dimecres, 18 de febrer del 2009

La estafa del capitalismo.

Ya han pillado a otro presunto granuja a gran escala, al estilo Madoff: Robert Allen Stanford puede haber estafado más de 8.000 millones de dólares a más de 30.000 clientes en unos 131 países. Como en el caso de Madoff se trata de gente que se pasó de lista al estilo "toco-mocho" invirtiendo en productos de rentabilidad mucho más alta que la del mercado, en duros a cuatro pesetas. Dejemos de lado el interesante problema ético de quién estafa a quién en el toco-mocho, así como el divertido hecho de que este supuesto mangante tenía el título de "Sir" expedido por el Estado de Antigua y Barbuda, antaño refugio de corsarios y hoy paraíso fiscal del que aquel se había hecho ciudadano. Dejemos ambos asuntos de lado pero sin perderlos de vista porque hablan mucho sobre la naturaleza humana.

Lo interesante aquí es que, a medida que avanza la crisis, de la que ya no se libran ni los casinos, icono del capitalismo triunfante, van aflorando más y más casos de estafas y fraudes gigantescos que muestran no ser excepción sino norma en el capitalismo y parecen probar que los mecanismos de supervisión y control del sistema financiero estaban en manos de ineptos y analfabetos financieros. Es posible.

Y también lo es que tales mecanismos de control estén en manos de cómplices de un sistema que en sí mismo es una gigantesca estafa y en el que sólo por ingenuidad, bondad angelical o, sí, verdadera ineptitud, cabe distinguir entre actividades especulativas lícitas e ilícitas. Un ejemplo: al aceptar el puesto de Ministro de Hacienda del gobierno del señor Bush en junio de 2006 el señor Henry Paulson, el del famoso plan de rescate de los bancos en quiebra en los EEUU, tuvo que dimitir como directivo del banco de inversiones Goldman Sachs, por cierto, principal donante a la campaña del señor Obama, por incompatibilidad. La baja supuso al señor Paulson 18,7 millones de dólares de prima por cinco meses trabajados como directivo y un beneficio por venta anticipada de acciones acumuladas en siete años en la casa de 486 millones de dólares; en total más de 500 millones dólares por siete años de trabajo consistente en lo esencial en magia financiera, en sacar de la chistera miles de millones de dólares de beneficios que, al estallar la burbuja especulativa, se han volatilizado sin que el mismo señor Paulson haya devuelto sus 500 millones sino que ha echado mano del dinero de los contribuyentes para salvar de la ruina a las entidades financieras, bancos de inversiones, fondos, etc a los que él y cientos, miles de pájaros como él han llevado a la ruina mientras ellos se enriquecían con el mismo descaro que él.

¿Cuál es la diferencia entre los Sir Robert Allen Stanford y los Hank Paulson fuera de que los primeros son media docena y están muy mal vistos y los segundos son, ya se ha dicho, miles y pasan por expertos y ejecutivos de prestigio? Que los segundos se van de rositas, que quedan impunes, que se guardan la pasta; pero nada más. La estafa, el fraude y, por ende, la ruina de cientos de miles, de millones, centenares de millones de personas son lo mismo. Porque es el sistema el que es una estafa. El sistema capitalista regido por piratas hoy llamados neoliberales cuyo evangelio de rapiña descansa sobre tres propuestas no solamente falsas sino en parte delictivas: 1ª) la codicia es buena; 2ª) el mercado se autorregula; 3ª) lógicamente, el Estado absit. Y digo delictivas porque, cuando el mercado se "autorregula" impera siempre la ley del más fuerte, del más ladrón y sinvergüenza. Por ello es necesario que el Estado se abstenga.

Hoy, en plena catástrofe a causa de estas recetas neoliberales, el Estado tiene que intervenir por doquier: tiene que salvar bancos e industrias en los EEUU, nacionalizar bancos en Alemania, Islandia, Inglaterra, acudir en ayuda de las entidades financieras y empresas en Francia, España, Italia...Hoy toca zafarrancho de salvamento a cargo del denostado Estado que no es otro que la sufrida población de sujetos fiscales a los que primero se robó con técnicas neoliberales y ahora se sigue esquilmando con técnicas intervencionistas. Por supuesto, el discurso dominante vuelve a ser del sano "espíritu capitalista protestante", se condena la codicia y se niega que el mercado pueda autorregularse pero ¿alguno de los citados estafadores "legales" ha devuelto un euro de sus fabulosas primas cobradas hasta ayer mismo? ¿Alguno ha ido a la cárcel como irán, es de esperar, los Madoff y los Stanford?


Coda carpetovetónica.

Los escándalos de corrupción de presuntos defraudadores organizados supuestamente en conexión con cargos del PP en España son la versión hispánica de este modo fraudulento, piratesco, neoliberal de entender el capitalismo. Los neoliberales españoles suscriben a pie juntillas las tres propuestas citadas más arriba (viva la codicia, abajo las regulaciones y fuera el Estado) y las ponen en práctica desde los puestos de la administración pública, desde sus cargos representativos, desde los puestos de gestión oficiales. Porque así como en los países avanzados el robo a la sociedad y al Estado se hace desde la robusta sociedad civil, en Carpetovetolandia se hace desde las covachuelas de ese mismo Estado, chupando de él con programas de desmantelamiento de lo público, de lo estatal, autonómico, municipal, de privatización de la riqueza y el patrimonio público. En el camino, según parece y presuntamente (por supuesto) muchos de estos avispados neoliberales se llenan los bolsillos. Es lo de Paulson y otros imaginativos gestores pero adaptado al país del Lazarillo de Tormes y Bienvenido Mr. Madoff.

(La primera imagen es un cartel antiguo de una película del famoso Fantomas, procede de Wikipedia y está en el dominio público), la segunda es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).

¿Qué pasa con la izquierda italiana?

Hubo un tiempo en que la izquierda española miraba a la italiana con admiración y sana envidia. Se estudiaba y se comentaba a Gramsci, se escuchaba con respeto a Enrico Berlinguer, como se había escuchado antes a Palmiro Togliatti, se leía a Giorgio Napolitano (hoy presidente de la República), Umberto Cerroni, Galvano della Volpe, Norberto Bobbio, Rossana Rossanda, etc, etc. Eso se ha acabado. Desde los años noventa, la izquierda italiana ha entrado en barrena. La dimisión ayer de Walter Veltroni, secretario general del Partido Democrático pareciera venir a darle la puntilla.

En este desastre parece haber razones específicamente italianas y otras propias de la izquierda en el mundo occidental. Entre las italianas se cuenta en primer lugar el problema de legitimidad del comunismo. Con el hundimiento de la URSS, el Partito Comunista Italiano, antes el más poderoso de Occidente, pues llegó a alcanzar el 33 por ciento del voto en los años setenta, juzgó oportuno camuflar su identidad comunista (como había hecho el Partido Comunista de España en los ochenta al crear IU) e inició una serie de mutaciones nominales hasta acabar en esos "Demócratas de la izquierda" que se unieron con otras fuerzas de centro y centro izquierda para formar el actual Partido Democrático (PD). Pero el problema de legitimidad comunista persiste y únicamente se agrava cuando, para sobrevivir, se arropa (como el español) con una miriada de partidos y partidillos que hacen muy difícil una acción unitaria. Distingo en el actual PD hasta catorce facciones, sin contar los dos aliados externos con los que perdió las elecciones de 2008, esto es, el Partido Radical e "Italia dei Valori" de Antonio di Prieto, por quien se pronunciaba Paolo Flores d'Arcais hace un par de días en El País en un artículo cuyo título lo dice todo: Italia necesita una oposición a Berlusconi, lo que implica que el PD no lo es. Y el asunto es grave porque si el PD obtuvo el 33,2 por ciento del voto en 2008, Italia de los Valores se quedó en el 4,4 por ciento. Y sin embargo es cierto que el PD no es oposición para Berlusconi en primer lugar porque un partido compuesto por catorce corrientes no es un partido sino una corrala. Cierto, es la tradición italiana: en sus tiempos áureos, la Democrazia Cristiana (cuya izquierda está hoy en el PD) llegó a albergar ocho corrientes; pero el fraccionamiento actual es peor porque se enfrenta a una derecha crecida y no muy unitaria pero sí infinitamente más que la izquierda; y en segundo lugar porque esas corrientes internas de la izquierda suelen ser partidillos cabezones, esto es, de escasa implantación pero con líderes rutilantes, algunos más que el propio Veltroni (D'Alema, Rutelli, Prodi, Zanone; por no mencionar los "externos" Di Prieto y Panella) con lo que el PD tiene un grave problema de liderazgo, como todos los medios han señalado al valorar la dimisión de Walter Veltroni/Walterloo ; y la corrala se convierte en una jaula de grillos.

La razón común a la izquierda occidental es la paradójica situación en que ésta se encuentra y sobre la que Palinuro está preparando una entrada para próximas fechas. La izquierda se sentó a ver pasar el cadáver de su enemigo, éste está pasando bajo la forma de la esperada crisis general del capitalismo pero ella carece de programa, propuestas, ideas concretas que ofrecer como alternativa. Hasta la fecha, que yo sepa, ningún partido electoralmente relevante de izquierda (reitero lo de electoralmente relevante para ahorrarme las recriminaciones de los "auténticos comunistas de Olivejos del Valle", etc) ha propuesto algo distinto a medidas reformistas para salvar y restaurar el capitalismo. Ni una sola alternativa. Así las cosas, parece lógico que el electorado se incline por los partidos que, por unidad y consistencia prometan de modo más creíble retornar a la senda del desarrollo capitalista, crecimiento sostenido y pleno empleo que en unos sitios serán de derecha (como en Italia o en Francia) y en otros de centro-izquierda (como en España) pero en ningún caso considerará experimentos como el PD italiano que ya fracasó bajo las bucólicas formas de la Margarita y el Olivo.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).

dimarts, 17 de febrer del 2009

Batería de preguntas.

Sobre la vida y la muerte.

¿Quién ha educado a esos críos capaces de asesinar a una adolescente, deshacerse del cadáver y fingir durante días preocupación por su paradero?

¿Qué hemos hecho mal para que, escapando del hambre, los africanos se lancen a cientos a la mar que a veces se cobra un tributo espeluznante?

¿Qué idea de los derechos humanos tiene una policía que contingenta inmigrantes como quien descasta la fauna de un territorio?


