Esta imagen que saco de Público es emocionante. El tatarabuelo de la señora de rojo fue esclavo, propiedad de algún blanco que también pudo ser un antepasado de sus anfitriones hoy. El padre del señor a nuestra derecha fue un oriundo de Kenya que llegó a los Estados Unidos en busca de una vida mejor, como suelen hacer los emigrantes. Sí, ver a un negro a las puertas de la Casa Blanca es algo emocionante prueba de la capacidad de la especie humana para progresar moralmente. Desde luego que la situación puede analizarse desde puntos de vista políticos y económicos que la matizarán y a no dudarlo así sucederá no dentro de mucho. Pero de momento véamosla con los ojos de la comunidad negra de los Estados Unidos, con los ojos de los niños negros que ahora saben en las escuelas que ellos también pueden llegar a presidentes de su país. Veámosla con nuestros ojos de izquierdistas, de "progres" que siempre hemos luchado contra el racismo, contra toda discriminación por la razón que sea y felicitémosnos de que nuestras ideas se abran camino, se impongan (como acabarán imponiéndose las que tenemos sobre las mujeres, los homosexuales o las víctimas de genocidios) y hagan del mundo un lugar más grato y más moral.
(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).