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divendres, 22 de maig del 2009

Bravo por el Constitucional.

Me parece una sentencia fantástica la del Tribunal Constitucional en el recurso de amparo presentado por Inicitiva Internacionalista. Permítaseme la pequeña vanidad de decir que Palinuro ya la había delantado, en una entrada del sábado llamada La ilegalización, en la que se decía: "Ahora bien, la importancia de que los independentistas radicales hayan renunciado a la violencia abre tal cantidad de perspectivas que sería muy importante que se encontrara una fórmula política para conseguir que su candidatura estuviera presente en las elecciones del siete de junio. Sería la prueba de que en España no se ilegalizan ideas sino conductas, daría una imagen de normalidad a la vida política, demostraría que los demócratas somos magnánimos y si a la condena de la violencia siguiera la desaparición de ETA, quienes defendemos el derecho de autodeterminación de los pueblos en España podríamos volver a argumentar nuestra posición sin riesgo de que se nos confundiera con asesinos. Pero todo ello depende de que el Tribunal Constitucional decida otorgar el amparo. Y eso no puede prejuzgarse."

Pues lo ha otorgado y ha anulado el auto del Supremo. Entiendo que lo decisivo aquí ha sido que la organización haya condenado expresamente la violencia para la consecución de fines políticos. Ese sí que puede ser el fin del terrorismo etarra y quienes lo anhelamos deberíamos expandir la nueva: se condena la violencia, se condena la idea de emplearla para obtener fines políticos. Es decir, se condena a ETA. Es una época nueva. El Constitucional lo ha visto así y así, diplomáticamente ,lo refleja en su sentencia. Al tiempo que dice que "No es necesario, en este caso, oponer a los indicios manejados, dada su insuficiencia probatoria, el contraindicio de la condena del terrorismo" añade que: "sí resulta oportuno señalar que tal condena se ha verificado en la demanda de amparo –dato que no pudo conocer el Tribunal Supremo- en los siguientes términos y reprouce en extenso el texto de la declaración: “ Esta parte quiere manifestar de forma clara y sin ambigüedades, que la coalición electoral 'Iniciativa Internacionalista –La Solidaridad entre los Pueblos', así como los partidos que la integran, Izquierda Castellana y Comuner@s, nunca han utilizado medios que no sean estrictamente políticos para la obtención de sus objetivos programáticos, siendo el uso de la violencia completamente ajeno a su forma de acción y cultura política, por ello expresan un claro rechazo y condena del uso de la violencia para la obtención de objetivos políticos en el marco de un Estado democrático”.

Pues, nada, bienvenidos al campo del juego democrático, basado en el respeto incondicional a los derechos de los demás, el más importante de los cuales a nuestros efectos es el derecho a la vida.

Ahora es el momento en que pueden Vds. luchar por el derecho de autodeterminación de los vascos en los términos civilizados y pacíficos en que ha de entenderse la gente.

dimarts, 19 de maig del 2009

La ilegalización.

Hoy trato el asunto de la ilegalización de la candidatura Iniciativa Internacionalista en un artículo en Público, titulado Una ilegalización compleja en el que defiendo que dicha ilegalización es lógica en tanto los componentes de la candidatura se obstinen en no cumplir la Ley de Partidos, y que en España no se ilegalizan ideas (como sostienen falsamente quienes critican la ilegalización) sino comportamientos y hechos delictivos.

Ayer fue un día frenético en las redacciones de los diarios. Después de la ilegalización hubo la acostumbrada oleada de reacciones en pro y en contra. Ambas destilaban pasión; las primeras de alegría y las segundas, de ira. Pero la coalición estaba ilegalizada por decisión del Tribunal Supremo e ilegalizada iba a quedarse. Entonces, al final de la jornada, empezó a rumorearse que la coalición iba a condenar el uso de la violencia para conseguir fines políticos, iba a condenar a ETA; en definitiva, iba a cumplir la Ley de Partidos que es la condición que los independentistas se han negado a aceptar en diez ocasiones. Los alientos se contuvieron y, en efecto, por la noche llegó el comunicado de Iniciativa Internacionalista condenando taxativamente la violencia. Algo muy de felicitarse. El articulo mencionado más arriba ya recoge este giro de los independentistas y se felicita por él, formulando el deseo de que ojalá surta efectos políticos y jurídicos.

Porque ese es el problema ahora. Obviamente, los estrategas de Iniciativa podían haberlo pensado antes y no dejar que las cosas se pudrieran hasta la ilegalización del Tribunal Supremo. La explicación probablemente es que, en el fondo, no creyeron que el alto tribunal fuera a excluirlos y, al encontrarse con que sí lo hacía, tuvieron que improvisar un plan B a fin de no quedarse fuera de las instituciones, y que incluía los términos que hemos citado. Pero el hecho es que el fallo del Tribunal Supremo ilegalizando la formación es ya firme y el Tribunal Constitucional no puede hacer nada contra eso dado que las decisiones firmes del Supremo son para él "cosa juzgada", intangible. Algo distinto es que quepa el recurso de amparo por vulneración de derechos fundamentales que la candidatura ha interpuesto. En apoyo de esta queja viene la feliz decisión de condenar la violencia, que supone un giro de 180 grados en la actitud de Batasuna y los suyos. Pero la cuestión es si el Tribunal Constitucional puede otorgar el amparo cuando la supuesta vulneración que se aduce tendría que haberse producido no para llegar al fallo del Supremo sino después de dicho fallo, lo que se entendería, porque así sería, como un fraude de ley.

Ahora bien, la importancia de que los independentistas radicales hayan renunciado a la violencia abre tal cantidad de perspectivas que sería muy importante que se encontrara una fórmula política para conseguir que su candidatura estuviera presente en las elecciones del siete de junio. Sería la prueba de que en España no se ilegalizan ideas sino conductas, daría una imagen de normalidad a la vida política, demostraría que los demócratas somos magnánimos y si a la condena de la violencia siguiera la desaparición de ETA, quienes defendemos el derecho de autodeterminación de los pueblos en España podríamos volver a argumentar nuestra posición sin riesgo de que se nos confundiera con asesinos. Pero todo ello depende de que el Tribunal Constitucional decida otorgar el amparo. Y eso no puede prejuzgarse.

dimecres, 6 de maig del 2009

Lehendalópez.

Cayó el último bastión nacionalista en España. En este momento, de las tres Comunidades Autónomas (mal) llamadas "históricas", en ninguna gobierna un partido nacionalista si se exceptúa la participación de Esquerra Republicana de Catalunya en el tripartito catalán. Si esto es o no un vaticinio de lo que esté por venir lo dirá el porvenir cuando venga. Lo que sí ha quedado diáfano en los días que precedieron a la votación de investidura en el Parlamento de Vitoria y en la misma votación de investidura es que separar al PNV del Gobierno del País Vasco ha sido más difícil y laborioso que despellejar la res muerta.

