dissabte, 29 de desembre del 2018

España va bien

Sí, ya sé que es la sección de humor de Público, titulada, muy a tono con la época Tremending Topic. Pero resume a la perfección el significado de la noticia de ayer. El Tribunal de Cuentas (en el que hay grandes amigos del PP) ha condenado a Ana Botella y siete capitostes municipales más a pagar 26 millones de euros por haber malvendido mil y pico viviendas públicas a un fondo buitre. O sea, vamos, por haber estafado a los madrileños y, en general, a los españoles. 

El tuit reproducido es un hallazgo, un meme genial con el comentario añadido de "familia nigeriana que viene a quitarte tu casa". Está dicho todo. Estos salvadores de la patria la han esquilmado. Excusado decir la sarta de comentarios en las redes. El más suave, el que recuerda que en la boda de la hija se reunió el hampa oficial española, consideración que ahora alcanza a la madre de la novia. Esa condición de madre puede haber sido determinante en la supuestamente delictiva operación buitre y es que el hijo parece tener alguna relación con los fondos buitres. 

Fuera de la vergüenza que una acusación así suscita, la verdad es que la peripecia de Ana Botella como alcaldesa no electa de Madrid se centra en aquel inolvidable episodio de los juegos olímpicos que el Tremending Topic recuerda. Uno en una serie de dislates y fantasías que muestra claramente cómo entiende la política esta basca de la derecha, como un lugar para enriquecerse ellos y los amigos. Y por medios delictivos. 

Pero, al mismo tiempo, estos son los que simbolizan la recuperación patria y el constitucionalismo. La habitual mezcla franquista de la delincuencia y la legalidad. La legalidad de los delincuentes. Por eso hacen lo que sea con tal de gobernar, porque así pueden protegerse legalmente pues suelen legislar para favorecer el delito, o sea, favorecerse a sí mismos. El ex-presidente de Murcia acaba de irse de rositas en una causa porque la instrucción no se hizo en el breve plazo que ahora impone la ley, tras la reforma de los delincuentes para acortar los plazos de instrucción y quedar absueltos, como el ex-presidente de Murcia. 

Con Botella, ya se sabe, en la causa penal solo hay que dar con el juez del régimen adecuado que dilate la instrucción más allá del plazo autorizado. En cuanto a la multa, 26 millones de euros entre ocho gerifaltes del régimen no es dinero. Mucho peor lo han tenido las familias que han debido hacer frente a subidas drásticas de alquileres o al desahucio. 

Eso no hay millones con que pagarlo. Esa es la derecha que ha gobernado hasta hace poco y se apresta a hacerlo de nuevo en España, después de su éxito en Andalucía. 

Y les extraña que Catalunya quiera irse.

divendres, 28 de desembre del 2018

Entendiéndonos

El titular de El Confidencial que normalmente informa bastante y bastante bien sobre Catalunya, tiene un curioso sesgo interpretativo. El uso del verbo "vetar" es un disparo demasiado alto. Los 17 diputados indepes entre 350 no indepes no pueden vetar absolutamente nada. Ni siquiera la idea de que los condenen a galeras. Ellos mismos no hablan de vetar, sino de no aprobar, no votar a favor; que eso sí pueden hacerlo o, mejor dicho, no hacerlo. 

Ya, pero es que, sin el voto a favor de los indepes, los PGE no salen. Luego tienen un poder de veto de hecho, político, por cuestión de mayorías. Y, en efecto, al gobierno llevó a Sánchez una mayoría en una moción de censura a Rajoy. Como fue moción contra Rajoy, conseguida su destitución, los firmantes del acuerdo quedaban libres para seguir sus políticas. Respecto a Catalunya, la del gobierno se limitó a acercar los presos a su tierra y cruzarse de brazos, hablando de diálogo y dejando que la crisis se agudice con la apertura de esa farsa judicial en que el Estado pretende enjuiciar "delitos" políticos, disfrazados de tipos penales fabulados.

Es lógico que, en seguimiento de su propia política, el independentismo convierta la liberación de los presos políticos en condición inexcusable para aprobar los PGE. Los intentos de Podemos de mercadear un apoyo indepe a estos a cambio de unas oportunas medidas sociales fracasaron nada más empezar. Con los principios no se mercadea. Así que, en efecto, los indepes están en situación de vetar los PGE lo que puede tener distintos desenlaces. Pero está claro que aquella mayoría de la moción de censura podía repetirse si el gobierno liberara a los presos/as políticas. El gobierno asegura no poder hacerlo por ser asunto sub júdice. Y se cierra el diálogo. Llevado el problema a las vías judiciales, no tiene solución.

Sin presupuestos, es posible que el gobierno opte por elecciones anticipadas que, a la vista de los resultados en las andaluzas, estarán pidiéndole y hasta exigiéndole las derechas en rondalla. El muy augurado ascenso de la derecha, con o sin VOX, le aconseja demorar la decisión al máximo. Su medio socio, Podemos, no está en condiciones de afrontar un proceso electoral. Aunque eso, probablemente, redunde en beneficio electoral del PSOE, quizá no lo bastante para impedir el asalto del frente nacional español a las instituciones de 1978, bajo las cuales ha crecido.

Y eso lleva a una situación de confrontación completa. Convendría que los estrategas del neofranquismo lo sepan: no bastará con encarcelar a los "jefes" independentistas, como dice el periódico. Tendrán que encarcelar cientos de indepes, cerrar periódicos, clausurar redes, prohibir partidos y asociaciones políticas, colores, banderas, himnos, símbolos, o sea, establecer la dictadura en Catalunya, que se ejerce en nombre de la mayoría. Es la tiranía de la mayoría en su faceta más agresiva y, quizá, militar. 

Y eso no puede hacerse hoy en Europa, por mucho que la izquierda española, toda, mire hacia otro lado. 

dijous, 27 de desembre del 2018

El coso hispánico

Aquí mi artículo de ayer en elMón.cat, titulado "Que dice el rey que..." no sobre el discurso del rey, sino sobre sus descriptibles reflejos posteriores. Han seguido y son cada vez más claros heraldos del espíritu de Reconquista, de Santiago y cierra España. La nueva extrema derecha, VOX, ha entrado en el Parlamento andaluz a lomos de caballo. Las otras dos extremas derechas, PP y Cs, han sellado un pacto con ella que ha movido a escándalo en la cofradía: ¿cómo? ¿El centro-derecha pactando con la extrema derecha? Pues naturalmente. Todo es extrema derecha. Eso del "centro-derecha" es una invención mediática de la extrema derecha, que es toda la derecha en España. ¿O nadie se acuerda de Aznar diciendo que "a mi derecha no hay nadie"? ¿O de que Santiago Abascal, antes de cabalgar por Andalucía, era miembro en nómina del PP?

En esa recuperación de la patria vía imposición, el último añadido viene de la presidenta en funciones de la Junta andaluza, Díaz. Tras culpar nebulosamente a Catalunya de su derrota electoral, exige la aplicación del 155, junto a los otros gerifaltes de su partido más decididamente anti-independentistas, García Page, Lambán, Fernández Vara. Se va configurando un batallón socialista partidario de la represión en Catalunya y aliado seguro con el frente nacional de la extrema derecha. 

La fórmula real de la convivencia trae detrás las huestes nacionalistas españolas, dispuestas a lo que sea con tal de no perder la colonia catalana. Lo malo es que "lo que sea" no es moneda de curso legal en Europa.

A los de Podemos les ha pillado el toro.

Aquí el texto en castellano:

Que dice el rey que…

No he escuchado el discurso de Felipe de Borbón ni he contemplado su relamida figura en la puesta en escena que habrá hecho TVE. Me repugnan los espectáculos cursis y esta monarquía, además de franquista, retardataria y corrupta, es ante todo y sobre todo cursi. Cursi esas niñas resabiadas con perpetuo gesto de asco; cursi su madre en su esmirriada presencia y cursi el padre, poseído de una importancia de la que personalmente carece, pues no es más que un monigote al servicio de la brutal oligarquía hispana.

No lo he escuchado, no por ser el jefe del Estado del país vecino, pues sé de sobra que también es el capitán general de unos ejércitos que están ardiendo de ganas de invadirnos. No estoy loco y me interesa mucho saber qué planes tiene la metrópoli para la colonia con los exclusivos fines de defendernos.

Pero no es necesario soportar en directo las sinsorgadas de este muñeco perverso. Legión de políticos, periodistas, comunicadores, intelectuales españoles ya han volcado o están volcando sobre el sufrido papel sus babeos cortesanos sobre la sensatez, la oportunidad, la moderación, la justicia, la altura, la magnanimidad y los, si necesarios son, pacientes reproches que salen de su real boca.

