dimecres, 23 d’octubre del 2013

Consigna: ¡recuperación!


La política es algo endiablado. El diablo, que todo lo añasca, está siempre por medio. Explican las autoridades el presente con datos y cifras (que muchas veces se inventan) y vaticinan de seguido un futuro mejor. Pero lo hacen con el mismo resultado que obtienen los magos cuando conjuran los espíritus en su auxilio y el de la tribu. De los rigurosos análisis del presente a cargo de lumbreras como De Guindos o Montoro se sigue un vaticinio con la fuerza de un conjuro mágico: toca recuperación. O sea, hay que ganar las próximas elecciones. Las justificaciones del conjuro son cada vez más alambicadas y llegan a tomar forma de sortilegios. Por ejemplo, De Guindos se apresta a explicarnos, cuando se conozca la EPA de septiembre, que el ascenso del paro es una buena noticia porque antes ascendía mucho más. No se le ocurre al hombre que cada vez hay menos de donde ascender. Además, da igual; la consigna es que estamos de recuperación. Seguro que está ya en esos argumentarios que elabora el PP para que sus militantes y defensores sepan qué decir. Lo que piensen importa una higa.

Consigna, pues: recuperación. La magia de los conjuros. Llega Mr. Gates y compra un mordisco de FCC, segundo solo al de las hermanas Koplowitz. O sea, Bienvenido Mr. Gates. Volvemos a Berlanga. Solo falta el blanco y negro y no se dude de que en él estaríamos si los colores pudieran privatizarse. No sé yo si es para estar contento. Parece que el país es una bicoca, un festín para los llamados fondos buitre y, sin duda, hienas y chacales. Recuperamos, pues, la mendicidad. Algo es algo. Lo explica muy bien siempre Montoro que es como Juan Crisóstomo, un pico de oro. La solución de España es la devaluación interna, esto es, se bajan los salarios (esos que hace dos días sunían moderadamente), se bajan los precios (las viviendas, los cines, por ejemplo) en una espiral negativa hacia lo hondo y acabamos convertidos en lo que Palinuro se atrevió a llamar (con escaso sentido de la corrección política), los chinos de Europa, sobre todo ahora, que los chinos de verdad (y, encima, comunistas) ya no se dejan robar y son una potencia. Devaluación interna. Ya lo avisaban algunos economistas al comienzo de la fase hispana de la crisis. Y eso, ¿cómo se hace? Con otro misterio: se consigue que el euro valga más en unos sitios que en otros. ¿Por qué? Porque depende de lo que haya que trabajar para conseguirlo o tiempo de trabajo socialmente necesario para producirlo, como decía Marx. Pero da igual: señores, el empobrecimiento es la base de la recuperación.

Recuperación, trompetea a los cuatro vientos Cospedal, en lugar de dimitir. Se hace acompañar de un beatífico Juan Rosell, en clara demostración de que el PP es el partido de los trabajadores y, contundente como es, recién declarada "magnífica secretaria general" por Rajoy, explica que la fortuna de Bárcenas no tiene nada que ver con el PP. Seguro que la obtuvo jugando a las quinielas. Muy al estilo propio, además, afirma que el PSOE está hundiéndose mientras el PP remonta. Puestos a la recuperación ¿por qué no vamos a recuperar también los votos perdidos? ¿Acaso no ve la gente (porque oírlo, lo oye a todas horas) que estamos en plena recuperación?

Loco de alegría, Montoro afirma que ya estamos avistando el final del túnel, una expresión perfectamente inepta porque todo depende de a qué distancia esté ese final avistado. Si el túnel es recto podemos avistar el final al final de los tiempos. Si es curvo, puede estar a la vuelta misma. Da igual: estamos tocando la recuperación con la mano y si no se la ponemos encima la culpa será de Mas (sic). 

Así que Rubalcaba, indignado (nunca lo había visto tan indignado) pregunta de qué recuperación vamos a hablar a los pensionistas, los enfermos o los becarios. Y podría seguir con los jóvenes, las mujeres, los inmigrantes, los emigrantes, los funcionarios; en fin, todo dios excepto los banqueros, los grandes empresarios, los curas y los militantes del PP de cierto ringorrango. ¿Qué recuperación para el noventa y mucho por ciento de la gente?

Termino con una nota de incredulidad. ¿Cómo puede el presidente del gobierno ignorar al president de la Generalitat en la ceremonia del Mediterráneo del 5 + 5? ¿No sabe que en la comunidad autónoma catalana Mas es tan Estado como él? ¿Qué pretende? ¿Humillarlo? Nunca una causa tan ruin impulsó tan bombástico El Estado soy yo

(La imagen es una foto de Partido Popular de la Comunitat Valenciana, bajo licencia Creative Commons).

Esta España nuestra.


El viernes, 25 y sábado, 26, dirijo un curso de extensión universitaria en la sede del Centro Asociado a UNED de Sevilla. Se titula Visión de la España contemporánea y tendrá cuatro temas monográficos: 1) la transición, sus consecuencias y el juicio que hoy nos merece; 2) la democracia española en todos sus aspectos (institucional, mediático, opinión pública); 3) los nacionalismos en España: la idea y evolución de la nación española, el nacionalismo español y los nacionalismos no españoles; 4) los aspectos de una hipotética reforma de la Constitución de 1978, especialmente en lo referente a la planta territorial del Estado y el sistema electoral.

Son muchos los rasgos que distinguen a los españoles de otros pueblos europeos, pero uno de ellos es especialmente sobresaliente: nos encanta hablar de nosotros mismos. Se dirá que eso pasa con todos los pueblos. Todos se piensan únicos, excepcionales, maravillosos y están encantados consigo mismos. Pero no es el caso español. Nos encanta hablar de nosotros mismos pero casi siempre mal. Incluso cuando hablamos bien, no podemos dejar de lanzar alguna puya a otros españoles que, cómo no, desmerecen del conjunto y, de ser algo, son malos españoles, cuando no aleves y traidores. Eso es especialmente evidente en el problema que tenemos con la nación. Hay quien dice que en España hay una única nación, la española, y las demás son invenciones; quien sostiene que hay varias: la española y algunas otras; y quien afirma que únicamente cuentan las otras y la única que no existe es la española. No está mal como punto de arranque para un interesante debate.

Y eso en cuanto a la nación. Si el objeto es la transición, las discrepancias no son menores ni menos apasionadamente defendidas. Según unos, la transición fue un proceso modélico por el que una dictadura se transmutó en democracia; según otros, fue una horrible traición en la que se abandonaron y se vendieron diversos sacrosantos principios por un lugar al sol y, finalmente, según otros fue una mezcla de ambos: genial inventiva, traición, chapuza. El genio de la raza es la controversia.

Como siempre, bienvenid@s aquell@s que quieran acercarse aunque, según leo en la página web del Centro, el cupo está agotado. 

dimarts, 22 d’octubre del 2013

El veneno de la "doctrina Parot"


El escándalo montado con motivo de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), dando la razón a la etarra Inés del Río en su recurso contra la aplicación en su caso de la "doctrina Parot" es un fiel indicador del estado moral de nuestra sociedad. Apenas conocido el hecho, un miembro de Nuevas Generaciones tuiteó su furia insultando al diputado Alberto Garzón, quien había celebrado el fallo del TEDH por entenderlo ajustado a derecho y respetuoso de los derechos humanos que, por lo demás, es para lo que está el Tribunal de Estrasburgo. El cachorro de NNGG llamaba de todo al diputado de IU (payaso, gilipollas, hijo de puta) y, finalmente, lo amenazaba de muerte. NNGG salía al paso rápidamente, censurando a su miembro y abriéndole un procedimiento de expulsión. El propio insultón, habiéndose enfriado un tanto, presentaba acto seguido su dimisión.

