dijous, 25 d’abril del 2019

A la unidad por la agresión

El debate de ayer en TV3 mostró enormes diferencias con el de VilaWeb de hace unos diez días entre los cuatro opciones soberanistas, con el Front Republicà, que aquí falta. Eso debiera justificarse. Está bien que los tres soberanistas protesten por las ausencias de sus líderes encarcelados por motivos políticos. Debieran también protestar por la ausencia del Front Republicà. Al no hacerlo, dan pie a sospechar que tienen un interés electoral no confesable, pues les permite pasar por encima del hecho de que un contrincante esté en inferioridad de condiciones, y eso se llama "juego sucio", cosa que Palinuro detesta y más si lo practican los suyos.

Entre el debate de VilaWeb y el de ayer en TV3 había una diferencia objetiva: en el segundo participaron tres formaciones no soberanistas, PSOE, PP y C's. Por cierto, aquí podría hacerse la misma observación sobre el fair play respecto a VOX, partido cercano y ausente en un debate sobre unas elecciones a las que también se presenta. De esas tres formaciones no soberanistas, las dos de la derecha fueron a todas luces principales responsables del guirigay incomprensible en que discurrió la mayor parte del debate, con momentos a veces de programas de peleas de famosos, de un mal gusto atroz. Sobre todo a cargo de las dos citadas damas quee carecen de la más mínima educación y respeto al prójimo. Tanto Álvarez de Toledo como Arrimadas abrieron fuego con sus primeras palabras con una andanada contra TV3 y el presentador, Vicent Sanchis. Este estuvo gallardamente contenido ante los ataques, los desprecios de las dos representates, incluida la grotesca provocación de Arrimadas con la carta de dimisión. 

Sin embargo, quizá estuvo demasiado permisivo con el guirigay de las continuas interrupciones, las vulgaridaades, los desplantes, los gestos despectivos. Las dos representantes de la derecha, carentes de cualquier espíritu constructivo hicieron insoportables discursos de ataque, de confrontación, de destrucción. La del PP con una retórica autocomplaciente y la de C's con otra más callejera, pero las dos pomposas. El buen ánimo del presentador de evitar aburridos monólogos degeneró en una permanente batahola que crispaba los nervios de la audiencia. Cierto, su tarea se vio dificultada por el hecho de que los soberanistas también entraron al trapo y contribuyeron al batiburrrillo. Se les contagió la corrala y a veces se olvidaron de las buenas formas del debate de VilaWeb, el mejor hasta la fecha. El más provechoso para todos.

El de ayer, al menos parte importante de la primera parte, fue útil e informativo, excepto en la primera intervención de Álvarez de Toledo que, lejos de exponer su doctrina, comenzó atacando a todos los demás. Luego, al emplearse la ingenua cuanto peligrosa fórmula de "dialoguen entre ustedes", se abrió fuego graneado y la cosa degeneró lamentablemente.

La imagen final es que se mantiene la unidad independentista, que los Comuns seguirán actuando en la ambigüedad, que los socialistas insistirán en sus propuestas necesitadas de consensos que no pueden conseguir y se verán arrastrados al 155 y que los dos partidos de la derecha solamente buscan pretextos para someter a Catalunya mediante un estado de excepción permanente que lleva incluida la supresión de la autonomía al modo en que Primo de Rivera suprimió la Mancomunidad o Francco el Estatuto catalán. Fuera del escenario, pero contando en la imagen, aparecen los dos partidos que, presentándose a las elecciones, no fueron invitados (Front Republicà y VOX) y el que no se presenta y, por tanto, no fue invitado, la CUP.

Lo de la ambigüedad de los Comuns puede resultarles irritante y suelen protestar por su empleo. Pero la verdad es que, mientras ayer el señor Jaume Assens razonaba muy atinadamente sobre sus coincidencias y discoincidencias con los otros soberanistas, la alcaldesa Colau trataba de dinamitar a gritos en un mitin la unidad de acción de JxC y ERC, llamando a JxC "la derecha corrupta"

La inoperancia del PSOE no mejorará, especialmente si, pudiendo elegir aliados a partir del 28-A, se decide por C's frente a Podemos por temor a verse arrastrado a concesiones que una cámara con presencia de diputados de VOX le combatiría encarnizadamente.

En cuanto a la unidad de acción de los indepes, quedó ayer de manifiesto con las lógicas diferencias de matiz. Ninguno de los dos acepta el proyecto de los Comuns de supeditar la independencia de Catalunya a una hipotética evolución progresiva de España. Las tres propuestas de ERC presentadas por Rufian son puro sentido común: 1) mesa de negociación de todas las fuerzas políticas (algo que podría llamarse una Convención); 2) referéndum de autodeterminación; 3) supresión de todas las causaas represivas en los órdenes administrativo, civil y penal. Esa o muy parecida vía constituye el presupuesto de la unidad de acción que JxC propugna. 

La cuestión es qué sucede si esas tres razonables propuestas encuentran un rechazo cerrado del Parlamento español, que ya viene preanunciado en la intervención de Maritxell Batet: mientras haya gobierno socialista no habrá autodeterminación ni independencia. 

¿No es entonces la unilateral la única vía?

Avui al acte final de JxC a Girona

Ens veiem avui a la tarda al acte final de la llista del President al Palau de Congressos.

Cuidado con los finales

Mi artículo de ayer en elMón.cat, titulado El quadre final sobre los últimos días de la campaña electoral. Trasmite preocupación porque, a falta casi de horas, pueda romperse el activo mayor del independentismo: la unidad. 

Toda acción política implica división y conflicto. Pero los conflictos pueden ser más o menos antagónicos o virulentos. Hasta la fecha, sus legítimas diferencias no habían amenazado la unidad de acción del independentismo. Se debatían en un clima de respeto y colaboración. En el debate de TV3 ayer, aun con sus defectos, no hubo ataques mutuos entre ERC y JxC y solo algunas discrepancias en tono moderado entre los independentistas y los Comuns o soberanistas. Cosa muy loable. Pero ayer también, la alcaldesa Colau lanzó un ataque brutal contra JxC en un mitin. Aunque ella no se percatara (o quizá porque sí lo hiciera con aviesa intención) a quien ese ataque deja en posición más desairada es a ERC por razones evidentes... evidentes para los independentistas.

El resto del artículo se mantiene. Aquí la versión castellana:

El cuadro final

En esta campaña electoral que entra en su último tramo, los acontecimientos han ido tan rápidos que quizá no hemos aquilatado a fondo el significado de algunos de ellos. Circunstancias extrañas y peregrinas que no se han interpretado en su todo su alcance.

Por ejemplo, las comparecencias y ruedas de prensa de los presos políticos han dejado patente esa condición de presos político y desmentido por tanto el discurso oficial del gobierno de que estos no existen y que se trata de políticos presos. Sí, políticos presos por hacer política, no por delinquir. Por eso son presos políticos y no delincuentes y el Estado tiene que reconocerlo ofreciendo su imagen junto a sus propios símbolos, la bandera y el Borbón.

Desde el punto de vista mediático, casi exclusivamente audiovisual, las imágenes y los discursos de los dirigentes independentistas encarcelados han sido la prueba evidente de que su prisión es inicua. Ha podido verlo todo el mundo y el tribunal Supremo ya no se molesta en disimular su parcialidad, su inquina hacia los acusados y su talante franquista. Pero ningún movimiento prosperará nunca si fía sus expectativas de triunfo al hecho de que el adversario sea un inmoral o reconozca la injusticia de su comportamiento.

