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diumenge, 19 d’agost del 2018

Consigna: desestabilizar Catalunya

¡Qué poco ha durado la alegría de la tregua ficticia que El País se había inventado! Menos de un día, dice, contrito, el periódico; y tan menos; como que no existió. Después del espectáculo de grosería, chabacanería y agresividad del unionismo,  por la noche entraron en faena los comandos fascistas encapuchados y portando armas blancas. Esta vez, traían un plan y un croquis de actuación que afectarían a varios núcleos de población. Los mossos los han detenido e identificado. Catorce individuos, uno de los cuales, al parecer, un guardia civil de paisano. Ya veremos los demás. Este es un problema grave, por más que los medios se obstinen en ocultarlo o en inventarse enfrentamientos y tumultos entre unos y otros. Los agresores son casi siempre unionistas. ¿Puede el gobierno controlar a unos cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado rebosantes de franquistas y ultras que se sienten animados por el "¡A por ellos!" que comparte la sociedad española? Y, si no puede, ¿de qué Estado de derecho hablan los gobernantes y sus medios? ¿Un lugar en que la ciudadanía se ve impedida en el ejercicio de sus derechos por bandas de fascistas, delincuentes y agentes del "orden" de paísano? No es un Estado de derecho; es un Estado hobbesiano de naturaleza en el que no hay una guerra de "todos contra todos", sino una agresión permanente de los más, violentos y más armados contra los menos, pacíficos y desarmados.

Poco más tarde, Albiol, protagonizaba una de sus chulescas salidas de tono recriminando al presidente Torra su declaración de atacar el Estado injusto. A minutos del comienzo del acto de homenaje a la víctimas. Y es que esto de las víctimas no importa mucho a la derecha. Normalmente las instrumentalizan o las ignoran. Entrevistada en directo en otro lugar, Inés Arrimadas arremetía contra los independentistas acusándolos de todo lo imaginable, especialmente de politizar un acto destinado a las víctimas con tanta reiteración y fatiga que la presentadora hubo de hacerle lo que en tuiter se conoce como ¡Zasca!: "es el día de las víctimas y usted no para de hablar de política".

No hay tregua. Hay una consigna, consistente en alimentar la tensión, atacar a Catalunya por cualquier medio, sembrar la violencia y el terror con impunidad. La izquierda española se tragó la pócima de que había una nación española configurada como un Estado de derecho y una democracia cuando lo que tenía era la actualización del régimen de la dictadura blanqueada constitucionalmente. Ahora le toca beber otra peor: si no pone coto de forma contundente a la fascistización del país, acabará siendo cómplice de ella.

dissabte, 23 de juny del 2018

La tregua

La idea es de Miquel Iceta, quien pide aprovechar los juegos olímpicos del Mediterráneo para declarar una tregua olímpica. Se aprecia la buena intención de este político tan polifacético. Solo que la figura parece desmesurada y fuera de lugar. La tregua olímpica original era verdadera: se suspendían las frecuentes y continuas hostilidades para garantizar la seguridad de los atletas. Actualmente, dadas las circunstancias, la tregua olímpica es meramente simbólica. El mundo está en perpetua guerra. No así en España, es de suponer. Pedir la tregua es reconocer que hay una guerra, lo cual es falso. Hay un conflicto político. Para convertirlo en guerra es necesario que ambas partes estén armadas, si no paritaria, asimétricamente. No es el caso de Catalunya. Por tanto no puede haber tregua en donde no hay guerra. En los juegos del Mediterráneo falta la guerra; como falta el corredor del Mediterráneo, una de las facetas del conflicto.

No obstante, se entiende, la idea es lograr un cese de hostilidades incruentas para posibilitar el paso a la segunda parte de la tregua olímpica clásica: negociaciones, acuerdos, pactos. Tampoco es mala ocurrencia, pero igualmente inoportuna. Cualquier negociación precisa tranquilidad, seguridad, normalidad. Es imposible aceptar como normal una situación con presos y exiliados políticos. Su liberación y exoneración es un requisito de cualquier negociación y, mientras se decide, su inmediato traslado cerca de sus familias. 

Parte del nacionalismo español parece dispuesto a explorar vías de entendimiento con los indepes. El gobierno, escasamente, la verdad. La tregua de Iceta no tiene contenido y, en el contencioso simbólico entre la Generalitat y la Corona, la ministra Celaá, ha expresado el apoyo del gobierno al Monarca. En su opinión los desaires a la Corona lo son en realidad a la Generalitat que demuestra no representar a todos los catalanes. Sin duda, ministra, pero a menos catalanes representa el rey y a muchísimos menos su gobierno de usted y no para usted de hablar.

