Mi amiga Pilar Ruiz-Va me envía este video que tiene bastante gracia. Trata de en donde creen los estadounidenses que está Irán o cuál es el país que prefieren invadir la próxima vez. Hay uno que se pronuncia por Italia. Tiene subtítulos en español.
Cae bien la gente diciendo unos disparates tan colosales con tal cara de felicidad. Y se admiten apuestas. Yo creo que unos realmente no tienen ni guarra pero que otros van de coña. Es imposible (supongo) que alguien mayor de edad en los EEUU crea que Fidel Castro es un cantante. Y que una señora con pinta de hija de la Revolución pintada por Grant Wood no sepa qué es el Reino Unido. Otras veces, las respuestas son lógicas desde el punto de vista del país. Efectivamente, Utah es un Estado que empieza por "U".
La Tercera Comisión de las Naciones Unidas, de Asuntos Sociales, Humanitarios y Culturales, aprobó ayer por amplia mayoría de 99 países, con 52 en contra y 33 abstenciones un proyecto de resolución que pide establecer una moratoria en la aplicación de la pena de muerte en todo el mundo con vistas a su total supresión. Hay pocas dudas de que la resolución saldrá adelante en la sesión plenaria de la Asamblea General.
Como debe ser porque hay que acabar con esta lacra, esta vergüenza de la Humanidad.
La propuesta lleva las firmas de Albania, Angola, Brasil, Croacia, Gabón, Filipinas, México, Nueva Zelanda, Portugal (en representación de la UE) y Timor Oriental. Y ya se han levantado las habituales críticas y objeciones:
I.- Que la abolición es un intento de Occidente y más en concreto de la Unión Europea por imponer coactivamente a todo el mundo sus criterios en materia de derechos humanos. Ya se sabe, el famoso eurocentrismo con el que los europeos, que carecemos el menor respeto por la diversidad cultural, pretendemos obligar a todo el mundo a marcar el paso a nuestro antojo.
II.- Que la Unión Europea, ese club de viejas y ajadas metropolis, sigue sin entender que los felices tiempos del imperialismo pasaron hace ya muchos años. Que ya no está el horno para andar dando órdenes donde no se pinta nada.
III.- Que la pena de muerte, que no es cosa de derechos humanos, sino de derecho penal interno de los países, pertenece al ámbito de la soberanía de cada Estado y toda decisión al respecto de la Asamblea General será un acto de injerencia en los asuntos internos de los Estados Miembros.
El proyecto lo han apoyado países europeos y no europeos. Para seguir sosteniendo que se trata de un gesto eurocéntrico hay que decir que Filipinas, Gabón, Timor Oriental, etc toman sus decisiones al dictado de las viejas metropolis imperiales. Cosa tan sensata como sostener que quienes no votan como nosotros son unos vendidos, unos badulaques, están engañados y van en contra de sus intereses. Un tipo de reproche que no suele formularse a las claras, pero que está en la base de muchos análisis, en especial de la izquierda. Y que simplemente no es aceptable.
Las resoluciones de las Naciones Unidas no son vinculantes para los Estados Miembros con lo que es claro que ésta en concreto, además de no ser una prueba de podrido eurocentrismo, no es ni puede ser una imposición porque no tiene fuerza coactiva. La tiene, sí y mucha, moral. Y eso es lo que fastidia a críticos y objetores, esto es, que están obligados a salir en defensa de una práctica que nadie gusta de defender porque, a mi entender, es indefendible. Y no les gusta quedar como lo que son cuando se firman y llevan a cabo penas de muerte: como asesinos. Prefieren que no se hable de ello, que no se mencione, que se ignore. Por eso hay que hablar, debatir, someter el asunto a consideración pública.
Merece la pena ver el video que he colgado sobre la abolición. Está en inglés, pero es muy clarito. Se cuentan casos concretos de ejecuciones lastradas por algún horror, de esos que, cada uno de ellos por sí solo es un argumento definitivo contra esta odiosa práctica:
a) Error judicial. En Uganda, un hombre pasó diecinueve años en la cárcel condenado a muerte por un crimen que no había cometido. En China, se ejecutó a un hombre en 1995 por el asesinato de su esposa que apareció viva en 2005.
b) Crueldad de la pena. En Guatemala se ejecutó a un hombre mediante inyección letal. Tardó dieciocho minutos en morir, episodio emitido íntegro por la televisión. En Kuwait, un ejecutado en la horca tardó cinco horas en morir.
c) Falta de garantías procesales. En Arabia Saudí se ejecuta a inmigrantes africanos tras someterlos a procesos en una lengua que no entienden y, muchas veces, sin llegar a informarlos de que han sido condenados a muerte.
Eurocentrismo o no eurocentrismo, hay que acabar con un hábito tan inhumano. Algunos países que aplican la pena de muerte, como los EEUU, el Japón, etc, argumentan que dictan y ejecutan esta pena con todas las garantías procesales y pleno respeto a los derechos humanos. Respetan los derechos humanos pero atentan contra el fundamental, que es el derecho a la vida. Es curioso que los más acérrimos defensores de la pena de muerte suelan ser también los más acérrimos enemigos del aborto. Reconocen el derecho a la vida al feto y se lo niegan al adulto en pleno uso de sus facultades mentales. Esta contradicción muestra a las claras un núcleo de razonamiento viciado. Son igualmente los que se oponen denodadamente a cualquier forma de eutanasia.
Hay que abolir para siempre esta execrable costumbre.
Mi hijo Andrés me envía este video que me parece estupendo y cuelgo aquí para general solaz. Scrat sabe muy bien lo que quiere y lo procura con denuedo pero al final puede con él su codicia. Triste y humano destino. Snifffs.
¿No se da cuenta de que está Vd. resultando cargante? ¿Qué pretende Vd.? ¿Entretener a su gente en el interior generando un conflicto en el exterior, como aquellos generales argentinos que provocaron una guerra con el Reino Unido para ver si conseguían que sus compatriotas dejaran de considerarlos insoportables? Dado que la opción armada queda aquí descartada, ¿hasta dónde quiere llevar sus provocaciones? ¿Va a residenciar a las empresas españolas, los bancos, que allí actúan? ¿Se toma Vd. por el país, igual que Franco sostenía que ofendía a España quien lo criticaba a él? ¿O sólo se lo hace? ¿Qué sentido tiene actuar a impulsos de la vanidad personal, jugando con el bienestar de la gente y la prosperidad de los países? ¿Qué excusas le debe el Rey? Excusas las debe Vd. por no dejar hablar a la gente. Y más que sigue debiendo por continuar emponzoñando las relaciones bilaterales y multilaterales pues, según leo, ha comenzado Vd. a amenazar a terceros países si no le complace la actitud que adopten frente a España. Eso es lo que se llama "doctrina Hallstein" pero en versión de risa.
¿Por qué no se calla de una vez y deja de agitar el patio con el sempiterno y confuso agravio de los quinientos años? ¿Que lo siguen a Vd. sus dos aliados, señores Ortega y Morales y cuentan con el apoyo lejano pero tonitronante del Comandante? Pues eso es lo más penoso de la izquierda latinoamericana, que reproduce el viejo discurso de la oligarquía criolla, con ignorancia de los últimos doscientos años (ciento nueve en el caso de Cuba) en los que las relaciones entre los dos lados del atlántico se han intensificado mucho. Primero fueron los españoles quienes emigraron a América y hace ya algunos años que son los americanos quienes emigran a España. Actualmente, casi el diez por ciento de la población española es de origen extranjero, unos cuatro millones de personas, de los que cerca de un millón y medio son sudamericanos. No venga a envenenar las relaciones, buen hombre. No chingue, hombre, no chingue. Y no amenace, caramba. Sosiéguese si su insufrible garrulería se lo permite. O sea, cállese.
Era de prever que el señor Llamazares se impusiera claramente a la candidata que la prensa llama "del sector crítico", esto es, básicamente la dirección del Partido Comunista, a la que repatea el médico asturiano. Durante unos días corrieron dos o tres especies alarmistas. La más inocente cuestionaba la validez del censo, elaborado sobre una militancia hinchada por exigencias congresuales. Es muy verosímil pero irrelevante ya que afecta por igual a ambos candidatos. La segunda especie era más corrosiva por cuanto sostenía que al tener la señora Sanz los apoyos del PCE, barrería en muchas más circunscripciones de las que se creía en un principio. No era cierto pero así se minaba la posición del señor Llamazares.
