dijous, 18 de gener del 2007

La ley y el Estado de derecho.

El señor Rajoy está consiguiendo un más difícil todavía detrás de otro. Después de quedarse solo en el debate parlamentario del día 15, pretende respaldo en el Congreso para cinco proposiciones no de ley, cinco medidas destinadas a acosar y combatir al llamado "entorno de ETA". Los demás grupos ya han hecho saber que no van a secundarlo en un debate estéril y contraproducente. Se escenifica así una especie de resurrección del movimiento unánime de los grupos parlamentarios y la opinión pública de la Restauración que, al grito de ¡Maura no! acabó con el "gobierno largo" del conservador don Antonio Maura (el retrato, más abajo) a raíz de los acontecimientos de la "semana trágica" de Barcelona de 1909. En este nuevo ¡Rajoy no! suenan los ecos de aquel ¡Maura no! pero con una diferencia nada desdeñable: al menos, el señor Maura estaba en el Gobierno, mandaba, se hacía lo que él proponía. El caso del señor Rajoy es más lamentable porque es difícil conseguir la unanimidad de los grupos de la Cámara en contra tuya... cuando estás en la oposición, cuando no mandas, no se hace lo que propones y, como se verá en su momento, los demás ni te escuchan.

Es tan evidente que esta táctica de tensar la cuerda a extremos de ruptura no puede dar buenos resultados que es legítimo preguntarse cuál sea el "plan B" del señor Rajoy. Es ya bastante claro que el "A" (que el Parlamento acepte su absurdo trágala) no va a funcionar. ¿Cuál sería el "B"? Es de esperar que no sea la retirada del Congreso de los diputados del PP, con el pretexto de que no se toman en consideración sus actuaciones. Esto es, una reedición de la "retirada al Aventino". Para quien crea que la posibilidad es absurda enlazo aquí un artículo del señor Ramírez en El Mundo del 30 de ctubre de 2005, titulado Prohibido encaramarse al Aventino, en el que reconocía que esa posibilidad había salido en una conversación con el señor Maurizio Carlotti (a quien alaba mucho), consejero delegado de Antena 3, a raíz del enfado que había producido en los conservadores la aprobación del estatuto catalán. La referencia era a la retirada de los diputados socialistas del Parlamento italiano en 1924 a causa del asesinato de su compañero Mateotti, que ellos atribuían a los fascistas de Mussolini. El señor Ramírez desaconsejaba la medida porque, decía, tal retirada había resultado contraproducente. Es posible que sí, aunque los gestos de dignidad nunca lo son, pero es que la primera y genuina "retirada al Aventino", la que protagonizaron los plebeyos en los años 494 y 449 a.d.C. en Roma y no figuradamente como los socialistas en 1924, sino en sentido literal a una de las siete colinas de la Ciudad Eterna (abajo, en una imagen de época) fue un éxito pues gracias a ella los plebeyos consiguieron, entre otras cosas, la institución de los tribunos de la plebe. Es decir que, mire Vd. por dónde, sí puede haber un "plan B" de retirada al Aventino.

Una retirada que, claro está, se haría en nombre de la "ley y el Estado de derecho" que los conservadores esgrimen sin cesar, como si lxs demás estuviesen todo el día corroyendo tan gloriosas instituciones. No se me alcanza estén en peligro. ¿Por qué salen en el discurso agresivo del PP? En mi opinión precisamente porque son ellos quienes no las respetan. La explicación es sencilla: perseguir el delito aplicando la ley preexistente es, en efecto, congruente con el Estado de derecho. Cambiar la ley apoyándose en una transitoria mayoría parlamentaria para perseguir determinados comportamientos puede ser congruente con el Estado de derecho o no. ¿O es que el Parlamento no puede aprobar leyes inícuas que son, ciertamente, leyes, pero leyes que muchos pueden considerar injustas, incluso aunque el Tribunal Constitucional no haya apreciado en ellas inconstitucionalidad alguna? La Ley de Partidos Políticos es un buen ejemplo de esto. Mucha gente sostiene, entre ella quien esto suscribe, que es injusta. En verdad, es la ley y debe acatarse y cumplirse sin duda alguna, pero es injusta. De continuar por esa vía de medidas singulares, particulares, criminalizadoras, persecutorias, que establecen una especie de estado de excepción de facto en una parte del Estado español (en este caso, el País Vasco), el señor Rajoy seguirá hablando de su gran respeto a la ley y al Estado de derecho, pero muchos pensaremos que eso no es ley legítima (aunque sea legal) ni Estado de derecho que merezca nombre de tal.

dimecres, 17 de gener del 2007

Un artículo de Cebrián.

El País de ayer traía una "tribuna" del señor Juan Luis Cebrián, titulada "El equilibrio y el director de orquesta". (No pongo enlace porque es de pago). No creo que la pieza tenga muchos comentarios. En primer lugar porque El País permite votar por estos artículos pero, si no estoy equivocado, no comentarlos. Y, en segundo, por la prevención que el autor despierta. ¿Quién de los comentaristas y publicistas à la page y que no esté en la trinchera neonazi, perdón, quiero decir "liberal", se atreve objetar al gran diario y, mucho menos, a criticar a su factótum? ¿Quién no debe algún favorcillo o está a la espera de algún otro? Regla no escrita de la intelectualidad española: se pasa sobre las producciones de Cebrián sin hacer muchos reparos, no vaya a moverse la maquinaria del mandarinato y te lamine.

Pero en algún lugar deberá alzarse la bandera de la independencia de juicio, la discrepancia, respetuosa, claro, con contenidos a los que se pretende dar importancia no por su valor, sino por la influencia que tiene quien los escribe que, al escuchar sólo los aplausos de lxs paniaguadxs, puede acabar creyendo que el dinero y el poder, además de puestos en clubs selectos y sillones en academias, dan genio, profundidad, calidad.

El artículo es un colofón a la entrevista con el señor Rodríguez Zapatero que El País publicó en dos días seguidos y al debate del pleno extraordinario del Congreso, una recapitulación general, un juicio elegantemente distanciado sobre el gran problema español del terrorismo etarra. Hace falta un gobernante, un director de orquesta de verdad, y tanto el presidente del Gobierno como el del principal partido de la oposición no están a la altura debida, que el autor da a entender que domina.

Se entra en harina recordando una cita de Anthony Burgess según la cual cualquiera puede ser director de orquesta. Antes que escritor, Burgess era compositor, y esa expresión es una típica licencia de quien amando la música, se lleva mal con sus intérpretes porque suele sentirse traicionado, igual que los literatos con los críticos. Pues la tarea del director es interpretar. Es absurdo tomar la cita al pie de la letra, como tampoco debe hacerse con la de Antonio Gramsci de que "todos somos filósofos". No obstante, Cebrián se sirve de ella, aplicándola a una afirmación del señor Rodríguez Zapatero en la entrevista citada de que cualquiera podría ser presidente del Gobierno y advierte que no, que no todos pueden ser directores o presidentes porque hace falta algo más que mover la batuta. Su ejemplo tiene que haber enfurecido a los beethovenofilos al decir que dirigir la 5ª sinfonía es mucho más fácil que dirigir algo de Schönberg o de Stravinski... por el hecho de que los músicos se la sepan de memoria. Pasmoso, verdaderamente pasmoso. (Arriba, en desgravio, un retrato de Beethoven, hecho en el año de 1905, de Franz von Stuck, lleno de fuerza beethoveniana, de esa que cualquiera puede interpretar).

En el terreno concreto de los gobernantes, la búsqueda de la cita ilustrativa tampoco puede ser más impropia. Luego de una nada original observación sobre las listas cerradas, dice el señor Cebrián: "Eso no garantiza de ninguna manera que nos gobiernen los mejores, contra las ambiciones platónicas..."

Para seguir con los desagravios, traigo el Platón y Aristóteles del fabuloso fresco de Rafael en la stanza della segnatura en el Vaticano, "la escuela de Atenas", para que deliberen entre ellos sobre la afirmación de Cebrián, porque Platón no ambicionaba el gobierno de "los mejores", sino de los filósofos. Eso de "los mejores" parece algo más propio de Aristóteles, y tampoco.

