diumenge, 4 d’agost del 2013

Hay que irse, Presidente.


El vídeo del PSOE en Youtube, poniendo en paralelo, en muertes paralelas, a Nixon y Rajoy es demoledor. Similar situación, parecidas reacciones de impostada seguridad, las mismas afirmaciones de honradez y todo ello respaldado solamente por sus muy devaluadas palabras.

A estas alturas ignoro si queda alguien en la creencia de que la intervención parlamentaria de Rajoy haya resuelto alguno de los problemas del compareciente y del país que se empeña en gobernar contra toda razón y lógica. Nadie salvo el PP y sus dos hojas parroquiales creen que lo ocurrido cierre el asunto. Al contrario, sigue vivo y, en todo caso, más que antes a juzgar por las declaraciones de Rajoy en sede parlamentaria en las que vino a reconocer la práctica de que lo acusan los papeles de Bárcenas a él en persona y a su partido del que es presidente: los famosos sobresueldos. Ya no es preciso escribir presuntos sobresueldos pues estos han sido confesados, bien que con curiosos nombres que no hacen bueno el contenido. Y dado su carácter supuestamente ilícito, constituye la mejor prueba que cabe aducir para pedir una investigación judicial por presunta asociación ilícita

Nadie ha creído a Rajoy. Menudo estratega el presidente. El 72% de los españoles piensa que Rajoy no dijo la verdad al Parlamento cantidad que, siendo alta, no alcanza el porcentaje de quienes dicen tener poca o ninguna confianza en Rajoy, según el último barómetro del CIS; un barómetro que confirma la tendencia de los últimos dos años: desprestigio de los políticos, bajísima confianza en los dos dirigentes del gobierno y la oposición mayoritaria, descenso en picado de la intención de voto del PP y mantenimiento del PSOE en el fondo del hoyo en que se precipitó el 20-N 2011 y ascenso de IU y UPyD. Según interpretación muy al uso, fin del bipartidismo. Como dicen los anglosajones: todas las opciones están abiertas.

A la par con la opinión pública y los medios solventes, tampoco lo ha creído la oposición. Esta pide una comisión de investigación y los socialistas van adelante con la moción de censura que la comparecencia de Rajoy trataba de desactivar ya que la consideraba una "amenaza". Y es lógico. Lo que en la comparecencia quedó claro es que el presidente parece haber estado sometido al chantaje de Bárcenas, como todo el mundo pensaba. Es lo única explicación al hecho de que se mantuviera despacho, secretaria, coche y sueldo al ex-tesorero, habiendo causado baja en el partido. La única explicación a esos bochornosos SMS de aliento y apoyo y presunta complicidad, enviados después de saberse de las cuentas suizas de Bárcenas y no antes, como mendazmente dijo en sede parlamentaria Rajoy. Después y no antes. Ya solo por esos SMS Rajoy debiera dimitir, según Rubalcaba. Ciertamente. Y por otras dos razones no menos graves y dignas de invocarse:

La primera, el reconocimiento del cobro generalizado y continuado en el tiempo (20 años) de los sobresueldos y la financiación ilegal del partido. Más que suficiente para hacer las maletas.

La segunda, el manifiesto desgobierno del país. Obviamente Rajoy está concentrado en las peripecias procesales de Bárcenas, que son las suyas. No puede atender a la gobernación y lo tiene todo empantanado con el agravante de que, al parecer, se va de vacaciones un mes dejando irresponsablemente atrás los problemas abiertos en progresivo agravamiento.

Lo más llamativo de todo, la actitud del gobierno respecto a la carta de Mas, que es mucho más importante de lo que parece. Despacharla con una declaración lateral de la vicepresidenta hablando de que, llegado el caso, recurrirán al Tribunal Constitucional -el mismo al que ya amenazan docenas de recusaciones- es no tener ni idea de la gravedad de la cuestión. Los nacionalistas catalanes interpretarán el silencio de Rajoy, su falta de respuesta a la carta de Mas, como el enésimo insulto de España a  Cataluña y prepararán la cadena humana por la independencia convocada para la Diada con mayor ahínco. Nadie en el gobierno parece prever el impacto mediático del hecho, frente a lo cual no hay nada preparado en ningún terreno.