A la vista de esto, un marciano se preguntaría qué extraordinario valor moral e intelectual tendrá un individuo al que todos parecen escuchar embobados una vez al año para hacerse después lenguas en su favor. El marciano se sorprendería al saber que se trata de un individuo de reducidas luces, tiránico proceder, vida parasitaria a costa de los demás y que carece de todo conocimiento de la realidad de millones de vidas ajenas sobre las que habla con tanto conocimiento de causa como de la cuadratura del círculo.

Pero eso será un marciano. Un español, sobre todo si es un político muy y mucho español considerará que la ramplona alocución real está llena de sabias consejas y preceptos morales, iluminadas por una poderosa inteligencia y las comentará arrebatado por la admiración. Así, el líder de Podemos, Iglesias, desgranaba la noche misma del evento, al pie del altar/Tv su admiración por la sensibilidad real aunque añadiendo un punto de crítica a la institución porque en un condicional celestial, sería mejor una República. Para el discurso del año que viene ya habrá preparado algún marquesado para este otro figurín que iba a asaltar los cielos y se ha quedado en Aravaca.

Y el resto de la astracanada hispánica a tono con el ridículo del país. Los socialistas hacen piña detrás de las palabras del Felipe y señalan con el dedo a los contumaces catalanes que, con su obstinación de la libertad y la dignidad, causan el real disgusto. Según parece, hay un trasgo maligno en el reino obstinado en envenenar la feliz convivencia entre sus vecinos: y no es el embustero criminal Aznar, ni el corrupto ladrón Rajoy, ni la guardia civil con sus expedientes de torturas, ni los piolines capaces de sacar ojos o reventar cabezas de ciudadanos impotentes, ni los bancos que roban a mansalva, dejan a la gente en la calle o la empujan al suicidio, ni los empresarios que pagan sueldos de mierda a la gente y la mantienen en el paro estacional, ni la iglesia católica que bendice todo esto tras haber llevado bajo palio a Franco..

No. Quienes rompen la convivencia de que disfruta esta monarquía de origen fascista y este orden social basado en el abuso, el robo, la explotación y la represión son los catalanes que, hartos ya de ser los paganos de esta vergüenza, queremos irnos.

¡La unidad de España! ¡Quieren romper la unidad de España! Gritan enloquecidos todos los demás políticos dinásticos, los del PP, C’s, Vox y tutti quanti, los retoños del franquismo, los ladrones que llevan decenios robando el erario, los fascistas del brazo en alto. Todos esos aplauden el discurso del Borbón y les gustaría que pasara de las palabras a los hechos, bombardeando Barcelona, por ejemplo, como recomendaba el liberal Espartero.

Lo que no entiendo es por qué muchos políticos catalanes se hacen eco de las palabras de este mindundi siniestro y analizan su sentido. El presidente Torra ya lo ha desmentido, afirmando que en Catalunya no hay un problema de convivencia, sino de democracia. Ahora esperamos que en su discurso de 31 de diciembre, este mismo presidente dé condigna respuesta a la melaza de fascismo “light” del Borbón.

Los demás, a lo nuestro. A construir nuestra República independiente. A liberar a nuestras presas y presos políticos; a traer a casa a los exiliados y exiliadas; a resarcir a quienes tienen el patrimonio embargado.

A construir un país nuevo, pacífico, avanzado, libre de España.




dimecres, 26 de desembre del 2018

El régimen

Ahí está, representado en una triunfal portada de El País. Es el regreso a los viejos mejores tiempos de periódico ilustrado de un gobierno ilustrado y, en el fondo, un Estado ilustrado. 

Las vaciedades del monarca y sus subrepticias amenazas tienen tratamiento especial una vez al año, como si hablara el oráculo de Delfos. El país real habrá estado a lo suyo, pero como ávidas palomas acuden a las migajas reales los partidos, los políticos, los medios, la España oficial. Todos los partidos no independentistas (sabia precisión) alaban el discurso del rey. Y el periódico real subraya la coincidencia de Podemos. En efecto, su secretario general enhebró un hilo en tuiter aún sin duda bajo la emoción que le produjo escuchar al monarca y vertió incontinenti su entusiasmo, aunque sin olvidar que la razón de la historia ya no tolera formas monárquicas. Nada que no se le pueda perdonar en futuras convocatorias. No hay monárquicos más fervientes que los republicanos. Pregunten a Sánchez.

Al monarca le preocupan en especial los jóvenes, dice el periódico que, además, editorializa sobre el asunto. La juventud, divino tesoro, está pagando las consecuencias de una crisis mezcla de despilfarro y corrupción. Pero nadie aporta soluciones y menos que nadie el rey que de esto de una juventud sin horizontes no sabe nada; pero de despilfarro y corrupción, mucho. El mantenimiento de una Casa Real es un despilfarro. Y una Casa Real uno de cuyos miembros está en la cárcel por delincuente algo tiene que ver con la corrupción. Pero no importa. Todos a alabar la preocupación real por la juventud, aunque lo único que se le ocurra sea recomendarle mucha convivencia, como a todo el mundo.

La convivencia, reflexiona la real cabeza, esta en peligro. Pero todo se arreglará merced a la Constitución de 1978 en su 40º aniversario. El PSOE encantado de que la Constitución esté viva y mira que es encantarse con poco. Muchos la daban por muerta y moribunda y necesitada de una reforma importante, si no total. Y todo en orden. La Constitución que permitió los mejores cuarenta años de la historia de España, convenientemente retocada aquí y allá (que para eso está viva) nos dará otros cuarenta aun mejores.

¿Hay alguien en contra de este idílico futuro en que hasta los jóvenes serán convivencialmente felices? Sí, los catalanes. Los aguafiestas del imperio nacional español. Los que dicen que el rey va desnudo, los que quieren decidir por su cuenta. ¡Habráse visto desfachatez mayor! ¡Por su cuenta! Aquí no hay más cuenta que la española.

El régimen traspira animadversión a Catalunya y está empeñado en construirle una imagen de enemigo. Estúdiese el titular: "Torra rechaza la llamada del discurso del Rey a la convivencia". Es tremendamente  injusto y falso. Torra no ha rechazado nada y menos una invitación a la convivencia. Lo que ha dicho es que aquí, en Catalunya, no hay un problema de convivencia, sino de democracia. La mayoría no puede llevar adelante su proyecto por acciones represivas del Estado de diverso tipo. 

El objetivo de esta manipulación es claro: fabricar una imagen de Torra como adversario de la convivencia. De ese modo ya se sabe a quién intentarán culpar de la ruptura de esta si se rompe por la acción represiva del Estado.

Puro régimen, pero incapaz de mantener la unidad de España si no es por la violencia. La presidenta de la Junta de Andalucía, Díaz, se ha sumado a los otros gerifaltes socialistas partidarios de aplicar el art. 155 en Catalunya. 

¿No ven que lo que rompe la convivencia es la represión?

dimarts, 25 de desembre del 2018

FELICIDADES

Siguiendo tradicional costumbre deseo lo mejor para todo el mundo. Cada cual decide qué es lo mejor para él/ella. Para mí, lo mejor es la verdad, mi verdad. Y no me la guardo, como recomienda el poeta en nombre de la Verdad, con mayúscula, con evidente deseo de impresionar más. Casi todas las cosas que hay que nombrar con mayúsculas son falsas. No digamos la verdad. Es que, además, no se puede.

"Si no puedes complacer a todos con tus hechos y tu arte, sé justo con los menos. Complacer a muchos es malo," dice el texto de Schiller en la ilustración de Klimt titulada "Nuda veritas" (1899) de un rabioso modernismo. Con un espejo porque si la verdad no puede verse, estamos apañados/as. Y una serpiente, simbólico animal, que se cuela en la imagen como un trampantojo que viene de la Biblia.

Esta reflexión del poeta romántico es muy oportuna en los empalagosos ambientes navideños. Lo suyo, dicen, es aparcar un par de días las trifulcas y desear todos/as a todas y todos lo mejor. Olvidando que, en infinidad de casos, lo mejor para unos es lo peor para otros. Desear lo mejor a todos/as es una vaciedad. Hacerlo aduciendo la "magia de las fiestas", es crueldad mental. Complacer a muchos/as, tiene razón el autor de Los bandidos, es malo. Miren las audiencias de televisión y juzguen los programas a las que están enganchadas, mentalmente enganchadas.

Quédese la cosa en ser justo/a.