Y todo ese alarde de cultura mal placée viene ¿a santo de qué? Pues a santo de que los españoles estamos privados de un verdadero director de orquesta, no de alguien que se limite a mover el palito. (Podía el autor haber escrito "el papelito", haciendo su discurso algo más chispeante). Carecemos de un verdadero dirigente. Carecemos de un auténtico liderazgo dice el académico, en estos momentos de zozobra. Para probar tan acongojante diagnóstico reparte unos cuantos equidistantes y neutrales mandobles a derecha e izquierda, descalifica la realidad del señor Zapatero y el futuro del señor Rajoy, y deja a los lectores preguntándose qué solución se puede encontrar. Una pregunta, sin embargo, que el autor responde con su habitual claridad en el último párrafo. No haya duda, para resolver el problema del terrorismo etarra, los españoles estamos necesitados de:

"Una estrategia que no puede ser sólo policial, por más que se extreme el rigor en este aspecto, sino que pide a voces la instrumentación de una acción política".
¿Queda claro? Este artículo fue sólo una elegante y culta introducción a otro que vendrá de inmediato, en el que el autor ilustrará acerca de qué aspecto concreto, práctico, tangible tendrá esa "acción política" que, por cierto, su diario niega vehementemente en sus editoriales.

Sigue la bronca.

En el debate del Congreso de anteayer, el señor Cerdá, de ERC dijo una de esas verdades que todo el mundo acepta y nadie aplica: que ETA no puede marcar la agenda política y, añadió, "mucho menos la parlamentaria". Simpatizo grandemente con el señor Cerdá, que habla con trasparencia y altura de miras, pero, le guste o no le guste, aquí, en España, en el Parlamento y en todas partes no se habla más que de ETA. Desde hace 30 años. Comparto la desesperación del señor Cerdá. Modestamente, es lo que vengo diciendo desde hace mucho: que hay que resolver esa cuestión porque carece de sentido que un país de más 40 millones de habitantes lleve 30 años diciendo lo mismo, sobre lo mismo y para lo mismo; y descuidando asuntos mucho más importantes, propios del tiempo en que vivimos.

Para probar mi disconformidad con tener que postear una y otra vez sobre la cuestión vasca (que, dicho queda por enésima vez, en realidad es la "cuestión española", como se vio el lunes), en vez de ilustrar el post con los caretos de los señores Rajoy, Zapatero, Otegui, etc, he introducido una variante sin intención malévola alguna: los episodios del cuento de Caperucita Roja en imágenes de l'épinal y lo haré mientras duren (hay 20) en tanto tenga que postear sobre el País Vasco. Por lo menos, que nos descanse la vista.

Pues sí, no debió de quedar satisfecho el señor Rajoy con su actuación en el debate del pleno extraordinario; no debieron de parecerle suficientes los insultos, los desprecios, las amenazas, los vituperios, las malevolencias, las agresiones, las injurias, los desplantes que dedicó al presidente del Gobierno y, como dijo una comentarista del post, a sus electores, sino que siguió con la faena, que coronó ayer por los micrófonos de Onda Cero afirmando, con la habitual imprudencia en él, que, para ser presidente, se necesita algo más que ser mayor de edad y español. ¿Se referiría al señor Aznar? Condescendió asimismo a tratar de explicar la burrada de las bombas. ¿Pedir disculpas él por tamaño desafuero? ¡Quiá! Antes muerto. Lo que hay que hacer es aclarar qué se quiere decir con la barbaridad, a ver si esos débiles mentales que votan a los sociatas acaban de enterarse de la complejidad y nobleza de su pensamiento. Siempre he considerado inexplicable que una persona como el señor Aznar llegara a presidente del Gobierno de España. Pero eso será tortitas y pan pintado si algún día lo es el señor Rajoy.

En el otro lado de la fiesta, también salió a la tribuna pública el señor Otegi. El día del bombazo ya lo había hecho, y servidor, que no es etálogo, pero tampoco bobo, sostuvo que este hombre y su organización carecían de la independencia de criterio necesaria para embarcarse en negociación alguna con alguien. Son cosas elementales. Una negociación es siempre el paso previo a un contrato y, para cerrar un contrato cualquiera hay que tener capacidad para contratar, esto es, independencia, autonomía, mayoría de edad, juicio propio. Si esto no es así, que venga tu papá, rico. El señor Otegi dio ayer otra prueba de ese infantilismo que lo caracteriza frente a ETA o la "organización armada", como dicen quienes viven bajo su maléfico influjo, sin acertar a sacudírselo y a razonar como personas libres. La cuestión era que la "izquierda abertzale" abriría un "periodo de reflexión" porque algunos (obsérvese el truco de descargar sobre otros la responsabilidad de una decisión que se intuye problemática en la casa del padre) habían dicho que las amenazas de ETA "restan credibilidad a la tregua". Espero que no les lleve mucho la trabajosa reflexión pues no merece la pena. La "credibilidad de la tregua" es de cero, en consecuencia, el resultado de la resta será negativo. Eso lo ve cualquiera. La cuestión es ¿quién se lo dice al que manda? La reflexión colectiva de la organización. O sea, Fuenteovejuna, señor. Fuenteovejuna, que tiene que ver con ovejas.

dimarts, 16 de gener del 2007

Pleno al pleno.

Estoy de acuerdo con los señores Durán i Lleida y Rodríguez Zapatero (no recuerdo si alguien más lo hizo notar) en que el pleno extraordinario de ayer no debió haberse celebrado. Pero, una vez que fue forzoso hacerlo, a instancias de quien iba a salir de él lindamente vapuleado, no queda si no reconocer una vez más que el Parlamento es el pivote de la democracia, el ágora contemporánea. Y ahí, en ese ámbito público, coram populo, no oí a nadie mantener las acusaciones de que el Gobierno se hubiera rendido ante ETA, que hubiera aceptado la autodeterminación (de la que, por cierto, soy partidario, aunque en otras circunstancias, claro) o la entrega de Navarra, es decir, ninguna de las infamias y falsedades con que la derecha y sus medios ha bombardeado a la opinión durante meses. Y tampoco se mencionaron los "compromisos" del Ejecutivo con ETA, que anteayer traía Gara.

Digresión oportuna: hasta la fecha tenía a Gara por un periódico serio. Al informar de unos "compromisos" del Gobierno que éste niega, Gara está obligado a probar sus asertos o quedar como falsario. Que diga qué "notario" puede testificar de esos compromisos y que lo haga. En caso contrario es claro que la información de anteayer era un embuste para torpedear al gobierno de Rodríguez Zapatero con las técnicas típicas del amarillismo .

Al pleno se llegó por la pertinacia del PP. De él salió el señor Rajoy literalmente desollado y con tantas posibilidades de convertirse en el próximo presidente del Gobierno de España como Fray Gerundio de Campazas, a quien se parece en la garrulería. Los genios que desde los medios lo han asesorado, (los señores Zarzalejos, Ramírez, Jiménez, etc) diciéndole primero que presentase una moción de censura, luego que plantease la cuestión de confianza y, por último, que exigiese este pleno donde ha quedado reducido a cenizas, merecen un premio. Menudo ojo el suyo y qué bien conocen y aquilatan los mecanismos democráticos.

Porque el debate sirvió para lo contrario de lo que estos estrategas habían previsto: el Congreso renovó su confianza en el Gobierno sin que éste tuviera necesidad de pedirla y se reafirmó en su decisión sobre las negociaciones que el señor Rajoy pidió expresamente se revocara. No solamente no obtuvo ninguno de sus deseos sino que quedó claro que sólo cuenta con sus diputadxs -eso sí, permanentemente dispuestxs a la bronca- lo que en un sistema parlamentario, estructuralmente orientado a los pactos, los acuerdos, las alianzas, evidencia clara ineptitud para la vida política. Es obvio, tras el debate, que en este país cuentan todos los grupos parlamentarios, hasta los minúsculos, excepto el del PP, por deméritos propios.

Porque en sus intervenciones, el señor Rajoy no se privó de ningún golpe bajo, ni siquiera de los que le devolvían una y otra vez en forma de tortazos bien sonoros. Su insistencia en hacer de adalid del Pacto por las libertades y contra el terrorismo, que fue obra del PSOE y, en concreto del señor Rodríguez Zapatero cuando estaba en la oposición, precisamente con la suya como Vicepresidente del Gobierno (el famoso "conejo de la chistera") no es fácil de entender, sino como masoquismo. Y su reiteración en el error, que dio la oportunidad al señor Rodríguez Zapatero de lucirse una y otra vez con su ritornello de la lealtad del PSOE y la deslealtad del PP cuando en la oposición el uno o el otro, carece de toda explicación, ni por la vía patológica. ¿Qué decir de un político que, cuando quiere mostrar talla de dirigente esgrime como arma el triunfo de su adversario? Pues lo dicho en algún otro post anterior: Ubu. (Muy bonita la ilustración de Lugné-Poe. Ubu Roi, de 1922).

Cuando no cargaba las armas del contrincante con balas dum-dum contra él mismo, el señor Rajoy recurría a la consabida táctica del espejo en la que su valedor, el señor Aznar, es consumado maestro, consistente en denunciar muy enfadado al otro por hacer lo que uno está haciendo. El señor Rajoy tronó contra el señor Zapatero acusándolo de ser culpable de todos los males y fracasos: de la tregua, de la no tregua, de la kale borroka, de las "impertinencias" de Otegi y de la bomba de Barajas...sólo para concluir en tono ofendido que, para el PSOE, el PP es culpable de todo.

