divendres, 20 de novembre del 2009

De ridículo en ridículo.

Este señor Rajoy que todo cuanto tiene de pomposo, bombástico, tonitronante y grandielocuente lo tiene de trapacero, esquinado, superficial y ambiguo parece destinado a interpretar un papel fijo en las operetas y melodramas que sus ínfimos autores le escriben sin parar, con tanta contumacia que el hombre parece haber llegado a la conclusión de que la realidad no es la que asoma por la ventana todos los días sino la que sus asesores le susurran al oído. El papel de antihéroe burlado con traca final de ridículo. Sus actuaciones parecen pensadas para mover la hilaridad del público por sus estrepitosos fracasos, tanto más hilarantes cuanto mayor es la máquina que los acompaña y las proféticas admoniciones de catástrofe con que las adorna.

Sus últimas escenificaciones merecen pasar a una antología del disparate escénico teniendo además en cuenta que en nuestra debordiana sociedad del espectáculo todo es hoy escenario gracias al ubicuo ojo de la cámara de TV. Como quiera, además, que en el reparto de papeles de su partido, la función de la segunda línea del mando (De Cospedal, Sáez de Santamaría, González Pons) es reproducir las insensateces del jefe o fabricarlas propias que luego aquel las hará suyas si son lo suficientemente disparatadas, el público tiene la diversión garantizada mañana, tarde y noche.

Armó un escándalo descomunal con un sistema de escuchas del ministerio que es el que él mismo implantó cuando gobernaba, si cabe llamar gobernar a lo que hizo. Para ocultar el patinazo tronó que no era al sistema al que objetaba sino a la falta de amparo judicial en su uso. Por tres veces seguidas advirtió el Tribual Supremo que esas escuchas están bendecidas por los jueces. Ya con todas las vergüenzas al aire dio ayer instrucciones a los más tontos de sus voceros en los medios para que fueran por las tertulias predicando que el problema no era el sistema, ni la cobertura judicial sino la falta de una ley orgánica general que regulara la actividad de espías, escuchas, policías y jueces. Por esta vía acabará cuestionando el fundamento legal del sistema que pretende gobernar.

Entre tanto vocerío los suyos consiguieron por fin exasperar al ministro del Interior quien se enfrentó a uno de sus diputados en los pasillos del Congreso diciéndole lo que todos ellos hubieran merecido escuchar; interpretaron mal las palabras del ministro y organizaron nueva alharaca pidiendo, cómo no, su dimisión, cosa tan a su alcance como la luna.

Con motivo del asunto del Alacrana, una vez liberada la nave y sin esperar a su llegada a puerto alguno, pusio en marcha la gran bambolla de fuegos de artificio para dejar al gobierno cual no digan dueñas y, antes de cerciorarse de si tendría apoyo parlamentario suficiente, se lanzó a pedir la dimisión de una vicepresidenta y dos ministros, como el que saluda al portero de la finca. Ante su insensata insistencia, la Cámara hubo de pronunciarse y lo dejó por enésima vez en el más solitario de los ridículos.

Entre tanto, mientras se escenificaba la nueva astracanada de una oposición que confunde el parlamento con un desfile de gigantes y cabezudos, la prensa independiente, es decir, la que no funciona como un gabinete de "ideas" del PP, se hartó de recordar al bíblico señor Rajoy que oscila entre Job y el profeta Elías, que el desastre del Prestige cayó sobre su directa responsabilidad, que el 11-m sucedió siendo él vicepresidente del Gobierno y que a él también le tocó gestionar otro secuestro que duró cuatro veces lo del Alacrana y se resolvió igual que éste, pagando rescate.

Es jaculatoria permanente entre los estamentos más amargados de la opinión reaccionaria del país que el Gobierno está constituido por un grupo de inexpertos e incompetentes como si el hipotético recambio fuera una escudería de ases de la gestión pública. Sin embargo lo que muestra la tozuda realidad día a día es que los problemas van resolviéndose sin grandes destrozos en una situación de crisis muy aguda que el país está salvando sin fracturas sociales apreciables y en un clima de libertad, seguridad y concordia que parece como de otra galaxia cuando se observa el gallinero de la oposición, una balumba general de siniestros agoreros, presuntos corruptos, supuestos apandadores de los públicos caudales, demagogos, pisaverdes, plebeyos con ínfulas de aristócratas, aristócratas con ínfulas de chulapas y espías de la T.I.A. todos ellos bajo el balbuciente mando de un personaje que parece salido de una farsa de su paisano Valle Inclán.

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 19 de novembre del 2009

El discurso del día después.

Si he de quedarme con algún discurso de los que ayer se cruzaron en el ágora acerca del Alakrana, entre los autocomplacientes del Gobierno, los vitriólicos del PP, los críticos de unos y hagiográficos de otros y sin ocultar que, en mi opinión, el gobierno lo hizo bastante bien (hacer cualquier cosa perfectamente, como se sabe, sólo está al alcance del señor Aznar), si he de quedarme, digo con algún discurso me quedo con el siguiente que encontré ayer en los comentarios a mi entrada de Alakrana, final feliz, firmado por el señor Harazem y que suscribo de la cruz a la fecha. Dice así el señor Harazem:

Bueno, parece que hay unanimidad en escamotear la verdadera realidad, que es que cientos de barcos (800 de media) de países ricos están esquilmando las aguas de uno de los países más pobres de la tierra después de esquilmar las propias y en muchos casos soltando clandestinamente residuos tóxicos, para enriquecimiento de unos pocos empresarios. Ya se sabe que es la lógica del capitalismo, y que la policía está para proteger la propiedad de los que son propietarios, sea legítima o no esa propiedad, pero la pregunta es cuántos de nosotros estamos dispuestos a clamar: NO EN MI NOMBRE. Como decía hace unos días Lansky (Lansky al habla: Los gángsteres no somos tan cabrones, no robamos los bolsos a las viejecitas. NO al Neoimperialismo ecológico militarizado.

Me sumo: tampoco en el mío y quizá sea un buen momento para que la prsidencia española de la UE acometa este asunto que no creo haya pactado con el PP.

(La imagen es una foto de txikita69, bajo licencia de Creative Commons).

In Memoriam.

Hace un par de días que ha fallecido en Alemania Hans Matthöfer, diputado que fue durante veinte años en el Bundestag por Frankfurt y varias veces ministro de los gobiernos del socialdemócrata Helmut Schmidt. Durante toda su vida pública Hans fue un denodado defensor de la causa de las libertades democráticas en la España de Franco, defendiendo a los trabajadores españoles en Alemania en aquellos años de emigración en masa, así como la lucha de los socialistas españoles en España y fuera de España. Fue, entre otras cosas, el alma de la revista Express Español que se editó en Frankfurt a comienzos de los años setenta con una visión de izquierda y socialista de la realidad y en la que tuve la honra de colaborar, al menos en sus primeros números.

Su compromiso con el restablecimiento de las libertades en la España de la Dictadura lo llevó a veces a enfrentarse decididamente con el gobierno del general Franco como cuando consiguió que este libertara a un conocido sindicalista español, Carlos Pardo, residente en Alemania pero que fue arrestado al entrar en España precisamente a cuenta del Express Español. Hans se empleó entonces a fondo, amenazando a los jerarcas del régimen con hacerles la vida imposible en Europa si no soltaban a Pardo, cosa que acabaron haciendo.

La vertiente española de Hans era tan pronunciada que es leyenda que, en cierta ocasión, un diputado de la Democracia Cristiana se dirigió a él en el Parlamento con la expresión: "El señor diputado por Barcelona, Herr Matthöfer...".

Hace un par de años me fue dado llevarle a Berlín la medalla de oro que la Universidad Complutense le otorgó justamente por su gran obra a favor de nuestro país a lo largo de toda su vida. Hans tenía a España en el corazón y dicen quienes estuvieron presentes en sus últimos momentos que las pocas palabras que pronunció en su agonía fueron en español.

Descanse en paz este amigo alemán de los demócratas españoles.

La democracia lo aguanta todo.

Pocos conceptos tan polisémicos en el campo de la filosofía política como el de democracia. Admite todos los epítetos: puede ser directa, representativa, deliberativa, participativa, socialista, liberal, popular, orgánica/inorgánica, procedimental, elitista, mínima, madisoniana, etc; con independencia de que algún erudito nos recuerde que varias de éstas o quizá todas, no sean "verdaderas" democracias. Así que por qué no iba a ser inmunitaria cuenta habida de que Brossat lleva hablando de ella cerca de diez años, profundizando en el concepto que primero expusiera Roberto Esposito (Communauté, inmunité, démocratie) como atestigua en este su último librillo sobre la materia (Alain Brossat, La democracia inmunitaria, Palinodia, 2008, 102 págs) escrito en ese estilo insouciant, algo alambicado, en un encadenamiento como de fogonazos que nos va llevando como una sucesión de fuegos de artificios y nos deja al final algo aturdidos y con un intenso olor a chamusquina. La chamusquina de que ya nos ha colocado otro panfleto audaz con rabieta de enfant gaté contra el establecimiento cultural de cuya deconstrucción viven ristras de intelectuales que han cambiado la pluma por la alcotana creyendo que hacen mejor trabajo con la segunda que con la primera, cosa harto dudosa.