Y eso, que cada cual lo vea por sí misma/o.

dilluns, 24 de desembre del 2018

El desconcierto concertante

Aquest president es una mica desconcertant. No em sembla que visitar presas i exiliadas sigui una de les tasques normals del càrrec. Peró tot avui a Catalunya és desconcertant. Natural.  Una revolució es sempre un desconcert. I en el cas de la catalana, un desconcert del qui surt una poderosa polifonia basada en una monodia: independència. 

Un presidente que va a visitar a una represaliada miembro de los CDR, las manifestaciones últimas más radicales incluso contra su propio gobierno, se convierte en un mensaje sobre el carácter familiar del independentismo. Como también lo es cuando Elisenda Paluzie, lanzada a la vanguardia del republicanismo eficaz, espolea al gobierno en esa dirección, rogándole que se haga a un lado si no avanza en ella. A su vez, la consellera y portavoz Artadi afirma en una muy interesante entrevista que coincide plenamente con la CUP en la necesidad de hacer políticas republicanas eficaces. 

En efecto, una verdadera polifonía que acompaña a una acción común en la reclamación de un referéndum de autodeterminación mediante el que se pretende conseguir democrática y pacíficamente una república catalana independiente de España. Hay quienes dicen que esta solicitud es una muestra de debilidad y una cesión porque el referéndum ya se hizo, la independencia y la república ya se proclamaron. Solo corresponde seguir endavant. Aquí surgen las diferencias tácticas en el independentismo sobre si se debe agotar o no la vía del diálogo. Pero son diferencias tácticas de breve duración ya que la vía del diálogo se agotará de cierto con la enésima negativa del gobierno a diálogo eficaz alguno. 

El problema, como siempre, es el Estado español y por eso la cuestión catalana es la cuestión española. España no puede permitir ese referéndum porque teme perderlo. Y es bastante probable que así sea y que sea así cuando la intervención exterior obligue a realizarlo por haber llegado las cosas a un paroxismo. Un Estado de derecho contemporáneo en una sociedad democrática no puede reprimir por la fuerza la voluntad de millones de ciudadanos. Ni el 155 ni ningún otro estado excepcional más o menos disimulado es viable hoy en Europa.

La confrontación desgasta mucho más al Estado que a la Generalitat. El Consell per la República es una garantía de gobierno republicano en el exterior y, también, de emergencia para el interior en caso de que vengan mal dadas y el gobierno opte por seguir inflando la población penitenciaria. Por si el Consell no tuviera suficiente tarea de internacionalización, la farsa judicial montada con el proceso del 1-O le dará quehacer en abundancia y en detrimento de España, cuya justicia está por debajo de la "Marca España".

El gobierno quiere los presupuestos generales del Estado porque los necesita para seguir gobernando. Nada más fácil; reproduzca la mayoría de la moción de censura. ¿Cómo? Presentando una moción parlamentaria apoyada en esa mayoría para autorizar un referéndum de autodeterminación en Catalunya encajándola en una interpretación abierta de la Constitución. 

A partir de ahí comenzaría la solución política del conflicto, sobre la cual no hay nada escrito. Hay quien dice que todo pacto en ese sentido es una derrota de España y una derrota no es jamás una solución, sobre todo si se cree estar en posesión de una fuerza mayor. Sin embargo, la cuestión no es esa, sino si hay otra solución que no sea la derrota. Y si no la hay, más vale una derrota honrosa que una deshonrosa; incluso más que una victoria deshonrosa. 

diumenge, 23 de desembre del 2018

No hay otra vía

Aunque parezca mentira, el ridículo consejo de ministros celebrado en la colonia ha sido muy útil.

Vinieron sobrados y generosos, manteniendo la provocación sietemachos sin enmendarla a pesar de los avisos, y se fueron corridos con el rabo entre las patas. Llegaron con abalorios para los nativos, como si fueran mercedes de generosidad socialdemócrata y no derechos de la ciudadanos. Vinieron a apalear a mansalva a título de escarmiento y no pudieron más porque los colonizados no caímos en sus provocaciones. Traían preparado el rollo de la evangelización, es decir, sus habituales mentiras sobre las proporciones de indepes/no indepes y la imaginaria fractura de Catalunya. Y lo que vieron les llenó de espanto: una sociedad unida en contra del colonialismo español.

Si tan seguros están de que la independencia no es mayoritaria, ¿por qué no permiten un referéndum de autodeterminación para salir de dudas? Como en Quebec y Escocia, vamos. A nosotros nos parecería de perlas porque contamos con un apoyo del 80% a la petición de referéndum (Sánchez, tocando el techo, pide 75%) y un 59% de apoyo a la independencia. O sea, vamos tranquilos. ¡Ah, no! dicen muy dignos: es que para nosotros no es cosa de cantidades sino de principios: la soberanía, el pueblo, la unidad, la nación, bla, bla, bla. Al parecer los canadienses y los británicos no tienen principios o bien los catalanes tienen menos derechos que los escoceses y lo quebequeses. Y así es. Pero no porque sean inferiores, sino porque el régimen colonial español administrado por el PP o el PSOE no admite que los colonizados ejerzan la plenitud de sus derechos y puedan emanciparse democrática y pacíficamente. Lo que habla aquí por boca de estos seudodemócratas de la izquierda es el miedo a perder el referéndum. 

Y como no lo admiten y están dispuestos a hacer lo que sea literalmente lo que sea para impedir el derecho de la gente a votar su propio destino, tres conclusiones son de rigor:

Primera.- No hay posibilidad de referéndum pactado de autodeterminación con el Estado español, lo administre el partido que lo administre. Solo queda por tanto la vía unilateral. No violenta, pero unilateral. No hay otra. Si la hubiera, sin duda la exploraríamos; pero no la hay y, por tanto, solo el pueblo de Catalunya liberará a Catalunya de la opresión española.

Segunda.- Como no hay arreglo, los gobernantes socialistas (cuya calidad intelectual y moral es ínfima) echan mano de sus ideólogos, a ver si estos pueden sacarles las castañas del fuego. Son los que llevan años diciendo que en Catalunya no pasa nada y que el independentismo es un soufflé. Ahora tienen que salir, plumillas y paniaguados del régimen en sus periódicos, radios y televisiones, a articular su abanico de patrañas en defensa de sus amos en divertidísimos refritos:

1ª) Dicen amargamente que los insultamos. Ellos que no dejan de llamarnos fascistas, nazis, xenófobos, racistas, supremacistas, necesitados de desinfección (Borrell), delincuentes (Calvo) y Le Pens (Sánchez). Una batería de insultos en que rivalizan con sus amigos de la SCC (cuyo presidente ha sido destituido por presunto ladrón) o de Vox, una tropa de franquistas.

2ª) Articulan una defensa del régimen del 78 con criterios exclusivamente de legalidad positiva (sin mención, claro a legitimidad alguna que, aquí, viene directamente de Franco), del respeto a la ley y la Constitución. El mismo punto de vista que el PP, en cuyas filas militan sujetos que votaron contra la Constitución que hoy ellos y sus monagos del PSOE utilizan como arma arrojadiza. Llaman, como el PP, Estado de derecho a un Estado corrupto, podrido, franquista en el que los jueces, muchos de ellos prevaricadores, están al servicio del poder político... siempre que sea de la derecha. A los socialistas solo les queda la función de embellecer esta basura, el papel de comparsas complacientes, cosa que hacen de mil amoress.

3ª) Tratan de reducir la "cuestión catalana" (que no existe, que es la cuestión española) a un problema de legalidad hic et nunc, ignorando su dimensión histórica. Muestran así su miseria moral al racanear con el asesinato de Companys e imponer por fiat mesetario el nombre del aeropuerto que les da gana, dejando clara su pertenencia a la familia postfranquista de la venerada transición. Estos socialistas hicieron una ley de la Memoria histórica enclenque e hipócrita que, en el fondo, les molesta tanto como a Vox y por eso se oponen a que los franquistas sea extraditados a la Argentina o el Parlamento puede averiguar los latrocinios del ahijado de Franco, Juan Carlos I, el Campechano.

Tercera.- No haya duda de que intentarán volver a Catalunya (si no nos libramos antes de ellos) en compañía de la Manada Nacional, con el PP, C's, Vox y Podemos en el furgón de cola. ¿A qué?

A tratar de imponer otro 155, como el que ya impusieron entre el PP y el PSOE con un PSOE pidiendo que fuera especialmente duro y amenazando luego un día sí y otro  no con volver a emplearlo. Aunque hacerlo sea una prevaricación añadida.

