Eficacia garantizada y buenas formas. Hospitalidad ante todo. Bienvenidos a la capital del Mediterráneo occidental. La República catalana garantiza la seguridad de los ciudadanos residentes, transeúntes y turistas por igual. Vengan a lo que vengan. A gobernar un país imaginario, por ejemplo, o a protestar pacíficamente contra la presencia de esos gobernantes de imaginarios reinos. La calle es de todos; la ciudad es de todos y todos pueden ejercer sus derecho bajo la protección de la ley. De eso se encarga la República, de garantizar la seguridad y la libertad.
En Barcelona se prepara un acto el 21 de diciembre de alto voltaje político. Iñaki Gabilondo se hace cruces por la ineptitud de la idea. Depende de lo que se busque. Si lo que se quiere es apaciguar los ánimos, claro, la idea es pésima. Pero si lo que se quiere es excitarlos, la cosa cambia. Apaciguar a alguien dándole un guantazo es poco probable; lo es mucho más enfurecerlo. Llueven los avisos de que esto es lo que se busca subrepticiamente: como el enredo no tiene solución, don Quijote carga contra el retablo de Maese Pedro. Y todo por los aires.
Da vergüenza verse obligado a señalar que esta actitud no tiene nada que ver con ningún criterio divino o humano de normalidad.
Lo normal sería liberar a los presos/as políticas, permitir el retorno de los/as exiliadas, restituir a todos los represaliados, anular las causas y sentarse a negociar una solución política pactada, cuyo primer punto ha de ser un referéndum de autodeterminación.
Parece que los empresarios catalanes andan propiciando una reunión Sánchez-Torra. Quieren aprovechar la próxima reunión de Fomento del Trabajo y probablemente los invitarán a un ágape. Los patronos tienen fe en que el buen yantar amiga los ánimos. Habrá que regar el yantar con copiosos caldos porque las posiciones son antagónicas. Torra dice que quiere hablar de autodeterminación y Sánchez que el tiempo que Torra hable de autodeterminación, el lo hará del Estado del bienestar.
Es un diálogo muy prometedor.
Parece que los empresarios catalanes andan propiciando una reunión Sánchez-Torra. Quieren aprovechar la próxima reunión de Fomento del Trabajo y probablemente los invitarán a un ágape. Los patronos tienen fe en que el buen yantar amiga los ánimos. Habrá que regar el yantar con copiosos caldos porque las posiciones son antagónicas. Torra dice que quiere hablar de autodeterminación y Sánchez que el tiempo que Torra hable de autodeterminación, el lo hará del Estado del bienestar.
Es un diálogo muy prometedor.