diumenge, 17 de febrer del 2008

Pesada como la vida misma.

El Goya a la mejor peli de este año recayó sobre La soledad, de Jaime Rosales. Competía con El orfanato y Las trece rosas, dos pelis que ya he visto y comentado en este blog. De inmediato se organizó cierta controversia, dado que las dos últimas son muy taquilleras mientras que la premiada apenas había levantado interés. Se volvieron a oír los famosos argumentos de que lo que se vende es malo y lo bueno no tiene salida en un mercado dominado por la masificación y el mal gusto. Para poner en guardia a cualquiera. No obstante, me armé de valor y fui a verla.

No estoy muy seguro de entender las razones que justifican que se haya concedido el principal premio de la cinematografía española a esta cinta. Supongo que el jurado o quien tomara la decisión, valoró su extraordinario realismo que, en acción y diálogos, es un verdadero espejo de la vida de la gente. Y también tomaría en cuenta determinadas audacias formales, que convierten a la peli en un film experimental, como la partición de la pantalla, la cámara fija durante largos periodos mientras la escasa acción se realiza fuera de campo. La decisión recaería en el momento en que ambos aspectos se unen: una peli experimental que narra una historia cotidiana, de gente normal, sin importancia, sin interés, en definitiva, sin historia.

Parece que el director haya decidido reproducir fielmente la realidad ordinaria de gente anónima, en cuya tarea ha introducido tres crisis profundas (una operación de cáncer, un atentado terrorista con resultado de muerte y un ataque al corazón) pues, de otro modo, la peli a duras penas podría pasar de los cinco minutos y dura casi dos horas.

Comprendo que las bandas sonoras de las películas son verdaderos abusos, dado que la vida real no lleva partitura de acompañamiento y que se trata de una mera convención narrativa. Pero casi dos horas sin música alguna, acompañado solamente de los ruidos de la calle se hace pesado. Y no ayuda a aligerar la cosa lo rebuscado de los planos y los encuadres. Como si en todo momento el director estuviera pensando en foto fija, con una cámara que suele quedarse fuera de los recintos, incluso fuera de los edificios, como si se estuviera haciendo pintura más que cine

En cuanto a la historia es difícil hablar porque no existe. A los personajes les pasan cosas como podrían no pasarles y reaccionan de una u otra manera. No es difícil identicarse con varios de ellos, las tres hermanas, por ejemplo, la propia protagonista, que trabaja de azafata de congresos; pero es solo por el exterior por que del interior sabemos poco; no sabemos en qué trabajan las hermanas y los caracteres están estereotipados.

La extraordinaria lentitud de la narración, que parece regodearse en los encuadres más formales llega a momentos de verdadero hartazgo. Ni un Goya ni diez Goyas podrán convencer a la gente de que vaya a ver esta peli.

dissabte, 16 de febrer del 2008

No me creo el empate.

Doctores tiene la Iglesia y si el CIS dice que hay una diferencia de 1,5 puntos entre el PSOE y el PP en intención de voto de los españoles y que esa diferencia se puede traducir en que obtengan igual cantidad de diputados, será verdad. Pero yo no me la creo. No estoy diciendo con ello que el CIS mienta. A diferencia del PP tengo un gran respeto por nuestros organismos de investigación, estadísticos y de otro tipo. Creo que el CIS es un centro magnífico, como creo que el Instituto Nacional de Estadística es también un instituto ejemplar y que no hay derecho a poner en duda su profesionalidad cuando los datos que proporcionan no son del gusto de uno, que es lo que hace sistemáticamente la derecha española, esto es, tratar de destruir las instituciones democráticas, atentando contra su prestigio y dignidad.

Entonces, ¿por qué no creo que haya una diferencia de 1,5 puntos entre el PSOE y el PP? Porque pienso que el CIS no miente pero los encuestados, la gente, sí y que ocultan su intención de voto por varias razones. Una de ellas, me parece, es la desconfianza típica de la cultura política española de no revelar datos personales por lo que pueda pasar. Otra, concomitante, una manifestación típica de la famosa espiral del silencio en versión hispana. La oposición del PP es tan bronca, tan agresiva y atemorizadora que inspira miedo. La gente piensa: "estos son capaces de cualquier cosa". Y, efectivamente, así es, con lo que muchos ocultan su voto o, simplemente, mienten por precaución.

Para verlo con claridad basta con ir a la página del CIS en que se publica la encuesta preelectoral de elecciones generales y al Parlamento de Andalucía y en ella se verá que todos los datos son consistentes para anunciar una victoria holgada del PSOE y una derrota considerable del PP, todos excepto el de la intención de voto directo. Veamos algunos:

Gestión del Gobierno y gestión de la oposición: el 28,8% cree que la gestión del Gobierno ha sido buena o muy buena, el 42,6% regular y el 26,9% mala o muy mala mientras que en el caso de la gestión de la oposición por el PP los datos son: 11,9% buena o muy buena, esto es, 16,9 puntos de diferencia, regular el 34,4%, 8,2 puntos de diferencia y el 36,2% sostiene que es mala o muy mala, una diferencia de 6,6 puntos porcentuales, a favor del PSOE.

Comparativa. Preguntada la gente sobre si cree que el PP haría las cosas mejor, igual o peor que el PSOE en trece asuntos específicos como la inmigración, la política territorial, la vivienda, etc, todos los puntos son negativos para el PP en un abanico que va desde 2,3 puntos en gestión de la economía hasta 22,7 en política social.

Popularidad. El señor Rodríguez Zapatero tiene un índice de popularidad de 5,36 y el señor Rajoy de 3,95 ambos sobre diez, lo que quiere decir que la diferencia de 1,41 puntos es mucho y tiene consecuencias muy graves en un tiempo que se caracteriza por un alto nivel de personalización y ello sin olvidar que en la comparativa por temas, también hay una consistente superioridad del PSOE. Obsérvese por lo demás que el señor Rodríguez Zapatero inspira mucha o bastante confianza a un 40,1% de los encuestados, mientras que el señor Rajoy sólo se la inspira al 21,4%, esto es, 18,7 puntos por debajo del Presidente. Éste le ofrece poca o ninguna confianza al 56,4% de los encuestados mientras que en Rajoy confia poco o nada el 74,5%, de nuevo una diferencia de 17,1 puntos a favor del señor Rodríguez Zapatero.

Pronóstico. El 52,4 % cree que el PSOE ganará las elecciones y sólo el 15,3% cree que las ganará el PP. Este pronóstico se modera un poco cuando se pregunta a la gente qué partido le gustaría que ganara pues sólo el 40% dice que le gustaría que ganara el PSOE y el 25,3% que ganara el PP.

Todos estos datos son congruentes entre sí y preanuncian una victoria clara del PSOE. La cosa se contrae algo cuando se pregunta a la gente a qué partido votará y por cuál siente mayor simpatía. Agregando intención y simpatía las cantidades son: 37,1% para el PSOE y 24,5 para el PP, esto es, una diferencia de 13,6 a favor del PSOE. Por último, como se sabe, la estimación final que hace el CIS es del 40,2% para el PSOE y 38,7% para el PP, la famosa diferencia de 1,5 puntos.

Esa estimación, sin duda, es correcta, a la vista de los datos mudos y ciegos, pero no encaja con lo que uno ve intuitivamente en los otros resultados. Y no encaja porque nos lleva a la conclusión sin sentido de que la gente votará más por el líder al que valora menos y menos por el que valora más; que votará al partido que cree que hará peor las cosas y no lo hará por el que cree que las hará mejor.

Es lógico que el CIS haga esa estimación; lógico y riguroso. Por mi parte, como no soy el CIS y puedo dejarme llevar por la intuición, auguro al PSOE un resultado en torno al 45/46% del voto y al PP uno en torno al 33/35%, y si el PSOE no se alza con la mayoría absoluta poco ha de faltarle. Es una mera suposición: el voto al PSOE está oculto; pero está, dado que el porcentaje de quienes dicen que irán a votar seguro y quienes lo harán probablemente es del 79,9%, del cual el 68,9% tiene el voto ya decidido.

Pero que la gente lo tenga decidido no quiere decir que se lo diga al encuestador. Por lo demás, tácticamente hablando, está bien que los resultados parezcan tan apretados porque así se movilizará más el electorado de izquierda, que es el más proclive a la abstención. A las relativas pruebas me remito: en 1982 el PSOE obtuvo mayoría absoluta con la abstención más baja de la historia de la democracia (el 20,03%); en 2000 fue el PP el que obtuvo esa mayoría absoluta con la abstención más alta (31,29).

Los rostros antiguos.

El museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación de la Caja de Ahorros de Madrid presentan una interesante exposición sobre Modigliani o, mejor dicho, sobre el contexto de Modigliani ya que en ella se hace especial hincapié en poner de manifiesto las influencias que se fueron acumulando sobre este artista italiano, judío sefardí que falleció prematuramente en París, luego de una tumultuosa vida. La exposición cuenta con suficiente obra del autor, suficiente y variada pues junto a los óleos, hay varias muestras de esculturas suyas en piedra y algunos dibujos y, aunque encuentre fastidiosa esta costumbre que tienen las dos instituciones de partir el material, obligando a los visitantes a trotar por el centro de Madrid desde Recoletos a la Plaza de Celenque si quieren verlo, merece la pena.