A meter más gente en la cárcel, mandarla al exilio o confiscar sus bienes como buena organización socialfascista. Si los gobernantes y sus aliados de Podemos tuvieran una miaja de decencia, en lugar de chantajear a los presos y rehenes políticos, los hubieran liberado. El maullido de algunos ministros de que esa es cuestión judicial y que en España hay división de poderes es una tomadura de pelo hasta en la casa de quien la esgrime: en primer lugar porque no es verdad que haya separación de poderes en España, como se ve en los contubernios de los dos partidos dinásticos para asegurarse su cuota de poder y mangoneo en la judicatura y, en segundo, porque igual que el gobierno anterior los metió en la cárcel (pues fue el gobierno, valiéndose de unos jueces serviles), este puede sacarlos. Lo que sucede es que no quiere porque está de acuerdo con perseguir penalmente las opciones políticas que no le gustan. Qué tenga esto que ver con la izquierda, con cualquier izquierda, es un misterio mayor que el de la santísima trinidad

A impedir por la fuerza bruta que la gente pueda votar, impedir que los catalanes ejerzan un derecho solo reservado en monopolio al llamado "pueblo español" que comprende a la fuerza el pueblo catalán, despojado a su vez de su derecho.

Y a este fascismo típicamente español en contra de Cataluña, como siempre, lo llaman democracia.

dissabte, 22 de desembre del 2018

La lucha continúa

El gobierno puede decir lo que quiera. Suele hacerlo y lo que habitualmente dice tiene una relación tangencial con la realidad. Y eso si, además, no es un insulto a la inteligencia, como hacía el corrupto gobierno anterior, apoyado en un partido de ladrones que hace tiempo debiera estar ilegalizado. Con los socialistas, el gobierno ya no insulta tan groseramente el sentido común y la decencia de las personas, pero sigue alejado de la realidad y mecido en los exabruptos de sus ministros más cerriles como Borrell y Calvo y las sinsorgadas de las más refinadas Batet y Celáa.

Es para morirse de risa. "El diálogo ha dado sus frutos", dice una de ellas tan oronda y ajena a la realidad evidente. En siete meses no ha habido diálogo alguno. Ni siquiera el día del consejillo del Virreino. No ha habido más que las barbaridades de Borrell y las mentecateces de Calvo. Y, lógicamente, tampoco ha habido fruto ninguno.

Porque no creo que nadie con algo de sensibilidad llame "frutos" al hecho de que toda Barcelona, toda Catalunya se movilizara ayer contra el gobierno español en concreto y España en general. Movilización pacífica y cívica, como siempre; de forma respetuosa y democrática, como siempre; sin responder a las provocaciones de los policías de paisano, de civil y de eclesiástico, como siempre. Y todo para decir al gobierno de los colonos españoles que no los queremos en Catalunya; para decir a sus fuerzas de represión que se vayan de Catalunya; para decir a sus cagatintas, intelectuales y periodistas y sus marujas magacineras de la telebasura que no hay quien los soporte en Catalunya.

Llaman frutos a las misérrimas, cobardes y demagógicas medidas aprobadas ayer por el gobierno de colonos. Asustados, tragando saliva, los ministrines y ministrinas condenaron (o algo así de celestial) el "juicio" al presidente Companys. Dentro de otros ochenta años, a lo mejor se atreven a anular de una vez todos los asesinatos "judiciales" y extrajudiciales del franquismo, régimen de delincuentes genocidas y, de paso, a ilegalizar todas las formaciones franquistas y fascistas que hay en España, la Fundación Francisco Franco, la FAEs, el PP, C's, Vox, etc. 

En el apartado chantajes fallidos se apuntan como un mérito la subida del SMI y la de los funcionarios. Las dos de justicia, debidas, y que se podrían haber aprobado también por decreto-ley en la Moncloa, sin necesidad de venir a Barcelona a hacer el ridículo y el perdonavidas a un coste tremendo para el erario.

La decisión de rebautizar el Prat como aeropuerto Tarradellas es tan representativa del carácter colonial y abusivo de estos ignorantes que mueve a risa. Nadie, al parecer, les ha dicho que, antes de cambiar ese nombre, habría que preguntar a los catalanes. A ellos, acostumbrados a tratar a los gobernados como bestias de carga, ni se les ocurrió. Y hay más: está el nombre en concreto, el de Tarradellas. Tampoco tienen ni idea de qué impacto tiene hoy ese nombre en Catalunya. Solo saben que va parejo en la historia con el de Suárez y como, en el fondo, estos socialistas son todos falangistas estilo Suárez, les pareció de cine. Y, claro, la han fastidiado. Sugiero una moción parlamentaria catalana para devolver al Prat su nombre.

Todos estos "frutos" del "diálogo" se vieron coronados con una reflexión teórica de la ministra Batet en la rueda de prensa que demuestra un grado insólito de ignorancia y autoritarismo a partes iguales. Según esta genio -y no es la primera vez que lo dice- el derecho de autodeterminación no existe porque ninguna norma jurídica lo reconoce. Es la concepción reaccionaria del derecho que anida en la mentalidad fascista de la ministra, según la cual solo es legal lo que está expresamente permitido, frente a la concepción liberal y progresista, según la cual es legal todo lo que no esté expresamente prohibido. Doctrina no solamente reaccionaria sino profundamente errónea ya que, con ella en la mano, el mundo no conocería derecho alguno. Ni siquiera el de la ministra Batet a decir tonterías, cosa que quizá fuera de agradecer.

A la vista de esta ejecutoria de logros, más parecidos a fracasos que a triunfos, hace bien la consellera Artadi en concluir que, para ese viaje, no hacían falta alforjas y que podían haberse quedado en Madrid y ahorrarnos a todos el coste del viaje. Pero en algo estará, espero, de acuerdo Artadi: por fin se ha enterado esta basca socialista de que todas sus patrañas sobre Catalunya son de risa. Catalunya no está fracturada, ni dividida, ni enfrentada y en ella no hay más violencia que la que traéis vosotros con vuestros policías y vuestros aliados fascistas de ultraesto, ultralootro, societat civil catalana, viva el Caudillo, Vox y semejante ralea con la que se mafiestan Iceta, Borrell y otros catalanes catalanófobos. Algo es algo.

Aunque, pensándolo bien, el viaje del gobierno y los cuatro vagidos temerosos que ha dado en Barcelona quizá hayan servido para manifestar la unidad de destino en lo universal de la extrema derecha que ha empezado a ladrar sin haber concluido la jornada: PP, FAES, C's, Vox y añadidos franquistas, falangistas, opusdeístas etc andan pidiendo medidas duras contra CataluÑÑÑÑa: 155, estados de excepción, alarma y sitio, ilegalización de todo dios, intervención, supresión de la autonomía.

Es el momento de proceder a la ilegalización de toda esta basura. 

Hacedlo de una vez si queréis recuperar algo de crédito. Criminales, ladrones y demagogos de esta ralea deben estar en la cárcel. 

Entonces podría empezar a hablarse de normalidad. 

divendres, 21 de desembre del 2018

"Buscad y hallaréis" (Mat. 7:7)

"Pedid y se os dará", dice también el evangelista, y "llamad y se os abrirá". El mundo es sencillo cuando se va de buena fe. Solo que la buena fe no abunda. Porque si en verdad se busca una "propuesta política de amplio apoyo", nada es más fácil: la tienen mañana en el Parlamento, presentada por enésima vez por el bloque independentista y con un apoyo del 80% de la población. 

Si no se trata de eso, ¿de qué se trata? 

Los principales actores/actrices de este psicodrama del consejillo del virreino han estado muy bien y han dado una buena imagen de fingida normalidad. Que tres de los participantes lleven lazo amarillo y tres no, hace visible una línea de fractura en torno a una realidad disimulada como siempre por una cuestión de nombres, si presas/os políticas o políticos/as presos. El nominalismo no disimula nada porque esos presos/as políticos son un elemento central en la voluntad de la Generalitat de llegar a la independencia, entre otras cosas, para liberar a unos presos/as políticas de una jurisdicción que el independentismo no reconoce.

El cuidadoso documento que han elaborado los participantes, al reconocer que hay un conflicto España-Catalunya de futuro incierto, da un timidísimo primer paso a una efectividad del diálogo que no parece vaya a sobrevivir a la primera tarascada de la derecha, aliada en esto con los socialistas de Roncesvalles. ¡La foto de los dos gobiernos, equaliter, es un ultraje a la dignidad patria! Ya veo a algún juez de la FAES o del Opus empapelando a los seis por ultraje a la Nación. 

En todo caso, el ánimo de la normalidad virreinal ha comprometido una segunda reunión en enero con idea de llegar al "diálogo efectivo", un debate de asuntos sustanciales como la autodeterminación. 

