dijous, 22 de gener del 2009

Fascinante fascismo.

Cuando leí las memorias de Leni Riefenstahl (Memoiren, Albrecht Knaus, Munich y Hamburgo, 1987, 926 págs) hace ya unos años tuve la clara impresión de que se trataba de un texto exculpatorio en el que Frau Riefenstahl intentaba sobre todo justificarse, ocultar su estrecha vinculación con el III Reich en general y con Hitler y Goebbels en especial y subrayar aquellos rasgos de su trayectoria posterior que pudieran presentarla como una mujer abierta, sin prejuicios raciales y demócrata. Todo eso era evidente en el libro. Bastaba ver cómo hablaba de los Nubas del Sudán para darse cuenta de que sólo una racista puede creer que se quitará la fama de tal y de nazi a base de fotografiar negros desnudos y alabar su belleza. Pero eso era una impresión, muy nítida desde luego, más sólo una impresión que se obtenía de la lectura del libro. Para probar que éste era falaz, que se había escrito para redibujar la biografía de Leni Riefenstahl, la directora preferida de Hitler, se necesitaría una investigación en profundidad. Que es lo que ha hecho Steve Bach con este libro (Leni Riefenstahl, Circe, Barcelona, 2008, 455 págs.).

El problema que plantea la vida y la personalidad de Leni Riefenstahl es el de la medida de responsabilidad y culpabilidad en que incurren artistas, y artistas geniales como ella cuando ponen su arte al servicio de un régimen odioso y tiránico y contribuyen a glorificarlo actuando de propagandistas. Es muy conocido el caso de Leon Furtwängler de quien se dice que, al no haberse exiliado y continuar dirigiendo e interpretando música en el III Reich, en el fondo contribuía a legitimarlo. Y si esto puede decirse de Furtwängler a pesar de que él se limitaba a dirigir e interpretar la música clásica alemana, qué se dirá de Leni Riefenstahl que rodó filmes expresamente dirigidos a glorificar el régimen nazi (como La victoria de la fe, El día de la libertad y, sobre todo, su obra cumbre, la genial El triunfo de la voluntad) o bien orientados a la misma glorificación pero indirectamente, como en Olimpiada.

La obra de Bach, minuciosa y muy bien documentada, trata de dar respuesta a esta cuestión a base de hacer un retrato psicológico completo del personaje contrastando las informaciones que proceden de la propia Leni con lo que dicen de ella sus contemporáneos y cotejando asimismo lo que dice con lo que hace en cada momento. Tengo la impresión de que la biografiada, a pesar de todo, ha conquistado al biógrafo, algo que me explico perfectamente porque en buena medida me sucede a mí: tras haber leído mucho sobre y de Leni Riefenstahl, visto sus películas, sus libros de fotos del África, no tengo dudas de que fue (y, probablemente siguió siendo su larguísima vida) una racista, nazi y gran admiradora de A. Hitler; tampoco de que además era un carácter inestable, que oscilaba entre la exaltación y la depresión, infantil y narcisista. Tenía un afán mórbido por la gloria, la popularidad, las candilejas. Pero era un genio. Sólo El triunfo de la voluntad merece figurar (y de hecho figura) entre las diez mejores películas de todos los tiempos. Y lo mismo pasa con Olimpiada con sus cuatro horas de duración, sobre aquellos juegos olímpicos en los que el héroe absoluto para berrinche soberano de Hitler fue Jesse Owen, un atleta negro. Uno siente cierta recriminación moral cuando admira los planos, el montaje, el ritmo, la belleza de El triunfo de la voluntad y se piensa que con esa película se glorificaba la barbarie de la tiranía nazi. En términos más generales la pregunta es si la obra de arte está por encima del juicio ético o debe someterse a él. Y, en lo que a mí respecta, la respuesta es imposible porque es sí y no al tiempo. El triunfo de la voluntad es una obra de arte y, al mismo tiempo, glorifica el nazismo. Y no de forma adjetiva o indirecta sino de modo directo, consciente y sustantivo.

De la exhaustiva investigación de Bach se sigue que Leni Riefenstahl tuvo desde siempre, desde su niñez, una vocación artística que siguió von pasión, vocación que intentó encauzarse primero como bailarina y luego como actriz hasta que se fijó en su condición de directora. Los años en que Riefenstahl trabajó como actriz sobre todo de las películas de la serie llamada alpina, por ejemplo La montaña sagrada, que la lanzó al estrellato mundial, fueron los de su formación como directora. Y el hombre que más influyó en ella y el que le enseñó cuanto aprendió fue el más famoso director de películas alpinas, Arnold Fanck (p. 62). Y así llegó a dirigir e interpretar al tiempo La luz azul, consiguiendo un gran éxito y consagrándose como directora. El impacto que La luz azul causó en él es lo que llevó a Hitler a decidir que Leni Riefenstahl sería quien dirigiera sus películas. Fue un buen juicio, típico de los nazis que tuvieron siempre y desde el principio un gran sentido para la propaganda política (115). Así alcanzó la gloria de La fuerza de la voluntad, un documental sobre el Congreso del partido nazi en Nurenberg en


(Por si alguien cree que exagero, aquí hay poco más de un minuto de El triunfo de la voluntad con un acto del "Servicio Alemán del Trabajo" en memoria de los caídos en la Iª Guerra Mundial, al son de Yo tenía un camarada.. Téngase en cuenta que es un documental de un acto único, que no se podía ensayar ni repetir si salía mal y que se trata de campesinos militarizados que forman no con fusiles sino con palas y picos).


1934 sobre la que Bach dice lo siguiente: "Ella procuró obtener reconocimiento de su arte al tiempo que rechazó, hasta el final de su vida, toda responsabilidad moral por su contenido o sus consecuencias. Sólo contaba una cosa: había realizado una película ejemplar, llena de imágenes seductoras que, por inquietantes que sean para nuestros ojos, no se han disipado con el tiempo, sino que sobreviven a las cenizas y las tumbas que con justicia pueden juzgarse como parte de su legado." (p. 171).

Bach demuestra no solamente que la imbricación de Riefenstahl en el nazismo fue total, en contra de lo que ella sostuvo siempre después, durante la desnazificación y posteriormente, sino que había hecho lo que luego negó haber hecho. En concreto, recién nombrada corresponsal de guerra, autorizada a filmar la entrada de los alemanes en Polonia, siempre negó haber presenciado la matanza de Konskie, un pueblito polaco en el que los nazis asesinaron a tiros a un grupo de civiles judíos a quienes antes obligaron a cavar su propia fosa (p. 228); sin embargo, lo hizo. Más adelante, en el rodaje de su película de ambiente español Tierra baja siempre negó haber utilizado como extras a gitanos sacados de un campo de internamiento a los que no pagó por su trabajo y que luego fueron enviados a campos de exterminio de los que sólo regresó un puñado de ellos. Pero fue verdad. (p. 245).

De hecho Riefenstahl pasó los últimos 58 años de su vida (que fue larga, pues murió en 2003 con ciento uno) justificándose, reescribiendo su pasado, reinventándose. Lo cual tampoco debió de ser muy difícil para ella que, según viene a decir Bach, aunque no sea concluyente, tuvo que falsificar su "Prueba de descendencia", un documento obligatorio en tiempos de los nazis para probar que no se tenía ascendencia judía, para ocultar a una abuela que lo era (p. 143). Dice el autor que Leni se aferró a su leyenda de mártir inocente perseguida (p. 291) pero la verdad es que, efectivamente fue perseguida. Cada vez que trató de poner en marcha algún proyecto, se le frustraba; se le retiraban las invitaciones a festivales o a dar conferencias y pleiteó cientos de veces tanto para recuperar los derechos de sus obras que le habían sido confiscados como para querellarse por injurias. Unas veces ganó, otras perdió; unas veces llevaba razón, otras no. Pero el hecho es que, después de Tierra baja, ya no volvió a dirigir película alguna y hubo de transferir sus dotes creadoras a la fotografía, con los libros sobre los nubas, que fueron éxitos mundiales y, por último, la fotografía submarina, a la que se dedicó ya con ochenta años y que le permitió rodar un documental que también tuvo mucho éxito, aunque es bastante kitsch para mi gusto. La pregunta ahora es quién haya perdido más impidiendo que Riefenstahl volviera a dirigir una película, el mundo o la propia Riefenstahl.

El recurso a los nubas como medio de exculparse también vino movido por un genuino afán creativo. Había visto una famosa foto de un nuba desnudo a caballo sobre los hombros de otro al que había vencido, una foto de Robert Rodger, uno de los fundadores de Magnum, junto a Henri Cartier-Bresson y Robert Capa y decidió que iría en busca de los nubas y los fotografiaría para demostrar que no era racista (p. 316). Pero no lo consiguió. A raíz de la aparición del libro The last of the Nuba en los Estados Unidos Susan Sontag publicó un ensayo sobre las "inquietantes mentiras" que había en el libro de Riefenstahl y que se llamó Fascinante fascismo. (pp. 326/327). Un acierto de título.

Este mismo sería también el punto de vista de otro crítico, Wilhelm Bittorf que en un artículo en Der Spiegel titulado Blut un Hoden ("Sangre y cojones"), decía: "El entusiasmo -e incluso adicción- con el cual Leni celebró una vez los cultos de los nazis y los cuerpos de los participantes olímpicos lo dedica ahora a los cultos y los cuerpos de los nubas... Para ella los nubas son, en definitiva, mejores nazis, bárbaros más puros, los verdaderos teutones."( p. 329). Puede parecer injusto pero algo de eso hay. Y, al mismo tiempo, las fotos de los nubas son bellísimas.

La obra de Bach hace también un recorrido por el Berlín de la república de Weimar que no está mal y traza unas pinceladas del III Reich con bastante acierto. Pero el mérito esencial del trabajo es haber un trazado un retrato realista de Leni Riefenstahl, su intensa vida, su vocación creadora, su lucha por reinventarse (sin conseguirlo), su inestabilidad emocional sus complicadas relaciones amorosas que llegaron hasta el final, con un cámara checo al que sacaba más de cuarenta y cinco años. Un libro que quiere ser una crítica a la biografiada y acaba siendo un homenaje.