La mezcla resulta extraordinariamente explicativa. Sobre todo en el caso de las piezas en piedra. Modigliani se consideraba antes que nada escultor y a la escultura dedicó cinco años enteros de su época más creativa y cuando hubo de abandonarla por razones de salud, nunca lo hizo del todo. Con independencia de otros factores que han actuado en la obra del artista, en la medida en que éste alcanza un estilo propio, inconfundible y absolutamente personal es porque hace una pintura "escultórica"; esto es, antes era un escultor que esculpía; ahora, un escultor que pinta. De ahí que sus desnudos tengan tanto volumen y un aspecto macizo. Se concentró en el retrato (en buena medida lo que le daba de comer) y pintaba con ojos de escultor.

La influencia más duradera en la obra de Modigliani es el estilo del arte africano de la representación de figuras y sobre todo de las máscaras, que empezaron a llegar a Europa desde el último tércio del siglo XIX, cuando se consolidaron los grandes imperios coloniales francés, belga e inglés en el continente negro. Son las figuras que el artista pasa a la piedra y luego aplica a las que pinta al óleo, consiguiendo efectos sorprendentes, como de "desindividuación" de sus retratados, de configuración como imágenes misteriosas, llenas de secretos, lo que les da mucha fuerza. Viendo algunos de sus desnudos uno entiende que, en la única exposición sobre su sola persona que se celebró en París en 1917 en vida del autor, el jefe de la policía parisiense mandara cerrarla a las horas de abrirse. Hoy estos desnudos parecen inocentes y hasta un poco fríos por su aspecto escultórico pero en 1917, en plena Guerra Mundial seguramente resultaban escandalosos.

La obra de Modigliani muestra influencias renacentistas claras. En muchos de los retratos se viene a la memoria El Parmigianino y en los desnudos se encuentra la sencillez y sensualidad del Giorgione y Tiziano. No siendo eso, Modigliani estudió y siguió de cerca la pintura de Cézanne y Toulouse-Lautrec, que dejaron huella en su obra estando ésta abierta a los influjos de sus amigos, como Chaïm Soutine, Utrillo, Gris, Picasso, etc. a algunos de los cuales retrató y hasta más de una vez.

En las series de retratos puede verse una búsqueda incesante de un estilo propio, de recursos expresivos, pero también de una visión interior que trataba de extraer de cada figura un significado especial o puede que, antes bien, se tratara de un intento de imponer ese significado consiguiendo así unas composiciones simbólicas y complejas de una gran fuerza y belleza y siendo al mismo tiempo indiscutiblemente su estilo. Está bastante claro en el impresionante retrato de Jeanne Hébuterne de la izquierda, cuya figura inverosímil, serpenteante, parece brotar del cuadro, compuesto deliberadamente en dos dimensiones.

Es imposible saber en qué hubiera acabado aquella vivencia palpitante, aquella búsqueda e introspección permanentes que fue la vida de Modigliani, el Modi de Montparnasse, cuyo apócope suena como "maldito" en francés. Como maldito se consideraba a sí mismo aquel hijo de judíos italianos que había crecido en una juventud empapada de Nietzsche y formado escuela en torno a Los cantos de Maldoror, que sería después el libro de cabecera de los surrealistas. Pero algo es claro: en el poco tiempo que le fue dado vivir, dejó una obra personalísima, única, inclasificable, concentrada obsesivamente en los dos motivos de los retratos y los desnudos que lo hacen brillar a la altura de los mejores.

divendres, 15 de febrer del 2008

Más del pisito del ministro.

A la vista de las reacciones que se produjeron ayer ante la noticia de los 250.000 euríviris del erario público que el señor ministro de Justicia del Gobierno socialista se ha gastado en acondicionar el piso oficial en el que habita, he llegado a una conclusión: los de izquierdas somos magníficos; no nos equivocamos nunca; jamás metemos la pata; y cuando parece que lo hemos hecho, peor está el PP, que ahí sí que hay tomate.

En primer lugar se manifestaron los sicarios del PSOE, que también los hay, pues esa no es categoría privativa del PP, gente que sale siempre en defensa del vencedor a cambio de jugosas prebendas, recurriendo al "y tú más" y diciendo que en el PP sí que se lo llevan crudo, como si eso fuera un argumento que mitigara o incluso anulara la lógica indignación que debe producir un comportamiento tan despilfarrador. La izquierda tiene que dar ejemplo e igual que un presidente de un gobierno socialista no puede subirse al Azor de Franco, un ministro socialista no puede gastarse un cuarto de millón de euros, o sea cuarenta y un millones y medio de ex-pesetas, en arreglar la casa en la que vivirá transitoriamente ni siquiera aunque tuviera que cambiar los cimientos, que no era el caso.

También escuché que quienes levantamos la voz por un comportamiento que no es de recibo estamos haciendo la campaña electoral a la derecha. Hay que jorobarse. Pues no, señor; quien está haciendo la campaña electoral a la derecha es quien se gasta 250.000 euros en reformas caseras en un país en cuya capital hay un millón y medio de trabajadores que no llegan a los mil euros al mes. La campaña a la derecha se la hace quien no quiere abordar las cuestiones directamente, quien quiere acallar la crítica y, en definitiva, ocultar los desmanes sin darse cuenta de que eso es lo que más daño puede hacer a la causa de la izquierda. Dice la señora Aguirre, cuya falta de ética es proverbial, que la izquierda carece de derecho a invocar ninguna superioridad moral. Tiene razón: quien invoca esa inexistente superioridad suele ser un granuja. La izquierda no tiene superioridad moral alguna; simplemente tiene una actitud de exigencia ética que comportamientos como el del ministro de los 250.000 del ala destruyen,

Por último oí que los ministros tienen derecho a valerse de los bienes de dominio público, incluso necesidad de ello, y que los empresarios y negociantes de la derecha hacen cosas peores y nadie dice nada. Es posible; yo lo diría pero, en todo caso, si no es en estas cosas ¿en qué se diferenciará la izquierda de la derecha? Y, en todo caso, si nos callamos, como pretenden todos los que quieren que no se hable del asunto, que se dé por no sucedido, ¿no es esa la mejor fórmula para que este comportamiento se repita?

Entiendo que la gente de la izquierda no lo somos por interés, vanidad o afán de poder, sino por convicción, y no es de recibo que esa condición entre en crisis y desaparezca a causa de comportamientos que sólo pueden originarse en la prepotencia del consumo ostentoso.

Risas en la blogosfera.

No todo han de ser temas graves y hasta fastidiosos. Mi amigo Tom me envía el video siguiente sobre gatos. No tiene palabras y al principio hay un breve texto en inglés que, traducido al español, dice:

Lanieriloo presenta….
probablemente uno de los montajes legendarios….
más divertidos…
hilarantes y un poco desconcertantes…
de la Sociedad Youtube.

¡Señoras y caballeros…
les presento a…
Gatoz.!
He aquí el vídeo, tremendamente popular en la red. La música es el canon.
:


Gracias, Tom.

Iberoamérica y literatura.

Ha salido el número 19 de la revista Quórum, que dirige Manuel Guedán y edita la Universidad de Alcalá de Henares. Es una publicación interesante, en cuidado diseño y formato original, que trae una cumplida información sobre algún tema monográfico latinoamericano y artículos sueltos de una variedad de materias y disciplinas. El núcleo de este número es la política exterior de España en América. Un artículo de Celestino del Arenal hace balance de la política española en el Nuevo Mundo y sigue el desarrollo de las últimas cumbres iberoamericanas en Costa Rica (2004), Salamanca (2005) y Montevideo (2006). La muy pintoresca de 2007 se produjo cuando ya estaba en imprenta este número de Quórum.

Siempre en Latinoamérica tiene especial interés un artículo de José Antonio Sanahuja que examina en términos cuantitativos la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) viendo cómo ha evolucionado en los últimos años y cómo se incrementa para los siguientes. El autor elabora una especie de política de cooperación para los próximos años mientras que Cástor Díaz Barbado cree arbitrar un lugar especial para España en el espacio latinoamericano. Por último, Caterina García proyecta se atención inmediata en Las relaciones de España con Estados Unidos, un punto de fricción entre ambos países. parece haber un acuerdo general entre los autores en que el Gobierno socialista consiguió recomponer la política española en el continente americano que había quedado seriamente dañada con el servilismo del señor Aznar ante las aventuras imperialistas del señor Bush.

La revista trae también un artículo de Roberto Goycoolea sobre arquitectura y sociedad, especialmente sobre la adaptación de las nuevas ideas arquitectónicas a las ciudades de hoy que he encontrado de gran interés por no ser un aspecto que se trate con frecuencia y con el debido rigor.

Por último merece la pena reseñar dos interesantes aportaciones de cuestiones literarias. Una de ellas es un diálogo entre dos celebrados novelistas latinoamericanos de hoy, Jorge Volpi y Mario Bellatín, moderado por Caridad Plaza que se presenta como un mano a mano "sobre el fin de las ideologías" pero que, gracias a los dioses, no versa sobre tan manido tema sino sobre cuestiones específicamente literarias de la novela actual. Ambos autores definen el panorama literario latinoamericano como muy influido por la obra de Roberto Bolaño, al que los dos rinden tributo. Coincido con ellos; con Bolaño desapareció prematuramente un creador que, habiendo dado prueba de poderosa personalidad, aun hubiera producido mucho más pues mucho más era lo que se intuía en su obra publicada que lo que en ella era manifiesto.