El PNV estaba tan identificado con el país (al fin y al cabo su bandera, la diseñada por su fundador Sabin Arana, es la oficial de Euskadi) que ninguno de sus miembros más prominentes parecía ayer haberse mentalizado de que ahora toca oposición. Calentó la sesión el indómito vascón, expresidente del Euskadi Buru Batzar (EBB), señor Arzallus, tan indignado de lo que estaba a punto de pasar (¡rayos y truenos, el PNV desplazado de Ajuria Enea por un español, un maketo, un gorrino!) que lanzó un par de bravatas, de esas que sirven para engrasar luego las tertulias de la Brunete mediática durante meses. Dijo el señor Arzallus que, de seguir las cosas así, con esta agresión españolista, acabaría habiendo "una rebelión" en el País Vasco. Siempre están amenazando con rebeliones pero jamás sucede nada. Sabiéndolo, el mismo Arzallus pensó en algo aun más creíble: no participar en las elecciones españolas. Será creíble para él porque eso, el PNV, que es muchas cosas y entre ellas una sociedad anónima, no lo hará jamás. Pero es prueba evidente del grado de enajenación y desquiciamiento en que se encuentran los jeltzales ante la sorprendente realidad de que un López ocupe la Lehendakaritza.

En su discurso -último, pues abandona la política- el señor Ibarretxe, tan irritado como el señor Arzallus, pero menos hirsuto, dijo también cosas peregrinas y explosivas. Negó que el Gobierno del señor López represente a la mayoría de la sociedad vasca que, según el expresidente, es abertzale, punto de vista en el que coincide -y no es el único- con el señor Otegi. Añadió, en típica escalada verbal, que el Gobierno del señor López subordinaría los intereses del País Vasco a los de España. Este modo de encarar las relaciones del País Vasco con España muestra que no hay contacto ni acuerdo posible entre los dos nacionalismos, el vasco y el español. Para éste último el interés de España es eo ipso el del País Vasco y viceversa. Para el vasquista, al revés, el interés de España y el del País Vasco no sólo no coinciden sino que son antagónicos.

Después del señor Ibarretxe habló el señor Egibar, portavoz oficioso de los excluidos abertzales y afiliado a la corriente soberanista en su partido, quien también se negó a aceptar el resultado y señaló que el gobierno del señor López no era una alternancia normal en Ajuria Enea sino el triunfo del PP que será quien verdaderamente gobierne en la sombra. A su vez, desde el otro lado de la trinchera, desde esa sombra, el señor Aznar no se privaba de decir que el señor López debe su cargo al camino iniciado en su día en el país Vasco por el señor Mayor Oreja, muñidor de la primera alianza de hecho del nacionalismo español frente al vasco en Euskadi.

En realidad, aunque tanto el señor López como el señor Basagoiti estuvieron muy conciliadores, sobre todo el primero que se pasó todo el tiempo hablando de su "mano tendida" es muy difícil no visualizar la situación en Euskadi como una de dos frentes: nacionalistas vascos contra nacionalistas españoles, con el inconveniente de que este segundo pone en el mismo bando a los dos partidos que están radicalmente enfrentados en España. Esta asimetría entre las alianzas nacionales y autonómicas no es infrecuente en Alemania en donde a veces, como ahora, gobierna una coalición de los dos partidos mayoritarios (coalición roja/negra) que están a su vez enfrentados en los Estados federados o Länder y no en todos pues en algunos también se da la alianza rojo/negro. El experimento es meritorio y no se ve por qué no habría de salir en España igual que en Alemania o Austria. Detecto una opinión muy extendida en el sentido de que otorga al experimento corto recorrido. En mi opinión, la combinación será duradera por cuanto cualquier otra forma era peor, excepto la que el mismo Palinuro propuso en un artículo de Público, titulado El embrollo vasco, esto es, una alianza del PNV y el PSE con los señores Ibarretxe y López de Lehendakari cada uno de ellos dos años. No fueron capaces de hacerla y a fe que pueden lamentarlo porque estos dos pueden terminar la legislatura pero eso no quiere decir que la repitan.


(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 4 de maig del 2009

Fantasmas del pasado.

Otro que retorna y no vencedor. Después de su temporadita a la sombra el señor Arnaldo Otegi vuelve como si no hubiera pasado nada y, con su habitual desparpajo, responde el ministro español del Interior (que había dicho que la opción de ETA es que "lo deja o lo deja") devolviéndole el tropo al afirmar que la solución al conflicto en el País Vasco es "negociación o negociación" y sosteniendo que habrá una negociación. Una de las características más típicas de la enajenación mental es la crasa ignorancia de la realidad. Ya hubo una negociación; ya se la cargaron a bombazos le amigos del señor Otegi; ya dijeron los gobernantes españoles que no volvería a haber negociación. ¿De dónde saca el señor Otegi que la habrá a pesar de todo? Sólo se me ocurren dos posibilidades: la ya citada enajenación mental o bien la chulería habitual y el matonismo de los proetarras que, amparados en las pistolas, piensan que los términos de la realidad los dictan ellos y si su dictado no coincide con la realidad, peor para ésta y para quienes tengan el estúpido prurito de atenerse a ella.

En el País Vasco tendrá que haber una negociación porque lo dice el señor Otegi, lo confirman los amigos del señor Otegi y lo garantizan los de las pistolas, mentores espirituales de todos ellos. Es el viejo estilo de amedrentamiento e imposición por trágala a que estaba acostumbrado el nacionalismo radical hace unos años, cuando mantenía impunemente su doble juego de estar en las instituciones y colaborar con los pistoleros. Ahora el intento es similar pero las circunstancias han cambiado mucho. Según parece hay en Batasuna un debate entre los partidarios de dejar las armas (o que ETA deje las armas, que es lo mismo) y los de la violencia. Antes ya sólo esta noticia provocaba todo tipo de comentarios y análisis para averiguar cuál sería su alcance. Hoy no interesa a nadie.

Porque esto se ha acabado. A nadie importa ya si Batasuna sobrevive o no. Además, no es verosímil que haya un Gobierno español, del partido que sea, que vuelva a abrir negociaciones. En el País Vasco sólo habrá una negociación después de que ETA haya dejado las armas de forma fidedigna y comprobable. Entre tanto, nada de nada y el señor Otegi ya sabe que puede volver a la cárcel en cuanto dé motivos para ello... y en Euskadi no pasa nada..

La imagen es una foto de ukberri.net, bajo licencia de Creative Commons).


dilluns, 20 d’abril del 2009

A buenas horas mangas abertzales.

Es fama en la Villa y Corte que En el entorno de Otegi se cree que es necesario preparar el camino hacia el diálogo pese a que el Gobierno no esté por la labor. Vamos, que hay que ir pensando en una nueva ronda de negociaciones con los perros españoles como si aquí no hubiera pasado nada.

Cuando el 30 de diciembre de 2006 esa organización compuesta por un amasijo de asesinos, deficientes morales y tontos ordinarios que se hace llamar ETA, voló la T4 de Barajas poniendo punto final unilateral al tercer y más esperanzador proceso de paz dialogada que ha habido en España y que tenía un apoyo amplísimo tanto dentro como fuera del País Vasco, voló toda esperanza de que tal proceso pudiera repetirse. Lo dijo sin rodeos el domingo el ministro del Interior : La vía del diálogo se ha acabado para siempre. Pero aunque no hubiera dicho nada, el asunto está bastante claro: ningún gobierno español volverá a amagar con diálogo alguno con ETA o con algún "proceso de paz dialogado" en el País Vasco si quiere seguir siendo gobierno un cuarto de hora después. Aquí estamos en contra de ese diálogo hasta quienes lo defendimos a capa y espada hasta el día 30 de diciembre de 2006. Ahí se terminó toda posibilidad de negociación.