Por último, la traducción es detestable; está demasiado pegada al inglés y repleta de errores de bulto, de esos de "falsos amigos" muchos de los cuales mueven a risa como confundir "actual" con "real" (p. 220), ignorar que en español los "juicios marciales" se llaman "consejos de guerra" (p. 231) o llamar obstinadamente a Baviera "Bavaria" (passim). A la larga, una tortura.

dimecres, 21 de gener del 2009

Decíamos ayer...

En una entrada titulada La mafia madrileña ya se comentaba la afición detectivesca del Gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid. Y El País golpea el hierro caliente con un reportaje en el que se asegura que el Gobierno de Aguirre espió al vicealcalde de Madrid durante la fase de mayor encono en el enfrentamiento entre partidarios de Aguirre y partidarios de Ruiz Gallardón en la pelea por la posible sucesión del señor Rajoy.

Supongo que la señora Aguirre tomará rauda el camino más corto al juzgado de guardia a tenor de la contundencia mostrada ayer para hacer lo propio cuando se supo que alguien había estado espiando al vicepresidente de la CAM, señor González. Da toda la impresión de que los responsables políticos últimos del espionaje quieren averiguar cómo lo han hecho. Y ya es extraño.

Es como si de pronto se hubiera desatado un frenesí de espionaje que pone a la CAM a la altura de una especie de departamento del Komintern y el Kominform con los agentes secretos fotografiando a los directores generales cuando van al retrete. Bromas aparte, de ser cierto lo que dice El País, esta gente es capaz de todo. Por supuesto, lo del Tamayazo se entiende ahora mucho mejor. Probablemente ya habían ejercido sus habilidades en el pasado y estaban al cabo de la calle de por dónde atacar a los dos diputados autonómicos cuyo cambio de voto arrebató el gobierno de la Comunidad a los socialistas. Lo bueno es que ahora los pavos que anden en la aventura tendrán enfrente a otro Fiscal General, uno que hará lo que tenga que hacer en cumplimiento de la legalidad.

El Watergate fue un escándalo en el que el Partido Republicano espiaba al Partido Demócrata. Un delito. En este caso, de ser cierta la información, se da el mismo delito y un plus de estupidez porque se espía al propio partido. El caso es que este servicio secreto al estilo de la T.I.A. ha conseguido ganarse la enemistad de todo el mundo. No solamente del otro partido (que dirá que si se espían entre sí, qué no habrán hecho con la oposición) sino del sector espiado del propio partido. Y, por supuesto, esas actividades ilegales y delictivas de espionaje se financian con dineros públicos. Los contribuyentes costean que un politiscatro acumule información en busca de algo comprometedor sobre un rival del mismo partido.

Este asunto es muy gordo y ya al margen de lo que suceda en Cajamadrid, en donde los populares verdaderamente liberales están dando un espectáculo de no intervencionismo, la señora Aguirre Gil de Biedma debe ir pensando en dimitir. Por espiar o permitir que se espíe en su nombre y beneficio.


(La imagen es una foto de jovike, con licencia de Creative Commons).

Utopía.

Ayer fue el estreno absoluto de la Utopía de Leo Bassi en el teatro Alfil de Madrid. El espectáculo protagonizado por quien se define a sí mismo como bufón no es un mero monólogo sino que viene amenizado con música a base de órgano eléctrico y proyecciones en una pantalla al fondo del escenario así como algunos números de variedades a cargo de Bassi. Las proyecciones contienen, entre otras cosas, metrajes con escenas de la primera guerra mundial, de la revolución bolchevique y otros acontecimientos de los primeros veinte años del siglo XX. Los números incluyen un carrito de bebé en el que se supone que Bassi saca a pasear a un rorro que se llama Santiago y es el destinatario de las Cartas a un joven español de José María Aznar, el momento en que se machaca una esponja y si está Vd. sentado en primera fila, como era mi caso, lo salpica, un número de malabarismo con unas bandejas de copas, una curiosa proyección de una maqueta que representa la manifa contra Israel del otro día en la Puerta del Sol y un gigantesco pato inflable en el escenario.

En cuanto a la historia, la trama, el relato propiamente dicho es relativamente simple: Bassi piensa que la izquierda está aletargada, desvencijada por haber perdido la creencia en la utopía; que la izquierda europea actual se ha hecho moderada, centrista y ha perdido su capacidad de ilusionar en pro de cambios profundos. Opina que tenemos mucho que aprender del siglo XIX que, heredero de la revolución francesa, tuvo fe en la utopía. La ruptura, el hundimiento, vino con la Iª Guerra Mundial que él ve como una conjura de los ricos contra sus respectivas clases obreras.

Venidos al momento presente, que es con lo que arranca Bassi su monólogo, la crisis financiera y económica con los último datos, la estafa de Madoff y el salvamento del Royal Bank of Scotland, la conclusión es que las ideologías neoliberal y neoconservadora han fracasado. Sus teorías de no intervención del Estado y desregulación no funcionan. Es, por lo tanto, el momento de que la izquierda recupere su creencia en la utopía y salga proponiendo alguna. La utopía, por lo demás, también es la poesía. El caso es que, preocupado el hombre por citar algún ejemplo práctico de la cosa, da con dos ideas que no me parecen mal, aunque mucho más fácil de aplicar la primera que la segunda. La primera es la que propone que acordemos un calendario universal, aceptable para todos y que no sea necesariamente el cristiano-occidental. Por otro lado me da la impresión de que lo que ya hay en la realidad es que se da por válido el cristiano en el entendimiento que cada cual puede utilizar el suyo en su territorio; es decir, el asunto no es imprescindible y la idea que implica me parece muy en su punto, obligándonos a un único calendario y que cada cual haga con el que tiene como guste.

La segunda idea de Bassi es que nos pongamos todos de acuerdo para atajar el aumento de la población y no solamente atajarlo sino de hecho revertirlo; ponernos de acuerdo para conseguir que en el planeta, en vez de los casi siete mil millones que somos, seamos quinientos. Esta es la parte "utópica" de la utopía de Bassi.

El último número es una especie de fanfarria general de la izquierda con banderas rojas y arco iris ondeando y luciendo el imaginario simbólico izquierdista: el Ché, Lenin, Paz, la A de acracia, Allende, el 68, etc. El público que le era muy adicto ya que le reía los chistes antes de terminarlos, lo pasó muy bien. Yo también porque me encantan estos actos inocentes de afirmación de la simbología tribal. Sabedor de la distancia que hay entre una manifestación en un teatrillo casi cabaret del Madrid viejo y la revolución mundial, Bassi invocó el efecto mariposa (incluso lo escenificó) de la teoría del caos.

Hay un número que es una especie de entreacto con Bassi en la pantalla riéndose de las Cartas a un joven español, de José María Aznar, muy divertido. Para que sea divertido, que es lo gracioso del asunto, basta con leer los textos. Lo sé porque lo he experimentado y funciona: es un libro tan profundamente estúpido y carente del mínimo sentido del humor que sólo leerlo por encima ya mueve a hilaridad. Le dediqué en su día dos entradas, una titulada Jardín de necedades y embustes y la otra La carga de la brigada pesada.

Se notó un montón que era estreno aboluto porque empezó con cuarenta minutos de retraso y hubo multitud de chapuzas a lo largo de la representación que, con el tiempo, supongo, se irán corrigiendo. O sea que más bien vimos un ensayo general absoluto.

dimarts, 20 de gener del 2009

Como estaba planeado.

Hoy, cuando el presidente in pectore Obama tome posesión de su cargo, los israelíes se habrán retirado de Gaza. Como estaba previsto cuando empezaron a planear esta matanza hace meses, cuando calcularon que, ganara quien ganara las elecciones en los Estados Unidos, habría un vacío de poder entre el cuatro de noviembre y el veinte de enero que ellos podrían aprovechar para adelantar en su política deliberada de genocidio en Palestina. Y es lo que han hecho. Lo demás son excusas: ruptura de alto el fuego, cohetes de Hamás, hostigamiento de los israelíes; excusas, pretextos para justificar la barbarie de un bombardeo de veinticinco días sobre una ciudad inerme cuyos habitantes no podían protegerse.

Ahora se han retirado porque quieren dar la mejor impresión ante el nuevo presidente. Pero dejan detrás mil trescientos muertos (de momento: ya se verá cuántos son en realidad cuando se desescombre la ciudad), miles de heridos, cuatro mil casas destruidas y muchas más dañadas. Una ciudad reventada sobre la que ha caído de todo, incluido fósforo blanco como se aprecia en la foto en lugar del azufre que su dios hacía caer sobre las ciudades que quería destruir. Que les viene de lejos la costumbre a los israelíes.

Me sumo a la fiesta.

Llevo tres días subiendo entradas sobre el gran acontecimiento de hoy en el que tan grato es que la humanidad se libre por fin de la peste de un presidente inútil, embustero, presunto criminal de guerra, neofascista y responsable de la peor recesión económica desde 1929 (Por fin se larga) como que se abran nuevas expectativas -que conviene no exagerar- con la llegada del señor Obama a la casa Blanca (¿Qué se espera de Obama?), la primera vez en la historia que un negro ocupa la presidencia de los Estados Unidos. Sin duda un signo evidente de que el tiempo trabaja a favor de quienes siempre hemos sostenido la igualdad de todos los seres humanos con independencia del color de la piel, el sexo o la confesión religiosa y que seguimos sosteniéndola con independencia de la etnia o la orientación sexual, frente a quienes continúan obstinados en negarla.

