En la estrategia de la guerra, los medios de comunicación son un factor esencial. De siempre han tenido encomendada la tarea (que siguen cumpliendo de maravilla) de sostener la moral de los "nuestros" y socavar la del "enemigo" y hoy se utilizan ya como armas directamente en el combate. Al-Qaeda libra sus batallas mediante videos y, a lo que parece, el terrorismo internacional (igual que el antiterrorismo, supongo) se organiza a través de la red, al tiempo que la iconografía se adueña del espacio político. Un cartel como el de la derecha, nada infrecuente en las manifas del PP o de sus sucursales, presenta al presidente del Gobierno como portavoz de ETA. Es decir, se vale de la imagen como si fuera un proyectil, para deslegitimar a un objetivo político.
Siguiendo el foucaultiano criterio de que la política es la continuación de la guerra por otros medios, se entiende por qué andan los partidos españoles arrojándose videos a la cara. El penúltimo fue una colosal metedura de gamba de los del PP para poner en solfa la cuestión de la seguridad pública con el PSOE valiéndose de imágenes procedentes de Colombia y, ¡oh sorpresa! proponiéndose a sí mismos para mejorar la seguridad, ellos, que eran el partido del Gobierno durante el atentadod del 11-M.
"No se plantee en este ámbito ningún nuevo escenario. Ya hemos dicho, por activa y por pasiva, que no se negociará con los terroristas; los Pactos de Ajuria Enea y de Madrid no permiten la negociación con los terroristas en las actuales circunstancias. Por tanto, no habrá negociación con los terroristas. Yo, en la intervención inicial, me he permitido hablar de la colaboración de la lucha antiterrorista con Francia, específicamente; con todo el mundo en general y , además, mostrar la satisfacción del Gobierno por unas nuevas detenciones. Ésta es la tarea que está haciendo el Gobierno. A partir de ahí, no lean las declaraciones más allá de lo que son las declaraciones de buena voluntad. No debe haber vencedores y vencidos, pero no debe haber terroristas que matan".Los mismos que en 1998 no querían vencedores ni vencidos son los que hoy los quieren. ¿Qué ha cambiado de ayer a hoy? El color del gobierno.