dimecres, 1 de març del 2017
La prensa y el poder
dijous, 20 d’octubre del 2016
La caída de los dioses
divendres, 2 de setembre del 2016
NO sigue siendo NO
dilluns, 19 d’octubre del 2015
Tiempo de ataques.
Palmira Chavero (2015) Prensa y política en tiempos de crisis: estudio de la legislatura 2008-2011. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas. (263 págs.)
divendres, 19 de juny del 2015
Cinco desprecios en uno.
- al partido y sus dirigentes y militantes. Quienes sostenían por orden de la superioridad que habían ganado las elecciones porque eran el partido más transparente de España, se enteran ahora de que han perdido los votos del centro a causa de la corrupción que, a pesar de no existir, ha hecho mucho daño. ¿Conclusiones de un debate? ¡Quite allá! ¡Ni que el PP fuera un partido asambleario! Verdades axiomáticas comunicadas desde las alturas. Consecuencias: unos cambios en los destinos del personal decididos también en las alturas. Se quita a unos, se pone a otros y nadie rechista antes ni después. Los criterios, absolutamente personales. Explicaciones, ni una. Cambia el partido. El gobierno no toca. Punto.
- a los periodistas. Una rueda de prensa en plasma, sin preguntas, es una humillación profesional. Y algo insólito en las democracias occidentales, inficionadas de liberalismo y libre examen. Aquí, las decisiones y opiniones del poder no se discuten ni se cuestionan. Rajoy dice, por ejemplo, que las elecciones catalanas del 27 de septiembre, si se convocan, serán elecciones autonómicas y nada más. Si se quiere que sean algo más, el gobierno hará valer la soberanía nacional. Y no se admiten preguntas. Los periodistas pueden escuchar y comentar entre ellos. Es de suponer que esta pintoresca ceremonia está ya en You Tube. Aprovecho para sugerir al gobierno que haga todas las ruedas de prensa en ese canal. Quizá no lleguemos al soldado universal, pero sí quizá al periodista universal.
- a sus votantes. Todo es un problema de comunicación. Recuérdese que para Rajoy lo dañino era el martilleo de las televisiones y la incapacidad para engañar a la gente con una historia de recuperación que nadie cree por más noticias halagüeñas relativas a macromagnitudes que compran en los zocos internacionales. Los votantes fieles están seguros y es preciso concentrarse en los volanderos mejorando la comunicación y propaganda y no poniendo coto a los desastres y desmanes que todo el mundo ve. La gente no debe ver lo que ve sino lo que el gobierno quiere que vea.
- a los ciudadanos. La información es un derecho. Los ciudadanos lo ejercen mayormente a través de los periodistas. Silenciar a estos es negar a aquellos el ejercicio efectivo de un derecho. Aparecer en forma de plasma, como un remedo cutre del Gran Hermano orwelliano, sustituyendo los minutos de odio por los de intoxicación y estupidez es un insulto al conjunto de la ciudadanía. Esta carece de todo acceso a la información dado que quien comparece en plasma ante los periodistas, no aparece ni en plasma en el Parlamento en donde acepta tantas peticiones de comparecencia de la oposición como preguntas de los periodistas.
- a la oposición. Da un poco de corte llamarla así porque apenas se opone. Aplastada y asfixiada por el rodillo de la mayoría absoluta, está reducida a la irrelevancia o a ser el muñeco que recibe las bofetadas en los escasos y breves intercambios dialécticos semanales en los que la bancada del gobierno ovaciona los desplantes del presidente al lider de la oposición mayoritaria. La oposición no hace otra cosa que legitimar una práctica autoritaria de gobierno que prescinde del Parlamento e interfiere en el Poder Judicial. Está legitimando algo muy peligroso sin recurrir a las armas que tiene. Y, sin embargo, no le queda más remedio porque los cambios anunciados por Rajoy (Cospedal en la secretaría general y Moragas a la campaña) tienen una clara intencionalidad: ganar las elecciones como sea. Y, si es preciso, cambiando a su favor la ley electoral. Es lo que hizo la dueña castellano-manchega. Y, a pesar del ello, perdió. Lo mismo, probablemente, pasaría en las generales. Pero, en principio, es absolutamente intolerable que se quiera cambiar la ley electoral a cinco meses de la consulta. Es una evidente muestra del juego sucio en el que se ha especializado esta asociación de presuntos malhechores.
dijous, 8 de gener del 2015
Notas mínimas sobre la blasfemia.
Los responsables de la matanza de Charlie Hebdo son quienes la han perpetrado.
dijous, 30 de gener del 2014
Del Watergate al Firegate.
dilluns, 23 de desembre del 2013
Más europeos contra el fascismo del gobierno español.
dimecres, 10 d’octubre del 2012
Las imposturas de Cebrián.
(La imagen es una captura de dilmarousseff, bajo licencia Creative Commons).
dijous, 3 de maig del 2012
Por la libertad de expresion.
dissabte, 25 de febrer del 2012
Adiós a Público en papel.