La ética del príncipe.

¿Por qué preside la comisión de investigación sobre el espionaje un presunto implicado en alguna de las tramas corruptas relacionadas con el PP?

¿Qué pinta de concejal de Boadilla quien dimitió de alcalde por supuesta corrupción? ¿Qué de diputado otro que dimitió de consejero por igual motivo?

¿Por qué no rinden cuentas los gobernantes valencianos de los fondos públicos que gestionan? ¿No saben distinguir entre la hacienda pública y la privada?

El pueblo soberano.

¿Cómo pueden los sondeos anunciar mayoría cuasi absoluta en Galicia para un PP rebosante de escándalos?

¿No tiene nada mejor para ofrecer a sus paisanos el señor Ibarretxe que otra vuelta de consulta que tampoco podrá celebrar?

¿De dónde saca la izquierda abertzale que el voto nulo es mejor que el válido?

No huele.

¿Por qué no emplea el Banco de Santander parte de los ocho mil millones de euros de beneficios de este año en devolver su dinero a los impositores de Banif?

¿Por qué no bajan las inmobiliarias los precios de las viviendas si quieren venderlas?

¿A dónde creen que llegará el Ibex si los bancos siguen sin abrir el crédito?

El bocón.

¿Por qué no se calla el señor Chávez?


(La imagen es una foto de alexanderdrachmann, con licencia de Creative Commons).

In dubio pro puero.

(Aviso destripafinales: en esta reseña se cuenta la trama del film).

Interesante la peli La duda interpretada por Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman, dirigida por John Patrick Shanley sobre una obra de teatro también suya, ganadora de un Pulitzer (un éxito en Broadway hace unos años) y con guión asimismo suyo. La cosa va de pederastia de clero católico, asunto de mucha actualidad y mordiente. De ahí probablemente el Pulitzer y el éxito en escena.

Un colegio mixto en el Bronx (parroquia de irlandeses e italianos) un año después del asesinato de Kennedy, esto es, en 1964. El colegio está regido por monjas al mando de la hermana Aloysius prototipo de religiosa estricta, severa, intransigente pero también amorosa y caritativa. Cuenta con un sacerdote responsable, el padre Flynn, a su vez representativo de los aires de renovación en la Iglesia entonces en pleno concilio Vaticano II. El padre incorpora todo lo que la hermana Aloysius detesta: es alegre, vividor, lleva las uñas largas y cuidadas, fuma, bebe y... confraterniza con los chavales. Por ahí viene el problema. Una serie de circunstancias permite sospechar que el cura acosa sexualmente a un niño negro que, al ser el primero que llega a la escuela, vive marginado de sus compañeros que se burlan de él y hasta lo atacan. Gracias a la confidencia de la hermana James, una monja jovencita toda ingenuidad y dulzura, la hermana Aloysius llega a la convicción de que el padre Flynn es culpable si bien no hay una sola prueba irrefutable, el interesado lo niega con indignación y la madre del niño víctima confiesa a la monja que su hijo es homosexual. Valiéndose de una artimaña impropia de una religiosa, la hermana Aloysius consigue que el cura pida el traslado y el obispado lo asciende mientras Aloysius, en la escena final, confiesa que le corroe la duda.

La intención de la obra es mostrarnos que estos asuntos de pederastia son sobremanera turbios, muy complejos y nada fáciles de desentrañar, especialmente con prejuicios e intolerancia religiosa. En verdad da la impresión de que todo el interés del autor-guionista-director sea subrayar estos aspectos dudosos. Presenta al cura en un almuerzo con el obispo y otro colega en una escena rayana en el desenfreno, comiendo a dos carrillos, bebiendo, fumando y contando chistes, en contraste con el ascetismo y la frugalidad del refectorio de las monjas. La contraposición entre los dos religiosos, el cura y la monja, es casi tópica. Afortunadamente la soberbia interpretación de Streep salva a un personaje que resulta excesivamente acartonado. Tampoco el papel de la hermana James es especialmente sutil.

Todo parece orientado a inducir en el espectador la duda del título. Se dan las pistas, pero se niega la evidencia. El padre Flynn se muestra en claroscuro pero eso lo humaniza frente a la religiosidad tajante de la hermana Aloysius. Es más, el recurso a la homosexualidad del chaval debe apuntarse también en este obvio intento de la historia de enredar. Incidentalmente, tengo mis dudas acerca de si chavales tan críos pueden saber ya de cierto su inclinación sexual, pero reconozco que eso no es decisivo.

Al final el asunto queda envuelto en las brumas de la duda del título... pero será para quien quiera. Con lo que ha llovido la pederastia del clero católico (con las excepciones de rigor) está fuera de duda en la ficción o en la realidad y si, con todo, la hubiere, la decisión habrá de ser siempre en favor del niño, que es lo que hace Aloysius, razón por la cual se gana la simpatía del espectador. Al menos, la mía. Bueno, confieso que se la había ganado desde la primera escena porque su interpretación mejora notablemente el personaje que el autor ha contrahecho deliberadamente, mientras que sentí de inmediato cierta repugnancia frente al cura coleguilla y blandorro, género que no he podido soportar jamás. Prefiero a los torquemadas. Son más auténticos. Claro que a lo mejor todo esto era lo que buscaba el autor.

Reitero que la interpretación de Meryl Streep es sensacional y añado que la ambientación del colegio está pasablemente conseguida. Sólo pasablemente. La peli arrastra demasiado su origen teatral, prácticamente no hay exteriores, salvo un paseo por la calle de la hermana Aloysius y la madre del niño negro y un par de escenas fugaces en un jardín y un patio. Pero los diálogos y el guión están tan conseguidos que uno se olvida de ello.

dilluns, 16 de febrer del 2009

El latrocinio como forma de gobierno.

Permíteme, curioso lector, la pequeña vanidad de la autocita. Decía Palinuro ayer domingo que: "Esa misma red (la de Correa y otros presuntos ladrones) actuaba con anterioridad en el plano nacional del PP en tiempos del segundo Gobierno de Aznar pero de los aspectos concretos de estas actuaciones y acerca de quiénes estaban implicados todavía no se sabe nada, aunque debe de haber asuntos de mucha enjundia a juzgar por el pesado manto de silencio que ha caído sobre lo relativo a esos años. El señor Aznar, el señor Agag y hasta el señor Álvarez Cascos están callados como tumbas, cosa extraña con lo parlanchines que han sido siempre, especialmente el primero y el tercero."

Bien. Según cuenta hoy El País, las empresas del presunto sinvergüenza Correa obtuvieron contratos de AENA siendo ministro de Fomento Álvarez Cascos, del PP quien, naturalmente, ya ha empezado a hablar, más que nada para decir que sí conocía al inefable Correa pero que, claro, no sabía nada de que fuera un (presunto) ladrón. Esto no ha hecho más que empezar. Ya se verá cuántos más negocios tiene la trama corrupta durante el Gobierno de Aznar y a quién salpica. De momento, los señores Aznar y Agag siguen callados y ausentes...

Por otro lado, en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), según parece, el Vicepresidente Ignacio González ha hecho ganar millones de euros a sus familiares a través de adjudicaciones de contratas para la empresa pública que él presidía, según revela hoy Público. Una empresita presidida por su hermano y su cuñado pasó de facturar 95.000 euros en 2005 a facturar un millón cuatrocientos mil en 2006 y todo gracias a las adjudicaciones del próvido González. Un millon cuatrocientos mil euros son doscientos treinta y tres millones trescientas veinticuatro mil pesetas. O sea, unas mil Filesas pues, cuando de robar se trata, los sociatas son unos pardillos al lado de los verdaderos profesionales.

Este asuntillo viene a sumarse al métodico procedimiento de saqueo de las arcas públicas que, según parece, tenía establecido de consuno con la trama de mangantes el hoy dimitido consejero señor López Viejo y que le reportó, cuando menos, unos 238.000 euros en concepto de sobornos por lo que relata hoy El Mundo que parece haber cambiado de trinchera en esta guerra. Por este López Viejo puso la señora Aguirre su mano al fuego y, bien se ve, ha quedado manca de las dos porque también puso la otra por el señor González, el de las milagrosas adjudicaciones. Pero es que, además de tostarse las manos, la señora Aguirre dijo que el señor López Viejo no había hecho nada ilegal ni irregular. ¿No va siendo hora de que dimita esta señora que preside un gobierno de presuntos ladrones?

Si a estas hazañas se añaden las proezas del mangue y trinque protagonizadas por la llamada "trama corrupta" en presunta connivencia con los políticos del PP de la Comunidad Autónoma de Valencia (CAV) en donde organizaba todos los actos públicos, incluidos los mítines del señor Rajoy, cabe hablar ya de un procedimiento sistemático de asalto y saqueo de los caudales públicos como forma de gobierno de la derecha, de los que están en política "para forrarse" y a fe que lo han conseguido en los últimos años. Cuando estaban en el Gobierno de España, en el orden llamado nacional y, al ser desalojados de él, en los órdenes autonómico y municipal. Y no se crea que es un caso aislado, ni siquiera una trama aislada, no. Es un conjunto de tramas, una forma de entender la gestión pública a base de robar a manos llenas en todo momento y circunstancia y con el motivo que sea. Por increíble que parezca estos presuntos ladrones y sus cómplices robaron también en la organización de los actos con motivo de los atentados del 11-M, según cuenta hoy El Plural. Robar a los huérfanos de la Guardia Civil, como hizo Roldán, estaba feo, pero robar con motivo del peor atentado terrorista que ha sufrido España con casi doscientos muertos y mil quinientos heridos es muchísimo peor; es moralmente repugnante.

Todavía me parece estar oyendo a la repipi señora Aguirre diciendo que no existe una superioridad moral de la izquierda, dando por supuesto que es la derecha quien la ostenta y hablando, como siempre, con total desparpajo de lo que no sabe nada. A la vista de esta cleptocracia que se ha instalado en la CAM (ya veremos si con su connivencia o no), en la CAV y, según va viéndose, quizá también en el Gobierno del Estado en tiempos aznarinos, de este robo descarado y sistemático de los caudales públicos, ¿por qué no dimiten todos ipso facto en lugar de pretender que están haciendo política?

