dissabte, 17 de març del 2018
Los ladrones de pensiones y de todo lo demás
divendres, 6 d’octubre del 2017
El Estado fallido español
Servidor interviene a partir del minuto 34. El vídeo sigue el magnífico libro de Albert Pont, Interès d'Estat. Fer capital a Madrid (2017) Barcelona: Viena edicions.
dilluns, 18 de maig del 2015
Más sobre la lógica empresarial .
En castellano puro "lógica empresarial" quiere decir maximización del beneficio, del lucro privado del empresario, al precio que sea. Ahí empieza y acaba la "lógica empresarial" que de lógica no tiene nada. ¿Qué factor, qué consideración social cabe aquí? Ninguna. Todas las que se aduzcan aumentarán costes y reducirán el beneficio privado. Empezando por los salarios. ¿Cuál es la lógica empresarial? Salarios, cero. Que los trabajadores trabajen por nada, que sean esclavos, que no tengan derecho a nada, ni festivos, ni puentes. Nada. ¿Coste de materias primas? Cero, también. ¿Por qué comprarlas a los pueblos que las producen si se puede robarlas y, de paso, esclavizar a los nativos y venderlos a buen precio a otros empresarios lógicos? Hubo un tiempo de oro en que la "lógica empresarial" era imperial.
Lo divertido es que, aplicando esa "lógica", con los trabajadores sin dinero para comprar los productos que ellos mismos fabrican y los empresarios les arrebatan por una fracción de su valor o, simplemente, si pueden, por nada, la producción se para, viene la crisis y los "lógicos" empresarios se arruinan. Porque la "lógica empresarial", la de la avaricia y la codicia sin límites, lleva a todos al desastre por ser profundamente estúpida. Y es entonces cuando hay que echar mano al Estado y pedirle que intervenga para poner orden en el espantoso quilombo que organizan estos parásitos condenados, como todos los parásitos, a destruir aquello de lo que se alimentan.
Curiosa la relación de los empresarios "logicos" con el Estado, vale decir, con la Ley. En principio la necesitan porque no hay seguridad económica ni posibilidad de cálculo racional ni planes ni nada si no hay seguridad jurídica. Los empresarios, como todos, necesitamos que la ley nos ampare en nuestros derechos, garantice que los pactos se cumplan y se castigue a quien actúa ilegalmente y en perjuicio de otros. Pero tampoco quieren mucho Estado y claman por el "Estado mínimo", el que menos interfiera con la libertad de las transacciones en el mercado y, sobre todo, el que menos interfiera en sus ilegalidades y hasta sus delitos cuando la "lógica empresarial" les dice que hay que cometerlos. Porque el análisis de costes-beneficios que lleva al empresario a maximizar su lucro puede aconsejarle correr un riesgo (¿acaso el romántico emprendedor no es el que corre riesgos?) y quebrantar la ley porque así se enriquece más y antes. En resumen: su idea del Estado es un sabio juste milieu: Estado máximo para los demás, que no puedan lucrarse ilícitamente y Estado mínimo, incluso, desaparición del Estado, de la ley, la policía, los tribunales y la cárcel para él, que es un representante de la lógica empresarial.
¿El paradigma? A la vista está. Bueno, no está a la vista porque se encuentra a la sombra y entre rejas, pero es el antecesor de Rosell en el cargo, Díaz Ferrán. De la presidencia de la CEOE directamente a la cárcel. Su sucesor no se corta un pelo para formular la misma doctrina por la que el otro sinvergüenza está en el talego. Y no lo hace porque la legión de granujas, vendidos, mercenarios y sicarios a sueldo de la patronal en fundaciones, think tanks, universidades, centros de estudios, medios de comunicación, se encargan de tergiversar el lenguaje y el significado de las palabras para que expresiones como "lógica empresarial" se asocien con eficacia y eficiencia, prosperidad y alto nivel de vida y no con explotación, engaño, robo, miseria y, en último término, delito.
Es un repaso semiótico total. Los patronos ya no son patronos; ni siquiera "empresarios". Ahora son "emprendedores", como si esta cuadrilla de mangantes, al estilo de Díaz Ferrán o Arturo González, hubieran emprendido algo alguna vez que no fuera mirar el BOE y darse comilonas en las que hacen chanchullos con sus amigotes de la derecha en cargos públicos, todos tan granujas como ellos.
