¡San Sabin Arana nos coja confesados y envueltos en la gloriosa ikurriña! A día de hoy, los cielos de nuestra amada patria vasca están llenos de cerdos maketos voladores, todos con el bocata pagado por las casas del pueblo que aún funcionan. Y nadie se hace responsable si alguno de estos gorrinos le cae en la txapela a un auténtico vasco, de los de toda la vida.
(Interpretación libre de una idea que tomo del blog de Joaquim, Aventura en la tierra).
(La imagen es una foto de hakaider, con licencia de Creative Commons).