Pero es que no lo hay en ningún otro. El gobierno parece descoordinado y cada ministro lleva los asuntos según le place, provocando todo tipo de protestas. Los ejemplos más típicos son Ruiz-Gallardón, Montoro y Soria. Pero no se quedan atrás Báñez, Mato o Wert. Su impacto en la opinión pública se puede ver cómodamente consultando las bajísimas calificaciones que les otorga la ciudadanía. En una democracia es difícil gobernar y que te aprueben; pero casi lo parece más que te suspendan tan rotunda y reiteradamente.

La última ocurrencia viene del ministro Margallo, un español de pro, chapado a la antigua, que la tiene tomada con el Peñón. Ya amagó alguna confrontación con Inglaterra a comienzos del mandato pero, por entonces, Rajoy aún gobernaba algo y se consiguió frenar la ofensiva neoimperial berlanguiana. Ahora puede ser distinto ya que Rajoy está dedicado a otros menesteres y, si nadie controla este asunto, nos podemos encontrar con un conflicto diplomático serio en unas condiciones de particular debilidad, tanto en lo interior como en lo exterior.

Si a alguien se le ha ocurrido que un conflicto con Inglaterra por Gibraltar puede desviar la atención del escándalo Bárcenas/Rajoy no sabe en dónde está. Lo que le faltaba al presidente es que lo humillen -que humillen a España, diría él- en la escena internacional como sucedió con el generalato argentino cuando las Malvinas.

Pero puede que no sea una maniobra de cortina de humo sino una vuelta de la raza por sus pagos. No se olvide que nuestro embajador en Londres es Federico Trillo, un recio guerrero dispuesto a defender la integridad territorial de la Patria con las armas en la mano. Y algo de eso debe de haber porque, convocado al Foreign Office para expresarle la protesta británica, no acudió sino que envió a su segundo en la embajada. Del mismo modo a lo mejor Margallo aspira a dejar su huella en las complejas relaciones de España, el Reino Unido y Gibraltar.
 
Definitivamente, esto no puede seguir así. El país necesita un presidente que pueda dedicarle las veinticuatro horas. 

dissabte, 3 d’agost del 2013

¿Comisión de investigación? Bien. Y denuncia por asociación ilícita.


Sumamente descontenta la oposición, especialmente la de izquierda, con la pintoresca comparecencia de Rajoy, vuelve al ataque. El PSOE mantiene la posibilidad de la moción de censura. Pues le ha llegado el momento de materializarla. Tiene que presentarla y forzar otro debate en sede parlamentaria en el que vuelva a tratarse este asunto de la presunta contabilidad B del PP porque es de extrema gravedad. También se pide una comisión parlamentaria de investigación. Nadie duda de que no prosperará a causa de la negativa de la mayoría absoluta del PP. La vicepresidenta Sáenz de Santamaría ya ha dicho que no ha lugar por estar en marcha una investigación de naturaleza judicial.

La cuestión es el objeto de esa investigación judicial, orientado a los presuntos delitos de Bárcenas. Sin embargo, de los papeles del precito se desprende razonablemente que puede haber otra materia de investigación: la que pudiera darse con una denuncia por asociación ilícita. Que hay indicios razonables que apuntan a este tipo delictivo en el PP lo confirmó, curiosamente, la propia intervención del presidente del gobierno en el debate sobre Bárcenas. Y lo confirmó con toda solemnidad pues lo leyó en un papel, como hace siempre que habla en público. Dijo Rajoy de modo completamente ingenuo, sin darle importancia, como lo más normal del mundo, refiriéndose a la acusación de sobresueldos regulares, reiterados, periódicos en el PP: ¿Se han pagado sueldos? Sí. ¿Se han pagado remuneraciones complementarias por razón del cargo? Sí. ¿Se han pagado anticipos o suplidos a justificar por gastos inherentes al desempeño del cargo? También, como en todas partes. Es de justicia. Se ha pagado por un trabajo, se ha pagado en blanco y se ha incluido el pago en la contabilidad. No me parece se haya reparado en la enorme importancia incriminatoria que tiene esta declaración, reveladora de una mentalidad de quien se cree por encima de la ley.

