diumenge, 14 de juny del 2015
Contextos.
dijous, 26 de març del 2015
El accidente.
dimarts, 18 de febrer del 2014
¿No son personas los negros?
(La imagen es una foto del Twitter de Javier @jdacazas
divendres, 6 de desembre del 2013
Un negro cabezota.
El mundo es mejor porque Mandela ha pasado por él.
dimecres, 5 d’octubre del 2011
Lo que viene: xenofobia, racismo y machismo.
En épocas de crisis no solamente se hunden los valores bursátiles; también lo hacen los morales. Mientras que el primero es causa de ruina de muchos, de estrecheces y penuria, el segundo es aun más grave porque mina el fundamento de un orden civilizado de convivencia, propio de una sociedad abierta. Esta lo es porque tiene capacidad para integrar el pluralismo y la multiculturalidad, signos de nuestro tiempo. La crisis económica puede llevar a los sectores sociales que más la padecen a buscar un chivo expiatorio y suelen encontrarlo en otros grupos más débiles, más desprotegidos, los inmigrantes. Es el caldo de cultivo en que florecen los demagogos, que surgen normalmente en la derecha, aunque también se den a veces en la izquierda.
El ultrarreaccionario dirigente catalán, Josep Anglada, pronunció el otro día un discurso incendiario en plena plaza pública, definiendo su partido como la resistencia secular contra la invasión musulmana y llamando, de paso, ratas de cloaca a los indignados del 15-M. Es un lenguaje típicamente populista con dejes de fascismo que trata de dinamitar la convivencia entre comunidades, que genera violencia y por eso se pronuncia ante auditorios de matones cabezas rapadas que cualquier día de estos pueden cometer una barbaridad.
Arrinconarlo en la extrema derecha no mitiga el carácter corrosivo del discurso de Anglada que prende en lo que se presumía era la derecha civilizada. Ejemplo el oficialmente moderado Durán i Lleida que también se ha subido al carro de los prejuicios en contra de la inmigración de la que dice que hay más de la que debiera haber. Es un propósito profundamente injusto en un terreno filosófico pues presupone que las gentes somos dueñas de los territorios, como si fueran masías y que podemos negar el derecho de libre circulación de las personas. No es seguro, sin embargo, que Durán entienda esta objeción. Sí entenderá, es de suponer, otra de carácter religioso (ya que se trata de una político demócrata-cristiano) según la cual impedir la inmigración, incluso expulsar a los inmigrantes, son actos nada caritativos con el prójimo, concepto esencial en el evangelio que Durán dice profesar.
Más llamativa es la injusticia, para entendernos, económica. Los inmigrantes llegaron cuando el desarrollo del capitalismo español exigía mano de obra para los trabajos que los nativos no querían realizar. Por entonces había pocas proclamas xenófobas (siempre hay irreductibles) y se escuchaban pocos discursos en contra de la inmigración. Amaneció la crisis y quienes habían venido a ocupar los puestos de trabajo que nadie quería pasaron a ser los que venían a robarnos los puestos de trabajo. Es tan injusto que da vergüenza. Y que esa injusticia la abone un político cristiano demuestra que hay derechas e izquierdas hasta en la religión.
Todavía más injusto es que el rechazo a la inmigración se haga confundiendo alevosamente los efectos con las causas. Dice Durán que la presencia de los inmigrantes hace bajar el valor de los inmuebles de la zona y que la asistencia de sus hijos a las escuelas degrada la enseñanza. Ambas cosas son ciertas, como todo el mundo sabe. Pero la culpa no es de los inmigrantes sino de unas autoridades que no aplican políticas públicas de vivienda y educación dentro de las pautas morales de integración y convivencia de nuestra sociedad.
Y la injusticia se hace ya sangrante cuando se recuerda que Durán pertenece a un partido de gobierno de la Generalitat cuyos recortes en políticas sociales no sólo no resuelven aquel problema sino que lo agravan.