Pero donde el señor Rajoy rizó el rizo y se deslizó por la pendiente del despropósito y la barbaridad fue en su frase sobre las bombas, cuya torpeza sólo es comparable a su brutalidad autoritaria y su desprecio por la verdad: Si usted no cumple, le pondrán bombas y si no se las ponen es porque ha cedido, que provocó contundentes respuestas del Presidente y de López Garrido.

En resumen, después de casi tres años de desleal oposición, en los que se ha utilizado el terrorismo como arma política bajuna, se han propalado patrañas sin cuento, se ha intoxicado a la opinión a través de los medios adictos, este pleno innecesario ha dejado en absoluta evidencia que el PP está solo en su política de confrontación, sin esperanzas de imponer ni uno solo de sus puntos de vista, automarginándose de las grandes decisiones parlamentarias, rechazando toda nueva iniciativa y, como se le dijo ayer à plusieurs reprises sin esperanza de ganar las próximas elecciones. Todo un exitazo, sí señor.

Nueva digresión pertinente: a la hora de hablar de los medios de comunicación y su influencia sobre unos u otros políticos, ¿alguien ha visto que un solo medio le diga al presidente del Gobierno lo que tiene que hacer, como se lo dictan al detalle al señor Rajoy los estrategas citados ut supra en sus editoriales o sus alocuciones radiofónicas?

Conclusión, desde el principio de la legislatura, no habiendo aceptado la derrota electoral, el PP concentró todos sus esfuerzos en conseguir unas elecciones anticipadas. Para ello supeditó todo, literalmente todo, los intereses generales, las víctimas, el consenso, el equilibrio territorial, a la tarea de debilitar al gobierno de "Bambi", del "incompetente", del "presidente por accidente", del "bobo solemne" y el resultado a la vista está: el señor Rodríguez Zapatero sale crecido y se permite el lujo de ser magnánimo, el Gobierno goza de saneado apoyo parlamentario, la oposición conservadora carece de eficacia y su alternativa es bien amarga: mantenerse en la irrelevancia testimonial o participar en el consenso que fortalece al gobierno al que quiere derribar. Si eso no es para poner un cero a quienes hayan diseñado esta estrategia, ¿para qué es?

Por no cumplirse, no se cumplirá ni la última canallada que alguien (se admiten apuestas acerca de quién) puso en circulación por los SMS en los últimos días: "Zapatero entró por Atocha y saldrá por Barajas. Pásalo". Pasado. No entró por Atocha ni saldrá por Barajas. Pleno al pleno.

dilluns, 15 de gener del 2007

La comunicación instantánea.

Es el signo de los tiempos y de lo que, al parecer, estamos más orgullosos. Tanto que, no hace mucho, preguntado Ted Turner, el fundador de CNN, cómo podía definir él el sentido de su empresa de TV mundial, respondió con una machada que es, al mismo tiempo, un sinsentido, pero que apunta a esa característica que define nuestra época, esto es, la simultaneidad, el tiempo real: "el día del fin del mundo, allí estaremos y lo daremos en directo".

Unxs alumnxs de la facultad de Políticas de la Complutense me han pedido que vaya a darles una charleta fuera de la actividad académica ordinaria y he escogido este asunto del carácter instantáneo de la comunicación. Tengo previsto comenzar con una curiosidad: eso de la información instantánea y en tiempo real ya se les había ocurrido a los griegos clásicos. Lo cuenta Esquilo al comienzo de La Orestiada. Cuando Agamenon retorna vencedor de Troya, Clitemnestra está esperándolo con las intenciones que conocemos. La esposa infiel se entera de la caída de Troya exactamente en el mismo momento en que se produce el hecho. ¿Cómo? La reina de Argos puso un centinela en cada uno de los picos más altos de la distancia que separa a Argos de Troya cerca de los Dardanelos, cada uno de ellos a la vista del siguiente. El último, a la de la ciudad asediada con la orden de encender una hoguera en el momento en que la viera caer. El siguiente centinela habría a su vez de encender otra cuando viera la del primero y así sucesivamente, hasta el último centinela ya a la vista de la guardia de Argos. He puesto las fogatas en el mapa más arriba ¿A qué velocidad, pues, se entera Clitemnestra de que ha caído Troya? A la de la luz. Comunicación instantánea en tiempo real, como la que dice Ted Turner, pero en el siglo VIII antes de Cristo. Es un bonito ejemplo, ¿verdad?

Fe de omisiones.

Manuel F. Trillo, uno de los amigos que he tenido la fortuna de hacer en mi corta estancia en InSurGente (Salud, Manuel. Te confieso que lo de Livia fue lo único que me hizo flaquear en la decisión) me envía un recorte de Web Islam en el que se informa de que

"Cabe destacar también la presencia de ciudadanos árabes o españoles de origen árabe en la manifestación de Madrid, que llevaban carteles en ese idioma en las que expresaban su condena a la organización terrorista ETA. Esta presencia árabe se dejó sentir también en Bilbao, Pamplona y otros lugares".
Yo decía en mi post de ayer que no lxs había visto. Pero fueron. Y me encanta hacerlo constar. Porque, en efecto, fue estupendo que la inmigración se movilizara y que lo hiciera codo a codo con lxs españolxs. En mi descargo diré que, en el grupo en que me hallaba en la manifa, había alguna persona de edad avanzadísima, lo que restringió bastante mi movilidad. De todas formas, reitero mi alegría al saber que también lxs musulmanxs estuvieron.

O sea que sólo se quedaron fuera la derecha y algunos representantes de la más pura extrema izquierda, de esxs que no se contaminan jamás con la sucia realidad del reformismo y se resignan a que quienes fueron lxs cubran de oprobiosos epítetos, como si estos hubieran pensado en ellxs por un solo instante. Demasiada soberbia para tanta irrelevancia, incapaz de percatarse de que, parafraseando a Sandro Pertini, "la sinistra incontaminata c'è una cosa con la quale, senza la quale, il mondo rimane tale quale".

Un diálogo en tiempo real.

¿Coincidencia? ¿Casualidad del destino? ¿Sucia maniobra al alimón de los sanguinarios batasunos, esbirros de ETA, y el ultrarradical vendepatrias de Zapatero? ¿Aleve intento de la masonería, que siempre ha odiado a España, y más desde que el Invicto pasó a peor vida? Nunca lo sabremos, a no ser que los de Libertad Digital, cuya relación con la realidad es como la de Diógenes con el hombre, nos ilustren sobre qué conjunciones astrales han debido de darse para que ayer, domingo 14 de enero y un día después de que una ríada de rojos emponzoñara las calles de Madrid, tanto el Presidente por accidente como el trujamán de ETA concedieran sendas entrevistas a la hojillas parroquiales que les sirven de correveydiles, esto es, el diario El País en el caso de Bambi y el diario Gara en el del gauchista abertzale o, como escribe la prensa reciamente hispana, aberchale.

No se me negará que lo divertido hubiera sido hacer las entrevistas cruzadas, Gara a ZP y El País a AO. Pero, para que algo así sea posible han de pasar 200 años más de democracia. El diario del infame Polancone, en la persona de su nuevo director, Javier Moreno, acudió a La Moncloa a impartir las consignas del grupo Prisa para los tiempos posteriores a la ruptura de la tregua. El diario no quiere ni oír hablar de nuevas negociaciones y el pusilánime presidente se plegó a sus exigencias: punto final al diálogo con ETA. De ahora en adelante, policía y tente tieso en Vascongadas; que ya va siendo hora de repartir unas castañas.

Es triste que sean los espurios intereses del monopolio polanquista quienes tengan que insuflar algo de gallardía en la complaciente y genuflexa actitud del criptoetarra ZP. Pero hágase el milagro y hágalo el diablo, dirán en la COPE, cadena acostumbrada a tratar con las potencias celestiales o infernales. Moreno hizo una entrevista palaciega, dejando que ZP se explayara donde le interesa y no poniendo el dedo (y, si necesario fuese, también la mano y el pie) en la herida abierta y supurante de ese partido enemigo de España que es el PSOE, del continuado diálogo del Gobierno con ETA. Se trató de una entrevista para mayor lucimiento del hombre que se rindió ante los terroristas, al extremo de considerar que el bombazo de Barajas fue un "trágico accidente" puesto que le arrebata la posibilidad de seguir desmembrando a España o de entregar Navarra entera, atada de pies y manos a la voracidad sabiniana.