Es la máxima autoridad del gobierno y del partido la que reconoce en sede parlamentaria unos cobros como prácticas regulares, dando a entender que son lo más normal del mundo y que lo hacen todos. Lo segundo es no solamente falso, sino insultante para los demás partidos españoles, especialmente aquellos en los que los dirigentes, lejos de cobrar sobresueldos, ceden al partido parte de su remuneración. Y también es falso que sea "normal". ¿"Remuneraciones complementarias por razón del cargo" o por "el desempeño del cargo"? Normal, ¿en dónde? ¿En las empresas? Pero un partido político no es una empresa. Queda, además, por averiguar en qué medida son esas retribuciones de tan divertidos nombres (sobresueldos, en definitiva) compatibles con la Ley de Incompatibilidades, que no lo son. Por supuesto, el debate es sobre la naturaleza de los partidos. Pero algo está claro: se financian (en teoría) con fondos públicos. Deben, pues, responder de ellos.

O sea, que ni normal ni en todas partes. Y si es o ha sido delito es cosa que no puede ni debe zanjar el señor Rajoy. Su idea de que los cobros son legales porque se han declarado a Hacienda (aun admitiendo que alguno pueda no haberlo hecho, pues la carne es débil) es sencillamente estrambótica. Hacienda recauda por lo que se declara y los ingresos declarados tienen una presunción de legalidad. Pero no le compete realizar otras averiguaciones salvo casar lo ingresado con lo declarado. Sobre la legalidad o no de los ingresos (los sobresueldos) decidirán los jueces. Como debe ser.

Porque, además, la cuestión presuntamente delictiva en la que el bueno de Rajoy no cayó al hacer tan peligrosa confesión de parte no solo está en la percepción de retribuciones atípicas, por decirlo suavemente, sino en el origen de esas retribuciones. Según los papeles de Bárcenas, los fondos con que se pagaban los sobresueldos o "compensaciones" que todos cobraban tan convencidos de hacer lo que todo hijo de vecino, provenían de donaciones ilegales de empresarios que, a su vez, se manipulaban contablemente para burlar la ley y hacerlas desaparecer, entre otros destinos, en los bolsillos de los dirigentes del PP bajo los nombres de compensaciones. O para el Domund. Y hay más. En algún sitio he leído que existen sospechas de la comisión de delitos de blanqueo de dinero en relación con la compra de la sede del PP en Bilbao.

En fin que hay razones suficientes para proceder en vía judicial con una denuncia por asociación ilícita. Desde el punto de vista político, el asunto de cómo pueda resultar que un partido político sea, en realidad, una asociación ílícita, lo trató ayer Palinuro en su su entrada Ahora ya está todo claro. Desde el punto de vista jurídico, doctores tiene el Derecho que lo argumentarán y refutarán por los matices del concepto de "asociación". Pero, se vea como se quiera, la verdad es que una asociación presuntamente dedicada a recaudar fondos ilegales que destina después a actividades también ilegales al financiar las elecciones vulnerando la ley y al reparto de sueldos atípicos, que compensa aquellos mediante una práctica generalizada de actividades administrativas (contratas, concesiones, adjudicaciones) también fraudulentas, todo presuntamente, claro y que, además, realiza estas prácticas de modo sistemático y contumaz durante más de veinte años; una asociación así tiene toda la pinta de ser una asociación ilícita. Aunque su objetivo público fuera traer el cielo a la tierra.

En un Estado de derecho nadie está por encima de la ley. Ni los partidos políticos. Ni sus dirigentes, aunque sean el gobierno.

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

divendres, 2 d’agost del 2013

Ahora ya está todo claro.


Comparecencia de ayer. Rajoy admite haber cobrado sobresueldos, aunque los llame de formas imaginativas y sostenga que son "legales" porque están declarados a Hacienda. Admite asimismo que los cobraban muchos otros y trata de disimularlo, como siempre, echando la propia basura sobre los demás, sosteniendo que lo hacen otros partidos. Falso, como él sabe. Si acaso, en otros partidos se hace al revés: los dirigentes dan parte de su sueldo al partido. Esto provoca la hilaridad de los dirigentes del PP, mucho más avispados que los demás políticos a la hora de trincar la pasta.

Admite Rajoy también implícitamente, pues no lo negó, que el PP lleva veinte años financiando ilegalmente sus elecciones. Haciendo trampas.

Ahora está ya todo muy claro.