Junto a la xenofobia, el racismo. Según Artur Mas, hay sevillanos y gallegos a los que no se entiende cuando hablan castellano o español. Es una observación que podríamos llamar de racismo tónico. El concepto de raza, como casi todos los biológicos, se falsea al aplicarlo al campo social y, si se trata del que pudiera emplearse para distinguir a catalanes, gallegos y andaluces, como se ve, sólo puede justificarse en el acento con el que se habla una lengua común. Hablar de ininteligibilidad de unos u otros acentos es una forma de llamar bárbaros a quienes "no se entiende". No es que Mas no los entienda sino que no se les entiende; que no son inteligibles objetivamente hablando; es decir, como buenos bárbaros, son inferiores.
Avanza igualmente a todo trapo el machismo que, por cierto, también es una forma de racismo: hombre superior y mujer inferior. Como hay ley superior y ley inferior. Será por ese aspecto jurídico por lo que el juez Del Olmo, de la Audiencia de Murcia, acaba de exonerar prácticamente a un hombre acusado de decir a su hijo que verá a su madre en una caja de pino en el cementerio, tras recomendarla que camine "como las zorras", mirando hacia atrás y hacia delante. De inmediato la portavoz del Consejo General del Poder Judicial ha asegurado que comprende que se reaccione con estupor ante la sentencia y, desde luego, que se la critique.
Algo más que criticable; la sentencia es injusta porque implica que no se consideran delito las amenazas de muerte. El juez del Olmo acumula ya una larga historia de exculpaciones y revocaciones a hombres condenados por violencia de género por sostener que, para que la Ley que agrava las penas pueda aplicarse es necesario que se pruebe antes la voluntad de dominación machista. Basa ese criterio an la jurisprudencia del Tribunal Supremo que así lo exige. El problema es que esa voluntad ya está en las relaciones matrimoniales ordinarias que son machistas por tradición y, al pedir que se pruebe de forma especial, lo que se está diciendo es que, para castigar por injurias, violencia o amenazas de hombres contra sus parejas es necesario que haya reiteración. Y eso es precisamente machismo.
Xenofobia, racismo, machismo, tres delitos que, si nos descuidamos, pueden volver a ser virtudes.
(La imagen es una foto de josepaulinog, bajo licencia de Creative Commons).
divendres, 23 d’octubre del 2009
Racismo en la tele.
Toda equidistancia entre el discurso ultraderechista y el ultraizquierdista es hipócrita, criminal y suicida. Digo entre los discursos. Las prácticas son otra cosa. Las prácticas sí tienden a parecerse, a coincidir. Ambas descansan en la negación radical de la dignidad de las personas, de la libertad del individuo. Ambas someten a éste a la locura de un proyecto colectivo (de raza, de clase, de lo que sea) que, sin consultar a nadie, se impone a sangre y fuego en la sociedad, negando los derechos más elementales de las personas, instrumentalizándolas en pro de la locura, esclavizándolas y aterrorizándolas en un régimen de arbitrariedad, tortura y desapariciones.
Esa es la práctica, pero el discurso respectivo es muy distinto. El discurso de la extrema derecha es mucho más peligroso que el de la extrema izquierda. Éste último hace referencia expresa a la utopía y atribuye a los seres humanos unas cualidades de solidaridad, justicia y altruismo que la mayoría de esos seres humanos está convencida de que no se dan. El discurso de la extrema izquierda genera incredulidad y desconfianza, dos reacciones muy razonables a la vista de lo que se vio que eran los sistemas comunistas: lugares en que unos dirigentes que vivían en el lujo y la molicie predicaban a las masas unas virtudes de trabajo, esfuerzo, sacrificio, entrega que ellos no practicaban.
