Mucho. Probablemente demasiado. Mr. Obama llega a la presidencia de un país que tiene una determinada estructura político-constitucional que él no va a alterar. Un país con una estructura socio-económica que tampoco va a cuestionar. Un país que tiene unas tradiciones, costumbres, convenciones políticas a las que no va a oponerse. Por ejemplo, la acción política bipartidista en la medida de lo posible. Es una vieja costumbre. F. D. Roosevelt tuvo mucho apoyo republicano, como está sucediendo ya con lo que se conoce como New New Deal del presidente Obama. Y ese apoyo condiciona bastante el grado de pureza política que alcanza.
Por otro lado los ocho años pasados han sido tan siniestros y lamentables que por poco que se haga en contra va a parecer una verdadera revolución. Poniéndonos en el mejor de los casos y descontando ya el efecto vaivén lo que parece razonable esperar es :
- el cierre de la base de Guantánamo;
- un plan de rescate del sistema económico-financiero basado en políticas keynesianas;
- un nivel mínimo de cobertura de derechos sociales;
- un grado mínimo de compromiso con las políticas medioambientales;
- un grado mínimo de normas orientadas a la sociedad de libre mercado y nuevas tecnologías;
- un grado mínimo de implicación en una solución pacífica al conflicto palestino sin sacrificar más los derechos de los palestinos;
- los primeros pasos en pro de una política exterior multilateral y pleno respeto a los organismos internacionales.
(La imagen es una foto de Mr. Wright, con licencia de Creative Commons).