Si has llegado hasta aquí, estimado lector, es porque me perdonaste la pequeña vanidad de la autocita del comienzo, lo que me hace suponer que también me perdonarás otra para culminar la entrada de hoy. El siete de febrero pasado, apenas estallado el escándalo, Palinuro colgó una entrada a la que te remito de título premonitorio: Os han pillao, tronkos. Y tanto.

(La imagen es una foto de Gérôme, con licencia de Creative Commons).

Otra historia de la filosofía.

Con este tercer volumen (Los libertinos barrocos. Contrahistoria de la filosofía III, Anagrama, Barcelona, 2009, 312 págs.) continúa Onfray su proyecto de escribir una historia alternativa de la filosofía; alternativa a las historias consagradas, académicas, al uso de las sucesivas generaciones, que le parecen falseadas y sesgadas y cuyos dos primeros volúmenes fueron Las sabidurías de la antigüedad, Anagrama, Barcelona, 2007, 330 págs. y El cristianismo hedonista, Anagrama, Barcelona, 2007, 339 págs.

Para Onfray la escritura de la historia de la filosofía ha sido siempre platónica, lo cual es obvio. Basta recordar el famoso dicho de Whitehead de que la historia de la filosofía no es más que una serie de glosas a los diálogos de Platón. La cuestión consiste en enfrentarse a la filosofía idealista en su triple fórmula platónica, cristiana y alemana contraponiendo la historia de una filosofía hedonista (que él, Onfray, defiende), materialista, atea, existencialista, pragmática y corporal. Merced al triunfo de Platón y sus herederos, los estoicos y los cristianos, se ha impuesto la lógica del odio al mundo terrenal, la aversión a las pasiones, y al cuerpo, todo sacrificado a las pulsiones de la muerte. Pues bien, de lo que se trata es de dibujar otra historia de la filosofía, la del pensamiento contrario al anterior, silenciado, vencido, muchas veces perseguido y eliminado en las hogueras de la inquisición.

En el primer volumen (Las sabidurías de la antigüedad) Onfray atribuía el comienzo de esta otra corriente al materialismo abderita y, en concreto, a la obra de Leucipo y, sobre todo, del gran Demócrito al que las historias al uso consideran "presocrático" cuando es un estricto contemporáneo de Sócrates y de quien corrimos el riesgo de no saber nada si se hubiera cumplido el deseo que , según cuenta Aristoxeno en sus Memorias históricas, abrigaba Platón de quemar todas sus obras; un Platón que no se digna mencionar a Demócrito ni una sola vez en las dos mil páginas de sus diálogos (p.59). De Demócrito resalta Onfray en especial su teoría relativista del conocimiento, su ateísmo (un tema especialmente querido para el autor) y la dietética de los deseos (p. 70).

Este primer volumen repasaba asimismo brevemente las obras de Hiparco, Anaxarco, Antifón (predecesor del psicoanálisis y teórico del hedonismo libertario y el principio de igualdad de los seres humanos) (p. 102), Aristipo de Cirene, los cínicos (Diógenes, Filebo, Eudoxio, Pródico), y el epicureísmo grecolatino.

Dentro de éste especial atención, claro, a Epicuro, cuya doctrina puede resumirse en cuatro puntos: 1) no hay nada que temer de los dioses; 2) ni de la muerte; 3) se puede soportar el dolor; 4) y lograr la felicidad (p. 183). La ataraxia epicúrea es similar a la felicidad ascética con la diferencia del rechazo del dolor (199). Define Onfray el jardín de Epicuro como la anti-república de Platón (p. 211). El paso a Roma, en el llamado epicureísmo de Campania, se hace de la mano de Filodemo de Gadara quien complementa a Epicuro añadiendo a su doctrina una estética y una política hedonistas (240).

Otro punto fuerte de la contrahistoria en Roma es el De rerum natura de Lucrecio, caracterizado por su materialismo radical, su odio a la religión y los sacerdotes y la deconstrucción de los mundos del más allá, todo lo cual fue causa de que San Jerónimo se dedicara a calumniarlo y a tratar de ocultarlo (p. 246). De Lucrecio es la idea de que las religiones nacen de la incultura de la gente lo que, entre otras cosas, explica por qué el poeta se ganó el odio de las masas, los sacerdotes y los príncipes (p. 253).

El segundo volumen, El cristianismo hedonista, daba cuenta asimismo de una larga serie de pensadores normalmente ausentes en las historias ad usum y trataba otros que sí aparecen de forma original. Empezaba reflexionando sobre los gnósticos que no son cristianos, como dice Renan, sino filósofos que caminan por el mismo sendero que Jesús pero con resultados metafísicos contrarios (p. 44), entre ellos Simón "el mago", Basílides, Valentín, Carpócrates, Cerinto, Marcos y Nicolás.

No todo en la Edad Media es oscuridad: Boecio sostiene que la filosofía puede valerse por sí misma, sin necesidad de la teología, Roger Bacon propone una ciencia experimental y Dante y Marsilio de Padua separan lo espiritual de lo temporal (p. 79). La corriente llamada del espíritu libre, relacionada con el milenarismo de Joachim de Fiore recoge casos como el panteísmo de Amaury de Bene o el de Heilwige de Bratislava y las beguinas libertinas (p. 109), entre otros casos, muchos de ellos víctimas de la intransigencia eclesiástica.

El territorio humanista es especialmente rico en hedonistas, que tampoco suelen aparecer en las historias ordinarias. El primero en proponer un cristianismo epicúreo (fórmula a la que se acogerán los otros) fue Lorenzo Valla con variantes como un cristianismo hedonista (p. 150). Tras los pasos de Valla, Marsilio Ficino y Erasmo de Rotterdam, otro cristiano epicúreo.

Casi la tercera parte de este segundo volumen estaba consagrada a los Ensayos de Montaigne y al propio Montaigne, con respeto a la tradición que ve en él un pensador en tres etapas: estoico, escéptico y epicúreo (p. 212), si bien Onfray matiza que el escepticismo del señor de Montaigne no es el de Sexto Empírico sino el de Sócrates (p. 215). Como es bien sabido, los Ensayos son un pozo de todo. Subrayo que Onfray atribuye al autor el descubrimiento del inconsciente y el ser predecesor de Freud (p. 246) y algo más allá y sin que sea necesario decir a quién precede, la idea de que el hombre es un ser para la muerte y la conciencia de no ser sino para la muerte (p. 247).

Lo anterior era necesario como prolegómenos a este tercer volumen de Los libertinos barrocos que versa sobre los autores del Grand siècle francés. Quizá sea esa la mayor crítica que quepa hacer a esta contrahistoria de la filosofía: que es casi exclusivamente francesa. Se queja de que la historiografía, dominada por Le siècle de Louis XIV, de Voltaire, reseñe la obra de Descartes, Corneille, Racine, Pascal, Bossuet, Boileau, Mme. de Sévigné, Molière, La Bruyère y La Rochefoucauld, pero deje fuera a Pierre Charron, De la Mothe Le Vayer, Pierre Gassendi, Cyrano de Bergerac y Spinoza, que son a los que dedica el volumen Onfray bajo la consideracón genérica de "libertinos barrocos" caracterizados por: a) una genealogía montaigneana; b) un método de deconstrucción escéptica; c) una ética radicalmente inmanente; d) una creencia religiosa fideísta (p. 29); o sea, los antecesores del siglo de las luces.

Pierre Charron, el de la "voluptuosidad prudente" fue víctima de la estrategia que señala Diógenes Laercio en la Vida de Epicuro, la de calumniar al hombre para no hablar de la obra. En este caso las calumnias y las infamias fueron a cargo del jesuita François Garasse, en Doctrina curiosa de los espíritus refinados.... Amigo de Montaigne, Charron elabora una obra (un gigantesco De la sabiduría) con una teología inmanente, una ontología monista y una metafísica laica. Dios existe pero, como dicen Epicuro y Lucrecio, no es una amenaza para la vida cotidiana (p. 67). De Charron es la idea revolucionaria (atribuida a Pierre Bayle, que fue posterior) de que se puede ser impío, incrédulo y hasta ateo y virtuoso (p. 74)¡Cuánto está costando liberar al ser humano de las garras de los curas!

De La Mothe Le Vayer dice Onfray que es una mezcla de Pirrón y Jesús, que no está mal (p. 83). Mantiene el criterio de la justa medida, la prudencia, la acatalepsia. Su obra El banquete escéptico es un batiburrillo que recuerda los gabinetes de curiosidades tan de moda entonces: allí se trata de la antropofagia, la homofagia, la cropofagia, la zoofilia, la homosexualidad, el incesto, la masturbación, etc bajo criterio relativista y culturalista (p. 94) y como las cosas obedecen a la relatividad de lugar y tiempo, el sentido se encuentra en la suspensión escéptica del juicio, la epojé (p. 109).

La existencia de Saint-Évremond transcurre entre los campos de batalla y los salones mundanos de parís y Londres, en donde pasó la mayor parte de su vida en el exilio. Un típico autor al que los filósofos consideran un literato y los literatos un filósofo y nadie acaba de conocerlo bien. Su obra es fragmentaria y está dispersa por su actitud contraria a la publicación de trabajos definitivos: "aprecio más una hora de vida bien vivida que el interés por una mediocre reputación" (p. 136). Es un escéptico , también partidario de la epojé (p. 140), un epicúreo pero de influencia de los poetas elegíacos latinos (p. 144), fideísta, libertino, cristiano, epicúreo y católico cabal (p. 153). Una mezcla muy matizada.

Pierre Gassendi tiene la curiosa condición de ser un sacerdote prototipo del libertino (p. 156) cuya divisa es nada menos que sapere aude (p. 160). Polemiza con Descartes hasta que éste abandona la controversia; pero Onfray señala por mor de la justicia que mientras que la Iglesia lanza a los jesuitas contra el autor del Discurso del método hasta incluirlo en el Índice, no hará nada parecido con Gassendi quien siempre fue católico y que, a semejanza de Valla, Erasmo o Montaigne, quiere conciliar el materialismo atomista antiguo y el espiritualismo cristiano, la ética hedonista epicúrea y el ideal ascético paulino, Epicuro y Cristo (p. 183). El cristianismo lo echó a perder, como dice Nietzsche que sucedió con Pascal (p. 193).