La otra es un magnífico artículo de Santiago Roncagliolo sobre literatura y emigración, especialmente interesante ahora que la inmigración se ha convertido en un espantajo que la derecha española agita para atemorizar a la gente. Invocando el ejemplo adelantado de su paisano el inca Garcilaso de la Vega, Roncagliolo viene a decir que el mestizaje, el cosmopolitismo de nuestra época está generando un tipo nuevo de literatura. Curiosamente, es de lo mismo de lo que hablan los dos novelistas antes citados, Volpi y Bellatín, que ambientan sus narraciones en lugares extraños y llegan a la muy acertada conclusión de que no hay literaturas "nacionales" en español. Roncagliolo escribe:

"Al interior de la misma Europa, conforme la integración avanza, las diferencias de lengua y escenario se van diluyendo. El checo Milan Kundera escribe en francés, una novela de Susana Fortes transcurre en la Albania comunista, el italiano Tabucchi ambienta sus novelas en el Portugal salazarista. El desdibujamiento de las identidades nacionales no es una particularidad de los que vienen de fuera. Lo que se está perdiendo culturalmente es la necesidad -o la posibilidad misma- de un "afuera"."

Roncagliolo ilustra su punto de vista tomando el ejemplo de Salman Rushdie (un inmigrante en el Reino Unido) y los muy nuevos Hanif Kureishi y Zadie Smith que ya no son inmigrantes, sino británicos. No trata, aunque lo menciona, el caso de V. S. Naipaul, un indio nacido en Trinidad y afincado en Londres, cuya espléndida obra refleja esa mezcla de miradas, esa polifonía que ya no pertenece a parte alguna. La idea de Roncagliolo es brillante: la literatura no brota dentro de unas fronteras nacionales que definen un horizonte cultural sino que se ha globalizado. Él no usa la expresión, pero es como si lo hiciera.

Por mi parte, cuando me paro a pensar en este fenómeno me entra la curiosidad por imaginar qué diría un hombre cómo E. M. Forster, tan dado a lo transcultural (Un viaje a la India, Una habitación con vistas, Howard's End) de esta otra visión literaria de los Naipaul o los Rushdie. Y esto por no mencionar la literatura de un pueblo que lleva siglos siendo inmigrante en todas partes, transterrado, el pueblo judío. ¿No es éste el caso, por ejemplo, de Philip Roth y su alter ego, Nathan Zuckerman?

dijous, 14 de febrer del 2008

El pisito del Ministro.

¿Cuánto puede costar un ático de doscientos veinte metros cuadrados en el centro de Madrid a los precios de hoy? Entre dos y tres millones de euros. ¿Y de alquiler? Pues de seis a nueve mil euros mensuales. Ya me parece mal que los ministros ocupen viviendas tan lujosas a costa del erario público en un país donde un porcentaje muy elevado de la población vive ahogado por las hipotecas de su casa y muchos de los que no tienen hipotecas es porque aún no han conseguido emanciparse y siguen en casa de sus padres. Me parece muy mal y peor en un Gobierno de izquierda, socialdemócrata. Porque si a los seis o siete mil euros de sueldo que cobrará un ministro al mes se añaden los nueve mil del alquiler, nos encontramos con un sueldo real de quince mil euros mensuales, sin contar otras bicocas. Una afrenta para los mileuristas y los que no llegan ni a mileuristas.

Si a lo anterior sumamos unas reformas por valor de 250.000 euros, esto es, el precio de un miserable pisito de setenta metros cuadrados en el extrarradio de Madrid, por el que muchas familias están entrampadas hasta las cejas, el asunto ya no sólo me parece mal, sino de juzgado de guardia.

No digo que los gobernantes de izquierda hayan de vivir con una austeridad herreriana (aunque no estaría mal que lo hicieran, para dar ejemplo), que hayan de ser todos sobrios y estrictos como Robespierres. Pero de ahí a regodearse en el boato y el dispendio de los caudales públicos cual si esto fuera la corte de Felipe IV, media un abismo. Estos comportamientos, propios de sátrapas, revelan falta de sensibilidad hacia las condiciones ordinarias de la población.

Quiero creer que en este caso se ha puesto en marcha un protocolo administrativo automático del que el señor Fernández Bermejo no sabía nada; quiero creer que nadie consultó con el señor Fernández Bermejo ese presupuesto de 250.000 euros, lo cual permitirá destituir de inmediato a quien haya tomado la decisión; quiero creer que el señor Fernández Bermejo saldrá hoy a dar cumplidas explicaciones de este asunto. De no ser así, corregiré mi juicio sobre el señor Ministro. Lo tenía por un hombre de izquierda, alegre e ingenioso. Pero va a resultar que es una repetición de aquellos majaderos que rodearon un tiempo a Felipe González, conocidos como la "gente guapa".

Porque no hace falta ser muy retorcido para preguntarse cómo quedan las raquíticas ayudas de doscientos, trescientos, quinientos euros que el Gobierno va dando por ahí a los jóvenes, las madres, las gentes con dificultades a la vista de las astronómicas cifras que estos generosos gobernantes se asignan a sí mismos para sus gastos y caprichos.

Que no es de recibo criticar los despilfarros de la derecha en el gobierno para hacerlos después iguales o peores.

(La imagen es una foto de Juan Pellicer bajo una licencia de Creative Commons).

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La izquierda en elecciones.

Ya están en la calle los amigos de Trasversales a menos de un mes de las elecciones generales con mucha información y opinión sobre la consulta. La propia revista editorializa en Agenda 2008-2012 dando razones que comparto para el voto "progre" (PSOE, IU, PSC, IC-V, BNG, CHA, Verdes...) y añado ERC, por supuesto. Las razones son muy convincentes: que los cuatro años de gobierno del PSOE han sido años de reformas y cambios para mejorar la condición de amplios sectores sociales, los más desfavorecidos. Trasversales presenta también una especie de programa de reformas "progres" que se trata de impulsar en la segunda legislatura del señor Rodríguez Zapatero. A veces he escrito aquí que el Gobierno podía echarse un poco más a la izquierda, que hay margen para ello en la sociedad española sin riesgo de quedarse aislado en el lunatic fringe del "izquierdismo" que no sólo fue la enfermedad infantil del comunismo, según Lenin, sino que también es la senil, como ya vio en su día Daniel Cohn-Bendit. Los de Trasversales me ahorran la tarea de especificar en qué consistiría ese "echarse un poco más a la izquierda" enunciando una serie de cambios y reformas que suscribo. Son estos:

* ¿Qué tal que el Estado y la escuela sean laicos, que ninguna convicción goce de privilegios frente a otras, que la religión salga del currículum y del horario escolar, que se revise de una vez el Concordato con El Vaticano?
* ¿Qué tal que una oferta pública garantice lo que el mercado nunca garantizará?: una vivienda de alquiler digna en la que vivir a un coste acorde con los ingresos de quienes la necesiten.
* ¿Qué tal la despenalización del aborto voluntario, nuevos impulsos a la igualdad entre mujeres y hombres, más medios contra la violencia machista?
* ¿Qué tal el reconocimiento del derecho de voto a los inmigrantes residentes y la elaboración de una Ley integral contra la xenofobia, la homofobia y todas las violencias de odio?
* ¿Qué tal el uso decidido de las nuevas leyes del Suelo y de Montes, así como de nuevas regulaciones, para poner fin al destrozo especulativo del espacio urbano, rural y costero?
* ¿Qué tal un giro en la política fiscal para que se acabe el "secreto a voces" de que los más ricos no pagan por lo que tienen y de que las rentas del capital están privilegiadas frente a las rentas del trabajo y de las pensiones?
* ¿Qué tal el impulso prioritario de la capacidad inspectora para hacer frente a los accidentes de trabajo y al incumplimiento de la legislación laboral?

El número que comento consagra asimismo varios artículos (de Juan Manuel Vera, Sonia Tridente, Carlos Artola y otros) a elaborar más en profundidad estos aspectos de cambio de la izquierda reformista, la única que, sin tirarse el pliego revolucionario, verdaderamente transforma el mundo, de acuerdo con la 11ª tesis sobre Feuerbach, de Marx.

La parte de ensayo monográfico de la revista se dedica a las "violencias del odio", que trae trabajos sobre la homofobia, el racismo, la violencia terrorista y la sentencia del 11-m. Me ha interesado en especial el de Beatriz Gimeno sobre la homofobia poniendo en solfa la llamada "homofobia liberal".

Recomiendo por último la lectura del artículo de Fernando Gil titulado El PP en la oposición: caiga quien caiga, en el que se hace un análisis exhaustivo del estilo de oposición de la derecha. El autor ha tenido la paciencia de recopilar algunos de los insultos que a lo largo de la legislatura ha recibido el señor Rodríguez Zapatero. Conviene no olvidar. Ahí van varios de ellos:

"Bobo solemne, perfecto imbécil, irresponsable, grotesco, frívolo, inconsecuente, indigno, cobarde sin límites, antojadizo, incapaz, veleidoso, insolvente, acomplejado, perdedor, hooligan, taimado, maniobrero, traicionero, chalanero, sectario y chisgarabís".

Añado Bambi, incompetente y genuflexo ante ETA. Un verdadero chorreo procedente de un partido que pone el grito en el cielo cuando los artistas llaman a sus afiliados "imbéciles". De todos modos, da gusto ver cómo los dirigentes del PP ya no insultan con tanta fruición: la legislatura ha acabado a su tiempo, sin elecciones anticipadas como pretendían; lo realizado en ella ha sido considerable; y todo apunta a que el PSOE volverá a ganar las elecciones, en mi opinión con una mayoría holgada.

