Risas. Cospedal interpuso en febrero una demanda en defensa del derecho al honor contra Luis Bárcenas por sus acusaciones y contra El País por difundirlas. Bárcenas no podrá comparecer hoy en el juicio por encontrarse enjaulado en Soto del Real y habrá de declarar por vídeoconferencia, como si fuera Rajoy. La secretaria general, a quien, probablemente, parece de perlas que el ex-tesorero esté en la cárcel, sostiene que sus acusaciones son falsas y calumniosas pero ha tenido que tragarse ya a base de pruebas periciales que los papeles son genuinamente barcénigos. Y ahora se encuentra en una situación delicada, crítica, al no poder quitarse de encima así como así la acusación de haber recibido varias pastuquis por los más estrafalarios motivos. Y en esa situación se ha colocado ella sola, por su carácter intemperante y precipitado al ir a los tribunales a las primeras de cambio. Debería haber aprendido de la prudencia de Rajoy, quien no demanda, ni se querella, ni denuncia, ni las pía siquiera. Se limita a afirmar que es todo falso salvo alguna cosa y tira millas. Pero Cospedal es puro temperamento y eso le pierde. Es muy de ver con qué coraje y decisión ha dos años que pedía la restitución en sus cargos en el partido del injustamente acusado Bárcenas. Afirmaba, con esa seguridad algo avasalladora que la acusación contra Bárcenas era una trama de la Fiscalía y la Policía Judicial, movida por el PSOE al que también acusaba de haber implantado en España un "Estado policial". Es de risa, ¿no? Entre el Bárcenas víctima de los sociatas al Bárcenas delincuente (probablemente también en connivencia con los sociatas) ¿qué media? Pues simplemente que ahora se sabe lo que por entonces Cospedal, como secretaria general, no podía ignorar. ¿Qué crédito puede tener cuando asegura que no cobraba pastuqui en sobres?
Lágrimas. Cierra Fagor, abrumada por una deuda de 800 millones. Fagor, el buque insignia de la Cooperativa Mondragón, a su vez ejemplo de organización económica alternativa al capitalismo pero inserta en la lógica del mercado. Una esperanza convertida en realidad durante cincuenta años. Fagor tuvo ya un serio tropiezo hace un tiempo y recurrió a la caja de solidaridad de las otras empresas de la cooperativa. Hubo sus más y sus menos. Algunas se negaron a eso, a cooperar, pero la mayoría tiró de sus ahorros e inyectó una ayuda a Fagor que, como se ve, no ha servido de nada, de forma que la empresa ha cerrado en concurso de acreedores, a ver qué se salva de la quema. Y sobre todo, quién. La otrora reina de los electrodomésticos tenía unos 5.000 trabajadores, de los cuales unos 2.000 eran socios cooperativistas. Ahora, una de las cuestiones más angustiosas es exactamente en qué situación jurídica quedan los socios. La de los trabajadores está clara; la de los socios, no. Un motivo más de aflicción ante un hecho sumamente lamentable por cuanto parece sancionar la maldición de que en el seno del mercado no hay margen para finalidades redistributivas o igualitarias. Las cooperativas organizadas en la lógica del mercado se enfrentan a los fallos del mercado como cualquier empresa.
Crujir de dientes. Entrando en la segunda parte de la legislatura, el gobierno ha dado orden al aparato de propaganda de sembrar la idea de que la recuperación está en marcha. El ministerio de Economía augura sólida recuperación para 2015, año electoral, con los mismos datos con que augura todo lo demás. Más divertidamente convincente ha estado Botín quien, al parecer, encantado de tener a Rato a sus órdenes, ha tenido un ataque de Tío Gilito, cuando se baña en oro, exclamando que ¡llega dinero de todas partes! Rato sigue teniendo olfato. En esta orquesta faltaba el concertino y allá fue el príncipe Felipe a contar a los empresarios de las naciones hermanas, reunidos en Panamá, que la economía española está encontrando su camino y recuperando competitividad. No sé si a los empresarios extranjeros les interesa que la economía española sea competitiva; supongo que la preferirán no competitiva para vender ellos sus productos. No podemos estar en todo y el heredero del trono está haciendo su aprendizaje. Lo increíble es que estos mensajes de optimismo, alegría y buenos augurios se hacen en el momento en que el gobierno impone a los gobiernos municipales y autonómicos un recorte de 17.441 millones de euros para 2014. Un recorte, un tajo en servicios que prestan estas administraciones y son esenciales para los ciudadanos. A lo mejor hay salida de la crisis. Pero será con crujir de dientes.