Cyrano de Bergerac, uno de mis autores preferidos, sí que no es visitante habitual en las historias de la filosofía que seguramente lo encuentran excesivamente fantasioso. Su vida, presidida por el percance de su nariz, es oscura en todo lo demás. No se sabe si era bisexual u homosexual, si padeció sífilis; ni siquiera se sabe si murió por accidente o asesinado. Su obra, tan desigual como su vida, cubre varios campos pero la principal es ese prodigio (indebidamente ignorado) de literatura utópica que se titula El otro mundo o los Estados e Imperios de la Luna y los Estados e Imperios del Sol. Onfray le atribuye la paternidad de lo que acertadamente llama el "panteísmo encantado" (p. 210) que hace un desmontaje de lo religioso a través de lo cómico. Un ejemplo en relación con la cuestión de la resurrección de la carne: la hipótesis de que nos demos un festín caníbal y nos comamos a un mahometano, ¿qué sucede el día de la resurrección de la carne? (p. 222) Cyrano anticipa varios inventos contemporáneos, como la bombilla eléctrica o el magnetófono. En punto a ética sigue el espíritu de Etienne de la Boétie en su Discurso sobre la servidumbre voluntaria, con la conclusión que siempre me ha parecido certera: pensar es vivir en libertad (p. 227).

Finalmente, Onfray dedica certeras páginas al único filósofo no francés en la obra y que sí aparece en las historias ordinarias, si bien en ellas se subrayan otros aspectos de su vida y pensamiento. La vida de Spinoza es epicúrea a lo que curiosamente ayuda el hecho de que viviendo en un país protestante, es maldecido por "hereje" y excluido de la comunidad judía. Su lema (que no se encuentra en la Ética, sino en una carta a Oldenburg) es "ni reír ni llorar sino comprender" (p. 240). La epistemología es la condición previa de la ética hedonista y hay tres formas de conocimiento (en otras partes, el filósofo dirá que son cuatro): el que nos viene de la experiencia ajena en forma de relato de otros, el de la razón discursiva y el intuitivo (pp. 250/251). La fórmula Deus sive natura encierra el panteísmo espinozista, igual que la dialéctica entre natura naturans y natura naturata. El libre albedrío es una ilusión. Si los hombres supiéramos qué es lo que nos mueve, dejaríamos de recurrir a esta fórmula. Dios es la naturaleza igual que el cuerpo es el alma y el alma el cuerpo. Nada de extraño que Spinoza aparezca como materialista, racionalista y ateo. Por lo demás, su evidente republicanismo y su oposición a la monarquía (del Tratado Teológico-Político) lo convierte en un pensador muy actual. Conocida es su doctrina acerca de la diversidad de sentimientos que procede de la combinación de tres de ellos: deseo, alegría y tristeza. El deseo es el apetito acompañado de la conciencia de sí mismo; la alegría, la pasión por la que el espíritu pasa a mayor perfección; y la tristeza a una menor perfección. Para terminar: relación de pasiones tristes: la vergüenza, el odio, el desprecio, el dolor, la melancolía, el horror, la aversión, la burla, la desesperación, el desdén, el miedo, la humildad, la decepción, el acatamiento, la piedad, la aprensión, la indignación, el pudor, la envidia, el estupor, la cólera, la venganza, la censura, la crueldad, el arrepentimiento, el desprecio de uno mismo y los celos (p. 262). ¿Cómo no iban a odiarlo los curas de todas las confesiones?

Onfray resume este siglo diciendo que en él se da el uso metódico y experimental de la razón y la crítica a la religión como obstáculo al ejercicio de la inteligencia (p. 268). No es un siglo ateo, pero sí conduce al ateísmo (p. 270) que, dentro del programa filosófico de Onfray viene a ser como el fin de la emancipación filosófica del ser humano.

Es de esperar que los tomos que faltan (tiene tres más anunciados) sean tan interesantes como estos. No obstante me queda una duda y ella es si cabe en propiedad llamar a esta obra una contrahistoria de la filosofía; no porque no sea contra sino porque no es historia. Claro que siempre se puede argumentar que nadie sabe qué sea la historia de la filosofía y hasta habrá quien diga que la filosofía carece de historia. Pero, al margen de esto, la cuestión es si el magnífico trabajo de desenterramiento de Onfray es una historia o, antes bien, un relato temático de la sucesión de los filósofos. El tema es el hedonismo y de lo que obviamente se trata es de ir descubriendo aquellos pensadores que, por predicarlo y/o practicarlo, quedaron marginados de las historias "ortodoxas". Pero, al ser un relato tematico, es monocorde, se abordan siempre las mismas cuestiones, siglo tras siglo, y no estoy seguro de que quepa llamar historia (contra o no contra) a esto. ¿La prueba? Que también aparecen arrimados a los pensadores directa o indirectamente hedonistas o epicúreos otros que, no siéndolo, tratan temas que puedan ser tangenciales y que, de paso, recuerden las historias tradicionales de la filosofía. Esa es, me parece, la razón por la que, a veces, emergen autores como La Boétie, Bacon, Marsilio o Dante que no son hedonistas ni epicúreos. Más que de una contrahistoria de la filosofía que implicaría, supongo, una lectura alternativa de los filósofos que la han hecho, se trata de investigar una línea complementaria, aunque suprimida u oculta, de la historia tradicional. Ello no resta mérito a la obra; sólo la resitúa.

diumenge, 15 de febrer del 2009

A toda vela hacia el desastre.

A medida que van conociéndose más detalles de la famosa trama más claro resulta que el Partido Popular se encamina a sendas derrotas electorales el próximo 1º de marzo. La imagen que proyecta lo actuado hasta la fecha y no desmentido es la de una red de delincuentes cuyos cabecillas se encuentran de momento a buen recaudo en la que estaban implicados cargos del PP en las administraciones locales y, cuando menos, en las autonómicas de Madrid y Valencia. Esa misma red actuaba con anterioridad en el plano nacional del PP en tiempos del segundo Gobierno de Aznar pero de los aspectos concretos de estas actuaciones y acerca de quiénes estaban implicados todavía no se sabe nada, aunque debe de haber asuntos de mucha enjundia a juzgar por el pesado manto de silencio que ha caído sobre lo relativo a esos años. El señor Aznar, el señor Agag y hasta el señor Álvarez Cascos están callados como tumbas, cosa extraña con lo parlanchines que han sido siempre, especialmente el primero y el tercero.

Los conservadores están descubriendo que por muy mala que se presente la situación económica y social, por acuciantes que sean los problemas, por mal que actúe el Gobierno, si el partido que hace campaña aparece minado por la corrupción, los electores ya no escuchan nada sobre las demás cuestiones. Es una vieja regla del quehacer humano que tiene muchas fórmulas: "Consejos vendo y para mí no tengo", "cree el ladrón, etc". Los partidos tienen muy mala fama en las democracias; encuesta tras encuesta aparecen valorados en último lugar, la gente no confía en ellos, cree que van a lo suyo, que controlan la política y que se lo llevan crudo... pero los votan también elección tras elección. Sólo en un caso dejan de los electores de votar a algún partido: cuando éste se ajusta a la mala opinión que la opinión tiene de todos los partidos.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).

Chávez.

Hoy se ventila en Venezuela el referéndum de reforma constitucional (o "enmienda", según refinada y manipulada precisión del Tribunal Constitucional) que eliminará el límite de cantidad de mandatos del Presidente establecido en el texto de 1999 adoptada en su día a iniciativa del señor Chávez. Se ve que no contó entonces con algo tan evidente como el paso del tiempo y quiere ahora desfacer su propio entuerto.

En principio no veo por qué tiene que haber límites a la cantidad de mandatos que pueda calzarse un representante de cualquier nivel siempre que las elecciones sean periódicas y libres. Si a la gente le gusta un mandatario y quiere tenerlo diez, veinte, treinta años, ¿por qué no podrá hacerlo? Limitar esa capacidad por ley o Constitución es coartar la libre voluntad del pueblo al que, sin embargo, se proclama soberano. Hay quien dice que así se elimina la alternancia, que es consustancial a la democracia pero esto no es cierto: mientras las elecciones sean libres, la alternancia siempre será posible pues dependerá de los respectivos candidatos. Lo que no es de recibo es imponer la alternancia por criterio legal.

Dicho lo anterior me pregunto si es de recibo que en mitad de su segundo mandato el señor Chávez convoque un referéndum y por segunda vez, pues el anterior lo perdió hace unos meses con el fin de perpetuarse en el poder. Y me respondo que no. No porque no pueda proponerse dicha reforma constitucional sino porque hacerlo cuando está uno en el poder con el exclusivo fin de beneficiarse a sí mismo es un abuso, una falta de ética y de estética. Si el señor Chávez quiere ser presidente vitalicio de la República bolivariana sin recurrir a la intentona militar, que lo haga legalmente y no mediante una burla de la ley, esto es, que cumpla la legalidad, termine su mandato, deje paso a un sucesor y, luego, desde la acción política partidista, presente la propuesta de reforma de la Constitución.

Lo que no sea eso es un abuso de poder y si, además, se da mediante un referendum en el que la gente tiene que responder a la pregunta siguiente, además de abuso de poder y acto tiránico, es una tomadura de pelo. La preguntica de marras es:

¿Aprueba usted la enmienda de los artículos 160, 162, 174, 192 y 230 de la Constitución de la República tramitada por la Asamblea Nacional que amplía los derechos políticos del pueblo con el fin de permitir que cualquier ciudadano o ciudadana, en ejercicio de un cargo de elección popular, pueda ser sujeto de postulación como candidato o candidata para el mismo cargo por el tiempo establecido constitucionalmente dependiendo su posible elección exclusivamente del voto popular?".

¿Han entendido algo? No crean que me la he inventado; la he sacado de una tribuna de Ibsen Martínez ayer en El País titulada Otro referéndum para el comandante.

En el ínterin se ha producido el curioso incidente de la expulsión del pais del eurodiputado del PP, señor Luis Herrero. Nuestro Gobierno, haciéndose eco de la escandalera que han motado en la COPE, ha llamado al embajador venezolano para comunicarle, supongo, su malestar y amonestarle en el sentido de que esas cosas no se hacen. Pues no sé yo... ¿Es competencia de los observadores internacionales en un proceso electoral en un país criticar públicamente las disposiciones administrativas del voto y llamar dictador al Presidente de la República? Me da que no. ¿Qué hubiera hecho el Gobierno de España si, habiendo convocado unas elecciones y aceptado la presencia de observadores internacionales uno de ellos se permitiera llamar "dictador" al Jefe del Estado el día anterior a la votación? He de confesar que no sé lo que hubiera hecho el Gobierno de España; sé lo que hubiera hecho yo: poner al insultador en un avión de vuelta a su casa.