Tarde o temprano, el PSOE aceptará un referéndum negociado, sostiene Jordi Sánchez. Desde luego. Y no solo el PSOE- También el Estado, obligado por la presión internacional. Pero el punto no es dejar constancia de algo evidente, sino cómo lo encajamos en la actividad hacia la independencia. Porque también tarde o temprano, todos calvos, como dijo J. M. Keynes en memorable ocasión. Pero eso no nos ayuda a avanzar en nuestras aspiraciones, que no pueden depender de que el PSOE o los demás partidos españoles reconozcan la inevitabilidad de poner fin a la situación colonial de Catalunya. Por sí mismos no van a hacerlo. Hay que ayudarlos. Y, para eso, nada mejor que perseverar en el objetivo ignorándolos.

La campaña ha servido para dejar claras las opciones del independentismo. Y lo que resta, aun las dejará más claras. Hay una opción de bloqueo de la política española de forma que no se investirá gobierno alguno que no reconozca expresamente el derecho de autodeterminación de los catalanes. Hay otra que no habla de bloqueo, sino que postula algún tipo de colaboración, negociar con el gobierno la salida en forma de referéndum. Esta comprende a su vez dos: quienes ponen el compromiso a una negociación con vistas al referéndum como condición "sine qua non" y quienes prefieren omitir condiciones y, dicen, "líneas rojas".

La campaña ha acusado el impacto de una presencia nueva, que nadie hubiera dado por segura hace un mes, la del Front Republicà de Poble Lliure, Som Alternativa y Pirates de Catalunya. Un impacto que solo permite especulaciones dada su novedad. La abstención cupaire pareció orientar parte del voto CUP hacia JxC por su mayor perfil independentista. El Front Republicá absorberá probablemente parte de ese voto, pero no en tan gran medida como lo hará con ERC. Esta, tiene dos vías de fuga: los votantes tradicionales que no querían votar a los herederos de los convergentes y los que se le habían añadido de la CUP. Pero tampoco debe desdeñarse el impacto en los propios Comuns, de los que absorberá una buena cantidad en función del compromiso independentista del frente.

En una situación lejanamente análoga a la Transición española, a cinco días de las elecciones tenemos tres posiciones claramente identificada: una posición de bloqueo, pero no necesariamente independentista (Front Republicà); otra independentista con algunas gotas de reformismo pactista si hay amenaza de otro gobierno aun más fascista en España (JxC); y, por último, otra reformista, partidaria de no bloquear ni de las "lineas rojas" (ERC).

En breves días tendremos el resultado de los apoyos populares a cada opción. El penúltimo debate en la televisión española ya ha demostrado que Catalunya no tiene nada que esperar de ninguno de los cuatro partidos del régimen; ni del régimen; ni de lo votantes que lo sostienen, todos ellos, en el fondo, partidarios de tratar a los catalanes como al president Puigdemont en Coripe.

dimecres, 24 d’abril del 2019

Demà, acte final a Girona de JxC

Ens veiem demà al acte final de la llista del President al Palau de Congressos.

Las segundas partes

Los candidatos (y los organizadores) anduvieron atentos a las redes y trataron de rellenar las dos lagunas, detectadas en la primera ronda, a veces con hiriente sentido del humor: feminismo y Catalunya.

El titular es hiperbólico al afirmar que la violencia de género "embarra" el debate. Vaya verbo desafortunado y machista. Otros, más moderados, o más inocentes, como El País, ven la clave del debate en la dura pugna de las derechas entre sí. No es muy penetrante, pero tampoco tan descalificador.

Acusaciones de mentir a porrillo. Alguien con paciencia cuente las veces que se habló de "mentir", "mentira" y "mentiroso" en proporción al total de palabras. La tertulia recuperaba su antiguo nombre de "mentidero": mentirosos acusándose mutuamente de mentirosos. Como los niños.

El feminismo, la primera laguna en aparecer. Podemos escenificó una grata vuelta a la casa de la madre trayendo a una mujer como asesora. Algo es algo, desde luego. También cantó la palinodia de que cuatro hombres (¡y qué cuatro! añade Palinuro) no son los más adecuados para hablar de feminismo. Y así lo demostraron fehacientemente. Iglesias estuvo oportuno enmendando, Sánchez salvó los muebles legislación en mano y los otros lucieron una mentalidad patriarcal tan coriácea como inconsciente.

Catalunya, la segunda gran carencia de la sesión anterior, provocó la habitual bronca de exabruptos, insultos y faltas de respeto. Los niños eran desplazados por unos adultos enzarzados en una reyerta. Sánchez negaba rotundamente haber pactado nada con los indepes y menos que nada un referéndum. Pero las derechas lanzaron una tormenta de insultos, insidias, calumnias sobre pactos, entregas, manos tintas en esto o lo otro. Antaño hubieran tenido que retarse mutuamente a duelo. 

Horrorizado, Iglesias llamaba a la cordura y el sosiego, recitando un manual de buenas maneras, con la parsimonia con que recita los artículos de la Constitución . Probablemente por eso nadie le hacía caso y su interesante y altamente improbable propuesta de conseguir que los catalanes se queden en España por las buenas, a base de convencerlos dialogando sin parar, pasó sin pena ni gloria.

El segundo debate a cuatro de la tele acabó pareciéndose a una sesión de diván de psicoanálisis de Sigmund Freud. La vida psíquica de las personas, dice el famoso médico vienés, está influida (y muy diferentes medidas) por tres elementos: el super-yo (o super-ego), el yo (o ego) y el ello (o id). Tomando a los dos partidos de la derecha que (tiene razón El País) pugnan por ser uno solo a base de triturar al otro, se detecta en ellos un super-yo como una catedral. Orden, norma, autoridad, disciplina, obediencia. El resto se dará por añadidura, incluida la libertad de explotar a los demás hasta la extenuación que ese orden garantiza.

Los dos partidos de la izquierda son pacientes con un yo predominante, seguro de sí mismos y acostumbrados a argumentar sus propuestas en términos racionales. La diferencia entre ellos se da en lo que consideran "racional" o qué tipo de razón quieren aplicar, si una razón radical y/o rupturista u otra reformista y gradual. Este yo racional se quiere equidistante entre la asfixia de un superyo autoritario, impuesto desde el pasado y el caótico salvajismo de un ello desatado en un subconsciente tumultuoso y dionisiaco.

Por último, el ausente que, justamente por su ausencia, estuvo muy presente, y fue harto mencionado: VOX. Hasta aquí tiene esta formación raíces en el pasado: José Antonio, fusilado en 1936, siguió siendo durante largos años "el ausente". Sus militantes, presumen de no ser un partido democrático. A partir de ahí, puede pasar cualquier cosa, según los resultados de las próximas elecciones. De este modo cabe poca duda de que, si pueden, los de VOX resuelven de modo rápido y contundente los dos problemas esenciales de la política española: el feminismo, aplicando la política hitleriana de "las tres K" (Kirche, Kinder, Küche/iglesia, niños/as/cocina); Catalunya, proclamando la ley marcial.

Como ese fosco ello ataca en nombre de la patria sacra, los dos partidos de la izquierda, asustados de la que puede caerles, han corrido a refugiarse tras la coraza del super yo de la derecha. Hay que defender, dicen, las instituciones de todos frente al ataque del fascismo.

Así ¿es tan extraño que, en el curso de los dos debates, nadie planteara un referéndum monarquía/república?

Tomemos todos buena nota de la situación real; en el doble sentido del adjetivo.

dimarts, 23 d’abril del 2019

¡Qué emoción! El superdebate

Ayer, mientras los cuatro machirulos de la política del reino español, acompañados cada uno por otro macho en forma de asesor y en presencia del también macho presentador, preparaban sus intervenciones, aparecieron tres  señoras en el plató . Dos de ellas, con sus mopas a sacar brillo al suelo y la tercera, la maquilladora, a sacárselo a los caretos. Que para eso han venido las mujeres al mundo, a fregar suelos y embellecer a los hombres.