Resultó que el perfecto imbécil no era tan imbécil, sino que los imbéciles eran otros.

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dimecres, 13 de febrer del 2008

El no debate.

¿A qué se parece esta historia de las interminables negociaciones entre PSOE y PP sobre los posibles debates televisivos? A las negociaciones sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial. A las conversaciones sobre el Tribunal Constitucional. El modelo es siempre el mismo y se repite con estólida insistencia: siempre que el PP tiene la posibilidad de bloquear algún acuerdo, lo hace si no consigue imponer todos sus criterios aunque no tenga derecho a ello. Emplea la marrullería, el filibusterismo, da largas, enreda, falsea los datos, hace lo contrario de lo que dice y dice lo contrario de lo que hace, hastía a todo el mundo, muestra carecer de respeto por las instituciones y de interés en el juego democrático y torpedea cualquier entendimiento que facilite acuerdos y atienda al interés común.

En el caso de los famosos debates, está clarísimo que la derecha no los quiere. No los ha querido nunca. Sólo ha habido dos debates en la historia de la democracia española, los dos en 1993, gobernando el PSOE y con el PP en la oposición. En 1996, los socialistas volvieron a ofrecerlos y el PP los rechazó pretextando que no tenían que ser de a dos, sino de a más. En 2000 y 2004, ya con gobiernos de PP no hubo ni oferta. Ahora que vuelve a gobernar el PSOE se planean de nuevo pero me parece que no se producirán, pues el PP encontrará excusas para no celebrarlos. Y es lógico. No tiene el menor interés en debatir en público en un diálogo extenso. No es solamente que el señor Rajoy carezca de la agilidad dialéctica, la inteligencia y la rapidez de reflejos del señor Rodríguez Zapatero. Es que no tiene el menor interés en un ámbito público de deliberación y escrutinio. Como buen autoritario sólo está interesado en los soliloquios o en los intercambios parlamentarios en los que, por exigencias del reglamento, el diálogo es siempre monólogos paralelos y nunca se produce un debate realista y profundo.

Las excusas aducidas son inanes: contra toda razón y respeto a las instituciones, el PP rechazó de plano que uno de los debates se celebrara en TVE, dando a entender que la actual TVE tiene algún remoto parecido con aquel órgano de propaganda que él organizó poniéndolo en manos de un comisario político que era, además, diputado popular en el Congreso, el señor López-Amor, un sectario tan aguerrido como el señor Soriano, en cuyas manos puso la señora Aguirre su televisión.

Insiste asimismo el PP en que los dos debates se celebren en las dos cadenas privadas que son de su orientación política, Antena 3 y Telecinco. Lo extraño es que no quieran hacerlos en "Telefrade" y poner de moderador al señor Losantos. Con eso queda claro que la derecha no quiere debates televisados y trata de escurrirse de esta obligación democrática pretextando diversas patrañas.

Imagino que, pues no creo haya debate televisado, tampoco lo habrá en internet, como propuso en su día el director de 20 Minutos, Arsenio Escolar. La idea era buena y la blogosfera la ha apoyado, como es de suponer. Pero no me parece más viable que el debate televisivo. El PP no está interesado en debatir nada sino en monologar en los mítines, descalificar a sus adversarios y repetir sus consignas sin parar. De todos modos, si alguien desea sumarse a la iniciativa y firmar en pro del debate en internet, puede pinchar aquí.

Otrosí, entiendo que la mejor manera de contrarrestar la labor de zapa del PP sería incorporar al debate a IU, en concreto al señor Llamazares e, incluso, hacer ver a los populares que, si siguen boicoteando el evento, éste se celebrará entre los representantes de las dos fuerzas de la izquierda en el orden nacional, PSOE e IU. Esta IU no es la del señor Anguita, enfeudada en el PP por medio de los oficios del señor Ramírez, sino que se trata de una genuina fuerza de izquierda con la que estaría bien que el PSOE llegara a acuerdos.

APOSTASÍA

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid comunico que un grupo de ciudadanos ha puesto en marcha una iniciativa para darse de baja en la Iglesia católica, para apostatar, en definitiva. Me parece una idea estupenda. A mí también me bautizaron por la presión social del franquismo, por obligación si quería ir al colegio y en contra de la voluntad de mis padres en lo que considero que es la mayor muestra de desprecio por los derechos fundamentales de la persona que quepa imaginar, consistente en hacerla miembro de una confesión religiosa con independencia de su voluntad. Así que aprovecharé la ocasión para darme de baja en esa congregación basada en el atropello de la libertad de conciencia. Quien quiera sumarse encuentra aquí el formulario de apostasía dirigido a su obispo.

Sigue el ciclón Obama.

Nueva paliza del afroamericano a la ex primera dama con las pautas ya sabidas: altísima participación (largas colas bajo el mal tiempo de viento y nieve; en algunos colegios se quedaron sin papeletas), amplios márgenes de victoria (por 24 puntos porcentuales en Maryland, 29 en Virginia y 51 en el distrito de Columbia) con el voto blanco muy dividido. Esto es, así como los negros votan nueve sobre diez a Obama, los blancos están divididos entre ambos candidatos. A estas alturas, si mis cálculos no son erróneos, Mr. Obama lleva 1.187 delegados contra 1.180 de Mrs. Clinton. El señor Obama va ya en cabeza. La señora Clinton tiene que emplearse a fondo ahora en las primarias de Texas y Ohio, el cuatro de marzo, si quiere mantenerse como candidata verosímil. Los tiempos de dulce seguridad en que el New York Times la daba como candidata in pectore, esto es, cuando era lo que el señor Huckabee llamaría un sure shot, han pasado. Ahora hay que luchar por sobrevivir; hay que mantenerse a flote, ya que ambos están lejos de los 2.025 delegados que se necesitan. Pero el señor Obama está menos lejos.

En el lado republicano los seguidores de McCain han visto de nuevo el cielo abierto al quedar muy por detrás el señor Huckabee (9 puntos porcentuales en Virginia, 28 en Maryland y 51 en Washington), lo que interpretan como el impulso definitivo que convierte a Mr. McCain en el candidato del Partido Republicano. Pero el pastor baptista no cede. Sostiene que ya sabía que la vistoria es difícil; la derrota es fácil, basta con no hacer nada. Pero él no gusta de la derrota, así que seguirá, como ya anunció, hasta que su contrincante tenga los 1.191 delegados que necesita. Actualmente Mr. McCain tiene 789 delegados contra 241 del señor Huckabee y si se le suman los 288 del señor Mitt Romney, el señor McCain estará a falta de ciento catorce delegados para ser nominado candidato.

Después de estas primarias, que van a resultar más largas de lo que se previó y con incertidumbre de resultados vendrá una feroz campaña electoral que se resolverá en noviembre. Cuesta más de un año elegir al presidente de los EEUU y lo elige la gente. Compárese con otros lugares como España donde, de ser elegido el señor Rajoy, por ejemplo -que no lleva las menores trazas- resultaría elegido por el pueblo una persona nominada por el señor Aznar a puro dedo y refrendada luego por el congreso de un muy disciplinado partido. Claro que en donde hay libertad nadie puede garantizar la calidad del resultado final. ¿O no fueron elegidos el señor Aznar en 1996 y el señor Bush en 2000?

(La imagen es un cuadro de C. Caleb Bingham y representa a un candidato (C. Stump) pidiendo el voto (1853-55).

dimarts, 12 de febrer del 2008

Entrevista en la cuatro: ZP se luce.

Espero que algún alma caritativa calcule las respectivas audiencias de las entrevistas de Iñaki Gabilondo a los señores Rajoy y Rodríguez Zapatero. For the record. Ya disponemos de un dato. Los televidentes dirigieron algo más de cinco mil preguntas al señor Rajoy y algo menos de veinte mil al señor Rodríguez Zapatero. Está claro a quién esperan los españoles ver en La Moncloa después del nueve de marzo.

El señor Rodríguez Zapatero estuvo muy bien, derrochando talante, cordialidad y buen sentido pero también contundencia y claridad. En estos cuatro años ha madurado mucho, demuestra dominio de los temas, realismo, flexibilidad y claridad de ideas. En la hora (aprox.) que duró el encuentro expuso lo hecho y lo pendiente de hacer en economía (macro y micro), ETA/terrorismo, legislación sobre derechos civiles, relaciones Iglesia/Estado, autonomías y la política de la oposición que salió bastante mal parada.

Iñaki Gabilondo, que no parecía él mismo pues estaba subyugado con el verbo del Presi, lo dejó ir sin hablar una sola palabra de política internacional ni (lo que es más grave) de la Unión Europea. Y en los asuntos que tocó, permitió que el señor Rodríguez Zapatero se luciera. Lo que me parece muy bien porque tenía muchas cosas que decir y fue verdaderamente interesante. Pero el periodista tenía que haberlo acosado algo más, no dejarlo irse de rositas en los asuntos del aborto y la eutanasia ni tampoco en la negociación con ETA que será inevitable, a mi juicio, siempre que la organización de pistoleros deponga las armas.

Pequeña digresión sobre el fracasado "proceso de paz", que ocupó buena parte de la entrevista: el señor Rodríguez Zapatero habló con claridad e hizo especial hincapié en la deslealtad de la oposición, torpedeando toda la negociación. Y ahí se quedó. Pero los demás podemos ir un poco más lejos y poner de manifiesto la coincidencia objetiva de intereses entre ETA y el PP (si también lo es subjetiva, que lo digan ellos) a lo largo del episodio. La mejor prueba es cómo, una vez rota la tregua, ETA y su mariachi trataron de emponzoñar la vida política española haciendo sensacionales revelaciones acerca de no se sabe cuántos supuestos compromisos que el Gobierno aceptó y luego violó; revelaciones que eran munición para la oposición destructiva del PP quien siempre ha dado más crédito a los asesinos que al Gobierno.