Ese sesenta y cinco por ciento del voto es un espaldarazo para la actual dirección de Izquierda Unida. Los sectores contrarios o "criticos", esos que elevan el tono de voz para ocultar la falta de voces, dirán que ha triunfado la blandenguería socialdemócrata, el entreguismo al segundo pedal de la bici capitalista, pues cuando pillan una idea no la sueltan así como así. El hecho es que, con el sesenta y cinco por ciento del voto para el señor Llamazares, los señores Alcaraz y Frutos podía ir presentando la dimisión.
La cuestión ahora se va a ventilar relativamente pronto pues consiste en averiguar cómo recibe el electorado el resultado de las primarias. IU está en uno de sus momentos parlamentarios más bajos. Por mal parada que salga en marzo 08 es difícil que empeore. Se da también la novedad del partido UPD. Izquierda Unida podía avisar de su disponibilidad para una alianza de gobierno con el PSOE. Eso que llaman los críticos "seguir perdiendo perfil". A lo mejor le da más votos; más que con el perfil de la famélica legión.
Vaya con don Gonzalo Suárez, que ha vuelto a sorprender con su última peli, Oviedo Express, con la que, para no faltar a la costumbre, ha cosechado denuestos y aplausos casi a partes iguales. Es una virtud esta de no dejar indiferente a nadie. Sé poco del señor Suárez pero, por lo poco que sé, es hombre de mi predilección porque se me antoja una especie de maldito contemporáneo, ese tipo brillante de cuyo genio se hace lenguas todo el mundo pero a quien nadie quiere ver cerca de sí, no vaya a decir o hacer alguna inconveniencia.
Bueno, el caso es que, según parece, ha hecho una adaptación libre de un cuento de Stefan Zweig que se llama Angustia y es la historia de una adúltera a la que chantajean. Yo la llamaría mejor Miedo porque el título alemán es Angst. Por cierto, que ya se han hecho otras adaptaciones del cuento en cuestión, una de ellas, de Roberto Rosellini, llamada La paura, con la que entonces era su mujer, Ingrid Bergman. Pero no sólo es una adaptación libre del cuento de Zweig, sino una réplica de La Regenta por cuanto la historia tiene como eje una compañía de teatro que ensaya una versión teatral de la novela de Clarín que, precisamente, se estrenará en el Teatro Campoamor de Vetusta. La historia la cuenta un ángel y la mujer del alcalde, veinte años menor que él, se llama Emma. Con esos ingredientes, ¿qué se le puede pedir al señor Suárez? Pues que responda a la pregunta que el director de la obra en la peli se hace sobre si se puede llevar al teatro La Regenta. Y la respuesta es sí. Obsérvese que es exactamente la situación que aquí se comentaba con la versión cinematográfica de Tristram Shandy, donde la respuesta también es sí, todo depende de cómo se enfoque. Garantizado queda el logro si, en vez de contar la historia al estilo tradicional, se cuenta que se cuenta mientras se cuenta lo que sucede al contarlo. No es un trabalenguas, sino desconstrucción posmodernista.
Hay mucha gente que se enfada por lo que cree que es un vodevil. Y mucho más que debieran enfadarse porque, además de vodevil (y con gracia) es un tebeo, un comic en el que el desarrollo de la trama y las escenas se tratan como si fuera una especie de farsa. Sólo la escena en que la adúltera descubre en el armario a la amante de su amante es un toque de genialidad. Y con continuos guiños cinematográficos; el más obvio, el de los planos con la estatua de Woody Allen y con otros bastante claros: el ángel procede del cine de Frank Capra y la escena final remite directamente y prácticamente reproduce la de Sunset Boulevard. Los actores están bien, aunque son muy desiguales, los diálogos son muy ingeniosos y, para consuelo de los indignados por el vodevil, que echen cuenta del melodrama en el que no falta el recurso escénico por excelencia del teatro del siglo XIX, esto es, el pistoletazo en escena. En resumen, a mi modesto entender, una película inteligente, sutil, muy bien llevada, con oficio y agilidad y que se ríe de todo, incluso de sí misma. A lo mejor fastidia por eso.
Estoy desconcertado. Decía servidor hace un par de posts, en uno titulado Chévere, muchachos que
"Lo único, pero muy interesante, que he sacado en limpio del lamentable incidente en la cumbre hispanoamericana es que todo dios considera que llamar "fascista" a alguien es insultarlo."
Tal cual parece. No amaina la bronca montada con el "fascista" que el señor Chávez ha obsequiado al señor Aznar, quien se pasea ufano y mudo por América Latina. Y por si fuera poco creo haber visto que la señora San Sebastián ha demandado o va a demandar a alguien por llamarle "fascista". Pues no sé yo. Desde luego, con esta unanimidad, no cabe sino admitir que llamar "fascista" a alguien, como llamarle "nazi", es un insulto. Pero ¿lo es en sí mismo? Por lo que sabemos del sistema fascista italiano, si por fascista se entiende el partidario de ese sistema tal como se produjo, desde luego. Y eso mismo podrá decirse del régimen nazi, del soviético y de todos los comunistas. Pero lo habitual es soslayar la acusación asegurando que se es "fascista" o "nazi" o "comunista", sin estar de acuerdo con lo que los diversos sistemas perpetraron. Siendo esto así, entendiendo por "fascista" al que suscribe y defiende algún lindo programa de voluntariosa regeneración nacional (habituales entre fascistas) el término no connota insulto.
Sucede, por lo demás, que eso del insulto y la injuria es asunto sumamente oscuro pues tiene un elemento componente subjetivo fundamental. Para que haya un insulto tiene que haber un insultado. No es posible insultar al vacío. Un insultado que se sienta ultrajado, vejado, por alguna manifestación del insultador. En estos términos, ¿acaso no es cierto que habrá gente que se sienta insultada aunque el supuesto insultador se haya limitado a decir "Hola, buenos días"? Y al revés.
Toda la bronca viene porque esa especie de telepredicador que los venezolanos han elegido como presidente llamó "fascista" varias veces al señor Aznar en una intervención en la reciente cumbre hispanoamericana. Se cumplía así una vez más la famosa Ley de Godwin porque todo ha saltado por los aires. Al Rey, pobre, ahora que pierde un apoyo en la familia, le han sacado a Mitrofán, los conquistadores, el expolio, su origen romano, la muerte de su hermano, el nombramiento digital de Franco, lo que cobra, lo que gasta, lo que viste, los vicios de familia, sus andanzas y devaneos y lo que se tercie.
La acusación más frecuente que se le hace (al Rey) es que carece de legitimidad para mandar callar a un Jefe de Estado electo. Claro, esa legitimidad descansa en exclusiva y para este asunto concreto en la presidenta de la sesión, señora Bachelet, quien no la ejerció. En todo caso, se acusa al Rey de faltar a las formas. Pero ¿cuáles eran las formas del señor Chávez? Sigo pensando que lo que hizo el Rey estuvo muy bien. No hay quien soporte a los atorrantes que interrumpen a quien está en el uso de la palabra, negando a todos los demás el derecho a escucharlo y a no escucharlo a él y en eso no tiene nada que ver la legitimidad o no legitimidad. Insisto, yo hubiera hecho lo mismo. Lo que no sé es si me hubiera atrevido.
En cuanto a los fascistas, las cosas están claras. Llamar "fascista" a alguien no es insulto en sí mismo. La primera foto la he obtenido en un web que se llama Ilduce.net destinada a glorificar el recuerdo de Benito Mussolini y el fascismo, gente muy satisfecha de que se la considere fascista y a la que el término no resultará insultante en modo alguno sino encomiástico. La otra foto, la de policía, la he encontrado en la red, en la página web del profesor de Física Andreas Aste. Parece que Mussolini fue detenido por vagabundería en Basilea en 1903 y que esa es la foto de archivo de la policía de Berna.
La pregunta es si es insulto llamar a alguien seguidor del señor Mussolini con sus antecedentes policiales. Hitler los tuvo penales, bien es cierto que por preparar un golpe de Estado. ¿Queda la doctrina estigmatizada por el hecho de que su fundador haya pasado por los calabozos de la pasma por vago y quizá malhechor? En mi opinión, no, pero tampoco me parece asunto de interés.