Actualización a las 13:00 del 15/02.

Según parece no es cierto que el señor Herrero hubiera ido a Venezuela como observador internacional sino como invitado de la oposición. En tal caso, yo no lo hubiera puesto en la frontera; no le hubiera tocado un pelo y creo que el comportamiento de las autoridades venezolanas es una arbitrariedad y un acto de despotismo.

(Las imágenes son sendas fotos de InSurGente, bajo licencia de Creative Commons).

Peregrino de la memoria (XLII).

Niños.

(Viene de una entrada anterior de Peregrino de la memoria (XLI), titulada Reverberaciones).

Esteban y Beatriz viven en un piso cómodo aunque no muy grande de una casa que debió de construirse hacia 1930: techos altos, suelo de tarima, puertas acristaladas y molduras en los techos. Toda la familia se encuentra en el comedor, tratando de convencer a los niños para que cenen. Cuando estos me ven saltan de las sillas, al grito de ¡abuelo, abuelo! Sus padres los llaman:

- ¡David!¡Nicolás! Venid aquí, terminad de cenar.

Es inútil; no prestan atención. Soy yo, miserable traidor, quien los hace recuperar sus respectivos lugares en la mesa. Pero recuperar los lugares no quiere decir recuperar la cena porque quieren saber si les he traido algo.

- ¡Cómo no: chuches!

- ¡Chuches! -dicen muy contentos- A ver, a ver.

- Chuches -dice Beatriz en tono recriminatorio.- Primero os tomáis la cena y luego ya veremos las chuches.

- Venga, niños -dice Esteban sin mucho ánimo.

- También he traído pasteles para todos.

- Hombre, buena idea. -dice Esteban- Aunque no deberías preocuparte. Yo con las chuches tengo bastante.

- Las chuches no son para los mayores -dice Nicolás.

- ¡Qué sabrás tú!

- No son para los mayores, son para los niños, ¿verdad que sí, abuelo?

- Claro que sí; lo que pasa es tu padre es un niño.

- No es un niño; es un mayor.

- Eso cree él también.

Beatriz está cortándole con unas tijeras unos trozos pequeños de filete.

- Venga, coméos la carne.

- ¿Qué tal el día en la Caja?

- ¡Bah, como todos!

- Quieren cambiarla de sección.

- ¡Ah! ¿Sí? -La verdad es que nunca ha sabido en qué sección de la Caja trabaja Beatriz; es más, nunca he tenido una idea clara de cuál es su trabajo. Siempre me ha parecido que consiste en hacer informes, informes de viabilidad, de aceptación, de denegación, al menos por lo que suele contar, si bien es cierto que, gustándole hablar del trabajo, lo que más le interesa son las luchas por el poder en la sucursal en la que está o la competencia con otras sucursales así como los acontecimientos dentro de su agrupación de economistas en entidades financieras, en donde también hay peleas, alianzas y siempre luchas por el poder. Porque todo son luchas por el poder en la sociedad. Que se lo digan a Foucault que lo veía en todas partes. Algo por lo que la gente lucha, por lo que se cometen delitos y, según cómo y dónde, se asesina, se promueven revoluciones y restauraciones, de esas que se escenifican para quedar incrustadas en la historia. Las luchas por el poder en la Caja tienen menos consecuencia pero no menos intensidad. Este cambio, sin embargo, no parece inscribirse en ninguna de esas luchas.

- Sí; cambio de sección. Han creado una exprofeso para gestionar todos los inmuebles que la Caja está absorbiendo por los impagos de las inmobiliarias.

- Bueno, tampoco has cambiado tanto. Estabas en hipotecas.-

- Mamá, ¿qué son hipotecas?

- Anda, muy bien, a ver cómo explicas a un niño qué es una hipoteca.

- Pues una hipoteca...

- ¡Es un hipo que te cagas!

- Oye qué gracioso. Verás, una hipoteca es que nosotros queremos comprar esta casa, ¿vale?

- ¿No es nuestra?

- Pero imagina que no lo fuera y que queremos comprarla y que no tenemos dinero.

- ¿No tenemos dinero?

- Bueno, algo sí, pero no todo, nos falta parte de dinero, ¿qué hacemos?

- ¡Pedírselo al abuelo!

- ¡Hombre! Buena idea -dice Esteban- Estos niños serán banqueros.

- Bien; suponemos que el abuelo nos da el dinero. Entonces ¿qué?

- Nos compramos la casa.

- Con mi dinero, ¿eh? No se olvide.

- Exactamente y ¿qué hay que hacer entonces? ¿No lo sabéis? ¿No lo sabéis ninguno de los dos? Pues hay que devolvérselo.

- ¿Por qué? Él nunca nos dice que lo devolvamos.

- Vale, pues una hipoteca es...

- Déjalo, Beatriz, les importa una higa. Eso es lo grande, que les importa una higa.

- ¡Cómo nos entendemos, papi. En punto a higas, somos las tres generaciones a las que la hipoteca importa una higa.

- ¡Qué suerte!Pero vosotros estáis pagando una.

- Sí, pero es cómoda. Es de hace ya unos años, desgrava y Beatriz organiza las cosas de cine.

- O sea, que ganáis dinero con ella. Vale mucho Beatriz.

Me cae bien mi nuera. Tiene una personalidad fuerte y mucho sentido práctico pero, al tiempo, no sé por qué, pienso que seguramente tiene también un lado romántico. Es guapa. De rostro redondo aniñado, un mechón de cabello rebelde se le cruza entre los ojos y ha de retirarselo frecuentemente con una mano. Suele vestir con pantalones y camiseta cuando está en casa pero hoy lleva un vestido entallado y de volantes.

- He estado en una fiesta de la asociación -dice cuando observa que le miro el vestido.

- Pues te está muy bien. Debieras ponértelo más a menudo.

- ¿Verdad que sí? Anda, díselo a tu hijo que hace días que ni me ve.

- ¿No? Pues estás de muy buen ver.

- Si te digo yo que mi padre es un ligón.

- ¿Qué es un ligón?

- Que no hables así delante de los niños porque a ver qué les dices.

- Un ligón es una hipoteca que se ha ido de viaje.

- ¿Y por qué se van de viaje las hipotecas?

- A ver mundo.

- Bueno, ya está bien. Los niños tienen que ir a dormir.

- ¡No queremos ir a dormir! ¡Queremos estar con el abuelo!

Aprovecho el nuevo tema de discusión para repartir las chuches y poner en práctica el protocolo de dormir-con-el-abuelo que funciona bastante bien pues consiste en que les pongo los pijamas, los acuesto a cada uno en su cuarto y me quedo un rato hablando con uno de ellos (cosa por la que también suele haber discusión) hasta que se duermen. Después retorno al comedor, en donde ambos han levantado la mesa y están viendo la televisión mientras toman un café. Beatriz me ofrece uno y me pregunta si quiero beber algo más. Pues sí, claro: un whisky. Me gusta el whisky mezclado con coca-cola, cosa que ya me ha costado más de una discusión con alguno de esos puristas del whisky que deben de creer que se trata de la ambrosía de los dioses y condenan con las penas del infierno a quien no lo beba según los cánones que se han inventando, como todos los cánones.

Beatriz y Esteban hacen una buena pareja. Él también tiene algo aniñado en su figura, en su modo de cortarse el pelo y de vestirse, pero también es persona de gran estabilidad emocional y fuerte sentido de la responsabilidad, aspectos ambos muy tranquilizadores para un padre, siempre preocupado por cómo vaya a sus hijos.

- ¿Tienes algún viaje en ciernes?

- Sí uno pasado mañana. Un grupo a Petra, Siria y Jordania.

- Eso lo bordas tú.

- Un día teníais que veniros a Petra. Es un sitio increíble.

- ¿Y quién se cuida de los niños?

- Son unos días. Pueden quedarse con Leticia.

- Voy si me prometes algo: que vas a empezar a viajar menos. No te vemos nunca.

- De eso ya hemos hablado.

Se ve que ha sido objeto de discusión seria en la pareja. Beatriz se levanta con la taza de café en la mano.

- Me voy porque sé que queréis hablar en privado.

Yo no lo sé. Todavía no sé por qué estoy en casa de Esteban. Por un libro que estaba leyendo al parecer creo que me dijo.

- Sí, exacto, es un libro del que quiero hablarte o quizá que me hables tú.

- ¿Por qué?

- Es un libro en el que se habla de tu madre, de mi abuela.

(Continuará).

La imagen es una viñeta de Abrey Beardsley (1894)

dissabte, 14 de febrer del 2009

Dádivas y sobornos.

El sumario del juez Garzón es una mina de sorpresas. El propio juez Garzón en sí mismo ya lo es. Los periodistas debieran hacerle un homenaje. En su intensa carrera ha aparecido ante la opinión pública con muy diversas imágenes. Empezó como esforzado luchador contra el tráfico de drogas, que es donde comenzó a hacerse un nombre, aunque muchos le criticaban que sus sumarios luego quedaban en nada. Después fue el azote de los GAL, en la primera historia de José Amedo; interrumpió su actividad para acompañar a los socialistas en su Gobierno como número dos de la lista por Madrid, creo recordar, detrás de Felipe González. Frustrado, se reintegró a la judicatura y se convirtió en el azote de los GAL y... del PSOE. Añadió luego la muy interesante faceta de adalid de los derechos humanos, defensor de la jurisdicción criminal universal y némesis del dictador Pinochet, lo que abrió una nueva etapa en el derecho penal internacional. Volvióse el juez al país e inició una actividad de acoso a ETA y sus aledaños, bajo el concepto innovador del "entramado" etarra que quizá no fuera entonces de gran claridad jurídica pero sí práctica y de sentido común; el juez se limitaba a decir que era imposible que una organización armada como ETA no tuviera un aparato civil, mercantil, orgánico, empresarial, cultural, etc, que diera cobertura a su actividad delictiva y le permitiera realizarla y reclutar participantes. Algo obvio que ha ido calando en la sociedad..