Tras esa fugaz aparición del género en tan honradas como modestas posiciones, las mujeres desaparecieron por entero del debate. Sánchez musitó algo sobre el machismo y el secretario general de una organización que se llama "unidas podemos" también propuso bajar el IVA de las prendas femeninas íntimas. Y poco más. Ni siquiera como objetos tuvieron las mujeres cabida; como sujetos, ya ni se hable. 

Según se mire, la suerte sonrió más a los nacionalistas vascos y los indepes catalanes porque, aunque tampoco estaban en el debate, los debatientes no dejaron de hablar (mal) de ellos. Verdad es que uno, Rivera, es catalán, pero, para decirlo suavemente, "no ejerce". Ahí era donde la discusión se acaloraba. Los cuatro caballeretes traían "soluciones" para Catalunya, desde el desguace de la autonomía a manos de la derecha a la "solución" que propone Podemos a base de diálogo y mucho diálogo, hasta que los indepes abandonen su loco empeño. Todas propuestas que se impodrían a los catalanes por su bien, aunque ellos no lo sepan, incluido el diálogo perpetuo podemita.

Cerrado el debate, se abrió el turno de los analistas y comentaristas que, como siempre, quisieron consagrar un vencedor y un perdedor porque es su forma de simplificar lo que, por lo demás, fue de una simpleza vergonzosa. Nadie habló de esta pintoresca, absurda, ridícula situación en la que se pretende tomar en serio un debate político del que está excluida más de la mitad de la población y las dos importantes minorías nacionales. Tomarse en serio un debate político insubstancial, sin contenido real, entendido como un ejercicio de la más pedestre retórica. 

O sea, quienes perdieron hora y media de su vida escuchando estas mediocridades, pudieron resarcirse perdiendo otro tanto con los finos analistas. Unos proclamaron "vencedor" a Rivera; otros, a Iglesias; algunos a Sánchez y, "La Razón", es de suponer, a VOX, quiero decir, a Casado. 

En realidad, los vencedores del debate fueron las mujeres, los nacionalistas vascos y los indepes catalanes. El feminismo y la república catalana. El meollo del independentismo catalán. Ni debatiendo con ventaja, pues no había adversarios, son estos politicastros capaces de armar un discurso de mediana coherencia e interés.

Sánchez no quiso decir con quién pactaría, aunque Iglesias se lo preguntó varias veces. Pregunta ridícula porque, antes de unas elecciones, nadie sabe lo que hará después. Nadie, por ejemplo, pregunta por un posible pacto PSOE/PP, muy bien visto entre barones del PSOE. En Catalunya, firmeza con el 155 y, para probarla, se proclamó "español", como si hiciera falta. 

Casado traía en cartera esa "revolución fiscal" que ha copiado caninamente de la reaganomics de los años ochenta. Nadie se molesta en refutarla porque en un país deficitario en todos los órdenes como este, la propuesta es un dislate y solo posible imponiéndola poco menos que manu militari a base de explotar más a los trabajadores, En cuanto a Catalunya, la oferta es también el 155, y tratar a los indepes peor que a los trabajadores españoles.

Iglesias no soltó la Constitución, ahora, al parecer, respetable, y con la que aburrió a la audiencia al modo anguitesco. En Catalunya, también está en contra de la independencia, pero, contrariamente a los otros tres, no quiere evitarla sometiendo por la fuerza a los catalanes, sino seduciéndolos mediante el diálogo perpetuo, el dulce relato, como la Sherezade en Las Mil y una Noches. Aunque en este caso, la alada fantasía oriental quede substituida por el peso de la vaca en brazos dialogantes.

Rivera no dijo nada de interés en todo el debate; es decir, estuvo muy natural, según es él. Una nada con intemperancia y agresividad, también muy en lo sólito. Y se coronó con ese momento del silencio, que condensa toda su vacía esencia. Vaciedad presta a rellenarse con las órdenes de los poderes económicos. En referencia a Catalunya, un 155 más profundo y prolongado que los otros partidos dinásticos, hasta tocar con la propuesta de desguace de la autonomía catalana de VOX, el tercer vértice del triángulo escaleno de las derechas. 

¿A quién puede interesar quién gane un debate entre cuatro machos intercambiables, de los que se diferencia uno solo en el atuendo? ¿A quién un debate en el que están ausentes las mujeres, los vascos y los catalanes? ¿Un debate en el que no asoman el feminismo ni la República catalana, las dos cuestiones más importantes hoy en España?


Avui, Palinuro a St. Jordi

Avui dia mític català del llibre i la rosa. Palinuro estarà a les parades de la relació anexa. Potser algú s'anima a que li signe un llibre. Signatura de llibres, aixó sobre el que de vegades teoritzan els escriptors/es afamats/des com "el moment en que l'autor es troba ambs el seus/seves lectors/es". Avui, a més de lectors es tenen seguidors, segons el nom en les xarxes, del anglés "followers". Perquè els autors estan, estem tant en el paper com en les xarxes. Sobre tot els blocaires, una condició que requereix perseverança.

L'important, diuen els teòrics, es la trobada perquè és on els autors s'assabenten del que pensa el seu públic. Encara que aixó era abans, quan els autors només tenian la referència de les critiques i aquestes parlen més dels crítics que dels criticats. Avui, els autors venen ja "apresos" de les xarxes. 

Ens veiem a les Rambles.


Dimarts 23 d’abril – Signatures a Barcelona



Ramón Cotarelo.- Discurso a la nación catalana

D’11 a 12 h – ANC (Rambla Catalunya/Plaça Catalunya)

De 12 a 13 h – FNAC TRIANGLE

De 13 a 14 h – ALIBRI

De 16 a 17 h – DOCUMENTA

De 17 a 18 h – DIARI ARA (Rambla Catalunya/València)

De 18 a 19 h – ABACUS – Rambla Catalunya

De 19 a 20 h - LA IMPOSSIBLE (Rambla Catalunya/Provença)

dilluns, 22 d’abril del 2019

¡Fusilad a Puigdemont!

Ya no hay duda. El enemigo público nº 1 del Estado español es el MHP Carles Puigdemont. Los jueces de la peculiar justicia española pretenden meterlo entre rejas. La prensa del régimen lo quiere ausente del juego político, desaparecido, incluso; es de suponer que por cauces legales; aunque, como están las cosas en Borbonia, nunca se sabe. El gobierno, que lo considera un fugado, pretende ponerlo en manos de los jueces patrióticos. Los dirigentes de los demás partidos políticos hacen vudú con un muñeco.

En el pueblo sevillano de Coripe han agrandado el muñeco del vudú, lo han hecho de tamaño normal y lo han quemado por judío (según ancestral tradición) y luego lo han acribillado con escopetas de caza en presencia de niños y niñas y con el auxilio de la fuerza pública local y las bendiciones de la Junta de Andalucía. Esta fiesta está catalogada "de interés histórico o cultural" o qué sé yo qué otra majadería.

Inmediatamente se ha armado la tremolina habitual. Los indepes hablan de nueva muestra de Catalanofobia y los catalanófobos, que en España son legión, han salido en tromba a justificar la cagada de Coripe con argumentos que mueven a risa y todavía demuestran más la naturaleza real de la relación España-Catalunya. La primera reacción es el socorrido "y tú más" (que, en realidad, equivale a reconocer la cagada) en el ejemplo de que, hace unas fechas, en algún pueblo de Catalunya, se quemó una efigie del rey Felipe VI. Como si quemar la figura del poderoso en la cumbre de su poder fuera equiparable a quemar al perseguido a quien el poderoso quiere encarcelar. Como si oponerse al poder establecido fuera lo mismo que lamer el suelo que pisa. Como si quemar al rey por Borbón fuera igual que quemar a Puigdemont por "judío".