Por eso, como las entradas anteriores tenían las ilustraciones que sus contenidos requerían, por no repetirme, he decidido poner hoy una mía celebrando el exotismo histórico de la llegada del señor Barak Husein Obama a la presidencia de un país en cuyas ciudades del sur hace cincuenta años los negros no podían sentarse al lado de los blancos en los autobuses. Hoy es un día grande.

La mafia madrileña.

¿Qué gente gobierna la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM)? Veamos: la misma señora Aguirre que en su día se benefició de que dos tránsfugas del PSOE (conste que no digo que fuera ella quien los comprara directamente) dejaran a este partido sin el gobierno de la comunidad sería la que se beneficiaría si un consejero de la Caja de Ahorros de Madrid a quien dijeron que Aguirre le ofrecería un cargo efectivamente hubiera cambiado el sentido de su voto en interés de la señora. Conste asimismo que no digo que haya sido ella quien intentara comprar personalmente al citado consejero. Eso lo decidirán los tribunales, si llega el caso, que ya va siendo hora de que llegue porque el gobierno de esta Comunidad hiede.

La información de El País de que el Consejero de la Presidencia, Justicia e Interior de la CAM, señor Granados dispone de un "servicio secreto" compuesto por ex-agentes, al margen de cualquier fiscalización política o judicial recibió ayer todo tipo de bufidos de la señora Aguirre. Como de momento los bufidos no son prueba alguna en ningún proceso esta señora tendrá que explicar por qué parece ser que su Consejero de la Presidencia, Justicia e Interior espía a políticos de la oposición o de su propio partido con finalidades que no son difíciles de imaginar en una Comunidad donde se practica la compraventa de votos y oscuras actividades conexas. Finalmente, si la información de El País es correcta, alguien tendrá que explicar quién espía al vicepresidente del Gobierno regional y con qué finalidad. Repito la pregunta: ¿qué gente gobierna la Comunidad de Madrid?

(La imagen es una foto de jovike, con licencia de Creative Commons).

dilluns, 19 de gener del 2009

Ruano.

Lo mataron hace cuarenta años. Lo tiraron por el hueco de la escalera desde un séptimo piso. Pudo haber sido cualquiera de nosotros.

Lo habían detenido setenta y dos horas antes y lo tuvieron ese tiempo en Gobernación sometido a "hábiles interrogatorios." Pudo haber sido cualquiera de nosotros.

Luego lo llevaron a su domicilio para presenciar un registro y en el camino, según los policías, Ruano se tiró por el hueco de la escalera; según los familiares y cualquiera que conozca la situación en aquellos años, lo tiró la policía. Pudo haber sido cualquiera de nosotros.

Porque todos sabíamos a qué nos exponíamos enfrentándonos a un régimen de delincuentes, asesinos y terroristas que, como se comprueba hoy fehacientemente, llenaron la faz de España de desgarrones en forma de fosas comunes. Nos enfrentábamos a la persecución, la tortura, quizá la cárcel, quién sabía si también la muerte.

En aquel régimen todo estaba al revés. Gobernaba la ilegitimidad y la ilegalidad conjuntamente y, por tanto, la policía no era mas que delincuencia organizada e institucionalizada. Los elementos de la Brigada Político-Social, criminales y torturadores notorios. Un grupo de estos sicarios asesinó a Enrique Ruano que nos representa a todos.

Porque lo sabíamos todos, también los que prefirieron no enfrentarse, los juicios ahora tienen el valor que tienen. Se oye decir que la gente como Ruano no defendía la democracia sino una u otra forma de revolución y por lo tanto, otra forma de dictadura. Es un intento bastante sucio de denigrar el valor de unas actitudes. Ruano era del Frente de Liberación Popular, una gente que propugnaba una imprecisa forma de revolución distinta de la comunista, que sería consecuencia de los procesos de liberación nacional en el mundo (de ahí su nombre) pero siempre democrática. Pudo haber sido cualquiera de nosotros.

(La imagen es un pastel de Schiele de 1912, llamado Castaño joven junto al lago Constanza)

¿Qué se espera de Obama?

Mucho. Probablemente demasiado. Mr. Obama llega a la presidencia de un país que tiene una determinada estructura político-constitucional que él no va a alterar. Un país con una estructura socio-económica que tampoco va a cuestionar. Un país que tiene unas tradiciones, costumbres, convenciones políticas a las que no va a oponerse. Por ejemplo, la acción política bipartidista en la medida de lo posible. Es una vieja costumbre. F. D. Roosevelt tuvo mucho apoyo republicano, como está sucediendo ya con lo que se conoce como New New Deal del presidente Obama. Y ese apoyo condiciona bastante el grado de pureza política que alcanza.

Por otro lado los ocho años pasados han sido tan siniestros y lamentables que por poco que se haga en contra va a parecer una verdadera revolución. Poniéndonos en el mejor de los casos y descontando ya el efecto vaivén lo que parece razonable esperar es :

- el cierre de la base de Guantánamo;

- un plan de rescate del sistema económico-financiero basado en políticas keynesianas;

- un nivel mínimo de cobertura de derechos sociales;

- un grado mínimo de compromiso con las políticas medioambientales;

- un grado mínimo de normas orientadas a la sociedad de libre mercado y nuevas tecnologías;

- un grado mínimo de implicación en una solución pacífica al conflicto palestino sin sacrificar más los derechos de los palestinos;

- los primeros pasos en pro de una política exterior multilateral y pleno respeto a los organismos internacionales.

(La imagen es una foto de Mr. Wright, con licencia de Creative Commons).

El peregrino mundo sigue girando.

Esta última novela de Paul Auster (Un hombre en la oscuridad, Anagrama, Barcelona, 2008, 207 págs.) está hecha con los mimbres habituales en la literatura del autor: una historia en el límite de la verosimilitud o abiertamente inverosímil habitada por personajes con problemas de identidad, pérdida de memoria, carentes de referencias o que viven experiencias en las que lo onírico y lo real se mezclan en proporciones variadas. Historias entre lo fantástico y lo real.

En esta ocasión nos encontramos con un personaje, Owen Brick, un mago de medios pelos que se hace llamar Gran Zavello y que, sin saber cómo, se encuentra de pronto vestido de militar, en concreto de cabo, en el fondo de un profundo pozo del que solamente consigue salir con ayuda de otro militar, un sargento que parece conocerlo y le comunica las órdenes que tiene, consistentes en ir a matar a un individuo que es el culpable de que los Estados Unidos estén en este momento en una terrible guerra civil producida por el intento de secesión del Estado de Nueva York al que se le suman otros Estados de Nueva Inglaterra de forma que los bandos son de un lado los llamados "federales" y de otro los secesionistas. El hombre culpable de esta guerra lo es porque está pensándola, es decir, estamos asistiendo a unos acontecimientos que alguien está imaginando y todos quienes actúan en ellos, empezando por el protagonista, Owen Brick, no son otra cosa que seres de ficción, personajes de una historia fabulada por alguien.

Ese alguien es August Brill, un crítico literario y cultural que se encuentra postrado en una cama después de un accidente de coche que le ha triturado una pierna y vive con su hija, Miriam y la hija de ésta, su nieta Katya. Miriam está separada de su marido, cosa que lleva muy mal, y vive concentrada en una biografía de la hija Nathaniel Hawthorne, Rose, que se convirtió al catolicismo y fundó una orden religiosa de beneficencia. A su vez Katya también se encuentra temporalmente acogida en la casa tras haber pasado por la traumática experiencia de la muerte de su marido. En las noches de insomnio August Brill también repasa su pasado y su convivencia con su mujer, Sonia, con quien estuvo casado toda su vida excepto nueve años en que se divorciaron y él se fue a vivir con una mujer más joven que él que por fin lo abandonaría por un pintor alemán.

Así se entretejen los dos relatos: el de Owen Brick en tercera persona y el de August Brill en primera y van discurriendo en paralelo. En la de Brick hay muchos elementos cinematográficos -tengo idea de que Auster también ha dirigido alguna película- con escenarios como de Mad Max o Blade Runner y tiene un elemento de ucronía, con algo que recuerda el expediente del héroe que despierta en un tiempo que no es el suyo y que ya aparece en la Leyenda de los siete durmientes de Éfeso y se popularizaría mucho en el siglo XIX con obras como Un yankee de Connecticut en la corte del Rey Arturo, Rip van Winkle o El hombre de la oreja rota. La de Brill es en cambio una historia realista organizada básicamente en torno a problemas de pareja y de convivencia, casi una historia cotidiana en la que todos los elementos, incluso los más tremendistas y macabros, que los hay, encajan en la experiencia ordinaria de cualquier lector.

Finalmente la historia de Brick, que se niega a cumplir la orden que se le ha dado, llega a un extremo en que no puede seguir y se decide de forma expeditiva. Porque, de otro modo, ¿cómo resolvería el autor la situación en la que el personaje fabulado por Brill realmente lo matara? Sería un indecible literario, incluso para las habilidades narrativas de Auster. Hay pues un punto en que el trenzado de las dos relatos se deshace. El último tercio del libro es ya la historia real de August Brill, que está reinterpretando su pasado con ayuda de su nieta Katya así como sus relaciones con ella y con su hija Miriam.

El punto que unifica las dos historias y el que se utiliza como pretexto para poner en marcha la de Brick es Virginia Blaines, el primer amor de Brill y que también lo es de su personaje en una típica proyección que hace sobre él y por la que estamos seguros de que Brick es una creación y, por tanto, un alter ego de Brill. Mediante la proyección éste finalmente y aunque sea en la fantasía alcanza a dar cumplimiento a su viejo deseo de adolescente que se le había quedado enquistado, de acostarse con su primer amor. Y es una prueba de la consumada pericia narrativa de Auster que, haciéndonos olvidar que la presencia de Blaines en el relato es tan obra suya como la de Brick, la muchacha afirme tener sus mismos deseos como si durante todos aquellos años los hubiera estado alimentando en silencio como él.