Sobre él se ha escrito mucho y hasta un libro del que es autora la señora Pilar Urbano que le puso de título Garzón, el hombre que veía amanecer que suena mucho a peli de Hollywood años cincuenta quizá protagonizada por Gregory Peck y Joan Fontaine, por ejemplo; aunque tampoco debe echarse en saco roto la influencia del subconsciente en estos menesteres. El último hombre que veía amanecer en España es el de la "lucecita de El Pardo", "el que no descansa", según decía de sí mismo. Y ahora, el que ve amanecer aparece como látigo de la corrupción en España... y del PP.

Traigo est síntesis biográfica del juez Garzón a coleto para que puedan valorarse las palabras del señor Trillo, que lo presenta como una persona unidimensional, movida sólo por su identificación con el PSOE y su inquina al PP. Como puede verse ojeando el curriculum del citado juez esa afirmación es falsa de toda falsedad.

Pero ¿qué sucede? Que el juez Garzón, en estricto cumplimiento de su deber ha abierto una causa contra una (presunta) organización de delincuentes con la que presuntamente colaboraban en distintos grados de implicación una multiplicidad de personajes, funcionarios públicos y cargos del PP en las administraciones locales y autonómicas de Madrid y Valencia y hasta es posible que en alguna otra autonomía como Castilla y León. Y el problema más gordo es que esos distintos (y presuntos) delitos de corrupción parecen haber hecho metástasis en el partido de la derecha en donde hay verdaderos nervios, se habla de indefensión, se contraataca poniendo en cuestión la administración de justicia y la separación de poderes en el Estado de derecho y se arbitran unas medidas que tratan de paralizar la investigación o, cuando menos, sacar de ella al juez Garzón; es decir, medidas no destinadas a acelerar la acción de la justicia sino a dilatarla y obstaculizarla.

Finalmente, el señor Garzón ha negado que el PP pueda personarse en la causa porque hay pendientes acciones judiciales sobre miembros de aquel pero ha admitido que lo hagan instituciones. De inmediato la señora Aguirre (que no entiendo cómo no está en urgencias, curándose por la quemadura de la mano que puso al fuego por sus consejeros cuando ya tiene uno dimitido y a punto de ser procesado) ha salido diciendo que se personará la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM). Es la grandeza de la democracia y en este caso del juez Garzón, que reconoce derechos incluso a aquellos que van a usarlos torcida e ilícitamente. Porque cualquiera que conozca a la señora Aguirre sabe que para ella la personación en la causa de la CAM significa la personación del PP ya que esta señora cree que la CAM es suya. Pero la CAM no es suya y, si se persona en el proceso, no puede ser en defensa de los intereses del PP sino del de todos los madrileños, de los que han votado y los que no han votado a la señora Aguirre; incluso, aunque ella no lo crea, en representación de los madrileños que no han votado pues la CAM es de todos los madrileños y no sólo de los del PP. Está claro que eso no va a pasar y espero que las otras partes en el proceso impugnen esa personación presuntamente fraudulenta de la CAM.

Porque la CAM es hoy lo que es, es decir, no lo que dice la señora Aguirre de ejemplo de trasparencia y responsabilidad sino, al contrario, ejemplo de opacidad y falta de responsabilidad. Si se requiere alguna prueba, véase lo que está haciendo la mayoría absoluta del PP en la comisión de investigación de la trama de espías: negando información, rechazando la que piden el PSOE e IU y pidiendo, en cambio, información irrelevante, que trata de desviar el objetivo de la investigación a otros asuntos. Menos mal que esta señora no podrá llevar adelante sus torpes designios dado que el presidente de la Comisión que ha impuesto por su sectarismo e intolerancia tendrá que dejar el cargo si, como parece seguro, el juez Garzón lo procesa por corrupción. Un presunto corrupto al frente de la comisión de investigación de la trama de espías. Transparencia, claro está, al estilo Aguirre.

Leyendo los hechos relatados hasta el momento en los autos del juez Garzón se sigue que muchas de las acusaciones se basan en las informaciones que proporcionan los propios acusados en sus conversaciones telefónicas. O sea que a estos los han pillado por bocazas. Sobre todo el tal Correa -Gürtel en alemán, para dar nombre a la operación- no para de darse pote de sinvergüenza, ladrón y extorsionador a través del móvil. De paso se entiende también por qué los funcionarios de la CAM venían cambiando de móvil cada semana: para que no los pillara el juez Garzón.

Los del PP pueden decir lo que quieran, pero están dando una imagen deplorable que los va a hundir en las elecciones. Sobre todo porque el asunto tiene toda la pinta de acabar afectando a la época de Aznar y al propio Aznar. Por cierto, qué silencioso está el expresidente del Gobierno del PP. Él que suele mostrarse tan gárrulo, y qué silencioso también se ha quedado el señor Agag.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).

Peregrino de la memoria (XLI).

Reverberaciones.

(Viene de una entrada anterior de Peregrino de la memoria (XL), titulada Amor a pesar de todo).

Desde el Palace al final de la Reina Victoria hay una tirada que puede llegar a ser muy larga a las siete y media de la tarde de un día de primavera en Madrid. Pero no será un viaje incómodo. El coche que me conduce es de un lujo apabullante: dos asientos comodísimos con un mueble bar y un teléfono entre ambos, y sendos televisores enfrente. Pregunto a Ángel qué coche es. Un Bentley Continental Azure descapotable del año 2005.

- ¿Y cuánto valdrá?

- Unos trescientos mil euros.

El precio de un piso como el que han comprado Esteban y Beatriz y por el que se han entrampado treinta años. Cuando Esteban haya terminado de pagarlo tendrá más o menos mi edad ahora. Laura se permite tener coches de trescientos mil euros. Quiero creer que si yo tuviera tanto dinero no invertiría trescientos mil euros en un coche. Pero en el fondo no sé qué estoy diciendo. Si tuviera dinero y dinero de verdad, a paladas, como el tío Gilito y no unos ahorritos o un "pequeño capitalito" para emplearlo cuando sea viejo no sería como soy ni por aproximación, sería otro que quizá sí se gastara trescientos mil euros pensando que no lo hace en un "coche" sin más, sino en un Bentley, la marca del coche de Estado de la Reina.

El Bentley se desliza por el Paseo de Recoletos en dirección a la Castellana entre muy escaso tráfico para la hora que es. Laura se me hace tan presente como si la tuviera al lado y veo que he estado tratando de quitármela de la cabeza sin conseguirlo. Porque vaya mujer atractiva que ha resultado con esa blusa de la que emergían unos senos retozones como heraldos de una personalidad aplastante, segura del impacto que causa. La verdad es que me pasé casi toda la entrevista mirándoselos descaradamente, cosa que no pareció importarle, y también otras zonas descubiertas, como el cuello o las mejillas. No tiene la piel tersa porque no es joven ya pero tampoco está caída, apagada y muerta como la de los mayores sino que es esponjosa y como palpitante. No tengo más remedio que reconocer que Laura despliega verdadero encanto sin que uno perciba doblez o segunda intención algunas. Mi prevención venía de lo que me había dicho Vlam y si lo considero ahora con detenimiento, tampoco me dijo nada, pero estaba prevenido y por eso le di largas en los contactos por skype. Ahora estoy casi convencido de que metí la pata. Nunca sabe uno qué hacer con las mujeres. Supongo que ellas con nosotros tampoco, pero eso es asunto suyo; el mío mío es que es frecuente que las mujeres me desconcierten, sobre todo si, siendo hermosas e inteligentes, toman la iniciativa. Por eso tengo prevenciones y a veces se mete la pata. La verdad es que debió de hacer conmigo lo que quiso porque ahora, cuando lo intento, no recuerdo nada del diálogo que mantuvimos. Sólo recuerdo con qué tono, con qué gesto, en qué modo me dijo y me puso a sus pies que puede organizarme los viajes que quiera, a mí que tengo alma de peregrino, que lo que me gusta es estar itinerante. Ahí me ganó por entero y ahora sé que mañana habrá encuentro y que, a juzgar por cómo han ido las cosas, seguirán por derroteros que no puedo predecir. Una mujer que se gasta trescientos mil euros en un coche y dice haberse enamorado de ti será capaz de cualquier cosa. Seguro que hay coches mucho más caros; lo que no creo es que se dé en sus dueños el encanto que tiene Laura al unir un rostro de rasgos fuertes como viriles con un cuerpo muy sensual y tratar a todo el mundo con la seguridad que da poseer dinero a espuertas. Una mujer así me había dicho que estaba enamorada de mí. No sé si habrá algún hombre en la tierra a quien moleste que una mujer hermosa le diga que está enamorada de él. Quizá los cristianos, que eso del amor y la carne lo llevan muy mal. Esa situación, el de la mujer hermosa que se ofrece es la que se dibuja en la leyenda de las tentaciones de San Antonio, asunto muy representado artísticamente. Y hay que ver con qué formas satánicas se precisa revestir precisamente eso, la gracia de una mujer hermosa hablando de amor, para convertirlo en el terror de un monstruo serpenteante dispuesto a comerte. No soy el primer San Antonio que combate las tentaciones cediendo a ellas. Bastará con que Laura me diga mañana el sitio y allí iré yo de cabeza, a entrar en posesión de lo que se me ha ofrecido con tanta generosidad. Y justamente eso es lo que a su vez alumbra sus dudas e interrogantes. ¿Qué hace que muchas mujeres encuentren atractivo a un hombre mucho mayor que ellas? A la inversa la cosa se da menos. Hay casos, pero escasísimos y no dan para un mercado mínimamente viable., por decirlo en término que imagino serán coloquiales para Laura- En cambio lo otro sí: ¿qué hacen algunos hombres mayores para resultar atractivos a mujeres mucho más jóvenes que ellos? No sé si harán o no algo y, en general, no creo que esa situación de hombre mayor chica joven o no tan joven deba tener algún tipo de consideración especial como la de un matrimonio en que uno de los cónyuges se ha quedado paralítico en un accidente o algo así. Además, no son tan infrecuentes: suele darse entre profesores y alumnas, escritores célebres, financieros de éxito otro tipo de personalidades: el magisterio, la creatividad, el triunfo son como sustitutos de las cualidades que los hombres mayores hayan perdido. En todo caso, quien espere algún tipo de información práctica acerca de cómo conseguir que la bibliotecaria se fije en él cuando va a pedir un préstamo, que se busque otro libro. Uno de esos de autoayuda. Además que a mí no me importa por qué motivo una mujer hermosa y joven se enamora de un tipo mucho mayor que ella sino qué sucede a continuación. Y el asunto es sencillo: los hombres mayores no tienen el vigor físico de los jóvenes y en ocasiones compensan esa falta de vigor físico con la sabiduría de la experiencia. A veces funciona, a veces, no; a veces sirve para unos y para otros no y a la inversa. La mujer reúne en una figura un padre y un marido y el hombre una hija y una esposa, es decir la realidad se compone de una mezcla de incesto en el fuero interno y matrimonio en el externo.