Otros, de más sensibilidad, argumentan la consabida excepcionalidad. Coripe son 1.000 habitantes. Andalucía son siete millones. Los mil no representan a los siete millones. No, claro. ¿Y si les añadimos los del "a por ellos"? ¿Y si les sumamos los que aplauden el discurso de Cayo Lara contra el independentismo catalán? ¿Y si los juntamos con los votantes andaluces de VOX y C's, partidos que querrían ver a los indepes catalanes convertidos en longanizas? ¿Y si aportamos asimismo todos los votantes del PP, partido que considera golpistas a los indepes y anhela aplicar un 155 perpetuo? ¿Y si les arrimamos aquellos votantes del PSOE, fieles de Susana Díaz que sostiene que Catalunya está aprovechándose de Andalucía? No sé al lector, pero a mí me sale un verdadero mogollón de andaluces del lado de los fusileros de Coripe. De excepción, nada. Norma y muy norma.

Y no solo fusileros. La elección de Puigdemont como judío fusilable del año corrió a cargo del AMPA de la escuela local. Supongo que los padres y madres de esa asociación tendrán fácil explicar a sus vástagos por qué han decidido quemar vivo y luego fusilar a Puigdemont simbólicamente. Y digo "quemar vivo" porque lo fusilan después de arder; no antes. No, no les será difícil. Estos procedimientos son el venero de la raza. 

La persecución de Puigdemont en todos los frentes (desde "El País" a las peñas de cazadores) está haciendo la campaña electoral de JxC aunque esto, probablemente, se escapa a los felices coripeños. No conozco declaraciones condenatorias de dirigentes políticos españoles. Creo haber visto en tuiter que Abascal encuentra loable la actividad. No estoy seguro. De los partidos democráticos quizá llegue alguna que, claro, no reconocerá ningún vínculo entre la persecución generalizada a Puigdemont y esa lamentable cencerrada.

Pero lo hay. Es la enésima prueba de que la única solución benéfica para todos es la independencia. En Catalunya, para que pueda prosperar y realizarse. En España, para detener su degradación política e involución dictatorial.

Demà, Palinuro a Barcelona per a St. Jordi

Demà dia mític català del llibre i la rosa. Palinuro estarà a les parades de la relació anexa. Potser algú s'anima a que li signe un llibre. Signatura de llibres, aixó sobre el que de vegades teoritzan els escriptors/es afamats/des com "el moment en que l'autor es troba ambs el seus/seves lectors/es". Avui, a més de lectors es tenen seguidors, segons el nom en les xarxes, del anglés "followers". Perquè els autors estan, estem tant en el paper com en les xarxes. Sobre tot els blocaires, una condició que requereix perseverança.

L'important, diuen els teòrics, es la trobada perquè és on els autors s'assabenten del que pensa el seu públic. Encara que aixó era abans, quan els autors només tenian la referència de les critiques i aquestes parlen més dels crítics que dels criticats. Avui, els autors venen ja "apresos" de les xarxes. 

Ens veiem a les Rambles.


Dimarts 23 d’abril – Signatures a Barcelona



Ramón Cotarelo.- Discurso a la nación catalana

D’11 a 12 h – ANC (Rambla Catalunya/Plaça Catalunya)

De 12 a 13 h – FNAC TRIANGLE

De 13 a 14 h – ALIBRI

De 16 a 17 h – DOCUMENTA

De 17 a 18 h – DIARI ARA (Rambla Catalunya/València)

De 18 a 19 h – ABACUS – Rambla Catalunya

De 19 a 20 h - LA IMPOSSIBLE (Rambla Catalunya/Provença)

diumenge, 21 d’abril del 2019

La lista del presidente

El independentismo no presenta lista única. Por qué no se recurre a un medio de eficacia probada como la unidad es asunto ampliamente debatido. Claro de momento queda que el sector "burgués" sigue abanderando la unidad y proponiéndola, como se insiste en esta entrevista a Laura Borràs de muy provechosa lectura. Y también que es ERC quien rechaza la unidad de candidaturas. Tiene sus razones y son muy respetables, como respetables son las de quienes siguen abogando por la unidad.

Pero, en todo caso, el escenario es de campaña electoral, esto es, juego táctico. Los participantes, todos, quieren ganar, y, de entrada, pueden optar entre una campaña positiva, negativa o una mezcla de ambas, según el adversario concreto al que se dirijan. Asimismo, tanto para lo uno como para lo otro, echarán mano a sus mejores recursos. 

En las dos formaciones indepes, el recurso más valioso tácticamente es la figura de su respectivo dirigente, Junqueras y Puigdemont. El azar ha convertido la campaña en una lid simbólica entre los dos paladines, un caso de personalización muy curioso a la par que inevitable, según se han dado las cosas. Y legítima también. JxC lleva las de ganar, a pesar de que las encuestas le vaticinen desastre gracias a su principal activo que le permite llamarse con perfecto derecho "lista del presidente". Y dado que el presidente es la figura que inspira la amalgama trasversal de JxC, "lista del presidente" puede leerse como "lista de país". Eso da a JxC una expectativa de voto creciente que solo ahora empieza a aflorar en las encuestas.

Para contrarrestar la superioridad del factor carismático puigdemontiano frente al junqueriano, sin incurrir en feos vicios de negativismo, ERC señala que su oferta no se reduce a la personalidad del líder, sino que incorpora unas medidas y políticas concretas. Pero esa es un arma de doble filo porque, al ser políticas concretas, lo son de partido y, por eso, merman la legitimidad carismática del líder por la que, sin embargo, también pugnan. 

Con todo lo anterior, el horizonte electoral es confuso. Habiendo llegado a este punto, la obsesión por ampliar la base, aun a costa de diluir o, cuando menos, postergar el objetivo último, puede ser un error. Lo de "ampliar la base" es un discurso de antaño. Ahora no hay tiempo. La conclusión a que llega Alonso-Cuevillas de que el proceso es "imparable e irreversible", razón por la cual, la represión va a más, es la evidencia misma. Para consuelo de ambos añadiré que ese aumento de la represión, para el que ya estamos preparados, es como el repentino revivir del agonizante, esto es, el anuncio de su muerte. Ya no hay represión que pueda detener el movimiento. El anuncio de que la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa examinará la situación de los presos políticos en España y en Turquía no solamente es una afrenta el orgullo hispano, ese de la España Global, sino que marca elegantemente los límites a la represión en esta monarquía democrática-Estado-de-derecho-homologable-bla, bla, bla.

Y, a todo esto, de la CUP, ¿qué? Por lo que dicen, se es más eficaz en la retaguardia, cultivando nuestro jardín, como Cándido, que participando en la vanguardia de una batalla inútil cuando no entreguista al autonomismo español. En definitiva, absteniéndose. No hay nada apriori en contra o a favor de la abstención. Cada abstención ha de enjuiciarse en su contexto. En el actual en Catalunya, algunos, los de Poble Lliure, la han enjuiciado negativamente y han dado lugar al Front Republicà. La gran esperanza para muchos de izquierdas que, no presentándose la CUP como tal, no se sentían cómodos votando a ERC. O sea, el Front Republicà restará votos a las otras dos opciones independentistas, pero más a los republicanos. Por cierto, también restará votos a los Comuns (los indepes de las confluencias de Podem), cosa que suele olvidarse. Y tiene su aquel porque dibuja una interesante horquilla independentista JxC y FR que acelerará acontecimientos. 