Es solo una muestra del estallido de indignación que la sentencia produjo en mucha gente, especialmente las víctimas del terrorismo, quienes hablan en su nombre, la opinión pública derechista y conservadora y una buena parte de la de izquierda, incluida IU. Era muy de ver cómo algunos izquierdistas se ponían estupendos, argumentando unas insospechadas complejidades técnicas de la cuestión con el objetivo implícito pero muy habitual, de desautorizar a quienes como Garzón y, desde luego, Palinuro, consideran que la sentencia es justa, arguyendo falta de competencia específica en el asunto. Es un viejo truco de leguleyos: tratar de llevarse la razón aduciendo profundidades misteriosas que, no estando al alcance del común de los mortales, deben ser suficientes para que estos se callen.

Y no ha lugar porque, afortunadamente, el TEDH no está en manos de rábulas sino de jueces capaces de hacer justicia en un lenguaje llano comprensible para todo el mundo. Según su sentencia, el Estado español ha vulnerado los artículos 5 y 7 del Convenio Europeo de Derechos Humanos que él mismo firmó y se comprometió a acatar en todos sus términos. El artículo 5 habla del derecho de toda persona a un proceso justo y el 7, prohíbe algo que también prohíbe el ordenamiento jurídico español, esto es, la retroactividad de las normas sancionadoras y penales. Pero hay más, la segunda parte del art. 7,1 del citado convenio dice: Igualmente no podrá ser impuesta una pena más grave que la aplicable en el momento en que la infracción haya sido cometida, que es exactamente lo que hace la llamada "doctrina Parot" que el Tribunal Supremo se sacó de la manga en el caso Parot en 2006: prolongar injustamente una pena de prisión más allá de la aplicable en el momento del delito. Así que el TEDH ha hecho justicia y eso es para alegrarse.

Las gentes de mala ralea -muchas-, siempre retorciendo las cosas, inquieren escandalizadas: ¿se alegran ustedes de que los asesinos etarras salgan en libertad? En modo alguno. Nos alegramos de que se haga justicia porque vivimos en un Estado de derecho bajo el imperio de la ley y odiamos que sea ese mismo Estado quien la infrinja porque eso es una especie de terrorismo. Si por cumplir la ley se beneficia a personas que, según las convicciones morales imperantes en el momento, no debieran beneficiarse, será la ley quien deba resolver la situación y no una decisión de un tribunal adoptada, según se ve, contra el mismo derecho que, como tribunal, está obligado a defender.

No hay mucha diferencia entre los GAL y la doctrina Parot. Ambos son veneno para el Estado de derecho. La única es que mientras los primeros fueron una chapuza de terroristas y criminales más bien toscos, la segunda tiene el refinamiento de saberse amparada por tan altos tribunales como el Supremo y el Constitucional que, evidentemente, cuando establecieron esa "doctrina", no estaban en su mejor día o quizá lo hicieron dejándose arrastrar por las pasiones del momento. Algo que un juez no debe hacer jamás. 

Nadie se alegra de que los asesinos salgan en libertad antes de tiempo. Pero es que no salen antes de tiempo sino, según establece la sentencia del TEDH, después de tiempo a tal extremo que hemos llevado nuestra ignominia a tener que pagar una indemnización de 30.000 € más intereses, impuestos, costas, etc a la terrorista Inés del Río. En verdad, una vergüenza.

Es comprensible la indignación de las víctimas del terrorismo y sus allegados, pero no es necesariamente justificable. Las víctimas (en el fondo, todos, pues todos somos, directa o indirectamente, víctimas de los crímenes terroristas) están en su derecho de protestar, mostrar su disgusto, hasta su rabia. Pero no pueden obligar al Estado a desacatar una sentencia firme de un tribunal cuya jurisdicción ha aceptado voluntariamente; no pueden obligar a las instituciones a ir contra la ley del Estado de derecho. No pueden dictar su voluntad al resto de la sociedad porque, en el momento en que intenten hacerlo, su indignación se troca en odio y venganza y ninguna sociedad puede sobrevivir sobre el odio y la venganza.

Si las víctimas del terrorismo creen que los terroristas convictos deben padecer mayores castigos que los previstos en la ley, si quieren imponer la cadena perpetua o la pena de muerte, por ejemplo, que lo propongan abiertamente y será la colectividad la que decida. Pero, a falta de eso, carecen de todo derecho a exigir de esta y de sus autoridades comportamientos ilegales. 

Porque lo que ha hecho el TEDH ha sido algo muy sencillo: obligar al Estado español (o sea, a todos nosotros) a cumplir la ley que nos hemos dado y que excluye taxativamente la retroactividad, como hace el art. 25, 1 de la Constitución española: "Nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de producirse no constituyan delito, falta o infracción administrativa, según la legislación vigente en aquel momento". Alguien podría decir que esta prohibición no afecta a los cálculos o cómputos sobre aplicación de beneficios penitenciarios hechos por los tribunales, que es de lo que va la doctrina Parot . Es absurdo y además no merece la pena detenerse en esto. Lo que el TEDH sentencia es que España ha infringido no su Constitución sino el vigente Convenio Europeo de Derechos Humanos en su artículo 5, 1, más arriba citado, y que repito aquí como colofón:Igualmente no podrá ser impuesta una pena más grave que la aplicable en el momento en que la infracción haya sido cometida. A nadie, incluida la terrorista más sanguinaria.

dilluns, 21 d’octubre del 2013

Los viejos fantasmas


De las cuatro "cuestiones" que se plantearon a la II República, la cuestión militar, la agraria/social, la regional y la religiosa, tres siguen tan vivas como siempre y la cuarta, la militar, parece adormecida, si bien de vez en cuando algún general pega un respingo.

La "cuestión social" se llama ahora crisis pero es tan aguda como siempre. Trabajadores sin derechos, parados sin prestaciones, jóvenes en la emigración, autónomos ahogados y sin pequeñas ni medianas empresas, con tres millones de pobres, la situación es tan extrema que muchos se preguntan cómo es que no ha sucedido aún nada.

La "cuestión religiosa" más viva que nunca. Ayer hicieron un escrache a Rouco Varela en Valladolid, al grito de "¡Aborto libre!" y "Educación pública laica". ¡Qué tiempos! Monseñor, obligado a escuchar cómo se enaltece en público lo que él anatematiza. Conviene que se entere. La iglesia católica está legislando por medio de sus ministros más serviles, el de Justicia y el de Educación; está legislando en contra del aborto y de la escuela pública laica; a favor de la enseñanza religiosa obligatoria. Conviene, sí, que se entere de que lo hace en contra del sentir mayoritario de la gente. Bueno, en realidad, lo sabe. Lo sabe desde siempre; pero no le importa. Va muy segura de sí misma. Dios está de su lado.

Si algo prueba ese cartel de separación iglesia-Estado es que la Constitución, en materia religiosa aun con todo su exquisito cuidado, es papel mojado. La iglesia sigue siendo parte del Estado. No solo en lo simbólico (como es evidente por la omnipresencia católica en todos los ceremoniales civiles) sino en lo más material y pedestre de los dineros. El gobierno de Zapatero subió la asignación a la iglesia en la declaración del IRPF a cambio de una vaga promesa de autofinanciación eclesiástica en algún incierto futuro. Téngase en cuenta que, en el momento de subir su asignación, ya debería estar autofinanciándose, según los Acuerdos de 1979. Como muestra de buena voluntad, el mismo gobierno de Zapatero metió en el cajón el proyecto de ley de libertad religiosa. Eso era contemporizar, avenirse a la imposición eclesiástica en todos los órdenes. Solo quedaba a salvo el aborto y la educación pública laica.

Pero la iglesia, cuando puede, no contemporiza, sino que va por todas. "Todas" son ahora, precisamente, el aborto y la educación pública laica. Y eso hace que la gente tenga que salir pidiendo separación entre la iglesia y el Estado. Es la modernidad, que llama a la puerta.

De la cuestión regional, ya elevada a cuestión nacional, ¿qué decir? El nacionalismo español parece despertar lentamente como un dragón perezoso. Ya ha exhalado una par de llamaradas en forma de alegatos de Aznar y de Vidal Quadras en pro de la unidad patria y el combate a los separatistas, pero la bestia sigue inerte, sabedora de que los pujos secesionistas se estrellarán contra esa misma inercia, protegida por el Tribunal Constitucional, intérprete de la Constitución y presidido por un magistrado que abomina de todos los nacionalismos que no sean el suyo. 