Los señores de Batasuna son muy libres de especular lo que les dé la gana, faltaría más. Pueden decir lo que quieran sobre nuevos diálogos. Cualquier formulación de ese tipo suscitará de inmediato dos conclusiones encadenadas, una tras otra: 1ª) estos pavos creen que los demás son tan cretinos como ellos; 2ª) lo que quieren es dar una nueva oportunidad a ETA para recomponerse, ahora que está contra las cuerdas.

Ya no hay nada que negociar, nada que dialogar y el margen de maniobra del mundo nacionalista está muy acotado:

  • ETA tiene que deponer las armas incondicionalmente porque está derrotada.
  • Batasuna tiene que aceptar la ley de partidos porque no hay otra salida.
  • el PNV tiene que ir abandonando su ambigüedad porque se le ha acabado el cuento.

Si, como es de esperar, se termina con esa lacra de la violencia en el País Vasco, todos habremos ganado mucho, pero muy especialmente los vascos y más en concreto los vascos nacionalistas y más singularmente los vascos nacionalistas radicales e independentistas, que podrán defender y poner en práctica (si tienen el respaldo suficiente) sus ideas sin que los demás los miren como cómplices de los asesinos.

(La imagen es una foto de www.ukberri.net, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 12 d’abril del 2009

Caudillo López

La definición es de ETA que así pone de relieve el carácter siniestramente españolista del señor López. Usan el término con el que se designaba al dictador, el gallego Francisco Franco. Franco era caudillo por la gracia de Dios; López por la de ETA. Caudillo era también el Cid Campeador, cabdiello que venia a decirse en la época, es decir, el que va en cabeza y por lo tanto dirige, el dirigente, leader, lehendakari. Lehendakari es caudillo en vascuence que siempre gratifica los oídos de la gente de estos valles rumorosos.

En realidad las declaraciones de ETA vienen a ser el contrapunto de las del PNV en este tristísimo Aberri Eguna, Otumba de las huestes nacionalistas. Un contrapunto como los dos bocinazos que da Harpo Marx en Un día en la Ópera por cada orden de Groucho que luego los traduce como: "¡y dos huevos duros!". El contrapunto ya no es de huevos duros sino dos tiros, que los tiempos y costumbres han cambiado algo.

Lo gracioso es que estos bocazas podían empezar por aplicarse sus propias reglas: esa de que "no renunciará a la lucha con las armas mientras no se pase de los discursos a los hechos". Que lo mismo se puede decir de ellos: menos palabras y más hechos. Mientras ladran no muerden.

(La imagen es una foto de kontrainformatu, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 31 de març del 2009

Blogorismo del País Vasco.

El hecho de que el señor López y el señor Basagoiti se hayan puesto de acuerdo y que el PSE/PSOE gobierne gracias al apoyo parlamentario del PP, cosas ambas imposibles en el resto de España, ¿no demuestra a contrario que Euskadi no es España? Y si no se quiere ir tan lejos o ser tan radical, la unión de estas personas y fuerzas ¿no demuestra claramente que el País Vasco vive en una situación de anormalidad y excepción que ambas, fuerzas y personas, llevan años negando?

divendres, 27 de març del 2009

En el País Vasco.

Parece que ya está casi cerrado el acuerdo entre el PSE y el PP que permitirá que el señor Patxi López sea lehendakari con la presidencia del Parlamento vasco para un militante del PP. Repasando la situación ante un hecho de esta envergadura me encuentro con que:

  • No me gusta que en el País Vasco siga habiendo violencia terrorista que tanto contribuye a falsear los resultados de las elecciones.
  • No me gusta que, a causa de ello, haya de haber una ley de partidos políticos que también los falsea.
  • No me gusta que el independentismo radical no pueda desvincularse de la violencia terrorista y prostituya los ideales de la izquierda.
  • No me gusta que el PNV sea incapaz de abandonar la ambigüedad por la que condena la violencia pero se valga de los votos de los violentos para sus fines.
  • No me gusta que el PNV trate de deslegitimar el gobierno PSE-PP hablando de "frentismo" cuando eso es lo que él ha practicado desde Lizarra.
  • No me gusta que el voto esté tan polarizado y las alianzas sean muy difíciles por no decir imposibles.
  • No me gusta que el PSE haya de aliarse con el PP en cuya voluntad de entendimiento en el País Vasco no confío.
  • No me gusta que el PP pueda condicionar el gobierno del País Vasco.

Son varias las cosas que no me gustan en el País Vasco. Pero, en cambio, hay otras que me gustan y mucho:

  • Me gusta que la democracia, que es alternancia en el poder, funcione y, después de veintiocho años ininterrumpidos en el gobierno, el PNV pase a la oposición.
  • Me gusta que el País Vasco se normalice como un sistema político democrático y no como un régimen de partido hegemónico al estilo PRI de México.
  • Me gusta que se rompa el asfixiante monopolio nacionalista vasco que en su día sustituyó al asfixiante monopolio nacionalista español.
  • Me gusta que, al menos en el País Vasco, el PP muestre tener un sentido del Estado que no exhibe en otras ocasiones.
  • Me gusta le perspectiva de que la experiencia en la oposición fuerce al PNV a retornar a la lealtad a las instituciones y al abandono de la política de la doble baraja.

Ojalá funcione este experimento que quizá sea la última posibilidad de resolver el único obstáculo real que hay a la estabilización de la democracia española. Para lo cual lo único que se requiere es que la población vasca compruebe de hecho que un gobierno nacionalista español no solamente no es antivasco sino que representa un nivel de conflictividad muy inferior al de los gobiernos del nacionalismo vasco.

(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 3 de març del 2009

Recuelo.

Las elecciones, dícese, son los momentos más solemnes de la democracia porque por ellas habla el pueblo soberano al que han de escuchar los poderes públicos. Cierto pero eso no es muy entretenido. Lo entretenido, lo que muchas veces llega a ser cómico, es lo que sucede después de ese momento solemne. Claro que no en todos los sistemas políticos. En los presidencialistas y/o mayoritarios, el tal momento solemne no deja lugar a duda alguna: habla el pueblo, elige a un presidente o una mayoría parlamentaria y ya está. Lo divertido es en los sistemas parlamentarios y/o proporcionales como el nuestro y como el de la mayoría de los países europeos: habla el pueblo soberano pero rara vez lo hace de modo concluyente de forma que deja una situación complicada en la que los partidos tienen que hacer equilibrios y volatines para conjugar mayorías y componer gobiernos de coalición que a veces requieren recuelos o trabajos como encaje de bolillos. El penúltimo gobierno en Bélgica tardó seis meses en componerse y eso que en estos países que, como Holanda, no han conocido un sólo gobierno monopartidista desde el año de 1900, suelen contar con una figura especial que tiene diversos nombres como "facilitador" o "componedor" y cuya misión es exclusivamente dedicarse a armar gobiernos con los habitualmente imposibles resultados electorales que haya dejado el ínclito pueblo soberano.