Para pasar de lo bélico a lo bucólico, entramos en tramo de rápidos del río.

dissabte, 20 d’abril del 2019

Un debate de opciones

No existe en el ámbito privado, que yo sepa, ningún negocio de negociaciones, al modo en que hay negocios de textiles, hortalizas y miles de cosas más. Tampoco hay en el ámbito público ningún negociado de negociaciones como hay negociados de licencias de armas o de patentes. "Negociación" viene de negociar que cubre una amplia gama de actividades, desde la compraventa directa al descuento de valores. Para los efectos aquí, negociar supone tratar asuntos públicos o privados con vistas a un beneficio. En eso consiste el negocio, en entrar en tratos, conversaciones (diálogo) con vistas al propio beneficio. Si es beneficio de ambas partes, miel sobre hojuelas o, como se dice en la jerga postmoderna, el chinenglish, "win-win".

Del negocio decía López Aranguren en su segunda época, creo recordar, la de la rebeldía, que se trataba del nec otium, esto es, la negación del ocio que, justamente, suele decirse, es la condición del juicio sosegado y certero. Al contrario, el negocio requiere actividad permanente, incesante, incesante negociación que, ya solo por la enorme multiplicidad de variables que han de tenerse en cuenta, conduce a veces a confusión, incertidumbre, juicio erróneo y mal resultado. Por ejemplo, Dante Fachin critica elípticamente las declaraciones de Jordi Sánchez y Junqueras, coincidentes en proponer negociaciones, tildándolas de "negociaciones estériles". Sí, claro, nada más desagradable que la esterilidad cuando se espera descendencia feliz. 

Pero el vaticinio de Dante Fachín no tiene por qué ser más certero que el de los dos presos políticos que fían a las negociaciones el logro de la independencia. Desde luego, la posición del Front Republicà de claridad meridiana despierta mucha simpatía, incluida la de Palinuro, dado que la considera coincidente con la de JxC: se votará no a todo gobierno que no reconozca expresa y eficazmente el derecho de autodeterminación de los catalanes. La advertencia de Dante Fachin afectará en todo caso a ERC, no a JxC. 

Cierto que los dos cabezas de lista por Barcelona, el de JxC y el de ERC, han formulado discursos muy similares de carácter negociador, incluso pactista. Ambos han procurado vincularlos a la firme voluntad de conseguir el objetivo último de la independencia para evitar las críticas a lo que pueda considerarse como concesiones y hasta cesiones. Y, aunque la de Sánchez es algo más radical que la de Junqueras, ambas se parecen mucho: las negociaciones se darán a lo largo de una serie imprecisa de años para llegar al final al objetivo. 

Muy similares, desde luego, pero hay una diferencia esencial entre ambos: Junqueras es el presidente de ERC y con mando en plaza. Sus decisiones funcionan al estilo del viejo centralismo democrático de los partidos comunistas. Sánchez, en cambio, es cabeza de lista de JxC por Barcelona y miembro fundador de la Crida, como lo son los presidentes Puigdemont y Quim Torra. Sus decisiones no tienen la fuerza del centralismo democrático porque JxC no es un partido, sino una amalgama o coalición de ellos. Sus criterios, muy bien traídos y argumentados como están, entran en debate con otros en la coalición, en tratos de negociación, previos a la negociación. En principio la propuesta de JxC es la de Dante Fachin y por eso este, antes de nada, se amistó con JxC. 

La lejanía del otium del juicio sosegado lleva a estas agitaciones y confusiones que, sin embargo, muestran la vitalidad del independentismo. Porque la vida es esto, confusión, incertidumbre, conflicto y azar. La única seguridad de llegar al final proviene de la voluntad independentista de la mayoría de los catalanes, que crecerá a velocidad directamente proporcional a la negativa de Sánchez a reconocerla. Voluntad plasmada en el mandato del 1-O y del que ninguna organización independentista osará apartarse. Lo decía el joven Marx: la teoría se convierte en fuerza material cuando arraiga en la conciencia de las masas. La conciencia de la gente, diríamos hoy con un lenguaje menos arisco. Es la gente la que marca el camino.

Se verá el 28-A, cuando la gente decida entre tres opciones: a) bloqueo a todo gobierno que no reconozca la autodeterminación; b) mismo bloqueo acompañado de política activa de desobediencia pacífica en Catalunya; c) investidura condicionada a una negociación con vistas a un referéndum de autodeterminación.

divendres, 19 d’abril del 2019

Autorretrato

Ayer, el MHP Torra publicaba el tuit que ilustra este comentario, con el lapidario sub-texto: "La bandera d’Espanya, el retrat del rei d’Espanya i un pres polític català essent entrevistat". El Estado reconoce, con su simbólica y sacra presencia, la condición de preso político de Jordi Sánchez. Confiesa en imágenes lo que niega en palabras, sean estas mil o un millón. Es absurdo, patético y uno sospecha la presencia del tradicional inepto hiperespañol que ha decidido perpetrar la simbología no ya del preso político, sino del rehén de Estado. 

Pero hay más. Si pasamos, no al resultado no querido, sino a la intencionalidad de la simbología, la cosa cambia de carácter y se agrava. Porque la intencionalidad evidente es la humillación. Contextualizar la imagen de un Estado en sus dos iconos objetivo y subjetivo cuya generosidad y democrática magnanimidad permiten a su jurado enemigo expresarse con total libertad...en la cárcel. Se pretende que este evidencie por la fuerza la gloria del Estado que le niega sus derechos. 

No me parece humillante la imagen y no solo por lo de que no humilla quien quiere, etc., sino porque evoca otra que tiene la misma intencionalidad, revela la misma inmoralidad y fue perpetrada por los antecesores ideológicos de estos: la imagen de los presos políticos republicanos en los patios de las cárceles de Franco obligados a cantar el Cara el sol brazo en alto. Si no lo hacen ahora es porque no pueden; no porque no quieran. 

Con esta imagen, el que se retrata es el Estado español.

Otra cosa es el contenido de las declaraciones de Jordi Sánchez que se ofrece, según titula Ara.cat como socio estable del PSOE si este acepta hablar del referéndum. De eso y de otras cosas cabe hablar, desde luego. Y debatir y lo haremos junto con otras propuestas de qué pueda hacer el bloque independentista en el Congreso. Un entrevistador apunta a una cierta contradicción entre esta actitud y la de Laura Borràs y Sánchez capea el tema. Hace bien. Porque el tema se las trae. El cabeza de lista de JxC por Barcelona habla de negociar un referéndum como posibilidad en un plazo de varios años. ¿Cuántos años? Ahí hay un peligro de enquistamiento evidente. Y algún otro problema. Sánchez no habla de los presos políticos, lo cual, naturalmente, le honra. Pero que él, por razones fáciles de entender, no hable de los presos políticos ni los ponga como condición de nada, no quiere decir que hayamos de hacerlo los demás. No podemos aceptar como normal una situación con presos políticos. Y, de momento, sea cual sea el resultado de las elecciones, ahí tienen ustedes uno, Jordi Cuixart. 

El lugar del otro

Mi artículo de ayer en elMón.cat, titulado El judici, les eleccions, tot és Catalunya.

Hay un dato curioso en este conflicto: los unionistas españoles son incapaces de adoptar la perspectiva del otro, de los independentistas, incapaces de ponerse en su lugar y de verse a sí mismos con los ojos del otro. Por eso no proponen solución alguna que no sea la represión. No hay más perspectiva que la suya, que incluye Catalunya con ignorancia y desprecio de su voluntad. En cambio, los indepes, además de mantener su perspectiva propia sobre Catalunya, se esfuerzan continuamente en ponerse en el lugar de los unionistas y verse con los ojos de estos a efectos de formular propuestas de solución. De hecho, este es el debate al interior del independentismo: cómo llegar al objetivo último compartido minimizando los costes. Y es un debate muy vivo.