Encuadra Brossat este ensayo en ese tumultuoso, alegre y poco común río de la biopolítica foucaultiana que tanto juego da a condición de que veamos los toros desde la barrera y no queramos sobarle el morro al morlaco. Porque, si es así, las tornas cambian y nos encontramos, la verdad, un poco desasistidos conceptualmente. Resulta que el librete arranca con una propuesta aparentemente comprometida: la democracia "entendida como régimen de la política, pero, más ampliamente, como régimen general de la vida de los hombres, es fundamentalmente un sistema de inmunidad" (p. 8). La biopolítica está aquí dada por supuesta y queda algo oscurecida por el fulgor de esa joya del "sistema de inmunidad". Pero si no nos dejamos cegar por el fulgor y nos obstinamos en que nos expliquen qué diantres significa la democracia "como régimen general de la vida de los hombres", aparece algún que otro problema que ataca el fluido discurso del viejo lobo de la izquierda francesa. No quiero exagerar pero, la verdad, la cosa me suena a la "revolución cultural" (nada extraño, por lo demás en alguien que lleva lustros predicando en contra de la "cultura" sea ésta lo que sea): ¿hay democracia en el ejército? ¿en la policía? ¿en los consejos de administración de las empresas? ¿en las iglesias, los hospitales, los tanatorios, los equipos de futbol, los concursos de bellezas, las oposiciones a la administración, los servicios de vigilantes jurados? Si no es así, ¿qué significa democracia "como régimen general de vida de los hombres"?

En fin, no siendo picajosos quedémosnos con la idea de democracia inmunitaria que es esa situación en que los hombres, provistos del munus nos hemos hecho inmunes a base de construirnos protecciones, derechos, titularidades, garantías. En fin, el mundo feraz de los Estados de derecho que vienen a dar contenido a las normas procedimentales que son la democracia pero con las que no se confunde aunque, como vemos, sí puede mezclarse un poquito.

Este conjunto de nuevos privilegiados, cómodos ocupantes de la "nación", en su afán por blindarse e intensificar esa inmunidad acaba produciendo una dualización en la sociedad entre los incluidos (un "nosotros" hecho de un crítico y continuo rechazo) y no ya sólo los ex-cluidos sino incluso los "no incluidos", aquellos que, como se dice en inglés, don't have much of a chance. Y para exponerlos en todo su grafismo no se le ocurre nada mejor que traer los pobre cinco fantasmas de los cinco hijos de Rousseau a quien éste reconoce en sus Confesiones haber depositado en la inclusa para darles mejor vida. Todavía puede uno ir a buscar "no incluidos" más conmovedores. Dejad que monseñor Martínez Camino se dé cuenta de la potencialidad del análisis biopolítico y en su próxima diatriba invoca a Negri o Zizek.

No me estoy inventando nada. Lo dice Brossat negro sobre blanco para que quien tiene oídos oiga: "La democracia inmunitaria se asemeja a la sociedad de corte en el sentido que su primera vocación es privar de su reserva de violencia a una categoría social (en un caso a la aristocracia feudal, en el otro al elemento popular) garantizándole, en cambio, condiciones de existencia segurizadas..." (pp. 36-37). Y así podemos elegir cómodamente entre la fronda y la barricada entiendo que sólo si hay que ponerse serios y reaccionar ante algún atropello. Esa "sociedad de corte" remite directamente a Norbert Elías y su proceso civilizatorio que Brossat cita mucho para gran contento mío que lo traduje al castellano en el Fondo de Cultura Económica hace ya unos años. Quede claro no obstante que lo que hay entre nobles y chusma privilegiada ambos por la inmunidad y su biopolítica ampliación es la distancia que media entre intangibles e intocables y de la que no sabemos mucho más.

La segunda parte del libro es como un pendant de la inmunidad en el terreno de las cosas reales, tangibles, palpables: la anestesia como técnica (¿puedo llamarla "general"?) del "derecho a no sufrir" que invocamos como quintaesencia de la democracia inmunitaria. Como en el caso de ésta, busca Brossat una apoyatura filosófica y la encuentra en las disquisiciones de Cicerón en las Tusculanas sobre el carácter del sufrimiento del que ni Hércules puede librarse... pero nosotros sí y las consecuencias de este nuevo Olimpo democrático son los jirones de miseria que vamos dejando por ahí: la tortura como negación del mundo vivido (p. 67) y afirmación del saber de Hannah Arendt; los espantosos sufrimientos que presenciamos diariamente por doquier, desde Somalia a Bosnia (p. 70). Así que buscamos con gran intensidad la anestesia para no dejarnos apabullar por el "desastre del mundo" (p. 74).

Un inciso. Brossat es verdaderamente brillante y siembra su escrito de hallazgos lingüísticos de todo género que compensan con creces del deslavazamiento general de la argumentación. Ese "desastre del mundo" que corre paralelo con el "dolor del mundo" viene acompañado de una "fatiga del presente" que mal que bien nos da "acceso al rol de espectador perpetuo y total sin que estemos destinados a sucumbir a la melancolía, al furor, al pavor o al agobio" para que podamos decir con Victor Hugo "Lloramos menos" (p. 76) y poco a poco nos vemos instalados en, para decirlo así como a lo bestia, la biopolítica de la "democracia médico-pastoral" (p. 89) de la que Brossat dice que es un oxímoron igual que el de los "monstruos de insensbilidad" de los que tanto hemos oído hablar hace poco a raíz del famosísimo "monstruo de Amstetten"

Termina Brossat su ensayo con unas conclusiones que son atractivas pero no gardan mucha relación con el texto, o sea que, salvo la última, si concluyen algo, es otro discurso, pronunciado en otra parte. Pero, en sí mismas, tienen interés: el episodio de la sangre infectada de SIDA que sacudió a Francia hace un par de años le da pie para señalar el peligro que se cierne sobre nosotros con uno de esos conjuros que suenan como a fórmula de Bram Stoker: "el Estado envenenador" (p. 96). No sé si los "neocons" leen este tipo de ensayos pero seguro que no se les ha ocurrido algo tan contundente. Parejo a esto, aunque en un campo más pragmático, una pequeña profecía, ya desmentida según se seca la tinta en que está formulada: el día que el Estado se atreva a procesar a un presidente de la República en ejercicio (Chirac, para entendernos), ese día "ya no hay más quinta República" (p. 98). (Mínima digresión: la traducción al castellano es infame). Bueno a un presidente en ejercicio, no; pero a un ex-presidente, sí y ahí está la Cinquième tan Mariana, tan oronda y tan biopolítica.

Al final de este relato-fleuve aparece un fantasma común al castillo europeo: la sociedad del riesgo beckiana, aunque sólo para asegurarnos que nuestra vocación inmunitaria nos lleva a hacer mamola al gran sociólogo alemán porque nuestro anhelo de privilegiados ahítos de todo es instalarnos en una sociedad de riesgo cero (p. 106). ¿Alguien da más?


dimecres, 18 de novembre del 2009

Alakrana: final feliz.

Por fin se produjo el anticlimax nacional: el Alakrana navegaba libre "hacia aguas seguras" decía sobrío el presidente del Gobierno mientras algún familiar, sin poder contener la exuberancia de la alegría, aseguraba que iba a "comerse a besos" a su marineiro. Gran jolgorio y contento porque la gente regrese a casa sana y salva, al reencuentro con unos parientes y una sociedad civil que, a diferencia de algunas instancias políticas, han sabido estar a la altura de las circunstancias. Y una vez que esto se ha conseguido llega el momento del ajuste de cuentas, de las recriminaciones y averiguaciones, de las confrontaciones e investigaciones. Ahora y no en los momentos tensos de la crisis, con la vida de los marineros secuestrados amenazada. Que es lo que hizo el PP: emplearse a fondo contra el gobierno confrontado a una crisis de Estado, torpedeando las posibilidades de una solución satisfactoria. Qué gente.

Ahora sí, ahora hay que empezar a averiguar:

  • por qué el Alakrana estaba faenando fuera de la zona de protección.
  • Por qué no llevaba pabellón español si es cierto que no lo llevaba.
  • Quién decidió detener a los dos prisioneros somalíes.
  • Quién dijo que había que traerlos a España.
  • Quién ha pagado el rescate.