En el otro extremo, la entrevista de Otegi en Gara pone de manifiesto la insolencia de los valets de ETA, que insisten en que el llamado "proceso de paz" (que ya Alcaraz definió hace tiempo como "proceso de rendición"), sigue adelante como si los dos muertos a causa del bombazo de la T4 fueran pequeños gajes del oficio, del oficio de plantabombas, supongo. Otegi imparte la doctrina en referencia a la cual se juzga a todos los partidos en el PV, que es un proceso que debe acabar en la territorialidad y el derecho de autodeterminación. Y da por descontado que el Gobierno de España tendrá que admitirlo. El párrafo que tiene que hacer furor en el zoco de la rebatiña por los retales de España, contestando a una pregunta sobre si, a la vista de la bomba, había algo que no estaba bien atado: "Las cosas estaban suficientemente atadas, lo que ocurre es que hay ciertos compromisos que no se han cumplido". Compromisos que detalla Gara y que van a provocar tormentas parlamentarias, con el navío del Gobierno a punto de ser aplastado a su paso por las Simplegades de la oposición parlamentaria, igual que el Argos a las órdenes de Jasón. Aunque el asunto no debiera ser difícil, pues si, como dice Gara, hubo un organismo internacional en funciones de fedatario, bastará con preguntarle.

A ver, ¿qué compromisos tenían los sociatas a espalda de la sociedad? Queremos saber. Porque si Otegi dice que hubo compromisos, hubo compromisos, pues este Otegi es hombre de palabra. Bueno, es hombre de palabra si es la suya contra la de los sociatas. Si no, no. En todo caso, ahora que el proceso se ha roto, ya da igual cuáles sean aquellos compromisos. O no, no da igual. Siempre es interesante saber cómo razonan nuestros semejantes, aunque a lo mejor llamar "semejante" a alguien de Batasuna sea un overstatement.

En resumen, es interesante cotejar las dos entrevistas. Y, claro, no es un diálogo en tiempo real, son dos monólogos que discurren paralelamente, sin tocarse, sin verse siquiera y simultáneo, desde luego. El ejemplo más evidente: Otegi afirma que el Gobierno británico se reunió son el Sinn Féin incluso con atentados y no se le ocurre que eso no puede aceptarlo el gobierno español. Igual que el Gobierno español pide que Batasuna condene la violencia sin imaginarse que eso no puede aceptarlo la otra parte. Batasuna no puede condenar la violencia porque la base de su función avasalladora es precisamente la violencia. Y tampoco está especialmente interesada en que desaparezca porque su eficacia negociadora depende de ella. Si no existiera la violencia sería imposible que una agrupación que representa al 10-12% del electorado condicionase de tal modo la política vasca.

diumenge, 14 de gener del 2007

Cómo somos la gente.

El 30 de diciembre del año pasado ETA voló el estacionamiento de la T4 en Barajas. Lo hizo, según explican muy sesudamente hoy los periódicos, con una mezcla de explosivos, con la aviesa idea de multiplicar el efecto destructor. Los dichos periódicos traen información técnica proporcionada por la Guardia Civil; que si amonal o amosal y un explosivo exógeno que, al parecer, actúa de multiplicador. Son cosas de esas que a la gente le encantan de tema de conversación para dársela de experta en las barras de los cafés. Yo no sé mucho de explosivos pero ayer pasé por la T4 y tomé fotografías. En la de la izquierda se ve bastante bien el destrozo. Han volado el edificio. No hay edificio. Es la foto de un vacío. Queda un módulo al fondo que habrá que derribar, supongo. Curiosamente, la estructura metálica a la derecha se mantiene. Tiene pinta de haber sido el ascensor que, a lo mejor, estaba aislado de la construcción principal.

Ayer nos manifestamos contra eso, contra esa barbarie. Digo yo que está bien claro. Pues no o no para todo el mundo. A raíz del atentado hubo un período de silencio, para no fastidiar las fiestas del 31 y el 1º de enero. Primera falta: no teníamos que haber festejado nada el 31 y el 1º de enero. Pero lo hicimos. Obviamente, no estamos dispuestos a que dos inmigrantes muertos nos amarguen las festividades. Podemos reconocerlo tranquilamente; ya sabemos que vivimos en sociedades inhumanas. El conocimiento científico de éstas actúa como un analgésico moral. ¿No sabemos que son sociedades duras, insolidarias, egoístas? Pues que nadie nos interrumpa la fiesta. Y menos que nadie, dos inmigrantes. ¿Se acuerdan Vds. de lo de "muertos de tercera", que no era exactamente así, pero se le acercaba?

Después de las festividades, como un mecanismo de respuesta retardada, lxs políticxs estallaron en mutuas recriminaciones. Para lxs de la derecha, ETA se había burlado trágicamente de Zapatero, quien había fracasado en su empeño que, según ellxs, consistía en entregar España a la codicia independentista. Que este razonamiento fuera literalmente absurdo no impedía que diera el resultado apetecido de disparar sobre el señor Rodríguez Zapatero desde todos los puntos de la rosa de los vientos, que es de lo que se trata. Para lxs de la izquierda la derecha había sido desleal desde el comienzo del proceso de negociaciones y volvía a serlo a raíz de la ruptura de la tregua pues prácticamente acusaba al señor Zapatero de haber puesto él la bomba.

El recuerdo de Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate había desaparecido debajo de miles de toneladas de hormigón armado y de las zancadillas y golpes bajos de lxs políticxs. Era digno de escuchar el señor Acebes hablando de que el Gobierno y la manifa dividían a los colectivos de inmigrantes. Supongo que estaba ensayando una escenificación del episodio evangélico de los sepulcros blanqueados. Desaparecido también bajo la densa indiferencia hacia la inmigración, que ya llega hasta el 8% de lxs ciudadanxs del Estado español.

Pero, sorpresa, sorpresa, ese recuerdo estaba vivo y es el que llevó masivamente a la inmigración a la calle. Ese fue el primer dato de esta manifa que me sorprendió, el de la cantidad de inmigrantes que vino. Vi banderas ecuatorianas, colombianas, venezolanas, brasileñas, cubanas, panameñas y gentes de todas partes, muchísimas con rasgos indígenas, cholxs, vamos, ponies, como los llaman con su tradicional mala leche lxs gitanxs. Y también vinieron lxs chinxs, una representación de una federación de comerciantes, con sus pancartas, algunas bilingües y otras en chino, que es idioma que lxs madrileñxs dominan desde la escuela. Que si el hombre es, como dice Ortega, un ser ensimismado, lxs chinxs son los más hombres de todos. Lo que no vi fue a musulmanxs. Pero desde luego que fue una fiesta de la inmigración. Nunca había visto yo movilizarse a tantx inmigrante.

La cosa de las banderas fue también bastante llamativa. Había banderas de países latinoamericanos, algunas republicanas, bastantes del PCE y de la UGT y un par de ellas gays, pero ninguna rojigualda; o, al menos, yo no vi ninguna. Dice El País que alguna había pero creo que el patriótico diario español se las imagina. He aquí un motivo para una nueva manifa del PP: desagravio a la bandera de España. En efecto, los manifestantes de ayer agraviamos a la enseña patria por el hecho de no sacarla a pasear. Y de ese modo queda clara la sempiterna divisoria entre las izquierdas y las derechas españolas: la Patria. La bandera de las derechas es la del Reino, como debe ser; la de la gaviota parece más un anuncio de detergente. Y la izquierda que, normalmente tiene la patria puesta en otra parte, lleva otras banderas. Yo mismo, si me dicen que hay que sacar la bandera, hubiera llevado la que tengo en casa, la que ondea a la izquierda de este blog. Como nación, desde luego, lo llevamos crudo si no nos ponemos de acuerdo ni en la bandera.

La manifa de la izquierda, como era de esperar, fue un acto de gente muy diversa y pacífica, sin amenazas, insultos, tensiones o agresiones, como suelen darse en las manifas del PP. Quienes nos unimos desde Alonso Martínez somos testigos de que, al descender por la calle de Génova, la sede del PP no tenía una protección policial visible superior a la ordinaria porque, obviamente, no era necesaria. Son otros quienes, al final de las manifas del PP se van frente a Ferraz, a calentar el asfalto y amenazar a los sociatas. Aquí, al contrario, reinaba la cordialidad, ayudaba el buen tiempo y las escasas consignas que se corearon, libres y espontáneas, pues nadie daba órdenes, animaban al señor Rodríguez Zapatero, hacían alguna referencia a la pareja de hecho PP-Batasuna, echaban de menos a los obispos y poco más. Nada tampoco comparado con lo que se oye y se lee en las manifas del PP en materia de insultos. En verdad un acto pacífico en honor de la paz y que no incurrió en la contradicción que con tanta gracia denuncia Tasio en su viñeta de Gara de ayer.