La elegancia y sencillez de la trama y su literaria complicación a través de la articulación de dos relatos, un relato y un metarrelato, dan a esta novela un ritmo sorprendente, ayudado también por un depurado estilo narrativo de una enorme economía de medios y una forma clásica de exposición. Los diálogos también son muy buenos, muy ágiles e ingeniosos. Una novela que prueba gran capacidad de artificio y singular maestría en el autor.

Por último el título de esta entrada reproduce un supuesto verso de un poema de Rose Hawthorne. Ignoraba que la hija de Nathaniel Hawthorne, antes de emprender el camino de la santidad, hubiera intentado dedicarse a la literatura, como sí hizo su hermano Julian, y hasta es posible, por todo lo que sé, que se trate de una invención de Auster. Pero el verso es sin duda bonito si bien está claro que no sonará igual en español que en inglés. Yo hubiera dejado también la versión inglesa que, al no conocerla, sólo puedo imaginar.

diumenge, 18 de gener del 2009

Por fin se larga.

Parecía que no iba a llegar nunca el momento pero por fin se larga el mandatario a quien el señor Aznar considera un "gran estadista" y más del setenta y cinco por ciento de los norteamericanos tienen por el peor presidente de su historia. En su discurso de despedida ha apelado al juicio de ésta, como Fidel Castro en su día. Pero a diferencia de Castro, a él la historia no podrá absolverlo porque su presidencia ha sido un desastre completo en todos los frentes. Un breve repaso ilustrará al respecto.

Su fanatismo religioso y su cerrada política neocon lo llevaron a obstaculizar el avance de la ciencia vetando la investigación con células madre. Del mismo jaez o peor fue su apoyo a la difusión del creacionismo en las escuelas en detrimento de la teoría de la evolución. A esta actitud contraria a la ilustración y al juicio científico que tanto daño hace a la formación de los estudiantes lo llaman el diseño inteligente, esto es, la vuelta a enseñar como verdades científicas las patrañas de la Biblia. Contrario asimismo al progreso de la humanidad y al sentido común fue su decidida oposición al aborto que se articuló en dos tipos de medidas: a) de un lado tratando de que el Tribunal Supremo anulara su decisión previa (caso Roe v. Wade) de permitir la interrupción voluntaria del embarazo, cosa que no consiguió; y b) su oposición a financiar las actividades de la ONU en el planeta que implicaran difusión y legalización del aborto. Lo que corona estas prácticas retrógradas es la afirmación del señor Bush de que en alguna ocasión fue el mismo Dios quien le aconsejó adoptar una u otra medida. Obviamente quien afirma tal cosa en serio sólo puede ser un charlatán o un necio o ambas cosas a la vez.

La presidencia del señor Bush estuvo marcada por el ataque terrorista a las torres gemelas y la subsecuente "guerra contra el terror" que desplegó el Gobierno de los Estados Unidos. En el ámbito de la política exterior esa actitud estaba comprendida en la estrategia de la seguridad nacional cuyos elementos decisivos fueron: la substitución del multilateralismo por el unilateralismo, el desprestigio y ninguneo de las Naciones Unidas y otros foros internacionales y la adopción de la "guerra preventiva" para la defensa nacional. La guerra preventiva es una práctica inmoral a la que recurren sobre todo los Estados Unidos e Israel, los dos Estados terroristas más típicos del mundo.

En la práctica estos principios llevaron al señor Bush a una guerra ilegal, criminal, de rapiña en contra del Irak y a algo muy parecido en Afganistán. Asimismo en función de una doctrina perversa de sus asesores según la cual en tiempos de guerra (guerra que declara él mismo) el Presidente de los EEUU está por encima de los demás poderes del Estado que no pueden controlarlo, sus órdenes no tienen por qué respetar las Convenciones de Ginebra. De este modo el Gobierno del señor Bush aplicó un programa de espionaje universal de sus propios ciudadanos, saltándose derechos como el secreto de la correspondencia, la inviolabilidad de las comunicaciones y otros derechos civiles. Ese mismo gobierno legalizó el uso de la tortura que se puso en práctica en los vergonzosos episodios de la cárcel de Abu Ghraib y de modo sistemático en ese campo ilegal en donde se tortura a prisioneros de Guantánamo, un exclave de los EEUU que rompe el principio se soberanía territorial de Cuba.

En el campo de la política económica los gobiernos del señor Bush aplicaron el más completo programa neoliberal, lo que acabó provocando la mayor crisis económica mundial desde la de 1929. El recetario neoliberal, compatible con la mayor extensión de la corrupción en el Gobierno (en el que los ministros eran accionistas de las empresas que hacían negocios en el Irak destruido por ese mismo Gobierno) consistió básicamente en bajar los impuestos a los ricos y desmantelar cuanto pudo el escaso Estado del bienestar que hay en los EEUU. Esto de bajar los impuestos, sobre todo a los ricos, que es una típica medida de la derecha neoliberal persigue dos finalidades entrelazadas: de un lado favorecer a su base social y electoral y de otro descapitalizar al Estado para que no puede hacer frente a sus compromisos de gasto público. A todo esto hay que añadir la obsesión del gobierno del señor Bush por suprimir todo tipo de controles, normas y regulaciones con los que se pretendía domeñar los altibajos del mercado. Una vez desregulado el mercado se lanzó a una frenética actividad especulativa global habiendo generado asimismo una burbuja inmobiliaria que, al estallar, ha provocado una crisis crediticia con consecuencias en la economía real nunca vistas desde hacía decenios en cuanto al descenso del Producto Interior Bruto, el aumento del paro, la caída de la actividad industrial.

Estamos de enhorabuena: por fin se va este desastre que es un meapilas, un iluminado (que no ilustrado) un terrorista y un genocida por gobierno interpuesto. Un presidente que ha dejado por los suelos la economía y el prestigio internacional de su país y al que el señor Aznar considera "un gran estadista".

(Las imágenes son dos fotos de Bokowsky18 y de Muhammad Adnan Asim (linkadnan)# 2 , ambas con licencia de Creative Commons).

Rafel del Águila in memoriam.

Con algo de retraso me entero del fallecimiento de mi colega y amigo Rafael del Águila. Si toda muerte es injusta, las prematuras lo son doblemente. Del Águila nos ha sido arrebatado en la plenitud de su capacidad creadora, cuando todos podíamos esperar todavía más importantes aportaciones de su indudable capacidad intelectual y perspicacia analítica. No hace mucho que Palinuro reseñaba su último libro, Crítica de las ideologías. El peligro de los ideales en una entrada titulada A la salvación por la barbarie, un magnífico ensayo sobre el peligro que para los órdenes políticos democráticos, posibilistas y pactistas, representan las ideologías.

Rafael del Águila había comenzado su labor publicística con un importante libro sobre los discursos de la transición y fue luego avanzando y profundizando y perfilando sus preocupaciones con mayor precisión, centrándose en el territorio de la teoría política clásica hasta publicar una obra decisiva, La senda del mal: política y razón de Estado (Madrid, Taurus, 2000) en el que aborda con rigor y claridad expositiva el sempiterno problema de la filosofía política entre la ética y el "realismo político" que ya apunta en la sofística griega, se despliega en el nacimiento del Estado moderno con la obra de Maquiavelo sobre quien Del Águila tiene escritas páginas luminosas y llega hasta nuestros días, con el renacimiento de las concepciones de Carl Schmitt.

Al final no somos sino lo que dejamos detrás de nosotros, sobre todo en el espíritu de quienes nos rodean y eso es algo que puede hacerse a través de nuestras obras y a través de nuestra forma de ser. En ambos territorios deja Del Águila una huella indeleble. Sus ideas alumbran otras y ayudan a transitar por el camino del saber; su carácter, sosegado, reflexivo, respetuoso y de una gran curiosidad intelectual que lo asimilaba al de un humanista del Renacimiento es un ejemplo digno de imitación.

Descanse en paz.

(La imagen es la tercera versión de La isla de los muertos, de Arnold Böcklin (1885) que se encuentra en la Nationalgallerie de Berlín).

Caminar sin rumbo (XXXVI).

Conociendo a la gente.

(Viene de una entrada anterior de Caminar sin rumbo (XXXV), titulada Vuelta a casa.

Eugenio los había advertido por el móvil cuando nos faltaba una hora. Una hora que se convirtió en más, como en tres o algo así porque, a la entrada de Jerez el coche sufrió una avería y dejó de funcionar. Hubo que llamar una grúa y luego negociar con el seguro a qué taller se llevaba. Una vez allí nos dijeron algo de una ruptura de una correa y que había que pedir la pieza, que cuando llegara era cosa de un par de horas pero no se sabía cuánto tardarían en recibirla, aunque casi nunca era más de un día. Ellos llamaban ahora y comprobaban que había existencias. Porque también puede suceder que la pieza no esté en stock, con lo que hay que pedírsela a la casa matriz en Madrid y ahí ya no se sabía lo que se pudiera tardar. Hasta cabía la posibilidad de pedir que la grúa se llevara el coche a Madrid con nosotros dentro y una vez en la capital podían arreglar la avería y ganando tiempo. El hombre parecía una buena persona pero sonaba como un disco rayado cuando repitió por tercera o cuarta vez que él no ganaba nada, que no se metía nada en el bolsillo cuando decía lo que había. Buena gana de quedarnos cuatro días allí tirados esperando la pieza cuando podiamos arreglar el asunto en uno pero que en fin, nosotros veríamos, que él no ganaba nada con el asunto y que empezaba ya a llamar.

Nos llevamos la tarjeta del lugar, dejamos al encargado llamando, cogimos un taxi y le dimos la dirección de los amigos de Eugenio a quienes habíamos advertido antes del retraso. Hamilton estaba esperándonos a la puerta de un chalet independiente en la calle Rafael Alberti, muy cerca del parque González Hontoria. Era un negro alto, bastante esbelto que nos recibió con una sonrisa abierta, plantó dos besos en las mejillas de Eugenio, lo estrechó un par de veces contra sí y a mí me alargó una mano que estrujó la mía como si fuera a triturarla. Dijo:

- Estás sorprendido, ¿verdad? Pues sí, no todos los colombianos son blancos o mestizos; también los hay negros y mulatos, e indios y lobos, y albarazados "que todos tiran a mulato". Somos los negros del Caribe o las mezclas, el mulato, el lobo. En América, cabemos todos, de todas las razas y condiciones y cirunstancia. Somos el resultado de todos los cruces. Hay que escuchar nuestro ritmo. Somos únicos en el mundo.