Sea la que sea la vía elegida, claro está que Catalunya condiciona absolutamente la política española. Los unionistas harían bien en ponerse en el lugar del otro, en verse con los ojos del otro. Verían una imagen muy desagradable hasta para ellos.

Aquí el texto castellano.

El juicio, las elecciones, todo es Catalunya

Las barbaridades y exabruptos que se escuchan en las elecciones españolas son de tal calibre que oscurecen el desarrollo del juicio/farsa del 1-O. No en España, en donde apenas se informa de él, sino en la misma Catalunya, en donde impactan las declaraciones más agresivas de Sánchez, prometiendo que no habrá independencia, ni referéndum, ni autodeterminación ni nada de nada . Para respaldar su determinación, el presidente español blande el 155 y amenaza con aplicarlo sin titubeos.

El presidente Torra conmina a Sánchez a dejar de amenazar. Pero con poco éxito porque la campaña va de amenazas. Las ultraderechas amenazan a las derechas, estas a las izquierdas y todos a una a los catalanes. Si Casado puede decir de Sánchez que se va de copas con terroristas y asesinos, este se quita de encima el baldón prometiendo mano dura en Catalunya si alguien se salta la ley. Es la obviedad misma: el gobierno está para hacer cumplir la ley. ¿Alguien imagina esta advertencia hecha a Extremadura o el País Vasco? Precisamente en esa diferencia está la amenaza. No está el horno electoral español para debilidades dialogantes. Te descuidas y el adversario te acusa de pactar con golpistas y gente de gatillo fácil.

No entiende el gobierno que los independentistas rechacen su raquítica propuesta de reformar el estatuto con más autogobierno. O de hacer uno nuevo con más autogobierno. Autogobierno es la palabra que nadie sabe qué es. Pero sí se sabe que nada fuera de la Constitución. O sea, nada, lo que ha sido hasta ahora. Pedro Sánchez es Pedro y el lobo: compradme la propuesta reformista antes de que se haga realidad la involución nacionalcatólica, neoliberal y vivaespañera del trifachito.

Para los independentistas, sin embargo, la alternativa es falsa ya que Pedro es el mismo lobo contra el que previene. Su reiterada referencia al 155 permanente no se diferencia gran cosa de lo que harían los tres caballeros muymucho españoles. El fin es siempre el mismo: negar la condición nacional de Catalunya y su derecho a la autodeterminación y la independencia. Unos con más grosería que otros. La diferencia está en la forma; no en el fondo.

En esa situación de crispación se habla muy poco del tenebroso asunto de la policía patriótica que, según parece, echa sus raíces en la segunda mitad de los noventa. Una trama de corrupción político-policial al servicio del PP en contra de sus adversarios políticos, con especial énfasis en Catalunya. Ahora está claro que quienes fabricaron un montaje de falsedades para hundir a Podemos y Pablo Iglesias son los mismos que trataban de destruir el independentismo catalán con pruebas falsas y hasta sabotajes.

Ha tenido que saltar el escándalo del espionaje y el montaje a Podemos para que se difunda lo que Catalunya lleva años padeciendo: una guerra sucia policial y judicial en contra del independentismo. Entre quienes falsificaron pruebas contra Podemos y quienes las difundieron a sabiendas de su falsedad y quienes llevaban años en la “operación Cataluña” hay algo más que afinidades electivas: mismos personajes, mismos o parecidos procedimientos.

Aun así el tremendo hecho de que el país haya estado gobernado por una mafia policial que continúa apenas concentra atención pública. Los medios en general mantienen ese pacto de silencio que funciona con la Casa Real y otros asuntos igualmente lamentables. Los medios forman parte de este Estado corrupto que encargó la tarea de gestionar el referéndum del 1-O a los efectivos más afines e implicados en la “policía patriótica”, desde de los Cobos el ministro Fernández Díaz.

Y esa viene a ser la base sobre la que está construido este proceso. Unos informes redactados por adversarios ideológicos de los informados, valiéndose de su condición de funcionarios públicos. La conversión de esos informes en diligencias de algún juzgado, su absorción para instrucción en más alta instancia y su conversión por fin en un juicio en el Supremo al independentismo para zanjar jurídicamente un conflicto político de siglos, como si eso fuera posible.

dijous, 18 d’abril del 2019

Cuestión de confianza

Interesantísima entrevista al presidente Sánchez en eldiario.es. En mitad de la batahola de improperios, insultos, barbaridades y puras necedades de esta campaña, se agradece el tono sosegado, las explicaciones y la amplia variedad de temas. Cierto que esto último es más mérito del minucioso entrevistador, pero también se agradece. Lo más cansino de los debates electorales es la reiteración y el argumento monotemático: terrorismo, golpe de Estado, supremacismo, xenofobia, Venezuela, Irán.

La entrevista es muy completa y Sánchez responde ampliamente a todo lo que se le pregunta. Hay materia para mucho análisis en la forma de explicar la acción de gobierno, las políticas concretas, las relaciones con los partidos de la oposición, con los de derechas y  especial con Unidas Podemos, las posibles alianzas. Quizá haya faltado alguna pregunta sobre cómo lleva su propio partido. Pero hay respuesta para las cuestiones más delicadas, aparentes contradicciones en temas como pensiones, concordato con la Santa Sede, el impuesto a la banca, las cloacas de Interior, etc. Cada cual podrá apreciar en qué medida el presidente del gobierno es claro en una gama amplia de asuntos de envergadura. En qué medida es de fiar.

Digo esto porque, sorprendentemente, los verbos "fiar" o "confiar" se han convertido en el eje de la nueva versión de Sánchez sobre Catalunya. Asunto de la máxima importancia; tanta que es el más extensamente tratado, incluso por partida doble, porque el tema sale dos veces. Y no es una obsesión, ¿eh?

La argumentación de Sánchez es la habitual, tanto que ni se molesta en explicarla: en Catalunya, dictamina, no hay un problema de independencia sino de convivencia. Así, porque sí, y sin aportar prueba alguna de algo tan falso. Carga entonces sin más miramientos contra los líderes independentistas porque "no son de fiar". Y ¿por qué no? Sencillamente, porque no aceptan sus puntos de vista. ¿En qué han engañado su buena fe hasta el punto de acusarlos a ellos de mala? En que nunca han aceptado su versión a pesar de que esta ha cambiado varias veces y no acaba de estar clara. No le han engañado nunca. ¿Por qué no son de fiar?

¡Ah! Porque han engañado a los catalanes, haciéndoles ver que un imposible como la independencia era posible. Desde luego, nada de fiar: ¡mira que engañar a millones de catalanes que fueron a votar el 1-O en condiciones que los Sánchez de entonces, los Rajoy, convirtieron en infernales! Les está bien empleado por infelices. ¡Dejarse engañar por un puñado de pillos nada de fiar! Sánchez sabe más que millones de ilusos. Qué desprecio.

 Y ¿por qué es imposible la independencia? No da una sola razón sino que se limita a afirmar que está demostrado que es imposible. Pero prueba no hay ninguna, salvo su voluntad de hacerla imposible. Eso es lo único cierto y lo demás, los tribunales, la justicia, la diplomacia (¡sobre todo, la diplomacia!), meros perifollos para ocultar una pura persecución política. 

