Por fin se produjo el anticlimax nacional: el Alakrana navegaba libre "hacia aguas seguras" decía sobrío el presidente del Gobierno mientras algún familiar, sin poder contener la exuberancia de la alegría, aseguraba que iba a "comerse a besos" a su marineiro. Gran jolgorio y contento porque la gente regrese a casa sana y salva, al reencuentro con unos parientes y una sociedad civil que, a diferencia de algunas instancias políticas, han sabido estar a la altura de las circunstancias. Y una vez que esto se ha conseguido llega el momento del ajuste de cuentas, de las recriminaciones y averiguaciones, de las confrontaciones e investigaciones. Ahora y no en los momentos tensos de la crisis, con la vida de los marineros secuestrados amenazada. Que es lo que hizo el PP: emplearse a fondo contra el gobierno confrontado a una crisis de Estado, torpedeando las posibilidades de una solución satisfactoria. Qué gente.
Ahora sí, ahora hay que empezar a averiguar:
- por qué el Alakrana estaba faenando fuera de la zona de protección.
- Por qué no llevaba pabellón español si es cierto que no lo llevaba.
- Quién decidió detener a los dos prisioneros somalíes.
- Quién dijo que había que traerlos a España.
- Quién ha pagado el rescate.
En fin, un desastre del que es de esperar que se aprenda para futuras situaciones de crisis.