Podemos piensa exponer al lunes al MHP sus planes para conseguir una España plurinacional en la que Catalunya se sienta a gusto. Es una base razonable de negociación, sobre todo si viene acompañada de la aceptación de un referéndum pactado de autodeterminación, como parece ser. Es una base razonable e inteligente. No hay otra salida. Sin embargo, el plan de la plurinacionalidad y referéndum a quien tiene que convencer no es a los indepes, sino a los demás partidos nacionales españoles, PP, PSOE, C's. Tarea hercúlea cuya imposibilidad es el punto débil de la propuesta de los morados y por lo que es poco probable que ascienda en votos a costa de los otros extremos, el unionista y el independentista. El suyo seguirá siendo el voto de la ambigüedad

El conflicto político no admite treguas ni conoce descanso. Todo lo que se haga institucionalmente en España y Catalunya llevará la huella del enfrentamiento. Y a extremos duros. Torra anuncia que la Generalitat rompe relaciones con la Corona y enciende una nueva crisis constitucional porque, aunque sea simbólica, es muy representativa. Desde un punto de vista de teología constitucional, es un sacrilegio. 

Pero está en la calle. El estadio se encontraba medio vacío y hubo abucheos y pitidos para repartir. Predominaban las banderas rojigualdas, prueba de que, probablemente, así como los indepes optaron por boicotear el acto, los tabarnianos hicieron acto de presencia. Si el apoyo de la dinastía en Catalunya es Tabarnia, la corte puede trasladarse a un plató de televisión en un programa magazine de la mañana. 

El independentismo tiene dos agravios recientes frente al Estado, los dos abundantemente expuestos,  los dos ignorados, uno, el de los presos políticos, ignorado por el gobierno y el otro, las disculpas por el discurso del tres de octubre, ignorado por el rey. 

El problema no es que las partes sean capaces de articular propuestas de convivencia alternativas a la actual, incluida la independencia, por supuesto. El problema es que esas propuestas ganen en un referéndum.

dilluns, 18 de juny del 2018

Un respeto a la achicoria

Los de mi generación tenemos asociada la humilde achicoria con el sustituto barato o sucedáneo del café. En tiempos de crisis y escaseces lo primero que desaparece son los preciados granos del cafeto, sustituidos por la achicoria. Así que, por injusta asociación de ideas, tenemos cierta inquina a la también llamada diente de león. Sabemos de sus mucha propiedades medicinales y culinarias, pero la imagen negativa del sucedáneo en escasez prevalece.

Sin embargo, héteme aquí que tiene una poderosa defensa bajo la forma de una Associació Gastronòmica del Pallars Sobirà que, precisamente, se llama La Xicoia, (taraxacum officinale) en honor de tan benéfica planta como ingrediente de la cocina de la comarca y con cuyo presidente, su tocayo Ramon Pesset, aparece aquí Palinuro. Pues es el caso que dicha asociación compuesta por propietarios de establecimientos culinarios, una vez al año celebra una cena con productos de la tierra y en ella aprovechan para premiarse unos a otros (lo cual tiene su mérito, pues te premian tus pares) y alargan la distinción a un afuereño que les caiga simpático. Y este año ha sido Palinuro, distinguido con un  bonito emblema y que trasmite aquí su agradecimiento a tots i totes, la gente, los músicos/cantantes, los cocineros, meseros, cantineros, bodegueros (este año, se honraba en especial el vino), escanciadores y sobre todo a la fabulosa animadora, epítome de todas las gracias y artes, la danza, la mímica, el ingenio, el canto, el teatro y la lengua; incluso la física, pues es capaz de sacársela al público. En la mesa escuché a un par de comensales, dos empresarios uno de cocina y otro de bodega con un discurso muy similar del concepto de la cocina del lugar en el que entran muy diversas perspectivas, ecológica, económica, sentimental, filosófica, médica, etc. Me recordaba la idea de Faustino Cordón de que "cocinar hizo al hombre". Hay que ver qué importantes son los gremios.

Vinimos convocados por el amigo Carles Canut y su hija Carlota, convocatoria irresistible. Conocimos a la feliz tercera generación de Canuts y nos quedamos prendados del lugar, el Pallars Sobirà, Sort, la capital. Un enclave en el Pirineo, limítrofe con Francia, Andorra y otros lugares no menos exóticos; atravesado por la Noguera Pallaresa, entre desfiladeros bajo los picos más altos de los Pirineos catalanes. Para quedarse, vamos, a comer, beber buenos vinos y practicar alpinismo, senderismo, rafting o a meditar sobre la brevedad de la vida, arrullados por las bravas, pero no turbulentas aguas de la Noguera.

diumenge, 3 de juny del 2018

Tarjeta de visita: los presos políticos

La última vez que Pedro Sánchez se refirió a los presos políticos en España fue para negar su existencia. Para él no hay "presos políticos". Ignoro si también completó como hacen los de la banda pepera, hablando de "políticos presos". O sea, como Zaplana. Me extraña que alguien de izquierdas sea incapaz de ver las diferencias entre Zaplana Y Junqueras. Si no las ve cuando son patentes a primera vista, realmente no merece la pena seguir hablando. Hay que pasar a defenderse. Porque si alguien sostiene que no hay diferencias entre Zaplana y Junqueras, solo puede hacerlo de mala fe y frente a la mala fe, poco es lo que cabe razonar. Lo dicho, a defenderse.