Pero todo esto se refiere al momento previo al 21-D, comienzo del invierno. El día en que se retornará a la normalidad en Catalunya, que no es exactamente lo que el gobierno llamaría "normalidad". Es la normalidad catalana de la movilización en pro de la República, la independencia y en contra de las actividades de una administración colonial. Hoy Catalunya y especialmente Barcelona, van a estar intransitables. Es bueno que los gobernantes vengan a ver directamente que sus mentiras sobre la división de la sociedad catalana son eso, mentiras. Y, sobre todo, a comprobar que la independencia de Catalunya es imparable. 

Desde luego lo es por la vía unilateral.

Si alguna esperanza queda de impedirla es, precisamente, mediante un referéndum pactado en el que ganara el "no". 

La llamada "cuestión catalana" (o sea, "cuestión española") no puede resolverse ya por la tradicional vía militar; tampoco, para sorpresa del nacionalismo español, por la judicial, que está provocando una insurrección social pacífica; y ahora están descubriendo que tampoco puede resolverse mediante el artículo 155. Esta medida está pensada para casos excepcionales en que una Comunidad Autónoma se salga puntualmente de lo previsto. No para el de una nación que niega a la otra la legitimidad para aplicarle  artículo 155 alguno. 

Por la muy sencilla razón de que ningún gobierno democrático puede basarse en la imposición y la violencia en contra de la voluntad de los gobernados. 

dijous, 20 de desembre del 2018

El día D

Mi artículo de ayer en elMón.cat, titulado El 21 y referido, como es obvio, al día de mañana, 21 de diciembre. El gobierno de España ha decidido intensificar la provocación en Catalunya, a ver si hay una reacción violenta que justifique la represión que este hatajo de neofranquistas del PSOE y sus amigos andan buscando. Primero enviaron a unas bandas de forajidos de extrema derecha con policías y guardias civiles de paisano a agredir a las gentes sin conseguir su objetivo. Luego mandaron a los matones y descerebrados de la Sociedad Civil Catalana y C's a provocar arrancando lazos amarillos con la complicidad de la "verdadera" izquierda española, los neocomunistas de Podemos, a quienes también molestaban los "lacitos" amarillos. Y tampoco lo consiguieron.

Ahora han decidido quitarse la careta y mandar a los provocadores oficiales, los Borrelles, los Sáncheces, las Calvos, arropados por miles de policías, a ver si, por fin se salen con la suya y consiguen la violencia callejera que los jueces se han inventado para esta farsa que llaman proceso del 1-O en el Supremo.

Lo que nos corresponde es no caer en sus provocaciones. Saldremos a la calle, a manifestarnos, a protestar de mil maneras contra esta insultante administración colonial. Pero pacífcamente. Sin violencia. 

Hemos de conseguirlo todo de modo cívico, democrático, pacífico: liberar a nuestros presos/as, conseguir que retornen los exiliados y que el régimen ocupante se vaya con sus cipayos, esos indescriptibles mamarrachos que, como Inés Arrimadas, quieren querellarse por un presunto delito que aún no se ha cometido.

Aquí la versión castellana:

El 21

En la era de la comunicación y la política espectáculo el anunciado desembarco de 9.000 policías españoles (más conocidos como piolines) en Barcelona ya ha destruido hasta la raíz la imagen de normalidad que el gobierno trataba de vender y con ella su legitimidad para andar zascandileando por estas tierras. Menudo planchazo se ha tirado, probablemente por empeño virilmente español: si necesitas 9.000 policías para que el consejo de ministros se reúna en una parte del territorio que gobiernas, a lo mejor no estás gobernando tu territorio. A lo mejor estás colonizando el territorio de otro.

Eso se encargará de demostrarlo la población. El territorio no habla. Lo hace la población por él. Para eso, es de suponer, llegan los miles de policías, para que la población no alce la voz. Bueno, los policías de uniforme, más los que lleguen de paisano con ánimo de infiltrarse a provocar altercados. Y la vigencia de la Ley Mordaza que este gobierno de izquierda decía que iba a derogar. Y el funcionamiento ininterrumpido de las cloacas del Estado. Y la banda del sargento Pepper de los medios de comunicación que esas cloacas mantienen con los fondos de reptiles.

Y todo eso para contrarrestar la rebeldía pacífica de un pueblo. El término “rebeldía” es hallazgo de los jueces que acusan de ella a los representantes, siendo así que estos no han hecho otra cosa que cumplir el mandato de los representados. Hasta los jueces entenderán que, entre un mandato de un pueblo y una prohibición de un juez, algunos optaremos siempre por el mandato. Así que, si rebeldes son los representantes, rebeldes son los representados. Dado que es rebeldía no violenta desde el primer instante, carece de relevancia penal; como carece la que pesa en acusación sobre los representados. Por eso esl juicio que comienza hoy, 18, es una farsa en la que unos jueces de partido van a aplicar la justicia del poder a sus adversarios políticos.

El consejo de ministros del día 21 trae en cartera el aumento del SMI a 900 €. Sánchez lo aireó varias veces, probablemente porque algún asesor le diría que, viniendo a Catalunya, hay que hablar de pelas. Solo este grado de ignorancia de las cosas catalanas puede explicar el desprecio con que el mismo Sánchez dice que los independentistas son incapaces de ponerse de acuerdo hasta para una huelga de hambre. Como si una huelga de hambre fuera como cederse el paso en las puertas. Ignorancia e insensibilidad muy propios del autoritarismo hispano en relación con la colonia catalana. Y menosprecio de señorito acerca de lo que los habitantes de la colonia son capaces de hacer y que es mucho más de lo que pueden los herederos y gestores del postfranquismo.

El próximo 21 D puede ser el día más largo de este otoño agonizante. La atención del país entero se centrará en Barcelona y en toda Catalunya. La protesta espontánea pero organizada con diversidad de formas, sin un centro de imputación, ha encontrado un objetivo voluminoso en los 9.000 policías para exigir la retirada de las fuerzas de ocupación. El carácter pacífico, vigilante, masivo, democrático de la manifestación, a la vista de todos los medios, incluidos los que vienen a provocar es la garantía de su éxito.

Una vez se ha comprobado que la conversación entre Torra y Sánchez es inevitable a la par que imposible quizá quepa llegar a la conclusión de que lo necesario es abrir una negociación institucional que lleve a una oferta en referéndum.

Los presos/as políticas, la huelga de hambre, la farsa judicial, la movilización social catalana, son elementos de una crisis constitucional que solo puede abordarse como tal. Y a la vista de Europa está que solo la población catalana y sus dirigentes, encarcelados, exiliados, embargados o en la semilibertad de que se goza en España o en huelga de hambre aportan propuestas y soluciones.

España solo aporta represión e injusticia que ya están volviéndose cotra ella.

dimecres, 19 de desembre del 2018

Orden del día político

Pues, señor, la brujuleada reunión de presidentes Torra y Sánchez toma cuerpo para la víspera del evento del 21. No será, parece, en régimen confesional, sino en compañía de cuatro o seis barandas más de ambas partes. O sea, el consejo de ministros del reino vendrá precedido de un consejillo del virreino. Quizá no sea mala idea. De reunirse, reunirse para algo. La parte catalana insiste en un contenido político del cónclave. No debiera ser difícil para Sánchez y los suyos, que llevan seis meses anunciando propuestas políticas sin formularlas hasta la fecha. Pero se resisten por razones de protocolo.

Atentas a la composición del consejillo. Además de los presis, Artadi y Aragonés de la parte catalana parecen obligados; y Calvo y Batet de la española, inevitables. La ausencia del militante ministro de Asuntos Catalanes puede ayudar a oírse, cuando menos. El órgano es paritario, aunque no se notará mucho pues la belicosidad de Sánchez y Calvo frente a las aspiraciones catalanas no augura nada bueno. Al menos, podrán informar después y hablar al consejo de ministros del 21D con mayor conocimiento de causa del que lucen habitualmente. 

Y, de paso, podrán aducir alguna razón para convocar el consejo en Barcelona que no sea la de la convocatoria por collons o la de que vienen como un adelanto de la lotería, repartiendo mercedes como la subida del SMI o la de los funcionarios, que no se sabe qué será más insultante. En todo caso, el juicio ha recaído ya: la convocatoria bajo protección de 9.000 policías es de una ineptitud insuperable.

La habilidad de los gobernantes del PSOE ha servido en bandeja al independentismo una ocasión única para hacer una gran manifestación pacífica de fuerza. Un motivo para parar el país sin convocar paro. Y en condiciones de gran seguridad. Está vendrá garantizada por los piolines que vienen de Madrid, pues lo último que puede permitirse el gobierno es que mañana haya algo aunque sea lejanamente parecido al 1-O.