En fin, un desastre del que es de esperar que se aprenda para futuras situaciones de crisis.

La corrupción clama al cielo.

El informe anual de 2009 de Transparency International es desolador para España. Nuestro país desciende cuatro puestos en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) con respecto a 2008 desde el vigésimo octavo al trigésimo segundo. Lo ha señalado toda la prensa. Lo que no ha señalado la prensa es que esa pérdida es de siete puntos (del vigésimo quinto al trigésimo segundo) en 2007. Y que el descenso con respecto a 2002, en que ocupábamos el lugar vigésimo, compartido con Bélgica y Japón, es de doce puntos y que eso es una catástrofe.

Es decir, la corrupción "percibida" se ha multiplicado por 2,5 en los años de mandato socialista. Y eso es un hecho. Es verdad que, aunque parezca mentira, es un hecho subjetivo puesto que se trata de un índice elaborado con "percepciones" pero es un hecho en cualquier caso: bajo mandato socialista el IPC se ha multiplicado por 2,5. Y de aquí debe la izquierda extraer las conclusiones pertinentes. Es verdad que gran parte de esa corrupción afecta ante todo al partido de la oposición. Pero también lo es que las estadísticas reflejan una situación general de la que la gente tiende a culpar al Gobierno sin mayores miramientos. Y no sin cierta razón. Desde luego da la impresión de que, de un par de años para acá la fiscalía anticorrupción y el sistema preventivo general llevan actuando con más contundencia. Pero ¿por qué no se procedió así ya desde 2004? Por entonces era cosa sabida que, a raíz de la burbuja inmobiliaria y fenómenos concomitantes, España era un paraíso de prácticas corruptas. Hace unos años lo recordaba el entonces presidente ruso Vladimir Putin cuando, para rechazar una crítica que suele hacerse a los rasgos mafiosos de la política de su país, decía que España no podía dar lecciones a nadie cuando tenía un sistema municipal completamente corrupto.

Una vez que el país haya salido de la crisis económica entiendo que el grado en que el gobierno haya sabido poner coto a la corrupción generalizada en España será determinante en las elecciones generales de 2012.

dimarts, 17 de novembre del 2009

El pacto de la presidencia de la UE.

Pero ¿a quién se ha ocurrido esta melonada de un pacto por la presidencia española de la UE? Europa es un sistema político por derecho propio, no una catástrofe sideral ni la invasión de los bárbaros frente a la que el país haya de precaverse uniendo las fuerzas de sus hijos; no una competición en la que España como partícipe tenga que imponerse a Italia, Portugal, Rumania Alemania, etc. Europa es un sistema político por derecho propio con un parlamento en que la representación no es por países sino por opciones políticas siendo las mayoritarias la popular y la socialista, precisamente las dos que ha pactado aquí. Y menudo pacto en el que el PP queda con las manos libres para hacer todo el daño que quiera con los dos asuntos que ha dejado fuera de él, la política de la UE hacia Cuba y la querella contra Diego López Garrido. ¿Qué es, pues, lo que han pactado? Todo el resto de posibles medidas sobre las cuales (o la mayoría de las cuales) tendrá después que votar el Parlamento Europeo siguiendo criterios partidistas. ¿Qué harán entonces los eurodiputados españoles? ¿Romper la escasa disciplina de voto?

Es decir, el PSOE ha pactado la presidencia europea sin necesidad, incluso sin deber, poniendo su programa europeo a discreción del partido de la oposición que ha dado sobradas pruebas de que entiende todo, absolutamente todo, incluida por supuesto la política europea, como material para su política de oposición radical de derribo del Gobierno sin cuartel alguno.

El pacto de la presidencia de la UE, como el nombramiento del beato señor Carlos Dívar en el Supremo son dos muestras del complejo de ilegitimidad que tiene el PSOE frente al PP. El primero está en el gobierno porque ganó unas elecciones y lo hizo con su programa, no con el programa del PP. Los ciudadanos tenemos derecho a que la presidencia española de la UE aplique el programa del PSOE, incluido el del PSOE para las elecciones europeas en donde, por cierto, no se habla nada de un pacto posible con el PP que no es necesario ni conveniente.

Aminatu Haidar.

Da la impresión de que el caso de la activista no violenta saharaui Aminatu Haidar, en huelga de hambre en España porque, según dice, los españoles no le permiten regresar a El Aiun, acabará convirtiéndose en uno de esos líos de cuestiones exteriores (como el Alakrana, aunque en proporciones distintas) en que el Gobierno español tiene la rara habilidad de meterse sin saber luego cómo salir.

Nadie parece explicarse cómo pudo la señora Haidar entrar en España y nadie parece entender cuál es ahora su condición legal puesto que oficialmente tiene la nacionalidad de Marruecos, país que la expulsó a España, ella misma dice que su nacionalidad es la saharaui que no tiene efectos legales pero sí debiera tener alguno moral a oídos de los españoles y posee una tarjeta de residente que la faculta para estar en nuestro país pero no para entrar o salir de él. Por último y para complicar las cosas, habrá quien diga que, pues nació en 1967, cuando el Sahara pertenecía aún a España, país que lo abandonó vergonzosamente en 1975 sin atender a sus obligaciones con la población, sigue siendo española.

Sea marroquí, saharaui o española, desde el momento en que no está ilegalmente en España, según reconocen las autoridades, tendrá libertad de movimientos y uno de estos, el preferido por ella, parece ser retornar a El Aaiun. Pues no se hable más: las autoridades deben permitirle embarcar en un vuelo directo a la antigua capital de la colonia y vigilar porque desembarque con seguridad.

Otrosí, el ministerio de Asuntos Exteriores y el Gobierno deben explicar por qué han recibido sin más a una ciudadana teóricamente marroquí a quien las autoridades marroquíes, en violación de derechos humanos fundamentales, han privado de su nacionalidad y expulsado -y eso sí que es ilegal- de su propio país.

(La imagen es una foto de Saharauiak, bajo licencia de Creative Commons).

Ágape sáquido.

Pues Señor resultó que el domingo pasado los seguidores y animosos comentaristas del blog de Manolo Saco Fuego amigo celebraron un almuerzo de confraternización en la capital y al que me invitaron. Acudí con mai fámili, como dicen en Serrano, y lo pasé muy bien. Gente sana y divertida llegada de todos los puntos cardinales de la Península y sus ínsulas, gente que a fuerza de tratarse en los comentarios al blog de Saco, con los nicks y la peculiar dinámica de ese intercambio había decidido reunirse y conocerse.

Porque es verdad que somos todos muy guays y estamos al cabo de la calle en links, downloads, buckups y nos movemos de cine en el interface y el roaming pero, al final, como Santo Tomás, queremos meter los dedos en la llaga, en el ojo o donde sea, pero vernos y tocarnos. Porque la realidad virtual es un medio de comunicación que pone en contacto a la gente por los más extraños motivos. ¿Por qué no por ser sáquida?

(La foto la tomé yo con una cámara de Begoña, sáquida de Bilbao. Por cierto que ahora veo, mirándola, que a un lado de la mesa están casi todas las chicas y al otro casi todos los chicos y no estoy muy seguro del "casi". Tiene gracia, es como en una peli de John Ford.).

dilluns, 16 de novembre del 2009

Movilizaciones.

Avisa el señor Cayo Lara al Gobierno de España de que no se confíe y no cuente con que la "paz social" que el presidente Rodríguez Zapatero agradeció recientemente vaya a durar sine die porque en IU están preparando movilizaciones. Quieren salir a la calle para presionar a favor de un giro a la izquierda en las políticas del Gobierno y su primera cita se dará el próximo 29 de noviembre en Sevilla en una protesta en pro del cambio en el sistema político. Dado que el Gobierno sostiene que en su respuesta a la crisis, de neto cuño keynesiano y muy distinta de la que han aplicado otras sociedades industriales avanzadas, es de izquierda, lo que se plantea es una controversia acerca de qué sea la izquierda en sentido práctico. Cosa que no está mal porque ayudará a entender el momento.

Dice el mismo señor Cayo Lara que lo que quieren en concreto es "la intervención pública en la economía, la puesta en marcha de una banca pública, una política fiscal progresista y la lucha contra el fraude fiscal y la economía sumergida". Si bien se mira, nada que no pueda hacer el Gobierno socialista si se lo propone y que muchos sostenemos que, al menos en parte, puede hacer. Todo depende de lo que se entienda por ciertos términos: si por "intervención pública de la economía" se entienden eso, políticas keynesianas, la reclamación está de más; si se entiende una política de nacionalizaciones y de restablecimiento de un sector público que se liquidó hace ya algunos años, el asunto es más problemático e inviable. Algo similar sucede con la idea de una banca pública si bien en este caso la reivindicación parecería más atendible (y hasta sensata) de no ser porque obliga a replantearse no sólo el sistema bancario y financiero español (en el que, de hecho, hay órganos que en parte cumplen esta función, como el ICO) sino su encaje en el sistema de la Unión Europea que cuenta con un Banco Central que reina, por así decirlo, sobre unos bancos centrales de cada uno de los países con competencias reducidas y en el que quizá no encajara del todo esa banca pública que pide IU.