En el campo de la inmigración, el señor Rodríguez Zapatero estuvo brillante poniendo de manifiesto cómo el señor Rajoy, que dejó una bolsa de setecientos mil inmigrantes ilegales, es el menos adecuado para hablar después de que ahora haya un millón doscientos mil. Iñaki Gabilondo se dejó llevar otra vez al huerto del Presidente que explicó con detalle todo lo que su Gobierno ha hecho en este campo pero también pudo irse de rositas sin contestar a la pregunta de cuántos ilegales hay ahora.

En resumen, si el señor Rajoy quiere conservar una tenue esperanza de no perder las elecciones por goleada es mejor que no acepte debate alguno en la tele con el Presidente. Por su bien.

(La imagen es una foto de guillaumepaumier bajo una licencia Creative Commons

El pasado devora a Rajoy.

No estuvo afortunado el señor Rajoy el otro día al sacar a relucir en tono ominoso la cuestión de la inmigración en España. La cantidad de un millón doscientos mil ilegales que esgrimió no tiene base alguna, es una pura invención. Pero, además, resulta que siendo él ministro del Gobierno anterior, los inmigrantes ilegales llegaron a ser ochocientos mil. Si en su momento no supo qué hacer con ochocientas mil personas, ¿de dónde se sigue que sí sabrá con un millón doscientas mil? Igualmente, su propuesta de un llamado "contrato de integración", de no ser un trámite administrativo infamante, es algo absurdo a fuer de inútil. Los inmigrantes, como los nativos, tienen que cumplir las leyes, firmen o no firmen un contrato, ¿para qué pues el tal contrato? Por lo que parece, para ganarse la voluntad de ciertos sectores de la población que, teniendo que convivir con densidades altas de inmigrantes y víctimas del hartazgo del roce y bastantes prejuicios, suscribirían en un primer momento medidas autoritarias, capaces de "poner fin" no se sabe si a la inmigración sin más o a la concentración de inmigrantes en determinadas zonas.

Dicho en plata: sacar votos alimentando la xenofobia. Las últimas encuestas le dan la razón, pero eso no es óbice para seguir considerando que su propuesta no es de recibo.

Pues bien, ayer pasamos de la inmigración a la seguridad y la delincuencia, un territorio este siempre muy querido de las derechas que tienden a ver alteraciones del orden público y problemas de inseguridad donde quiera que haya algo de agitación. Pero, en el caso concreto del señor Rajoy es un terreno peligroso, de arenas movedizas, como puede verse en el gráfico presentado por el Gabinete de Estudios de Seguridad Interior de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior donde se aprecia que la tasa más alta de homicidios se produjo en los años de gobierno del PP, con un pico en los años de 2002/2003, cuando el señor Rajoy era Vicepresidente. Así que no es de extrañar que en aquellos años siendo tan elevada la tasa de homicidios se considerase a España como el país más peligroso de la UE. Resulta cuando menos pintoresco que vaya por ahí dando lecciones de seguridad y prometiendo dotaciones de policía y guardia civil sin cuento precisamente quien tiene el triste honor de poner la tasa de homicidios en su punto más alto jamás alcanzado. No sé quiénes serán los asesores electorales del señor Rajoy, pero no están ganándose el sueldo.

dilluns, 11 de febrer del 2008

No callarán.

El destino, que es ciego y juguetón, quiso que en sendos mítines de precampaña electoral de los señores Rodríguez Zapatero y Rajoy el uno en la plaza de Vistalegre, Madrid, y el otro en Don Benito, Badajoz utilizaran prácticamente las mismas expresiones, algo así como: No me callo y os pido a vosotros que no os calléis, más o menos. Ninguno está dispuesto a callarse. Viene aquí a la memoria el "¿Por qué no te callas?" del Borbón a Chávez. Mirá vos lo que pudo responder el pibe. Y no lo hizo porque diz que no lo oyó. Pues ya es duro de oído.

Aunque no fuera más que por lo que se oye en los discursos electorales, la democracia ya tendría carta de ser el mejor sistema político porque es el que permite hablar en público de los asuntos colectivos. Luego cada cual defenderá unos intereses, pero ahí se habla de sanidad pública, educación, inmigración, el sentido de España, la nación, la memoria histórica, el canon, el medio ambiente, la vivienda, la crisis económica, etc, etc. Está bien que no se callen y mejor que no manden callar. Con la fabulosa cantidad de medios que hay hoy, en los procesos electorales se acumula ingente cantidad de información sobre programas, debates, decisiones, conflictos, etc. Es decir, el que no está informado es porque no quiere y el que se abstiene lo hace con suficiente conocimiento de causa.

No se sabe si por fin habrá debates en la tele o no pero, con lo que los dirigentes están largando en forma monologal, ya puede el electorado ir haciéndose una idea. Y, de hecho, es lo que sucede. Los sondeos coinciden en dar ventaja al PSOE, cosa bastante lógica a la vista de los cuatro años de legislatura, los cuatro años de oposición y el guirigay montado y apenas oculto en el seno del PP. Lo extraño es que esa ventaja no sea mayor.

En cuanto al siempre peculiar País Vasco, parece que los abertzales, a los que no dejan presentarse a las elecciones, dada su manía de seguir conchabados con los asesinos de ETA, a los que ellos y sus apologetas llaman "organización armada" van a propugnar el voto nulo o en blanco. Es una forma peregrina de "estar en las elecciones", como sostenían, y también un modo de conseguir que el voto en blanco no esté en blanco, aunque sólo sea a efectos morales.

Primarias: al negro vivo.

El señor Obama ha dado otro revolcón a Mrs. Clinton en los caucuses de Maine: 59%-41%. Se repite la pauta que está dándose desde el principio: altísima participación, voto juvenil y parte del voto blanco por Mr. Obama. A la señora Clinton casi no le quedan ya ni las mujeres. Quizá tenga que volver a meter en campaña a su señor marido, con lo que los Clinton volverán a ser los Clanton. Muy preocupada ha de estar la dama, sobre todo porque en las consultas del próximo marte, Virginia, Maryland y Washington D.F., con 239 delegados en el alero, Mr. Obama lleva la cabecera en los sondeos. Al final va a resultar que gana la nominación el señor Obama y los Estados Unidos tienen su primer presidente negro (mulato) en su historia. Esto es más de lo que podía soñar el señor Martin Luther-King.

En el campo republicano también se agitan las aguas profundas. Cuando todo parecía preparado para una victoria de Mr. McCain, se cruza la oferta del freak, el cura Huckabee, que mantiene abierta la situación en el Partido Republicano, presa de la incertidumbre. Ayer hubo de acudir el señor Bush más claramente en defensa de su antiguo adversario, el veterano de Vietnam, de cuyo "verdadero conservadurismo" salió garante.

Ya tendría gracia que, al final, las elecciones a presidente de los Estados Unidos fueran entre un negro y un blanco como el antiguo pastor baptista, uno que cree a pies juntillas que el mundo lo hizo Dios así como al hombre a su imagen y semejanza, incluido él. De ser así, los dos se habrían impuesto en contra del saber convencional y los intereses de los aparatos de los respectivos partidos. Una revolución. Dentro de lo que cabe.

El republicanismo cívico de Rodríguez Zapatero.

Philip Pettit, catedrático de Teoría Política de la Universidad de Princeton, es una reconocida autoridad internacional en materia de republicanismo cívico, tendencia de la filosofía política contemporánea que ha contribuido a desarrollar decisivamente en algunas de sus obras, singularmente la más conocida y traducida al español por Antonio Domenech, Republicanismo. Una teoría de la libertad (Barcelona, Paidós, 1999). En esta ocasión Pettit ha escrito un libro que podríamos llamar de recapitulación teórico-práctica (Examen a Zapatero, Madrid, Temas de hoy, 2008), aplicando las concepciones republicanas a los cuatro años del gobierno socialista.

El origen del libro radica en una conferencia que el por entonces recién elegido presidente del Gobierno español y seguidor de sus enseñanzas, le invitó a dar en 2004. En aquella ocasión, Pettit se preguntaba si el PSOE en el Gobierno sería capaz de llevar a cabo las exigencias de tal concepción republicana o sucumbiría a las necesidades de la política práctica. El señor Rodríguez Zapatero lo invitó a regresar a España en 2007, a menos de seis meses de las elecciones, para hacer un balance de la legislatura. Pettit lo hizo, volvió, pronunció una conferencia con su examen de la política del Gobierno socialista (capítulo 1 de este libro); respondió a las objeciones y críticas que se le hicieron, desarrollando de paso las ideas del civismo republicano (capítulo 2); hizo luego una extensa entrevista al señor Rodríguez Zapatero (capítulo 3); y añadió por último una recapitulación general sobre el republicanismo cívico que constituye la versión más actualizada hasta la fecha de su doctrina (capítulo 4).