Mañana, la sociedad catalana demostrará en todo el país que la unidad independentista no es solo entre los partidos políticos, sino entre todos los sectores y estamentos catalanes, asociaciones e instituciones, desde la presidencia de la República al ayuntamiento más pequeño. Y lo demostrará no con una manifestación, o una protesta, o una Diada, sino como una movilización general y espontánea del país. Lo que es una revolución, vaya.

El orden del día político es: presos/as a la calle, exiliadas/os a casa, embargados/as restituidas, causa anulada y negociación de un referéndum de autodeterminación. No hay otra salida. Las demás, son ciegas.

dimarts, 18 de desembre del 2018

El discurso del colonizador

¿Qué creerá este buen hombre que es una huelga de hambre? Por el modo de expresarse da la impresión de pensar que se trata de una barbacoa. El desconocimiento de las dimensiones políticas y sociales de este episodio corre parejo con la ignorancia de sus dimensiones humanas y morales. Carece de sentido llamar su atención sobre lo deplorable de su discurso así como tratar de explicárselo. Si no lo vio antes y no se apresura a pedir disculpas ahora, es obvio que la persona coincide con el personaje. 

La huelga de hambre ha revolucionado la revolución y abierto una etapa nueva de más intensa confrontación. La guinda la pone la decisión machoalfa de llevar el consejo de ministros a Barcelona protegido por las cohortes matritenses. Es una provocación en toda regla disfrazada de normalidad democrática. Si el consejo se reunió en Sevilla, ¿por qué motivo no en la otra punta, Barcelona? A Sevilla no fue necesario desplazar 9.000 policías. A lo mejor ese es un buen motivo. 

Hay más en la actitud de Sánchez; más harina colonial. Observen la condescendencia con que habla de los independentistas como si fueran  hirsutos miembros de tribus indómitas, incapaces de ponerse de acuerdo hasta para organizar una barbacoa. ¿De qué se puede hablar con gente incapaz de ponerse de acuerdo entre sí? Y ¿con quién? 

Ahí está, presto al diálogo, con la mano tendida, el líder de 84 diputados, habiendo perdido la mayoría que lo llevó al gobierno mediante moción de censura, sin presupuestos (a pesar del celestineo de Podemos), sin perspectivas y sin proyecto para Catalunya. Pero riéndose de la incapacidad de los colonizados rebeldes (como tales los juzgan unos jueces) para ponerse de acuerdo hasta en algo tan trivial como una huelga de hambre. 

Catalunya entera va a mostrar a Sánchez el próximo 21 el sentido de un acuerdo, un acuerdo que él, jactancioso, ha fijado en un 75% de la población y, en realidad, alcanza el 80%. Un acuerdo no de partido, ni de de grupo parlamentario, ni de coalición, ni alianza o asociación. Un acuerdo de una sociedad entera, en sus calles, ciudades, campos, empresas, vías públicas, etc. Un acuerdo masivo, pacífico, múltiple, con infinidad de variantes. Un acuerdo espontáneo, no impuesto, que deja en libertad a las partes para realizarlo a su manera pero convergiendo en un solo objetivo: rechazo a la presencia del ocupante y realización de un referéndum de autodeterminación. 

dilluns, 17 de desembre del 2018

Las buenas formas

Eficacia garantizada y buenas formas. Hospitalidad ante todo. Bienvenidos a la capital del Mediterráneo occidental. La República catalana garantiza la seguridad de los ciudadanos residentes, transeúntes y turistas por igual. Vengan a lo que vengan. A gobernar un país imaginario, por ejemplo, o a protestar pacíficamente contra la presencia de esos gobernantes de imaginarios reinos. La calle es de todos; la ciudad es de todos y todos pueden ejercer sus derecho bajo la protección de la ley. De eso se encarga la República, de garantizar la seguridad y la libertad. 

En Barcelona se prepara un acto el 21 de diciembre de alto voltaje político. Iñaki Gabilondo se hace cruces por la ineptitud de la idea. Depende de lo que se busque. Si lo que se quiere es apaciguar los ánimos, claro, la idea es pésima. Pero si lo que se quiere es excitarlos, la cosa cambia. Apaciguar a alguien dándole un guantazo es poco probable; lo es mucho más enfurecerlo. Llueven los avisos de que esto es lo que se busca subrepticiamente: como el enredo no tiene solución, don Quijote carga contra el retablo de Maese Pedro. Y todo por los aires.

Da vergüenza verse obligado a señalar que esta actitud no tiene nada que ver con ningún criterio divino o humano de normalidad

Lo normal sería liberar a los presos/as políticas, permitir el retorno de los/as exiliadas, restituir a todos los represaliados, anular las causas y sentarse a negociar una solución política pactada, cuyo primer punto ha de ser un referéndum de autodeterminación.

Parece que los empresarios catalanes andan propiciando una reunión Sánchez-Torra. Quieren aprovechar la próxima reunión de Fomento del Trabajo y probablemente los invitarán a un ágape. Los patronos tienen fe en que el buen yantar amiga los ánimos. Habrá que regar el yantar con copiosos caldos porque las posiciones son antagónicas. Torra dice que quiere hablar de autodeterminación y Sánchez que el tiempo que Torra hable de autodeterminación, el lo hará del Estado del bienestar.

Es un diálogo muy prometedor. 

diumenge, 16 de desembre del 2018

Por la boca muere el pez

Todo el mundo pudo ver y escuchar el pasado miércoles al presidente del gobierno en el Parlamento diciendo al PDeCat y ERC "traigan una propuesta política que tenga el 75%" de apoyo" (al Parlamento, es de suponer) "y nosotros la valoraremos". "Valorar" no quiere decir aprobar o aplaudir o aceptar. Pero, al menos, quiere decir considerar, tomársela en serio. No obstante, el presidente aconsejaba, paternalista,  a estos jóvenes exaltados:"Pero primero hagan sus deberes y busquen un acuerdo". A su parecer, sin duda, conseguir un 75% de apoyo en Catalunya a alguna propuesta de los indepes debe de ser tarea hercúlea. Por eso recomienda a PDeCat y ERC buscar un acuerdo, sin duda con la población no secesionista, ya que pedirlo entre ambos, que lo están de antemano, es absurdo hasta para Sánchez. Y, como este supone que un 75% de acuerdo en Catalunya por la independencia es  imposible (aunque esté por ver), el problema queda limpia y elegantemente resuelto. 

Lo malo (o bueno, según se mire) es que ese acuerdo ya existe, tiene un apoyo del 80% y se ha presentado en repetidas ocasiones no obteniendo otra respuesta que el 155 y una permanente amenaza de estado de excepción de hecho. Sobre ello editorializa asimismo Ara con mucho tino afirmando que el consenso que reclama Pedro Sánchez ya existe. Por tanto, la pregunta es, ¿por qué no hace lo que dice? Si pide un acuerdo del 75% y lo tiene del 80%, debe valorarlo. Valorar la realización del referéndum que piden ocho de cada diez catalanes. Sin duda la valoración será negativa y de rechazo. Pero tendrá que decir por qué. ¿Por qué no pueden hacer los catalanes lo que hicieron los quebequeses y escoceses? 

Y ahí está el problema, en que el gobierno, el Estado, no tiene razones convincentes para oponerse al referéndum salvo una y esa no puede confesarse pues es el temor a perderlo. 

La encuesta que publica Ara, que trae también datos apabullantes en cuanto al rechazo popular a la represión, mantiene el apoyo a la independencia en el 47,7%, más o menos, el porcentaje de las elecciones del 21 de diciembre de 2017. No se ha movido gran cosa. No habría de haber temor al referéndum. Pero una encuesta del Institut de Ciències Polítiques i Socials que ha hecho GESOP da un 59,6% en favor de la independencia en una consulta ahora mismo. 

Con estos datos sobre la mesa es claro que el Estado no aceptará un referéndum de autodeterminación en ningún caso. Es más, está dispuesto a hacer lo que sea, hasta trasladar 9.000 piolines a Barcelona para un pic-nic deel consejo de ministros, a ver si se arma un bochinche y se puede intervenir, suspender, cerrar, clausurar, inhabilitar y, llegado el caso, encarcelar a quien corresponda para restaurar la normalidad en Catalunya. La verdadera y tradicional normalidad de Catalunya bajo la dominación del Estado español.

Es esencial, por tanto, que la resistencia del independentismo en todo el país sea pacífica, absolutamente no violenta. Que la razón de la fuerza no pueda vencer a la fuerza de la razón. Que no se dé pretexto al Estado para imponer por la violencia un orden que la mayoría del electorado rechaza.