Hamilton era un hombre delgado y anguloso y su mujer resultó ser una blanca rechoncha del interior, de Antioquia; Hamilton era inquieto e impulsivo todo lo que ella era tranquila y pausada; Hamilton era imaginativo y hablador todo lo que ella parecía realista y parca en palabras. A primera vista, un matrimonio bien avenido que daba la impresión complementarse. Yvvy estaba amamantando a su crío menor un mulato regordete, nos dedicó una sonrisa sin moverse y siguió con lo suyo. Eugenio preguntó por el hermano mayor.

- Mayor, mayor...-dijo Hamilton- tiene año y medio. Está durmiendo la siesta. Los bebés se la pasan durmiendo, sobando como dicen Vds.

Parecían buena gente. Nos preguntaron qué queríamos beber. Daban por supuesto que nos quedábamos allí con ellos. Nos tenían preparada una habitación donde podíamos dormir si no nos importaba hacerlo en la misma cama. Él tenía trabajo al día siguiente pero quedaría libre al mediodía y podíamos almorzar juntos.

- ¿Qué trabajo haces?.

- El que hace un veterinario: trato con animales, que es siempre mejor que tratar con según qué personas.- Se veía que era gracia a la que recurría con frecuencia.- Mañana tengo que visitar un par de granjas avícolas cerca de aquí.

Se confirmaba la primera impresión que producía la pareja de llevarse bien. Se respetaban en el uso de la palabra, al contrario de lo que sucede muchas veces con los matrimonios en que los cónyuges, al contar historias que los afectan a los dos, se interrumpen continuamente, no se dejan hablar. También se miraban con cariño y él parecía estar pendiente de los deseos de Ivvy. Claro que eso tampoco quiere decir mucho. Cari yo yo nos llevábamos bastante mal, especialemente en los últimos tiempos en el que las broncas proliferaron, pero hacíamos lo que podíamos para ocultárselo a las visitas. Siempre que había alguien extraño delante tratábamos de proyectar la imagen de un matrimonio tranquilo. El de estos dos parecía serlo y quizá fuera falso aunque, cuando se tienen críos tan pequeños, no es difícil que la vida matrimonial vaya sobre ruedas. Eso mismo nos había sucedido a Cari y a mí. Los conflictos comenzaron cuando los críos eran ya adolescentes.

- Y siendo extranjero ¿te dejan trabajar en el ayuntamiento de Jerez? -decía Eugenio.

- Estoy contratado, sí, sin problemas. Y ahora pendiente de que me den la nacionalidad y cuando eso suceda podré hacer oposiciones y quedarme ya fijo.

- ¿Te interesa?

- ¿Tú sabes cómo están las cosas para los inmigrantes en tu país? Yo tengo ahora dos hijos. Yvvy no trabaja y, cuando pueda hacerlo, a ver cómo lo conseguimos aquí. Necesitamos seguridad. Los niños necesitan seguridad. Cuando la tengamos del todo ya veremos.

- Como dejaste la clínica veterinaria...

- Aquello era una explotación. Tenía que trabajar como autónomo, figúrate, me pagaban por servicio, pero tenía que estar allí siempre. Y a Ivvy igual. Sólo tenía contratos temporales: cuatro meses de trabajo y dos en el paro. La vida de los inmigrantes es muy jodida.

- Y eso que sois inmigrantes cualificados, -dije- que si no lo fuérais.

- Es más o menos igual, no creas. No sabes la cantidad de licenciados, sobre todo del países del Este de Europa que trabajan en la construcción de cualquier manera. Hombre, claro, si te contratan ganas más, pero te putean igual.

Ivvy había terminado de amamantar al rorro que entregó a su marido para que le sacara los aires dándole palmadas en la espalda, se abrochó la camisa y suspiró diciendo:

- Es siempre lo mismo.-Se volvió hacia mí, añadiendo- y, además, Hamilton tuvo que salir escapando de Colombia para salvar el pellejo.

- ¡Ah! ¿Sí? ¿Qué le pasaba?

- Eugenio lo sabe. Las guerrillas secuestraron a su papá, pidieron un rescate que su familia no pudo reunir y lo mataron nomás, lo dejaron tiradito en la circunvalar de Bogotá con una carta en un bolsillo en la que decían que pensaban ir por Hamilton.

- Imagínate -completó éste la explicación- teníamos una pequeña explotación a la entrada de la capital y ninguna defensa. Eran los años duros en que la guerrilla y los paramilitares andaban por sus respetos. Ahora la situación ha cambiado mucho, porque el presidente Uribe es muy derechas y todo lo que quieras pero ha conseguido restablecer la seguridad en el país. Antes el solo hecho de ir por la carretera en coche ya era un peligro.

- ¿Y no os interesa volver ahora que las aguas han vuelto a su cauce? -preguntó Eugenio.

Se cruzaron una mirada cargada de sobreentendidos. Se veía que era asunto que habían tratado varias veces quién sabe cuántas. Lo frecuente es que los emigrantes, los exiliados, aprovechen los cambios favorables en su tierra para volver a ellas.

- Quizá sí -dijo Hamilton arrastrando las palabras- y a lo mejor hacemos mal quedándonos aquí. Pero es que vosotros no sabéis cómo estaba aquello. Era invivible. Todos pensábamos en irnos y no volver. Era una situación supremamente jodida. Déjame decirte que cuando han matado a tu papa, que no había hecho nada salvo ponerse en el camino de unos asesinos, cuando pueden venir por ti, cuando tu mamá ha tenido que cerrar la explotación e irse a vivir con una hermana suya a la capital, si sales te quedan pocas ganas de regresar. Aquello era entonces un infierno y puede volver a serlo en cualquier momento.

- Es curioso, uno escucha a García Márquez, lee sus libros y piensa uno que las cosas no pueden ser tan extremadas.

- Pero es que García Márquez es un escritor universal, que no representa lo que es Colombia. La realidad colombiana la retrata mejor Botero.

Una vez en España cuando ya llevaba cuatro o cinco años malviviendo, un buen día conoció a Ivvy en casa de unos amigos colombianos que festejaban un cumpleaños y la vida se le había vuelto a enderezar. Tenían los dos conciencia de que era una segunda oportunidad que no debían dejar pasar. Él había cumplido cuarenta y dos años y ella estaba probablemente al final de la treintena.

- Tengo treinta y nueve cumplidos -dijo riendo-. No me importa decirlo. Tuve a Sergio (el niño mayor) con treinta y siete. Te diré que en el hospital en donde di a luz al mayor me tenían clasificada como "primípara añosa". -Y volvió a reír.

Al final así son las cosas. Mientras yo viajaba por puro placer, porque me divertía y quería tener experiencias nuevas, hay gente que viaja a la desesperada, que no tiene otro remedio, para sobrevivir. Realmente, la pareja Hamilton-Ivvy se había ganado mi simpatía. No hay que andar buscando explicaciones retorcidas, interpretaciones rocambolescas. Lo que la gente quiere es un empleo decente, un salario digno, una vivienda aceptable aunque no sea lujosa y un poco de seguridad, de tranquilidad, de rutina para poder críar a los hijos, ganarse honradamente la vida sin grandes dispendios y llegar a viejos sin sobresaltos. Si eso lo tienes garantizado en tu país, te quedas; si no, buscas otro y al final tu patria es donde puedes hacer realidad tu sueño.

El bebé se había quedado dormido. Su padre lo depositó en la cuna con mucho cuidado y, volviéndose hacia nosotros, nos dijo que se encargaba de hacer la cena. Eugenio empezó a decir que no se molestara, que podíamos arreglarnos yendo a un restaurante cuando sonó mi teléfono móvil. Del taller decían que mañana por la mañana tendrían la pieza y, por lo tanto, podríamos recoger el coche sobre las doce del mediodía. Era una buena noticia y, para celebrarla, decidimos salir a comprar una tarta que coronara la magnífica cena que Hamilton se había comprometido a hacer.

(La imagen es una viñeta de Aubrey Beardsley).

dissabte, 17 de gener del 2009

La desvergüenza de los genocidas.

En esta atroz masacre de civiles que está perpetrando Israel impunemente desde hace veinte días con el aplauso de los Estados Unidos y la Unión Europea, adalides putativos de los derechos humanos, lo que más llama la atención es la absoluta desvergüenza con que los genocidas retuercen los conceptos y rompen las reglas de la lógica. Ahora andan considerando decretar un "alto el fuego unilateral". ¿Alguien sabe de alguna guerra, guerra de verdad, con dos bandos combatientes relativamente equiparables, en que uno de ellos pueda decretar un "alto el fuego unilateral" sin correr el peligro de que el enemigo lo borre del mapa? ¿Qué demuestra esto? Pues lo que es patente: que no es una guerra ni nada que se le parezca sino una atroz matanza de civiles indefensos y sin escapatoria por un ejército armado hasta los dientes, probablemente el hecho más repugnante que se haya producido en siglos y en el que términos como "tregua", "avance", "ofensiva", etc no significan otra cosa que matanza, matanza y matanza.