En último término recurrir al latiguillo de "fascista" quizá sólo denote falta de vocabulario. Uno puede decir que el señor Aznar es arrogante, intemperante, autoritario, faltón, trivial y de escasas luces y no se le está insultando porque no se le llama "fascista". Claro que si no se le llama, ¿cómo saber que no se esté hablando del señor Chávez?
No sabe uno por donde empezar que en esto de emitir opinión los rumbos son muy confusos. Es posible que se deba a la ausencia del señor Rajoy, a quien se tiene en cuenta más por lo que no dice ni hace que por lo que hace y dice, pero el hecho es que en un solo día diversas voces de segundo plano pero muy autorizadas en el partido de la derecha entonan un desconcierto tan atroz que uno se pregunta si ese partido quiere ganar o perder las elecciones. Parece lo segundo. La falta de una única voz, de un único discurso hace que se oiga esta algarabía de segundones que pueden decir cualquier cosa porque ya saben que no caerá sobre ellos la tarea de gestionarla. El asunto es tan llamativo que choca que los responsables no hayan tomado medidas para resolverlo.
Las metáforas que más se emplean en política son las marinas. Se suele decir que el presidente o el gobierno o el monarca o quien sea lleva con pulso firme la nave del Estado. En la etimología griega del gobierno -el gobernalle de los barcos- se encuentra el piloto o timonel, el kybernetes, hoy ascendido a cibernauta. Cuando se comparte barco lo más sensato es no cuestionar según qué cosas. Para entendernos, volviendo al terreno político, los que llamamos "asuntos de Estado". Igual que en un barco no se discuten las decisiones del capitán al aparejar o fijar la derrota, tampoco en política se cuestionan los asuntos de Estado. La política tiene unos límites que no pueden traspasarse so pena de convertir el buque en uno de locos, según la vieja leyenda del Narrenschiff. ¿Qué cuáles son los "asuntos de Estado"? Aquellos que afectan a bienes públicos manifiestos, en concreto la seguridad, bien a través del orden público (en lo que corresponde a las fuerzas de seguridad del Estado y los tribunales de justicia), bien a través de la política exterior y de defensa. Sobre todo lo demás cabe opinar, discrepar, disentir, sobre la política fiscal, la salarial, la de infraestructuras o viviendas, las normas culturales o la forma de vestir. Pero en lo atingente a la seguridad colectiva hay que cerrar filas con el gobierno igual que en el barco se respalda al capitán ante el riesgo de zozobrar.
Si bien se observa, estos tres órdenes aquí identificados como "asuntos de Estado" son los que Adam Smith reservaba para las actividades del soberano, además de las correspondientes obras públicas. Son pues asuntos de Estado lo que son asuntos de Estado desde el punto de vista del padre fundador del liberalismo. Buscar la confrontación en ellos es un acto de irresponsabilidad difícil de igualar. Y sin embargo es lo que hace el PP. Su liberalismo es tan inexistente como desconocidas sus propuestas en materia fiscal, de vivienda, educativa, financiera, etc, a excepción de alguna promesa electoral hecha de rebote, del tipo de "y dos huevos duros" de Groucho Marx. Pero donde falta materia de debate en estos asuntos contingentes (pero que son los que, según las derechas, verdaderamente "interesan a los españoles") suenan las grandes palabras, los juicios temerarios, las bravuconadas o las típicas felonías. Oyendo hablar a la señora María San Gil o a los señores Acebes o Del Burgo uno se pregunta si no es un comando de dinamiteros dispuesto a que reviente y se hunda el navío antes de que llegue a puerto.
A raíz del fallido atentado de Getxo, la señora San Gil dice que, si ETA no tiene éxito ello se debe a que son estúpidos o nosotros tenemos mucha suerte. Así mismo. Ni una palabra sobre los cuerpos de seguridad, que están trabajando encomiablemente, hasta el punto que uno de los artificieros vascos ha perdido cuatro dedos. Tengo entendido que esta señora San Gil estuvo retirada por un episodio de salud felizmente superado. Pues ahora convendría que meditara algo más lo que dice y por partida doble. Es claro que los etarras son tontos, tontos morales rematados, enajenados, frenéticos y que la señora San Gil lo ponga en duda es realmente sorprendente. Y, por supuesto, si ETA no alcanza lo que está tratando de conseguir a todo trance es por la eficacia de las fuerzas de seguridad autonómicas y del Estado. Pero ¿cómo se puede ignorar esto o, lo que es peor, negarlo?
En cuanto a lo que dice el señor Del Burgo sobre el 11-m, que puede verse en una entrevista publicada en 20 minutos prefiero olvidarme. Después de tres años de sembrar dudas sobre el proceso y de tratar de bloquearlo, ahora asegura el político que él jamás dijo que tras el 11-m estuviera ETA y que, en todo caso, la sentencia es mejorable. Es preferible olvidarse y concentrarse en el señor Ruiz Gallardón que por fin ha dicho lo que, de ser España un país normal, no sería necesario decir, esto es, que lo que sucedió el 11 -m es lo que dice la sentencia y ésta se acata sin más pamplinas, reservas ni distingos. La situación de disparate a que se ha llegado se mide en el hecho de que el vara mayor de la capital tenga que decir algo tan elemental y en el de que todo el mundo se pregunte qué dirá la suma autoridad partidista que ya en su día acató con racanería la sentencia visto que habría que seguir investigando en otras líneas.
La jefatura de dinamiteros recae en el señor Acebes, cuyo aspecto de lechuguino encaja fatal con las atrocidades de que colma diariamente al señor Zapatero. La decisión del señor Acebes de pegarse con el Gobierno acusándolo de ser el responsable de la falta de educación del señor Chávez es un desatino y una falta de lealtad tan patentes que no me explico por qué no se explican por qué el señor Rajoy no remonta en las encuestas. O ¿es que creen que la gente es imbécil? Sí, me temo que lo creen. Y temo asimismo que su grado de enajenación es tan extremo que piensan que están haciendo bien las cosas. De donde se sigue que, cuando el próximo mes de marzo, se den una castaña en las elecciones, la conclusión será que la gente vota equivocadamente. Mientras no crean que sea llegada la hora de enderezarla...
Los del InSurGente siguen varados en una misteriosa avería tecnológica y no comparecen en la red, lo que es una lástima. Espero que sea de verdad un problema técnico y no alguna sucia maniobra de censura de los poderes mundanos. En todo caso, mientras el periódico regresa a la blogosfera, estoy dispuesto a sacar aquí las viñetas de Kalvellido, pues no es cosa de que un fallo técnico prive a sus admiradores de su visión cotidiana, siempre original y con una pizca de miel y vinagre. Por supuesto, eso no implica que haya de suscribir el contenido de sus obras. Su libertad para publicar lo que quiera corre pareja con la mía para pensar lo que me parezca. Y así como ayer no coincidía en nada con la viñeta, aun reconociendo que tiene mucha chispa, llamada Y tú...por qué no te callas?, con la de hoy, también buenísima, podría coincidir con la primera parte de la expresión, pero no, nunca, con la segunda. El señor Aznar no fue, no es, ni será, probablemente, nada mío.
La cantidad de improperios, insultos soeces y denuestos que gente como Alfonso Ussía dedicó en su momento al obispo José María Setién, titular que fue de la diócesis de San Sebastián, hubiera bastado para hacer de él una personalidad pública. Se da asimismo la circunstancia de que Monseñor Setién es hombre de acusada personalidad, firmes convicciones, decisión y acusado sentido de su misión pastoral lo que mezclado con el vilipendio a que lo sometió la carcundia, lo convirtió en la figura más visible de la Iglesia vasca y una de las más visibles de la española.
Ahora acaba Monseñor de publicar un libro con el sugestivo título que puede verse a la izquierda y de muy interesante lectura, aunque algo fatigosa y no por la enjundia, sino por el descuido con que está escrito. Sea como sea resulta muy necesario para estudiar la actitud de la Iglesia católica y la del citado obispo en concreto frente al nacionalismo vasco y ETA en los años duros de los setenta, ochenta y noventa.