Cuando el Bentley gira a la izquierda para entrar en Ríos Rosas por la entrada de los Nuevos Ministerios, en donde hubo una estatua ecuestre de Franco, me doy cuenta de que únicamente he venido pensando en Laura, sin acordarme de Esteban o de lo que me esperaba en su casa. Los niños estarán despiertos así que le digo a Ángel que pare en el comienzo de la Reina Victoria y en un comercio de chuches compro algunas para ellos. De mis dos hijos, Esteban es el que más se parece en mí, según general convicción de la gente, de esa que dice que la mitad de los niños se parece al padre y la otra mitad a la madre y luego suelta un chiste sobre el destino de los intermedios. A mi vez siempre he tenido una comunicación especial con él, de las que no se explicitan porque descansan sobre entendimientos hechos de silencios, sonidos no articulados o contactos físicos. El conocimiento que se tiene de las personas se divide en dos grandes apartados y me extraña no haber visto nada escrito sobre ello aunque seguramente se deberá a que es tan obvio que no merece la pena singularizarlo. No la merecerá pero me ha llamado siempre mucho la atención: uno es el conocimiento que se da de las gentes con las que se tiene contacto físico y otro el de aquellos a quienes no se toca, no se huele, no se besa y/o saborea. Vuelvo sobre la diferencia de la información que aportan los distintos sentidos: en el conocimiento con contacto físico (cónyuges, amantes, padres, hijos, etc) intervienen los cinco sentidos; en el conocimiento convencional (casi todas las demás personas) sólo intervienen dos, la vista y el oído y, ocasionalmente, los apretones de manos (muy, muy informativos, desde luego) y los besos en las mejillas; pero nada más. El conocimiento proporcionado por los cinco sentidos es más completo y tiene niveles profundos entre otras cosas porque además suele haber implicaciones afectivas. El de las demás gentes es más intelectivo y en él se dirimen asuntos que salvo que estén mediados por alguna afición no reconocida o explícita (algún tipo de atractivo que una de las partes o las dos no pueden o quieren reconocer, un odio movido por alguna inquina personal) sólo se refieren a territorios racionales, inteligibles aunque tengan elementos emocionales, como el interés, la simpatía, la amistad, etc. El mío con Esteban, como le ocurre a todo el mundo, era de los completos y subterráneos. Esteban y yo siempre nos hemos entendido muy bien y seguimos haciéndolo. Es más, cuando vivíamos todos juntos, solíamos hacer frente común ante la alianza de su hermana con su madre. Y de este modo habíamos establecido una complicidad que no se parecía en nada a la que también tenía por otro lado con mi hija ni tampoco a la que ellos tenían entre sí. Supongo ahora, viendo en retrospectiva aquella vida en familia que tuvimos antes de nuestra separación, que era lo que suele llamarse felicidad. La veo lejana y al mismo tiempo muy próxima y me gusta pensar en ella como una de las cosas buenas que he tenido en la vida.

Esteban se independizó muy pronto. Antes de terminar los estudios de Historia en la especialidad de Medieval ya estaba trabajando. Luego continuó haciéndolo mientras compatibilizaba con los de turismo y, por fin, habíase hecho guía turístico. Su especialidad como medievalista le ayudaba a dar profundidad a sus ilustraciones cuando viajaba, especialmente por Europa y Oriente Medio, aunque tampoco tanto porque acostumbraba a decir que a los turistas no les atrae en especial que el cicerone les meta rollos historiográficos. Un par de anécdotas a ser posible sangrientas o eróticas y eso es todo. Su mérito, sin embargo, es que él les daba fondo. Había conocido a Beatriz en un viaje organizado a Petra. Ella iba con una amiga que acababa de divorciarse, estaba pasándolo mal y quería distraerse unos días, pensar en otra cosa con ayuda de una compañera del colegio. Esteban se mostró comprensivo con la divorciada, dio pruebas de una madurez y una experiencia en asuntos de divorcio que le venían del nuestro, cosa que me dijo en su día, haciendo referencia a ese sobreentendimiento que había entre nosotros dos y, antes de que el viaje acabara ya había ligado con las dos. Beatriz le había dicho que no estaba bien que dejaran sola a la amiga por cuya causa estaba allí y que debían compartir los buenos momentos, así que organizaron una relación triangular que ayudó más a consolar a la joven divorciada que varias sesiones en alguna terapia de apoyo psicológico y contribuyó a consolidar una buena amistad entre los tres ya que la relación amorosa se rompió al regresar a Madrid, conservándose solamente la que había entre Beatriz y Esteban que, andando el tiempo, se convirtió en matrimonio, bendecido más tarde, como decían mis lecturas de adolescencia, con dos hijos.

El Bentley me deja ante el portal de la casa de Esteban. Tiene una imponente puerta de dos hojas de forjado y dentro en el vestíbulo hay, lo sé muy bien, una escalera de mármol con pie flanqueado por dos enormes jarrones como lacados. Contigua al portal hay una pastelería aún abierta. Me decido a completar las chuches que llevo para los niños con una buena bandeja de pasteles. Son las ocho en punto cuando toco al timbre del telefonillo. Responde la voz de Beatriz, le digo que soy yo y suena la chicharra de la cancela abriéndose.

(Continuará).

(La imagen es una viñeta de Aubrey Beardsley, 1894).

divendres, 13 de febrer del 2009

Parar a Garzón como sea.

En el PP unos están que echan las muelas y a otros la camisa no les llega al cuerpo. El procedimiento iniciado por el juez Garzón puede ser demoledor para la derecha española. No es de ayer sino que se inició a fines de 2007 por lo que está claro que el juez debe de haber acumulado una ingente cantidad de información lo que, ante la primera señal de que los principales sospechosos, prevenidos, pudieran poner tierra por medio le ha permitido actuar con la rapidez y la contundencia con que lo ha hecho. Del reciente auto del juez se desprende que la presunta trama corrupta pudo estar sobornando a funcionarios y cargos públicos de los ayuntamientos y las comunidades autónomas de Madrid y Valencia. Lo de los funcionarios es malo, desde luego, pero no necesariamente relacionado con el PP; lo de los cargos públicos ya es más peligroso porque tendrán conexiones con el PP y como todavía no se sabe quiénes puedan ser porque el sumario lleva su ritmo, los nervios están a flor de piel. Lo único que se sabe de momento es que las dos comunidades autónomas en que actuaba la presunta trama de mangantes son Madrid y Valencia, vaya por Dios, los dos baluartes del PP en donde éste obtiene mayorías absolutas, y lleva cuando menos diez años operando, o sea, desde 1999, en pleno gobierno del señor Aznar con mayoría absoluta y tres años antes de que éste casara a su hija more regio en El Escorial actuando de testigo algún cabecilla de la presunta trama de presuntos ladrones.

Así que el ataque de nervios del Partido Popular está siendo de avío, tanto que aquel semeja más una fiera acorralada y enloquecida, lanzando dentelladas y tarascadas en torno suyo con la grupa contra la pared... de Génova 13. ¡Qué foto la de ayer!

El primero que saltó como una flecha, con una velocidad sospechosa, el mismo día que se dio a conocer la trama, fue el señor Agag para distanciarse del hoy principal imputado, señor Correa, precisamente testigo en la boda escurialense. La segunda en hacerlo ha sido la madrina de la misma boda, señora Botella, para pedir el amparo del partido no sólo para su gestión actual sino también la del gobierno de su señor marido que es cuando parece que la trama conoció su momento aúreo. Aunque quizá habría que decir Golden dado que los nombres de la miriada de empresas que, según parece, gorroneaban las administraciones públicas están en inglés, cosas como Roaming the Party (merodeando en la fiesta) o Take the Money and Run, aunque no éstas exactamente, claro.

El Comité Ejecutivo Nacional del partido, reunido de urgencia ayer, dictaminó y el señor Rajoy leyó indignadamente en público en comparecencia de prensa en la que no se admitieron preguntas, que había una "trama contra el PP". Esta expresión es difícil de entender ya que, en principio, parece querer decir que el juez Garzón y el fiscal de la Audiencia Nacional están cometiendo algún tipo de delito pues, por convención, trama es una organización para la comisión de delitos. Probablemente el de prevaricación porque se supone que magistrado y fiscal actúan (o sea, prevarican) a las órdenes del PSOE y del Gobierno del PSOE. Lo cual es grave decir, aunque siempre hay algún alucinado, estilo cenobita de la Tebaida, como el alcalde Valladolid, que le parece poco y afirma que con quien coordina su acción el señor Garzón no es con el gobierno del PSOE sino con ETA.

Este género de cábalas dan cuerpo a las medidas positivas adoptadas por el PP en defensa propia: a) personarse en el proceso contra la trama se supone que como acusación particular; b) recusar al juez Garzón por enemistad manifesta contra el PP; d) denunciar al juez Garzón ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por la cacería de Jaén en compañía del otro gatillo más rápido del Oeste, ministro Bermejo. Tres medidas de largo calado. No estoy seguro de que sean compatibles, aunque eso no importa mucho. Y tengo mis dudas sobre si se puede recusar a un juez por enemistad manifiesta a algo tan etéreo y cambiante como un partido político. Los jueces enjuician comportamientos objetivos de personas físicas y la pertenencia partidista de éstas, como su afición futbolística o su confesión religiosa es asunto que sólo compete a ellas. Por lo demás todos recordamos cómo el mismo juez empapeló y consiguió que procesaran y condenaran a altísimos cargos del Gobierno socialista de Felipe González y hasta lo intentó con el mismo Felipe González, Mr. X, sin que se aceptara recusación alguna contra el señor Garzón por la tal enemistad y mira que el citado tenía motivos, tras haber sido ninguneado, humillado y hasta vilipendiado en sus más sensibles ambiciones políticas. Pero en fin, todo esto son cuestiones menores. Ya veremos qué deciden los órganos pertinentes.

