dijous, 19 de novembre del 2009

El discurso del día después.

Si he de quedarme con algún discurso de los que ayer se cruzaron en el ágora acerca del Alakrana, entre los autocomplacientes del Gobierno, los vitriólicos del PP, los críticos de unos y hagiográficos de otros y sin ocultar que, en mi opinión, el gobierno lo hizo bastante bien (hacer cualquier cosa perfectamente, como se sabe, sólo está al alcance del señor Aznar), si he de quedarme, digo con algún discurso me quedo con el siguiente que encontré ayer en los comentarios a mi entrada de Alakrana, final feliz, firmado por el señor Harazem y que suscribo de la cruz a la fecha. Dice así el señor Harazem:

Bueno, parece que hay unanimidad en escamotear la verdadera realidad, que es que cientos de barcos (800 de media) de países ricos están esquilmando las aguas de uno de los países más pobres de la tierra después de esquilmar las propias y en muchos casos soltando clandestinamente residuos tóxicos, para enriquecimiento de unos pocos empresarios. Ya se sabe que es la lógica del capitalismo, y que la policía está para proteger la propiedad de los que son propietarios, sea legítima o no esa propiedad, pero la pregunta es cuántos de nosotros estamos dispuestos a clamar: NO EN MI NOMBRE. Como decía hace unos días Lansky (Lansky al habla: Los gángsteres no somos tan cabrones, no robamos los bolsos a las viejecitas. NO al Neoimperialismo ecológico militarizado.

Me sumo: tampoco en el mío y quizá sea un buen momento para que la prsidencia española de la UE acometa este asunto que no creo haya pactado con el PP.

(La imagen es una foto de txikita69, bajo licencia de Creative Commons).