Ya, ya sé que no hay que exagerar ni ponerse nervioso pero es que el resultado de las elecciones legislativas austriacas del domingo es muy desagradable y deja ver que entre estos "alemanes del Este" siguen siendo muy fuertes las tendencias a la extrema derecha. Ya en las elecciones parlamentarias de 1999, el llamado Partido Liberal Austriaco (FPÖ) que de liberal no tenía nada al estar dirigido por el nazi hijo de nazis Jörg Haider, quedó segundo después del Partido Socialdemócrata Austriaco (SPÖ) y por delante del Partido Popular Austriaco (ÖVP), demócrata cristiano muy de derecha. Hubiera correspondido entonces renovar la gran coalición entre socialdemócratas y democristianos para cerrar el paso a los nazis, pero las negociaciones fracasaron boicoteadas por el Partido Popular y, así, el entonces presidente de Austria, Thomas Klestil, como en su día Von Hindenburg en Alemania, tuvo que dar paso a los nazis en el Gobierno. Es cierto que, a diferencia de lo que pasó en 1933, los nazis austriacos llegaban en coalición con los democristianos y, a pesar de tener más votos que estos, hubieron de aceptar la vicecancillería ya que canciller fue nombrado Wolfgang Schüssel, quien conservó el cargo hasta las pasadas elecciones de 2006. De todos modos el FPÖ consiguió lo que se proponía: que habiera nazis en un Gobierno europeo por primera vez desde la IIª Guerra Mundial. Los otros países de la UE protestaron, levantaron un cordón sanitario en torno al gobierno austriaco pero, al final, acabaron por ceder y hacer negocios con él.
En el ínterin, dada la turbulenta personalidad de estos nazis hubo escisión en el FPÖ, del que se separó Herr Haider, por entonces gobernador del Land de Carintia, quien formó un nuevo partido nazi, la Alianza por el Futuro de Austria (BZÖ). De las elecciones de 2006 salió una incómoda renovación de la gran coalición socialdemócratas-democristianos, continuamente boicoteada por el ala conservadora de éstos, dirigida por el inevitable Schüssel, hasta que, tras dieciocho meses de gobierno, hubo que convocar las elecciones anticipadas cuyo resultado vimos el domingo pasado y que es el siguiente:
Socialdemócratas: 29,7% del voto (35,3% en 2006) = 58 escaños (68 en 2006).
Democristianos: 25,6% del voto (34,3% en 2006) = 50 escaños (66 en 2006).
"Liberales" (o sea, nazis 1): 18% (11% en 2006) = 35 escaños (21 en 2006).
Alianza (nazis 2): 11% (4,1% en 2006) = 21 escaños (7 en 2006).
Verdes: 9,8% (11,1% en 2006) = 19 escaños (21 en 2006).
Es decir, derrota sin paliativos para los dos partidos mayoritarios que recogen sus peores resultados en la historia de la República, retroceso para los verdes y desaparición de dos partidos menores (el Foro Liberal y el Partido Tirolés) que no superan el 4% de barrera legal. Triunfo indudable de los dos partidos nazis, esos que quieren limpiar Austria de "basura extranjera" y otras lindezas. Queda para otro post explicar la curiosa mezcla ideológica de estos nuevos nazis que en Austria, como en Alemania, conjugan un discurso ecologista, partidario del viejo Estado del bienestar (ahora que hasta los socialdemócratas parecen abandonarlo) con la habitual diatriba ultranacionalista y xenófoba de Austria para los austriacos, los empleos, la seguridad social y el aire limpio para los austriacos, bla, bla, bla. Algo así como lo que ya estaría diciendo aquí el señor Rajoy si no se le echara encima la prensa masona. Queda para otro post pero no quepa duda de que con la mezcla de ecologismo, Estado del bienestar y ultraderechismo ocurre como con la conjugación hitleriana de nacionalismo y socialismo, esto es, que lo del socialismo era mentira; como aquí el ecologismo y el Estado del bienestar.
Teorías aparte, la cuestión más urgente ahora es quién va a gobernar en Austria. Los socialdemócratas quieren volver a la gran coalición con los demócratacristianos; pero no está claro qué quieran estos pues piensan que tal coalición fue la gran derrotada en las elecciones. Ha habido renovación en ambos partidos. El candidato socialdemócrata a la cancillería, Werner Faymann, sucede al ya excanciller Alfred Gusenbauer y el candidato democristiano, Joseph Pröll, sucede al anterior secretario general, Wilhelm Molterer, quien dimitió de repente el lunes para ver de cortocircuitar al siempre poderoso Wolfgang Schüssel e impedir que consiga imponer una nueva coalición de la derecha con la extrema derecha nazi. La cuestión es si, a la vista de los resultados, eso puede impedirse, ya que, fuera de la gran coalición, la única posibilidad que queda a los socialdemócratas es un gobierno en minoría que seguramente no cumpliría ni los cien días de cortesía.
(La imagen es un cartel alemán de propaganda de 1936).