Con un alto el fuego unilateral los judíos detienen la masacre, que es lo que pide la humanidad horrorizada, pero no tienen por qué retirarse ni cumplir ninguna de las condiciones de Hamás. Es decir, dejan momentáneamente de matar, pero siguen hostigando y oprimiendo a los palestinos en Gaza. Por lo demás, no haya duda de que esta matanza se detendrá el día veinte, día de la investidura del señor Obama, cosa que estaba prevista ya desde que empezó, el veintisiete de diciembre pasado. "Chicos, dijo entonces el Estado mayor israelí a las tropas, tenéis veinticuatro días para machacar Gaza y destripar a la mayor cantidad de gente que podáis, niños, mujeres y lo que sea. Cuantos más mejor. Recordad que el día veinte de enero paramos porque para entonces hay sheriff nuevo y es menester guardar las formas". Que esto es así, que se trata de un genocidio fríamente calculado, planeado y ejecutado con meticulosidad se echa de ver mirando los mapas de la derecha en los que se observa con toda claridad cómo los territorios palestinos van desapareciendo paulatinamente, absorbidos por los israelíes. Y con los territorios, la población que los habitaba.

A los israelíes les molesta sobremanera que los comparen con los nazis sobre todo porque esa comparación rompe el monopolio que pretenden tener de haber sido las únicas víctimas del delirio pardo. Pero no deben preocuparse pues ambas cosas son compatibles: sus padres y sus abuelos fueron víctimas, si bien no las únicas, del holocausto y merecen y tienen el reconocimiento y el afecto del mundo entero. Los hijos y los nietos son unos genocidas canallas que no merecen sino desprecio. Los dos grupos son israelíes.

(Las imágenes son sendas fotos de Amir Farshad Ebrahimi y de Farfahine, las dos con licencia de Creative Commons).

Aguirre y la mafia.

La señora Aguirre está muy molesta porque los cubanos sostienen que es la cabeza de la mafia anticastrista de Miami. Y todo porque la dama se ha erigido en defensora de las libertades del pueblo de Cuba, bárbaramente tiranizado por el despotismo familiar de los Castro. Respondiendo a su talante ultraliberal, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha pedido el amparo del Gobierno central y en concreto del señor Moratinos para que meta en cintura a estos bocazas descendientes de los mambises. ¡Por favor! ¡Llamarla cabeza de mafia alguna!

Comprendo su inquietud. Es peligroso el pluriempleo en esto de las mafias. Resulta imposible que la señora sea cabeza de la Miami porque ya lo es de la del ladrillo en la Comunidad de Madrid, gracias a la cual pudo comprar las últimas elecciones. Y conviene que la cosa se aclare cuanto antes pues la mafia, como el dios de los judíos y de los cristianos, es muy celoso, no admite competencia y toma venganza terrible de quien sirve a dos dioses simultáneamente. Igual la de Madrid deja de pagar a los tránsfugas del PSOE.

(La imagen es una foto de Chesi-Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

Las previsiones del señor Solbes.

¡La Virgen! ¡Qué panorama pintó ayer el señor Solbes! Todavía lo recuerda uno hace unos meses con esa redonda bonhomía, esa mezcla de timidez y displicencia con que decía que no, que no había crisis; que no, que no había recesión; que en un par de meses, en el primer trimestre de 2009, en el segundo, en el tercero, en el cuarto, comenzaría la recuperación; que si había rejuste en el sector del ladrillo sería para bien general, etc, etc. Ahora resulta que la cosa está azabache y que llegaremos a 2010 poco menos que comiendo mierda y será una suerte que haya para todos.

Tengo para mí, sin embargo, que estas nuevas previsiones son tan verosímiles como las que hacía seis meses antes. Lo que sucede es que algún asesor ha explicado al Gobierno el principio elemental de que, en situaciones de turbulencia, es más rentable sembrar falsas previsiones catastróficas que sembrar falsas expectativas. Ambas son falsas pero si las segundas se cumplen, la gente las habrá dado por descontadas mientras que si se incumplen las primeras, todo el mérito se lo apuntará el gobierno. No es tonto el mancebo.

(La imagen es una foto de jmlage, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 16 de gener del 2009

Firmas para detener el genocidio en Gaza.

Los de Avaaz están recabando firmas para pedir un alto el fuego en Gaza. Quieren llegar al millón. De momento (cuando yo firmé) llevaban 488.625. Seguro que lo consiguen. Quieren publicar un anuncio en el Washington Post y en otros medios rechazando la política de imponer condiciones por la fuerza y reclamando la vuelta a las negociaciones entre las partes con un alto el fuego. Insisto en que estas medidas no causarán el menor impacto en la política genocida israelí que lo tiene todo calculado: hasta el 20 de enero, día de la investidura del señor Obama, seguirá aprovechando el vacío de poder en los Estados Unidos para machacar Gaza y asesinar palestinos. Luego, ya se verá qué sucede cuando enfrenten al señor Obama con los hechos consumados de Gaza rasa como la palma de la mano. Pero los anuncios, las protestas y todo tipo de actividades sí pesarán en el ánimo del nuevo Presidente a la hora de tomar decisiones y es importante influir en él en un sentido de equidad y justicia para los palestinos masacrados por esa atroz maquinaria del genocidio israelí. Ese espanto.

Quien quiera firmar que pinche en la ilustración para ir al formulario o lo haga aquí.

Para salir de la crisis.

Lo más maravilloso de esta crisis (como de todas) es la rotunda ignorancia que sobre los mecanismos del mercado tienen los que más voces dan diciendo que hay que fiarse de ellos. No sé si es voluntaria o involuntaria pero en todo caso, clama al cielo. Ayer, el gobernador del Banco Central Europeo, señor Jean Claude Trichet, bajaba al dos por ciento el precio del dinero en la eurozona. El mismo señor Trichet que hace seis meses lo tenía en un asombroso 4,25 por ciento, el más alto en años, argumentando que había que combatir la inflación. Una inflación que era obviamente pasajera y estaba movida por el errático comportamiento de los precios del petroleo, algo que debiera saber este pavo, aunque sólo sea por el cargo que ocupa, en lugar de estrangular la actividad económica europea por su estúpido dogmatismo. No seré yo quien pida que dimita el dicho pavo, aunque no estaría mal sólo por no seguir escuchando como cocea el inglés con esas insufribles "eges" francesas, entre otras cosas porque siempre podrá decir (y seguro que lo dice) que baja ahora los tipos porque, al subirlos antes, venció a la inflación. En todo caso éste entiende tanto el mercado como yo el misterio de la Santísima Trinidad.

Por otro lado, ayer mismo el ministerio de la Vivienda, que dirige esa lumbrera de doña Beatriz Corredor, decía que el precio del objeto de sus desvelos descendió un 2,8 por ciento de media en 2008 y esperaba que siguiera cayendo más en 2009. Bueno, los organismos independientes, mucho más de fiar que el ministerio, hablan de un descenso del ocho y pico por ciento, y sigue bajando. Pero ¿se acuerdan Vds. de la señora Corredor incitando hace seis meses a los españoles a comprar sosteniendo que era el momento adecuado para comprar vivienda? Yo sí. Incluso hice una entrada sobre ello en el mes de julio, titulada El Gobierno al servicio de la mafia del ladrillo en la que, entre otras cosas decía que había que tener caradura porque la ministra sabía que los precios no habían bajado aún y, por lo tanto, estaba intentando engañar a la gente. Tuve que insistir el mes de noviembre con otra entrada titulada La insoportable ministra de la vivienda que comenzaba diciendo: "La señora Beatriz Corredor, ministra de la Vivienda, sigue haciendo el trabajo sucio a la mafia del ladrillo, a cuyo obvio servicio está, y en contra de los intereses de los ciudadanos a los que pretende confundir de modo sistemático." Ahora resulta que el precio de la vivienda está bajando y va a seguir haciéndolo. Por supuesto, tampoco hay que pedir la dimisión de este talento. Total, si se queda el señor Trichet, qué más da.

¿Recuerdan asimismo a aquel señor, Guillermo Chicote, presidente de la Asociación de Promotores Constructores de España diciendo en octubre del año pasado que nadie esperara descensos en los precios del 30 por ciento y que antes de bajar los precios estaban dispuestos a regalar las casas a los bancos? ¿Otro profundo conocedor del mercado o uno que amenazaba a ver si entre la ministra y él conseguían colocar a la gente el stock de viviendas sobrevaloradas en un cuarenta por ciento con márgenes de beneficios que llegaban a veces al setenta por ciento? Elijan lo que prefieran pero la situación al día de hoy es: a) que los precios han bajado ya entre un ocho y un diez por ciento; b) que los bancos están quedándose con las viviendas porque los constructores no las venden y no pueden devolver los créditos le guste al señor Chicote o no; c) que los precios de las viviendas seguirán bajando este año al menos otro diez por ciento o más, hasta volver al precio normal del mercado, de nuevo le guste al señor Chicote o no.

Con estos gobernadores de bancos, ministras de la Vivienda y constructores, ¿cómo no va a haber crisis? Pues a pesar de los denodados esfuerzos de estos genios que no saben por dónde sopla el viento, el mercado está marcando claramente la dirección para salir de ella: baja el precio del dinero, baja el euribor, se abaratan las hipotecas y el Estado debe facilitar por todos los medios la contratación de éstas. Si ahora los empresarios del ladrillo venden el stock con una rebaja entre el treinta y el cuarenta por ciento (que siempre será mejor que no vender nada, dejar que se deprecie y, al final, endosárselo a los bancos) el ahorro que ha aumentado mucho en el último año iría a la adquisición de vivienda, lo que permitiría que el sector arrancara de nuevo y tornara a ser la locomotora de la economía española.

Pero, claro, para eso hace falta tener reflejos, perspicacia y flexibilidad. Y no es el caso.

Lo curioso es que, al final, será el mercado solo el que imponga esta solución en contra, como se ve, del parecer de los señores Trichet y las señoras Corredor que no están ganándose el sueldo en modo alguno. El caso del señor Chicote es distinto por ser empresario privado. Él, probablemente, sí conoce las tendencias del mercado y si dice lo que dice es por salvaguardar sus intereses y por si cuela.

Pero no cuela. Los precios bajan y seguirán bajando hasta que se crucen con la demanda, lo cual es el abc de la economía.