Las demás reivindicaciones, tocantes a la política fiscal no solamente son asumibles por el Gobierno sino que, a juicio de Palinuro, éste debería haberlas puesto en práctica ya. La falta de reforma en la progresividad fiscal ha sido uno de los principales fiascos del Gobierno del señor Rodríguez Zapatero que, al concentrarse en la imposición indirecta y amagar pero no dar en la tributación directa de las rentas más altas, ha acabado configurando una respuesta oficial a la crisis en la que, junto al muy recomendable keynesianismo, se ha dado la lamentable circunstancia de que su financiación y, por ende el coste de la crisis, lo soportan los tramos medios y bajos de la renta. Un keynesianismo para los pobres financiado por los pobres. No hace falta decir que perseguir el fraude fiscal y luchar contra la economía sumergida a la que nadie se atreve a cuantificar pero que representa un buen bocado del PIB debieran ser prioridades ahora y siempre del gobierno del PSOE.

Como todo lo que es, según enseña la teoría general de sistemas, tiende a permanecer como está, si queremos que la realidad cambie y cambie en un sentido reformista, es bueno que haya esas movilizaciones que acicateen al Gobierno y lo obliguen a dar respuestas por el flanco izquierdo. Su permanente contacto y comunicación con los intereses de la banca y el capital le hacen perder de vista que no son estos quienes lo han llevado al poder sino el voto de muchos de los que ahora se aprestan a salir a la calle. Es bueno que los oiga.

Pero, para oírlos, es imprescindible que hablen.

(La imagen es una foto de TuTuWon, bajo licencia de Creative Commons).

El toro de Medinaceli.

Pueblo de bestias en el peor sentido del término; de gentes duras como el pedernal y sin entrañas, crueles, detestables. No sé si hay muchas razones por las que uno pueda sentirse orgulloso de ser español (siempre me he preguntado qué se querrá decir con esa expresión tan ajena al hecho de que, en principio, ser español, como ser chino o islandés es algo fortuito) pero tengo muy claras cuáles son las razones para avergonzarse y la más llamativa es esta repugnante costumbre de torturar a los animales como forma de diversión pública. Hace falta ser bruto redomado, carecer de la mínima educación y ser más insensible que un corcho para disfrutar con el sufrimiento de un ser vivo. Hace falta, por lo que se ve... ser español. ¿Nación española? ¡Una m! Yo no tengo nada que ver con estos bárbaros inhumanos y menos con los majaderos descerebrados que nunca faltan dispuestos a decir no sé qué memeces sobre el carácter "tradicional" de tales festejos. También era tradicional quemar a los llamados herejes, costumbre felizmente erradicada y que, salvo algún que otro obispillo, nadie parece echar de menos. ¿Para satisfacer qué bajísimos instintos se mantienen estas otras?

¿Cómo es que sus señorías no consideran que este asunto requiere un debate de urgencia en el Congreso y la inmediata aprobación de una ley que haga imposibles estas muestras de enloquecida barbarie?

(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).

Las formas de gobierno.

Llevo algo retrasadas las reseñas de revistas que se me han acumulado en el verano. Este número de la Revista de Estudios Políticos (nº 144, nueva época, Madrid, abril-junio de 2009, 235 págs) trae algunos trabajos muy interesantes como siempre en un amplio abanico de preocupaciones y métodos.

Abre un buen estudio de Jesús Astigarraga sobre El debate sobre las formas de gobierno en las 'Apuntaciones al Genovesi' de R. Salas en el que se da cumplida cuenta de la glosa que el profesor Ramón Salas de la Universidad de Salamanca hizo en los años ochenta del siglo XVIII de la entonces célebre obra del napolitano A. Genovesi Lezioni di commercio y que era uno de esos tratados de la cameralística de entonces y en los que se hablaba de todo, desde la teoría de las formas de gobierno hasta la Hacienda pública y otras consideraciones, esto es, la ciencia política de antaño. El autor aprovecha para señalar cómo en los comentarios de Salas alienta ese espíritu ilustrado que hubo en la España de la época aunque tan reducido y apagado que a veces ha podido sostenerse la tesis de que la Ilustración no dejó huella en nuestro país. Salas sigue la obra de Genovesi y muestra tener un conocimiento profundo de Montesquieu cuya doctrina del Espíritu de las leyes en materia de formas de gobierno, de virtud, etc aplica, así como también las de su contemporáneo Mably, tan plagiado como poco reconocido en la época. El autor sigue las consideraciones de Salas sobre los temas candentes del momento (y de hoy, por cierto) como la visión contractualista de las leyes criminales, educativas y religiosas, la cuestión de la igualdad y la propiedad. Señala también lo que llama los "silencios" de Salas, singularmente la cuestión de la participación política y el federalismo; algo que sigue sonando. Concluye Astigarraga señalando que los apuntes de Salas muestran la importancia que la Ilustración española, muy influida por la napolitana, concedía a la Economía Política.

El trabajo de Franz Xavier Barrios Suvelza, Conceptos alternativos para comprender las grandes reformas descentralizadoras contemporáneas en Europa Occidental es una investigación comparada de los grandes cambios que se han dado en la organización territorial del Estado en los últimos años en España, Italia, Francia, Alemania y Gran Bretaña. Su análisis se concentra en lo que llama los tres conceptos alternativos que se han propuesto frente a la crisis de los anteriores a raíz de tales reformas: la autonomía entendida como autolegislación, la cualidad gubernativa territorial y la macroestructuración también territorial del Estado (p. 48). El primer concepto hace referencia a la posibilidad de administrarse u organizarse de los entes territoriales; el segundo agrupa seis factores que considera imprescindibles para que quepa hablar de cualidad gubernativa en un ente territorial (complejidad, competencias, recursos financieros, etc); y en el tercero encaja en un nuevo molde lo que ha sido tradicionalmente la oposición entre centralismo y federalismo. Del análisis de los casos concretos en los países señalados extrae el autor una serie de conclusiones que matizan las relaciones actuales entre los niveles nacionales y subnacionales del poder con cuatro advertencias finales relativas a Francia, Italia, Alemania y España en donde se subraya como innovación el principio de "voluntariedad para diagramar arreglos territoriales" que posibilitaron las varias velocidades (p. 82).

En 'Cleavages' y sistemas electorales: una nueva aproximación, Marc Guinjoan replica el estudio de Amorim Neto y Cox en 1997 para explicar la fragmentación del sistema electoral recurriendo a una síntesis de las dos principales razones que hasta entonces se habían esgrimido por separado, la institucionalista y la social. En dicha réplica, especifica el autor, no se han conseguido replicar satisfactoriamente los resultados, lo cual pone de relieve la validez de los obtenidos en su momento por Amorim Neto y Cox. Para la reevaluación, Guinjoan ha utilizado una nueva base de datos más fiable y que incluye más del doble de países de los que ellos utilizaron (105/51). Asimismo ha introducido una nueva variable no considerada en este ámbito de estudio de fragmentación, el grado de descentralización de los Estados. Cuando se toman en consideración sólo los países que estudiaron Amorim Neto y Cox los coeficientes de las variables en ambos modelos son bastante parecidos (la réplica se produce); pero si se emplean todos los países del modelo del autor aparecen diferencias sustanciales que detalla, lo que hace pensar que la selección de países de aquellos autores no fue enteramente representativa y obliga a reevaluar el alcance de sus resultados. Asimismo, lo que parece bastante lógico, las arenas de competición multinivel tienen incidencia sobre el número de partidos electorales a nivel estatal de forma que por cada aumento de un punto en la escala de descentralización aumenta 0,5 el número efectivo de partidos electorales. Es decir, queda abierta la interesante cuestión de las razones de la fragmentación de los sistemas electorales y el número efectivo de partidos electorales.