Larga introducción para explicar por qué el País Vasco y Cataluña son las Comunidades Autónomas españolas que más se parecen a los países europeos mencionados. Especialmente el primero en cuya sociedad se da una cantidad de fracturas o contradicciones (cleavages) similar a la que se da en Bélgica: lingüísticas, culturales, territoriales y políticas. Así resulta que componer gobierno en Euskadi es tarea tan ardua como en el viejo Flandes español. Tiene el parlamento de Vitoria 75 y escaños y cuenta con siete partidos representados y un fantasma que arrastra sus ilegalizadas cadenas por los pasillos y lobbies de la cámara vasca. Esto da una media de trece escaños por partido, algo más de nueve si contamos al fantasma, lo que indica cierta fragmentación parlamentaria, fiel reflejo de la que hay en la sociedad.

Frente a la situación vascona, la de Galicia, con todo y ser una sociedad también plural con un hiato lingüístico, casi parece de sistema mayoritario y régimen presidencial. El señor Feijóo, a pesar de ignorar el sexo de las vacas, animal totémico galaico, ha restaurado la tradición conservadora de las mayorías absolutas que, cuando las conseguía el señor Fraga, eran absolutísimas. Y aquí paz y después gloria. La izquierda se llevó el domingo un buen y probablemente merecido revolcón y el lunes el señor Touriño hizo lo único que cabe hacer en democracia en estas o parecidas circunstancias cuando se está en política por convicción: dimitir. Cuando se está por otros motivos no se dimite ni aunque lo pasen a uno por la quilla, como demuestran los casos del señor Rajoy, perdedor de dos elecciones legislativas y de la señora Aguirre, el señor Camps, el señor Fabra y los demás señoras y señores del PP, presuntamente implicados en presuntos escándalos de presuntos delitos y que no dimiten hasta que no se los llevan los alguaciles y eso si no tratan de comprarlos, presuntamente, claro es.

Volviendo al País Vasco detecto cierta contradición entre las necesidades de una compleja política de alianzas florentinas y las capacidades que me parece posee el señor Patxi López. Claro que si el señor Ibarretxe, que se me antoja mucho más romo que el señor López, pudo estar más de once años haciendo equilibrios al frente de sucesivas coaliciones, no se ve por qué no podrá hacerlo también el socialista. Y hacerlo, incluso, en el más difícil todavía: sin coaliciones, sobre todo teniendo en cuenta que no trae proyecto alguno para "portorriquizar" al País Vasco .

Ha bastando que haya una posibilidad de que el PNV abandone el palacio de Ajuria Enea, el poder y su compleja red de influencias sociales, económicas, religiosas para que empiece a expectorar dislates de penosísimo estilo. Esa amenaza de que una alianza entre el PSE y el PP, perfectamente legítima por lo demás, sería considerada como una "agresión" parte del supuesto propio de todos los matones de barrio (y no quiero ofender) de que son ellos quienes definen el alcance de las situaciones: hay una agresión donde ellos dicen que la hay; no en donde la haya objetivamente. Resumen: al margen de si el señor López pacta de una u otra forma con el señor Basagoiti en el País Vasco y al margen de si tal pacto es bueno o no para la estabilidad parlamentaria del gobierno del señor Rodríguez Zapatero, está claro que el PNV necesita una pasada por la oposición y una cura de modestia y humildad. El hecho de que este partido invoque a Dios en su lema no quiere decir que lo sea. Ni que el señor Ibarretxe sea su profeta.

(La imagen es una foto de 20 Minutos (b), con licencia de Creative Commons).

dilluns, 2 de març del 2009

Igualdades y diferencias.

Las elecciones de ayer en Galicia y el País Vasco, que dejaron al señor Touriño el rostro que se aprecia en la foto, tienen un par de elementos en común y todo lo demás es peculiar de cada una de ellas como corresponde a dos subsistemas políticos tan diferentes uno del otro.

De los elementos en común, el primero y más notable es el fenomenal mentís que el comportamiento de la abstención ha lanzado a la sabiduría convencional al respecto. En los últimos días venía oyéndose con enfadosa insistencia esa peregrina teoría de que la alta abstención favorece a la derecha porque la izquierda está poseída, al parecer, de una especie de abulia electoral. Así se han podido escuchar encendidas loas a la participación electoral de boca de los candidatos, de sus seguidores y hasta del presidente del Gobierno de España. La participación en Galicia ha sido de más del 70 por ciento, algo sin precedentes, seis puntos porcentuales por encima de la de las elecciones de 2005 y la victoria del PP clara y holgada, como clara y holgada ha sido la derrota del centro izquierda socialista y la izquierda nacionalista. Por el contrario, en el País Vasco se ha dado la circunstancia inversa. La participación ha sido de dos puntos porcentuales inferior a la de 2005 pero los socialistas han pegado un salto considerable y por primera vez en la democracia española es posible que los nacionalistas (entre los que hay de todo, ciertamente pero especialmente derecha) pasen a la oposición y haya un López en la Lehendekaritza igual que hay un Montilla en la Plaza de Sant Jaume. Ojalá sirva esto para no volver a escuchar esas teorías que vinculan la propensión abstencionista a las ideologías políticas. Que los ciudadanos se movilicen o no, vayan o no a votar, depende de muchos factores normalmente contingentes y circunstanciales que afectan a todas las tendencias políticas. Que no es genético, vaya.

El segundo factor en común en el País Vasco y Galicia es la desaparición de Izquierda Unida. En Galicia ya era extraparlamentaria antes y sigue siéndolo ahora con un ridículo porcentaje del voto que no llega al uno por ciento. En el País Vasco la experiencia de Ezker Batua del señor Madrazo parece tocar a su fin: ha perdido dos escaños, queda reducido a uno y ni siquiera es el del propio señor Madrazo. No sé si estos datos son bastantes para mover a una reflexión en Izquierda Unida, tan aficionada a reflexionar sobre sí misma pero lo cierto es que su situación de irrelevancia absoluta quizá debiera actuar como un acicate para un reexamen acerca de lo que ha hecho y sigue haciendo mal, muy mal; entre otras cosas seguir hablando como si fuera imprescindible en una sociedad que se obstina en ignorarla.

En la parte que toca a cada una de las dos Comunidades por separado la situación es muy disímil. En Galicia no hay dificultad alguna porque son habas contadas. Con su flamante mayoría absoluta recuperada el PP formará gobierno monocolor los próximos cuatro años que serán los que tengan el PSOE de Galicia y el BNG del señor Anxo Quintana para reflexionar sobre lo que hicieron mal. Porque si la crisis económica trabajaba en contra de las expectativas de la izquierda en el Gobierno, los escándalos de corrupción y espionaje y los problemas de liderazgo del señor Rajoy lo hacían en contra del PP. Hay quien dice que si el señor Rajoy no hubiera sido gallego el PP hubiera perdido las elecciones; es posible pero indemostrable. Así que lo mejor que puede hacer el tándem Touriño-Quintana, además de pensar en una siempre posible y elegante dimisión, es recapitular sus cuatro años de gobierno y contarnos a los ciudadanos qué creen ellos que hicieron mal. Sería un buen ejercicio y muy ilustrativo porque ese voto gallego tiene un aspecto de voto de castigo al Gobierno saliente que no puede despacharse con el relativismo de "hoy se pierde, mañana se gana", como intenta hacer el señor Touriño.