La entrevista de los dos presidentes es prescindible a fuer de ridícula. El cónsul se presenta en la provincia al frente de sus legiones y llama a capítulo al procónsul. ¿Y qué van a decirse? ¿Y cuándo va el cónsul a tomar declaración al procónsul, antes o después de reunirse con sus ministros? Llévese el cónsul sus legiones, reúna su conciliábulo en otro lugar del imperio y acuerde una entrevista normal de presidente a presidente para abordar el mayor conflicto constitucional que ha vivido España desde la muerte del invicto.  

Dicen los voceros del régimen que los independentistas quieren muertos. Es un típico acto fallido. Son ellos los que los quieren y para eso traen fuerza armada. Por tal motivo, ni el más mínimo pretexto para que le den gusto al gatillo. Movilizaciones, desobediencia, resistencia pacíficas. Hay batallas que se ganan no dándolas. Táctica fabiana. 

dissabte, 15 de desembre del 2018

La libertad y la necesidad

La revolución catalana está cambiándolo todo, empezando por el propio concepto de revolución. La independencia de Catalunya es un proyecto colectivo que suscriben más de dos millones de electores, según el último recuento fidedigno de las elecciones de 21 de diciembre de 2017. Los resultados fueron, y son, de mayoría independentista en el Parlament, que es sede de la soberanía popular, órgano legislativo y donde se toman las decisiones de gobierno. Mayoría independentista que el nacionalismo español no acepta, asegurando que no es mayoría social (como si eso fuera relevante en un sistema parlamentario), pero no permitiendo tampoco que se celebre un referéndum, que sería una forma razonable de salir de dudas o de que los nacionalistas españoles salieran de dudas, porque los demás no las tenemos.

Y, como no acepta el resultado de las últimas elecciones, ese nacionalismo español (el gobierno de antes, el de ahora, el Parlamento, los partidos, los tribunales, los medios) recurre a todo tipo de trucos para obstaculizar su realización. Ha recurrido decisiones del Parlament, inhabilitado diputados, obstaculizado medidas, prohibido delegaciones. Dice tener una actitud dialogante y buscar propuestas políticas para el entendimiento, pero no ha puesto en práctica nada de lo dicho.  

Además de en el terreno de las mayorías/minorías, o sea, el colectivo, la revolución catalana tiene un elemento componente fuertemente individual. Incorpora actitudes personales y proyectos de vida que se entrelazan con la acción colectiva. Su método radicalmente pacífico la afinca en el terreno del humanismo y el humanismo es, ante todo, la prioridad del individuo, de la dignidad del ser humano en la tradición de Pico della Mirandola. No sería ella misma la revolución si, centrada en el logro colectivo, olvidara este aspecto de la centralidad de la persona.

La huelga de hambre de los cuatro presos políticos no es una decisión colectiva, orgánica o de partido (por más que los cuatro tengan notable coincidencia política en el independentismo conservador), sino sendas decisiones personales, individuales. Tienen por tanto el valor y la dignidad de los actos individuales. 

He leído unas declaraciones desafortunadas de Joan Tarda, afirmando que las huelgas de hambre no son necesarias. Saltan docenas de preguntas: necesarias ¿para qué? ¿Para un proyecto colectivo? ¿Quién lo decide? ¿Quién decide qué es necesario en un proyecto colectivo en el que se integran tantas y variadas relaciones? ¿Qué quiere decir necesario? ¿Obligado, contrario a la libertad?

No merece la pena contestarlas. Esas declaraciones jamás debieron hacerse. Pero, pues están hechas, merece la pena recordar que la huelga de hambre es un decisión personal de tremenda trascendencia. Impresiona saber que hay gente capaz de jugarse la libertad por sus ideas. Impone respeto saber que la hay capaz de jugarse también la vida.  Considerar que esa decisión no es necesaria equivale a ignorar en qué consiste la dignidad de las personas, capaces de convertir la necesidad en libertad..

Este gobierno ya ha superado al anterior en ineptitud. Lleva dos semanas tratando la huelga de hambre como un asunto de importancia menor, de sección penitenciaria porque, como siempre, no sabe nada del problema que encara. Como se apresta a hacer lo mismo en el futuro inmediato, cabe ir avisándole: en el plazo de diez días, aproximadamente, o el que decidan los médicos se planteará la cuestión de si se procede a la alimentación forzosa o no de los huelguistas. 

Esa será una decisión que habrán de tomar los gobernantes, los que han traído al país a esta situación agónica. Y no podrán escudarse tras decisiones judiciales o informes médicos. Son los gobernantes quienes tienen que decidir entre la vida y/o muerte o salud de unas personas dignas, injustamente encarceladas y dispuestas a jugárselo todo por sus ideas políticas. 

divendres, 14 de desembre del 2018

Normalidad

La última vez que el ministro del Interior desplazó fuerza de la Policía Nacional y la Guardia Civil, fueron diez mil agentes a reprimir una votación. Esta resultó ser una rebelión, según han deducido águilas judiciales, apoyada ladinamente en la violencia que aquellos 10.000 se vieron obligados a emplear muy a su pesar. Por su hazaña son hoy más conocidos que los  de la Anábasis de Jenofonte, como los piolines,. El feliz nombre ha dado origen a una categoría de las fuerzas de seguridad. Piolín: dícese del agente de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado destinado transitoriamente en Barcelona y acuartelado en algún imaginativo lugar a la espera de la voz de mando, "¡A por ellos!".

Este contingente tiene mil efectivos menos y, aun así, es desmesurado para su función principal, proteger el consejo de ministros, excepcionalmente reunido en Barcelona contra todo buen consejo y con un evidente ánimo de provocación. Resulta ridículo que sean necesarios 9.000 policías para proteger el consejo de ministros en su propio país. En una época en que no hay dinero, dicen, para las escuelas, esto es un despilfarro insultante. Tanto más si se hace con un ánimo testicularmente hispánico respetuoso con la diversidad lingüística del país: "el consejo se celebra en Barcelona por collons". 

Tan absurda es la decisión y el overkilling del gobierno que se trasmite la sospecha de que los 9.000 no van solo a proteger a los gobernantes sino a enfrentarse a los anunciados manifestantes de toda laya y condición que se han dado cita también en Barcelona el 21 con los más diversos propósitos. 

En principio es esencial que nadie olvide que todos los actos, protestas, manifestaciones serán pacíficos y que actuar, protestar y manifestarse son derechos de los ciudadanos/as. Es de esperar que no haya intervenciones de la fuerza pública y, si las hay, solo por episodios de violencia y es de esperar también que no sea ella la que los inicie.

Negros augurios para el día 21, convertido en duelo singular gracias a la ligereza de un gobierno de sietemachos. A lo largo de estos días, aparte de las declaraciones incendiarias, habrá tiempo de estudiar la incompetencia de haber puesto fecha a la ruptura de hostilidades en un territorio que no se puede controlar. El 21, el grueso de la acción se concentrará en Barcelona, pero es muy probable que haya movilizaciones y actos por toda Catalunya. 

Un Estado que necesita 9.000 policías para proteger a su gobierno no puede decir que viva en condiciones de normalidad bajo ningún concepto.

Después de siete meses, ya podía haberse dado cuenta. 

Avui, Palinuro a Berga

Una xerrada a Berga, al pavelló de Suècia, a les 8 del vespre. Ens esperen moments complicats, difícils. El 18 que ve comença la farsa judicial contra els presos polítics. Suposo que tots ells habràn de comparèixer davant els jutges, peró, atés que el procés durarà molts dias, no sabem si alguns dels que van fer vaga de fam estaran en situació d'hi anar. La farsa judicial tirarà llavors més en direcció al drama. 

Si sotmetre a persones innocents a un judici penal es una indignitat, fer-ho amb persones afeblides en la seva salut per la tortura de la vaga de fam es encara pitjor.  Una prova més de que, lluny de ser un Estat de dret, España sigueix sent un Estat torturador, regit por una oligarquia franquista i criminal.

Només amb la Repùblica y l'indepèndencia alliberarem els nostres presos i presas, exiliats i exiliades, embargats y embargades.

Ens veiem a Berga.

dijous, 13 de desembre del 2018

¿Quién miente, presidente?

La sesión monográfica de ayer nos dejó un cuadro bastante completo de la situación en Catalunya. Completo, sin embargo, no quiere decir que esté claro. El barullo y el griterío del Congreso y fuera del Congreso en relación con Catalunya impide el distanciamiento y la frialdad necesarios para entenderlo. En gran medida, la agitación está provocada para impedir un análisis de alguna utilidad. Está pensada para confundir, exasperar y llevar el conflicto a un punto de no retorno.