Escepticismo y política es un interesantísimo y breve trabajo de John Christian Laursen que trata de aquilatar un uso válido del escepticismo en política tras una crítica de sus usos vulgares o imprecisos muchas veces contradictorios que oscurecen su significado. Laursen remite el concepto a sus orígenes en la filosofía helenística y de las dos escuelas clásicas que considera, la pirrónica (Pirrón de Elis) y la de los escépticos académicos, da preferencia a la primera porque entiende su formulación de la epoché, esto es, la suspensión del juicio en ausencia de un criterio satisfactorio de verdad, el compromiso con la idea de vivir en el mundo de las apariencias y los sentidos es lo más productivo al día de hoy en un quehacer tan peculiar y específico como la política. Su concepto de escepticismo es riguroso como se prueba por el hecho de que, contra una opinión convencional (pero siguiendo en ello a Pascal y a Kierkegaard) el escepticismo también puede ser fuente de ocupación religiosa y, por otro lado que el escepticismo también carga con su parte de culpa en la afición de los seres humanos al crimen y la barbarie, que no es cosa que quede al monopolio de los dogmáticos. Rechaza, sin embargo, con harta razón a mi juicio la idea evidentemente exagerada de Marta Nussbaum de que, por su naturaleza, el escepticismo no impediría que los escépticos colaboraran con Hitler. Y termina con una nota elegantemente escéptica: en lo tocante al principio de igualdad entre los sers humanos, dice, Kant sostuvo que no podemos tener un conocimiento científico de estas cuestiones (ni de prácticamente ninguna en territorio político, hay que añadir) por lo cual tenemos que tener fe en alguna ley moral, por ejemplo la que requiere igual respeto a todos los seres humanos. "¿Hemos ido más allá de Kant en esta materia?" (p. 139).

El trabajo de Javier Pérez Núñez Acerca del gobierno y administración territorial en el régimen constitucional gaditano es un magnífico ejemplo de estudio de historia política en un momento crucial para la formación de la nación española: el que va desde el comienzo de la rebelión contra el francés con la formación de las juntas provinciales y la Junta Central hasta el trienio constitucional de 1820 a 1823 pasando por el doceañismo y la restauración absolutista. Desde luego la organización que sale de las Cortes de Cádiz y que se recuperará después de la sublevación de Riego en 1820 es la de la soberanía nacional en un Estado unitario centralizado en el que acabará cuajando la "municipalización de la provincia" a través de la imposición del pouvoir municipal. Pero lo más interesante es que por su misma orientación en todo este proceso (incluida la imposibilidad del traslado del ejército de Riego a sofocar la sublevación transatlántica en el orden práctico) lo que se hace es sentar las bases para la justificación teórica de la emancipación americana. "De esta manera, enlazando con las propuestas e ideario defendido desde las Cortes de Cádiz por los diputados sudamericanos se acaba alumbrando la génesis de lo que los moderados (...) tildaban de una democracia civil y otra militar". (p. 165) Y esta será la situación que prevalezca cuando en 1836 se restaure el doceañismo hasta 1843.

Adela Cortina en La política deliberativa de Jürgen Habermas: virtualidades y límites hace una acertada síntesis de la concepción de Habermas de su doctrina de la Teoría del Discurso y su concreción en su idea de una "democracia radical" que camina sobre otros dos conceptos esenciales en la obra habermasiana del socialismo y la soberanía popular (p. 175). Analizando las etapas del proceso deliberativo, expone que éste se realiza en un contexto democrático que es representativo pero también participativo, deja claras cuáles son sus virtualidades y propone cuatro complementos a la política deliberativa muy convenientes: reconocimiento recíproco de la autonomía y necesidad de una democracia deliberativa, la sociedad civil como lugar de descubrimiento, justificación y decisión, fuerza legitimadora del poder comuncativo en el mundo económico y construcción del sujeto moral (p. 191). Dan ganas de repetir el clásico Q.E.D.

diumenge, 15 de novembre del 2009

Batasuna erre que erre que erre que erre.

Con su partido ilegalizado, con sus diversos sosias, franquicias, camuflajes y reclamos también ilegalizados y prohibidos, con sus dirigentes entre rejas, después de haber intentado engañar a todo el mundo por enésima vez, los de Batasuna, inasequibles al desaliento, vuelven a la carga valiéndose de una patraña que ni siquiera es nueva, expuesta ayer al mismo tiempo en Altsasu y en Venecia en una Conferencia sobre procesos de paz y resolución de conflictos en donde doña Jone Goiricelaia (una de los pocos dirigentes de la izquierda abertzale todavía en libertad) ha leído una propuesta de siete puntos para volver a abrir un proceso de negociación con vistas a liarla de nuevo. Esta vez se les ha ocurrido que podrían aplicarse en España los puntos que el senador Mitchell hizo valer en Irlanda del Norte para acabar allí con el conflicto. Naturalmente ni media palabra acerca de la circunstancia, para ellos baladí, de que entre Irlanda del Norte y el País Vasco toda coincidencia sea mera casualidad. Allí había dos facciones sectarias combatiéndose a muerte mientras que en el País Vasco se trata de una manga de criminales dedicados a extorsionar, secuestrar y asesinar ciudadanos pacíficos con el apoyo, la colaboración y la ayuda de quienes ahora tanto dicen querer solucionar el "conflicto" (que ellos mismos han creado) por medios pacíficos.

Para hacer digerible el invento se han traído a media docena de badulaques a ver si dan verosimilitud a su nuevo intento de engaño. La medida de la solvencia intelectual de estos mancebos la dan las palabras de uno de ellos, Brian Currin, abogado sudafricano mediador en todo tipo de conflictos: "Esto es solo el principio. Yo espero que ETA dé la bienvenida a la declaración, y si Madrid libera a los presos, no veo porqué ETA no debería declarar un alto el fuego definitivo". Han leído Vds. bien: "Madrid" libera a los presos, como si "Madrid" fuera el mítico ente fabulado por el nacionalismo para justificarse, algo parecido a la hidra de Lerna o el jabalí de Erimanto, y como si "los presos" fueran rehenes de una banda mafiosa y no asesinos y delincuentes cumpliendo condena en establecimientos penitenciarios tras haber sido juzgados por tribunales de justicia con todas las garantías de un Estado de derecho.

Tanto en Altsasu como en Venecia la organización repite las mentiras del mitin de Anoeta (el que dio paso al proceso de paz de 2004 que ETA reventó de un bombazo en la T4 de Barajas asesinando de paso a dos personas) afirmando, cómo no, que ahora va en serio, que va de verdad, pero sin condenar la violencia ni separarse un milímetro de la tutela de los pistoleros que probablemente sean quienes los han impulsado a hacer la propuesta a ver si se consigue algo y Batasuna o alguna de sus tapaderas puede presentarse a las elecciones municipales del año que viene y pilla algo de poder y de pasta para seguir asesinando en nombre de la liberación del pueblo vasco.

No imagino que nadie en España, sea autoridad o mendigo, hacedor de opinión o mercader de influencias, plumilla de prensa o lector de hojitas parroquiales, preste la menor atención al nuevo montaje que ya estaban preparando estos mendas cuando el juez Garzón decidió hace unos días poner a buen recaudo a sus cabezas dizque pensantes. Tengo entendido que ni siquiera los de PNV, especializados en darles cuartel, bolilla y asiento en sus funciones, van a concederles el menor crédito en esta ocasión. Hasta ellos mismos están tan convencidos de que no conseguirán nada que, curándose en salud, uno de los suyos que no debe de ser estrictamente imbécil ha publicado un artículo en Gara titulado Descubierta la jugada: caminan hacia una paz trampa en el que ya se dice a sí mismo lo que el resto de la sociedad le diría caso de tomarse medio en serio este último alambicado intento de engañar a la gente de buena voluntad para permitir que los pistoleros vuelvan a asesinar.

Parece mentira que no se den cuenta de que todo Dios les ha cogido la medida; que son los únicos en no comprender que, cuanto más complicadas sean sus propuestas (puntos, proclamas, escenarios aquí y en el extrajero, movilización de figurones, etc) más hiede el asunto a mentira y patraña. Porque si de verdad quieren acabar con esta situación y hacer política en defensa de la independencia del País Vasco basta con tres medidas que se toman en media hora en la pausa del café de la mañana:

1ª: ETA deja las armas definitivamente.

2ª: Batasuna condena inequívocamente la violencia.

3ª: la izquierda abertzale se organiza en un partido que respete la vigente ley de partidos.

Y ya está, sin necesidad de más escenificaciones y contubernios.

Mientras eso no suceda, como quien oye llover. Que engañen a los suyos, cosa que no les es difícil.

(La imagen es una foto de www.ukberri.net, bajo licencia de Creative Commons).

El guateque de Barcelona y el Publiscopio.

Sus asesores de imagen les han dicho que lo importante es estar en los medios continuamente, ser noticia por el lado bueno, festivo, para tratar de compensar el desastre de estar todos los días en los papeles por sus corrupciones, trinques, mangoneos y, últimamente, dislates del Curita ya en franco proceso de deterioro mental. Así que se han montado una romería finisemanal en Barcelona con ánimo de escenificar el "aquí no pasa nada" de la señora De Cospedal y "mirad cuán unidos estamos detrás del padre prefecto" al que han llamado Convención como podían haberlo llamado concurso de pirañas. Porque convenir algo es lo único que aquí no se ha hecho. Al contrario, han dejado bien claro que, como los matrimonios de conveniencia según Oscar Wilde, estas gentes no se convienen nada unas a las otras.