Por último, todo lo que es claridad, linealidad, nitidez en el caso gallego es tumulto, confusión y lío en el caso vasco. Los nacionalistas no pueden repetir experiencia de gobierno sumando a Aralar porque les falta un escaño. Pero tampoco está tan claro que pueda gobernar el PSE que tendría que sumar los escaños del PP y el de UPyD. Por cierto, menos mal que UPyD ha dicho que apoyará a un gobierno no nacionalista; en otro caso resultaría la llave absoluta de cualquier formación de gobierno en el País Vasco: un solo diputado puede decidir el color de la mayoría de la cámara. Con todo, ésta puede ser una situación transitoria. Es posible que, cuando se escruten los votos por correo, el PSE consiga un diputado más a costa de EA que lo ha ganado por una diferencia de ocho votos. En tal caso PSE y PP no necesitarían a la señora Díez pues tendrían 38 diputados, mayoría absoluta. Pero eso no quiere decir que ya haya Gobierno en el País Vasco ni mucho menos. La alianza de los socialistas con la derecha españolista que fue en cierto modo la fórmula que impuso el PSOE en Navarra el año pasado al permitir el gobierno de UPN puede ser aquí disfuncional ya que desplazaría al PNV de cuyos votos depende muchas veces el Gobierno en el Congreso de los Diputados. Ello sin contar con la dificultad de cohonestar una fórmula de gobierno viable entre dos posiciones tan opuestas como las del PP y el PSE. Tal alianza, una extraña fórmula que contradice la política del Estado, tendría además un irremediable tufo frentista de "españoles" contra "vascos", "nacionalistas españoles" contra "nacionalistas vascos" o "constitucionalistas" frente a "nacionalistas", que es como lo designa el aparato mediático español.

La otra posibilidad sería retornar a la vieja fórmula de la alianza entre el PNV y el PSE (que contaría con 54 escaños, cómoda mayoría) y que los nacionalistas reventaron, pensando que para siempre, cuando se embarcaron en la aventura de Lizarra-Garazi siguiendo al flautista Egibar y el gran estratega Arzallus. Mucha gente cree que esta fórmula que sería muy bien vista en Madrid es la que más conviene. Pero tropieza con una dificultad que se deriva del puro sentido común: ¿cómo podría ser lehendakari de ese gobierno de coalición el dirigente con menos votos? ¿Puede el PNV permitir eso?

Las otras opciones son todavía más abracadabrantes: por ejemplo, un gobierno en minoría del PSE, dependiendo de apoyos puntuales repite la pregunta de ¿por qué del PSE y no del PNV que tiene más diputados? A partir de esta consideración, todas las conjeturas son posibles pero lo que está claro es que estas elecciones tan plácidas en Galicia han dejado un panorama de ingobernabilidad en el País Vasco. Por descontado lo más grato de todo esto es que los etarras y su mariachi se han dado una buena media castaña.

Una última observación en la que coinciden hoy todos los analistas, comentaristas y tertulianos: el señor Rajoy ha salido fortalecido de la prueba y ahora puede afrontar con seguridad el futuro cuando menos a medio plazo: sus enemigos están tocados por los asuntos de corrupción que, como los excrementos, volverán de inmediato a la superficie de las aguas políticas; sus posibles sustitutos, al estilo del taimado señor Rato, retornarán a la oscuridad de sus covachuelas multimillonarias y él tendrá tiempo suficiente para preparar sus próximas elecciones al Parlamento Europeo en las que tampoco puede permitirse un fracaso.

(Las imágenes son sendas fotos de 20 Minutos (a) y 20 Minutos (b), ambas con licencia de Creative Commons).

diumenge, 1 de març del 2009

¡Llueven cerdos voladores sobre Euskadi!

¡San Sabin Arana nos coja confesados y envueltos en la gloriosa ikurriña! A día de hoy, los cielos de nuestra amada patria vasca están llenos de cerdos maketos voladores, todos con el bocata pagado por las casas del pueblo que aún funcionan. Y nadie se hace responsable si alguno de estos gorrinos le cae en la txapela a un auténtico vasco, de los de toda la vida.

(Interpretación libre de una idea que tomo del blog de Joaquim, Aventura en la tierra).

(La imagen es una foto de hakaider, con licencia de Creative Commons).

dilluns, 9 de febrer del 2009

Los amigos de ETA, fuera.

Todo según lo previsto. Por enésima vez los tribunales han declarado ilegales a un par de organizaciones-tapadera con las que, también por enésima vez, la izquierda abertzale pretendía perpetrar el fraude de ley acostumbrado en periodo electoral. Es sorprendente la contumacia de esta gente en ir a darse con la testuz contra el muro aunque, ciertamente, también es posible interpretar una actitud tan absurda en clave patriótica. Cabe decir, por ejemplo, que el heroísmo de los abertzales se muestra en su irreductible afición a ir por lana y salir trasquilados. El patriotismo y la imbecilidad, ya se sabe, suelen ir de consuno.

Sólo consigo entrever un punto de racionalidad en esta cerrada obcecación y es que, al fin y al cabo, quienes arman esos seudopartidos saben que, si no pueden presentarse a las elecciones, los votos irán a los partidos nacionalistas que no jalean a los asesinos pero que también se benefician -lo confiesen o no- del imperio de las pistolas en el País Vasco.

Eso puede ser y estamos en un territorio en el que, si no tomamos muy en cuenta el cinismo de quienes recurren a estos procedimientos, podemos entendernos. Lo que ya no merece la pena es responder a las falsificaciones a que recurren los apologetas de los terroristas porque no atienden a los argumentos sino sólo a los disparos de las pistolas:

Nadie en España ilegaliza opción ideológica alguna, como se prueba con la presencia en las instituciones de ERC, un partido tan independentista como los vascos.

Concurrir a las elecciones al amparo del tiro en la nuca no es un derecho.

Nadie en España prohíbe votar a las opciones ideológicas que se quiera como se demuestra por la misma razón ut supra.

Votar a cómplices de terroristas no es un derecho.


Actualización a las 12:00 del 9 de febrero: por si había alguna duda respecto a las conexiones terroristas de las dos formaciones ilegalizadas, los cretinos de las pistolas han respondido a la decisión del Tribunal Supremo con un bombazo.

dissabte, 31 de gener del 2009

La retórica de ETA.

ETA ha hecho público un comunicado a través del diario Gara celebrando su cincuenta cumpleaños y afirmando que está dispuesta a seguir matando otro tanto o más. Sin novedad en el frente.

A esa posible matanza se sumarían llegado el caso los circunstantes para participar en la riqueza que ha traído la crisis. En dicho comunicado se dice que: "Quien anda en la montaña sabe que en el camino hacia la cima la última cuesta es la más dura. Pero desde la atalaya del tiempo sólo se puede concluir que cada paso dado nos ha traído hasta hoy. Lanzando una mirada a estos 50 años pasados, el camino de la lucha por este pueblo nos llena de orgullo a los militantes de ETA. La Historia llenará de honor esta lucha, alabando la generosidad de los militantes vascos". (Las negritas son mías).