Entre la gente no de fiar que arriesga largas condenas de cárcel o años de exilio por sus ideas políticas y la gente de fiar que niega la evidencia y actúa contra la verdad por medio del poder, en favor de sus intereses, no puede haber duda alguna. Los de no fiar son mucho más de fiar que los de fiar, sobre todo si gobiernan.  



dimecres, 17 d’abril del 2019

Todo pasa por la tele

Se adivinan sonrisas de complicidad: feminismo y Catalunya. Claro, los dos asuntos candentes hoy en España. Que, además, son uno. No es infrecuente que los indepes catalanes subrayen el carácter feminista y ecologista de su República. No solo los de la CUP. Todas. En el debate de TVE, la parte española eran cuatro mujeres y la que no se considera española o no del todo española, dos hombres. Predominio de perspectiva de género que se ventiló por los cauces habituales.

En la cuestión catalana similar medianería o mediocridad. Dejando al margen a los representantes de las naciones vasca y catalana, que tampoco estuvieron muy tajantes, las cuatro españolas coinciden en que no habrá independencia de Catalunya, tres de ellas, PSOE, PP y C's (de VOX no se habla por ausencia, pero sería la cuarta) porque la impedirán por la fuerza, mediando el 155 o lo que haga falta. La otra fuerza española, Podemos, confía en que no sea necesario llegar a ese extremo si se apuesta por el diálogo. Es decir, la quinta voz unionista disimulada. Nada que no se supiera en un debate soporífero. Nunca ha estado tan claro que "el medio es el mensaje".

Mucho más interés tuvo otro debate organizado por VilaWeb entre las cuatro opciones soberanistas, JxC, ERC, FR y los comuns independentistas, en el CCCB. Debatieron Laura Borràs (JxC), Gerard Gómez del Moral (ERC), Albano-Dante Fachin (FR) y el independentista de los comuns, Jaume Asens (En Comú Podem). Todas ellas pensando en dos auditorios distintos pero urgentes: el español de las elecciones del 28-A y el catalán por lo que pueda venir.

Los razonamientos explican las diferencias de tácticas en función de las expectativas electorales y no se moverán hasta ver el resultado del 28-A. Entre tanto, ERC concentrará el fuego en un PSC que se supone asciende en apoyo electoral, dejando de lado a JxC, cuyo panorama, según sondeos, es doliente. JxC, a su vez, machacará a ERC con el tema de la unidad, de la que se presenta como abanderada. Quizá lo sea ahora, responden los otros, pero es ahora. Otros tenemos pedigrí.

Sin duda. Una sola observación acerca de JxC, cuya lista por Girona cierra Palinuro. Hay quien la ve como una confusa amalgama de fuerzas creadas sobre la marcha por Puigdemont para desvincularse de la antigua Convergència al tiempo que recogía sus efectivos para la causa independentista. Algo de eso hay. Se trata de crear un movimiento independentista transversal, que abarque todas las clases sociales. De ahí que la consigna de la Crida sea que unen personas, no partidos. Y todo por la independencia y la República.

Los que se enfrentan no son dos futuros, pues la independencia los une, sino dos pasados, cuando uno la quería y el otro no, o sí intermitentemente. Pero el pasado no puede condicionar el presente. JxC es un aluvión de gente de muy distinta procedencia, incluso gente no política, como Borràs o el propio Torra; una especie de confluencia de una generación que ha convertido la independencia en la meta de sus vidas. Una gente que recuerda al viejo Hillel el Sabio: Si no ahora, ¿cuándo? 

De ahí le viene la fuerza para clamar por la unidad hasta la independencia. Es un movimiento que se configura al modo de un rassemblement a la francesa y que comienza con una Crida por la República, un poco al modo del llamamiento de De Gaulle en 1940 y que tiene su mejor garantía en su fundador. Por eso, la mejor baza electoral de JxC es recordar que se trata de la "lista del presidente". Será raro que, con este planteamiento de lista de país, tenga un resultado tan menguado como le vaticinan las encuestas.

Precisamente esa figura del presidente es la que personaliza el primer reproche de JxC a ERC. Puigdemont presidente haría visible la unidad. Pero, para ello, es preciso demostrar que no representa partido alguno, sino al conjunto de la ciudadanía y que no es presidente de un partido, sino de la República. Hay quien dice que así es ya y quien sostiene que es una argucia más de los sempiternos convergentes. 

Esa cuestión es la que se dirimirá el 28-A en relación con Catalunya y por eso el debate de VilaWeb fue mucho más interesante que el de TVE.

dimarts, 16 d’abril del 2019

El palo y la zanahoria

La táctica es viejísima. Se muestra una recompensa y se atiza con el palo. Primero lo uno y luego lo otro; o primero lo otro y luego lo uno; o a la vez. Hasta que quienes tenían una ilusión y un objetivo, se resignen con las migajas de la recompensa para ahorrarse más palos. Es la aterciopelada bravuconada de Teddy Roosevelt: "habla suavemente y lleva un gran garrote". Habla de autogobierno y lleva el 155. "Llegarás lejos", vaticinaba el rough rider.

No está nada claro, sin embargo. En su programa, el PSOE sostiene que "Ni desde el derecho de autodeterminación ni desde un estado de excepción territorial con carácter permanente a través del artículo 155 de la Constitución, puede construirse el futuro." Lo segundo es obvio. Lo primero, no tanto. Que la excepción no puede convertirse en norma es la evidencia misma porque si menoscabar derechos de los ciudadanos deja de ser excepcional para convertirse en permanente, los ciudadanos pasan a ser ciudadanos de segunda. Y eso no puede mantenerlo ni Borrell. En cambio, no está claro por qué el ejercicio del derecho de autodeterminación no permitiría "construir el futuro". Al contrario, sería su base más firme, tanto si ese ejercicio del derecho de autodeterminación afirma como si rechaza la independencia. En el primer caso serían dos futuros y, en el segundo, uno solo.

Lo más interesante del caso es con qué claridad ve el PSOE los inconvenientes ("estado de excepción territorial permanente") de una de las dos posiciones extremas que rechaza como partido. Precisamente porque eso es lo que su secretario general está dispuesto a aplicar como presidente del gobierno. Lo anima su convicción de que prevalecerá el mítico seny catalán cuando los independentistas vean que la alternativa a su ridícula propuesta autonómica es la vuelta a la Edad Media de la mano de esos tres trastornados de la derecha. Sin pararse a pensar que él no propone nada salvo el mantenimiento del statu quo que es, precisamente, lo que ha hecho crisis.

Y, si vamos de examen, miremos la zanahoria. La hortaliza que se ofrece, pensada para las raudas liebres cuando lozana, viene en tal estado que no animaría ni a una tortuga con el síndrome de Aquiles. Considérese la tentadora oferta: redefinir competencias, transferencias, financiación, o sea, más plasta autonómica, coronada, quizá, con una oferta de Estatuto refundido, refundado o refundadá. Ni se menciona el federalismo del que ya hablaba Pi i Margall hace siglo y medio. 

Tal es la zanahoria que se ofrece a una generación que se ha pronunciado por la República y la independencia. 

Esto no puede resolverse a palos. Quedó claro el 1-O. Y menos, procesando a los apaleados.

dilluns, 15 d’abril del 2019

Segundos fuera

Apenas comenzada la campaña, el ardor guerrero ha subido unos grados y el ruido muchos decibelios. Avisa el "sheriff" Sánchez de que se empleará a fondo si hay otro "desafío" en Catalunya y responde el "ranger" Torra que ya está hasta el barret de las baladronadas unionistas. Y acabamos de empezar unas elecciones que se hicieron necesarias a causa de Catalunya y se centran en lo mismo, Catalunya. El problema que el Estado español no sabe resolver.

He leído un interesante artículo de Vicent Partal: sabed por qué El País os exige apartar a Puigdemont en el que explica que Puigdemont es la pieza por batir porque simboliza la realidad y el futuro de la independencia y la República. Igualmente aboga por una forma radical de poner fin a la farsa judicial del Supremo, mediante la presentación de una cuestión prejudicial en función del art. 267 del Tratado, que llevaría el asunto en todo caso a Estraburgo, desharía la estrategia represiva judicial española y haría avanzar mucho el independentismo. Parece bastante acertado y, por probar, no se pierde nada.