Habíamos quedado a almorzar con la gente de Colectivo Red Verde, un grupo ecosocialista hecho de intelectuales antiguos miembros del PDNI, que no se integraron en el PSOE porque conservaron su espíritu crítico. Realmente, al PSOE le pasa lo que a todos los triunfadores, que cosecha amores y odios. Y en la izquierda son tantos los matices que vamos a acabar constituyendo una organización por cada individuo. Y eso que empezamos predicando el colectivismo. Luego nos sumamos a la manifa en compañía de unos viejos amigos, ugetistas de toda la vida, de los de recios principios. Nos hicimos unas fotos, pero no cuelgo ninguna, porque se me olvidó pedirles permiso. Así que cuelgo una mía con Ramoncín, que se lo pasó en grande, porque iba a la altura de todo el mundo y todxs le hablaban.

Este carácter espontáneo, popular, de la manifa (vaya ojo el de la derecha, quedándose en casa) conquistó el corazón hasta de los periodistas más contrarios al gobierno. Revisé las portadas de El Mundo, el ABC y La Razón y son bastante aceptables. Dicen la verdad. El único que continúa en la trinchera, disparando a todo lo que se mueva es, claro, Libertad Digital que juzga que la manifa fue un fallido plebiscito a favor del Gobierno y, en el colmo de la paranoia, reconoce que el PP pretende instrumentar el dolor de las víctimas, al sostener que es lo que dice el manifiesto final, siendo así que ese manifiesto, en efecto, habla de quienes "pretenden instrumentar el dolor de las víctimas", pero no menciona al PP. Son los de Libertad Digital los que se dan por aludidos en un ejemplo más del viejo adagio de que el que se pica, ajos come.

¡Ah! Y fuimos muchxs.


dissabte, 13 de gener del 2007

¡Ahí nos vemos, amigxs!

Pues, sí, finalmente vamos a una manifa de la izquierda porque la derecha y sus organizaciones afines, después de poner condiciones y condiciones y ver que se les aceptaban, han decidido no asistir. Que no iban a hacerlo era evidente desde el primer momento. Las condiciones eran pretextos: incluya Vd. la libertad, incluya Vd. el derecho a la vida... Y, luego de que los organizadores hubieran incluido todo lo que se les exigía, los conservadores anuncian que, a pesar de todo, no van porque no está claro lo que se persigue con la manifa. Después de haber hecho cinco manifestaciones en contra del Gobierno, acusándolo de "negociar" con terroristas, de hacerles concesiones y hasta de, mirabile dictu, "rendirse" a ETA, deben de estar cansadxs de andar por la calle.

Pero lo verdaderamente pintoresco es que, además, el señor Rajoy pide que se desconvoquen las dos manifas, la de Madrid y la de Bilbao. Esa es una exigencia tan extravagante, estrafalaria y abusiva que, para encontrarle alguna explicación hay que recurrir a los comportamientos de los niñatos caprichosos o de los jayanes de reyerta. Algún analista, de esos que aman dar pruebas de conocimientos históricos, diría que es el error de ceder a las peticiones y exigencias de las partes broncas en las negociaciones, los errores del "apaciguamiento", añadiría el señor Aznar en un supuesto tan sacado de contexto como de quicio. Pero es muy propio de la mentalidad autoritaria. Yo no me manifiesto y, en consecuencia, aquí no se manifiesta nadie. Y ya por que sí. Algunos comentaristas de la izquierda, supongo que bienintencionados, han dicho que el error del PSOE es ir adelante sin contar con el consenso del otro gran partido nacional. Pero ¿cómo se va a contar con el consenso de un partido que está especialmente empeñado en destruir todo consenso, al extremo de que se le aceptan las condiciones que pone y sigue negándose a participar en una acción común?

Así que, efectivamente, manifa de la izquierda. Y, como recuerda muy bien un editorial de El País, una manifa que se convocó en un principio, para honrar la memoria de los dos ecuatorianos asesinados por ETA cuyos nombres aparecen en la esquela y que en ningún momento se merecían un comportamiento tan inhumano como han tenido hacia ellos quienes han obstaculizado cuanto han podido este mínimo homenaje que los demás les tributaremos. Claro que, cuando menos, no hemos tenido que oír lo que se dijo a los familiares de las víctimas del 11-m cuando se manifestaban frente al congreso, "que se metieran a las víctimas por el culo". Esa abyecta frase no puede ni debe caer en el olvido y hay que traerla a colación cada vez que aquellxs que han acusado al Gobierno falsamente de rendirse a ETA, entregar Navarra o cualquier otro disparate, vayan por donde suelen, esto es, a poner todo, absolutamente todo, todo lo que es de todos al servicio de su provecho partidista.

Una manifa de la izquierda, que ya iba siendo hora de volver a la calle, espacio al que esta corriente estuvo relegada durante la dictadura, con grave quebranto de su integridad física y que, en tiempos democráticos, sólo ha recuperado muy de tarde en tarde durante el anterior Gobierno del PP que la llamó "pancartera" ignorante de que ese calificativo describiría mucho mejor el comportamiento de sus propias huestes no mucho tiempo después.

Así que, amigxs, ahí nos vemos en una manifestación espontánea, en memoria de todas las víctimas del terrorismo, especialmente de las dos últimas, en favor de la paz, de la libertad y de la vida y en un acto unitario del que las derechas y sus organizaciones afines se han excluido voluntariamente y sin justificación plausible.

(La ilustración es un grabado de Lajos Kassak, artista expresionista húngaro, llamado "los portadores de banderas", 1919).

Adiós a la conspiración de la orquesta Mondragón.

Nunca llueve a gusto de todos. Nunca los fallos de los tribunales complacen a todo el mundo. Pero la mayor ventaja que le veo a la civilizada costumbre de respetar siempre las decisiones de la justicia (de la justicia legítima y legal en un Estado de derecho, claro, no de la llamada justicia ilegítima, aunque sea legal, en una tiranía) es que, cuando una de ellas te agrada, puedes saludarla con júbilo. Que es como he recibido la noticia del auto del Tribunal Supremo por el que respalda plenamente la instrucción realizada por el juez del Olmo en el caso del atentado terrorista del 11-m, frente a la querella presentada por el sindicato Manos limpias, que es una organización ultraconservadora, constituida en la estela de las famosas mani pulite italianas. El auto del alto tribunal reafirma la escrupulosa legalidad de la instrucción del juez del Olmo y aprecia indicios del delito de denuncia falsa en el querellante Manos Limpias que ahora pasa de acusador a acusado, aunque, por lo que a este blog respecta, se beneficiará del principio de presunción de inocencia.

Eso, claro, en cuanto a lo jurídico. Aplausos fervosorosos al fallo del Supremo que permite que resplandezca la verdad desnuda, como en la bellísima alegoría de la Justicia, de Lucas Cranach, de 1537.

Vayamos ahora a los aspectos políticos de este contencioso. Lo primero que llama la atención es que la noticia, que merece una página en El País, entrada propia en el InSurGente, con el divertido título de "El PP, de los nervios" y lugar destacado en El Plural, no aparece en El Mundo ni en Libertad Digital, o yo no he sabido encontrarla. Raro ¿verdad? Y ¿por qué será? Obviamente, las repercusiones políticas de este auto se harán sentir. Porque esa acusación (sobre la que ahora el Supremo ha ordenado investigar por indicios racionales de falsedad en la acusación) ha estado durante meses en las portadas de los dos medios citados, día va y día viene y ha servido a la oposición para interpelar repetidamente al Gobierno. Es decir, tanto los dos periódicos, como otros medios audiovisuales y, desde luego, la oposición, han tratado de sembrar dudas sobre la legalidad de la instrucción, en un gesto que los enlaza con las peores tradiciones de lxs demagogxs y amarillistas, dispuestxs a destrozar los mecanismos e instituciones que garantizan la vida misma de la sociedad con tal de obtener réditos políticos.

Por supuesto, desde el comienzo mismo del aluvión de fábulas y patrañas con el que se intentó desprestigiar la acción de la justicia en nuestro país, torpedear la de gobierno y engañar colectivamente a los españoles con unos cuentos que parecían pensados para niños no muy despiertos, estuvo claro que la campaña era eso, una campaña orquestada por gentes sin escrúpulos (ni sentido del ridículo) llena de invenciones abracadabrantes, "confesiones" compradas de confidentes, mentiras, embustes y pura fición. Todxs los que iban de manifa en manifa gritando aquello de "queremos saber" daban crédito a las historias más fantásticas, desde la cinta Mondragón hasta el ácido bórico. Tan insistente y machacona (puro estilo goebbelsiano) llego a ser la campaña que empezaron a aparecer videos de burla y risa. Probablemente, el más divertido (al menos, el que más gracia me hizo) es el que reproduzco sobre Los agujeros negros de Luis Pepino, que me encontré este verano en You Tube, en donde lo había colgado Radiocable. Es genial. Merece la pena verlo (y escucharlo) otra vez. (¡La historia de la mochilita de Vallekas!). Pinchen sobre la imagen; les aseguro que van a partirse de risa.