En cambio el discurso de la extrema derecha habla a las pasiones mas obvias y bajas del ser humano: el instinto de supervivencia, el egoísmo, la exclusividad y la exclusión del extranjero, cualidades que todo el mundo dice no tener pero todos, significativamente, dicen que crecen y crecen en la sociedad. Teniendo en cuenta además que es una ideología que propugna el empleo de la violencia, aunque no siempre lo diga.
Es decir que no estoy muy seguro de si la BBC ha hecho bien permitiendo que el ultraderechista Nick Griffin suelte su veneno en todos los hogares. Supongo que sí pero no estoy seguro. Preocupa cómo se extiende esa mentalidad criminal.
(La imagen es una foto de hiperkarma, bajo licencia de Creative Commons).
dissabte, 11 de juliol del 2009
Un cielo tachonado de perlas.
Erradicar el racismo del corazón de la gente parece un programa hermoso pero temo que irrealizable. Para demostrarlo basta con pedir a cada cual que mire en el suyo y que mire a fondo, no en los habitáculos de la autocomplacencia que es en donde mora la mayor parte de los comentaristas y analistas. En habitáculos de verdadera indigencia intelectual, en uno de los cuales se dice que el racismo está mal y es condenable y eso es lo que se supone que piensa cualquiera que expone su parecer en público por los medios que sea. Pero, luego, siempre que la realidad fenoménica se manifiesta, las cosas son las contrarias. Hoy estar "a la última" consiste básicamente en ser demócrata, nada racista y estar en contra de la corrección política en nombre de una rebeldía que coincide ce por be con el contenido de alguna nueva marujada. Por ejemplo, en el machismo, que es una forma más del racismo, la diferenciación de trato a las mujeres señalando si están casadas o solteras, no falta nunca quien, diciendo que rompe la tiranía borreguil de lo políticamente correcto, subscribe el trato alternativo señora/señorita y revierte veinte años la situación. El racismo, el machismo, el jingoísmo y otros comportamientos odiosos; todos los repudiamos y todos los practicamos. (La imagen es una foto de Hiperkarma, bajo licencia de Creative Commons).
Aplaudo la decisión del señor Camps de no comparecer el jueves ante el juez y acogerse al privilegio de los aforados. Es cierto: la primera obligación del señor Camps es hacer la compra de lo que la señora Camps vaya a almorzar, luego ya se verá si le queda tiempo para comparecencias. Pero este pavo ¿no es el que decía que estaba deseando que hubiera cauces legales para aliviar su necesidad de declararlo todo? ¿No es el que se alegraba de que lo imputaran porque así por fin podía acudir ante un juez a contarlo todo lleno de felicidad? Es el mismo, sí, pero ha evitado siempre ir al juez, no ha comparecido y no tiene la menor intención de hacerlo. Al contrario, sus abogados tratan de que descarríe el proceso, impugnan todas las decisiones y recurren todo lo que obligue a Camps a comparecer. Es decir, este habla de comparecer, pero lo evita siempre. Porque lo que tiene el Curita, ya se ha dicho en Palinuro, es mucho morro.(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).
Dice el Público de hoy que Los monos viven más si consumen menos calorías, según han demostrado unos científicos de no sé dónde. He aquí la prueba incontestable de que el orden social conservador coincide no solamente con los mandatos de Dios sino con los ultimísimos avances de la ciencia. Así queda claro, pues probado está ya en nuestros antepasados darwinianos que, cuando las clases dominantes mantenían (y mantienen) a las subalternas como casi esclavas con salarios de hambre sólo buscaban prolongarles la vida. Si luego ésta no era tan larga como debiera según el razonable aporte calórico, ello se debía a otros factores como el consumo del alcohol o estupefacientes o la costumbre de trabajar sin la suficiente protección. Y los pobres siempre obstinados en pensar lo contrario. Los pobres son todos tan malpensados...(La imagen es una foto de My Web Page, bajo licencia de Creative Commons).