Suele decirse que la izquierda es más crítica, más inquisitiva y más protestona y por eso está siempre dividida mientras que la derecha, misteriosamente, aparece unida como una piña.  ¿Por qué? Simplemente porque en la izquierda la gente suele estar por ideales o ideología ya que el dinero no suele habitar los espacios zurdos mientras que en la derecha, al revés, están por el dinero y los ideales y la ideología no cuentan. Incidentalmente eso es lo que explica que el 99,99 % de los tránsfugas sean de la izquierda a la derecha y de la derecha a la izquierda solo haya pasado Verstringe. En la izquierda no hay dinero. En la derecha sobra y los tránsfugas van por él.

Ahora ha quedado claro ya que el PP no es un partido como los demás sino una especie de lobby del capital, la banca y la iglesia, una asociación de individuos a sueldo de la patronal, dispuestos a hacer lo que esta diga a cambio de pastuqui, de abundante pastuqui. Los capitalistas que, de tontos no tienen nada, han visto que su mejor instrumento para controlar el poder político, dictar las leyes en su beneficio y hacer fabulosos negocios a base de contactos priviligiados y corrupción es crear una organización a su servicio que parezca un partido político. De este modo, también se benefician de las subvenciones públicas del Estado a los partidos, lo cual les permite reducir drásticamente las subvenciones a los demás (de las que estos dependen) porque ellos tienen el suyo nadando en dinero de la corrupción.

Visto lo visto y, aunque el PP fabrica fabulosa doctrina y habla mucho de cosas excelsas, a tenor de los papeles de Bárcenas y de lo que Rajoy aceptó ayer en el Parlamento, el PP no es si no una asociación de mangantes que están viviendo a todo lujo con el dinero que fluye a millones de donaciones ilegales de la patronal. Esta organización mafiosa que lleva funcionando veinte años ha pervertido el funcionamiento de la democracia, ha destruido el prestigio de las instituciones y ha destrozado el sentido de las elecciones, todas ellas ganadas con trampas y, por lo tanto, nulas. Ciertamente, esto les importa un rábano porque a los beneficiarios de esta estafa, todos ellos franquistas y/o descendientes de franquistas, la democracia y el Estado de derecho les importa un rábano pues saben que, si desaparecieran, si en España volviera  a haber una dictadura, ellos seguirían en el gobierno porque de demócratas no tienen ni han tenido nunca nada.

Sobre esta asociación ilícita de hecho llamada PP, han llovido los millones de euros a cientos de las donaciones ilegales de la patronal. Esos millones de dinero sucio tenían, según se desprende de los papeles barcénigos, tres destinos:

Primero. Pagar los gastos corrientes del partido, cosa que se hacía con una generosidad sin límites porque los fondos eran también ilimitados. Por supuesto, los patronos donantes recibían condigna contraprestación cien por uno a base de contratos ilegales, adjudicaciones fraudulentas y todo tipo de favores, enchufes y mamandurrias en detrimento de la Hacienda Pública, vale decir, del contribuyente, vale decir, de los trabajadores (pues, como se sabe, en España solo pagan impuestos los trabajadores) o sea, que la lucha de clases está más viva que nunca. La patronal española -un atajo de inútiles incapaces de emprender nada de provecho y que solo sabe ordeñar ilegalmente al Estado mediante enchufes y tratos de favor- vive, como siempre, de explotar a los trabajadores. Con ayuda de la Iglesia católica, que también pone el cazo y se lleva su mordida aunque no tenga que hacer donaciones ilegales, pues ya hay media docena de ministros monaguillos dispuestos a legislar lo que ella quiere, siempre en contra de la libertad, el progreso, la ciencia y las mujeres.