La obra es una especie de rendición personal de cuentas en la que se mezclan noticias biográficas con consideraciones de carácter doctrinal. Mons. Setién comienza bromeando con su posible doble condición de obispo nacionalista o nacionalista obispo. Pero hay pocas dudas de que es y se considera lo segundo: un nacionalista que es obispo, desde luego como podía haber sido cualquier otra cosa, pues es hombre inteligente. Se dirá que la condición de obispo, de religioso, es vocacional y es cierto; pero al definirse como nacionalista obispo, el nacionalismo es previo a la vocación, casi como una condición intrínseca del ser Setién, que no dependiera de él, como los peces tienen escamas y los pájaros plumas; aunque siempre hay excepciones.
El nacionalismo de Mons. Setién es exactamente el del PNV, aunque él lo presente como elaboración propia. Monseñor utiliza la lengua peneuve, nunca habla de España sino de Estado español, es soberanista, partidario del derecho de autodeterminación de los vascos, firme creyente en la idea de los derechos colectivos de los pueblos, defensor a ultranza de la vía negociadora para poner fin al "conflicto vasco", contrario a ETA, a la que condena sin ambages y cuya desaparición pide con reiteración, sólido puntal del llamado Plan Ibarretxe, que él menciona por su nombre oficial de Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi, aprobado por mayoría absoluta en el Parlamento vasco y no admitido a consideración por el Congreso de los Diputados. Todo lo cual hace que no haya gran diferencia entre Monseñor Setién y cualquier jelkide.
Sólo que Monseñor Setién, además, es cura y cura que va de progre por la vida con eso del nacionalismo pero que es un reaccionario que mete miedo. Basta con ver cómo relaciona el aborto con el terrorismo de ETA:
No caí en la trampa de quien se empeñaba en hacerme decir que, de esa manera, "equiparaba" yo el aborto con los asesinatos de ETA. Pero la negación de esa abusiva identificación no podía llevar a la conclusión de que el aborto no fuera en sí una negación clara del derecho fundamental a la vida de la persona, al igual que lo era el asesinato producido por ETA." (pág. 110)
O sea, no pero sí o sí pero no.
Veamos ahora al obispo ocupándose de su grey y sin ignorar, como de hecho no ignora, que en ésta hay de todo: nacionalistas vascos, españolistas y todo tipo de matices interiores e incluso sin matices. Hay asimismo fuerte división, enfrentamiento muchas veces a muerte, conflicto, guerra. En ese contexto, Monseñor justifica la atención que el pastor dedica a los descarriados, los terroristas, los asesinos recordando los evangelios. Él no duda de que ETA es una organización criminal, pero añade que, como cristiano, tiene que amar hasta a los criminales. Ese amor por los criminales es el que le ha costado más duras diatribas de la caverna hispánica. A mí, en cambio, me parece perfectamente legítimo, mientras ese amor por el criminal no le lleve a ayudarlo en su crimen, a ser cómplice o encubrirlo; de no ser así, las relaciones que tenga Monseñor con criminales es asunto suyo, privado. Cosa, sin embargo, que él no reconoce porque, a fuer de católico, cree que la práctica religiosa pertenece al ámbito de lo público. Eso es lo que hace a los católicos bastante fastidiosos.
Lo explica muy bien Mons. Setién cuando dice que la expresión "dolor de ETA" no es ambigua, sino ambivalente, puesto que pide ocuparse tanto del dolor que ETA causa como el que le es causado a ella (pág. 159). Una distinción forzada ya que la ambivalencia no supone la coexistencia de deberes sino la idea de que uno debe erradicar al otro, que no es lo mismo. En todo caso, comienza y acaba la obra haciendo una propuesta cada vez lo suficientemente ambigua para que, en el ínterin, quepan todas las posiciones. En el comienzo se dice que hay que pronunciarse entre conseguir la paz y luego la justicia o, al revés, primero la justicia y después la paz en el País Vasco (pág. 105) y termina asegurando que nos encontramos ante la disyuntiva reconciliación y luego justicia o, al revés, primero justicia y luego reconciliación (pág. 180). Como se ve, nada nuevo. Él, por supuesto, escoge siempre la segunda opción como buen nacionalista.
Y como buen nacionalista, su compromiso de hoy es viento de mañana, pues todo depende de ese ente superior al que se refiere varias veces, el magma Nación. Si ayer se decía que no es pensable un funcionamiento democrático en el País Vasco mientras exista ETA, se apoya luego el Plan Ibarretxe que es eso precisamente: consultar a la población para que la gente se pronuncie libremente con el cañón de la Parabellum en el cogote.
Monseñor termina su obra diciendo que quiere mirar al futuro. Aparte de que futuro a él no le queda mucho pues es octogenario, su idea de él aparece claramente mediatizada por sus imágenes de madurez, de juventud, de adolescencia, de niñez. Es "su" futuro, lo que él quiere como futuro. Palpita en cada hoja de este libro: una euskadi independiente camino de una Euskal Herria independiente. Todo lo cual está muy bien y es muy legítimo mientras no se asesine a nadie. Otra cosa es que Monseñor Setién quiera establecer algún tipo de relación entre el catolicismo (¡ay las procesiones a Santa María de Aranzazu!) y el credo independentista burgués o moderado. Ahí es donde, al hablar de la "iglesia vasca" sus colegas de jerarquía le afean la denominación y él responde que igual de inadmisible es la expresión "iglesia española" y a fe que, desde el punto de vista religioso tiene razón: las dos son iguales de extensas pues, siendo católicas, son universales.
¿Contiene este libro una justificación de los crímenes de ETA. No, al contrario, contiene una condena continua. Pero también contiene un intento de comprensión de sus motivaciones y eso a muchos los saca de quicio.
Mi amiga y comentarista Marian encuentra divertida la foto de la sombra que aparece en el perfil y añade que a ella siempre le interesó su propia sombra. Pues nada, incluyo a la izquierda otra foto de sombra bastante curiosa. En esto de interesarnos por las sombras, por nuestras sombras, andamos acompañados de leyendas, gentes e historias muy apasionantes y algunas geniales. Debe recordarse que de siempre se ha vinculado la sombra al alma, al destino, a la personalidad de cada cual. Se cuenta de algunas tribus llamadas primitivas que mantenían la creencia de que, si alguien pisaba la sombra de una mujer, ésta se convertiría en estéril. Andando los siglos (en un sentido figurado, claro es, pues esos primitivos son contemporáneos) este mismo tema reaparecería en el archicivilizado y decadente mundo del Imperio Austro-húngaro a fines del siglo XIX y primeros del veinte, ya que éste viene a ser en buena medida el argumento de la ópera La mujer sin sombra, de Richard Strauss sobre libreto de Hugo von Hoffmanstahl; una reina que no tendrá descendencia en tanto no recupere su sombra. La sombra es una parte esencial de nosotros, algo que damos por supuesto, como las creencias orteguianas. Pero ¿qué pasaría si algún día ésta desertara por la razón que fuera? Precisamente por parecerse mucho al alma, tiene un momento fáustico en la fabulosa obra de Adelbert von Chamisso, La maravillosa historia de Peter Schlemihl, en la que el protagonista vende su sombra al diablo, un libro con el que arranca en plena fuerza el goticismo de la literatura alemana en el XIX.
EL RAP DEL PROFESOR.
Mis hijos, que son profesores de secundaria de español en los EEUU, están muy sensibilizados ante el problema de la violencia en el sistema educativo y tienen un gran sentido del humor me han enviado este rap del profesor que está muy bien.
Supongo que habrá quien diga que maldita la gracia que tiene, que no hay que tomarse a broma problemas tan graves y que hay que censurarlo. Nunca llueve a gusto de todos. Me parece agudo, burlón y que, siendo respetuoso con el estamento docente, pone en solfa a quienes son más culpables en esta situación, que somos los padres. Por supuesto, igualmente sin generalizar pues, como todo el mundo sabe, también hay padres responsables. Pero ¿cuántos son como los que se retrata en el rap?
En fin, tras haber disipado los últimos escrúpulos vuelvan a escucharlo porque tiene gracia.
Los amigos de InSurGente llevan un par de días fuera de la red por causas ajenas a su voluntad. Si se va a su dirección aparece el aviso "PHP-Nuke.- There seems to be a problem with the MySQL server, sorry for the inconvenience. We should be back shortly." Pero el shortly se alarga. Total, que me han enviado esta caricatura del Rey, hecha por el gran Kalvellido, suponiendo que, al ser servidor republicano de siempre, estaría de acuerdo con su significado.