Dizque el señor Bárcenas dimitirá de "forma transitoria" si continúa el proceso. Algo es algo. "Transitorio" quiere aquí decir que si, tras ser procesado, se demostrara su inocencia, podría volver a ser tesorero del PP que es, obviamente, lo que le gusta. O sea, es una dimisión con reserva de plaza; casi una excedencia. Es lo que tiene esta gente de orden, siempre precavida. Como además cuenta en su defensa con la sapiencia procesal del señor Trillo, quien ha conseguido no ser procesado él mismo, tiene buenas esperanzas ya que lo importante no es demostrar la inocencia sino tener la capacidad necesaria para acumular triquiñuelas de leguleyo para que hasta el más granuja pueda irse de rositas.
dimarts, 20 de gener del 2009
Me sumo a la fiesta.
Llevo tres días subiendo entradas sobre el gran acontecimiento de hoy en el que tan grato es que la humanidad se libre por fin de la peste de un presidente inútil, embustero, presunto criminal de guerra, neofascista y responsable de la peor recesión económica desde 1929 (Por fin se larga) como que se abran nuevas expectativas -que conviene no exagerar- con la llegada del señor Obama a la casa Blanca (¿Qué se espera de Obama?), la primera vez en la historia que un negro ocupa la presidencia de los Estados Unidos. Sin duda un signo evidente de que el tiempo trabaja a favor de quienes siempre hemos sostenido la igualdad de todos los seres humanos con independencia del color de la piel, el sexo o la confesión religiosa y que seguimos sosteniéndola con independencia de la etnia o la orientación sexual, frente a quienes continúan obstinados en negarla.
Por eso, como las entradas anteriores tenían las ilustraciones que sus contenidos requerían, por no repetirme, he decidido poner hoy una mía celebrando el exotismo histórico de la llegada del señor Barak Husein Obama a la presidencia de un país en cuyas ciudades del sur hace cincuenta años los negros no podían sentarse al lado de los blancos en los autobuses. Hoy es un día grande.
dijous, 8 de gener del 2009
Mr. Cizaña vaticina.
La fórmula de Mr. Cizaña para concitar unánime atención de los medios parece infalible: primero se insulta un poco a alguien y luego se dice una barbaridad contraria al sentido común y todos los datos empíricos porque, ¿para qué hacen estos falta cuando se tienen principios?
Lo del exotismo histórico cubre con creces el capítulo del insulto.
¿Y el previsible desastre económico? ¿No es para fliparlo en colores? ¿A qué llamará "desastre económico" quien califica de "gran estadista" a uno que deja un déficit de un billón doscientos mil millones de dólares (1.200.000.000 $), el 8,6 por ciento del Producto Interior Bruto, el más alto desde la Segunda Guerra Mundial? De la crisis financiera, la recesión, las quiebras en cadena de bancos, el aumento vertiginoso del paro no hace falta hablar. ¿Más desastre que eso? No sé yo...
(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).
dimarts, 11 de novembre del 2008
Un gran momento.
Esta imagen que saco de Público es emocionante. El tatarabuelo de la señora de rojo fue esclavo, propiedad de algún blanco que también pudo ser un antepasado de sus anfitriones hoy. El padre del señor a nuestra derecha fue un oriundo de Kenya que llegó a los Estados Unidos en busca de una vida mejor, como suelen hacer los emigrantes. Sí, ver a un negro a las puertas de la Casa Blanca es algo emocionante prueba de la capacidad de la especie humana para progresar moralmente. Desde luego que la situación puede analizarse desde puntos de vista políticos y económicos que la matizarán y a no dudarlo así sucederá no dentro de mucho. Pero de momento véamosla con los ojos de la comunidad negra de los Estados Unidos, con los ojos de los niños negros que ahora saben en las escuelas que ellos también pueden llegar a presidentes de su país. Veámosla con nuestros ojos de izquierdistas, de "progres" que siempre hemos luchado contra el racismo, contra toda discriminación por la razón que sea y felicitémosnos de que nuestras ideas se abran camino, se impongan (como acabarán imponiéndose las que tenemos sobre las mujeres, los homosexuales o las víctimas de genocidios) y hagan del mundo un lugar más grato y más moral.