Porque la tomadura de pelo, tratando de enmarañarlo todo para hacer creer a la gente que el PP no había mentido sin escrúpulos con motivo del 11-m era obvia para todo el mundo, excluidas las personas -que siempre las hay- que no querían verlo. Para éstas se alza ahora la verdad judicial irrefutable: Libertad Digital, El MUndo, la COPE, e tutti quanti, sí exactamente, todos esos que se pasan la vida hablando del imperio/monopolio de Polanco, mintieron y fabularon cuentos de verdadera risa, y el PP los secundó como un solo hombre, tratando de que el gobierno naufragara con las alucinaciones de sus periodistas orgánicos.

¿No sería hora de que alguien dimitiera y dejara a su sucesor/a la tarea de regenerar el espíritu del debate público en España, que no puede seguir siendo este detestable lodazal?




divendres, 12 de gener del 2007

Donde manifestarse es liarla.

Encuentro esta magnífica paloma volando, producida por la agrupación de profesionales del PCM (a la que se llega pinchando sobre la paloma) y cuya dirección URL, por si alguien más quiere pegarla para la manifa de mañana, es www.profesionalespcm.org/images/paloma.gif. Por lo menos se le echa algo de animación al asunto. Porque eso de estar viendo siempre a la palomita de las narices, con la rama de olivo en el piquito por muy picassiana que sea aburre ya a las vacas. Por cierto, simbología cristiana donde las haya. No comprendo por qué la Iglesia no obliga a los locutores de la COPE a asistir a una manifa encabezada por la segunda paloma que Noé suelta después del diluvio, para comprobar si las aguas habían recedido del todo o no. Por lo menos, ésta se mueve y no lleva ramita de olivo. ((NB: en algún momento de la mañana, la paloma volando ha desaparecido de la red; ignoro por qué. Debe de haberse largado. Mientras regresa, si lo hace, para sustituirla, pongo ésta algo más heterodoxa por el color y la posición. La dirección URL de la animada no funciona, al menos de momento. Vaya, ya funciona. Bueno, dejo las dos por si a la volandera le da por largarse otra vez.))

La simbología de la paloma es dilatadísima y muy variada: pureza, paz, sabiduría, voluptuosidad... muchas cosas. Y ahora ha venido el pobre bicho a caer en mitad de una bronca monstruosa sobre si aquello que representa, la paz, tiene algún valor en sí mismo o necesita complementos como la libertad. Un poco absurdo se me antoja porque, aunque consigo vislumbrar una libertad sin paz, no así una paz sin libertad.

Aunque, en el fondo, esto es indiferente pues la exigencia de libertad no era una condición real, sino un pretexto para no ir a una manifa convocada por otros. Igual que la reclamación del PP de que se especifique en el manifiesto que no habrá negociación con ETA. Si no hemos entendido todxs mal, la tregua se ha roto precisamente porque el PSOE no ha negociado. Exigir a quien no negocia que no negocie es, cuando menos, tan patafísico como el pésame de ETA a los dos muertos en su atentado. Suena al surrealismo de los cadáveres exquisitos. Bien pensado, quien se parece bastante al Père Ubu es, precisamente, el señor Rajoy. Obsérvese, si no, en el cartel del programa des Pantins, dibujado por Alfred Jarry en 1898. Clavaditos.

Vaya astracanada la de las manifas de Madrid y Bilbo. Caramba con el no-conflicto del Norte. Hemos terminado el año con un bombazo etarra y lo comenzamos de manifas contra los etarras, el terrorismo, etc. El PV es el asunto crucial de la política española desde la transición, el conflicto esencial de la política española. Los analistas oficiales dicen que no pero, a fuerza de hablar de él, a lo tonto, a lo tonto, los españoles están adquiriendo una culturita vasca: no sólo se saben las capitales del PV sino que distinguen a un burukide de un mahaikide como si tal, dicen agur y llaman a sus hijas Ainhoa y a su hijos Iker. De ahí a pedir los Reyes a Olentzero en lugar de a Santa Claus, sólo un paso.

En Madrid, la manifa de la izquierda, convocada por las centrales sindicales y una asociación de ecuatorianos ha sufrido ya toda clase de agresiones verbales, descalificaciones, etc. Da gusto, qué bien avenidos estamos los vecinos de la villa y corte. Ya se dice que, de Madrid, al cielo. En todo caso, supongo que la señora Aguirre y el señor Gallardón habrán de estar presentes (espero que las centrales lxs hayan invitado) en prueba de que son la presidenta y el alcalde de todxs lxs madrileñxs y no sólo lxs de su propio partido. Y espero que nadie se meta con ellxs, para que lxs madrileñxs de izquierdas muestren su buena educación.

ACTUALIZACIÓN A LAS 19:00 DEL DÍA DE HOY

Por fin, el PP ha mostrado sus verdaderas intenciones desde el comienzo, que eran boicotear toda manifestación pública unitaria contra el terrorismo. Ya se veía venir, cuando su organización de bolsillo, la AVT se desmarcó de la convocatoria. Ahora es patente, como puede verse en el Comunicado Oficial que ha sacado hoy por la tarde, embarullándolo todo y echando la culpa a los demás de lo que él hace, esto es, dividir, enfrentar y encizañar. Lo más curioso es que Batasuna, en Bilbo, ha hecho lo mismo con la manifa convocada por el Lehendakari. Una vez más queda claro quiénes no quieren la paz ni la solución de nada, quienes coinciden objetivamente en sus planteamientos, PP y Batasuna. Una razón más para que la ciudadanía crítica, democrática y responsable (incluidxs a buen seguro los votantes del PP) nos manifestemos mañana.


La bullshit del Irak.

El señor Bush compareció por fin y dijo lo que todo el mundo esperaba, esto es, 20.500 soldados más al Iraq, avanzadilla de una total de más de 90.000 que quiere enviar en un futuro inmediato para ganar la guerra en el país porque, según dijo, no le gusta nada la situación allí. No dirán que no es genial: no le gusta nada la situación que él ha creado y, para resolverla, insiste en hacer lo que la creó, esto es, en seguir invadiendo el país. A todo esto, este estratega de despacho llama ganar la guerra a conseguir que el Gobierno títere de Al-Maliki pueda controlar un territorio de 45 km en torno a Bagdad. O sea, una circunferencia con un radio de Madrid a Segovia, para entendernos. Y como, además, carece de sentido común (aunque habla con Dios, a quien se le supone por arrobas), dice que si el gobierno de Al-Maliki no consigue este objetivo, perderá el apoyo del pueblo americano y el del pueblo iraquí. Sí, imagino que no le costará nada echar mano de dos o tres jueces independientes que anden por Bagdad, dispuestos a condenar al tal Maliki por lo que sea y a colgarlo, como a Saddam, al estilo Far West, según la ley de Lynch, que es el último adelanto del Derecho Internacional Cristiano.

Michael Moore ha enviado una circular, que se encuentra también en su página web, michaelmoore.com, titulada "Envíe más tropas , Presidente (y vaya Vd. también)", en la que entre otras cosas desternillantes, dice que 20.500 soldados más son muy pocos. Como el Irak tiene 27 millones de habitantes, sugiere enviar 28 millones de soldados: cada uno de ellos mata a un iraquí y el millón restante, se dedica a reconstruir el país.

Realmente es increible. El señor Matorral tiene enfrente al Congreso (incluso con mayoría apreciable en el Senado, pues hay republicanos que están en contra de la guerra) y a un 70% de la población que es contrario al envío de más tropas al Irak, según una encuesta de ayer del Washington Post y ABC News Poll. No le quedan aliados, pues hasta Tony Blair ha dicho que, en lugar de envíar más soldados, comenzará a retirar los que Gran Bretaña tiene allí y, a pesar de todo, el hombre se obstina e, incluso, amenaza a Siria e Irán. Cómo serán las cosas que, algunos analistas han empezado a pensar en que, realmente, por detrás de éste, el Presidente tiene un "plan B", un plan, por ejemplo, de hacer en el Irán la misma bullshit que ha hecho en el Irak.

¿Y qué se puede hacer? Una organización de la blogosfera de democracia radical (grass roots democracy) a la que pertenezco, que se llama Move On, ha lanzado una campaña de firmas, para movilizar a la opinión pública mundial en contra de la escalada de la guerra en el Irak. Se trata de firmar una declaración en contra y mandarla al Congreso de los Estados Unidos, como ciudadanos de todos los países del mundo, pidiendo a los legisladores que pongan fin a esta locura. Quien quiera firmar, que pinche en la imagen, que accede directamente a la página de la petición. Todo ayuda, amigxs, a detener esta barbarie que desencadenaron tres desaprensivos en las Azores hace cuatro años.