Ya dio comienzo al aquelarre de disparates la inefable señora De Cospedal al abrirse la sesión mentando la soga en casa del ahorcado y afirmando que el PP ha organizado el acto por sus propios medios, es decir, sin acudir por primera vez a la trama corrupta de Gürtel, Orange Market, Pasadena Viajes y demás sociedades de trincones. Eso es tacto, diplomacia, sentido de la oportunidad. Esta señora merece más altos puestos.

A continuación vinieron los desencuentros que mostraban lo ficticio de toda la operación de imagen barcelonesa con la señora Aguirre y el señor Rajoy mirándose como si quisieran asesinarse y, por fin, el desembarco de la gran familia levantina llevando al Curita a la cabeza y el único objetivo de hacerse la foto con el señor Rajoy que acudió a ella, como puede verse en la ilustración, con el mismo jocundo ánimo con que el cordero acude al degolladero. Y ahí están todos, chupando rueda de la unidad del PP que ampara bajo sus maternales alas a todo tipo de orates y corruptos de los que el señor Rajoy trataba de huir como de la peste bubónica. Obsérvese en la foto de 20 Minutos que, por no faltar, no falta el españolísimo señor Fabra. Y, una vez desmontado el chiringuito que el registrador de la propiedad había mimado como una pera en dulce, los dos presidentes de Comunidad Autónoma más problemáticos por ser los baluartes electorales del PP y en donde hay mayor densidad de corruptos por cargo cuadrado del partido, se abren a sus querencias, dejando solo al señor Rajoy y probando que las proclamas de unidad de la señora De Cospedal tienen el mismo valor que sus denuncias de escuchas ilegales.

La guinda de este festival sin sentido la pone el Publiscopio que hoy aparece en Público y del que se deduce que cualquier dirigente del PP ganaría las elecciones al señor Rodríguez Zapatero, excepto la lideresa y el señor Rajoy que es quien, sin embargo, se medirá con él en 2012. En resumen, la convención ha servido para poner en evidencia que este partido está hecho unos zorros y dirigido por el único que no ganaría unas elecciones a Rodríguez Zapatero ni en las horas más bajas de éste. Un triunfo, sí señor.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 14 de novembre del 2009

Un partido, un proyecto, un líder.

Ein Volk, ein Reich, ein Führer. La fibra autoritaria del PP es evidente cada vez que alguno de sus dirigentes abre la boca. El señor Aznar había pedido que hubiera un solo líder, un solo partido y un solo proyecto y no varios de cada cosa y así ha respondido la secretaria general, señora De Cospedal, muy oronda. Sin embargo no solamente es falso que esa unidad sea deseable en sí misma sino que se trate de la condición del PP. Si los partidos han de ser organizaciones democráticas, como requiere la Constitución, deberán poseer el mismo grado de pluralismo en su interior que tiene la sociedad de la que surgen y se nutren. Y normalmente así es de forma que los partidos suelen tener varios líderes (aunque sólo uno sea el máximo en cada momento), diversas corrientes internas y, en consecuencia, opciones también variadas. Y eso es lo que pasa en el PP. Tiene varios líderes, empezando por el propio señor Aznar y siguiendo por los señores y señoras Aguirre, Gallardón, Rato y, claro es, Rajoy. En su interior se dan opciones claramente distintas, apoyadas en corrientes también diferentes: los vascos del PP van a su bola, como lo hacen los aguirristas y los gallardonistas en Madrid, como lo hacen los ultras de Mayor Oreja. Y eso no está mal, es el pluralismo. Lo importante es que el Partido tenga y manifieste una sola voluntad; es decir que, tras el correspondiente debate interno y la necesaria confrontación, al final el partido como un todo, defienda una única opción y un solo lider a la hora de enfrentarse a los competidores.

Pero este procedimiento democrático es lo que la derecha, educada en la mentalidad dictatorial franquista de la unidad sin fisuras, no entiende. Por eso sale la señora De Cospedal, como siempre, a negar la evidencia: no hay diferencias, no hay corrientes internas, no hay opciones distintas, el Curita no existe, la señora Aguirre no aspira a sustituir a Rajoy, el señor Gallardón, tampoco. Aquí no pasa nada. Las diferencias se salvaron hace tanto tiempo que ya nadie se acuerda. Nadie se pronunciará sobre las palabras del Curita, el enajenado mental que dirige la Comunidad Valenciana. Nadie tampoco directamente sobre las del señor Aznar a quien por primera vez se hace el vacío.

Viven en un territorio exento, imaginario y eso es lo que hace que el señor Rajoy esté siempre tan indignado sin que el verbo exigir se le caiga de la boca: como las cucarachas, procede de otra era geológica.

(La imagen es una foto de www_ukberri_net, bajo licencia de Creative Commons).

La legalidad de De la Vega.

Ya sé que es una de las miembras mejor valoradas del Gobierno; pero no será con mi voto. Puede que esté equivocado y que, en el fondo, la señora De la Vega tenga un talante respetuoso, afable y abierto pero a mí me parece una persona desabrida, engreída, escasamente dialogante y con cierta dosis de arrogancia. Ciertamente es la cara del Gobierno y quizá ello explique en parte la baja valoración que éste está teniendo. Insisto en que es posible que me equivoque porque a veces veo que tiene rasgos de espontaneidad y afabilidad de trato y me entra la duda. En fin, lo más probable es que haya varias Marías Teresas Fernández de la Vega, como, según creía Pirandello, cada uno de nosotros somos siempre varios.

En algo, sin embargo, reproduce la señora De la Vega los viejos tics marrulleros y de maula de la derecha más tradicional. En concreto las interpretaciones oficiales sobre el atunero. Dice la señora De la Vega que el Gobierno actuó aplicando la legislación comunitaria que prevé la detención de los piratas cuando éstos actúan en aguas internacionales en contra de un barco de una nación europea y que como lo hiceron en contra de un barco español, estan detenidos. Pero ¿cómo sabe la señora De la Vega que el barco era español? ¿Qué pabellón enarbolaba cuando fue asaltado? Lo ha preguntado el juez y aún no le han contestado y probablemente no lo hagan porque es muy posible que el Alakrana no llevara la bandera española sino la ikurriña, como suelen hacer los pesqueros que salen de Ondarroa, Bermeo y otros puertos del País Vasco: apenas llegan a alta mar, cambian la bandera española por la que diseñó Sabin Arana para el PNV. Y, si esto fue así, tan pirata era el barco español como el somalí. No tiene mayor importancia pero supongo que será difícil justificar ante la opinión pública que haya que dedicar recursos de todos a sacar del atolladero a estos defensores del terruño que reniegan de lo español excepto cuando les interesa, pero la avinagrada señora De la Vega debiera dar las correspondients explicaciones. Que lo sepa el juez; que lo sepamos todos.

N.B: lo de "miembras" no es un lapsus. Estoy de acuerdo con la señora Aído en que si hay miembros, puede haber miembras y el uso del espíritu de la lengua para defender el patriarcado me parece tan digno como escupir en el suelo.

(La imagen es una foto de Machacón, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 13 de novembre del 2009

Al Curita se le va la olla.