(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).
dijous, 6 de novembre del 2008
¿A quién molesta Obama?
Ayer el mundo era una fiesta. Hubo un estallido universal de júbilo ante la elección del señor Obama, de alegría general del público en todas partes y en todas las andaduras de la vida al ver que llegaba un negro a la presidencia de los Estados Unidos, de contento que se desbordó al abrirse expectativas por doquier respecto a que por fin haya un cambio en Gringolandia y, con él, en todo el mundo. Ayer la buena gente del planeta entero pensó que tal hecho tenía que tener significado a largo plazo y que sólo por haberse producido el mundo ya era un lugar un poquito mejor para vivir en él. Que lo sea y un mucho mejor dependerá de lo que suceda en los próximos cuatro, quizá ocho años y en que, entre otras cosas, el señor Obama llegue vivo al final de su extraordinaria aventura. Pero lo que ya nadie podrá borrar es, repito, el hecho radical de que un negro haya alcanzado la presidencia de los Estados Unidos. Un negro.
Pero, claro, nunca llueve a gusto de todos y, por debajo del jolgorio, de la sana alegría general podían escucharse tonos ominosos, reticentes, amenazadores incluso, procedentes de muy diversos cuarteles; muy diversos pero que todos tienen algo en común; en realidad tienen mucho más en común pero este rasgo es hoy por hoy el más decisivo: odian lo que la inmensa mayoría del planeta celebra, odian que un gringo negro sea presidente de los Estados Unidos. Lo disimulan más, lo disimulan menos, pero todos ellos hubieran preferido en el fondo de sus corazones que ganara McCain.
Y no me refiero a los seguidores del propio señor McCain o, cuando menos, no a todos ellos ya que en su inmensa mayoría, imagino, secundaron con orgullo a su dirigente cuando éste reconoció con nobleza y elegancia que Mr. Obama le había ganado limpia y claramente las elecciones y se alegró por él. Porque fue una victoria limpia, clara, contundente. Nada parecido a la victoria semitramposa del señor Bush en el año 2000. No, no son los seguidores de McCain que ahora aspiran a ganar las próximas elecciones de 2012. Son otras gentes. ¿Quienes? He indentificado los grupos siguientes:
* Los neocons. Esa manga de ultrarreaccionarios agresivos e intolerantes que darían con gusto la vuelta al reloj de la historia y lo pondrían donde, en el fondo, querría haberlo puesto su mentor espiritual, Leo Strauss, antes de la Revolución Francesa, en la Edad Media. Esa gente incapaz de entender el pluralismo democrático y de respetar a quienes no coinciden con sus extremísimos puntos de vista generalmente a favor del egoísmo, la falta de solidaridad, la justificación de las desigualdades y la ausencia de libertades. Esa gente que, si pudiera, aboliría el sufragio universal y, por supuesto, prohibiría que los negros votaran con que ya no digo nada qué harían si pudieran con los que no solo tienen la osadía de votar sino de presentarse a las elecciones a que los voten.
* Los racistas y supremacistas. Primos hermanos de los anteriores, nazis indisimulados, delincuentes que piensan que los negros son inferiores y si pudieran, los asesinarían y no solamente a los negros, sino a todos los que consideran, como su referente político y moral, Adolf Hitler, Untermenschen, "seres humanos inferiores"; bestias con una o dos ideas simplícisimas en sus escasas neuronas referentes al valor de la "raza" y, si acaso, los atributos de la masculinidad que solo manifiestan cuando van en pandilla.
