Casi parece mentira pero la publicación de la sentencia del 11-M, en lugar de zanjar el debate público lo ha reanimado. No es solamente que el señor Rajoy se llame andana diciendo por un lado que acata la sentencia y por otro que su partido apoyará actividades encaminadas a posteriores investigaciones que nadie pide y nadie sabe en qué dirección habrían de ir. Es que ahí está otra vez el señor Del Pino, como un nuevo Hércules Poirot, poniendo en evidencia la torpeza (quizá la complicidad, quién sabe, dice muy campanudo el citado señor Del Pino) de la policía, mochila va, kangoo viene. Es que vuelven los "peones negros", los que se reunían los sábados porque "querían saber", algo que me recordaba cuando los catalanes en Madrid se reunían también los sábados a bailar sardanas en el Retiro. Espero que el señor Montilla no vea aquí "desafección" hacia Cataluña, sino todo lo contrario.
(Por cierto eso que dice el señor Pujol de que se han dado casos de taxistas de Madrid que han echado a clientes al oirlos hablar catalán me parece gordísimo. Creo que el señor Pujol o cualquier otro que haya presenciado los hechos debe formular la correspondiente denuncia. El taxista que haya cometido una fechoría como esa debe perder su licencia o, cuando menos, verse obligado a llevar un distintivo que diga "soy anticatalán").
¿La sentencia? ¡Ah, sí, la sentencia! ¿Quién se acuerda ya de que hubo una sentencia? En este mundo frenético de medios que todo lo devoran, ya está descontada, ya ha sido analizada y se ha visto que, siendo correcta, era lamentablemente insuficiente ya que, según el señor Aznar, no nos ha permitido saber nada de lo que verdaderamente importa. Así que otra vez a buscar a ETA, que no debe de andar muy lejos.
Precisamente ayer el presidente de la FAES, que no para, se reiteró en sus afirmaciones en la comisión parlamentaria del 11-m, esto es, que todos los terrorismos son iguales y que los autores del 11-m no están lejos. Claro que no; unos están en la cárcel y otros, enterrados; todos cerca. Fue como un documental de época. Y así parecen haber decido que quieren comportarse en el PP. Son la manifestación de lo que decía Eurípides, "aaquel a quien los dioses quieren perder primero lo vuelven loco". En ello están los dioses con la derecha, en sembrar la locura que los llevará al desastre electoral de marzo próximo. Una impresión de este tipo puede sacarse mirando el video que han hecho los socialistas sobre las responsabilidades por el atentado de Atocha en IPSOETV. En él se ve claramente no sólo cómo el Gobierno del momento intentó mentir a la desesperada sino cómo, también, presa de un extraño frenesí, intentó seguir haciéndolo la oposición hasta el día de hoy y, lo que es más chusco, cómo aún continúa en ello, cuando ya ni los micrófonos creen lo que fielmente trasmiten, puesto que más del ochenta por ciento de la población atribuye los atentados de Atocha a los islamistas. La fiscal Olga Sánchez publica un buen artículo en El País sobre el proceso, rebosante de indignación ante el comportamiento de quienes desde los medios, trataban de hacer abortar el proceso judicial. Se llama Vocación por conocer la verdad y es un ataque contra quienes han estado propalando versiones rocambolescas de los hechos a mayor gloria de la venta al número. Muy bien por la fiscal, aunque ya preveo que los linchadores oficiales de la derecha van a despellejarla. ¡Una fiscal escribiendo para el grupo Prisa! Pobre fiscal. En todo caso, por extraño que pueda parecer y ante el estupor general, esa gente, con el señor Aznar en cabeza (ya que la del señor Rajoy no cuenta) sigue mintiendo. Siguen lloviendo mentiras con la misma estólida indiferencia con que el señor Acebes continúa fabulando agresivamente ante las cámaras. Inasequibles al desaliento. Como su mentor, el de Cuelgamuros, que abrió una Causa General contra todos los que no le secundaron en la rebelión acusándolos de... ¡rebelión militar!
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