Y no; no lo estoy.
No obstante, cuelgo la imagen en muestra de mi concepto de libertad de expresión según el cual ésta sólo existe si es libertad para los que piensan de otro modo. Acerca de si los demás están dispuestos a colgar en sus blogs, wlogs, webs, periódicos, etc elementos que contradigan su parecer, que cada cual hable por sí mismo.
De paso aprovecho para explicar por qué no estoy de acuerdo con arremeter contra el Borbón (en este caso) y así voy contestando a los comentarios que me han hecho en el post correspondiente.
Veamos. Presumimos que todos hemos visto el video, que somos gentes desapasionadas, con sentido de la justicia y no pensamos que haya que defender a los nuestros hagan lo que hagan. Si eso es así, que alguien me corrija si me equivoco en la narración de los hechos:
I.- El señor Chávez había hecho uso de su turno de palabra sin que nadie lo interrumpiera, poniendo al señor Aznar a bajar de un burro.
II.- Después entra en uso de la palabra el señor Rodríguez Zapatero y el señor Chávez lo interrumpe, no lo deja hablar, habla él más alto y así se organiza un guirigay en que el señor Rodríguez Zapatero no consigue hacerse oír porque el señor Chávez no lo permite.
III.- Es en ese contexto y ante la ausencia de toda moderación institucional cuando el Rey le pide a quien no deja hablar que se calle.
Me parece de perlas. Yo hubiera hecho lo mismo porque detesto a la gente que no deja hablar a los demás, los interrumpe y los achanta.
No hace falta que diga que, siendo radicalmente republicano, deseo que el Rey se vaya cuanto antes. Pero eso no me ciega al extremo de cargar contra él cuando no lo merece.
Y esto vale también para el visionado completo del video que un comentarista incluyó con mucho acierto. Después del rifirrafe, el señor Chávez tomó de nuevo la palabra, insistió en su derecho a decir lo que quisiera donde quisiera sin ser interrumpido y sin que nadie le replicara. A ver si aprende modales y nosotros... nada que reprocharnos.
Francamente, creo que esto es muy revelador de esa lamentable ciscunstancia de los españoles, siempre dispuestos a tirar contra sus representantes, en beneficio de representantes ajenos que tienen el mismo comportamiento, con los mismos valores y los mismos prejuicios que los representantes denostados. No podemos mostrar respeto por nuestra bandera (sea la tricolor o la rojigualda) pero hay que inclinarse ante la cuatribarrada; no podemos defender la unidad de España, pero tenemos que partirnos el pecho por la unidad de Euskal Herria; no podemos interrumpir a un interrumpidor, sino que tenemos que aguantarnos con sus interrupciones y criticar a quien las denuncia.
Lo único, pero muy interesante, que he sacado en limpio del lamentable incidente en la cumbre hispanoamericana es que todo dios considera que llamar "fascista" a alguien es insultarlo. ¿Qué dirán los fascistas al respecto? Digan lo que digan, lo suyo ha sido un exitazo en campaña de imagen. "Fascista" y "nazi" son dos insultos en toda la línea. Mucho más que el término "comunista". A pesar de todo lo que el comunismo ha supuesto, conserva cierta aura benéfica, revolucionaria, utópica. Todavía hay quien dice que "Jesucristo fue el primer comunista del mundo". Nadie, que yo sepa, ha dicho alguna vez que Jesucristo fuese el primer fascista. Ni los fascistas.
Por lo demás, la intervención del señor Hugo Chávez en lo referente al señor Aznar me pareció extemporánea, torpe, desaforada, grosera y bastante estúpida. No porque no esté de acuerdo con el fondo del discurso, sino porque no es el momento ni el lugar de ponerlo de relieve. En efecto, también a mí el señor Aznar me parece bastante fascista (con un fascismo nuevo, propio de la revolución tecnológica) y, desde luego, lacayo del señor Bush a extremos inconcebibles. Puedo estar de acuerdo con lo que dice el señor Chávez en este video
pero la cumbre no era el lugar para decirlo. Y no lo era porque las cumbres hispanoamericanas no son un mitin de fogosos partidarios del señor Chávez en donde éste puede gallear a su sabor. Las cumbres son espacios colectivos de diplomacia, colaboración y entendimiento, esto es, lugares en los que brilla la buena educación. Cuando se tiene, claro. Quizá el señor Chávez se siente tentado a seguir las audaces propuestas de Lenin en su tiempo para suprimir la diplomacia de los acuerdos secretos y por eso revienta la confidencialidad de las entrevistas. Si es así está mal porque pocas diplomacias han estado más llenas de secretos que la soviética.
Las cumbres tampoco son el lugar para ponerse borde por la misma razón por la que, cuando lo invitan a uno a casa ajena, trata uno de no agredir ni dejar en mal lugar al anfitrión que igual no quiere que lo indispongan con otros huéspedes. No es este un razonamiento que un ególatra infantil como parece ser el señor Chávez se haga por sí mismo; pero debieran soplárselo los asesores. Más que nada para no quedar como un patán.
No, no son las cumbres los lugares para tales exabruptos. Además es cosa muy poco inteligente. ¿Cómo no darse cuenta de que insultar a Aznar de esa forma es poner en un brete a los españoles presentes y no dejarles otra vía que reaccionar en respuesta como lo han hecho? Y lo han hecho muy bien. El Rey mandando callar al gárrulo militar y el señor Zapatero propinándole una lección de buenos y civilizados modales que lo dejó tieso y frío como una iguana. Los españoles consiguieron el aplauso general y el señor Chávez se quedó colgando del hilo del teléfono de don Fidel Castro, quien llamó a su joven paladín para hacerse presente en la cumbre desde el lecho del dolor, otro a quien gustan no poco las candilejas.
Tanto brillaron los españoles en la Cumbre a pesar de los ataques de varios mandatarios que nadie reparó en que el razonamiento expuesto por el señor Zapatero tenía un grave defecto lógico. Decía que la cumbre se basa en el respeto a los mandatarios elegidos por los ciudadanos de cada país. Pero eso será si los mandatarios son respetables porque el señor Chávez es elegido por la mayoría de la población y no es respetable en tanto no retire las expresiones injuriosas hacia otras personas.
Como es claro que el señor Chávez no lo hará, siempre se podrá suponer también que su finalidad originaria fue cargarse la cumbre para colocar al personal el rollo ese de lo bolivariano que, como la frecuente advocación del "socialismo del siglo XXI" nadie sabe en qué consista.
Hay que ver cómo gusta en Latinoamérica que alguien se meta con España y los españoles. En eso se echa de ver cuán españoles son sus hijos.
En el ojo mismo de este finde largo, mientras Norman Mailer pasaba a formar parte de los personajes de su primera novela de éxito, Los desnudos y los muertos, dimos un salto al Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, así llamado por tratarse de un lugar en el que los monjes jerónimos (cómo no) de Segovia tenían una granja. Aquí se retiró el primer Borbón que reinó en España, Felipe V, quien no se consideró obligado a gobernar sobre el Imperio porque eso ya lo hacían sus familiares en París. Tras doscientos años de los Austrias, comenzaba la época del convulso afrancesamiento rococó. Buena prueba estos jardines del palacio, concebidos al modo de Versalles y de todos los jardines de palacios en Europa, desde Schönbrunn en Viena hasta el Nyphenburger Garten en Munich.
El jardín tiene veintiséis fuentes de muy diversa categoría por lo general con motivos mitológicos propios del siglo XVIII. La fuente de más arriba, el Baño de Diana, parece estar más consagrada a Apolo que era un dios muy querido por el cousin aîné francés, Luis XIV en su condición de "Rey Sol", Febo Apolo. Los jardines son estupendos, aunque ni de lejos llegan a los de Versalles, pero es un placer pasear por ellos en esta época del año en que el follaje teñido de otoño fuego de los árboles, plátanos, castaños, robles, produce una luz dorada que lo baña todo del color de las memorias de la adolescencia, cuando la amarillenta calidez otoñal embalsamaba los ardores del verano.
En la foto se va a Ramoncín sobre un servidor, con los dos amigos residentes en La Granja cuya felicidad se aprecia en su relajado porte.