Lo que casi todo el mundo temía se ha producido: la edición en papel de Público deja de aparecer. Queda la digital y tampoco con muchas garantías. Cuando a primeros de enero de este año se anunció el concurso voluntario de acreedores, Palinuro escribió una entrada con el título Sobre Público en la que daba su opinión acerca del problema del periódico. Con la independencia de criterio y la buena fe con que procura siempre decir lo que piensa, apuntaba las razones del fracaso y aportaba alguna crítica (y autocrítica) que faltaba en la carta con la que el tercer director del diario, Jesús Maraña, daba cuenta de la situación. Tras haberlo releído considero válido el post del 4 de enero y creo ocioso reproducirlo aquí. Si alguien quiere conocer su contenido, que pinche sobre el enlace más arriba.
Ahora cumple hablar sobre algunas de las reacciones que el cierre ha suscitado. La mayoría de los medios lamenta la desaparición de una cabecera y no solo por espíritu corporativo sino en virtud de la muy generalizada convicción de que disminuye el pluralismo informativo y eso es una lástima. Así es en verdad. Pero no es decir mucho. Disminuye la oferta de pluralismo informativo. Y, como esto es un mercado libre, disminuye porque era una oferta que no tenía demanda, o no la tenía en la forma en que se presentaba la oferta (me permito remitir de nuevo al lector al post citado, en donde se explica esto un poco mejor) que es como no tenerla. Solo así puede explicarse esa perplejidad casi universal de que, habiendo una demanda de un periódico de izquierda, el periódico de izquierda cierre por falta de compradores. Esto se puede matizar, pero no es el momento de hacerlo; tiempo habrá si de verdad queremos reflexionar sobre qué sucede con la llamada "prensa progresista". El hecho es que no había esa supuesta demanda o no la había para la oferta que se presentaba.
Lo anterior es casi una perogrullada; pero es. Podría servir quizá para abordar un debate sobre qué exactamente piden los lectores de izquierda a la prensa. Incluso los lectores en general. Sería interesante. Podría hacerse un par de encuestas preguntando a la gente, algo siempre más avisado que empeñarse en que la gente hace, no lo que cree, sino lo que queremos que crea. Es un típico error de factura ideológica, asesino de toda decisión empresarial con sentido. Estoy seguro de que se entiende pero, por si alguien necesita tocar con los dedos, como Santo Tomás, recuérdese el fiasco relativamente reciente del intento de otro periódico en papel más a la izquierda de Público, La voz de la calle. Cuatro meses escasos duró el proyecto del millonario izquierdista, simpatizante o militante comunista y amigo de Santiago Carrillo, Teodulfo Lagunero. Alguien le dijo que había sitio en el mercado para un diario más a la izquierda de Público o sea, ya abiertamente de IU, es decir, del Partido Comunista de España. Y alguien también le dijo a tiempo que eso era falso. A tiempo hasta cierto punto porque el blog de Antonio Arce, el del anterior enlace, termina con la siguiente amarga reflexión: "La próxima vez casi mejor si se lo piensan, grandes nombres de la izquierda, antes de joder una vez más a los de siempre". Es muy fuerte. ¿Puede decirse algo parecido de Público? Hasta cierto punto, sí.
Pero solo hasta cierto punto. Las consecuencias, sin duda, han sido las mismas o peores. La intención, sin embargo, era buena; aunque seguramente falló la competencia para realizarla. De esto se hablará mucho en los próximos días. Pero, insisto, una cosa son los resultados y otra las intenciones. ¿Alguien no entiende esto o hace como que no lo entiende? Sí, también, en concreto Luis Solana que en su entrada en el blog que tiene alojado en El Plural, titulada Público, el último error progresista, simulando analizar desapasionadamente la situación, hace una espantosa leña del árbol caído que desautoriza de cuajo toda la columna. Culpa a la empresa de Público de haber hecho un grosero error de cálculo mercantil pero no por no ser capaz de realizar el producto necesario, sino por haber intentado hacerlo en competencia con El País y el grupo PRISA a los que Solana atribuye una especie de derecho indiscutible a apacentar la grey progresista. Si esto es un error práctico, la crítica es aceptable; pero si se presenta como un error político, incluso moral, el autor debe mostrar haber estado a la altura de lo que predica. Y para ello habría de empezar por explicar en primer lugar porqué aloja su blog en un periódico en lugar de mantenerlo por libre para saber cuánta gente lo lee por ser él mismo; y en segundo, porqué empezó alojándolo en Libertad digital antes de pasarse a El Plural. ¿Es indiferente el soporte? Y, si es indiferente para él, ¿por qué no para Público?.
Público se equivocó. Pero lo hizo de buena fe.
Saldrá otro Público. Quizá un Repúblico. ¿Por qué no? La demanda existe; pero hay que satisfacerla como es (sin renunciar a un prudente espíritu formativo) y no como queremos que sea.