Entrevistilla.

Luis Marchal, de El Siglo, la revista que dirige Pepe García Abad, me ha hecho una entrevista en el último número sobre el tema de la izquierda y los asuntos del nacionalismo porque dice que es lo que no traté en la presentación del libro. Pongo el enlace a la primera de la revista, pero no se puede acceder al texto porque los editores quieren que se compren las revistas de papel, que para eso las editan. Lo único a lo que se tiene acceso directo gratuito son los arts. del dire. Puede parecer contradictorio, pero no lo es. En todas partes cuecen habas y en mi casa, calderadas.

dijous, 11 de gener del 2007

Para después de la manifa.

Si yo fuera etarra estaría tronchándome de risa viendo el cisco que tienen montado los partidos españoles y algunos vascos. "Estos gorrinos", diría a mis conmilitones, "no son capaces de unirse ni contra el enemigo común". Y tendría razón. La línea divisoria de la política española se llama "País Vasco". Mas divisoria cuando gobierna el PSOE que cuando gobierna el PP, pero divisoria, al fin y al cabo. Probablemente no tiene sentido recordar aquí que, estando en la oposición, el PSOE ha apoyado siempre al Gobierno en cosas de terrorismo en el PV. Es más, recuerdo que, cuando los socialistas rompieron el acuerdo de gobierno que tenía con el PNV en Euskadi a causa del pacto de Lizarra/Estella, Aznar los llamó "irresponsables".

Tampoco, creo, merece la pena recordar que, cuando hubo momentos en que se necesitaban manifestaciones unitarias, el PSOE acudió a ellas estando en la oposición y aun discrepando profundamente de muchos asuntos. Por ejemplo, a raíz de los atentados del 11 - m, el gobierno del señor Aznar convocó una manifa para el 12 de marzo bajo el lema Con las víctimas, con la Constitución, por la derrota del terrorismo que, evidentemente, daba por sentada la autoría etarra de la monstruosidad, los socialistas fueron. Sin poner condiciones.

Ahora resulta que, para acudir a una manifestación unitaria, la oposición pone condiciones y se retira al Aventino, presa de la indignación. Dice el señor Rajoy que no va a la manifa porque genera "división" y "siembra confusión" y, para demostrarlo, se divide. Pero esto tampoco es interesante. Si la derecha no va, irá la izquierda. Al fin y al cabo, a las manifas de la derecha no iba la izquierda. Claro que aquellas no eran unitarias, mientras que ésta sí ha pretendido serlo. Si no lo es, no es por culpa de los organizadores. O sea, manifa de la izquierda. Y no sé si de toda. Ya empiezo a oír voces de la supuesta izquierda "extrema" diciendo que es una manifa ad maiorem gloriam Zapateri y que no hay que ir. Dentro de Comisiones Obreras también parece que hay división. Y el señor Fidalgo dice que se queda en su casa. Pues es una pena, porque abulta mucho.

Ya lo estoy viendo, al final acaba yendo sola la izquierda democrática, que es a la que todo el mundo odia, la derecha, la extrema izquierda y los nacionalismos. Y por cierto, todo este clima de división y enzarzamiento es para generar inseguridad, alarma, miedo. Esperemos que la cosa sea pacífica. Ya pinta mal que desde la COPE se haya amenazado a los ecuatorianos con que se atengan a las consecuencias en las Comunidades Autónomas donde gobierna el PP y aquellos se concentran. Lo dice El Plural que narra también las reacciones. Me recuerda lo de "Que te dé de comer la República" de los señoritos de siempre. En fin, que habrá manifa, será de izquierdas democráticas (los tradicionales paganos de estas broncas) y que habrá bastante apoyo al Gobierno. ¿Por qué no? Es el Gobierno legítimo de España; ha intentado de buena fe conseguir el fin de la violencia; no lo ha conseguido. Como tampoco lo consiguieron González ni Aznar.

Ahora, cruz y raya. ¿Que el lema de la convocatoria es esto o lo otro? Que si el manifiesto no dice lo que yo quiero. Hágase la manifa, sea unitaria, con el lema más genérico posible, sin que nadie quiera imponer nada, si no puede hacerse unitaria, hágase de la izquierda y, en efecto, cruz y raya.

Porque mañana empieza el día después. El día del ¿y ahora, qué? Me parece que la propuesta etarra, secundada, claro, por Batasuna y con simpatías más o menos confesas en muchos otros lugares de que la tregua sigue y aquí no ha pasado nada no es de recibo. Lo suyo es dar por muerto y enterrado este proceso de paz y pararse ahora a considerar qué se hace. En el PP dirán: nada que pensar; se rompe todo contacto con la banda terrorista y se aplica estrictamente la ley y la Constitución en el País Vasco. Quizá quepa decir que eso es lo que se está haciendo. Y también a esto se puede responder, sobre todo desde el PP, aplicarlas con toda contundencia.

Vamos allá. Fernando Savater publicaba ayer un artículo en El País (no pongo enlace porque es de pago), muy brillante y muy contundente, cuya tesis principal venía a ser que se suspenda la autonomía en el País Vasco, como hizo Tony Blair con la de Irlanda. Mira por donde, es una propuesta. Una propuesta que yo podría suscribir, sí señor. ¿Cómo? ¿Suscribirías tú la suspensión de la autonomía en el PV, tú que eres partidario del derecho de autodeterminación de los vascos? Repito, sí, señor, sin dudarlo ni un minuto...con las consideraciones que haré a continuación. En primer lugar quede claro que soy partidario del derecho de autodeterminación de los pueblos de España en condiciones de ausencia de violencia y no de una ausencia reciente y de poca duración, sino de una ausencia de años, para que pueda restablecerse un clima de seguridad en la sociedad vasca que hoy por hoy no hay. Si hay violencia, es claro que ese debate se cierra y los partidarios de la autodeterminación tenemos que callarnos porque somos más partidarios de la vida humana.

Dicho lo cual, voy a la propuesta del señor Savater de suspensión de la autonomía. Los males que la actual situación está creando en la sociedad vasca son descritos por el autor con un grado de realismo que sobrecoge el ánimo al ver qué encanallada puede vivir una sociedad sometida al miedo de minorías violentas. La espiral del silencio llevada a su última manifestación, el tiro en la nuca, la quema de tu casa, el vilipendio de tus familiares. Situaciones atroces. Los partidos españoles no encuentran gente que quiera ir en sus listas. No me extraña, dado que, si lo hacen, corren serio peligro de muerte. Ciertamente, nada de eso es de recibo. La pregunta a continuación es: ¿cree que va a resolver la situación con la suspensión de la autonomía? Porque esa no es una idea que no se le haya ocurrido a nadie, cuando la posibilidad existe en la Constitución Española, en una especie de "vía suave" (art. 155, de "intervención" de la autonomía) y otra más "fuerte" (art. 116, estados de alarma, excepción y sitio); al contrario, se ha barajado, pero siempre se ha pensado que sería peor el remedio que la enfermedad ya que el problema de un estado excepcional es que tiene un plazo y nada garantiza que la comunidad no vuelva a las andadas pasado el plazo. Franco decretó un estado de excepción tras otro, sobre todo en Gipuzkoa y Bizkaia y eso no sirvió de nada. ¿De dónde se sigue que éste sí? Insisto, me apunto: suspensión de la autonomía de la CAV Pero ¿sabemos bien en dónde nos metemos? Supongamos que la suspensión se hace al amparo del artículo 155 CE y que el Tribunal Constitucional la da por buena (porque, imagino, sería impugnada de inmediato), exactamente, la suspensión consistiría ¿en qué? y ¿por cuánto tiempo? El artículo 155 no es muy específico y se limita a decir que habrá "cumplimiento forzoso de las obligaciones que la Constitución y las leyes imponen" y protección del interés general. ¿Significa esto que ha de volver la Policía Nacional al País Vasco para garantizar el "cumplimiento forzoso"?

Podemos ir, incluso, más allá. No es inimaginable una posible instauración del estado de excepción en el PV, en aplicación del art. 116 de la CE en relación con la Ley 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio. Conviene saber que la excepción implica suspensión de garantías procesales y varios derechos fundamentales como libertad de circulación, inviolabilidad del domicilio, etc. Lo que supone habitualmente un estado de excepción. De acuerdo. El problema es que estos estados están limitados en el tiempo: 30 días prorrogables por otros 30. Y luego, ¿qué? Es poco probable que el problema se haya resuelto en 60 días. Puede entonces recurrirse al estado de sitio, de duración libremente fijada por el Parlamento, y a hacerla indefinida, ¿por qué no? El estado de sitio implica en buena medida, la militarización del conflicto, que era lo que quería ETA en sus mismos comienzos.