La Constitución. Rajoy, impertérrito, dice que dialogará lo que sea con Mas pero no hará nada contrario a la Ley Fundamental. Tiene gracia. De los 16 diputados de Alianza Popular, el partido fundado por Fraga y antecesor del PP, cinco votaron en contra de la Constitución y dos se abstuvieron. Cómo cambian los tiempos.

En la parte catalanista la situación parece confusa. Hay muchas presiones de toda índole para que los nacionalistas pongan sordina a su reclamación de independencia. De Europa tampoco llegan signos alentadores. Los empresarios vacilan; temen por sus mercados. Los curas están sorprendentemente callados, sobre todo después del espectáculo de la beatificación en masa de mártires buenos, aunque alguno habla, como la monja Forcades. Pero debe de hacerlo a título personal.

Hasta en las filas partidistas comienzan a aparecer grietas. El sentimiento social a favor del dret a decidir, o sea, del derecho de autodeterminación, es muy fuerte. No puede decirse que la Unión Europea lo aliente. Pero nadie sabe cuánto durará esa actitud. Si la presión a favor de la consulta acaba provocando una situación que fuerce una intervención política del Estado con carácter excepcional, es muy probable que el ánimo de Europa cambie y comience a exigir del gobierno español negociaciones con la Generalitat que aquel, en principio, no aceptará. En esa situación de confrontación, la que más tiene que perder es España. No darse cuenta de ello forma parte de esa mentalidad que declara intangible una Constitución en contra de la cual votaron algunos de sus más insignes antecesores. Gonzalo Fernández de la Mora, por ejemplo, el autor de La envidia igualitaria, un libro que influyó mucho en Rajoy, llevándole a escribir un par de artículos de periódico abominando del postulado de la igualdad entre los hombres.

¿Cómo no van a estar vivas y coleando tres de las "cuestiones" de la República. Son los fantasmas del viejo caserón desvencijado que es España. 

(La imagen es una captura del vídeo de You Tube, titulado "Escrache a Rouco".

diumenge, 20 d’octubre del 2013

Segunda tanda de mentiras.


Va a ser cierto eso de que, acogotado por las deudas, producto de la mala gestión, El País se ha pasado al bando (o banda) del gobierno. Este pretende estar la segunda parte de la legislatura trompeteando sus éxitos, un mensaje optimista, la salida de la crisis, la recuperación y, en el horizonte, el pleno empleo y la vuelta de la bonanza. El caso es preparar psicológicamente a la población para ganar las elecciones europeas de 2014 y las generales de 2015, aunque sea a base de mentiras. Tampoco es táctica tan nueva. Quien ganó las legislativas de 2011 mintiendo y gobernó faltando a la verdad no verá gran inconveniente en concluir la legislatura y asegurarse nuevos triunfos electorales acumulando más embustes. Todo depende de que se consiga monopolizar los medios, manipular la información, censurar o acallar a los discrepantes. O sea, lo de siempre, mentir.

Para la operación, aparte de las mesnadas habituales de los medios de comunicación privados propicios (los públicos son ya un aparato de propaganda desvergonzada), el gobierno ha movilizado reservistas de solera. Ahí salió el otro día Botín, del brazo de Rato, hablando de un momento feliz y alabando la lluvia de oro que lo cubre como si fuera Dánae. El Príncipe Felipe encareció ante empresarios latinoamericanos que la economía española ha encontrado su camino, que no compromete a nada en concreto pero queda muy principesco y optimista. Optimismo es la consigna. Rajoy ha ido a contagiárselo a los mandatarios iberoamericanos en la XXIII Cumbre Iberoamericana, en Panamá. Pero solo lo habrá conseguido con los presidentes de Panamá (anfitrión), Costa Rica, México, Colombia, Paraguay, Dominicana y Portugal. Los demás, han hecho pellas y no se han presentado. ¿Se puede llamar Cumbre Iberoamericana un encuentro en el que faltan Nicaragua, Cuba, el Ecuador, Venezuela, el Perú, Bolivia, Uruguay, la Argentina, el Brasil y Chile? Por llamar, se le puede llamar lo que se quiera, pero resulta un poco ridículo. Más parece una reunión de amigos, una tertulia.  El mismo ridículo que rezuma la consigna de optimismo y recuperación a la que se ha sumado, según puede verse, El País, que emplea sin ambages la consigna del gobierno: recuperación. Su base es la subida de la bolsa, los 10.000 puntos del Ibex, la prima de riesgo, el aumento de la confianza de los inversores, la alegría de los mercados y otros datos financieros y subjetivos.

Merece la pena preguntarse qué se entienda por recuperación. El mismo periódico dice que los indicadores seguirán siendo negativos, que continuará destruyéndose empleo, bajando el consumo, aumentando el índice de morosidad. Al parecer, por recuperación debe entenderse no que estemos avistando magnitudes positivas, sino que esté ralentizándose la destrucción provocada por la crisis; es decir, que en realidad estamos avistando el fondo. No es igual. Es más, el periódico se matiza a sí mismo casi hasta contradecirse y habla de una recuperación en la que se mantendrán: 0% (crecimiento anémico), 25% (tasa de paro enorme), 50% (caída esperada de los precios inmobiliarios) y 100% (deuda pública con relación al PIB). La euforia en los mercados es solo el toque de gong que da inicio al primer asalto.

En estas circunstancias, eso del "primer asalto" suena bastante extraño y lo de "recuperación" más parece un insulto. Sobre todo teniendo en cuenta que las estadísticas sirven al gobierno para hacer lo que mejor sabe: mentir. Los 6.000.000 de parados son, en realidad, más de siete millones puesto que no se contabilizan las 700.000 personas que han emigrado en busca de trabajo y que aquí estarían paradas y los 500.000 desempleados más que la inenarrable ministra de Trabajo hace desaparecer manipulando los datos seguramente con la ayuda de la Virgen del Rocio, ahora que la jueza Alaya ha tenido a bien dejar prescribir unos presuntos delitos de sus familiares que podrían haberla alcanzado a ella.

¿Puede haber recuperación si no se restablece el nivel de vida de la inmensa mayoría de la población; si no se crea empleo? ¿Cabe hablar de recuperación -incluso de estabilización- cuando los gobiernos locales y autonómicos tienen que seguir recortando servicios sociales de todo tipo en 2014 por valor de 15.000 millones de euros? ¿Puede hablarse de salida de la crisis cuando el último BOE recoge más repagos farmacéuticos a enfermos crónicos y supresiones de servicios sanitarios o la enésima congelación de los sueldos de los funcionarios? ¿No suena a guasa? Todavía no hace una semana el Banco de España recomendaba seguir bajando los salarios y la patronal proponía abolir el salario mínimo. El FMI no auguraba nada bueno y decía que era preciso seguir reformando el mercado laboral y las pensiones, lo que ya se sabe qué quiere decir: más penurias, más estrecheces, más miserias, en medio de los aplausos de la prensa afín, incluido, según parece, El País.

Esta es la realidad tangible, palpable. El anuncio de la recuperación es una consigna electoral a uno y dos años vista, para ir preparando el camino con una buena máquina de embustes y de etéreas promesas. Porque el presente es el que es. Y dice lo contrario de la propaganda.

El hilo de la vida.