Mientras leía el libro, que es una especie de informe sobre las relaciones entre un intelectual y un gobernante, me vino varias veces a la memoria, mutatis mutandi, la turbulenta relación entre Platón y Dionisio de Siracusa uno de los primeros ejemplos de esa fascinación que sienten los filósofos por adoctrinar a los gobernantes y que, ya se sabe, terminó como el rosario de la aurora. En este caso, la relación parece haber sido muy pacífica y fructífera: el señor Rodríguez Zapatero es seguidor del republicanismo de Pettit; a punto de terminar su mandato, se somete a una valoración del maestro y obtiene, entiendo, una nota alta. Estoy de acuerdo. Para mí también la tiene.

El republicanismo de Pettit hace especial hincapié en dos o tres conceptos básicos que, según él, lo distinguen del liberalismo, del cosmopolitismo y del comunitarismo, esto es, las otras tendencias de la filosofía política actual y que son: la condición cívica o dignidad ciudadana en la que Pettit insiste con reiteración, hablando de que las personas se miren directamente a los ojos unas a otras, pues no haya sumisión; la libertad entendida como "ausencia de dominación"; la constitución "mixta" y la protección de las personas frente a los poderes privados y el poder público.

Luego de repasar la labor del Gobierno socialista en estos años, Pettit considera que ésta es muy estimable. Alaba en especial las leyes de progreso social (igualdad de género, de dependencia, contra la violencia, etc) (p. 39) y cree que el Gobierno ha cumplido en la protección de los ciudadanos frente a los poderes privados, por ejemplo, la Iglesia católica, (p. 49) y al poder público representado por él mismo, por ejemplo en la reforma del régimen de RTVE o la de los estatutos de utonomía, singularmente el catalán (p. 59).

En el capítulo segundo, Pettit aborda las objeciones que su conferencia suscitó en su auditorio y en el exterior, especialmente las que le dirigió el director de El mundo, señor Ramírez. Yo añadiría alguna otra. Por ejemplo, no creo que la acción del Gobierno en relación con las pretensiones de la Iglesia católica haya sido acertada y la prueba está en la virulencia del enfrentamiento de la jerarquía con la autoridad. Y tampoco creo que el autor haya calibrado la complejidad de algún problema autonómico, en concreto el vasco. Su argumento de que no hay peligro de "balcanización" de España, como sostiene la derecha, porque los países de la UE no aceptarían el ingreso de una región independizada de un Estado miembro (pág. 75), simplemente no me parece de recibo, porque soslaya el problema de fondo del reconocimiento o no del derecho de autodeterminación. Entiendo que esa restricción favorece al Gobierno pero no me parece aceptable desde el punto de vista teórico. Si hay derecho de autodeterminación y parte del ahora territorio nacional escoge libre, pacífica y democráticamente la independencia ¿en qué autoridad moral se basaría un veto a su ingreso en la UE? ¿Desde cuándo es aceptable la represalia y la venganza?

La entrevista al señor Rodríguez Zapatero es muy interesante. Subrayo la pregunta por la Educación para la Ciudadanía y la acertada respuesta del presidente del Gobierno, hablando de la necesidad de contrarrestar las tendencias al individualismo y la insolidaridad de la sociedad actual (p. 109).

El último capítulo, ya dije, es una elaboración doctrinal sucinta y novedosa de la teoría del republicanismo cívico. Su definición de la libertad es muy convincente:

Libertad significa ausencia de control externo y se asegura sólo en ausencia de dominación, el no estar expuesto al poder de interferencia arbitraria por parte de otros.

Esta libertad se erige sobre una estructura de "gobierno mixto", que nunca he acabado de entender del todo bien en la obra de nuestro autor pues me parece una mezcla de la teoría de Polibio aplicada a la República romana (ilustre antecesora del republicanismo actual) y los cuerpos intermedios de Montesquieu. En cambio, me resultan convincentes las diferencias que Pettit traza entre su republicanismo y el libertarianismo neoliberal actual (en torno al Estado del bienestar), al cosmopolitismo, que considera utópico, y al comunitarismo, sospechoso desde el punto de vista de la autonomía del individuo.

La que nunca me ha quedado tan clara es la diferencia entre este republicanismo y la concepción clásica de la libertad como libertad de los antiguos en la famosa obra de Constant. A este respecto, Pettit recurre a un ejemplo que precisamente delata que el asunto es más complejo de lo que parece: equipara el gobierno y la política a una comunidad de vecinos: la junta directiva tiene que estar sometida al escrutinio de los propietarios, rendir cuentas, etc, etc (p. 176) todo muy cierto siempre que se acepte el punto de partida de Pettit reflejado en el supuesto siguiente:

Los propietarios querrán sujetar a los miembros de la comisión mediante la expectativa de una reelección periódica, haciendo que dicha reelección sea competitiva, de manera que su gestión como miembros de la comisión pueda ser cuestionada...

Aquí se parte del supuesto de que siempre habrá vecinos interesados en ocupar los puestos de mando y gestión. No sé cuántas comunidades de vecinos conocerá el señor Pettit; yo sé de algunas y en ellas es frecuente que nadie quiera ser miembro de la junta directiva y, al final, sea preciso recurrir a medios obligados como el orden de pisos o el sorteo. En tales casos (libertad de los modernos, de Constant) las ideas de los controles cívicos republicanos no son relevantes. Sin embargo, esto parece ser un requisito de su concepción cuando dice:

Pero para la mencionada constitución mixta resulta crucial que el pueblo se halle activamente comprometido con el gobierno, por ejemplo, a través de los movimientos sociales que monitorean y ponen en cuestión la acción del gobierno.

O sea, "libertad de los antiguos"; hay que participar, so pena de que Aristóteles nos declare bestias o dioses. Estoy seguro de que no está en el ánimo de Pettit, pero por esta vía nos acercamos peligrosamente a lo que alguien ha llamado la "democracia totalitaria", a la sorprendente pregunta de Rousseau: "¿Habrá que obligar a los hombres a ser libres?"

diumenge, 10 de febrer del 2008

Mire Vd: hasta ahí podíamos llegar.

El señor Rajoy concede una apasionante entrevista al 20 Minutos que éste dosifica sabiamente para mantener alta la tesión hasta el lunes. Como en las entregas del Guerrero del antifaz, la última viñeta reza "continuará" y uno se queda pensando con qué nuevo sector de la población querrá enemistarse mañana el candidato del principal partido de la oposición que, al parecer, le ha cogido el tranquillo a la condición opositora.

Anteayer fueron los inmigrantes que son unos cuatro millones. Sólo votarán los nacionalizados, claro, pero a esos se los ha ganado el señor Rajoy con su idea de someter a los (nuevos, supongo) inmigrantes a un absurdo contrato. Y digo absurdo porque es obvio. Si el señor Rajoy quiere amontonar garantías de seguridad que expida una hoja de entrada en el país que pregunte lo que quiera al inmigrante, por ejemplo ¿viene Vd. a delinquir? y que cada cual se atenga a las consecuencias. Ahí entra el sonriente señor de la foto más abajo que anuncia que combatirá la inmigración ilegal. ¿Cómo? No se sabe, no lo dijo en la entrevista de Iñaki Gabilondo. Pero la combatirá, no faltaba más. Un ejército que cifró e 1.200.000 personas hoy en España; 1.200.000 "ilegales". No sé cómo va a "combatir" a 1.200.000 personas.

Después de los inmigrantes, los gays, que no sé cuántos serán pero seguro que un buen puñado entre quienes lo son y quienes creen que tienen derecho a serlo y que no son exactamente los mismos, aunque el señor Rajoy crea que sí. Quiere dejarlos sin derecho a adoptar niños. Este señor Rajoy es un estereotipo de la ambigüedad galaica, que acaba cabreando a todo dios: se puede ser gay; los gays pueden casarse entre sí (si bien objeta al término matrimonio, dice que estará a lo que diga el Tribunal Constitucional), pero en el derecho de adopción, dedo en el ojo.

¿Qué puede pasar a los niños adoptados por homos? ¿Que crezcan enfermos de cualquier tipo de patologías? Eso pasa también con los hijos adoptados por los heteros. ¿Que sufran abusos? Más los sufren de los heteros e, incluso, de los curas, que no se sabe si son homos o heteros ¿Que serán homos también? Aparte de que eso sucede igualmente en matrimonios heteros, lo obvio es que, si se quiere decir que ser homo es algo que ha de "curarse", había que empezar por no permitir ser "gay", igual que no se permite tener hepatitis. Los razonamientos del señor Rajoy suelen ser así de confusos, de forma que nadie sabe si el señor Rajoy sube o baja la escalera. Ni el señor Rajoy.

También la ha tomado con los artistas que le han montado el habitual pollo respaldando en masa al señor Rodríguez Zapatero. Me juego algo a que hoy o mañana sale alguien de la derecha insultándolos y llamándolos "bufones", "payasos", "titiriteros" o "saltimbanqui". Hoy ya les han llamado "estómagos agradecidos". Es la eterna confrontación entre el austero don Cicuta y el alegre goliardo. Nadie se atreva con la farándula si no quiere salir trasquilado. Meterse con Pedro Almodóvar es hacerlo con uno de los españoles más conocidos, respetados y admirados en el extranjero. Así que el asunto pinta crudo.

En lo de la memoria también se ha enfrentado con quienes quieren cultivarla y resolver los casos que les tiene planteados. Ni un duro a quienes quieran desenterrar a sus antepasados, paseados entre vivas a España. ¿Y qué les diría ya que va a dejarlos sin dinero? Que miren hacia delante. Ya le vale.

Mire Vd.: hasta ahí podíamos llegar, ¿los gays adoptando niños? Anda y que les den.

dissabte, 9 de febrer del 2008

Las primarias prometen.