El conjunto del Real Sitio es muy grato de visitar. Siempre que la corte se asentaba en algún lugar, allí surgían nuevas edificaciones, hoteles, negocios para atender a la muchedumbre que normalmente se desplaza con los reyes, muy numerosa cuando se trata de los Borbones, que adoran la pompa y el boato.
Lo más característico de este ceremonial versallesco es la concentración en los temas mitológicos, especialmente las metamorfosis de Ovidio, leyendas como la de Perseo y temas alegóricos y los relativos a los consejos de los dioses, que los concentran en el Olimpo, igual que los dioses terrenales se concentraban en Versalles. Y sus primos del Sur en un lugar exótico llamado La Granja de San Ildefonso.
Para pasar el finde propongo a los lectores un divertido entretenimiento. Léase con atención el contenido del video de You Tube aquí colgado o pásese directamente a la traducción española más abajo.
La traducción dice así:
“¡La República Federal de Alemania (RFA) no es democrática! En la RFA no hay democracia puesto que la democracia significa gobierno del pueblo y aquí no gobierna el pueblo, sino sólo una parte del pueblo que es elegida por el conjunto del pueblo. Podría decirse entonces que sí que gobierna el pueblo puesto que puede elegir a los partidos que han de gobernar. Pero ese no es el caso puesto que los medios de comunicación se encargan de destruir o ignorar a todo partido nuevo que represente una oposición verdadera a los partidos establecidos.
La mayoría de la gente sólo puede formar su opinión a través de los medios y esos son los que nos engañan. Muchos no se dan cuenta de eso y los medios les influyen para formarse una opinión que se basa en falsedades o medias verdades. Se amenaza a la gente con que perderá su medio de vida si favorece a un partido “extremista”. Sin embargo, ¿qué es un partido extremista, quién decide qué es extremista y, sobre todo, qué tiene de democrático prohibir a la gente que elija al partido que quiera?
Mucha gente está encarcelada por haber expresado su opinión, pero de eso no se informa en los medios porque se pretende convencer al pueblo de que en la RFA hay libertad de expresión.
¿Se nos ha preguntado si queremos que entre Turquía en la Unión Europea (UE)? ¿Se nos ha preguntado si queremos una Constitución de la UE? ¿Se nos ha informado de qué consecuencias reales tendría una Constitución de la UE?
¿Se nos ha preguntado al pueblo alemán si queremos que los extranjeros puedan obtener la nacionalidad alemana? ¿Se nos ha preguntado si queremos el euro?
¿Se nos ha preguntado si queremos regalar submarinos nucleares a Israel? ¿Se nos ha preguntado si queremos enviar soldados alemanes a la guerra en defensa de intereses ajenos?
Parece que les dé igual lo que queramos puesto que, si no, nos preguntarían y pondrían en práctica lo que queremos y no permitirían que se construyeran mezquitas ni seguirían recortando las prestaciones sociales mientras se desembolsa más dinero para intereses extranjeros y todo ello en contra de nuestra voluntad.
En una democracia verdadera el gobierno no estaría tan en contra del pueblo, si no que haría lo que quisiera el pueblo. Por tanto la RFA no es democrática porque nunca se pregunta al pueblo y se actúa en contra de la voluntad popular y la libertad de expresión.”
Ahora el juego consiste en averiguar en menos de 1" (como diría Forges) a quién pertenece este discurso, si a la extrema izquierda o a la extrema derecha.
Hace siete meses, dentro de la serie que dediqué a Las edades de la vida, el post número XVII iba destinado a Camille Claudel. Feliz coincidencia porque la Fundación Mapfre ha inaugurado hace un par de días una exposición muy documentada de la obra de la genial escultora, discípula, modelo y amante de Auguste Rodin. La muestra es interesantísima y, por lo que yo sé, la primera que se abre en el país. Además hay un montón de obra acabada, en boceto, ensayo, prueba, que ilustra siempre mucho sobre el modo de trabajar del artista. En el caso de Camille Claudel, una mujer bellísima al decir de sus contemporáneos y puede apreciarse en la foto, el método de trabajo era tan torturado como lo muestran algunas de sus obras acabadas.
La más famosa, L'âge mur, la que sella su ruptura con Rodin, quien volvió con su amante de toda la vida, que seguramente no le ocasionaba tantos sobresaltos como su genial e imprevisible discípula. Queda claro en la expo que el grupo representa una forma de las edades de la vida. Parece que fue el hermano de la artista, Paul, el que puso nombre a las figuras con esa manía por lo concreto que suelen tener los poetas: Rose Beuret-Rodin-Camille. Sin duda alguna.
Pero no toda la producción de Camille Claudel era torturada. Precisamente la ruptura con Rodin abrió un periodo de clasicismo. La elegancia, el equilibrio de ese mármol que representa la fábula de Vertumnus y Pomona son manifiestos. Casi parecería que se tratara de autoras distintas, como si hubiera dos Camilles y la serena, la clásica y equilibrada emergiera a raíz de la ruptura con el amante.
Camille tuvo muy mala suerte y, después de abundantes crisis de ánimo y penurias sin cuento, su familia la encerró en un manicomio, en donde vivió los últimos treinta años de su vida. Un destino atroz. Su hermano Paul, cuyo busto había esculpido ella en repetidas ocasiones a lo largo de los años (Paul a los dieciséis, Paul a los veinte, etc) fue el que firmó el boletín de ingreso de Camille en el manicomio. Hoy, cuando sabemos que gran parte de lo que se da por cordura y por locura es pura convención social, pura construcción cultural, como el himno y la bandera, estremece la mala fortuna de Camille. Entró en el hospital en contra de su voluntad y su familia (su madre y su hermano) la mantuvo en él incluso contra el parecer contrario de los facultativos y de las propias instituciones en que estuvo recluida.
Al final, después de treinta años de encierro forzoso en un hospital de enfermos mentales, la hermosísima muchacha de más arriba ofrecía el aspecto de la izquierda. El gesto, la expresión del rostro, el ademán lo dicen todo. Pero obsérvense las manos, las manos, la parte más importante del cuerpo para un escultor.
En un lugar que trata de asuntos de Camille Claudel he encontrado el siguiente apotegma de Phyllis Chesler: "Algunos dicen que Plath, Woolf, y Claudel era genios "locos" que hubieran terminado igual de mal incluso aunque hubieran crecido en familias y culturas más afines a la mujer. ¿Cómo pueden estar tan seguros esos cínicos?". De los tres tristes destinos que personalizan las tres mujeres mencionadas, los dos suicidios permiten albergar la duda; el tercero, el encierro en contra de la voluntad de la encerrada no ofrece duda alguna; le sucedió por ser mujer, por tener genio y por ir contra las convenciones sociales del momento.
Eso que ha pasado y está pasando con las mujeres desde hace siglos, milenios, es otro Holocausto mayor, más antiguo, universal, permanente.
Dos rifirrafes recientes entre contertulios en dos programas de televisión plantean algunas interesantes cuestiones sobre el nivel de crispación del debate público en España, sobre la función que ejercen los medios y sobre la calidad de ese debate. Los dos incidentes, idénticos en su génesis, desarrollo y desenlace son, además, simétricos en cuanto a su signo político. En los dos se empieza con una agresión verbal (frases subidas de tono, descalificaciones crudas, simples insultos), hay unos instantes confusos de tumulto con peticiones desatendidas de rectificación, reconsideración o retirada y el asunto termina con una de las partes levantándose airada y abandonando el plató. Uno sucedió hace unos días en la televisión andaluza y el otro el miércoles en el programa 59" de TVE. Son simétricos porque si en uno la parte agresora es la izquierda (para entendernos), señor Calleja, y la parte agredida la derecha, señora San Sebastián, en el otro es al revés, tres contertulios de izquierda (entre los cuales recuerdo a la señora Regás) se sintieron agredidos y se marcharon del plató mientras que el agresor que se quedó cómodamente sentado era el de la derecha, señor Villa. Sólo les falta llegar a las manos.