Pesó 3,300 kg. Un niño muy hermoso.
Se parece más a su padre que a su madre.
Da bastante guerra. Tiene mucha personalidad.
¿A quién quieres más? ¿A papá o a mamá?
Hay que ver cómo ha crecido este chico desde la última vez que lo vi.
Y tú, ¿qué quieres ser de mayor?
Cuando quiere es muy bueno, pero tiene unos prontos…
Oye, muchacho, ya tienes bozo. Eres todo un hombrecito.
Está en la edad del pavo.
Hay que aplicarse en los estudios para ser alguien de provecho en el futuro.
Haces bien, chico, hay que divertirse, pero siempre dentro de un orden.
No te distraigas con tonterías, que la vida en muy dura y hay que estar preparado.
Y ahora ¿qué piensas hacer?
No te dejes pisar. Demuéstrales lo que vales y no te fíes de nadie.
Es vuestro momento; tenéis que recoger la antorcha y seguir.
A ver cuándo sientas la cabeza.
Sí, quiero. Para siempre.
El amor es inefable.
Con la paternidad, la responsabilidad.
Ahora tienes que pensar por varios, sentir por varios.
Cuando tenías mi edad, ¿te dejaban salir por la noche?
¿Crees que has predicado con el ejemplo?
En tus tiempos eran otros tiempos.
No me has comprendido nunca. Solo piensas en tus asuntos.
De pronto, un día, te paras, piensas y ves que no merece la pena pensar.
¿Quién es la que está en la foto?
Alguien debe decirte lo que todos esos pelotas te ocultan.
Si buscas fuera lo que debieras tener dentro te has equivocado.
Como esto no funciona es mejor que lo dejemos de común acuerdo.
Lo hiciste lo mejor que supiste. Pero no sabías mucho.
La amistad es lo único que mitiga la lucha por la existencia.
Solo necesito que me ayudes a empezar si crees en mí. Verás lo que puedo hacer.
Los tiempos cambian, las gentes también. Y hay que adaptarse.
Puedes estar orgulloso, pues te lo has ganado todo con tu trabajo.
Recuerda lo que dice el sabio: Plantar un árbol, escribir un libro, engendrar un hijo.
En la juventud se vive de ilusiones; en la madurez, de desilusiones.
Por la buenas soy muy bueno, pero por las malas…
La clave del éxito, buen hombre, está en saber que el éxito no tiene clave.
Haces bien en estar satisfecho; pero no te aconsejo que lo estés.
No te preocupes: ¿Quién está libre de culpa?
Cuando se sabe que ya todos los días serán iguales ha llegado el momento de retirarse.
¿Qué cosa mejor pueden hacer los abuelos que cuidar de sus nietos?
Con los nietos se recupera lo mejor de los hijos.
Hay que conservarse alerta y vigilante, en pleno uso de todas las facultades.
Sobrellevar los achaques con alegría es fundamental.
A edad avanzada las apariencias no engañan.
Es ley de vida, pero nada obliga a acelerarla.
Fue un buen hombre. Tuvo un final tranquilo.
Nunca digáis de nadie que fue feliz en tanto no haya muerto.

dissabte, 19 d’octubre del 2013

La mano que entrega el sobre.


Notable pieza teatral en un acto ayer en Toledo. La venganza del cautivo, magistralmente interpretada por dos veteranos de las tablas que hicieron juntos parte de sus carreras: Dolores de Cospedal en el papel de la Dueña ultrajada en su virtud y Luis Bárcenas en el del ex-Tesorero agraviado en su lealtad. Ambos estuvieron sublimes. La actuación de Bárcenas, simulando la espectral aparición de un habitante de otro mundo (el de las almas en pena), fue magistral en todo momento y dejó a la Dueña vapuleada y maltrecha. Pero Cospedal dio una notable réplica, erigiéndose en digno símbolo de la inocencia atropellada por la calumnia, al modo de Desdémona. Tanta fue su pasión que, al salir, a punto estuvo de comerse un árbol.

En la cruda realidad de la calle, sin embargo, quien estaba en cuestión no era la Dueña manchega dolorida, sino la secretaria general del partido del gobierno, la segunda en este después de Rajoy, cuyo espíritu flotaba ayer en la sala en la simbología del plasma. Cospedal acudía como secretaria general a dar un mentís a la acusación de Bárcenas de haberla untado, por decirlo un poco a la pata la llana. Y ha organizado un cisco tan monumental que hasta la vicepresidenta no sabía qué decir en la rueda de prensa del consejo de ministros y no le dio tiempo a hilar alguna de esas perogrulladas con las que cree salir airosa de los compromisos. Hasta en su partido -en el que no abundan los linces- se han dado cuenta de que la estrategia de Cospedal es suicida, producto de su carácter altanero y algo bravucón. Dicen sus abogados que ella va a la defensa de su honor -lo único que le importa- y este ha salido impoluto. Pero la verdad es que el honor de la dama está bastante maltrecho por muy diversos conceptos: aparte de los supuestos sobresueldos, los dobles o triples sueldos, los olvidos en las declaraciones de bienes, las compras inmobiliarias fastuosas o las comisiones de cientos de miles de euros que no dejan rastro en su partido. Los asuntos de dineros son siempre muy resbaladizos y más cuando saltan por todas partes en donde aparece Cospedal de un modo u otro. Y eso resta mucho crédito.

El destrozo de esta hispánica cuestión de honor es considerable. Cospedal lanzó una variante del que cada palo aguante su vela al decir que ella no sabe si los demás cobraron sobresueldos; que preguntó y se lo negaron. Aquí ya nadie se fía de nadie. Por supuesto, la trabajada y obstinada estrategia de Rajoy, a su vez, barrida por las ondas furiosas. Bárcenas en todos los telediarios soltando cieno sobre el partido, el gobierno, sobre él mismo. La política del mutismo coronada por el éxito. Cosa absolutamente previsible. Hace falta ser un verdadero negado para no darse cuenta de que en la sociedad de la información, la desinformación no funciona.

En el extranjero deben de estar perplejos. Si esto fuera un país normal, Cospedal, en lugar de tropezar con un árbol, debería dar cumplida cuenta de su gestión en una rueda de prensa abierta con libertad de preguntas y, acto seguido, presentar su dimisión irrevocable. 

El caso Bárcenas es más que nunca el caso Rajoy. Habiendo el juez rechazado la petición de comparecencia del presidente a petición de la fiscalía, una de las acusaciones recurre y vuelve a solicitar dicha comparecencia por considerarla procesalmente imprescindible. El recurso está muy sólidamente argumentado. Responde al juicio de intenciones que hicieron la fiscalía y el juez al presumir que la petición de comparecencia obedecía a motivos extraprocesales diciendo, en el mismo terreno que, de haberse tratado de un ciudadano ordinario, la comparecencia no se hubiera rechazado. ¿Lo duda alguien? Añade el recurso tres argumentos muy sólidos: a) Rajoy era el responsable último de esta trapacería y daba el visto bueno a las cuentas barcénigas; estuvo asimismo en la reunión en que se acordó el pintoresco despido de Bárcenas, más parecido a un chantaje; b) aparece acusado directamente de haber cobrado suculentas sumas en sobresueldos; c) también fue secretario general de forma que, pues se ha citado a todos los secretarios generales anteriores y posteriores, no hay modo de justificar su exclusión como no sea por razones no jurídicas. No se me alcanza cómo se pueda negar este recurso, pero será preciso estar atentos y ver en qué queda.

Mientras tanto, el pensamiento es libre. ¿Puede el país permitirse una comparecencia del presidente del gobierno? Las fotos darían la vuelta al mundo y la Marca España tendría que cambiar de nombre. Y nada más. Si Cospedal no dimite, tampoco dimitirá Rajoy. Porque en España no dimite nadie, salvo los pagafantas del PSOE. Nunca. Pase lo que pase. 

El gobierno sigue batiendo tambores de cómo en 2016 estaremos creciendo a ritmos chinos en la esperanza de que este trile nos distraiga de los crímenes del franquismo y los sobresueldos del PP. Pero lo tiene muy crudo porque, al mismo tiempo, impone un hachazo de 15.000 millones de euros a los gastos sociales de ayuntamientos y autonomías que va a empeorar notablemente la vida de la gente.

divendres, 18 d’octubre del 2013

Cospedal mete la pata.


Ahí se ha pasado la mañana del viernes la dueña dolorida, trasmutada en dueña ofendida, sentada en mitad de la sala de audiencia, teniendo que escuchar cómo Bárcenas la acusaba ante el juez y los periodistas de mangante, cobradora de sobresueldos ilegales. Su gesto de indignada virtud superpuesta a su avinagrado rostro habitual era todo un cuadro que mostrará a las generacioness venideras -como se lo mostraría a ella de tener algunas luces, que no es el caso- lo que jamás debe hacerse cuando tiene uno la reputación en el alero, a los pies de las bestias, en bocas maledicentes, en coplas de ciegos, crónicas de tribunales y tiradas de plumillas malévolos. Ni haber contratado con el dinero de todos al máximo tiralevitas y pelota del Reino, Nacho Villa, como jefe de agit-prop pepero de la telemancha puede mitigar el bochorno que cualquier persona normal sentiría al verse acusada en sede judicial de ser una corrupta.