Segundo. Pagar fabulosos sobresueldos a los principales dirigentes de esta asociación de presuntos malhechores. Aparte de la vergüenza de tener que proclamar su "honradez" en público y en la que nadie cree, Rajoy -y algunos otros de semejante nivel de prepotencia- suele decir que él no está en política por dinero,  pues tiene una profesión. Otra falsedad: tiene una profesión, pero no la ha ejercido nunca, lleva toda su vida activa en cargos públicos, cobrando sueldos públicos y, los últimos veinte años por dos o tres conceptos y presuntamente ilegales. Y como él, muchos otros: Áznar, Álvarez Cascos, Cospedal, Trillo, Arenas, etc., etc., todos políticos profesionales, que no han hecho otra cosa en su vida salvo servir a la patronal en donde les dicen, cobrar fabulosos sobresueldos y darse una vida de cine a costa del contribuyente al que se expolia, se engaña, se insulta y se explota. En contra de lo que dicen ellos y repite la batería de periodistas y medios que también están regiamente pagados por este seudopartido, ser del PP es un chollo: te garantizan sobresueldo, enchufe, bicocas, trajes, viajes y, con un poco de suerte, cuando dejes la política, tendrás un magnífico puesto en una empresa privada o "privatizada", el estilo de Zaplana, que está forrado. ¿Se entiende por qué el PP tiene 800.000 afiliados? Muchos esperan pillar algo y miles y miles lo consiguen. A los citados se añaden los Camps, Fabras, Sepúlvedas, "Albondiguillas", Baltares, Barberás, etc., etc. Y esos son a los que han pillado llevándoselo crudo. Calculen los que se han ido de rositas o intentan hacerlo (por ejemplo, el propio Rajoy) y verán cómo la causa de la ruina de España es esta organización cuya finalidad es esquilmar los dineros públicos al servicio de la patronal y el de sus propios bolsillos.

Tercero. Financiar las campañas electorales. Este asunto es de una gravedad inimaginable. Si el dopaje ha servido para que Armstrong haya perdido no sé cuántos títulos, en puridad de los hechos, la financión ilegal de las elecciones del PP debieran servir para anular los resultados. Es indignante, repugna a un elemental sentido de la justicia, que unos mendas hayan competido en juego sucio con otros ocultando que disponían de diez, cien, mil veces más dineros que sus contrincantes, que podían pagar lo que quisieran: los autobuses, los bocatas de los asistentes a los mítines, que podían contratar interventores, pagar trolls en las redes para hacer daño al adversario y, si se terciaba, comprar votos o lo que fuera necesario. Es una historia tan sucia que da asco. Pero hay que sacarla  si alguien quiere que la corrupta democracia española, tenga alguna posibilidad de supervivencia antes de hundirse en la ciénaga de la inmoralidad, el cinismo y la ilegalidad de una gente que ha montado un partido político, a lo que parece, para forrarse y estafar a sus conciudadanos. Tanto que es razonable pedir la ilegalización del PP en vía judicial como  asociación ilícita.

Hay que averiguar hasta el final. ¿Faltó algo ayer en la comparecencia de Rajoy?

Sí, faltaron dos preguntas que la oposición, digna y fuerte, pero corta, no supo o no quiso plantear. Son estas:

1ª) ¿Puede usted , señor Rajoy, decir en sede parlamentaria cuánto cobra y cuánto ha cobrado al mes en los últimos años y por qué conceptos? Solo para que la gente pueda saber lo que cobra el presidente del gobierno, que lleva años ocultándolo y que por fin, la buena señora que tuvo los arrestos de pregúntárselo en TV hace años, tenga su respuesta.

2ª) Las cuentas de Bárcenas en Suiza, ¿son solo de Bárcenas o son del PP? Si mañana Bárcenas dice que son del PP -pues es muy extraño que un simple tesorero sustraiga esas cantidades_ ¿qué va a hacer usted, señor Rajoy? ¿Seguirá diciendo que es usted muy íntegro y honrado -como si eso sirviera para algo- y se negará a dimitir para terminar de hundir el país?

En efecto, está todo clarísimo. Repito, la lucha de clases más viva que nunca. A un lado la gente, los ciudadanos, los trabajadores y al otro esta especie de agencia Pinkerton, compuesta por unas gentes a sueldo de la patronal, dispuestas a hacer lo que sea por seguir cobrando sus sobresueldos.

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dijous, 1 d’agost del 2013

Tras la comparecencia la dimisión es obligada.


Ha comparecido a la fuerza, arrastrado, a regañadientes, porque no ha podido evitarlo. Se lo han dicho todos los intervinientes, lo sabe la opinión pública y la prensa extrajera. Sin embargo, sigue diciendo que viene por voluntad propia. Es la quintaesencia de su personalidad: mentir, mentir siempre, mentir incluso frente a la evidencia contraria, mentir y hacer como que la verdad no existe. Debe de ser el político más desvergonzado y embustero de la historia de España, un sujeto sin categoría alguna, forjado en el disimulo, la mendacidad, la ocultación y la cobardía.