Defensa es la iniciativa de la Generalitat de colgar un enorme cartel en la fachada del Palau de Sant Jaume pidiendo la libertad de los presos políticos, de esos que no existen, según Sánchez. Apenas nombrado presidente del gobierno español, Sánchez ya "razona" como Rajoy: negando la existencia de lo que no le gusta. Para el presidente de los sobresueldos, no habría consulta del 9N 2014 y no hubo consulta del 9N 2014; no habría referéndum del 1-O y no hubo referéndum del 1-O; no habría declaración de independencia republicana y no hubo tal; no hay presos políticos y Sánchez retoma la falsedad de la banda de malhechores y la hace suya: no hay presos políticos.

Pero el hecho es que los hay y su liberación ha sido la primera exigencia del gobierno de Torra. Sánchez puede seguir la vía neurótica de su predecesor y obstinarse en negar la realidad y la realidad acabará negándolo a él como ya ha tachado al presidente de la Gürtel y el apaleamiento de ciudadanos el 1-O. Claro que hay presos y exiliados políticos en España y, por cierto, injustamente tratados en relación con los presos comunes. Claro que la lucha por su liberación es el punto primero del programa del govern de la Generalitat, lo que demuestra la absoluta ineptitud de quien diseñó toda la operación de represión en Catalunya, Soraya Sáez de Santamaría. Y claro igualmente, que el gobierno español no puede permitir que la bandera española no ondee en el Palau y sí, en cambio, la pancarta por los presos políticos con la que, además, Torra pone en evidencia el camaleonismo y la hipocresía de Ada Colau. 

La cuestión es si el gobierno de Sánchez está en situación de obligar a la Generalitat a cumplir la legislación sobre banderas y retirar el cartel de los presos. Y no lo está. Otra parcela más de soberanía española desalojada por la soberanía catalana. Este es el procedimiento por el cual la República está consolidándose de hecho, gradualmente, ante la creciente impotencia del Estado, cada vez más fallido e incompetente. 

Desde el nombramiento de las nuevas conselleres se han escuchado voces criticando al govern de Torra el haberse acomodado a las exigencias españolas, haber aceptado su ilegal legalidad, llegando al extremo de dudar de su compromiso con el objetivo final de la República Catalana independiente. Pero las declaraciones y actos del presidente son inequívocos: la hoja de ruta a la independencia y la República se mantiene, queremos la liberación de los presos y la anulación de todos los expedientes represivos del tipo que sea, judicial, político, económico, policial, etc. 

El problema, obviamente, es para Pedro Sánchez. Su partido, en especial sus sectores más reaccionarios, como Rubalcaba, Díaz, Bono, etc y algunos activos hoy en su entorno, como Ábalos o Puente, no le dejan ni acercarse a los independentistas. Por otro lado, su exclusión de Podemos del gobierno no lo hará bienquisto a los ojos de los morados, si bien es cierto que, dada su confusa ambigüedad, apenas será útiles en el contencioso catalán.

Porque ese es el problema real del Estado español ahora mismo, el que de verdad compromete su supervivencia. Ayer suponía Palinuro que el PSOE optaría por un gobierno apoyado en "geometría variable", juntando una política social progresista con el apoyo de Podemos y los indepes y una nacional reaccionaria imperial españolista con el apoyo del PP y C's. Lo cual está bien, revela decisión, pero no un conocimiento aceptable de la realidad con la que se encuentra. Esta se condensa en una figura concreta: la existencia de dos poderes -la dualidad- antagónicos que luchan por el mismo territorio, España y Catalunya. La segunda, emergente, la primera, claudicante.

Heredero de un régimen secularmente corrupto y tiránico, obra de una oligarquía inculta, esquilmadora, nacional-católica, con cuarenta años de franquismo y otros cuarenta de democracia falsa o Potemkin, el sistema político de la Constitución de 1978 ha llegado a su fin, por su incapacidad para hacer frente a la crisis territorial constitucional catalana. 

La República catalana acabará siendo una realidad incuestionable por incapacidad de la monarquía española para conservar a Catalunya. España la perdió para siempre con la salvaje represión policial del 1-O y la siniestra, amenazadora y estúpida comparecencia del rey dos días después en un discurso para defender al gobierno de los piolines y el "a por ellos" y amenazar a los catalanes sin contar con ellos para nada.

¿Qué puede hacer Pedro Sánchez para evitar la perspectiva de la separación final de Catalunya?

Si este Pedro Sánchez es el de la prolongación del 155, el "respeto a la ley", la reforma del Código Penal para criminalizar a los indepes y la intención de establecer la dictadura en Cataluña, no podrá hacer nada.