Y el caso es que la dueña hoy juzgada se ve en estos malos trances exclusivamente por culpa suya. Su arrogancia la llevó a responder con demandas y querellas frente a las acusaciones de Bárcenas y esas machadas la han traído a la penosa situación en que se encuentra. Tan penosa que, si se activa el vídeo de la imagen, podrá verse cómo la dama, sumida en sus cuitas, está a punto de escalfarse los morros contra un árbol. Va la muy necia por lana y sale trasquilada.

Y mira que era sencillo no meter la pata de esta forma. Bastaba con ver qué hacía su mucho más espabilado jefe, Rajoy, en similar circunstancia a la suya ya que Bárcenas también lo acusa de haber trincado pastuqui en B, en negro, en cajas, en sobres y a la pata coja pues, por lo que va viéndose, todos estos ciudadanos tan dignos del PP forman una corporación de presuntos trincones al estilo de la Opera de tres (mil) euros. En efecto, ¿que hizo Rajoy, acusado de lo mismo que Cospedal? Callarse como una momia, no responder, no abrir el pico, no querellarse ni demandar a nadie y esperar que la tormenta pase confiando, como le dijo a una perpleja periodista de Bloomberg en que hay cosas que no pueden demostrarse. Tan cierto como que el pontevedrés completa un viejo apotegma bíblico: "Hay tres cosas que no pueden probarse: el surco del pez en el agua, el del ave en el cielo y la caricia del hombre en la mujer", añadiendo una cuarta: "la mano de Rajoy y los suyos en la caja B".

En efecto y ¿por qué estando en la misma situación, la dueña está enjaretada en los tribunales y el otro trisca en libertad, largando embustes si parar? Sencillamente, porque Cospedal, cegada por su orgullo y su necedad, no calibra el resultado de sus actos. Ahora, algo mejor avisada, ha retirado su demanda contra El País como la han retirado sus secuaces y amigos, Teófila Martínez, Arenas, etc, antes de verse pringados en el mismo cúmulo de mentiras, contramentiras, cuentos, trolas de esta señora con el despido de Bárcenas, el diferido y la general mangancia en que están todos hasta las orejas. Porque, bien se ha visto hasta la fecha, los fiscales y los jueces no quieren ni oír hablar de llamar a estos presuntos sobrecogedores (Rajoy, la propia Cospedal, Aznar, Cascos, etc) a declarar, prueba evidente del vigor y la independencia de la justicia en España. Ha sido ella misma la que ha metido la gamba, ella misma quien, tirándose del ronzal, se encuentra en mitad del fregado

Según el abogado de Cospedal es Bárcenas quien tiene que probar que su clienta se embolsó la pastuqui. Bueno. Tratándose de una señora que no sabe ni cuántos sueldos cobra, ni cuántos sobresueldos,  ni por qué suele olvidarse picos de consideración en sus declaraciones de ingresos, ni aclara de dónde saca la pasta para comprarse una casa de 2,5 millones de euros, ni da cuenta de presuntas mordidas de 200.000 euros, ni tiene claro en cuántos abrevaderos cobra sus dineros su marido, no parece asunto muy relevante, a la hora de aconsejarle con todo cariño que, en lugar de seguir calentando sillas en salas de juicios y embistiendo árboles, presente su dimisión y se pierda en el caritativo olvido de las gentes.

NB: el caso Bárcenas es tan claramente el caso Rajoy que el tesorero declara por plasma, como su amigo Plasmariano.

(La imagen es una captura del vídeo de 20 Minutos).

Duelo en el OK corral del PP.


Ahí los tienen ustedes, tres de los terribles hermanos Dalton, apoyados en actitud desafiante en la empalizada del OK Corral, en espera de la llegada de Wyatt Earp/Rajoy y Doc Holliday/Sáenz de Santamaría para dirimir sus diferencias a tiros. Faltan los otros dos más peligrosos Dalton: el padre, Joe Aznar, y la hermana Hope "Aguirre" Warlike. En cuanto lleguen, habrá una ensalada de tiros. O eso se piensa.

Tiene gracia que el chivo expiatorio que posibilitó el acceso al poder del PP en 1996 cuando, para conseguir los votos de CiU, Aznar despidió de una patada en el trasero a Vidal Quadras, sea ahora quien suspira por la vuelta del héroe de las Azores. Una gracia inexplicable. Salvo que entren en juego otras consideraciones, como el hecho de que, probablemente, Rajoy no cuente con Vidal Quadras para las europeas de 2014 y que este, ya en la puerta de salida de su carrera política, a la desesperada, levante bandería particular y funde un partido nuevo para garantizarse el escaño en el Parlamento de la Unión. Las elecciones europeas tienen estas peculiaridades. Considerémoslas.

En todos los países son elecciones de segunda y su funcionalidad para los partidos es obvia: cementerio de elefantes. Cuando los políticos dejan de ser útiles o están quemados o han metido demasiado la pata o tienen problemas con la justicia, las oligarquías les buscan un retiro dorado en Bruselas. Como hacen también cuando quieren premiar servicios de personal ajeno a la estructura orgánica (por ejemplo, periodistas estilo mastín, dispuestos a ladrar y morder en donde haga falta en pro del amo), dándoles así una especie de canonjía bruselense.

Pero las leyes de vida son inexorables. Los partidos como fábricas de detritus humanos no paran. Al poco tiempo ya vuelve a haber políticos inservibles a los que conviene ocultar. Por ejemplo, ¿qué va a hacer el gobierno con gente como Mato, Wert, Cañete, Báñez que no solamente están achicharrados sino que solo sirven para hacer reír al repetable, más incluso que el gran Wyoming? Ofrecerles ser legisladores europeos. 

Pero el Europarlamento está de bote en bote y no cabe un alfiler. Así que hay que aligerar la carga. Mayor Oreja, Vidal Quadras y otros desechos de tienta sobran en Bruselas y deben hacer sitio a los nuevos meritorios. Para los otros Dalton, Abascal, Quirós, etc la realización del amago de Vidal Quadras es su última esperanza, antes de que el olvido y la indiferencia se los trague. Hablan mucho de traición a unos oscuros principios ideológicos pero ni ellos mismos saben a qué se refieren como no sea al universal y eterno de quítate tú para que me ponga yo.

Ahí está el mogollón. Eso de invocar los fantasmas de Aznar y Aguirre es de un efecto relativo. Aznar tiene a su mujer de alcaldesa de Madrid con tantos méritos para ello como Palinuro para ser el Dalai Lama y estará a lo que el partido le ordene, so pena de tener que volver a convivir con su encantadora señora, liberada de las tareas municipales por decisión del mando. A Aguirre pueden echarla de la presidencia del PP madrileño solo con un gesto de Rajoy, para que ocupe el puesto Ignacio González quien lo hará encantado pisando la cabeza de quien antaño fue su madrina, su musa, su protectora y amiga.

Así que la de Vidal Quadras huele a pólvora. 

Risas, lágrimas y crujir de dientes.