(La imagen es una foto de looking4poetry, con licencia de Creative Commons).

Ruido: entre la civilización y la barbarie.

Mientras que el Ayuntamiento de Madrid que ya en su día creó la brigada contra el ruido va a instalar ahora medidores acústicos a la puerta de los bares con amenaza de expropiación a los ruidosos (bravo por el Alcalde), el de Baiona, en Galicia, ha decidido suprimir las sanciones por ruido a bares y discotecas y derogar la ordenanza municipal contra el ruido, vigente desde 2004 con el anterior consistorio sociata. O sea, el Ayuntamiento de Madrid vela por el descanso y la tranquilidad de los ciudadanos en contra de quienes hacen caja martirizándolos a decibelios; el de Baiona, en cambio, se pasa por el forro la tranquilidad de los vecinos y antepone los intereses de los dueños de chiriguitos ruidosos uno de los cuales es, según denuncia la oposición, un conocido militante del PP propietario de un local reiteradamente denunciado por ruidos y padre de la concejala de urbanismo, vaya por Dios.

Como quiera que ambos ayuntamientos están gobernados hoy por el PP hay que colegir que su diferente actitud frente a la contaminación acústica no depende de orientación alguna del partido sino del nivel de civilización o barbarie de los ediles y, según parece, el diferente grado de amiguismo, enchufismo y caciquismo que reina en los dos consistorios.

¿Nadie puede parar la indignante alcaldada del regidor de Baiona? Habiendo como hay jurisprudencia al respecto, ¿no es posible acudir a los tribunales? La contaminación acústica es un delito, por el cual ya hay gente cumpliento condena de prisión en el país y si el baranda de Baiona renuncia a perseguirlo como es su deber y hasta lo ampara y fomenta, los vecinos deben querellarse contra él y conseguir que lo condenen.

Ni un paso atrás en la lucha contra el ruido, odioso delito al que recurren los sinvergüenzas y granujas para enriquecerse a costa del sosiego y la tranquilidad de cientos, a veces miles de personas.

(La imagen es una foto de TheCX, con licencia de Creative Commons).

dijous, 15 de gener del 2009

De cómo se justifica un genocidio.

El señor embajador de Israel en España, don Raphael Schutz estuvo ayer charlando vía internet con los lectores de El País, lo que le dio oportunidad para hilar una sarta de embustes, falsedades, hipocresías y puras mentiras con el fin de justificar el genocido que su Gobierno está realizando en Gaza (y en Palestina en general) con bastante habilidad. Es de esperar que sus jefes lo asciendan o, cuando menos, lo tengan en sus oraciones, pues el mozo se lo merece por su rostro de hormigón a la hora de embellecer la masacre que están llevando a cabo. Su posición es moralmente detestable pero le va el sueldo en ello y tiene que haber gente para todo. Quien quiera consultar la totalidad de la entrevista que pinche aquí.

  • A la pregunta de si los israelíes usan bombas de racimo y fósforo contesta que bombas de racimo no y en cuanto al fósforo "usamos material que contiene fósforo, pero dentro de la legalidad internacional, puesto que el fósforo no es un material totalmente prohibido." ¿Entendido? Es como lo de las torturas de Bush: no torturan; utilizan técnicas duras de interrogatorio.

  • A la pregunta de por qué Israel no acata las resoluciones de las Naciones Unidas instándolo a retirarse de los territorios ocupados contesta el señor embajador refiriéndose a una sola, la 242, así: "En inglés, que es el texto que obliga a todo el mundo, no dice los territorios, sino territorios, y también dice que debería realizarse en el marco de un acuerdo que asegure la existencia pacífica de Israel". O sea, triquiñuelas para no decir que no las acatan porque no les da la gana. La resolución dice "territories" no "some territories" y no dice nada de la existencia pacífica de Israel sino que habla de "la integridad territorial y la independencia política de todos los Estados en la zona y su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas", designio que Israel se encarga sistemáticamente de que no se cumpla.

  • A la pregunta de si Israel es consciente de la mala fama que se está granjeando en el mundo, contesta el señor embajador que "la población civil al sur de Israel ha sido víctima de una agresión constante que continúa incluso hoy". Pero omite que lo que él llama "sur de Israel" es, en buena medida "norte de Gaza", ocupada por los judíos desde 1967. Que no es lo mismo.

  • A la pregunta de por qué Israel mantuvo el bloqueo durante la tregua contesta el señor embajador "Durante los meses de la tregua, ha entrado material humanitario de forma corriente con la excepción de los días en que la tregua se rompió por parte de Hamás." Entró material humanitario, pero sólo material humanitario; no recursos, dinero, servicios esenciales ni nada de lo que se precisa para el normal desarrollo de la vida.

  • A la comparación entre Gaza y el gueto de Varsovia y las atrocidades nazis, la niega muy escandalizado y dice que "nosotros pensamos que los palestinos son seres humanos como nosotros, que merecen vivir y prosperar como lo hacemos nosotros". Obviamente siempre que no sean militantes de Hamas, simpatizantes de Hamas, mujeres, madres o hijos de militantes y/o simpatizantes o votantes de Hamas.

  • A la pregunta de por qué Israel incumple el derecho humanitario en gaza contesta el señor Schutz que, cuando se retiraron de gaza en 2005, "en aquellos momentos no existía ningún impedimento para los palestinos de desarrollar su vida tranquila e invertir en la construcción de su sociedad." Eso es mentira pues Gaza siguió sin ser plenamente autónoma y, además, los israelíes bloqueron de nuevo un par de meses después cuando Hamás ganó las elecciones en Gaza.

  • A la pregunta de si no cree que la ofensiva israelí está ligada a las elecciones contesta el señor embajador: "Esto no tenía ninguna relación con las elecciones, y lo absurdo de esa afirmación es aún más grande teniendo en cuenta que quién tomó la decisión, el primer ministro Olmert, no es ni siquiera candidato a las elecciones, por lo que es totalmente libre de consideraciones electorales." Pero omite que, además del señor Benjamin Netanyahu, los otros dos candidatos a la presidencia son la señora Tzipi Livni y el señor Ehud Barak, ambos ministros de Asuntos Exteriores y Defensa respectivamente del gabinete que está bombardeando Gaza.

  • A la pregunta de por qué los israelíes no dejan entrar a los periodistas en Gaza contesta el señor Schutz que eso es lo que hacen todos: "Hay que recordar que en todas las guerras esta práctica de delimitar el acceso mediático es muy común, así se puede nombrar la operación de la OTAN en Afganistán, la guerra de Inglaterra en las Malvinas... hay muchos ejemplos. No es una cuestión de tener miedo, sino una práctica común durante tiempos de guerra." Lo cual es otra desvergonzada mentira, según puede comprobarse en el artículo de hoy mismo en El País de Malen Aznárez, periodista y vicepresidenta de Reporteros sin fronteras, titulado Gaza: si no lo contamos, no existe.

  • A la pregunta de qué opina de la petición de IU de que el Gobierno español lo expulse responde el señor embajador que: "no recuerdo que nadie haya propuesto expulsar o llamar a consultas al embajador de Irán cuando su presidente llama a borrar a Israel del mapa, prometiendo que va a usar las armas atómicas contra nuestro país." Como si soltar bravatas por la radio fuera lo mismo que bombardear sistemáticamente una población causando más de mil muertos, miles de heridos (muchos de ellos mujeres y niños) e incontable destrucción.

  • A la pregunta por la desproporción de la acción israelí responde el señor embajador cínicamente que: "En fin, la fórmula de que el débil siempre tiene razón solamente por ser débil es falsa. Aquí hay que mirar en las razones, en la causa y el efecto, y ponerlo todo en una perpectiva mucho más amplia que solamente la numérica," cuando la cuestión no es por la razón si o no sino por la proporción entre el daño causado y la represalia que es de más de 100 a uno. Diez veces más de lo que hacían los nazis que, por cierto, suscribirían encantados las "razones" del señor embajador.

  • A la cuestión sobre los escudos humanos que Israel dice que usan los palestinos y los palestinos niegan contesta el señor Schutz: "Hamás opera desde la ciudadanía civil, coloca sus centros de lanzamiento dentro de la población civil" y omite decir que en Gaza, con una densidad de más de 4.000 personas por kilómetro cuadrado no se puede diferenciar lo militar de lo civil.

  • A la pregunta de por qué los israelíes no dejan pasar la ayuda humanitaria a Gaza responde el señor Schutz: "la ayuda humanitaria se deja pasar de forma fluida. La única limitación es la capacidad de absorción de los caminos en el lado palestino," caminos que Israel se encarga de bombardear a mansalva.

  • A la cuestión de que Hamas haya ganado unas elecciones democráticas objeta el señor embajador: "el hecho de haber sido elegidos libremente no quita un centímetro de la criminalidad de sus ideas y de sus métodos de acción" que es exactamente lo que cabe decir de Israel, que el hecho de que sea una democracia no obsta para que su política exterior sea genocida. Y termina el señor Schutz con la perla/insulto siguiente: "Los palestinos deben decidir quién los lidera y qué relaciones quieren tener con Israel", siempre y cuando decidan según quiere Israel; si deciden algo distinto, ya saben: bombardeo, exterminio, genocidio.

    Desde luego ayer el señor embajador se ganó sus treinta denarios.

    (La imagen es una foto de Alex Lanz, bajo licencia de Creative Commons).

  • Sincretismo.

    En la manifa del domingo pasado contra el genocidio israelí en Gaza hubo de todo. También lugar para el ingenio sincrético y la capacidad de empaquetar dos o más problemas en un solo enunciado. Véase:

    (La foto, de Enrique Cotarelo, está bajo licencia de Creative Commons).)

    La obstinada realidad de la gente.