Los focos de la atención pública concentrados en Valencia, en la Generalitat y en su presidente a causa del asunto Gürtel desde hace meses han presentado a un Francisco Camps distinto del que se daba por bueno. El que los medios han revelado es un tipo extraño que no hace ni dice lo que se espera de un presidente de Comunidad Autónoma en cualquier circunstancia imaginable; ni siquiera de un ciudadano ordinario o persona normal. Uno no va por ahí diciendo "te quiero un huevo" a un tipo con bigotes; y tampoco "tenemos que hablar de lo nuestro, que es muy bonito". Son expresiones extrañas, infrecuentes y sólo pueden interpretarse en una clave erótica o, cuando menos, sentimental. Su tendencia a encontrar "bonitas" las cosas más dispares ("en el PP nos apoyamos unos a otros y eso es muy bonito") tiene su telendengue en cuanto semántica de género pues el término "bonito" tiene connotaciones que no escapan a nadie. Contestar a un juez que pregunta sencillamente:"¿Que le debe a Vd. el señor Álvarez (el Bigotes)" con un "Todos los valencianos me deben mucho porque hago mucho por ellos" es una especie de provocación; y reiterarlo ante la reiterada pregunta del juez ("todos los valencianos me deben mucho") equivale a ir pidiendo bronca. Venir a decir que el dirigente de la oposición socialista en las Cortes Valencianas quiere darle el paseo (al presidente Camps) es, manifiestamente, de desequilibrado. Ya en cierta ocasión hizo una intervenció en las Cortes dedicada a llamar totalitario y quizá terrorista al Gobierno de España acumulando para ello noticias y expresiones que forman parte de la tradición de la izquierda como: "Libertad es que llamen a las tres de la madrugada a la puerta y sea el lechero" o la poesía de Martin Niemöller "Primero vinieron por los comunistas, pero yo no hice nada porque no era comunista; luego... etc". No hace falta decir que las citas eran incorrectas. Pero yendo al fondo de la cuestión, son inadmisibles: el Gobierno de España no es un gobierno totalitario ni terrorista y el que diga tal cosa simplemente delira. Delira como supongo lo hacen los que están internados en Ciempozuelos y no se les ha ocurrido presentarse a unas elecciones. Siendo España miembro del Consejo de Europa en donde no se puede estar si no se es un Estado democrático de derecho, está claro que las afirmaciones del Curita no son de recibo y no deben rebatirse por las misma razón por la que no rebatimos a quien dice que la tierra es plana: lo encerramos, lo aparcamos en algún sitio, aunque esto no será fácil con el President valenciá, que está dispuesto a morir matando, como King Kong en lo alto del Empire State, aunque la comparación sea un poco excesiva por mi parte.

(La imagen es una foto de dalequetepego, bajo licencia de Creative Commons).

Crítica y diálogo.

Ya está en la calle el número 212 de Sistema, correspondiente a septiembre de este año (Sistema, número 212, Madrid, septiembre de 2009, 142 págs.) y trae una variedad de trabajos, algunos de gra interés. El que más tiene, a mi entender, el primero, de Antonio Enrique Pérez Luño, titulado El Estado totalitario contra el derecho subjetivo. La teoría jurídica de Karl Larenz es en realidad una reseña bibliográfica sobre un libro de Massimo La Torre, La lucha contra el derecho subjetivo. Karl Larenz y la teoría nacionalsocialista del Derecho pero escrita con tal rigor, conocimiento de causa y profundidad doctrinal que el director de la publicación lo ha colocado el primero con sobrada razón. Pérez Luño explica de forma sintética que sobre Karl Larenz cayó la nada grata tarea de justificar la filosofía jurídica nazi. No en Carl Schmitt, que era un ideólogo, sino en Karl Larenz. El elemento esencial del nazismo jurídico fue la destrucción de concepto de derecho subjetivo, derivado de la filosofía kantiana. No es el individuo abstracto kantiano el titular de derechos sino el individuo considerado como miembro, producto, de un todo orgánico, de una comunidad, de la Volksgemeinschaft. No hace falta decir que toda negación de subjetividad jurídica de este tipo presupone la prevalencia de un ente colectivo superior al individuo, lo que afecta al nazismo y a toda forma de nacionalismo. El resto de los juristas alemanes que aceptaron trabajar profesionalmente en un ordenamiento pervertido, injusto, lo hicieron en virtud del positivismo que se extendió como una mecanismo de justificación del III Reich: Gesetz ist Gesetz: la ley es la ley y hay que cumplirla. Es el momento en que Pérez Luño expone las diferencias entre el positivismo de Larenz que alimenta el nazismo y el de Hans Kelsen, de raíz netamente democrática y fundamentado en la idea moral kantiana de que hay que tratar a los individuos como fines y no como medios que deriva de la idea del filósofo de Konisberg de la dignidad del hombre, un discuso esencial que, antes de Kant se articula en el Renacimiento con Pico della Mirandola entre otros. No es menor el mérito del autor al identificar los vínculos de estos problemas con algunas de las cuestiones candentes dela filosofía política de nuestro tiempo : el comunitarismo, la posmodernidad, el "derecho penal del enemigo", etc.

El trabajo siguiente (Guillermo García, La gobernanza: el "buen gobierno" neoliberal) es un estudio crítico sobre el uso neoliberal del concepto de gobernanza que no es otra cosa que el nombre aparentemente técnico-científico para imposición de los programas neoliberales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional de acuerdo con un modelo económico, político y social basado en el mercado t en el sistema productivo capitalista "que persigue la privatización y la mercantilización de todo lo humano y su entorno medioambiental" (p. 27).

El siguiente trabajo de Teodoro Hernández de Frutos (Crecimiento y crisis del sistema indutsrial español. De los planes de estabilización a los distritos marshalianos) es un repaso sintético al modelo de desarrollo industrial español a partir del fin del empeño autárquico de la dictadura durante los años de 1960 y financiado con los ingresos de las inversiones exteriores, las remesas de los emigrantes y los ingresos del turismo, identificando las principales etapas: la modernización y desarrollo del comienzo con los planes de estabilización, el período de la crisis de las materias primas y la respuesta a través del modelo de reindustrialización de los años de 1980, las privatizaciones de los años de 1990 y las reformas a raíz de la agenda de Lisboa, todas las cuales han acabado situando a la economía española en el mundo globalizado aunque, según vemos hoy por el impacto de la crisis, con unos específicos factores de debilidad.

En Partidos, elecciones, minorías. Finlandia: cien años de elecciones libres, 1907/2007, Alfredo Hidalgo Lavié, un especialista en este país nórdico, autor de un reciente libro sobre él (Finlandia: cien años de libertad) que está pendiente de reseña en Palinuro, analiza con detalle las variaciones en el sistema político y de partidos de Finlandia luego de las últimas elecciones de 2007 y concluye validando las conclusiones a que llegaba en su análisis de 1997 en cuanto a la consolidación y la estabilidad parlamentaria de los años ochenta, los componentes esenciales del sistema de partidos en Finlandia (el socialdemócrata, perdedor en 2007, el conservador, ganador en este año y el partido centrista con una concentración de casi el setenta por ciento del voto. Si se añade el partido de los hablantes en sueco y el comunista, se da un sistema de pentapartido con el ochenta por ciento de concentración del voto.

El trabajo de Enrique Herreras ("Antígona" y la democracia deliberativa) es un estupendo estudio filosófico-literario sobre las distintas interpretaciones del mito de Antígona, un tema que me es especialmente caro, y su influencia sobre la moderna teoría de la democracia deliberativa en las elaboraciones más recientes, de Habermas a Amy Gutman y Denis Thompson que enlazan con la tragedia griega a través de las cuatro fuentes de desacuerdo moral que identifican en las democracias contemporáneas: la escasez, la dificultad de anteponer los intereses públicos a los personales, la incompatibilidad de nuestros valores (un tema caro a Sir Isaiah Berlin) y los límites de nuestro entendimiento. Repasa luego la conocida interpretación del mito en la Fenomenología del espíritu de Hegel y se detiene en la de Marta Nussbaum que acaba admitiendo que en el conflicto moral entre Antígona y Creonte, la de Antígona es la posición de superioridad moral. Se remite luego al análisis de Pedro Talavera en una obra reciente (Derecho y literatura) que señala la virtud de Antígona en cuanto representación del principio de desobediencia civil y concluye que la tragedia contiene un principio dialógico que permite mantener la dualidad moral aunque siempre habrá que elegir la posición de una de las partes en función de las circunstancias. Una afirmación que suena un poco a manual imparcial de uso del conflicto por cuanto el autor acepta la idea de la superioridad moral de Antígona en una tragedia que, dice, "nos ayuda a redescubrir los pormenores de la complejidad de las deliberaciones en una sociedad pluralista". (p. 101).

dijous, 12 de novembre del 2009

Al Gobierno le salen las cuentas.

Dicen en el Gobierno que los presupuestos generales del Estado que se aprobaron ayer en el Congreso son los de la austeridad y los que nos permitirán salir de la crisis. Dice la oposición del PP que los mismos presupuestos son los del despilfarro y los que no solamente no permitirán que salgamos de la crisis sino que nos hundirán más en ella. ¿En dónde se encontrará la verdad? Como suele suceder (aunque no siempre) en algún punto intermedio. En algún punto intermedio pero que, guste o no, estará más cerca de la posición del Gobierno que de la de la oposición por la muy convincente razón de que, no disponiendo de mayoría absoluta que le permitiera hacer mangas capirotes con las cuentas públicas, el Gobierno se ha visto obligado a modular sus propuestas, tratando de conseguir el mayor consenso y apoyo parlamentarios posibles. Que no lo haya conseguido del todo, que no le haya salido con IU o CiU, por ejemplo, al igual que con ECR, no es porque no lo haya intentado sino porque otras consideraciones no lo han hecho posible. Pero, en puridad de los términos, aunque las concesiones gubernativas a estos grupos no hayan sido suficientes para asegurar su voto, se han dado. CiU y ERC, por ejemplo, no pueden ir por ahí diciendo (y, de hecho, no lo hacen) que los presupuestos olviden a Cataluña. Al final el acuerdo ha sido con el PNV y con CC, pero el intento ha sido con todos los grupos de la cámara. Y eso hace que estos presupuestos no sean exactamente los que el PSOE hubiera querido y no son por tanto producto de una imposición.