Menos mal que, como se oye predicar desde hace más de medio siglo, la división, el cleavage o clivaje, que dicen mis colegas, entre la derecha y la izquierda ya no se lleva nada, está obsoleto, trasnochado, es cutre y grisáceo, no pega ni con cola y no le interesa a nadie. Ya no hay modo, diuen, de distinguir a la derecha de la izquierda. Pues parece que entre ellas se distinguen perfectamente; al menos lo suficiente para decirse las lindezas a la cara y, si llega el caso, que ya falta poco, arrimarse una chufa.
La derecha y la izquierda es el nombre que se da en política a los dos términos de un rasgo que considero inherente al ser humano, esto es, el hecho de ser doble, de establecer dos polos en cualquiera de sus actividades: la fe y el ateísmo en religión, el libre mercado y el intervencionismo en economía, el romanticismo y el clasicismo en arte, el idealismo y el materialismo en filosofía, la izquierda y la derecha en política. Dos posiciones que grosso modo califican dos formas de entender la organización de la cosa pública, una más tendiendo a la igualdad y lo público y la otra más a la jerarquía y lo privado.
Ese enfrentamiento que en otros países discurre pacíficamente es motivo de gresca y bronca en España, como bien se ve en el video que he colgado, correspondiente al momento más pugnaz del programa de 59". Yo obligaría a ese par de energúmenos a ver estos minutos en la pantalla, a todo volumen, como le hacen a Alex en La naranja mecánica para suscitar en él determinado sentimiento. Aquí bastaría con que se pidiera a los dos gallos encrespados que se pongan en el lugar del espectador en medio de un guirigay atroz, incomprensible y que no srve para nada pues no se entiende nada .
La cuestión es también en qué medida son los medios responsables del clima de bronca, crispación, agresividad del debate público español. Cada cual tendrá su opinión y no es cosa de ponerse a contrastarlas. Se estará de acuerdo sin embargo en que cuando los periodistas son la noticia, algo no está funcionando en el sistema comunicativo e informativo de la sociedad. O no está funcionando como se supuso que había de hacerlo. Claro que por qué no iba a hacerlo de otra. La mayoría de las cosas acaba sirviendo para algo distinto de para lo que fueron creadas.
Llama la atención por último que el nivel conceptual de estos debates televisivos sea bajísimo. En algunos casos, como el del programa del señor Sáez de Buruaga en TeleMadrid, lamentable. Y con unas broncas también llamativas. No está claro que en estos debates pueda llegar a averiguarse verdad alguna, ni en ningún otro por lo demás; pero sí lo está que quien recurre a tales procedimientos se priva de toda posible razón. Que se pongan a vociferar como en las barras de las cervecerías es buena prueba de lo apasionado de la raza. Y lo primitivo.
Las viejas fórmulas casi nunca fallan. Una de ellas es la de la "casa encantada", fundamento de esta peli española, El orfanato, opera prima de Juan Antonio Bayona, muy premiada por ahí fuera y que, al parecer, compite por el óscar a la mejor peli extranjera de este año. ¿Quién dijo que aquí no se podía hacer una suculenta peli de terror?
Acostumbrado a un cine español cuyo argumento era un tío de pueblo con una boina de visita en la capital durante los años del take off o los problemas de un matrimonio progre en los ochenta del siglo pasado, esta peli de Bayona parece de otro planeta. Y lo es en buena medida porque rompe con toda forma de casticismo y se mueve en un género universal que es el de la haunted house.
Están de enhorabuena los amantes del cine con puertas batientes por el viento, escalones crujientes, casones desvencijados, sótanos siniestros, espejos misteriosos, luces que menguan, desvanes repletos de cachivaches inquietantes, golpes en las paredes, figuras que aparecen y desaparecen entre los relámpagos de las tormentas, pasillos oscuros, galpones llenos de telarañas, máscaras o primeros planos con una luz oscilante. El director es un maestro y no nos ahorra una sola de las escenas típicas del género, culminando con unas vistas generales de una casa señorial del XIX en la costa cántabra con un faro y una gruta que la marea anega cuando sube. Firma completa de narración gótica. Espero que haga mucha taquilla y le den el óscar.
En cuanto a la trama, la cosa es de otro jaez, ya que se parece mucho a la peli de Amenabar, Los otros, con Nicole Kidman. Casi es una remake. Pura casa encantada igualmente, con una mezcolanza entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Belén Rueda, que es muy notable actriz, no tiene comparación con Nicole Kidman y al marido de la primera le ocurre lo que al marido de la segunda, que aparece y desaparece, si bien en el caso de El orfanato por deficiencias del guión.
Una última cuestión sobre las figuras de niños en las narraciones de terror, algo muy socorrido a fuerza de eficaz. El contraste entre alguna forma desconocida del mal y la candidez infantil suele ser espeluznante. La fórmula mágica que puso en marcha Henry James con Otra vuelta de tuerca. El director Bayona riza el rizo porque muestra abundancia de niños, reales o ilusorios, hermosos, repelentes, con el síndrome de Down o alguna complicada prótesis. El colmo del intríngulis es ese Tomás que lleva una capucha que a veces recuerda la de El hombre elefante.
Casi parece mentira pero la publicación de la sentencia del 11-M, en lugar de zanjar el debate público lo ha reanimado. No es solamente que el señor Rajoy se llame andana diciendo por un lado que acata la sentencia y por otro que su partido apoyará actividades encaminadas a posteriores investigaciones que nadie pide y nadie sabe en qué dirección habrían de ir. Es que ahí está otra vez el señor Del Pino, como un nuevo Hércules Poirot, poniendo en evidencia la torpeza (quizá la complicidad, quién sabe, dice muy campanudo el citado señor Del Pino) de la policía, mochila va, kangoo viene. Es que vuelven los "peones negros", los que se reunían los sábados porque "querían saber", algo que me recordaba cuando los catalanes en Madrid se reunían también los sábados a bailar sardanas en el Retiro. Espero que el señor Montilla no vea aquí "desafección" hacia Cataluña, sino todo lo contrario.
(Por cierto eso que dice el señor Pujol de que se han dado casos de taxistas de Madrid que han echado a clientes al oirlos hablar catalán me parece gordísimo. Creo que el señor Pujol o cualquier otro que haya presenciado los hechos debe formular la correspondiente denuncia. El taxista que haya cometido una fechoría como esa debe perder su licencia o, cuando menos, verse obligado a llevar un distintivo que diga "soy anticatalán").
¿La sentencia? ¡Ah, sí, la sentencia! ¿Quién se acuerda ya de que hubo una sentencia? En este mundo frenético de medios que todo lo devoran, ya está descontada, ya ha sido analizada y se ha visto que, siendo correcta, era lamentablemente insuficiente ya que, según el señor Aznar, no nos ha permitido saber nada de lo que verdaderamente importa. Así que otra vez a buscar a ETA, que no debe de andar muy lejos.
Precisamente ayer el presidente de la FAES, que no para, se reiteró en sus afirmaciones en la comisión parlamentaria del 11-m, esto es, que todos los terrorismos son iguales y que los autores del 11-m no están lejos. Claro que no; unos están en la cárcel y otros, enterrados; todos cerca. Fue como un documental de época. Y así parecen haber decido que quieren comportarse en el PP. Son la manifestación de lo que decía Eurípides, "aaquel a quien los dioses quieren perder primero lo vuelven loco". En ello están los dioses con la derecha, en sembrar la locura que los llevará al desastre electoral de marzo próximo. Una impresión de este tipo puede sacarse mirando el video que han hecho los socialistas sobre las responsabilidades por el atentado de Atocha en IPSOETV. En él se ve claramente no sólo cómo el Gobierno del momento intentó mentir a la desesperada sino cómo, también, presa de un extraño frenesí, intentó seguir haciéndolo la oposición hasta el día de hoy y, lo que es más chusco, cómo aún continúa en ello, cuando ya ni los micrófonos creen lo que fielmente trasmiten, puesto que más del ochenta por ciento de la población atribuye los atentados de Atocha a los islamistas.
La fiscal Olga Sánchez publica un buen artículo en El País sobre el proceso, rebosante de indignación ante el comportamiento de quienes desde los medios, trataban de hacer abortar el proceso judicial. Se llama Vocación por conocer la verdad y es un ataque contra quienes han estado propalando versiones rocambolescas de los hechos a mayor gloria de la venta al número. Muy bien por la fiscal, aunque ya preveo que los linchadores oficiales de la derecha van a despellejarla. ¡Una fiscal escribiendo para el grupo Prisa! Pobre fiscal.