Risas. Cospedal interpuso en febrero una demanda en defensa del derecho al honor contra Luis Bárcenas por sus acusaciones y contra El País por difundirlas. Bárcenas no podrá comparecer hoy en el juicio por encontrarse enjaulado en Soto del Real y habrá de declarar por vídeoconferencia, como si fuera Rajoy. La secretaria general, a quien, probablemente, parece de perlas que el ex-tesorero esté en la cárcel, sostiene que sus acusaciones son falsas y calumniosas pero ha tenido que tragarse ya a base de pruebas periciales que los papeles son genuinamente barcénigos. Y ahora se encuentra en una situación delicada, crítica, al no poder quitarse de encima así como así la acusación de haber recibido varias pastuquis por los más estrafalarios motivos. Y en esa situación se ha colocado ella sola, por su carácter intemperante y precipitado al ir a los tribunales a las primeras de cambio. Debería haber aprendido de la prudencia de Rajoy, quien no demanda, ni se querella, ni denuncia, ni las pía siquiera. Se limita a afirmar que es todo falso salvo alguna cosa y tira millas. Pero Cospedal es puro temperamento y eso le pierde. Es muy de ver con qué coraje y decisión ha dos años que pedía la restitución en sus cargos en el partido del injustamente acusado Bárcenas. Afirmaba, con esa seguridad algo avasalladora que la acusación contra Bárcenas era una trama de la Fiscalía y la Policía Judicial, movida por el PSOE al que también acusaba de haber implantado en España un "Estado policial". Es de risa, ¿no? Entre el Bárcenas víctima de los sociatas al Bárcenas delincuente (probablemente también en connivencia con los sociatas) ¿qué media? Pues simplemente que ahora se sabe lo que por entonces Cospedal, como secretaria general, no podía ignorar. ¿Qué crédito puede tener cuando asegura que no cobraba pastuqui en sobres?

Lágrimas. Cierra Fagor, abrumada por una deuda de 800 millones. Fagor, el buque insignia de la Cooperativa Mondragón, a su vez ejemplo de organización económica alternativa al capitalismo pero inserta en la lógica del mercado. Una esperanza convertida en realidad durante cincuenta años. Fagor tuvo ya un serio tropiezo hace un tiempo y recurrió a la caja de solidaridad de las otras empresas de la cooperativa. Hubo sus más y sus menos. Algunas se negaron a eso, a cooperar, pero la mayoría tiró de sus ahorros e inyectó una ayuda a Fagor que, como se ve, no ha servido de nada, de forma que la empresa ha cerrado en concurso de acreedores, a ver qué se salva de la quema. Y sobre todo, quién. La otrora reina de los electrodomésticos tenía unos 5.000 trabajadores, de los cuales unos 2.000 eran socios cooperativistas. Ahora, una de las cuestiones más angustiosas es exactamente en qué situación jurídica quedan los socios. La de los trabajadores está clara; la de los socios, no. Un motivo más de aflicción ante un hecho sumamente lamentable por cuanto parece sancionar la maldición de que en el seno del mercado no hay margen para finalidades redistributivas o igualitarias. Las cooperativas organizadas en la lógica del mercado se enfrentan a los fallos del mercado como cualquier empresa.

Crujir de dientes. Entrando en la segunda parte de la legislatura, el gobierno ha dado orden al aparato de propaganda de sembrar la idea de que la recuperación está en marcha. El ministerio de Economía augura sólida recuperación para 2015, año electoral, con los mismos datos con que augura todo lo demás. Más divertidamente convincente ha estado Botín quien, al parecer, encantado de tener a Rato a sus órdenes, ha tenido un ataque de Tío Gilito, cuando se baña en oro, exclamando que ¡llega dinero de todas partes! Rato sigue teniendo olfato. En esta orquesta faltaba el concertino y allá fue el príncipe Felipe a contar a los empresarios de las naciones hermanas, reunidos en Panamá, que la economía española está encontrando su camino y recuperando competitividad. No sé si a los empresarios extranjeros les interesa que la economía española sea competitiva; supongo que la preferirán no competitiva para vender ellos sus productos. No podemos estar en todo y el heredero del trono está haciendo su aprendizaje. Lo increíble es que estos mensajes de optimismo, alegría y buenos augurios se hacen en el momento en que el gobierno impone a los gobiernos municipales y autonómicos un recorte de 17.441 millones de euros para 2014. Un recorte, un tajo en servicios que prestan estas administraciones y son esenciales para los ciudadanos. A lo mejor hay salida de la crisis. Pero será con crujir de dientes.

dijous, 17 d’octubre del 2013

¿Qué hacer frente a la tiranía?


En homenaje a Jorge Arsuaga, de Bilbao, en huelga de hambre por considerar que el gobierno es ilegítimo; y a quienes la hacen y hagan con él.



La ilegitimidad del gobierno es, en efecto, clamorosa. Lo sabemos todos. Empezando por el mismo gobierno. Se trata de una ilegitimidad de origen porque su partido ganó las elecciones engañando y mintiendo sobre sus verdaderas intenciones, traducidas luego en lo contrario de su programa electoral y porque, además, las ha ganado presuntamente con trampas, con juego sucio, mediante financiación ilegal, en una situación de vergonzoso ventajismo quizá delictivo.

Es también abrumadora la ilegitimidad de ejercicio. Rajoy gobierna autoritariamente, por decreto, sin someterse al control parlamentario ni rendir cuentas a la opinión pública a la que oculta todo cuanto es relevante y tiene que ver con él y sus políticas que, sin embargo, explicita en términos crudos en el extranjero. Se vale para ello de un control total, asfixiante de los medios de comunicación, la inmensa mayoría de los privados y todos los públicos bajo su dominio, con la misión de censurar la información, escamotearla, embellecer la acción del gobierno y denigrar la de la oposición. No hay diferencia entre los tertulianos mercenarios de la derecha en los medios privados y los de los públicos, que suelen ser los mismos.

Correspondientemente, tiene bloqueado el Parlamento, dedicado por mayoría a silenciar y ningunear la oposición y aplaudir todo lo que haga o diga el gobierno. De igual modo interfiere permanentemente en la acción del poder judicial, ya sea manipulando la composición de sus órganos u obstruyendo de muy diversos modos la acción de la justicia.

Su relación con la ciudadanía es despreciativa, arrogante, autoritaria, casi fascista. Tanto el presidente como sus ministros o cargos del partido se niegan a hablar, a dar explicaciones o mienten sin sonrojo y se niegan a retractarse de sus mentiras o, simplemente, difaman. Al mismo tiempo reprimen con mano dura -cada vez más dura- toda manifestación de descontento, crítica o disenso, bien por la vía penal (Gallardón acaba dejando el código en un tiempo anterior a Beccaria) o por la vía policial. La política de orden público está sesgada en la represión ideológica de la protesta de la izquierda por medios violentos, hostigadores, intimidatorios, mientras tolera (si no ampara) las provocaciones fascistas callejeras o de sus propios alcaldes.

La invocación de la mayoría, el único recurso -mecánico- del gobierno frente a la crítica es falaz. Ya no hay tal mayoría. La ha perdido. La obtuvo para otra cosa; no la ha hecho y la ha perdido. Y aunque la conservara, ¿no es posible a la par que odiosa una tiranía de la mayoría? Y no es el caso, insisto. Si se invoca la mayoría, convóquense elecciones anticipadas, ahora que ya se sabe qué pretende cada cual y veamos si la mentira, el engaño, obtienen mayoría.

Este gobierno ilegítimo no deja resquicio al discurso, ni lo respeta; no dialoga; impone sus criterios -a los que el mismo Rajoy llama radicales- a la fuerza; insulta y amenaza. Así las cosas, la huelga de hambre de Jorge Arsuaga no solo es respetable sino encomiable. Cuando un poder tiránico no deja salida alguna fuerza es recurrir a lo único que nos queda, nuestra dignidad y nuestra vida misma. Somos, quiero creer, muchos quienes simpatizamos con el gesto de Jorge, impresionados por las consecuencias que pueda tener para él, y que lo secundaríamos. Si no lo hacemos es por una serie de razones comprensibles y también respetables: somos mayores, o tenemos familia, o estamos enfermos, o sencillamente, no nos atrevemos.

Pero todos aquellos que decimos simpatizar con Jorge estamos obligados a manifestarlo y hacer algo por apoyarlo (y, de paso, a nosotros mismos) en su línea. No todos podemos ir a una huelga de hambre pero si cada cual busca en su vida, en sus condiciones de existencia, seguro que puede hacer (o dejar de hacer) algo para evidenciar su crítica, su oposición a esta tiranía de forma activa, pacífica y legal; al menos de momento. Es un acto individual, pero convoca a millones. Carece de sentido criticarlo porque pueda distraer de la acción colectiva. En absoluto. Cada una va por su cauce y la acción colectiva bien puede tomar ejemplo de la de Jorge. Tenemos que defendernos y, con nosotros, la dignidad de la democracia, pues no hay tal en un gobierno tiránico, oligárquico, bajo fuerte sospecha y acusación en sede judicial de organizarse al margen de la ley durante veinte años. Un gobierno con un sonsonete: que la ley se cumple; pero solo cuando la hace él.