La idea del PP está perfectamente expresada por el señor Trillo al presentar a la prensa la denuncia ante el CGPJ diciendo que todos recordamos la enemistad del señor Garzón hacia el PP. Este señor Trillo no debe de tener en alta estima la capacidad mental de su auditorio o ¿es que él conoce de muchos acusados y quizá condenados que digan que lo han sido porque el juez les profesa una tierna amistad?

En fin, que la orden es zafarrancho de combate e ir por Garzón, parar a Garzón como sea, antes de que deje la cacharrería como el campo de Agramante, sin darse cuenta de que como el campo de Agramante estaban anteriormente. Agora más parecen una falange macedónica pero no sé si les servirá de mucho: la justicia es lenta pero es. Y a saber hasta dónde va a llegar.

(La imagen es una foto de jmlage, con licencia de Creative Commons).

Razón y pasión.

Hemos dado un salto al Teatro Español a ver la obra de Jean-Claude Brisville, El encuentro de Descartes con Pascal joven en versión y dirección de Josep-Maria Flotats sobre traducción de Mauro Armiño. Descartes es Flotats y el joven Pascal, Albert Triola. Está teniendo tanto éxito que prolongan las representaciones hasta el 1º de marzo. Con llenos diarios. Una vez más se prueba que no hay crisis del teatro sino crisis de talento en el teatro que no es lo mismo. Cuando hay algo bueno hecho por alguien bueno, los patios se llenan. No tanto como si fuera una final de liga de futbol pero téngase en cuenta que eso ha pasado siempre. El teatro no es cosa de masas, ni siquiera en donde era cosa de masas, como en Grecia. Tuve que sacar palco, traté de parecer una figura de Manet, pero no creo haberlo conseguido.

Está muy bien la idea. Es un bizcocho en la obra de Brisville, que ya había escrito Le souper, otro encuentro en 1815 (el de Descartes/Pascal es de 1647) entre Talleyrand y Fouché. El de estos dos es más de política, de realismo político y hasta trata del asesinato del Duque de Enghien. El de Descartes y Pascal es un diálogo en el Grand siècle de contenido filosófico y teológico, ¿por qué no? Se sabe que el 24 de septiembre de 1647 Descartes y Pascal estuvieron hablando juntos por única vez en su vida; lo que no se sabe es de qué. ¿Por qué no de filosofía y teología? Parece lo más probable.

La obra está estupendamente escenificada con una sobriedad y sencillez muy del siglo XVII y los dos actores, casi sin moverse en toda la representación, sentados a una mesa con dos velas y una frasca de buen vino, hacen una interpretación soberbia, dan vida a dos personajes que, sobre ser personas individuales concretas con sus caracteres, son también dos símbolos, dos principios filosóficos así como teológicos, el racionalismo católico cartesiano en el que la razón impera independiente en su propio campo y el jansenismo pascaliano que no admite que haya campo alguno en donde la razón pueda imperar independientemente de Dios.

El diálogo es una refinada filigrana en la que el hombre maduro y el joven abordan diferentes asuntos prácticos y teóricos: lo que les gusta y disgusta, cómo ven el tiempo, cuestiones de ética, los fines de la vida, qué nos sea dado esperar, qué hemos de hacer con la ciencia, a qué aspiramos en la vida, a qué renunciamos, cómo nos vemos a nosotros mismos, cuánto queremos saber, a qué nos atrevemos, etc, etc. Y el intercambio que también es como una esgrima de conceptos, de brillanteces, de sobreentendidos y malentendidos con explicaciones, tiene altos y bajos, momentos en que Descartes pasa al ataque y Pascal se defiende y momentos (los más frecuentes porque es el más joven y fogoso) en que Pascal ataca y el autor del Discurso del método se defiende. Descartes cree que la razón está en situación de explicar por entero el mundo de modo exacto, a través de conceptos matemáticos sin necesidad de la hipótesis de Dios que, de todos modos habla con números. Pero ahí está y el hecho de que sea él precisamente lo único que la razón no puede explicar no afecta al de que ésta sí puede explicar toda su obra. Dios se mantiene pero, como el de Epicuro, se hace a un lado y no se ocupa de los asuntos humanos.

Para Pascal esto es insatisfactorio puesto que si la razón es insuficiente para explicar a Dios, debemos olvidarnos de la razón, como Descartes de Dios, y preguntar a éste cómo podemos llegar a entenderlo, a explicárnoslo, a identificarnos con él. Es a Dios a quien hay que comprender porque, comprendido él, estará comprendida su obra que sólo tiene sentido a través de él y más concretamente, de Jesucristo.

Descartes no entiende que un hombre que ha llegado tan alto en el conocimiento matemático lo abandone por algo que es imposible, mientras que Pascal no entiende que Descartes no entienda que lo que él ambiciona no es el conocimiento del mundo, que está muerto sino el de Dios porque eso es conocer el sentido de la vida humana. No podían entenderse y el encuentro tenía que quedar en tablas.

Hay un momento muy significativo de lo que llamaríamos razón práctica o política de razón práctica en que Pascal pide a Descartes que estampe su firma junta a la suya (de Pascal) en un manifiesto de abajofirmantes en defensa de Antoine Arnauld, el jansenista perseguido por los jesuitas que trataban de que la Sorbona condenara sus obras, sobre todo, claro es, las contrarias a la Compañía de Jesús. Descartes, antiguo alumno de los jesuitas, se niega a hacerlo con razones nada convincentes aunque me equivoco mucho o tampoco suenan convincentes las razones esgrimidas por Pascal por las que se debiera firmar el manifiesto. De hecho el propio Pascal se pasó luego los siguientes veinte años escribiendo Les provinciales en defensa del jansenismo y atacando a los jesuitas.

La tensión dialéctica es alta y se mantiene la atención del público toda la obra. En fin que es muy interesante ver lo que Brisville piensa que se hubieran dicho Descartes y Pascal.

dijous, 12 de febrer del 2009

Haciendo el ridículo.

Aquí tienes, oh amable lector/a, la foto que inmortaliza el momento en que el PP salió unido como una piña a apoyar a su lider con cara de ir a su sepelio y que ya ha sido objeto de algún agudo comentario. No es para menos dado que, como siempre, el partido se ha precipitado y el líder ha patinado haciendo otra vez el ridículo en el campanudo y calderoniano estilo que lo caracteriza. Seguramente lo asesoran sus peores enemigos que, por si aún no se ha enterado (ya que no parece enterarse de mucho) moran en su propio partido y, pues están tan bien avenidos, se la pasan espiándose entre sí con cargo a los fondos públicos.

Ese fue el momento, señor Rajoy, en que la madre tierra, la Mamma Chicha, le hubiera hecho un favor tragándoselo. Pues ¿cómo quiere ser reconocido líder un hombre al que cuatro descerebrados/as calientan los cascos y se lanza contra el muro sin reflexión previa, sin contrastar la información, sin distanciamiento ni cálculo de consecuencias? Porque al final ha resultado que esa tenebrosa conchabanza, ese siniestro conciliábulo de los poderes satánicos en contra de un PP inocente y angelical, esa cacería, presuntamente montada contra el PP, no era más que una azarosa y fortuita coincidencia ¡organizada por un hombre del mismo PP! Tierra: sé caritativa y trágatelo.

Porque si alguna queja pudiera suscitar ese episodio cinegético en el que coincidieron de pura chiripa el juez Garzón y el ministro Bermejo en el finde no vendría de la derecha sino de la izquierda. Sabido es: lo de la caza no es cosa baladí y que tenga un pase sin más. Al menos no en este blog radicalmente antitaurino y anticinegético. Como Palinuro no quiere perder el tiempo escuchando por enésima vez las razones que aducen los partidarios de las corridas de toros y la caza, reconoce sin ambages estar movido sólo por dogmas y prejuicios que le hacen pensar que todos esos Reyes, chulos, señoritos y demás bazofia que asesina o contempla como se asesina a animales que no les han hecho nada por mera diversión es mierda. ¿Está claro? Mierda cruel, inmunda y cobarde, ya sean ministros, jueces o simples psicópatas.

Volviendo a lo nuestro, lo que motiva este comentario es que la coincidencia del juez y el ministro en esa vergüenza finisemanal fue totalmente fortuita, casual cien por cien y carece de significado jurídico o político. Tampoco lo tendría aunque no fuera fortuito, pero el hecho es que lo fue. Lo que no impidió que esta derecha alborotada y su atolondrado líder escenificaran esa comparecencia risible en la que volvió a mostrar su intemperancia, su intolerancia y su convicción de estar por encima de la ley, de no querer que se le aplique, y su incapacidad para aceptar la realidad.

La realidad es: que en la Comunidad Autónoma de Madrid unos del PP han espiado a otros del PP con cargo a todos los ciudadanos pero sin que estos lo sepan; que el cabeza de lista por una provincia gallega en las próximas elecciones cobra comisiones de cientos de miles de euros en paraísos fiscales que no declara a Hacienda; que hay una trama de corrupción cercana al PP, que ha vivido de contratas y adjudicaciones del PP, cuyos principales dirigentes están ya en prisión incondicional, en la que también están imputados dos cargos del PP y seguramente habrá más cuando termine la instrucción, según inteligente análisis de Nacho Escolar.

Pero la reacción del PP y de su lider tan en agraz ha sido la acostumbrada desmesura, la abroncada exageración de quienes aún no han comprendido que los aspavientos de la derecha ya no asustan a nadie. Han contestado con un típico overkilling, como lo llaman los ingleses, una sobrerreacción a la que suele recurrir el señor Rajoy cuando se indigna y se pone engolado, que viene a ser casi siempre: ¡ruptura con el ministerio de Justicia! O sea, en términos prácticos, ruptura del pacto por la Justicia. Algo que recuerda la ristra de grandielocuentes rupturas del presidente del PP que luego quedan siempre en una sensación de lamentable ridículo. El señor Rajoy ya ha llevado a su partido a la ruptura con Cataluña, con 59 segundos y con el grupo Prisa. El señor Bermejo, esa Artemisa de cuatro pelos, ya sabe a que atenerse: los del PP y su lider el señor Rajoy no le ajuntarán hasta dentro de dos o tres meses.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).