dilluns, 16 de febrer del 2009

El latrocinio como forma de gobierno.

Permíteme, curioso lector, la pequeña vanidad de la autocita. Decía Palinuro ayer domingo que: "Esa misma red (la de Correa y otros presuntos ladrones) actuaba con anterioridad en el plano nacional del PP en tiempos del segundo Gobierno de Aznar pero de los aspectos concretos de estas actuaciones y acerca de quiénes estaban implicados todavía no se sabe nada, aunque debe de haber asuntos de mucha enjundia a juzgar por el pesado manto de silencio que ha caído sobre lo relativo a esos años. El señor Aznar, el señor Agag y hasta el señor Álvarez Cascos están callados como tumbas, cosa extraña con lo parlanchines que han sido siempre, especialmente el primero y el tercero."

Bien. Según cuenta hoy El País, las empresas del presunto sinvergüenza Correa obtuvieron contratos de AENA siendo ministro de Fomento Álvarez Cascos, del PP quien, naturalmente, ya ha empezado a hablar, más que nada para decir que sí conocía al inefable Correa pero que, claro, no sabía nada de que fuera un (presunto) ladrón. Esto no ha hecho más que empezar. Ya se verá cuántos más negocios tiene la trama corrupta durante el Gobierno de Aznar y a quién salpica. De momento, los señores Aznar y Agag siguen callados y ausentes...

Por otro lado, en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), según parece, el Vicepresidente Ignacio González ha hecho ganar millones de euros a sus familiares a través de adjudicaciones de contratas para la empresa pública que él presidía, según revela hoy Público. Una empresita presidida por su hermano y su cuñado pasó de facturar 95.000 euros en 2005 a facturar un millón cuatrocientos mil en 2006 y todo gracias a las adjudicaciones del próvido González. Un millon cuatrocientos mil euros son doscientos treinta y tres millones trescientas veinticuatro mil pesetas. O sea, unas mil Filesas pues, cuando de robar se trata, los sociatas son unos pardillos al lado de los verdaderos profesionales.

Este asuntillo viene a sumarse al métodico procedimiento de saqueo de las arcas públicas que, según parece, tenía establecido de consuno con la trama de mangantes el hoy dimitido consejero señor López Viejo y que le reportó, cuando menos, unos 238.000 euros en concepto de sobornos por lo que relata hoy El Mundo que parece haber cambiado de trinchera en esta guerra. Por este López Viejo puso la señora Aguirre su mano al fuego y, bien se ve, ha quedado manca de las dos porque también puso la otra por el señor González, el de las milagrosas adjudicaciones. Pero es que, además de tostarse las manos, la señora Aguirre dijo que el señor López Viejo no había hecho nada ilegal ni irregular. ¿No va siendo hora de que dimita esta señora que preside un gobierno de presuntos ladrones?

Si a estas hazañas se añaden las proezas del mangue y trinque protagonizadas por la llamada "trama corrupta" en presunta connivencia con los políticos del PP de la Comunidad Autónoma de Valencia (CAV) en donde organizaba todos los actos públicos, incluidos los mítines del señor Rajoy, cabe hablar ya de un procedimiento sistemático de asalto y saqueo de los caudales públicos como forma de gobierno de la derecha, de los que están en política "para forrarse" y a fe que lo han conseguido en los últimos años. Cuando estaban en el Gobierno de España, en el orden llamado nacional y, al ser desalojados de él, en los órdenes autonómico y municipal. Y no se crea que es un caso aislado, ni siquiera una trama aislada, no. Es un conjunto de tramas, una forma de entender la gestión pública a base de robar a manos llenas en todo momento y circunstancia y con el motivo que sea. Por increíble que parezca estos presuntos ladrones y sus cómplices robaron también en la organización de los actos con motivo de los atentados del 11-M, según cuenta hoy El Plural. Robar a los huérfanos de la Guardia Civil, como hizo Roldán, estaba feo, pero robar con motivo del peor atentado terrorista que ha sufrido España con casi doscientos muertos y mil quinientos heridos es muchísimo peor; es moralmente repugnante.

Todavía me parece estar oyendo a la repipi señora Aguirre diciendo que no existe una superioridad moral de la izquierda, dando por supuesto que es la derecha quien la ostenta y hablando, como siempre, con total desparpajo de lo que no sabe nada. A la vista de esta cleptocracia que se ha instalado en la CAM (ya veremos si con su connivencia o no), en la CAV y, según va viéndose, quizá también en el Gobierno del Estado en tiempos aznarinos, de este robo descarado y sistemático de los caudales públicos, ¿por qué no dimiten todos ipso facto en lugar de pretender que están haciendo política?

Si has llegado hasta aquí, estimado lector, es porque me perdonaste la pequeña vanidad de la autocita del comienzo, lo que me hace suponer que también me perdonarás otra para culminar la entrada de hoy. El siete de febrero pasado, apenas estallado el escándalo, Palinuro colgó una entrada a la que te remito de título premonitorio: Os han pillao, tronkos. Y tanto.

(La imagen es una foto de Gérôme, con licencia de Creative Commons).