dijous, 4 de desembre del 2008

Matar, matar y matar.

Ya nadie sabe por qué y nadie para qué. La consigna es matar, matar y matar. Un empresario aquí, un concejal allá, hoy un guardia civil, mañana un payo de mandil. Dicen que lo suyo es luchar, que lo suyo es liberar pero sólo saben matar, matar y matar. Los vascos, afirman, no pueden hablar y por eso hay que matar. Los vascos, sostienen, no pueden actuar y por eso hay que matar. Hay que matar porque sí, matar porque no y por si acaso matar. Matar por Euskal Herria, por la revolución y por Santa María matar. Algunos quieren hablar, negociar, enredar donde sólo cabe matar, matar y matar. ETA está para matar como el sol para brillar y el lobo para atacar. Su gente no sabe pensar, menos aun hablar y qué decir de razonar; sólo sabe matar, matar y matar. Los jelkides quieren pactar, los cipayos argumentar y el pueblo engañado pide la paz cuando lo suyo es matar, matar y matar. En democracia no existe una única verdad, todo se ha de acordar, así que sólo vale matar, matar y matar. Sus amigos de la "izquierda" radical saben que es peligroso pensar pues todo se vuelve matar, matar y matar y que nadie ose aquí condenar. Dicen que llega el objetivo final, piensan que van a triunfar y acaban en la cárcel con mil años de condena y sin poder escapar. En una semana, un mes o un año la policía los detendrá, los jueces los encarcelarán y otros imbéciles ocuparán su lugar. Banda de idiotas, tontos del haba, criminales de nulo pensar. Son simples cuando hablan y simples cuando callan porque tienen un único afán: matar, matar y matar. Matar sin tasa ni tino, matar en todo el camino, matar como único destino. Cada tiro que disparan, cada vida que cercenan los alejan de aquello que anhelan, unen a la gente en la pena en una firme condena que no los dejará pasar y aunque eso les dé igual porque lo suyo es matar llegará el día en que en Euskadi reine la paz pues hasta el último subnormal del matar, matar y matar estará donde tiene que estar, donde ya están los demás: a buen recaudo de por vida en un penal. Y habrá libertad, Ignacio, habrá libertad.


(La imagen es una foto del último asesinado por ETA, Ignacio Uria Mendizabal, de Público, bajo licencia de Creative Commons).