    Anagrama reedita el primer libro de Kapuscinski, publicado a comienzos de los años sesenta del siglo pasado (La jungla polaca, Anagrama, Barcelona, 2008, 204 págs.) ahora que, después de la muerte del autor hace un par de años, se ha cerrado una de las más fascinantes carreras periodísticas, literarias, ensayísticas del siglo XX, tanto más cuanto que el autor la desarrolló en su integridad en la Polonia comunista y como miembro del Partido Obrero Unificado Polaco, o sea, del Partido Comunista. El autor de una catarata de libros fascinantes sobre África (Desde África, El Emperador, Ébano) y otras partes del mundo, como el hundimiento de la Unión Soviética (Imperium) tuvo siempre la habilidad de escribir trabajos de alta calidad, nada plegados a las directrices artísticas oficiales del régimen sin incurrir en las iras de éste. Al contrario, la Polonia comunista lo convirtió en una especie de valor nacional como reportero astro del periodismo patrio, lo que le permitió viajar por todo el mundo y convertirse en una especie de cronista de la contemporaneidad, algo que él, que era historiador de profesión, veía como una reactualización de la tarea de Heródoto. Es más, su último libro, publicado en España por el Círculo de Lectores, Viajes con Herodoto es una reflexión sobre el historiador griego y lo que representa la visión del mundo estilo Herodoto.

    Todo lo anterior estaba ya prefigurado en este su primer libro de relatos cortos en el estilo al que permaneció fiel toda su vida: los reportajes tratados con agudeza, ingenio, sentido del humor, espíritu literario y un estilo irónico que recuerda a Witold Gombrowicz. Algunas historias son recreaciones de la memoria como la que justamente se llama Ejercicios de la memoria, pero la gran mayoría son narraciones breves en las que es imposible discernir lo que hay de reportaje y lo que hay de creación literaria porque lo uno está engarzado en lo otro. Y son relatos de la vida cotidiana de la gente normal, historias de sus vidas, a veces tomadas en un momento concreto que las retrata (como en El tieso, un relato hilarante en el que seis hombres a los que se les ha averiado el camión en la carretera, llevan un ataúd con un muerto a hombros durante varios kilómetros hasta el cementerio de un pueblo cercano), a veces como una especie de recopilación del sentido de una vida (como en El rapto de Elzbieta, que cuenta las tribulaciones de una pareja de campesinos miserables que lo dan todo por conseguir que su hija se haga maestra y ella finalmente ingresa en un convento), siempre presentadas de un modo directo, como si irrumpiéramos en ellas, en el más puro estilo reporteril, el del hombre que llega a un lugar en el que hay una historia, la desentierra, a veces en contra de la voluntad de sus participantes y la cuenta a su manera.

    De esa forma la escritura de nuestro autor se convierte en una especie de curiosa recomposición, de una estructuración de sentido que retrata uno profundo a partir de unos datos originales fragmentarios o anodinos. Es ejemplar al respecto el relato Danka, que saca a luz el comportamiento fanático, criminal incluso, de los habitantes de un pueblito en el interior de Polonia, especialmente sus mujeres, capaces de cualquier cosa, víctimas de sus supersticiones religiosas. Otras veces, las historias tienen un valor simbólico, como alegórico (por ejemplo, el relato La balsa de la salvación) que aproximan el estilo de Kapuscinski al realismo mágico de García Márquez, de quien era amigo y con quien colaboró en algún proyecto.

    Pero entiendo que lo más interesante del reportero/historiador polaco es su testimonio de la sórdida, absurda, inhumana realidad de la Polonia comunista. La peripecia del hijo del campesino que se esfuerza lo indecible por llegar a hacer un doctorado en historia; los problemas de las gentes, las familias, que acceden a las angostas miniviviendas (treinta y cuatro metros cuadrados) que entrega el régimen comunista a la gente que por diversas razones puede acceder a ellas y se encuentra con que es imposible rehacer una vida de vecindario y comunidad; las andanzas de unos trabajadores no cualificados nómadas que emplean el dinero que ganan en comprar vodka y emborracharse sistemáticamente.

    Tiene uno la impresión de que si el llamado realismo socialista como canon estético del mundo comunista tuvo alguna vez sentido fue en obras como las de Kapucinski, a pesar de que lo que en ellas se narra no es precisamente grato o encomiástico para el sistema político y social de la dictadura del Partido Comunista y probablemente ni siquiera representativo del realismo socialista sino, en todo caso, representativo de un gran escritor capaz de reflejar un mundo que es una condena de quienes lo administran sin que estos puedan encontrar una excusa para perseguirlo y, al contrario, al menos al principio, lo protejan y le den facilidades. Probablemente esa proyección exterior de Kapucinski como reportero internacional fue una baza estupenda para conseguir que las autoridades comunistas no le hicieran la vida imposible: era demasiado conocido en el extrabjero. A veces el genio se enfrenta a la arbitrariedad y el despotismo; otras los pone de manifiesto como lo que son pero lo hacen de modo tal que no sufren mayor persecución por ello.

    dimecres, 14 de gener del 2009

    La impunidad del genocidio.

    Hace unos días publicaba servidor una entrada titulada ¿Es Israel una democracia? y contestaba que sí, sin duda, si bien una democracia con una política exterior agresiva y genocida totalmente inaceptable. El lunes la Comisión Electoral Central (CEC) israelí decidió que tres partidos árabes no podrán presentarse a las elecciones del 10 de febrero, argumentando que están a favor de los palestinos en Gaza y que no reconocen el Estado de Israel. La CEC está compuesta por políticos representantes de todos los partidos y su decisión es política, no judicial. Los partidos prohibidos tienen ahora abierta la vía del Tribunal Supremo que ya en otras ocasiones anuló decisiones similares de la CEC. Si en esta ocasión no lo hiciera, Israel habría dejado de ser democracia puesto que sin libertad de partidos políticos (que solamente pueden ser prohibidos mediante decisión judicial) aquella no existe. Estoy convencido, sin embargo, de que el Tribunal Supremo dejará sin efecto la decisión de la CEC. E Israel seguirá siendo una democracia.

    Una democracia embarcada en una política de exterminio de los palestinos y cuya agresividad aumenta día a día en medio de la indiferencia, cuando no la complicidad, de la llamada "comunidad internacional". El embajador israelí en España, Raphael Schutz, se queja amargamente de que se compare a Israel con los nazis. Sostiene que la acción de su país no es contra los palestinos, a los que considera iguales a los israelíes, sino contra Hamás. Es muy de agradecer que el señor embajador aclare que los israelíes consideran a los palestinos (a los que, sin embargo, masacran) iguales a ellos; es muy generoso. Pero el solo hecho de que lo diga ya demuestra que, como se ve por la decisión de impedirles presentarse a las elecciones, no es cierto. Ese desmentido demuestra el trasfondo nazi de la actitud israelí. Por lo demás y al margen de la Ley de Godwin, ¿que tiene de malo la asimilación de la política israelí de hoy a la de los nazis? ¿Que es particularmente odiosa por tratarse de judíos? Es posible. Pero también es posible y hasta probable que Israel esté siendo víctima de un síndrome de Estocolmo nacional. Muy probable.

    Leo en algún sitio que los proisraelíes españoles están convocando una manifestación de apoyo a Israel (y probablemente de desagravio) para el próximo 18 de enero en Madrid. Será interesante ver a cuánta gente reúnen los defensores de Israel en este conflicto.

    Es curioso comprobar cómo cambian los frentes políticos. Las gentes de la derecha y la extrema derecha que, desde el caso Dreyfus han sido siempre antisemitas (esto es, antijudías) aplauden ahora la agresión israelí en Gaza mientras que los de izquierdas que siempre fuimos projudíos cuando se trató de defenderlos de los pogromos, el holocausto y el antisemitismo en general, ahora somos contrarios al genocidio que Israel está llevando a cabo en Gaza y en Palestina en general.

    (La imagen es una foto de seccad, bajo licencia de Creative Commons).

    La pendiente del insulto.

    La señora Montserrat Nebrera ha ofrecido unas aclaraciones en su blog Montsenebrera.cat.blog que no aclaran absolutamente nada sobre su lamentable falta de respeto a la ministra de Fomento y a todos los andaluces a cuenta del acento de la ministra que le parecía "de chiste". Según la señora Nebrera no se refería al acento sino al "tono" de la ministra que se le antoja chulesco y barriobajero. Como se ve, lo está arreglando. Cualquiera que haya escuchado las declaraciones de la citada señora sabe que en ellas anidaba el más rancio prejuicio antiandaluz, la actitud despreciativa y de prepotencia de mucha gente que se nutre de esos estereotipos de chistes groseros de sobremesa. Por cierto, tómese nota asimismo del adjetivo "barriobajero" muy revelador de una mentalidad determinada. Hará muy bien el PP expedientando a su militante catalana porque es necesario poner coto a estas actitudes bochornosas que envenenan la convivencia. Los políticos deben dar ejemplo de trato civilizado y respetuoso.

    ¿Y los periodistas? La pendiente del insulto es muy pronunciada y, cuando uno comienza, no es raro que otros se lancen detrás y, al final, el tono de la comunicación pública sea detestable e insufrible. Según leo en El Plural, en su columna habitual en Abc, el señor Antonio Burgos, que tiene una acrisolada trayectoria como insultador, de lo que doy fe pues he tenido que sufrir algunos denuestos suyos, llama a la señora Nebrera catalana de mierda. Espero que la cita de El Plural sea fidedigna porque no he conseguido encontrar la columna del señor Burgos en Abc. En ese catalana de mierda se condensa asimismo mucho prejuicio y cliché anticatalanes profundamente desagradables. Tanto la señora Nebrera como el señor Burgos son dos pruebas vivientes del lamentable nivel del debate público en España y hacen cierto eso de que los insultos califican más a quienes los profieren que a los posibles insultados. No sé si la ministra insultada es o no muy chistosa pero está claro que maldita la gracia que tiene el chiste de la señora Nebrera. Esta señora es, sí, catalana, pero no tiene más mierda encima que la que salga de la boca del señor Burgos.