Interesados en la ceremonia de la confusión están todos aquellos que, no hace mucho, sostenían con suficiencia que la cuestión catalana, no tenía importancia, que era una algarada, una cortina de humo para ocultar la corrrupción del 3%; que el soufflé se desinflaría  por sí solo; que era cuestión de descabezar el movimiento independentista; que todo obedecía a la locura de un puñado de visionarios; que los personalismos se cargarían la unidad; que esta se rompería en cuanto les tocaran el bolsillo. Etc., etc. Tantos años ignorando la realidad por un complejo hecho de arrogancia, desprecio, autoritarismo e ignorancia  y esta les ha estallado en los morros. A todos. Y ha hecho caer las caretas. Todas.

Confrontado con la realidad de un movimiento independentista de amplísimo apoyo social, solidario, transversal, movilizado, radicalmente pacífico, revolucionario, democrático y electoralmente mayoritario, el nacionalismo español desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda se lanza fiero al zafarrancho de combate. Ayer lo demostró ampliamente en la bronca sesión del congreso, digno escenario de repetición de la que hay montada en las calles y en las redes, que son tan calles como las otras. 

Nos abriremos paso en el indescriptible guirigay de ayer separando cuidadosamente las dos vías paralelas por las que discurre la respuesta del nacionalismo español al problema que él mismo ha creado. La vía de los hechos y la de las ideas. El intento de tercera vía de Podemos de hablar de "las cosas de comer" soslo sirve para confundirlo todo más y delatar sus pocos deseos de mojarse en este peliagudo asunto. En ambas parcelas se cruzaron ayer los disparos, mezclándolo todo y tratando de hacer imposible todo entendimiento. Sin embargo, separarlas y explicarlas es fácil con el debido método.

La vía de los hechos. Abrumadoramente presente. Insultos, agresiones verbales, menosprecios, conminaciones, amenazas. Un eco del clima de las calles con bandas de matones agrediendo a ciudadanos pacíficos en Catalunya ante la indiferencia, sino la complicidad, de la fuerza pública. Bandas que suelen tener vínculos con partidos con representación parlamentaria estatal o autonómica. Declaraciones sanguinarias que ya hablan abierta y conminatoriamente de muertos. Dicen hacerlo a raíz de la mención a la vía eslovena del presidente Torra y manipulando, de paso, su significado. Pero, las amenazas de violencia, incluso letal, del nacionalismo español vienen de antes. Margallo ya avisó de que el Estado no se retiraría pacíficamente de Catalunya y uno de C's, no recuerdo cuál, vaticinó que montarían "un Ulster" catalán.

La vía de los hechos es de violencia prometida y, se entiende, de cualquier intensidad. Frente a ello, el movimiento independentista se afirmará en su actitud no violenta; no colaborará, resistirá y quizá llegue a la desobediencia civil generalizada o acciones de mayor alcance, como la huelga. Pero siempre radicalmente pacíficas. La cuestión es cuánto puede aguantar el Estado la represión de un movimiento pacífico y democrático. De ahí que las amenazas, incluidas las del presidente del gobierno, suenen a perro ladrador y poco mordedor. Pero precisamente eso es peligroso porque azuza a los mastines. 

La vía de las ideas es otra lamentable catástrofe. Sánchez acusa a Torra de mentir. Eso es lo que hace él de modo sistemático en todo pero especialmente en Catalunya. Todas sus referencias son falsas, se formulan de mala fe y, en el fondo, no descansan en otro argumento que en la amenaza del 155, o sea, la amenaza de la vía de hecho. Ideas, ninguna. Propuestas, cero. Proyectos, nada. Mentiras como ruedas de molino, difundidas por los medios obedientes y sostenidas por el uso de la fuerza. De la fuerza bruta, no de la fuerza de la razón.

Niega Sánchez al independentismo la mayoría, pero el independentismo es mayoría parlamentaria que refleja la mayoría social según se articula en el sistema parlamentario que Sánchez defiende. Luego Sánchez miente. Responde que no, porque sumando todos los demás votos, incluso los nulos, la mayoría es no independentista. No solo miente; también manipula. Asegura que la sociedad catalana está dividida, aunque no a los extremos dibujados por el señor Riverado o Casavera, pero no está dispuesto a admitir referéndum de autodeterminación alguna entre otras cosas, dice, porque los referéndums solo sirven para dividir a las sociedades. Aquí ya se lía y muestra no saber bien de qué habla pero, en todo caso, vuelve a mentir. El referéndum catalán no dividiría a la sociedad catalana porque, según él, ya está dividida. Y, en todo caso, añade condescendiente, tanto que quieren ustedes un referéndum, traigan a esta cámara una propuesta con el 75% de apoyo y la valoraremos. Vuelve a mentir con mentira ya no de rueda de molino sino de noria de verbena. Esa propuesta es la del referéndum pactado de autodeterminación que han presentado siempre los indepes catalanes y, como acaba de recordar el presidente del Parlament, Torrent, tiene el apoyo del 80%.

¿Quién miente, presidente?

Demà, Palinuro a Berga

Una xerrada a Berga, al pavelló de Suècia, a les 8 del vespre. Ens esperen moments complicats, difícils. El 18 que ve comença la farsa judicial contra els presos polítics. Suposo que tots ells habràn de comparèixer davant els jutges, peró, atés que el procés durarà molts dias, no sabem si alguns dels que van fer vaga de fam estaran en situació d'hi anar. La farsa judicial tirarà llavors més en direcció al drama. 

Si sotmetre a persones innocents a un judici penal es una indignitat, fer-ho amb persones afeblides en la seva salut per la tortura de la vaga de fam es encara pitjor.  Una prova més de que, lluny de ser un Estat de dret, España sigueix sent un Estat torturador, regit por una oligarquia franquista i criminal.

Només amb la Repùblica y l'indepèndencia alliberarem els nostres presos i presas, exiliats i exiliades, embargats y embargades.

Ens veiem a Berga.

dimecres, 12 de desembre del 2018

Normalidad: mano dura

Venían a traer la normalidad a Catalunya y, por extensión, a España entera. Desalojaron del poder al PP, que ya tenía más gente en los juzgados que en los ministerios. Tuvieron los votos de los independentistas gratis para la moción de censura. Iban a terminar la "judicialización" pepera de un problema político. Iban a darle una solución política. En fin, lo normal.

Hicieron dos o tres balbuceantes e incomprensibles propuestas sobre mayorías para referéndums o referéndums para mayorías, nuevo estatuto, reforma constitucional federal, viejo estatuto renovado, y se callaron. Dejaron las cosas como estaban y continuaron por la vía judicializadora del PP. Se obstinaron en negar la existencia de presos políticos y se han encontrado con una huelga de hambre de cuatro de esos inexistentes presos políticos. Un quiebro del destino con consecuencias impredecibles y que, de momento, tiene muy tensionada la sociedad. 

Ahora se encuentran la bronca metida en casa como los ruidos que vienen de la calle. De allí llegan los alaridos de la derecha extrema, la extrema derecha y la extrema derecha extrema, todas portavoces del pueblo español. Todas pidiendo galeras inmediatas para Torra y los demás precitos que lo acompañan en su rebelión contra España. ¿Cómo van a hacer oídos sordos los socialistas, tan patriotas como el que más, a este clamor universal? Los barones detectan descalabros electorales si el PSOE no levanta la Tizona y se encomienda a Santiago en lucha contra los sarracenos; quise decir catalanes.   

Mano dura. No dudo de que se habrá pronunciado en los cónclaves socialistas, pero, exactamente, ¿qué quiere decir? Es lenguaje de patio de colegio de antes de Pestalozzi, pero no quiere decir nada. ¿Es mano dura venir a Barcelona y no entrevistarse con la máxima autoridad del Estado en la Comunidad Autónoma? ¿Celebrar un consejo de ministros en una fecha señalada en Barcelona? Esas pueden ser faltas de educación o gestos de machos, pero no "mano dura". "Mano dura" es intervenir la autonomía catalana en cualquier manifestación, desde tomar el mando de las fuerzas de seguridad a abolir la autonomía tout court. Hay un puente que va del PSOE a VOX. Se llama "unidad de España".

Eso es lo que quiere decir la "mano dura" que los barones recomiendan o exigen a Pedro Sánchez. Una solución que no es solución pues no tendrá el acuerdo voluntario de la otra parte y el gobierno legítimo solo puede serlo por la voluntad de los gobernados. Imponer a Catalunya una forma de gobierno que rechazan más de dos millones de catalanes con el argumento de que tienen cuarenta y tantos millones en contra es confundir la democracia con la tiranía de la mayoría. 

La tiranía no es nunca una solución en sí misma y, además, no es normal.