Espero que algún alma caritativa calcule las respectivas audiencias de las entrevistas de Iñaki Gabilondo a los señores Rajoy y Rodríguez Zapatero. For the record. Ya disponemos de un dato. Los televidentes dirigieron algo más de cinco mil preguntas al señor Rajoy y algo menos de veinte mil al señor Rodríguez Zapatero. Está claro a quién esperan los españoles ver en La Moncloa después del nueve de marzo.
El señor Rodríguez Zapatero estuvo muy bien, derrochando talante, cordialidad y buen sentido pero también contundencia y claridad. En estos cuatro años ha madurado mucho, demuestra dominio de los temas, realismo, flexibilidad y claridad de ideas. En la hora (aprox.) que duró el encuentro expuso lo hecho y lo pendiente de hacer en economía (macro y micro), ETA/terrorismo, legislación sobre derechos civiles, relaciones Iglesia/Estado, autonomías y la política de la oposición que salió bastante mal parada.
Iñaki Gabilondo, que no parecía él mismo pues estaba subyugado con el verbo del Presi, lo dejó ir sin hablar una sola palabra de política internacional ni (lo que es más grave) de la Unión Europea. Y en los asuntos que tocó, permitió que el señor Rodríguez Zapatero se luciera. Lo que me parece muy bien porque tenía muchas cosas que decir y fue verdaderamente interesante. Pero el periodista tenía que haberlo acosado algo más, no dejarlo irse de rositas en los asuntos del aborto y la eutanasia ni tampoco en la negociación con ETA que será inevitable, a mi juicio, siempre que la organización de pistoleros deponga las armas.
Pequeña digresión sobre el fracasado "proceso de paz", que ocupó buena parte de la entrevista: el señor Rodríguez Zapatero habló con claridad e hizo especial hincapié en la deslealtad de la oposición, torpedeando toda la negociación. Y ahí se quedó. Pero los demás podemos ir un poco más lejos y poner de manifiesto la coincidencia objetiva de intereses entre ETA y el PP (si también lo es subjetiva, que lo digan ellos) a lo largo del episodio. La mejor prueba es cómo, una vez rota la tregua, ETA y su mariachi trataron de emponzoñar la vida política española haciendo sensacionales revelaciones acerca de no se sabe cuántos supuestos compromisos que el Gobierno aceptó y luego violó; revelaciones que eran munición para la oposición destructiva del PP quien siempre ha dado más crédito a los asesinos que al Gobierno.
En el campo de la inmigración, el señor Rodríguez Zapatero estuvo brillante poniendo de manifiesto cómo el señor Rajoy, que dejó una bolsa de setecientos mil inmigrantes ilegales, es el menos adecuado para hablar después de que ahora haya un millón doscientos mil. Iñaki Gabilondo se dejó llevar otra vez al huerto del Presidente que explicó con detalle todo lo que su Gobierno ha hecho en este campo pero también pudo irse de rositas sin contestar a la pregunta de cuántos ilegales hay ahora.
En resumen, si el señor Rajoy quiere conservar una tenue esperanza de no perder las elecciones por goleada es mejor que no acepte debate alguno en la tele con el Presidente. Por su bien.
(La imagen es una foto de guillaumepaumier bajo una licencia Creative Commons