Aquí es donde se ve con claridad las ventajas que presenta el hecho (que otras veces, se interpreta mal, cuando se piensa erróneamente en términos de estabilidad parlamentaria, confundiéndola con rodillo en las votaciones) de que no haya mayoría absoluta parlamentaria y que el Gobierno esté obligado a negociar y pactar todas sus medidas. Hay mucha gente que dice que esa es una muestra de la debilidad del Gobierno del señor Zapatero y de cómo está vendido a los intereses particulares de estos u otros nacionalistas. Son los mismos que, caso de que el PSOE tuviera mayoría absoluta, dirían que el Gobierno aplasta a las demás opiniones y funciona de modo totalitario. A Zapatero le ocurre como a Felipe González: hay un porcentaje de la población que lo odia visceralmente y para la cual, haga lo que haga, lo hará mal. Claro que no es odio a Zapatero o a Felipe como personas sino, en el fondo, a lo que representan: una izquierda socialdemócrata moderada, posibilista pero (y esto es lo que más duele) que gana elecciones y cambia la realidad social.

Las otras cuentas que han salido al Gobierno y se aprobarán en breve, luego de infinitos sobresaltos, zancadillas, equivocaciones propias, provocaciones ajenas, engaños y demagogias, ha sido el modelo de financiación de las Comunidades Autónomas. Quien repase los momentos anteriores de este trayecto y recuerde el ruido y la furia con que ciertas posiciones se produjeron en el pasado, cuando se acusaba a Zapatero de haberse vendido a los catalanistas y a los catalanistas de querere chulear a España, se admirará del silencio de tranquilo remanso pastoril con que hemos llegado al final de este absurdo drama movido por la más irresponsable de las oposiciones al grito de "¡se rompe España!". Alguien debiera comerse esas repugnantes palabras con hiel y vinagre. Y es, en verdad, lo que está pasando. Especialmente en el PP, en donde comprueban que la unidad de acción frente a las propuestas de reparto financiero autonómico brilla por su ausencia. Es cierto que el plan final es aprobado gracias a los votos de los dos partidos navarros cuyo interés directo en el asunto es nulo. Pero también lo es que la bronca oposición del inicio se ha disuelto como un azucarillo en agua y que tan partidarias del modelo propuesto son algunas CCAA del partido popular como otras del PSOE.

Así que enhorabuena al Gobierno por culminar una ímproba tarea.

Y mañana volveremos a hablar de la corrupción que no cesa :'-(.

(La imagen es una foto de ferran pestaña, bajo licencia de Creative Commons).

El espíritu español.

El Museo del Prado alberga una exposición de Juan Bautista Maíno que tiene mucho interés por varias razones. Es la primera muestra que se ha hecho nunca de este pintor español del Siglo de Oro y, con tal motivo, se han reunido algunas de sus escasas obras (no pasó de pintar arriba de una cuarentena de cuadros, muchos de ellos de pequeño formato) desperdigadas en museos, conventos y colecciones particulares. Además, porque, dado el modo de ser del artista y su biografía, la muestra es muy representativa de las grandezas y miserias españolas de la época.

Efectivamente, Maíno, nacido en Pastrana, Guadalajara, era hijo de un italiano y una noble portuguesa. De joven viajó por Italia, aprendiendo su oficio y se instaló luego en Toledo. Ingresó en la orden de los dominicos y fue profesor de dibujo de Felipe IV, el penúltimo Austria, y bienquisto en la corte de este monarca. Estos breves datos sirven para entender el fondo de la pintura que se expone en el Museo del Prado. En primer lugar el cosmopolitismo de un país que era entonces el centro del mundo y al que acudían gentes de todo el orbe conocido en procura de sustento. De hecho sus padres estuvieron al servicio de doña Ana de Mendoza y de la Cerda, princesa de Éboli y duquesa de Pastrana. En segundo lugar, la vida errante y el viaje formativo e iniciático a Italia, como lo harían Velázquez, Ribera y otros, pioneros de lo que después, en el Romanticismo, será un tránsito obligado de toda persona culta, el viaje a Italia. En tercer lugar, un espíritu muy religioso y un acendrado catolicismo con fuertes elementos místicos. Y en cuarto lugar su relación directa con la corte, en la que y de la que vivió al final de su vida.

Todo lo anterior impregna una forma especial de entender el arte que, combinada después, con las aptitudes específicas del artista en cuestión, explican el carácter de una obra que, sin ser de primera línea, tiene mucho interés no sólo en sí misma (Maíno no es un gran creador, pero es un hombre de muy notable buen gusto) sino para entender el movimiento más amplio de una cultura como la española del Siglo de Oro.

En efecto, Maíno conoció y trató en diversas situaciones vitales a algunos de los pintores más grandes de su tiempo: Michelangelo Merisi ("Caravaggio"), Orazio Gentileschi, el padre de Artemisa, y Annibale Carracci en Italia, y el Greco, de quien se dice que fue discipulo y Velázquez, a quien protegió, ya en España.Tanta y tan cruzada influencia exterior, unida a la falta de una personalidad creadora de verdadero peso da al arte de Maíno una factura ecléctica muy agradable porque rompe con la obligada monotonía de los estilos personales muy acusados, sobre todo si, además resalta sobre una innegable competencia en el oficio.

La influencia personal más acusada en Maíno es la de Caravaggio, pero no en su tenebrismo, que es lo fácil, sino en el dibujo, los volúmenes, la composición de las figuras. También son discernibles las influencias de Carracci, Gentileschi y algunos alemanes afincados entonces en Roma. Pero el dato más característico de la pintura de Maíno y el más novedoso en la española de esa y de las demás épocas es el aspecto italianizante general. Así se observa en el tratamiento de los paisajes, prácticamente ausentes en la pintura religiosa española de la época y que alcanzan protagonismo en la obra de Maíno, como puede comprobarse en ese estupendo san Juan Evangelista más arriba, que formaba parte del famoso retablo de las Cuatro Pascuas, presente por separado en esta exposición. Igualmente en esta línea, la sorprendente aparición del desnudo, mejor semidesnudo, insólito en la pintura española de todos los tiempos excepción hecha del siglo XX. La excusa para ello, la representación de María Magdalena, a la que Maíno representó varias veces, como lo hizo con Santa Catalina de Alejandría, aunque esta sí con un estilo acendradamente español.

La influencia del Greco se observa en los retratos de Maíno, algunos prácticamente muy difíciles de distinguir de las obras del pintor cretense, de factura sobria y muy realista y que el pintor trasladó de la esfera civil a la religiosa. Los retratos de frailes son un regalo para la vista porque no tratan de imponer sobre el retratado misión religiosa alguna, como sucede con otros retratistas de clérigos, sino que sólo busca el lado humano del retratado.

Por último, la faceta de pintor de la corte, la menos abundante en la obra del artista pero no por eso la menos significativa. Se expone aquí una tela que normalmente se encuentra en el propio Museo del Prado en lugar prominente a la entrada, llamada La recuperación de Bahía del Salvador y que constituye un ejemplo acabado de programa ideológico iconográfico, una sublime pieza de propaganda de la casa de Austria. que la exhibía junto con otras obras que celebraban sus victorias en todos los frentes del mundo, como La rendición de Breda o La rendición de Juliers. Como puede verse en la reproducción de la derecha, el vencedor en la batalla por la que se recuperó el puerto de Bahía del Salvador, de pertenencia portuguesa, de manos de los holandeses, don Fadrique de Toledo, muestra a los vencidos arrodillados a sus pies una vera efigie del Rey Felipe en toda su gloria, coronado vencedor (él, que no pisaba los campos de batalla y jamás estuvo en América) por el Conde Duque de Olivares y Palas Atenea. Felipe pisotea las cabezas de la ira, la herejía y el engaño, convencionalmente pintado con dos rostros. Los vencidos deberán el perdón a la magnificencia del Rey mientras que en la parte izquierda del cuadro hay una preciosa interpretación de los desastres de la guerra. El mensaje de comunicación es claro: su Católica Majestad vence a los enemigos de España y de la religión, que son los mismos, les perdona la vida con misericordia y se cuida del amparo de los menesterosos y dañados por la guerra. El arte al servicio del poder terrenal que, a su vez, está al servicio del poder espiritual. La jerarquía de valores de la España Imperial, la que fue su timbre de gloria y origen de su destrucción está aquí clara.