hay convocado un paro general en Cataluña que será una prueba más de la masiva, cívica, pacífica y firme voluntad de la sociedad catalana de gobernarse a sí misma. El gobierno puede continuar en su ridícula línea de embuste, sosteniendo que tampoco ha habido paro general. Mañana tendrá que decir que tampoco se ha dado una DUI.

Es materialmente imposible imaginar combinación alguna de políticos españoles capaces de entender la situación.

dilluns, 2 d’octubre del 2017

Dos mundos

El Titanic ha chocado con el iceberg de Cataluña y está hundiéndose en un mar de aguas sangrientas.  Han sido tres horas de cargas salvajes con 844 heridos, dos en estado crítico, y cuantiosos daños materiales y espirituales, pues han acabado cortando el último y tenue lazo entre España y Cataluña.

No era un transatlántico, sino un "tigre de papel", un remedo de Estado que expone sus vergüenzas a vista de todos. La primera y más grave, la incapacidad para imponer su autoridad en una parte importante de su territorio si no es recurriendo a la violencia, por muy legítima que se quiera considerar. Su fracaso al querer impedir un referéndum declarado ilegal.

En una comparecencia vergonzosa y sin preguntas, Rajoy declara que el referéndum no se ha celebrado. Es el único en creerlo. Se le añade su fiel infantería de El País, que no se atreve a negar la evidencia como su jefe y suaviza la forma hablando de descabezar el referéndum ilegalpero reconociendo que centenares de colegios electorales abrieron en toda Cataluña en un acto de desafío al Gobierno. Completamos la información: centenares, no; miles. Abrió el 95% de las dos mil y pico mesas.

Es decir, el referéndum se celebró. Y así lo han entendido todos los medios internacionales y nacionales, siempre prestos a ver el mundo con los ojos del gobierno. Y, sobre todo, por celebrado -y como un éxito- lo da el govern de la Generalitat.

Se forjan así dos puntos de vista que presentan dos mundos distintos y antagónicos, aunque sabemos que solo uno pueda ser verdad, quizá una mezcla de ambos. En el mundo de Rajoy no ha habido referéndum catalán porque la fuerza pública, a la que respalda, lo ha impedido. Ni una mención a los costes y menos algo de compasión por las 844 víctimas. En el mundo de la Generalitat el referéndum se ha dado, es vinculante y de él se seguirá en 48 horas una declaración unilateral de independencia.

Los dos mundos evolucionan por separado para volver a chocar. Aunque no haya habido referéndum, Rajoy convoca a todas las fuerzas parlamentarias a debatir específicamente sobre Cataluña. Pero la invitación ya ha fracasado pues, al declararse la DUI, la minoría catalana abandonará el Congreso de los diputados. Tendrá gracia ver un congreso sin catalanes reflexionando sobre los catalanes sin congreso.

El gobierno, el Parlamento por mayoría aplastante, no reconocerá la DUI, pero eso no será obstáculo para que la Generalitat la ponga en práctica. El único modo de impedirlo será encarcelando al presidente y quizá al govern en pleno. A cualquiera se le alcanza, sin embargo, que esa no es una situación sostenible. Lo que supone que se mantiene el enfrentamiento entre el mundo sin referéndum (que ofrece diálogo "dentro de la ley" a unos interlocutores ausentes) y el mundo con referéndum según el cual Cataluña actúa como Estado independiente.

El conflicto institucional se agudizará, demostrando así que la salvaje represión del domingo, además de cruel, ha sido inútil. Ninguna medida tendrá visos de eficacia si no empieza por buscar al único responsable de este desastre, esto es, el señor Rajoy con su recogida de firmas contra el Estatuto de 2006 por pura codicia de poder. Por eso es el mismo Rajoy de los sobresueldos el que en la comparecencia citada sostiene que los únicos culpables de los atropellos son los que los han provocado. Y no él, que es el solo responsable de que el independentismo haya pasado en diez años del 20% a más del 55% de apoyo. Únicamente la dimisión de Rajoy puede entreabrir una lejana posibilidad de acuerdo. Pero Rajoy no dimitirá y seguirá haciendo lo que ha hecho hasta ahora, un estado de excepción sin declarar.