Suspensión de la autonomía significa ¿qué? ¿Cese de publicaciones? ¿Censura? ¿Cierre der las ikastolas? ¿Intervención de los medios de comunicación?

Quienes sostenemos el derecho de autodeterminación y hemos creído de buena fe en el proceso de paz (o como quieran llamarlo), nos hemos visto engañados por la locura etarra. Así que ahora decimos que ni tregua ni naranjas de la China: si ETA quiere hablar, que empiece por deponer las armas y entregarlas. Es más, si me dicen que si apoyo un estado de suspensión (una excepción de hecho en el PV), pareciéndome inútil, la apoyo...con una condición: que le pongan un plazo. Y, pasado ese plazo sin que el conflicto se haya resuelto (que no se resolverá), se intente con nuestra propuesta, esto es, reconocimiento del derecho de autodeterminación. Porque de alguna forma habrá que resolver este conflicto, contencioso, problema o como quieran llamarlo quienes, contra toda evidencia, se obstinan en negarlo.

dimecres, 10 de gener del 2007

La tregua está a la legua.

Ya han hablado todos. Ayer lo hizo ETA, y, luego, el ministro español del Interior. Ahora ya sabemos a qué atenernos. Previamente al comunicado de ETA, el señor Otegi hizo una de esas declaraciones que parecen del oráculo de Delfos y que huelen a pactadas previamente con la organización armada en la que pedía a ETA que mantuviera la tregua iniciada el 22 de marzo pasado. Tanto la délfica petición como la posterior declaración etarra, atentan de tal modo contra el normal sentido común que parecen decisiones patafísicas que se hubieran tomado en la corte del Rey Ubu. ¿Mantener una tregua reventada hace diez días con un bombazo que ha reducido a ruinas un estacionamiento y acabado con dos vidas humanas? ¿Qué tregua? Y ¿a quién están hablando? Supongo que a sus respectivas clientelas, que parecen ser la misma, única, imagino, capaz de encontrar la lógica a esa proposición.

Dos cuestiones, extraídas de lo mucho que ya se sabe sobre conflictos, negociaciones y pacificaciones. La una hace referencia a los requisitos que estos procesos deben cumplir. Cualquiera que se haya informado, así sea superficialmente, sobre los dichos procesos de pacificación sabe que el primer paso que los negociadores han dar, antes de empezar nada, es el conocido como "medidas generadoras de confianza", esto es, actividades que vayan creando un clima de mutua confianza. Es muy difícil que me siente a una mesa contigo si pienso que todo lo que dices es mentira y que, en cuanto me descuide vas a pegarme dos tiros, y viceversa. Con esta bomba, ¿qué grado de confianza suscita ETA? ¿qué verosimilitud tienen sus afirmaciones? Cuando dice "que siga la tregua", quiere decir (ni se ha molestado en desmentirlo) que por tregua entiende un proceso en el que se se reserva el derecho a poner bombas donde y cuando le plazca. Merdre! que diría Ubu (a la derecha, en un dibujo del creador, Alfred Jarry, en 1896). Estos chicos carecen de crédito e inspiran tanta confianza como una serpiente (su animal totémico) de cascabel hambrienta.

La segunda cuestión se aborda en la hipótesis del juego de dos jugadores y suma no cero que vengo utilizando en este proceso. La tregua existirá, si los de Ubu/ETA lo dicen, pero del proceso no queda nada. Y, efectivamente, ambas partes han perdido. Ya dije en su momento que habíamos perdido todos pero, en estricta teoría de juegos, han perdido los dos jugadores. Decir ahora que la tregua y el proceso siguen, si el Gobierno quiere, pienso, no lo diría ya ni Ubu (más abajo, otro dibujo de Jarry, de 1904). Desde el comienzo se veía que la estrategia del gobierno en el juego era la de fortalecer su posición recurriendo a la "restricción de alternativas" (esto es, uno de los jugadores dice que hay ciertas cosas que no puede hacer por fuerza mayor). Es posible que el Gobierno se pasara de listo en dicha estrategia (y también lo es que el señor Rubalcaba lo hiciera a propósito para reventar el proceso sin que se le pudiera acusar a él de hacerlo) pero está claro que venir a estas alturas con una petición como la de ETA es chocar de nuevo con la "restricción de alternativas" pero no ya como estrategia, sino como pura realidad. Este gobierno tiene bastante trabajo tratando de sobrevivir al fracaso de las negociaciones y no es ni remotamente imaginable que encuentre apoyo para una actitud como la que solicita ETA, de continuación del proceso. El gobierno no tendría apoyo para una actitud de ese tipo, barrunto, ni en su propio partido.

Père Ubu/ETA: hay que encarar la realidad. Te has cargado el proceso de paz. Todo el mundo te agradecerá que mantengas la tregua pero es impensable que ésta dé paso a negociación alguna. Salvo, claro es, que mañana (u otro día cercano) haya una declaración complementaria por la que abandonas definitiva y verificablemente las armas.

Derecha e izquierda.

Mi amigo Javier Paniagua, de quien hablo en este blog de vez en cuando, ha publicado un artículo en El Mundo del País Valenciano tratando este sempiterno asunto y, en cierto modo, reconociendo que la fractura, divisoria, separación, hiato, cleavage fundamental que ha venido dando sentido a la política mundial desde la revolución francesa, la tensión entre una derecha y una izquierda, está empezando a carecer de sentido.

Desde luego, si uno examina a las derechas españolas tal cosa parecería ser cierta, al menos en lo que hace a ellas mismas: ya no quedan, no hay gente de derechas en España, todo lo más, al decir de algunos, hay gentes de centro-derecha y, desde luego, "liberales". Las derechas de toda la vida se han hecho ahora "liberales".

Es una situación pintoresca: por mala que sea la situación de las izquierdas, estas rivalizan por el nombre y no es difícil asistir a divertidas controversias en que unas izquierdas acusan a otras de no serlo "de verdad". Las izquierdas tienen el orgullo de su nombre. Las derechas, no. Hasta quienes dicen que las derechas deben actuar "sin complejos" aseguran no ser de derechas, sino "liberales". No hay nada malo en ello. Cada cual se pone el nombre que quiere. Pero, cuando se usurpa una marca de fábrica, los resultados pueden no ser enteramente buenos.

Ciertos sectores de la izquierda también parecen ir por ese camino de ocultar sus raíces y su pasado. Muy claramente, el discurso de la "Tercera vía" quiere ser, en efecto, una vía entre la izquierda tradicional y la derecha. Un nuevo centro, como lo llamaban los alemanes de Schröder, Die neue Mitte; y otro equívoco. Desde los tiempos de Duverger sabemos que eso de los centros suele ser episódico, ocasional, oportunista e inestable. No existe el centro en política. Todos los intentos de partidos "centristas" (desde el Zentrum alemán a la UCD española, pasando por el MRP francés) han fracasado. Lo que existen son derechas e izquierdas radicales y moderadas; derechas e izquierdas que, cuando son moderadas -o a ello les obliga la dura realidad- tienen que formar grandes coaliciones, como en Alemania actualmente o en Austria durante buena parte de la postguerra, cubriendo así el centro. Centro derecha y centro izquierda son posibles, dependiendo del grado de integración de la sociedad; pero siempre, en último término, son y serán derecha e izquierda.

Bruma.

El otro día, regresando a Madrid, al atravesar la provincia de Guadalajara, en la que residimos cuando no estamos en la capital, encontramos niebla. No es infrecuente el fenómeno en Castilla en esta época del año, como tampoco el de la escarcha, que resulta muy impresionante. Son días de una luz de sudario, en los que el aire frío y el silencio acompañan y componen un cuadro fantasmagórico, cargado de belleza y misterio. Es muy difícil sustraerse a ese embrujo que emana la zona, así que me bajé del coche y me puse a hacer fotos: el pedregal pobre que en su tiempo fue haza, las chaparras esparcidas y ese cielo que parece ascender, emanar directamente de la tierra yerta hasta perderse en una serie de grises, producen una majestuosa sensación de eternidad. Pasear por estos parajes, cosa que hacía antes a menudo y ahora menos porque con un niño de año y medio no cabe deambular por la besana abandonada, embarga el ánimo de indefinidas tristezas y provoca una especie de congoja por lo efímero de las preocupaciones que ordinariamente ocupan nuestra atención, obligándonos a reconocer que lo que da sentido a nuestra vida no son tales preocupaciones, sino la llamada muda de esas encinas que parecen despegarse, difuminadas, de su fondo brumoso en el que habita la indiferencia de la naturaleza.