El 1-O de 2017, cerca de tres millones de catalanes fueron a votar en un referéndum de autodeterminación. Setecientos y pico mil no pudieron hacerlo porque la policía y la guardia civil, a las órdenes de un gobierno de franquistas corruptos, lo impidieron a palos; o bien votaron pero esos mismos individuos de azul o verde, robaron los votos. No obstante, unos 2.040.000 ciudadanos, con riesgo para su identidad física, votaron y, de ellos, más del 96% lo hicieron a favor de la independencia.
El 21 de diciembre de 2017 en unas elecciones impuestas por el mismo gobierno de corruptos y ladrones y con los dirigentes catalanes en la cárcel o el exilio y que tuvieron el valor de un referéndum, unos 2.060.000 catalanes, más del 47%, es decir, la mayoría del electorado, volvieron a votar por candidatos independentistas.
La mayoría del electorado catalán es independentista y quiere ejercer su derecho de autodeterminación. Bueno, pues el gobierno del PSOE no tiene la menor intención de respetar esa mayoría. Niega que sea posible ejercer la autodeterminación y como argumento se vale del hecho de que no está prevista en la Constitución. Tampoco estaba prevista la ignominia del art. 135 y lo estuvo en 24 horas por decisión vergonzosa del PSOE y el PP. La señora Batet debe de creer que la gente es tan estúpida como ella misma parece. Las leyes y las Constituciones se cambian (y de la noche a la mañana) cuando se quiere. Si ahora no se quiere es porque a los partidos españoles no les da la gana. Porque hasta la señora Batet sabe que no se hicieron las personas para las leyes, sino las leyes para las personas.
Y hay más. Es que ni es necesario cambiar la Constitución. Hasta con esta Constitución de chicha y nabo, redactada por escolares de tercera, se puede hacer un referéndum de autodeterminación en Catalunya. Basta con interpretarla de modo abierto. Cierto que, en este momento, al lado de la cuentista Batet aparece el "desinfectador" Borrell para añadir la habitual sinsorgada de que el derecho de autodeterminación solo lo tienen las colonias y Catalunya, según él, no lo es porque no está en la relación de la ONU de territorios independientess. Cuanto más autoritario es un individuo, más papeles invoca. Batet, la Constitución; Borrell la relación de la ONU.
El insulto directo al independentismo, a Catalunya y al mundo entero viene a continuación.
Dice la misma Batet que los catalanes no pueden votar en un referéndum de autodeterminación porque no. Que lo quiera la mayoría del electorado catalán, que del referéndum de autodeterminación sea partidario el 80% del electorado, a estos individuos/as les da igual. Es no porque no les sale de las narices. En cambio ofrecen votar un acuerdo político (sin decir cuál) de consenso amplio con el apoyo del 80% del electorado. Es indiferente que, con cerca de un 50% de votos independentistas no haya manera de conseguir ese 80%. Para ello se requeriría que el equivalente a 30 puntos porcentuales de catalanes (un millón trescientos mil, más o menos) tendrían que votar lo que no quieren para dar gusto a la señora Batet.
¿Está claro el insulto? Catalunya no solo es una colonia de la oligarquía española con el apoyo de la seudoizquierda socialista sino que los catalanes no pueden ni votar lo que quieran, sino lo que a esta gente española se le ponga en las narices.