Así se hace con todo y se convence al personal de que el que roba es un creador de riqueza y el robado, un vago perezoso que merece su destino. Cuanto más estúpido es el auditorio, más éxito tienen estas monsergas. ¿No han escuchado nunca al sobresueldos balbuciendo que son los "emprendedores" los que crean riqueza? No, buen hombre. La riqueza la crea el trabajo humano. El capital lo que hace es explotarlo y, en una relación dialéctica que usted jamás entenderá porque le falta con qué, también lo potencia. Es una relación antagónica, la trasposición de la dialéctica del señor y el siervo. Dejado a su libre albedrío o "lógica empresarial" (y a la verdadera, no a la de estos enchufados parásitos del Estado) el capital acaba con el trabajo, con la riqueza y consigo mismo. Por eso debe intervenir el Estado, la Ley, para proteger los derechos de los verdaderos creadores de la riqueza, los trabajadores y, de paso, irónicamente, también a quienes los explotan. Porque, si el Estado no interviniera no hay duda de que el señor Rosell acabaría hablando de "lógica empresarial" con el señor Díaz Ferrán en Soto del Real.
La lógica empresarial.
dissabte, 29 de novembre del 2014
Crítica al programa económico de Podemos.
divendres, 24 de gener del 2014
Mentiras, saqueo y la unidad de la Patria.
dimecres, 23 d’octubre del 2013
Consigna: ¡recuperación!
diumenge, 20 d’octubre del 2013
Segunda tanda de mentiras.
En estas circunstancias, eso del "primer asalto" suena bastante extraño y lo de "recuperación" más parece un insulto. Sobre todo teniendo en cuenta que las estadísticas sirven al gobierno para hacer lo que mejor sabe: mentir. Los 6.000.000 de parados son, en realidad, más de siete millones puesto que no se contabilizan las 700.000 personas que han emigrado en busca de trabajo y que aquí estarían paradas y los 500.000 desempleados más que la inenarrable ministra de Trabajo hace desaparecer manipulando los datos seguramente con la ayuda de la Virgen del Rocio, ahora que la jueza Alaya ha tenido a bien dejar prescribir unos presuntos delitos de sus familiares que podrían haberla alcanzado a ella.
divendres, 18 d’octubre del 2013
Risas, lágrimas y crujir de dientes.
dissabte, 11 de maig del 2013
Fracaso absoluto, total.
Porque el resto del gobierno, desde los aristócratas tipo Morenés hasta los plebeyos enriquecidos como Cañete o las tontas pijas estilo Mato, ya sabe que no pasa de ser un puñado de inútiles cuyo único mérito es haber sido muy amigos de Rajoy (quien tampoco se hace notar por la profundidad del concepto) y, en algunos casos, haber trincado los dineros que esta pandilla reparte entre los suyos para "compensarlos" por el ímprobo trabajo de hacer las cosas rematadamente mal.
divendres, 29 de març del 2013
El barco de los locos.
dimecres, 11 de juliol del 2012
Buscando la salida
diumenge, 24 de juny del 2012
El neoliberalismo y el socialismo se necesitan
dimarts, 29 de maig del 2012
Los ladrones deben comparecer. Bankia: la estafa del siglo del PP.
(La primera y tercera imágenes son una foto de gobierno.edomex, y la segunda de Brocco Lee, ambas bajo licencia de Creative Commons). |
divendres, 17 de febrer del 2012
Armageddon en Europa.
Ahora, cuando parece que el PIB de los Estados Unidos vuelve a crecer y el país genera empleo, está ya claro que la crisis queda prácticamente circunscrita a Europa. Desde luego, es de una extraordinaria gravedad. Según dice Paul Krugman, más de lo que fue la gran depresión de 1929. Se refiere seguramente a los aspectos económicos porque en los políticos la de 1929 fue mucho peor. Trajo la inestabilidad a Europa, la polarización política, el auge de los totalitarismos, el nazismo y, a medio plazo, la guerra. Nada de eso está dándose ahora mismo. La razón probablemente reside en el Estado del bienestar, que actúa como un factor de integración y estabilización. No es difícil imaginar en dónde estaríamos si no existieran la seguridad social, las prestaciones por desempleo, los sistemas de pensiones. Por eso es tan absurdo, tan delirante , desmantelar el Estado del bienestar. El aviso lo tenemos estos días en las turbulencias en Grecia, cuyo rescate se parece más a una explosión controlada que a una operación de salvamento.