Estas primarias están resultando peculiares y accidentadas. Lo que empezó siendo de una manera puede acabar de otra. La noticia del abandono del candidato Mitt Romney, el republicano mormón y millonario se difundía el jueves como un reguero de pólvora por todos los medios, prueba de que las presidenciales estadounidenses son un acontecimiento planetario, que se sigue en todas partes con gran expectación puesto que, guste o no guste, los EEUU son el gendarme mundial.

Mr. Romney, que se había gastado ochenta y tantos millones de dólares de su bolsillo en su proyecto de alcanzar la Presidencia, reunió a unas docenas de simpatizantes y les contó que se retiraba para permitir una reunificación del Partido Republicano que lleve a la derrota de los demócratas. Su instinto de hombre de negocios no le impidió perder ochenta y tantos millones de dólares, pero le hizo entender que si se quedaba a la par con el cura Huckabee y a mucha distancia del favorito McCain, perdería otros tantos. De este modo, en cambio, con una retirada digna, podía conservar esperanzas de que se le designe candidato a la Vicepresidencia en la Convención Nacional del Great Old Party (GOP).

El viernes, pensando que se había terminado el primer tramo de las primarias republicanas, el señor Bush, en un discurso a un grupo de ultraconservadores, el Conservative Political Action Committee, sentó plaza de gran estadista, diciendo que el GOP debería reunificarse en apoyo de quien fuera nominado como candidato y, aunque no mencionó expresamente al señor McCain, todos los analistas piensan que el discurso era en su apoyo. Lo que no está claro es si eso es bueno o malo para Mr. McCain, teniendo en cuenta que el índice de popularidad de Mr. Bush está en un 33%, el más bajo de la historia de los presidentes de los EEUU. Y muy alto que sigue pareciéndome para un Presidente que, tras afirmar enfáticamente nosotros no torturamos, ha autorizado, según se ha demostrado en sede parlamentaria, la práctica de la tortura llamada "de la bañera". Quizá no sea bueno ante el electorado en general, pero sí lo fue ante los miembros de la organización ultraconservadora que un día antes habían recibido a Mr. McCain con una mezcla de aplausos y abucheos.

Quieran los estrategas o no, el Partido Republicano está dividido. Los ultraconservadores, los fundamentalistas cristianos no consideran conservador a McCain. El jefe de uno de estos grupos, de los evangélicos, el muy influyente James Dobson, ha comprometido su voto por Huckabee y anatematizado a McCain. O sea que, aunque de momento hay una diferencia de unos cuatrocientos delegados entre el senador por Arizona y el cura exgobernador de Arkansas, la nominación del primero puede no ser tan coser y cantar como parece. Huckabee tiene apoyos y comunica muchísimo mejor que McCain. Su mensaje está repleto de barbaridades populistas, de esas que encantan a los estadounidenses de pura cepa, los de "una nación fundada en presencia de Dios por gente temerosa de Dios". Porque se vea que no me invento nada: el menda propone inhabilitar a todos los jueces que invoquen en sus decisiones el Derecho Internacional.

En el campo interior, Huckabee no quiere oír hablar de reducción de impuestos porque planea abolir el de la renta. Cero impuesto sobre la renta. Eso no lo han oído aún los señores Rajoy y Pizarro. Nada de reducciones, deducciones, exenciones y tramos: cero IRPF, ¿eh? ¿Qué tal? Por si acaso, anoche Huckabee ganó el caucus de Kansas, donde los evangélicos son predominantes. Y, al escribir esto, estaba prácticamente empatado con Mr. McCain en Nebraska y Washington. Una diferencia de un punto porcentual puede ser decisiva ya que los republicanos aplican criterio mayoritario. El mismo Huckabee dice que no se licenció en matemáticas, sino en milagros y que cree en ellos. De momento, el milagro sigue y McCain, hasta ahora favorito indiscutible, puede tenerlo crudo.

En el campo demócrata las cosas están igualmente muy liadas. La señora Clinton y el señor Obama andan empatados. Ayer, sábado, el segundo ganaba cómodamente dos caucus (Washington y Nebraska) por grandes márgenes, así como las primarias de Louisiana. Hoy por la noche se decide el Estado de Maine. La señora Clinton no despega.

La contienda demócrata puede durar hasta la convención si ninguno se los candatos obtiene antes los 2025 delegados que se precisan para la nominación. Y ambos están lejos. A estas alturas tampoco serviría ya que el Comité Nacional Demócrata CND) resolviera el problema que se creó con el castigo a los Estados de Florida y Michigan (el tercero y el quinto de la Unión en cantidad de delegados) por haber adelantado las primarias y consistente en suprimir sus delegados, que son 210 en el caso de Florida y 156 en el de Michigan. En su mayoría corresponderían a la señora Clinton, que ganó en ambos Estados pero porque Mr. Obama y Mr. Edwards se negaron a hacer campaña en ellos. Para las subsiguientes competiciones, en Virginia, Maryland y el distrito de Columbia, el señor Obama va ganando en las encuestas. ¿Raza? ¿Género? Difícil de decir.

Doy cuenta de un fenómeno que demuestra cómo la blogosfera está presente por doquiera. Decía yo hace unos días que la idea de un tándem Clinton/Obama, siendo prometedora no es muy posible. Pues bien, como los EEUU son un mundo, se ha puesto en marcha una campaña que propone que se produzca una alianza entre Mrs. Clinton y Mr. Obama.La idea es que así los demócratas tendrían dieciséis años en la presidencia, ocho con la señora Clinton de presidenta y ocho de vicepresidenta, y lo mismo pero a la inversa para el señor Obama; o al revés. La campaña se llama 16yearplan. Quizá sea por eso por lo que Mrs. Clinton dijo anoche en Maine que esperaba contar con el señor Edwards en todo lo que emprendiera. No es una promesa de vicepresidencia pero está claro que trata de absorber a los delegados que la retirada de Mr. Edwards deja en el aire.

Al final es posible que ninguno de los dos candidatos llegue a la Convención con los 2025 delegados, razón por la cual, intuyen serán imprescindibles los llamados "superdelegados", o sea, los delegados que son cargos del partido y no tienen el voto comprometido, que son los que están trabajándose ahora. Hasta podría resultar que fueran estos quienes decidieran la nominación del candidato demócrata y eso después de que todo el mundo diga que en los EEUU los partidos no pintan nada.

En favor del doctor Montes y de la sanidad pública.

La campaña que se ha iniciado en la blogosfera a favor del Doctor Montes y de los otros profesionales vilipendiados y perseguidos por el gobierno de la Señora Aguirre en la Comunidad de Madrid es más que un movimiento de solidaridad a favor de las víctimas de un manifiesto abuso de poder, que ya es bastante pues constituye un deber elemental de solidaridad alzar la voz cuando se cometen tales injusticias. Es más también que una acción en pro de la sanidad pública, en defensa de los intereses generales contra las maniobras privatizadoras de unos gobernantes que sólo atienden a los (sus) intereses privados, que también es mucho. Esa campaña es una cuestión de principios y en ella nos jugamos asuntos de enjundia. Hay que poner coto a los desmanes de un poder reaccionario y arrogante que no solamente recurre a la mentira y la demagogia sistemáticas y desobedece los fallos de los tribunales de justicia, considerándose por encima de la ley, sino que se niega a rendir cuentas a los ciudadanos, tratándonos no como a tales sino como a siervos. Esa campaña, por lo tanto, constituye un deber cívico y no debemos cejar en ella hasta alcanzar nuestros objetivos:

  • reposición del doctor Montes y otros represaliados en sus puestos;

  • petición pública disculpas de las autoridades a los damnificados y a la población en general;

  • cese fulminante del consejero, señor Lamela, responsable del atropello.

    La campaña en marcha comprende en primer lugar una recogida de firmas, que irá seguida luego por otras movilizaciones y actividades. Quien quiera firmar ya que pinche aquí. Hay que acabar con la arrogancia y la impunidad de estos retrógrados.

    (La foto es de Olmo González, bajo licencia de Creative Commons.

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  • Votar a la izquierda.

    Hace ocho años, poco antes de las elecciones de 2000, se fraguó a toda prisa una especie de lamentable pacto electoral entre el PSOE e IU que constituyó un desastre. Un par de años antes había publicado servidor un artículo en El País del 12-6-98,titulado La unidad de la izquierda en el que venía a decir que tal unidad no me parecía recomendable ni aceptable. Mandaba por entonces en IU el señor Anguita, cuya animadversión al socialismo era mayor que la que decía sentir hacia la derecha, lo que le había empujado a formar una especie de alianza de hecho con el señor Aznar para ir contra el señor González. La famosa "pinza" la había propiciado el director de El Mundo, señor Ramírez, en una hábil maniobra consistente en halagar la inmenmsa vanidad del señor Anguita y moderar la no menos inmensa soberbia del señor Aznar.

    En esas condiciones, pensar en una unidad de la izquierda era descabellado y siguió siéndolo cuando el señor Frutos sucedió al señor Anguita y el señor Almunia al señor González. La realidad se encargó de demostrarlo con un considerable batacazo electoral del PSOE e IU en las elecciones de 2000.