Lindo párrafo; sublime, patriótico párrafo. Eso de la atalaya del tiempo es definitivo; suena como Las memorias de un setentón en cursi, aunque en este caso sólo se trate de cincuentones, no muy espabilados como se ve pero sí dados a la prosopopeya. ¿Y qué me dicen de lo que se concluye desde la atalaya del tiempo? Pues que cada paso dado nos ha traído hasta hoy. Como a todo hijo de vecino, salvo a aquellos a quienes cada paso dado ha traído hasta ayer o hasta mañana. Por ejemplo, el pato Donald.

dissabte, 10 de gener del 2009

D3M

Una de las características principales de la llamada izquierda abertzale, si no la principal, es su contumacia en el error. Parece que hoy se presenta en Bilbao una plataforma llamada Demokrazia 3.000.000 (D3M) que pretende aglutinar a la dicha izquierda en las elecciones autonómicas del 1º de marzo próximo. Se trata de recoger el voto que no pueden llevarse Batasuna, PCTV, ANV, todas ellas sucesivamente ilegalizadas por los tribunales en aplicación de la Ley de Partidos. Para esta vez la Fiscalía está preparada y, según parece, se escudriñarán las listas de D3M cuando se presenten y lo más probable es que la nueva formación corra la suerte de las otras, sea ilegalizada y la izquierda independentista quede fuera del Parlamento vasco.

Es una táctica difícil de entender desde el punto de vista de la humilde racionalidad de costes beneficios. Sin duda debe de tener una fuerte faceta simbólica que colme las aspiraciones de quienes promueven estas candidaturas: mostrar que el "Estado español" ilegaliza las formaciones independentistas. Sin embargo este punto de vista es manifiestamente falso. Basta con ver que en el Parlamento catalán está representada ERC que no es menos independentista que la sopa de letras vasca. El Estado español no ilegaliza formaciones independentistas sino organizaciones violentas o que hacen apología de la violencia, que no es lo mismo. Y lo hace en virtud de una ley que será mejor o peor (a mí me gustaría verla derogada) pero, mientras esté en vigor, es la ley y hay que respetarla.

La contumacia de la izquierda abertzale tiene una explicación en tres órdenes distintos.

El primero, por si cuela, consiste en ir adelante en fraude de ley (esto es, no cumpliendo sus requisitos), suponiendo que las autoridades no reaccionarán cosa que, ya se ha visto, es imposible.

El segundo, somos víctimas, consiste en explotar esa situación de reprimidos en la vana esperanza de que alguien crea que la ilegalización es a causa de las ideas y no de los incumplimientos de la ley.

El tercero, a las órdenes jefe, es que la izquierda abertzale va a remolque de las decisiones de ETA porque ha permitido que se dé esa fatal inversión de que el brazo armado del movimiento prevalezca sobre el político, lo que es un disparate.

Si la izquierda independentista vasca quiere estar en el Parlamento autonómico lo tiene muy fácil: basta con que cumpla la ley, cuya derogación puede pedir luego con toda legitimidad. Empeñarse en no hacerlo así, en querer burlar la norma es ignorar algo elemental: que en democracia sólo se es eficaz desde las instituciones. La política callejera es testimonial y simbólica pero, existiendo la vía institucional, no conduce a nada.

Por eso es tan admirable la contumacia en el error de esta gente.

(La imagen es una foto de larbelaitz, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 4 de gener del 2009

La nación demediada.

La convocatoria de elecciones autonómicas vascas para el próximo 1º de marzo en coincidencia con las gallegas prueba el nulo respeto del PNV y el presidente Ibarretxe hacia los intereses de uno de los miembros de esa organización Galeuzca de la que tan orgullosos dicen sentirse. Y es prueba asimismo de que el nacionalismo vasco es el más oportunista, de regate corto, el más regionalista de todos los de la Península, a pesar de sus vociferantes protestas de soberanismo, derecho a decidir y peculiaridad vasca. Si cree que puede rebañar unos votos jugando en clave de política española con una artimaña de este jaez, lo hace sin dudarlo. El derecho a decidir del pueblo vasco se reduce al derecho a decidir del señor Ibarretxe, un pollo que ya intentó engañar a cuarenta millones de personas colando un referéndum independentista como si fuera una consultilla parroquial y que ahora recurre a un ardid de tercera regional a ver si lo beneficia.

No hay grandes dudas acerca de la motivación del gobierno vasco al buscar una coincidencia que tanto rebaja su simbología nacionalista y tan alto coste tiene en términos de imagen: cree que así debilitará a los partidos españolistas en Euskadi, singularmente al PSE/PSOE porque obligará a que los dirigentes nacionales se dividan entre las dos autonomías. Es un cálculo verdaderamente provinciano. Casi paleto, por utilizar un término que me parece detestable por la carga discriminatoria que tiene pero que el señor Ibarretxe se ha ganado por derecho propio. Porque sólo a un paleto se le ocurre pensar que el señor Zapatero o el señor Rajoy no puedan estar por la mañana en Puentedeume y por la tarde en Amorebieta y con más facilidad aun en las capitales de provincia.

Compárese este regate oportunista del señor Ibarretxe con el exquisito cuidado que el señor Pujol puso siempre en separar las elecciones autonómicas catalanas de cualquier otra consulta en España consciente como era de que el nacionalismo es, ante todo, una cuestión simbólica que es en el terreno de los símbolos en donde se gana o se pierde la partida. Se verá así la diferencia de categoría entre el nacionalismo catalán y el vasco. El catalán es un nacionalismo de la sociedad civil, burgués; el vasco, un nacionalismo de monaguillos y funcionarios.

Convocando las elecciones el 1º de marzo el señor Ibarretexe sale de perdedor. De hecho aquí ha empezado a perder las elecciones cuyo resultado puede depararnos el hito histórico de un triunfo socialista que demostraría dos cosas: 1ª) que es posible cohesionar territorialmente a España a pesar de las tendencias centrífugas del nacionalismo; 2ª) que el único que está en situación de hacer tal cosa es el PSOE. Es mucho lo que nos jugamos en esas elecciones y el intento del señor Ibarretxe de vender la singularidad nacional vasca por el plato de lentejas del manejo de los presupuestos así lo demuestra.

(La imagen es una foto de jkarteaga, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 22 de desembre del 2008

Proselitismo y marketing.

Debe de ser la primera vez que alguien ingresa en una organización clandestina anunciándolo en la prensa y mostrando en ella el careto. Son tácticas nuevas con las que ETA se adapta a las cambiantes circunstancias de mayor acoso policial y falta de vocaciones como la que padecen los seminarios, instituciones con las que tiene mucho en común. Estoy seguro de que ha buscado el asesoramiento de psicólogos que la ilustrarán acerca del efecto que la iniciativa pueda tener en sus militantes actuales y en la cantera de los futuros. Al fin y al cabo, el espíritu de la imagen es similar al de los carteles mediante los cuales las Fuerzas Armadas instan a los jóvenes a enrolarse. Claro que en la foto alguno no es tan joven, lo que abre una interesante perspectiva respecto a la clientela potencial de ETA, sobre todo en épocas de crisis.