Y no es solamente Grecia. Cada vez que un gobierno acepta nuevas condiciones draconianas y castiga más a su población, los mercados lo premian con mayores y más furibundos ataques a su deuda. Es el caso de España. La drástica reforma laboral (que, en realidad, supone la supresión de los derechos de los trabajadores) y la reforma financiera, aprobada casi por unanimidad en el Parlamento, se han traducido en un batacazo bursátil y una escalada de la prima de riesgo. Por no mencionar las agencias de rating que se han lanzado como hienas a morder en las vacilantes calificaciones de entidades bancarias y comunidades autónomas. Que la deuda de la Generalitat esté al nivel del "bono basura" es una ruina y una bofetada a la autoestima catalana. Y ahora, la reducción del consumo en España (¿cómo vamos a consumir si no tenemos con qué?), amenaza con hundir al país de nuevo en la recesión de la que había salido renqueante.
En su segunda recesión en menos de tres años han entrado ya varios países europeos, entre ellos los muy prósperos de Alemania y Holanda. Resulta patente que las políticas neoliberales de carácter restrictivo a las que se aferra la canciller Merkel han sido un estrepitoso fracaso. Pero ¿qué posibilidades hay de que la política democristiana reconsidere su actitud y cambie de proceder? Probablemente ninguna. Alemania está en una posición de fuerza y dicta las condiciones que consolidan esa posición y debilitan las de todos los demás. Insaciable el capitalismo (especialmente el alemán) en su pretensión de aumentar sus beneficios y la tasa de explotación de todos los trabajadores europeos, da otra vuelta de tuerca y hace más verosímil una catástrofe europea, un Armageddon continental.
Porque la crisis no es solamente un asunto económico sino que, por ser Europa, tiene asimismo un aspecto político. Lo que está en juego es el mantenimiento de la Unión Europea. Mientras los factores económicos, la crisis de la deuda soberana, los desequilibrios macroeconómicos, sean determinantes, los procesos de adopción de decisiones tenderán a parecerse a los de un consejo de administración de una sociedad mercantil. Pero esos procesos no se pueden transferir a una organización política como la UE, basada en la ficción jurídica de la igualdad de sus miembros. No es pensable una Unión Europea (un ente en busca de una Constitución eficaz) desigual, en la que unos Estados estén sometidos políticamente a otros.
Grecia no es un país soberano y su gobierno no es autónomo. Y lo mismo puede pasar (si es que no está pasando ya, aunque de forma larvada) con otros países, entre ellos, esa gran nación que es España, al repetido decir de Rajoy. Esta dinámica destruirá la Unión Europea.
En Europa, la crisis económica es también una crisis política pero, así como no se imponen alternativas a la política económica neoliberal, tampoco parece haberlas frente al retroceso de Europa hacia el tradicional sistema de Estados mal avenidos. Por eso no parece haber otra esperanza a corto plazo si no que los socialistas ganen las próximas elecciones presidenciales en Francia y legislativas en Alemania. Y aun esto será insuficiente. La izquierda europea debe dar una respuesta continental a la crisis partiendo de que Europa es de hecho una federación. No hay salidas nacionales del embrollo y el empeño neoliberal por imponerlas ya ha fracasado. Es urgente una conferencia europea de partidos socialdemócratas que proponga una alternativa europea de izquierda a la crisis.
(La imagen es una foto de Gorgrave, bajo licencia de Creative Commons).
dilluns, 23 de gener del 2012
Las aporías de la izquierda.
dissabte, 3 de desembre del 2011
Tiempos difíciles, duros, sombríos
Como es sabido, Carlyle bautizó la economía de ciencia triste (dismal science), nombre que reaparece cuando la realidad se vuelve sombría, cuando aumenta la pobreza, la miseria, cuando crecen las diferencias entre ricos y pobres y estos no ven fin a sus desgracias, ni salida a la situación. Pero no es la ciencia la triste sino la misma realidad que quiere retratar y explicar, pues obviamente es incapaz de mejorarla.
