Con su partido ilegalizado, con sus diversos sosias, franquicias, camuflajes y reclamos también ilegalizados y prohibidos, con sus dirigentes entre rejas, después de haber intentado engañar a todo el mundo por enésima vez, los de Batasuna, inasequibles al desaliento, vuelven a la carga valiéndose de una patraña que ni siquiera es nueva, expuesta ayer al mismo tiempo en Altsasu y en Venecia en una Conferencia sobre procesos de paz y resolución de conflictos en donde doña Jone Goiricelaia (una de los pocos dirigentes de la izquierda abertzale todavía en libertad) ha leído una propuesta de siete puntos para volver a abrir un proceso de negociación con vistas a liarla de nuevo. Esta vez se les ha ocurrido que podrían aplicarse en España los puntos que el senador Mitchell hizo valer en Irlanda del Norte para acabar allí con el conflicto. Naturalmente ni media palabra acerca de la circunstancia, para ellos baladí, de que entre Irlanda del Norte y el País Vasco toda coincidencia sea mera casualidad. Allí había dos facciones sectarias combatiéndose a muerte mientras que en el País Vasco se trata de una manga de criminales dedicados a extorsionar, secuestrar y asesinar ciudadanos pacíficos con el apoyo, la colaboración y la ayuda de quienes ahora tanto dicen querer solucionar el "conflicto" (que ellos mismos han creado) por medios pacíficos.
Para hacer digerible el invento se han traído a media docena de badulaques a ver si dan verosimilitud a su nuevo intento de engaño. La medida de la solvencia intelectual de estos mancebos la dan las palabras de uno de ellos, Brian Currin, abogado sudafricano mediador en todo tipo de conflictos: "Esto es solo el principio. Yo espero que ETA dé la bienvenida a la declaración, y si Madrid libera a los presos, no veo porqué ETA no debería declarar un alto el fuego definitivo". Han leído Vds. bien: "Madrid" libera a los presos, como si "Madrid" fuera el mítico ente fabulado por el nacionalismo para justificarse, algo parecido a la hidra de Lerna o el jabalí de Erimanto, y como si "los presos" fueran rehenes de una banda mafiosa y no asesinos y delincuentes cumpliendo condena en establecimientos penitenciarios tras haber sido juzgados por tribunales de justicia con todas las garantías de un Estado de derecho.
Tanto en Altsasu como en Venecia la organización repite las mentiras del mitin de Anoeta (el que dio paso al proceso de paz de 2004 que ETA reventó de un bombazo en la T4 de Barajas asesinando de paso a dos personas) afirmando, cómo no, que ahora va en serio, que va de verdad, pero sin condenar la violencia ni separarse un milímetro de la tutela de los pistoleros que probablemente sean quienes los han impulsado a hacer la propuesta a ver si se consigue algo y Batasuna o alguna de sus tapaderas puede presentarse a las elecciones municipales del año que viene y pilla algo de poder y de pasta para seguir asesinando en nombre de la liberación del pueblo vasco.
No imagino que nadie en España, sea autoridad o mendigo, hacedor de opinión o mercader de influencias, plumilla de prensa o lector de hojitas parroquiales, preste la menor atención al nuevo montaje que ya estaban preparando estos mendas cuando el juez Garzón decidió hace unos días poner a buen recaudo a sus cabezas dizque pensantes. Tengo entendido que ni siquiera los de PNV, especializados en darles cuartel, bolilla y asiento en sus funciones, van a concederles el menor crédito en esta ocasión. Hasta ellos mismos están tan convencidos de que no conseguirán nada que, curándose en salud, uno de los suyos que no debe de ser estrictamente imbécil ha publicado un artículo en Gara titulado Descubierta la jugada: caminan hacia una paz trampa en el que ya se dice a sí mismo lo que el resto de la sociedad le diría caso de tomarse medio en serio este último alambicado intento de engañar a la gente de buena voluntad para permitir que los pistoleros vuelvan a asesinar.
Parece mentira que no se den cuenta de que todo Dios les ha cogido la medida; que son los únicos en no comprender que, cuanto más complicadas sean sus propuestas (puntos, proclamas, escenarios aquí y en el extrajero, movilización de figurones, etc) más hiede el asunto a mentira y patraña. Porque si de verdad quieren acabar con esta situación y hacer política en defensa de la independencia del País Vasco basta con tres medidas que se toman en media hora en la pausa del café de la mañana:
1ª: ETA deja las armas definitivamente.
2ª: Batasuna condena inequívocamente la violencia.
3ª: la izquierda abertzale se organiza en un partido que respete la vigente ley de partidos.
Y ya está, sin necesidad de más escenificaciones y contubernios.
Mientras eso no suceda, como quien oye llover. Que engañen a los suyos, cosa que no les es difícil.
(La imagen es una foto de www.ukberri.net, bajo licencia de Creative Commons).