En todo caso, por extraño que pueda parecer y ante el estupor general, esa gente, con el señor Aznar en cabeza (ya que la del señor Rajoy no cuenta) sigue mintiendo. Siguen lloviendo mentiras con la misma estólida indiferencia con que el señor Acebes continúa fabulando agresivamente ante las cámaras. Inasequibles al desaliento. Como su mentor, el de Cuelgamuros, que abrió una Causa General contra todos los que no le secundaron en la rebelión acusándolos de... ¡rebelión militar!
Ayer estuve viendo la peli de Andrew Dominik, El asesinato de Jesse james por el cobarde Robert Ford. Mi primera lectura fue "Robert Redford" y me quedé algo sonado. Tuve que releerlo. La película está muy bien, aunque es demasiado larga y no se me ocurre cómo podría abreviarse. Quizá reduciendo planos cortos de miradas y rictus y algún resoplido que otro. Pero, mejor pensado, la reducción de planos no nos permitiría seguir tan de cerca los procesos psicológicos, especialmente de Jesse y de Robert. Y eso es muy característico de la peli, en la que estos se alternan con planos generales de cielos distorsionados, como en la pintura expresionista, para hacernos sentir en la atmósfera del "viaje interior", de cómo Jesse va hundiéndose en una especie de delirio de desconfianza que le hace sospechar de todo, para averiguar demasiado tarde que no era delirio.
La vieja leyenda de Jesse James, el Robin Hood estadounidense, aparece ahora un poco con la estética gótica del nuevo Western, al estilo de Tumbstone. Brad Pitt hace una interpretación extraordinaria y Casey Affleck (Robert Ford) apoya muy bien, aunque tenga tendencia a sobreactuar. La historia no se interrumpe con la muerte de James, sino que prosigue en una especie de coda, dedicada a contar la vida de los Ford después y, siendo tan grande el contraste entre la leyenda que enseguida se forjó y lo sórdido de la realidad en que aquella desembocó, cómo llegaron a escenificar su traición y muerte por los teatros de ciudad en ciudad, intérpretes de sus propios papeles. La pregunta que atraía a los espectadores era: ¿cómo pudieron hacerlo los Ford? Y esa misma pregunta llevó a Bob Ford a un destino que no esperaba.
Publicóse la esperada sentencia del 11-M y armóse la de San Quintín. A los fallos en procesos con repercusión política les sucede como a los resultados electorales. Nadie pierde. ¿Creería Vd. que esa pieza irreprochable de rigor jurídico tendría el acatamiento universal al dejar en su lugar la confusa cuanto delirante maraña de sospechas, alambicadas especulaciones, siniestras insinuaciones con que cuatro desaprensivos y el principal partido de la oposición estuvieron aburriendo al respetable durante tres largos años, esto es, en el ridículo? Ni hablar. Ahí siguen, impertérritos, hablando de la "autoría intelectual" de un primo suyo, diciendo que hay que seguir investigando y embarullando con las bolsas, la kangoo, el Skoda Fabia y el ADN del gato. Dicen que la sentencia les ha dado la mitad de la razón desde el momento en que no condena a nadie por "autoría intelectual", tipo desconocido en el código penal. Como en las elecciones. Nadie pierde.
(Entre nosotros). No entiendo que la absolución de El Egipcio sea un error sino el resultado de una interpretación judicial que, si peca de algo es de garantismo, que es muy hermoso pecar. Si alguien quiere condenar al presunto, que sea una instancia superior. En todo caso, si lo condenan, no podrá ser por "autoría intelectual" ni tampoco, es de suponer, por desear la luna.
La sentencia ha sido como una señal de fuego lanzada a las baterías de la nave capitana y buques de acompañamiento. Empezó a cañonear el señor Rodríguez Zapatero hace un par de días, pidiendo a los obispos que pongan coto a la COPE, que está sembrando la división entre los españoles. Creo fueron sus palabras, más o menos.
Veamos. Siempre he sostenido que algunos medios de comunicación en España, como la COPE y El Mundo son detestables. En España no hay prensa amarilla porque está disfrazada de prensa respetable. Son medios lanzados a la espiral de la agitación, la desestabilización, medios que no paran barras en ningún tipo de límite moral, deontológico o de simple fair play, pero los demás les han ayudado a mantener la superchería de que son empresas dignas, probablemente por miedo. Porque ésta es mala gente....
Pero vivimos en un país libre, donde todo el mundo puede decir lo que quiera y amplificarlo por los medios como le parezca siempre que no contravenga el código penal. La COPE y El Mundo (entre otros) tienen derecho a decir lo que quieran y si a alguien no le gusta la forma o el fondo, con no escuchar ni leer, asunto concluido. En una economía de libre mercado los consumidores determinan el producto. Si esos medios son como son (yo lo sé de oídas y leídas lejanas) es porque tienen público. Si no lo tuvieran, cambiarían. Vaya si cambiarían. Y, para no cambiar, tendrían que buscarse una subvención, cosa también frecuente que apenas se disimula detrás de las concesiones de licencias de radio TV con el criterio del amiguismo.
El presidente del Gobierno puede decir misa y es, además, una injerencia en los asuntos internos de empresas privadas. Ya hay otros que lo han secundado. El muy religioso señor Durán i Lleida ha lamentado que la Iglesia no sea "capaz de abortar una emisora que crea discordia". Me parece un poco extraño para dicho por un católico y teniendo en cuenta que tomo la noticia de Libertad Digital, pues nada, con un grano de sal. El escándalo del señor Durán suena en el coro de los que se rasgan las vestiduras sosteniendo que la COPE no sigue la senda del Evangelio, del Jesucristo bueno, manso, todo amor y entrega. Pues claro que no. Pero ¿cuándo ha hecho eso la Iglesia? Desde el capítulo del Gran Inquisidor en Sevilla en Los hermanos Karamazov, ya todo el mundo sabe que la Iglesia católica no tiene nada que ver con Cristo. "Tomamos la espada de César y, al hacerlo, rompimos contigo y nos unimos a Él". "El" no es César, sino el Espíritu Eterno, Absoluto, el diablo, que tentó a Cristo tres veces. Pues si la Iglesia está con el diablo no veo por qué le reprochan que no se acuerde de los Evangelios.
De todos modos, la COPE ha reaccionado en el terreno laboral, con un comunicado en el que respalda la libertad de expresión de sus colaboradores, aber natürlich, sí señor, me ha encantado a fuer de partidario de esa libertad que considero fundamental. Cierto, no vi ni un solo comunicado parejo de la COPE durante el franquismo y allí sí que la libertad de expresión valía menos que un chicle masticado o una ñorda de buey. Pero mejor es tarde que nunca. Defendemos juntos la libertad de expresión de la COPE y El Mundo frente al mundo. Cierto, igualmente, convendría también defenderla frente a la COPE, cadena donde hay listas negras de comunicadores, según declaró en su día doña Mari Cruz Soriano, cuando salió tarifando de la emisora.
La libertad de expresión, sin embargo, no es absoluta. Ningún derecho es absoluto, como sabemos hasta los más lerdos. Hay un limite universal de los derechos que son los derechos de los demás. Pero eso es lo que ya estipula el código penal. Que los señores de la COPE y El Mundo digan y escriban lo que quieran (que lo harán mientras haya gente que los escuche y ¡pague por leerlos!) y, si cometen algún delito, que los procesen y llegado el caso, los condenen. ¿A qué? A la cárcel, dice el señor Gustavo Vidal, hermano de don César Vidal en un artículo en El Plural, en el que razona que, si los tribunales siguen condenando al señor Jiménez Losantos en las varias querellas por injurias y calumnias que se le han acumulado, deben condenarlo a pena de cárcel y no sólo de multa, para que la condena tenga un valor intimidatorio y disuasorio. ¡Caramba con los dos hermanos! Voy a tener que cumplir mi promesa de escribir un post sobre el cainismo de toda relación fraterna.
En resumen, no se puede pedir el cierre de un medio de comunicación por motivos de opinión y se debe garantizar la libertad de expresión incluso a quienes si pudieran la abolirían. Y esto vale para todos los periódicos salvo que se pruebe que hayan sido elementos auxiliares en la comisión de delitos.