Todas las noticias, que son como enunciados definitorios de los distintos aspectos del mundo, trazan un cuadro siniestro de dificultades y estrecheces que, además, durarán años, según Angela Merkel. Los datos que hablan de deuda, déficit y ruina son incontrovertibles y sobre esa situación fatal sube al puente de mando de toda Europa la derecha con un programa último de desmantelamiento del Estado del bienestar.
Tras las duras medidas y recortes aplicados por CiU en Cataluña, vinieron ayer los del PP en Castilla-La Mancha, que no se quedan atrás y permiten calibrar el alcance de los que estará preparando Mariano Rajoy. El PSOE ya ha acusado a Cospedal de "dinamitar" el Estado del bienestar y los sindicatos anuncian acciones en la calle. Es decir, parece estar fraguándose una confrontación social. Pero ésta probablemente no será muy intensa por tres razones. La primera porque el PP llega con la legitimidad reforzada de la mayoría absoluta que le asegura la estabilidad parlamentaria pase lo que pase en la calle.
La segunda razón es que los datos, además de abrumadores, son objetivos. La situación es la que es: no hay dinero (en el mercado), no hay crédito, no se invierte, no aumenta el PIB (incluso quizá vuelva a retroceder), no se genera riqueza, no se pueden remediar las situaciones de carencia. Todo esto son hechos. Los hechos, claro, son susceptibles de interpretación pero, de momento, la única que se escucha y en la que se basan las medidas que están tomándose, tanto en España como en el resto de Europa, es la de la derecha neoliberal. Apenas hay interpretación alternativa, de izquierda.
Esa es la tercera razón. Es muy difícil que prosperen las movilizaciones extraparlamentarias cuando no están integradas en una teoría viable que dé una explicación de las circunstancias y muestre un proyecto de salida con un objetivo claramente expuesto. En la izquierda reina la confusión. Desde el momento en que no plantea la sustitución del modo de producción, del capitalismo, por otro, sus propuestas sólo pueden ser de reformas de aquel. Pero reformas son también las que hace la derecha, lo que quiere decir que el enfrentamiento entre ambas no es antagónico sino de matices. La dos, izquierda y derecha, plantean la salida de la crisis sin cambiar el modo de producción. No es suficiente acicate para mantener vivas las protestas callejeras y para que éstas tengan algún impacto en las medidas del gobierno.
En realidad, el movimiento 15-M es una especie de manifestación previa de esta situación. Su generalización apunta a la existencia de motivos para la protesta. Pero su inoperancia prueba que, si bien es relativamente fácil criticar lo existente, es mucho más complicado formular alternativas. Podría tratarse de tiempos de revolución. En verdad la palabra aparece de vez en cuando (por ejemplo, la spanish revolution), pero no encuentra revolucionarios que la invoquen ni gentes que la sigan.
dimecres, 2 de novembre del 2011
¡Viva Grecia!
No sé si después de tres años de crisis, recesiones, desempleo, burbujas, caos bursátiles, deudas, diferenciales, etc., queda alguien que entienda qué está pasando, si está pasando algo. Los periódicos se imprimen en tipos de letra crash del 29; los gobiernos hacen planes en los que no creen; los políticos celebran o aplazan cumbres que no sirven para nada y corren alocados haciendo profecías que se revelan falsas en horas; los economistas proponen recetas que los economistas rechazan; la gente lo pasa cada vez peor, atenazada por la inseguridad, el paro, los desahucios; los bancos piden -y obtienen- miles de millones para evitar la quiebra, mientras su directivos se enriquecen como si fueran el rey Midas.
Nadie tiene idea de qué sucede. Se habla de unos mercados, entes míticos e insaciables que arrollan y destruyen lo que encuentran a su paso, como un dios Moloch o un monstruoso Leviatán. Se los presenta como furias que se abaten sobre los infelices que hemos tenido la desfachatez de vivir por encima de nuestras posibilidades sin que nadie explique cuánto por encima y qué posibilidades eran aquellas. Al final, los más avisados susurran llenos de miedo que los mercados mandan sobre la política y eso es una catástrofe.