En este mundo (sin referéndum) se niega la realidad y, por tanto, carece de futuro. En el otro (con referéndum) también se niega la realidad y carece asimismo de futuro. La hipotética moción de censura de PSOE y Podemos ya no es posible porque, al irse los diputados indepes, no obtendría la mayoría absoluta. Los dos mundos españoles siguen evolucionando de forma errática en conflicto con el naciente Estado catalán, la República catalana, que ha irrumpido en la historia con mucha fuerza a raíz del referéndum del 1-0.

diumenge, 1 d’octubre del 2017

La reacción del Estado

En nuestro colegio electoral, a las 09:30 hay normalidad. La gente hace cola, vota si problemas y luego se acerca a tomar un café y un bollo en las provistas mesas situadas en el centro de la calle. Pero las imágenes que llegan por TWT de otros lugares cuentan una historia muy distinta. Cargas de los antidisturbios, maltrato a la gente, secuestro de urnas. Cargas también de la Guardia Civil en otros sitios. Al no entender qué sea el censo universal, han asaltado el centro en donde debería votar Puigdemont rompiendo puertas y ventanas sin conseguir nada.. Las fotos de policías quitando urnas están ya dando la vuelta al mundo y contribuyendo al universal y definitivo desprestigio de la marca España. No sabemos hasta dónde quieren llegar con la represión. Están deteniendo gente y provocando escenas que dejarán un reguero de frustración y odio. Tanto si obstaculizan el referéndum por la fuerza bruta como si no, el abismo sentimental entre España y Cataluña será insalvable. Que estos robocops, a la orden del gobierno más corrupto y mafioso de la historia de España, apaleen impunemente ciudadanos pacíficos, es algo que no admite disculpa

España se ha hundido del todo a ojos del mundo. El gobierno ha revalidado su condición de partida de la porra y la oposición la suya, muy triste, de correveidile de los franquistas. 

No hay salida. Si el referéndum triunfa, Cataluña se hará independiente. Si fracasa, la distancia con España será ya insalvable.

Un tipo sin categoría mental y moral como el de los Sobresueldos ha destruido el país al extremo de que solo puede gobernarlo a palos. La oposición le ha facilitado este triste trabajo. Todos debieran dimitir por incompetentes.

Volveremos sobre el asunto en otro momento.

Seguimos

A partir de las cinco de la mañana ha empezado a llegar más gente, como puede verse. Ya debemos ser más de cien y sigue viniendo personal. Sobre las seis y media, cierta alarma. Pasan dos coches de los mossos camino de Sant Cebrià. Uno da media vuelta y, al ver la gente aquí, da otra media vuelta. Se supone que llegarán en algún momento. Por lo que puede leerse en TWT de otros colegios, el protocolo es más o menos el mismo: llegan, piden un nombre de un responsable, lo identifican y se marchan sosteniendo que no se puede hacer nada porque hay mucha gente concentrada. La victoria está en la gente.Sobre las siete y algo, vuelven a pasar, pero no pueden entrar porque hay un tapón en la puerta. La gente. Nos avisan de que van a poner una barrera metálica por "nuestra seguridad" y vuelven a irse. Ni un policía nacional; ni un guardia civil.

Sobre las siete viene una pareja de mossos. Todos en la puerta. No pueden entrar. El alcalde está al frente del personal. Los mossos comunican que se quedarán de plantón para garantizar el orden y se retiran a un lugar poco visible. Retornamos a nuestros lugares, a seguir esperando. Cada vez parece más cierto que se votará.

A las siete y media nos dicen que van a constituirse las mesas y que debemos desalojar. Todos a la calle. 

Ha seguido llegando gente. Poco después de las ocho sale el presidente provisional de la mesa y da las instrucciones. Los miembros de la mesa serán los primeros que voten. Las urnas y las papeletas -que siempre estuvieron en el polideportivo- se materializan y el presidente nos da la clave de la situación: el censo es universal. Por eso, daba igual lo que la Guardia Civil hubiera encontrado en sus frenéticos escorcolls (lo pongo en catalán porque me parece una palabra más bonita que "registros", casi onomatopéyica) por cuanto el censo está en la nube. Por eso todos pueden votar en donde quieran, hasta en las bocas de riego público con tal de tener acceso a internet. Nosotros, no, por no estar empadronados. Y no hacen falta sobres. En el fondo casi ni harían falta papeletas. Con el DNI bastaría al haber registrado el voto telemáticamente. Pero conviene atender a todas las aficiones,

A las 09:00 se abren de nuevo las puertas del polideportivo y la gente empieza a votar en el referéndum que según el Sobresueldos, no iba a celebrarse.

De momento, vamos ganando.