    Desde entonces las cosas han cambiado mucho, sobretodo en IU. El odio tradicional de los comunistas hacia la socialdemocracia traidora parece haberse mitigado un tanto y, desde luego, el estilo innovador, flexible y crítico introducido por el señor Llamazares, aunque haya chocado con los sectores más anquilosados del PCE, abre perspectivas nuevas a IU que, al fin y al cabo, constituye la única esperanza de supervivencia de una formación a la izquierda del PSOE. Hoy no es verosímil que el Partido Comunista de España pueda presentarse en solitario a unas elecciones, dado el declive que en toda Europa ha padecido esta corriente desde los años de 1991 en adelante. El ejemplo de las últimas elecciones presidenciales y parlamentarias francesas, donde el PCF ha coronado una trayectoria de sonoros fracasos con otro aun más llamativo así lo indica.

    Que el señor Llamazares y lo que representa constituye una esperanza viable para IU porque habla un lenguaje que la gente de la izquierda puede volver a aceptar, ya que no confunde la jerarquía de enemistades como hacía el señor Anguita, puede observarse en la última entrevista publicada en el 20 Minutos, en la que afirma que "IU está abierta a gobernar con el PSOE". Esa afirmación es un paso decisivo hacia la configuración de una unidad de la izquierda de verdad que resultaría muy prometedora. Es más, ya vengo diciendo hace un tiempo que, de tener la garantía de que IU contribuiría a formar un gobierno leal de la izquierda en lugar de torpedear al PSOE, se abriría la posibilidad de que las consideraciones del voto útil dejaran de jugar en su contra. Pero ha de ser una garantía sólida. A nadie de izquierda podría satisfacerle que el voto a IU fuera útil... al PP. Cómo se arbitraría esa garantía es cosa que corresponde a los respectivos dirigentes de ambas formaciones, ya que contaría con un considerable respaldo, como puede verse en la encuesta que publicaba ayer El País. La posibilidad de un gobierno de la izquierda tiene muchas simpatías en el electorado al que le gusta ver que un PSOE sin mayoría absoluta no se convierte en rehén de unos u otros nacionalismos y, al contrario, se echa un poquito hacia la izquierda, que buena falta está haciéndole. ¿Por qué no aborda la cuestión el señor Rodríguez Zapatero? Sin duda la sola posibilidad haría que la derecha empezara a hablar de la coalición "social-comunista", como hizo el señor Aznar en 2000. Pero eso ya no asustaría a nadie.

    El señor Llamazares ha dado un primer paso. Convendría que el señor Rodríguez Zapatero diera otro. Merece la pena explorar esa posibilidad. Cuando menos explicitar que si sumados los votos y escaños de los dos partidos de la izquierda consiguen mayoría absoluta van a gobernar en coalición. Esa sería la fórmula para movilizar el voto de (casi) toda la izquierda.


    (La imagen es de Petezin,bajo licencia de Creative Commons).

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    divendres, 8 de febrer del 2008

    Polifonía etarra.

    Notable variedad de registros de ETA. Tan pronto hace una declaración programática en el diario Gara que suena como una bomba como pone una bomba que suena como una declaración a Gara. ¿Las motivaciones? Etálogos tiene la Iglesia que las explicarán con pelos y señales. Supongo que este bombazo a las puertas del juzgado de Bergara es la forma que tiene la cuadrilla de protestar por la inicua detención de ese preclaro estratega que es el señor Barrena. Hay que hacer un poco de ruido para que los maketos, txakurras y gorrinos no crean que se puede andar aplicando la ley y la democracia en el sacrosanto suelo de Euskal Herria sin pedir antes permiso al capo mafiosi. Y sobre todo los jueces, que los jueces sepan que, cuando menos lo esperen, les pueden volar la cabeza, ya que tienen la fea costumbre de emplearla para pensar en vez de para embestir, como prescriben los principios del gudari revolucionario.

    ¡Rajoy y cierra España!

    Si piensan, deben de pensar que los demás no piensan. Cada vez que los señores de la derecha abordan una cuestión de esas que los sondeos sitúan entre las que "más preocupan a los españoles" (las otras no parecen interesarles) y le dan un repasito, dejan al auditorio haciéndose cruces sin saber si son reaccionarios porque son insensibles o son insensibles porque son insensatos. Tras unos días vaticinando el apocalipsis a cuenta de los datos económicos con tanta animación que pareciera que se alegraran ayer tocó zafarrancho de inmigración. El señor Rajoy anunció que, de ganar las elecciones -acontecimiento harto improbable- hará que los inmigrantes firmen un contrato con el que se comprometerán a cinco cosas, tres de ellas malévolamente necias y las otras dos ominosas.

    Las primeras son: a) cumplir la leyes, como si esta no fuera una obligación obvia de todo el mundo, inmigrante o nativo; b) pagar los impuestos que, al parecer, no es algo obligado por ley; y c) aprender la lengua, cosa generalmente imprescindible si se quiere trabajar. Las dos ominosas son: d) en caso de no encontrar un trabajo, se volverán a su casa (¡y uno que creía que los inmigrantes legales venían ya con su contrato de trabajo!); y e) adaptarse a las costumbres españolas. Dado que lo de las costumbres españolas es algo tan impreciso y ambiguo como las ideas del señor Rajoy, no hay duda de que, de salir adelante propuesta tan retrógrada, los inmigrantes estarán a merced de los caprichos de los amigos del señor Rajoy en materia muy evanescente. Y los autóctonos también. Las corridas de toros, por ejemplo, parecen ser costumbre reciamente española. Como yo no asisto a esos espectáculos que me resultan repugnantes, ¿he de entender que peligra mi nacionalidad? ¿Querría acaso el señor Rajoy deportarme? Ganas no le faltarán, seguro.

    Resulta claro que esta propuesta es xenófoba y racista ya que da por sentado que los inmigrantes vienen a incumplir las leyes, defraudar a la Hacienda Pública y cargarse la Constitución, y no a trabajar, sacar adelante a sus familias, labrarse un futuro en nuestro país que, además, se beneficia extraordinariamente de su presencia aquí. Por si no se hubiera entendido suficientemente bien al señor Rajoy, apuntaló luego sus despropósitos ese prodigio de la verborrea insultante que es el señor Arias Cañete, diciendo que los inmigrantes abusan del servicio de urgencias del sistema nacional de salud que está colapsado por su causa. ¿Por qué nadie aclara a estos demagogos que es al revés, que los inmigrantes consumen menor cantidad de recursos públicos de la que contribuyen a financiar? ¡Qué pregunta! Como si no lo supieran. Explicarlo es inútil pues no están interesados en la verdad sino en atizar los miedos, los odios a los diferentes, las fábulas y los cuentos para conseguir más votos, aunque para ello se carguen la paz civil.

    Por la noche, el señor Rajoy concedió una entrevista en la cuatro a Iñaki Gabilondo que no tuvo desperdicio. Estaría bien comentarla por entero, valorar la alta categoría de entrevistador del señor Gabilondo y el penoso espectáculo que dio el señor Rajoy que, acosado por el presentador no supo si no recurrir a topicazo y vaguedades. Pero no ha lugar aquí, salvo en lo relativo prtecisamente a la inmigración. Protestaba el presidente del PP de que la regularización de los 600.000 inmigrantes que realizó en 2005 el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero había ocasionado un "efecto llamada" por el cual en este momento hay en España un millón doscientos mil inmigrantes ilegales (o clandestinos) más. Cantidad que soltó triunfante dibujando un horizonte de futuro incierto. Perdió la ocasión el señor Gabilondo de averiguar cómo había llegado su entrevistado a tan precisa cantidad si se trata de inmigrantes "ilegales" o sea, no registrados. Pero no perdió en cambio la de preguntarle qué pensaba hacer con ellos si alcanzaba la presidencia del Gobierno. Apabullado el señor Rajoy, no supo qué contestar y se limitó a balbucir que "desde luego, regularizarlos, no". O sea, ya sabemos lo que el señor Rajoy NO hará con ese 1.200.000 almas en pena que, según él, vagan por los caminos de España; pero nos hemos quedado sin saber lo que hará, si gana. Pero, para no hacer algo no es necesario elegir un presidente del Gobierno pues puede seguir sin hacerlo tan ricamente en su casa.

    Así es todo: agobian al personal con sus negros vaticinios pero luego no saben aportar una sola solución práctica. Menos mal que tampoco es necesaria, dado que los problemas que los abruman se los han inventado. En este caso concreto de la inmigración, sin embargo, esa actitud es particularmente detestable porque: a) trata de aprovecharse de una colectividad en situación de especial desvalimiento; b) ignora el evidente beneficio que la inmigración aporta a nuestro país, infinitamente superior a los inconvenientes que ocasione; y c) sobre todo, olvida que si hoy somos lo que somos y atraemos emigrantes es gracias al sacrificio de generaciones y generaciones de españoles que marcharon al extranjero en procura de las oportunidades que los iguales al señor Rajoy les negaban en España. Olvida que España fue durante siglos una nación de emigrantes. Olvida que el primer deber de los cristianos -y el señor Rajoy dice serlo- es acoger a los inmigrantes con corazón magnánimo, pues su Dios les recuerda continuamente que ellos fueron inmigrantes.

    Pero estos liberales sólo se ocupan de los inmigrantes para coaccionarlos y amenazarlos. ¿O alguien ha olvidado cómo el señor Losantos intimidaba por la radio a los ecuatorianos residentes en Madrid que querían movilizarse con las víctimas del terrorismo recordándoles qué partido gobernaba dicha Comunidad, cual si dependieran de sus mercedes como los siervos lo hacían de los señores en la Edad Media?

    (La primera imagen es de Jaume d'Urgell bajo licencia de Creative Commons. La segunda, un monumento al inmigrante, es de Julianrod, también bajo licencia de Creative Commons).