Sin embargo los mercados no existen; los que existen son los agentes que los mueven, unos puñados de inversores, especuladores, financieros, gentes sin escrúpulos que están haciendo fabulosas fortunas a costa de millones de personas. Algo inhumano, injusto, inmoral y posiblemente delictivo. ¿O no debieran comparecer ante los jueces esos directivos de bancos en quiebra rescatados con dineros públicos que se llevan sueldos y pensiones de millones de euros? Los beneficiarios de la crisis proceden de acuerdo con una antiquísima ley humana de tipo hobbesiano: siempre que amenaces a otro y el otro ceda no sólo ganas sino que estás en posición de fuerza para seguir amenazando y el otro seguirá cediendo hasta su completa aniquilación. Es el proceder del abusón, del matón que cada vez exige más, apremia más, más rápido, sin respirar, sin tiempo para pensar. Es la ley del más fuerte.
Pero ¿son los mercados los más fuertes? ¿Qué sucede si se les hace frente? ¿Si la política recupera su territorio? En la política, como en el arte de Cúchares, hay tres momentos a la hora de enfrentarse a un problema: parar, templar y mandar. Eso es lo que ha hecho Papandreu con su anuncio de referéndum en Grecia: empezar parando en seco la acometida de los mercados, el torbellino, la vorágine destructiva, el griterio, el alboroto, el "rápido", "rápido" dame todo lo que tengas. Pasmo general. Las bolsas, en picado, las primas de riesgo como cohetes hacia arriba, Italia a punto de que la fulmine el rayo y los relámpagos amenizando la noche de los banqueros franceses y alemanes, tan pillados en las turbulencias como los demás.
Los expertos, los responsables, los financieros, los políticos amenazan con lo peor a Grecia: si hay un referéndum las consecuencias pueden ser imprevisibles, como si la realidad impuesta a fuerza de trágalas fuera previsible; si Papandreu se sale con la suya será el caos, como si Atenas no viviera en él hace meses; si en el referéndum triunfa el "no", puede ser la crisis del euro, como si el euro no estuviera en crisis. Hasta uno de esos negocios de listos a las que llaman agencias de rating, Fitch, Fotch o Futch, se permite decir que quizá vaya Grecia a la quiebra cuando son ellos los que la han llevado ahí calificando sus bonos de "bonos basura". Eso sin contar con que una quita del 50 por ciento ya es una quiebra.
O sea, todas la amenazas están vacías porque ya se han cumplido y los matones no tienen nuevas pues no se puede exprimir más a Grecia. Papandreu ha recurrido al pueblo, ultima ratio democrática y legítima y los mercados tendrán que aguantarse y esperar. Es posible que no salga el referéndum porque el viernes el Primer Ministro pierda el voto de confianza en el Parlamento. Habrá mendas podridos de millones que quieran comprar votos de diputados del PASOK, al modo en que Berlusconi gana votaciones. Pero, aunque no le salga, la decisión política está tomada (incluso desactivando un hipotético golpe militar a base de susbtituir a toda la cúpula del ejército), el gobierno caerá y habrá que convocar elecciones anticipadas que, a los efectos, serán como un referéndum y el matonismo de los mercados se habrá detenido.
Los mercados pueden en este caso buscar otras víctimas, Italia y España, y proceder con ellas como han hecho con Grecia, en la esperanza de que los políticos españoles e italianos no tengan los arrestos de Papandreu. La presión sobre éste es ignominiosa. Sarkozy lo ha convocado a que se explique ante el G-20 igual que Carlos V convocó a Lutero ante la dieta de Worms y ojalá que con los mismos resultados. A partir de ahí, ¿cómo se impondrá la ortodoxia financiera a los levantiscos griegos? ¿Mandaremos los tanques? ¿Impondremos un bloqueo como en Cuba? Si Grecia pone en peligro el euro, España e Italia lo entierran. Y entonces nadie sabe qué pasará. Pero ¿lo sabemos ahora?
Tanto decir que la política debe recuperar la hegemonía y, cuando así sucede, cunde el pánico.
(La imagen es un cuadro de Delacroix titulado Grecia sobre las ruinas de Missolonghi, de 1826).