* Los izquierdistas de pacotilla y salón que saben de sobra que, en el fondo, Mr. Obama y Mr. McCain son el mismo perro con distintos collares y que gracias a su profundo conocimiento de la leyes de la historia, también saben que, en el mejor de los casos, el pobre señor Obama sólo es un títere en manos de poderosos y ocultos intereses; esos izquierdistas que peroran y peroran sin parar pero jamás han hecho nada entre otras cosas porque no tienen a nadie que los siga, aunque ellos digan que hablan en nombre de las masas; esos izquierdistas de los que se puede decir lo que Adorno de Luckacs, que "son esclavos que confunden el ruido de sus cadenas con el sonido de la marcha de la historia".
* Los fundamentalistas religiosos. Los de toda laya y confesión, los cristianos o los musulmanes, esos enemigos del ser humano que piensan que el orden "natural" de las cosas (cuanto más injustas, mejor) es el querido por sus respectivos dioses y, en consecuencia, condenan que alguien pretenda cambiarlo y reaccionan ante todo intento de reforma como reza el lema que había en las armas de Roldán según don Quijote: "Nadie las mueva que estar no pueda con Roldán a prueba", pues están dispuestos a castigar como demasía todo intento de reformar ese orden "natural" de las cosas, castigar matando o, incluso, lo que es más incomprensible, haciéndose matar porque en su lamentable obnubilación, creen que tan estúpido acto tendrá un premio en el más allá.
* Los sionistas. Esos fanáticos y sectarios dispuestos a ponerlo todo, absolutamente todo, la vida humana (sobre todo la ajena), la moral, la felicidad de los pueblos, la paz y la concordia, todo, al servicio del proyecto exterminador del pueblo elegido contenido en la Biblia. Un conjunto de personas dispuestas a eliminar por la vía que sea preciso a todo aquello o todo aquel que consideran que se interpone en ese camino del pueblo elegido hacia su posesión única, exclusiva, de su tierra prometida, Palestina. Dispuestos a acabar con todo aquel que cuestione el sedicente derecho de Israel a exterminar a los otros pueblos que habitan en esa tierra prometida.
Decía al principio que todos estos tenían algo más en común que el odio a Obama (por descontado, muchos de ellos dicen que no lo odian, sino que hasta lo aprecian) y así es. No merece la pena perder ahora el tiempo relatando todas los elementos que tienen en común, pero si puede mencionarse uno que es bien evidente: todos ellos, en su fanatismo, tienen una incapacidad absoluta para reconocer en los acontecimientos su auténtica dimensión; ninguno de ellos es capaz de entender el significado profundo de los hechos cuando los tienen delante de las narices y casi todos ellos, sin embargo, predicen el futuro. Algunos dan asco, otros producen pánico pero todos dan pena cuando se creen superiores por el hecho de no entender nada de nada.
(La imagen es una foto de Laughing Squid, bajo licencia de Creative Commons).
dijous, 25 d’octubre del 2007
Yo no soy racista.
El menda que agredió a puntapiés y tortazos a una menor ecuatoriana ante la escrupulosa inhibición de otro individuo que iba en el vagón y no se atrevió a piarlas, dice de muy malos modos que "iba borracho" y que el no es racista. ¡Qué mala fama tiene el racismo que hasta los racistas dicen no ser racistas!
En fin, lo de ese sujeto está ya claro. Lo que hay que vigilar ahora son las reacciones/explicaciones públicas, sean oficiales o no, acerca del hecho. Y no tolerar el discursito autocomplaciente de que eso sea "un hecho aislado", "algo puntual", que "en absoluto es representativo" del clima de convivencia en nuestro metro/ciudad/Comunidad Autónoma/país o lo que sea. Claro que lo es. En Barcelona, en Madrid, en Bilbao, en todas partes está creciendo esa lacra del racismo porque no nos lo tomamos en serio.
Ese imbécil que agredió a la chavala es sólo una muestra de lo que puede hacer cualquier otro imbécil cuando piense que quedará impune.