El señor embajador de Israel en España, don Raphael Schutz estuvo ayer charlando vía internet con los lectores de El País, lo que le dio oportunidad para hilar una sarta de embustes, falsedades, hipocresías y puras mentiras con el fin de justificar el genocido que su Gobierno está realizando en Gaza (y en Palestina en general) con bastante habilidad. Es de esperar que sus jefes lo asciendan o, cuando menos, lo tengan en sus oraciones, pues el mozo se lo merece por su rostro de hormigón a la hora de embellecer la masacre que están llevando a cabo. Su posición es moralmente detestable pero le va el sueldo en ello y tiene que haber gente para todo. Quien quiera consultar la totalidad de la entrevista que pinche aquí.
A la pregunta de si los israelíes usan bombas de racimo y fósforo contesta que bombas de racimo no y en cuanto al fósforo "usamos material que contiene fósforo, pero dentro de la legalidad internacional, puesto que el fósforo no es un material totalmente prohibido." ¿Entendido? Es como lo de las torturas de Bush: no torturan; utilizan técnicas duras de interrogatorio.
A la pregunta de por qué Israel no acata las resoluciones de las Naciones Unidas instándolo a retirarse de los territorios ocupados contesta el señor embajador refiriéndose a una sola, la 242, así: "En inglés, que es el texto que obliga a todo el mundo, no dice los territorios, sino territorios, y también dice que debería realizarse en el marco de un acuerdo que asegure la existencia pacífica de Israel". O sea, triquiñuelas para no decir que no las acatan porque no les da la gana. La resolución dice "territories" no "some territories" y no dice nada de la existencia pacífica de Israel sino que habla de "la integridad territorial y la independencia política de todos los Estados en la zona y su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas", designio que Israel se encarga sistemáticamente de que no se cumpla.
A la pregunta de si Israel es consciente de la mala fama que se está granjeando en el mundo, contesta el señor embajador que "la población civil al sur de Israel ha sido víctima de una agresión constante que continúa incluso hoy". Pero omite que lo que él llama "sur de Israel" es, en buena medida "norte de Gaza", ocupada por los judíos desde 1967. Que no es lo mismo.
A la pregunta de por qué Israel mantuvo el bloqueo durante la tregua contesta el señor embajador "Durante los meses de la tregua, ha entrado material humanitario de forma corriente con la excepción de los días en que la tregua se rompió por parte de Hamás." Entró material humanitario, pero sólo material humanitario; no recursos, dinero, servicios esenciales ni nada de lo que se precisa para el normal desarrollo de la vida.
A la comparación entre Gaza y el gueto de Varsovia y las atrocidades nazis, la niega muy escandalizado y dice que "nosotros pensamos que los palestinos son seres humanos como nosotros, que merecen vivir y prosperar como lo hacemos nosotros". Obviamente siempre que no sean militantes de Hamas, simpatizantes de Hamas, mujeres, madres o hijos de militantes y/o simpatizantes o votantes de Hamas.
A la pregunta de por qué Israel incumple el derecho humanitario en gaza contesta el señor Schutz que, cuando se retiraron de gaza en 2005, "en aquellos momentos no existía ningún impedimento para los palestinos de desarrollar su vida tranquila e invertir en la construcción de su sociedad." Eso es mentira pues Gaza siguió sin ser plenamente autónoma y, además, los israelíes bloqueron de nuevo un par de meses después cuando Hamás ganó las elecciones en Gaza.
A la pregunta de si no cree que la ofensiva israelí está ligada a las elecciones contesta el señor embajador: "Esto no tenía ninguna relación con las elecciones, y lo absurdo de esa afirmación es aún más grande teniendo en cuenta que quién tomó la decisión, el primer ministro Olmert, no es ni siquiera candidato a las elecciones, por lo que es totalmente libre de consideraciones electorales." Pero omite que, además del señor Benjamin Netanyahu, los otros dos candidatos a la presidencia son la señora Tzipi Livni y el señor Ehud Barak, ambos ministros de Asuntos Exteriores y Defensa respectivamente del gabinete que está bombardeando Gaza.
A la pregunta de por qué los israelíes no dejan entrar a los periodistas en Gaza contesta el señor Schutz que eso es lo que hacen todos: "Hay que recordar que en todas las guerras esta práctica de delimitar el acceso mediático es muy común, así se puede nombrar la operación de la OTAN en Afganistán, la guerra de Inglaterra en las Malvinas... hay muchos ejemplos. No es una cuestión de tener miedo, sino una práctica común durante tiempos de guerra." Lo cual es otra desvergonzada mentira, según puede comprobarse en el artículo de hoy mismo en El País de Malen Aznárez, periodista y vicepresidenta de Reporteros sin fronteras, titulado Gaza: si no lo contamos, no existe.
A la pregunta de qué opina de la petición de IU de que el Gobierno español lo expulse responde el señor embajador que: "no recuerdo que nadie haya propuesto expulsar o llamar a consultas al embajador de Irán cuando su presidente llama a borrar a Israel del mapa, prometiendo que va a usar las armas atómicas contra nuestro país." Como si soltar bravatas por la radio fuera lo mismo que bombardear sistemáticamente una población causando más de mil muertos, miles de heridos (muchos de ellos mujeres y niños) e incontable destrucción.
A la pregunta por la desproporción de la acción israelí responde el señor embajador cínicamente que: "En fin, la fórmula de que el débil siempre tiene razón solamente por ser débil es falsa. Aquí hay que mirar en las razones, en la causa y el efecto, y ponerlo todo en una perpectiva mucho más amplia que solamente la numérica," cuando la cuestión no es por la razón si o no sino por la proporción entre el daño causado y la represalia que es de más de 100 a uno. Diez veces más de lo que hacían los nazis que, por cierto, suscribirían encantados las "razones" del señor embajador.
A la cuestión sobre los escudos humanos que Israel dice que usan los palestinos y los palestinos niegan contesta el señor Schutz: "Hamás opera desde la ciudadanía civil, coloca sus centros de lanzamiento dentro de la población civil" y omite decir que en Gaza, con una densidad de más de 4.000 personas por kilómetro cuadrado no se puede diferenciar lo militar de lo civil.
A la pregunta de por qué los israelíes no dejan pasar la ayuda humanitaria a Gaza responde el señor Schutz: "la ayuda humanitaria se deja pasar de forma fluida. La única limitación es la capacidad de absorción de los caminos en el lado palestino," caminos que Israel se encarga de bombardear a mansalva.
A la cuestión de que Hamas haya ganado unas elecciones democráticas objeta el señor embajador: "el hecho de haber sido elegidos libremente no quita un centímetro de la criminalidad de sus ideas y de sus métodos de acción" que es exactamente lo que cabe decir de Israel, que el hecho de que sea una democracia no obsta para que su política exterior sea genocida. Y termina el señor Schutz con la perla/insulto siguiente: "Los palestinos deben decidir quién los lidera y qué relaciones quieren tener con Israel", siempre y cuando decidan según quiere Israel; si deciden algo distinto, ya saben: bombardeo, exterminio, genocidio.
Desde luego ayer el señor embajador se ganó sus treinta denarios.
(La imagen es una foto de Alex Lanz, bajo licencia de Creative Commons).