Pero la reflexión de Partal se concentra en la cacería a Puigdemont y sus razones, extraídas de un editorial de El País, titulado Apartar a Puigdemont que casi parece un cartel de "Se busca" y una recompensa. En efecto, "El País" está loco por dinamitar el proceso independentista, como se prueba en su lucha contra la unidad del independentismo y su inquina hacia Puigdemont. Sin darse cuenta, por cierto, de que parte del carisma del presidente en el exilio proviene de la inquina que "El País" y todo lo que "El País" representa le profesa. Hasta el punto de pierde el oremus y aplaude la posible creación de otro partido en el espíritu del catalanismo conservador, incluso dando por buena ahora aquella corrupción que antes le indignaba. 

La consigna "¡A por él!" que comparten los medios, las autoridades, los partidos y hasta sectores del independentismo ha acabado por consolidarlo como el líder carismático del movimiento. Y un líder fuera del alcance del Estado español. Pero no al margen en Catalunya. La expresión de Marta Pascal de que no puede gobernarse Catalunya desde Waterloo es una simpleza. Se gobierna desde Catalunya en sintonía con Waterloo. De haber una renovación generacional en el independentismo "burgués", es el que se ha producido en torno a Puigdemont. Atacarlo a él es atacar esa renovación generacional que cristaliza en la Crida y el Consell de la República. 

Puigdemont planta cara al Estado desde fuera y Torra desde dentro. Las próximas elecciones mostrarán por qué vía caminará el independentismo, si por la unilateral e inmediata o la multilateral y postergada.

En todo caso, el ambiente está tan enrarecido que no será de extrañar algún episodio chungo en estas dos semanas. Escuchar el "¡que viva España!", de Manolo Escobar; ver a Savater a la vera de Rivera; escuchar las insólitas majaderías de Casado; olfatear la chamusquina de los de VOX, transporta a otros tiempos pero no otros lugares. El profundo macizo de la Raza frente a la Catalunya desagradecida y sempiternamente secesionista. 

El 28-A sonará la campana del último tiempo. Independencia sí o no. Segundos fuera.

diumenge, 14 d’abril del 2019

El pitorreo de Europa

Me abstengo de decir "cachondeo" porque, por decirlo, la Audiencia de Sevilla condenó en 1985 al entonces alcalde de Jerez de la F., Pedro Pacheco, a dos meses de arresto mayor, multa de dieciséis días e inhabilitación absoluta de seis años y un día. Luego, el Supremo lo absolvió, pero nunca puede uno estar seguro con el cachondeo.

La escandalera que está montándose en Europa con este juicio tan pintoresco, cada vez más parecido a una película de Luis García Berlanga, se acerca ya a las dimensiones a que España está acostumbrada. Recuérdese la movilización internacional por la ejecución de Ferrer Guardia, las repetidas protestas contra los crímenes del franquismo, el juicio de Burgos o las últimas cinco ejecuciones. El trato parece algo dulcificado. No hay ejecuciones o asesinatos, pero hay persecución, cárcel y exilio para los disidentes políticos.

Así que el ministerio de Asuntos Catalanes tiene el trabajo de Sísifo. Cuando cree haber extirpado una campaña antiespañola, movida por el secesionismo catalán, le cae un fuego graneado de declaraciones de premios nóbeles, diputadas y diputados en diferentes cámaras. Imposible responder con la verdad hispánica, luchar contra la leyenda negra, deconstruir el relato separatista. Así que ha tenido que externalizar la tarea y contratar una empresa privada para la tarea de imponer la sana doctrina de España-Estado-democrático-de-derecho-homologable-a-los-vecinos. Philip Marlowe al servicio de la causa de Santiago y cierra España.

El naufragio del montaje policial-judicial para criminalizar el 1-O por la absoluta incompetencia de quienes lo organizaron, lo ordenaron, lo supervisaron y le dieron el vºbº es clamoroso. Y eso que Marchena ha censurado el visionado de las cintas que todo el mundo conoce -los primeros, los testigos-, que demuestran la rotunda falsedad del relato urdido en las alcantarillas de este lamentable régimen.

Si la fábula interior de la violencia, el relato del odio, los objetos voladores no identificados y otras patrañas ha fracasado, la fábula exterior, también. Por más que se desgañiten los funcionarios del servicio de propaganda "España global", nadie en Europa cree que los dirigentes independentistas estén teniendo un juicio justo. Ni por asomo. 

De listas, reyes, juicios, expatriaciones e independencia

Una entrevista en elMón.cat con motivo de la lista de JxC que Palinuro se honra en cerrar. Teniendo en cuenta que comenzó cerrando la de la CUP en 2015 (que no pudo hacerse efectiva por no estar censado en Catalunya el aspirante a candidato) y cerró luego la de ERC en 2017, podría pensarse que se trata de un proceso fulminante de aburguesamiento. Algunos hacen en tres años lo que a otros lleva treinta. Pero no es el caso. Cerrar una lista es un gesto de apoyo y solidaridad y no de partido. Se explica en la entrevista. Cada cual tiene sus ideas políticas y el piloto troyano tiene las suyas. Pero, en este momento, el mandato del 1-O es unitario y prioritario. A su juicio, prevalece sobre cualquier otra consideración.


dissabte, 13 d’abril del 2019

Mucho peor que el Watergate

Según algunos comentaristas este asunto de las cloacas del Estado en tiempos del PP (y actuales) parece un Watergate español. Parece, pero muy, muy de lejos. Si acaso en el escándalo que produce. Pero el "Pisagate" español es mucho más repugnante y delictivo que el estadounidense. En el caso gringo, el sistema funcionó bastante bien; los tribunales cumplieron su parte; los medios, también, a pesar de las presiones de todo tipo. Y el gobierno cayó. En España, el sistema no funciona; los tribunales (no todos) están al servicio del poder; los medios (tampoco todos) son parte de la cloaca y el gobierno del partido más corrupto de la historia de España no cayó, y no hubiera caído de no ser por la llamada "cuestión catalana".

Pero no es solo en las consecuencias en donde se ve la diferencia entre la corrupción española y el Watergate, sino en más aspectos:

1) En Watergate, los republicanos no se valieron de medios públicos estatales para espiar. La banda del PP, sí. Los republicanos contrataron delincuentes. La banda, al valerse de funcionarios, los convertía en delincuentess.



4) En Watergate, el gobierno republicano trató de encubrir (cover up) el escándalo recurriendo a los tribunales contra la prensa. La banda del PP se valía de los medios corruptos a su servicio contra los tribunales.

5) En Watergate, el Congreso fue muy activo en contra del "cover up" del gobierno. En España, el Congreso ha estado tibio y, a veces, el PSOE ha obstaculizado la investigación parlamentaria.

6) En Watergate acabaron en la cárcel varios políticos, ministros y altos cargos republicanos. En España ni se los procesa.

7) En Watergate Nixon admitió su responsabilidad y dimitió antes de que lo procesaran. En la banda, nadie admite responsabilidad alguna ni dimite de nada. Y los medios, callados.

8) En Watergate triunfó la libertad de expresión frente a la corrupción. En España triunfa la corrupción frente a la libertad de expresión.

Y todo eso, presuntamente, claro.

Por cierto, el consejo de "garganta profunda" a Bernstein y Wooward en Watergate, "follow the money" ("seguid la pista del dinero") sigue siendo válido. Estos trataban de hundir a los adversarios políticos para seguir robando.