La publicidad del reclutamiento tiene también sus costes. Se hace parte del trabajo de la policía que ahora sólo tiene que poner un "Se buscan" debajo de las fotos. Suponiendo que sean reales, por supuesto. Porque también pueden ser productos de photoshop, rostros que no pertenecen a nadie concreto. Y ahí andarían los pikoletos buscando a cuatro vascos virtuales tan existentes como Calisto y Melibea.

Así que en el análisis de costes/beneficios es probable que la iniciativa resulte productiva para incitar al ingreso en las filas de los terroristas, considerados gudaris. Porque, por baja que sea la rentabilidad será alta ya que el coste es mínimo puesto que los cuatro de la foto y otros seis que no aparecen pero tienen la misma intención, estaban huidos, en busca y captura. O sea que, de perdidos, al río.

dimarts, 16 de desembre del 2008

Lucha antiterrorista y lealtad democrática.

Celebro muy mucho que el señor Rajoy haya rectificado su actitud y la de su partido en relación con el Gobierno y la lucha antiterrorista aplaudiendo la lucha del Gobierno contra ETA y lo celebro aunque el que hable de rectificar sea él que sostiene que "cuando el Gobierno rectifica nos encuentra", forma falaz de poner el asunto. Para cuando la rectificación verdadera, la del señor Rajoy, se produjo ya tenía escrita mi entrada de hoy pensando en un PP que no es leal ni colabora en los asuntos de Estado. Por eso mismo la dejo y ruego al lector la entienda como lo haría en el supuesto de que el señor Rajoy, insisto, no hubiera rectificado. Porque es él quien ha rectificado y eso, curiosamente, le hará subir en el aprecio popular, aunque la señora Aguirre, que todo lo fía a la confrontación agresiva, no se lo crea.


Ya retorna el PP por la querencia; ya vuelve a usar la lucha antiterrorista como arma partidista. Es tan sorprendente que debe de ser algo genético ya que de otro modo no se explica. En mitad de una crisis económica que está castigando duramente a la ciudadanía y que el Gobierno no gestiona especialmente bien, la derecha decide que la oposición ha de hacerse en el terreno de la lucha antiterrorista. Después de presumir con saber lo que verdaderamente interesa a los ciudadanos (y que jamás es la política del Gobierno) ahora resulta que lo que interesa a los ciudadanos no es la crisis, no el paro, no la inseguridad y la falta de consumo sino el hecho de si el Gobierno despacha o no a la organización Acción Nacionalista Vasca (ANV) de los ayuntamientos en que gobierna en el País Vasco.

Basta con oír a la señora Aguirre, al señor Arenas y, cómo no, al señor Rajoy diciendo los primeros que el Gobierno pretende negociar de nuevo con ETA (a pesar de que el Gobierno lo niega) y el segundo que si no se expulsa a ANV de los ayuntamientos, probablemente se esté haciendo algo peor: ciertamente, negociar con ETA.

La derecha pretende que el Gobierno disuelva los ayuntamientos de ANV por vía del decreto-ley que prevé la vigente Ley de Régimen Local (art. 61,1)), pero no puede ignorar que esa misma ley exige a continuación (art. 61,2) que los motivos que den las corporaciones locales para la disolución por decreto-ley se produzcan "de forma reiterada y grave", que no es el caso. Dicen entonces los señores del PP que hay que cambiar la ley, lo cual es una forma sui generis de entender el principio de legalidad del Estado de derecho; más o menos así: aplico la ley si me conviene y si no me conviene la cambio.

Pero vamos a ver, que no hay que ser ingenuos. El problema no es jurídico: es político disfrazado de jurídico. El PP no puede soportar la idea de que ETA se termine bajo mandato socialista, lo que quiere decir que saluda cada nuevo triunfo de las fuerzas de seguridad del Estado y cada nuevo quebranto de la banda armada con un torrente de invectivas, de sospechas, de deslegitimación y de desunión entre las fuerzas democráticas. Es decir, tiene un comportamiento desleal y felón.

Porque, sean cuales sean las circunstancias, el régimen democrático requiere unidad en asuntos de Estado y la lucha contra el terrorismo es el primero de ellos. Unidad quiere decir que la política antiterrorista la hace el Gobierno y cuenta con el apoyo de la oposición incluso si aquel se equivoca pues ese es asunto que decidirán los ciudadanos en las elecciones. Lo que no puede ser y esto no es tan difícil de entender, incluso para la señora Aguirre, es que la oposición pretenda dictar lo que hay que hacer o no hacer en materia terrorista, que la política antiterrorista la haga la oposición porque si está en la oposición se debe a que los ciudadanos no quisieron que se aplicasen sus políticas. ¿Acaso no es evidente?

(La imagen es una portada de un Zutik de ETA. Interesante caso de simbolismo iconográfico de la violencia. ¿Por qué sabemos que el pollo con el fusil ametrallador es un gudari de ETA y no un fedayín o un guerrillero talibán o un zapatista? Bingo; por la txapela, clave definitoria de lo vasco).

dimarts, 9 de desembre del 2008

Uno tras otro.

Da gusto ver lo bien que funcionan las fuerzas de seguridad del Estado a la hora de detener a esta panda de asesinos; y tranquiliza mucho. Se acabaron los tiempos en que la actividad de ETA tenía en jaque al Estado con cien o ciento y pico muertos al año, atentados, coches-bomba, secuestros... y las autoridades decían que el Estado acababa con ETA o ETA acababa con el Estado, es decir encaraban, aunque fuera hiperbólicamente, una hipótesis que ningún Estado de derecho puede admitir: que los criminales sean más fuertes que la ley y acaben imponiendo la suya. De eso ya no queda ni el recuerdo. Ahora las cosas son más sencillas: ETA se reorganiza como puede, da un golpe, asesina a una persona y en poco tiempo están los responsables entre rejas... y vuelta a empezar.

No sé cuánto tiempo más podrá aguantar así la organización terrorista. A sus partidarios civiles, que todavía quedan en el mejor de los casos entre viejos antifranquistas atornillados en el pasado y en el peor puros resentidos, les encanta decir que, mientras no haya una solución "política" y dado que ETA es la manifestación de un sentimiento de agravio popular muy fuerte, seguirá habiendo lucha armada, que es el nombre que dan a estas acciones de asesinar a sangre fría y a bocajarro a algún ciudadano en la vía pública.

Curiosamente sin embargo fue la propia ETA la que reventó el último proceso negociador en un evidente error de cálculo patente desde entonces, pues no ha vuelto a levantar cabeza. En los dos años transcurridos desde aquella tregua que tantas esperanzas hizo concebir ETA se ha encontrado sin recursos, sin capacidad de maniobra, sin apoyo social, sin eco político hasta el punto de que según propia confesión su acción ya sólo persigue volver a la mesa de negociaciones que ella misma volcó y sin querer reconocer que también eso es imposible. Ningún Gobierno español negociará nada con esta panda de criminales antes de que hayan dejado las armas y se hayan disuelto. Luego, los dioses dirán.