Es palmario a la vista de la bochornosa sesión parlamentaria de ayer. La vicepresidenta no solo no se retractó de su triple infamia sobre los parados sino que añadió otra falsa acusación al ex-ministro Valeriano Gómez. Y luego llevó su arrogancia, su desprecio al Parlamento y su chulería al extremo de ausentarse en el turno de réplica, cuando dicho ministro pudo por fin defenderse y dar un claro mentís, tras forcejear dialécticamente con la presidencia de la Cámara que quería acallarlo.

¿Cuántos desplantes y atropellos, cuantos desprecios, abucheos y ninguneos está la oposición dispuesta a soportar en un Parlamento en el que se la bloquea y silencia, antes de realizar un acto como el de Jorge? ¿Cuánto tiempo más va a estar haciendo el juego a una derecha que instrumentaliza el Parlamento para sus fines autocráticos antes de denunciar la situación y retirarse al Aventino?

dimecres, 16 d’octubre del 2013

¡Viva España con honra!


Así estamos. Con ese vídeo en el que se ve al diputado Alfred Bosch de ERC dar vivas a España, a Cataluña y a Francia. Al parecer algún diputado de la mayoría había exclamado "¡Viva España!" en mitad de los segundos (Bosch, sabedor de dónde estaba, solo pidió segundos) de silencio en memoria de Lluís Companys, asesinado por los franquistas después de la guerra. El diputado catalanista tuvo una reacción digna, afirmando que todas las naciones se entenderán en lo positivo. Muy bien, pero erró en la interpretación del grito. Un ¡viva España! en mitad del silencio en memoria de un fusilado por sus ideas no es un ¡viva España! normal. Equivale a un ¡bien fusilado está! o, para ponernos en los tiempos, ¡que se joda! o ¡se lo merecía! En realidad es un ¡viva Franco! que es lo que les pide el cuerpo a estos jabalíes, desde Rajoy, el mister sobresueldos, hasta el último diputado del gürteliano partido.

Ese es el problema, lo que envenena las relaciones entre Cataluña y España y, dicho sea de paso, de España consigo misma. El hecho de que los ganadores de la guerra, los señores de la victoria, la postguerra y la dictadura -por lo que jamás pidieron perdón, ni ellos ni los curas que los justificaron- y sus herederos al día de hoy quieran imponer como creencia y sentir de todos una idea pequeña, agresiva, excluyente de España que se identifica sin ningún tipo de reparo o arrepentimiento con el asesinato del adversario. ¿Cómo va a vivir España al amparo del asesinato? Ni España ni nadie. Nadie merece respeto que imponga sus creencias mediante el crimen.

Está bien pedir que viva España. Pero, como decían los revolucionarios de 1868, que viva con honra. Porque lo otro no es vivir. Para sobrevivir sin honra hay que recurrir a la violencia. Hay que machacar a los demás, ser injusto con ellos, asesinarlos, si llega el caso. Silenciarlos como sea. Pero al final hasta eso es imposible. España ha hecho cuanto ha podido por ignorar, por olvidar, por ocultar los crímenes del franquismo. Pero lo miles y miles de muertos enterrados por todas partes no dejan de agitarse y su eco social es cada vez mayor. La intervención argentina y la de la ONU ha internacionalizado la cuestión.

No hay otra salida razonable que derogar la Ley de Amnistía, que es ley de punto final, y constituir una comisión de la verdad con plenas garantías y medios, con mandato de esclarecer todas las responsabilidades políticas y penales de la dictadura. Como ha hecho todo el mundo. Y actuar en consecuencia. Solo así se conseguirá la reconciliación entre los españoles. La proclamada en la transición fue una estafa, como puede verse cuando la derecha se niega a hacer justicia a las víctimas del franquismo. 

Ahí empezaría la recuperación de la honra de España. La de ¡Viva España con honra!

Las fotos de la historia y la historia de las fotos.


La Fundación Mapfre, la de la exposición de los machiaioli trae también otra de fotos que quiere ser un recorrido en imágenes por la historia de España. Bueno, de fotos, de algunos cuadros y de un par de docenas de vestidos femeninos. Es un propósito algo desmesurado. Las fotos no son muchas ni todas ellas muy representativas. Pero, con estas limitaciones, siempre es interesante un recorrido por la historia patria a base de imágenes. Sobre todo porque la idea es sana: ver cómo evoluciona un país y cómo evoluciona el ojo mecánico que lo registra. Si bien esta relación casi se agota en el nacimiento. El primer daguerrotipo se tiró en Barcelona, claro, en 1839 y luego se documentan algunas otras imágenes obtenidas con técnicas primitivas. Pero, a partir de ahí, se abandona el empeño y ya no se habla de los subsiguientes avances de la fotografía, la madre de la octava arte, el cine. Ni el paso del blanco y negro a color merece una reflexión. Y eso del color tiene su aquel, con tanta crítica que le hicieron (y le hacen) los puristas. ¿Cabe imaginar la cubierta del LP de los Beatles, Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band en blanco y negro?

Lo dicho, hay fotos muy conocidas, como la de Franco y Millán Astray berreando canciones legionarias, el miliciano de Frank Cappa o la guardia de asalto en Barcelona, de Agustí Centelles. Igualmente alguna conmovedora imagen de las misiones pedagógicas. Aunque la exposición abarca unos 160 años, por razones obvias se concentra en el franquismo y la segunda restauración borbónica. Las épocas anteriores pasan rápidamente pero se descubren imágenes muy poco conocidas. Por ejemplo, algunas fotos de las guarniciones españolas en Cuba, Puerto Rico y las Filipinas antes del desastre del 98. Procedente del Museo de Antropología hay una serie de estampas de nativos filipinos tomadas en la época muy interesantes de ver.

No menos lo es una serie de fichas de las autoridades argentinas de inmigración a principios de siglo. En ellas se ven rostros de nuestros compatriotas hace cien años, mujeres demacradas, niños, viejos, hombres desaliñados. Y, debajo, escrito a plumín o máquina primitiva, los nombres y las observaciones por las que habían sido devueltos: "sin papeles", "padece tuberculosis", "afectados de tracoma". Es bueno recordar de dónde venimos pues también nosotros fuimos sin papeles. La foto serializada tiene mucho impacto. Hay una colección de imágenes de bandoleros andaluces enriquecida con la presencia de algunas bandoleras, aspecto este de la igualdad de género (aunque se trate de una mínima parte) que no es habitual.

Los escasos cuadros tienen una función de apoyo, pero es decisiva. Hay un óleo de Gutiérrez Solana de un café cantante en 1910 que reproduce fielmente una foto sevillana de fines del XIX. Otro óleo de Sorolla, retrato de su mujer Clotilde, supongo, en una playa del norte, de cuando la corte veraneaba en aquellos lugares. El flamenco, los toros, las diversiones populares son como instantáneas que van fijando la espuma de los días.

Aparece mucho la guerra de Marruecos, la leva, los conflictos sociales relacionados con ella, la corte de Alfonso XIII, Primo de Rivera y el desastre del El Annual y la batalla del monte Arruit, con una de esas fotos en que se ven los cadáveres de los soldados españoles al sol, ennegrecidos, medio devorados por las bestias. Aunque quien quiera ver qué se hacía con esos cadáveres, puede echar una ojeada a este vídeo en You Tube y poner a prueba su estómago.

