Sí, ya sé que es la sección de humor de Público, titulada, muy a tono con la época Tremending Topic. Pero resume a la perfección el significado de la noticia de ayer. El Tribunal de Cuentas (en el que hay grandes amigos del PP) ha condenado a Ana Botella y siete capitostes municipales más a pagar 26 millones de euros por haber malvendido mil y pico viviendas públicas a un fondo buitre. O sea, vamos, por haber estafado a los madrileños y, en general, a los españoles.
El tuit reproducido es un hallazgo, un meme genial con el comentario añadido de "familia nigeriana que viene a quitarte tu casa". Está dicho todo. Estos salvadores de la patria la han esquilmado. Excusado decir la sarta de comentarios en las redes. El más suave, el que recuerda que en la boda de la hija se reunió el hampa oficial española, consideración que ahora alcanza a la madre de la novia. Esa condición de madre puede haber sido determinante en la supuestamente delictiva operación buitre y es que el hijo parece tener alguna relación con los fondos buitres.
Fuera de la vergüenza que una acusación así suscita, la verdad es que la peripecia de Ana Botella como alcaldesa no electa de Madrid se centra en aquel inolvidable episodio de los juegos olímpicos que el Tremending Topic recuerda. Uno en una serie de dislates y fantasías que muestra claramente cómo entiende la política esta basca de la derecha, como un lugar para enriquecerse ellos y los amigos. Y por medios delictivos.
Pero, al mismo tiempo, estos son los que simbolizan la recuperación patria y el constitucionalismo. La habitual mezcla franquista de la delincuencia y la legalidad. La legalidad de los delincuentes. Por eso hacen lo que sea con tal de gobernar, porque así pueden protegerse legalmente pues suelen legislar para favorecer el delito, o sea, favorecerse a sí mismos. El ex-presidente de Murcia acaba de irse de rositas en una causa porque la instrucción no se hizo en el breve plazo que ahora impone la ley, tras la reforma de los delincuentes para acortar los plazos de instrucción y quedar absueltos, como el ex-presidente de Murcia.
Con Botella, ya se sabe, en la causa penal solo hay que dar con el juez del régimen adecuado que dilate la instrucción más allá del plazo autorizado. En cuanto a la multa, 26 millones de euros entre ocho gerifaltes del régimen no es dinero. Mucho peor lo han tenido las familias que han debido hacer frente a subidas drásticas de alquileres o al desahucio.
Eso no hay millones con que pagarlo. Esa es la derecha que ha gobernado hasta hace poco y se apresta a hacerlo de nuevo en España, después de su éxito en Andalucía.
Y les extraña que Catalunya quiera irse.