Porque lo que ha sido más llamativo en los últimos tiempos es la pérdida de legitimidad social del terrorismo directa o indirectamente expresada. Ya ni los curas en el País Vasco dan a entrever connivencia alguna con los asesinos y, para colmo de males, el Estado ha cerrado la puerta a los taimados intentos del PNV de cumplir el programa de ETA sin ETA pero con ETA. El señor Ibarretxe se ha zampado su plan dos veces y ahora sólo queda saber qué dirán las urnas en las próximas elecciones en el País Vasco. Es posible que gane un Partido Socialista que tendrá la obligación moral de gobernar en Euskadi y al que no se deberá dejar que vuelva a cometer aquel error histórico (¡eso sí que era estar acomplejado!) de ceder el gobierno de la comunidad al PNV.

Con los etarras en el talego y los jelkides en la oposición las circunstancias en el País Vasco cambiarán radicalmente.

(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 4 de desembre del 2008

Matar, matar y matar.

Ya nadie sabe por qué y nadie para qué. La consigna es matar, matar y matar. Un empresario aquí, un concejal allá, hoy un guardia civil, mañana un payo de mandil. Dicen que lo suyo es luchar, que lo suyo es liberar pero sólo saben matar, matar y matar. Los vascos, afirman, no pueden hablar y por eso hay que matar. Los vascos, sostienen, no pueden actuar y por eso hay que matar. Hay que matar porque sí, matar porque no y por si acaso matar. Matar por Euskal Herria, por la revolución y por Santa María matar. Algunos quieren hablar, negociar, enredar donde sólo cabe matar, matar y matar. ETA está para matar como el sol para brillar y el lobo para atacar. Su gente no sabe pensar, menos aun hablar y qué decir de razonar; sólo sabe matar, matar y matar. Los jelkides quieren pactar, los cipayos argumentar y el pueblo engañado pide la paz cuando lo suyo es matar, matar y matar. En democracia no existe una única verdad, todo se ha de acordar, así que sólo vale matar, matar y matar. Sus amigos de la "izquierda" radical saben que es peligroso pensar pues todo se vuelve matar, matar y matar y que nadie ose aquí condenar. Dicen que llega el objetivo final, piensan que van a triunfar y acaban en la cárcel con mil años de condena y sin poder escapar. En una semana, un mes o un año la policía los detendrá, los jueces los encarcelarán y otros imbéciles ocuparán su lugar. Banda de idiotas, tontos del haba, criminales de nulo pensar. Son simples cuando hablan y simples cuando callan porque tienen un único afán: matar, matar y matar. Matar sin tasa ni tino, matar en todo el camino, matar como único destino. Cada tiro que disparan, cada vida que cercenan los alejan de aquello que anhelan, unen a la gente en la pena en una firme condena que no los dejará pasar y aunque eso les dé igual porque lo suyo es matar llegará el día en que en Euskadi reine la paz pues hasta el último subnormal del matar, matar y matar estará donde tiene que estar, donde ya están los demás: a buen recaudo de por vida en un penal. Y habrá libertad, Ignacio, habrá libertad.


(La imagen es una foto del último asesinado por ETA, Ignacio Uria Mendizabal, de Público, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 12 de novembre del 2008

Caso De Juana: no es justicia; es venganza.

Ya tenemos al señor De Juana otra vez en portada de todos los periódicos, a punto de convertirse de nuevo en un mártir de la causa del pueblo vasco. La Audiencia Nacional lo ha puesto en busca y captura por no haber obedecido a una citación para que se presentara a declarar por un asunto que, se mire como se mire, no se tiene de pie. La historia de este hombre es muy ilustrativa del modo en que entienden la justicia ciertos sectores de la derecha en España, más como persecución y venganza, como linchamiento moral (y si es posible físico) en la plaza pública que como protección de bienes jurídicos, reparación a las víctimas y castigo a los culpables. Y lo malo es que, en esta forma vengativa e intolerante de retorcer la normal administración de justicia no están solos sino que a veces cuentan con la valiosísima ayuda de la izquierda gobernante.

Como es bien sabido, el señor De Juana fue condenado en 1987 a tres mil años de cárcel por un atentado en Madrid en el que murieron veinticinco personas. En aplicación del código penal de 1973, en vigor al cometerse el delito, el etarra hubiera tenido que salir en libertad en 2004. Sólo dicha posibilidad provocó un escándalo sin precedentes y mucha demagogia (de esa que dice que matar sale muy barato pues resulta a menos de un año por muerto) a todo lo cual cedió el asustadizo Gobierno socialista moviendo a que la Fiscalía lo acusara de nuevos delitos de amenazas y enaltecimiento del terrorismo por dos artículos publicados en el diario Gara mientras estaba en prisión. Se trataba de una triquiñuela y una causa inventada, como reconoció el mismo ministro de Justicia de la época, para impedir que el recluso saliera en libertad, para prorrogar su prisión con una pátina de legalidad. A resultas de ello, de un proceso que jamás debió abrirse y que tuvo un iter lleno de momentos sorprendentes, a veces hasta chuscos, De Juana fue condenado de nuevo y no pudo abandonar la prisión hasta el año de 2008. Para entonces había protagonizado una prolongada huelga de hambre que lo tuvo en el centro de la atención informativa y al borde del muerte y lo convirtió en un héroe a ojos de los independentistas vascos más violentos, así como una prueba viviente (y convincente) de que el Estado español aplicaba el derecho del vencendor cuando de nacionalistas vascos se trataba. Todo ello, por supuesto, hizo mucho más daño a la causa de la justicia y del Estado de derecho en España que al movimiento vasco por la independencia.

Ahora parece que hay voluntad de cometer los mismos errores, y con resultados igual de desastrosos o más. Las asociaciones de víctimas que persiguen claros fines vengativos antes que justicieros, acusan al expresidiario de un delito de enaltecimiento del terrorismo (otra vez) por haber escrito una carta que se leyó en público en una concentración que se hizo no recuerdo si en Bilbo o Donostia para homenajearlo. De lo que se trata es de perseguirlo con la excusa que sea y ver si se consigue encarcelarlo de nuevo

Según parece el original de la dicha carta no existe, sólo se dispone del texto publicado en Gara, la policía dice que no se puede probar la autoría de De Juana y el propio De Juana niega contundemente haber escrito la misiva. A pesar de ello el juez ha dictado orden internacional de busca y captura en lugar de dar carpetazo a las actuaciones con lo cual coadyuva a eso que la derecha siempre ataca con gran denuedo, esto es, a la internacionalización del conflicto vasco. A estas alturas con la Interpol lanzada a la busca de De Juana, éste vuelve a ser ejemplo de luchador perseguido por los aparatos represivos de un Estado que se atiene más a la venganza que a la justicia. Un héroe para los independentistas vascos y un bochorno para el Estado de derecho español.

Las víctimas, todas las víctimas por cierto, son merecedoras de nuestra solidaridad y nuestro apoyo pero es evidente que no pueden ser quienes decidan cómo se administra la justicia porque en tal caso ésta deja de ser tal y se convierte en venganza.


(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).