Si me dijeran que eligiera dos imágenes del franquismo para ilustrat esa pretendida división de la dictadura en una etapa "dura" y otra "blanda",  creo que seleccionaría una cartilla de racionamiento y un seat 600. Con la cartilla, el Estado regulaba lo que los españoles comían; sobre todo, cuánto. Con el 600 España se ponía a nivel europeo. Ni el Pegaso ni el Biscuter pudieron hacerle sombra. El uno por demasiado y el otro por demasiado poco. El 600 era justo el punto medio, el de la medianía, el de la clase media  que emergía al socaire del turismo, las remesas de los emigrantes y las inversiones extranjeras. Un triángulo hecho de playas soleadas, maletas de madera e inversiones extranjeras en polos de desarrollo que es un panorama al cual parecen apuntar los proyectos del gobierno actual: turismo, emigración e inversión extranjera. 

La transición tiene amplio tratamiento. Fotos célebres del destape, la movida, la Constitución, Europa, etc. Hay una composición que no conocía: un escaparate con unos veinte televisores de todo tipo emitiendo en directo la dimisión de Adolfo Suárez. Por algún motivo, la sincronización de las pantallas no es perfecta y vemos el rostro del presidente en dos momentos distintos, con una diferencia de segundos, pero es muy llamativo. Se queda uno pensando varias cosas: ¡qué tiempos en que los presidentes del gobierno dimitían! Y ¿por qué exactamente dimitió Suárez? Ese es uno de los misterios de la transición que probablemente nunca se aclarará.

dimarts, 15 d’octubre del 2013

Salvar España.


"Helo, helo, por do viene el infante vengador/caballero a la jineta en un caballo corredor,/su manto revuelto al brazo, demudada la color,/y en la su mano derecha un venablo cortador."

Bien. Ya está aquí el hombre providencial, el milagro, según modesta autoapreciación personal. Dispuesto a salvar la democracia, el Estado, la Nación. Lo que haga falta. Siempre es en estos momentos de decadencia nacional cuando el Todopoderoso nos envía un caudillo que endereza el entuerto con brazo de hierro y señala el camino con ojo de águila. Suelen ser figuras algo canijas, esmirriadas, entecas, pero que irradian fuerza por la fiereza de sus conviciones.

Hace unos días, Rosa Díez preguntaba quién defendería España y se ofrecía a sí misma para hacerlo visto el abandono en que los dos partidos dinásticos tienen la tarea nacional. Pero, ¿a dónde irá ella, débil mujer, cuando del fondo de la Raza surge el guía invicto que restaurará la gloria de España?

"Desfalco de la soberanía nacional" define Aznar ni corto ni perezoso lo que está sucediendo con Cataluña. Tratándose del partido de Bárcenas y la Gürtel eso de "desfalco" es como mentar la soga en casa del ahorcado. Añade Aznar que el silencio (el arma preferida de Rajoy) frente a Cataluña es tan peligroso como la misma mentira. Con lo cual el mismo Rajoy se habrá quedado en blanco pues no sabía él que la mentira fuera dañina.

El panorama no es muy halagüeño. La derecha, armada de sus tradicionales ideas, sale al paso del reto soberanista esgrimiendo una conciencia nacionalcatólica que se despliega en todos los órdenes, el retórico/propagandístico, el legislativo y  el de la dialéctica callejera de los puños y las pistolas.

Así las cosas, tiene un punto melancólico la noticia de que Rubalcaba sepulta la Fundación Ideas. Colofón del escandalazo que se montó con la inenarrable historia de Amy Martin y sus fantásticos artículos. Ya la idea de crear una Fundación llamada Ideas indicaba un ánimo algo despistado. Ideas ¿de qué? No importa. Ideas. Ideas es lo que se vende. Dice Rubalcaba que la cuestión de los devengos picarones no pasa de ser un problema de gestión deficiente. Sí, desde luego; pero también es algo más. Es también un modo inadecuado de entender la labor ideológica de un partido como el socialista que, en principio, es de izquierda. ¿Quiere decir que la izquierda no vale para las fundaciones? No, claro. Quiere decir que las ideas no surgen en gabinetes experimentales, en conciliábulos de expertos, sino de la acción práctica de la gente que aplica la política, el programa del partido. Ahí es donde surgen las ideas, la teoría que ha de iluminar el camino posterior de la acción. Pero para eso hacen falta políticos capaces de orientar la acción según una teoría que han extraído de su práctica.

El cierre de la Fundación Ideas es una metáfora de la falta de ideas del socialismo. La dirección del PSOE no sabe qué hacer como no sea ganar tiempo. Exactamente lo mismo que Rajoy. A la espera del repertorio de ideas que saldrá de la Conferencia del mes próximo. Por entonces sabrán los dirigentes qué decir respecto a cuestiones acuciantes de muy difícil encaje en las concepciones tradicionales, por ejemplo, la cuestión catalana, que los trae de cabeza; por no hablar del enfadoso asunto de la Monarquía. 

Con independencia de esa espera, España tiene hoy tres problemas bien patentes: el problema catalán, el de la iglesia y el Estado y el de la corrupción, íntimamente ligado a la gestión de la crisis. En el catalán los socialistas debieran unificar criterios. No puede salir Jáuregui diciendo crípticamente que España tiene que reconocer la singularidad de Cataluña mientras su jefe se empeña en resucitar la teoría del café para todos en clave federal. Si tan seguros están como Lara, el de Planeta, de que el 70 por ciento de los catalanes se siente tan catalán como español y un 15 por ciento solo español, ¿por qué tienen miedo a un referéndum? ¿Porque es una cuestión de principios? Eso de los principios cuéntenlo en Gibraltar.

Lo de la iglesia y el Estado es de juzgado de guardia. Ahora dice Rubalcaba tímidamente que el PSOE revisará los Acuerdos con la Santa Sede de 1979. Bueno, primero habrá de hacerse perdonar la coyunda que montó el gobierno del PSOE con esa misma iglesia, aumentando sus privilegios económicos. No sé si después le quedará algún crédito, especialmente si se limita a decir que se revisarán esos acuerdos; no que se denunciarán sin más, como corresponde.

Y en cuanto a la corrupción, una actitud de intransigencia absoluta. El PP y el gobierno del PP deben dar cuenta de sus presuntos desmanes de dos decenios y arrostrar las responsabilidades penales y políticas a que haya lugar. Sin ningún compromiso. Se está con la ley o se está contra la ley; pero no se está con y contra al mismo tiempo. Esa oferta de Susana Díaz de gran pacto con Rajoy contra la corrupción es un disparate que más vale olvidar cuanto antes. Y, además de exigir responsabilidades por el último ochavo, el PSOE tiene que presentar un plan para eliminar todos los privilegios, las corruptelas, las mamandurrias del conjunto de la clase política: presidentes, ministros, alcaldes, diputados, consejeros, asesores y correveidiles.

Es una idea, ¿verdad?

El Estado dentro del Estado.


Aproximadamente cada cien años el Estado español firma un concordato con la Santa Sede, en 1753 con Fernando VI, en 1851 con Isabel II y en 1953 con el caudillo Francisco Franco que casi por ello consigue que lo hagan cardenal. Hubiera estado bien, ¿eh? Una dictadura regida con mano de hierro en lo secular y lo espiritual por el sublime ideal español del monje guerrero. El caso es que este año es el sexagésimo del Concordato de 1953, por el cual el Vaticano contribuyó, junto con los gringos a sacar a España del aislamiento internacional en que estaba por ser un Estado fascista según la ONU. A cambio, el Vaticano se quedó con el alma (y el dinero) de los españoles y los estadounidenses con pedazos de territorio en Torrejón, Rota, Morón, para sus bases. La cuestión es averiguar si ese Concordato de 1953 sigue o no en vigor, pues su artículo 1º reproduce, dulcificada, la vieja fórmula de la Constitución de 1812: "La Religión Católica, Apostólica, Romana sigue siendo la única de la Nación española y gozará de los derechos y de las prerrogativas que le corresponden en conformidad con la Ley Divina y el Derecho Canónico". Aparentemente eso no está en vigor. Pero, si se leen los acuerdos de 1979 y el de 1976, la cosa no es tan clara.


Para aclararlo celebramos la mesa redonda del anuncio en la Facultad de Políticas y Sociología de la Complutense, el próximo jueves, 17, a las 12:00. Participan François Coll, Juan José Tamayo, Beatriz Jimeno, Palmira Chavero, Jaime Ferri y un servidor. Entrada libre.