Palinuro ya avisaba de que su táctica de desviar la atención de la corrupción del PP -que lo afecta a él personalmente- con otras historias no iba a funcionar. Y no ha funcionado. Nadie le ha hecho caso y todos se han centrado en el asunto Bárcenas. Incluido él mismo, cuya réplica giró exclusivamente sobre la corrupción. Para estos efectos ya tenía preparada otra mentira: no había dado antes explicaciones sobre Bárcenas porque nadie se las había pedido. Lo dice con su habitual desfachatez.

Habiendo fracasado en su enésima maniobra de ocultación, Rajoy ha querido defenderse atacando y... la ha fastidiado porque, aun afirmando que no piensa hacerlo, cuando repare en lo que ha dicho, se dará cuenta de que ha dado un paso decisivo hacia la dimisión. Me explico.

La primera parte de la comparecencia ha dejado claro hasta dónde llega el sentido de la democracia de un franquista sobre todo si, además, es un corrupto. Empezó identificándose a sí mismo con España, como Franco. Quien lo ataca a él, ataca a España. Y va más allá: sostiene que la moción de censura propuesta por Rubalcaba (y que ahora ya es imperativo presentar) es una "amenaza" a su persona. Sólo un franquista redomado que carece de todo respeto a la democracia y el parlamento se atreve a calificar de "amenaza" el ejercicio de un derecho de los diputados de la oposición. En su estúpida megalomanía, identíficándose también con el Rey, birló a este la fórmula que él utilizó para escurrir el bulto: Me equivoqué, dice. Al margen de si eso es verdad (que tampoco lo es), ha tardado siete meses en reconocerlo y eso mientras mandaba SMS de apoyo al presunto delincuente con el que él se equivocó.

Advirtió Rajoy que las cámaras no son los tribunales de justicia ni pueden sustituirlos. Obvio, No se trataba de eso, tampoco. De hecho es una nueva mentira del acorralado presidente puesto que no lo pretenden y no hace falta que se lo recuerden. Pero quédense con esta observación para entender la segunda intervención de Rajoy pues hay que conectar las dos intervenciones. Se ve entonces el fracaso de esta nueva táctica de ocultación y por qué Rajoy está mucho más cerca de la dimisión que ayer.

Lo esencial, lo más grave, lo definitivo de la primera parte de la intervención, lo que sella el destino del orador y lo pone a las puertas de la dimisión más oprobiosa tarde o temprano es que, por fin, ha reconocido haber cobrado sobresueldos. Que los ha cobrado él y lo han hecho los dirigentes de su partido. Es la primera vez que lo hace. Ha intentado camuflarlo llamándolos de formas diversas, diciendo que pasa en todas partes. Otra mentira más: esa práctica de pagar enormes sobresueldos a los dirigentes del partido con cargo a vaya usted a saber qué ingresos es exclusiva del PP y del amigo Rajoy que lleva veinte años percibiéndolos. Digan lo que digan los del PP sobre las razones por las que están en política, la realidad es que están por una inmensa pastuqui. Vamos que el PP es un chollo con el que los dirigentes viven a cuerpo de rey y a costa de los españoles. Dice Rajoy, creyendo salvarse con ello (una prueba más de que si los dioses le han dado una cara muy dura, también lo han dado una inteligencia muy corta), que están todos declarados a Hacienda. Estaría bueno. La declaración a Hacienda muestra que se tributa por lo que se ingresa, pero no dice nada sobre el origen de los ingresos ni sobre su licitud o no. 

Por eso es tan importante la admisión del cobro de sobresueldos en sede parlamentaria que hasta ahora era cuestión que Rajoy había rehuido cuidadosamente. Ya está claro -pue lo admite- que ha recibido sobresueldos. Es un hecho. Ahora falta que en su tardo cerebro entre la idea de que lo ilícito está en el hecho mismo de cobrarlos, se declaren o no Hacienda. Rajoy debe dimitir ipso facto por estar lucrándose con dineros ilícitos en tanto reduce los ingresos de los ciudadanos y más si, encima, se sube el suyo mientras baja los de los demás. Y eso ocultándolo, a la chita callando. Es algo sencillamente repugnante.

Es una pena que la oposición -que estuvo bien, en general, aunque falta de garra- no aprovechara la ocasión para hacer la pregunta que Palinuro hace meses que pide se formule en sede parlamentaria: aprovechando que ya admite usted haber cobrado sobresueldos, ¿quiere usted decir cuántos, cuánto, cuándo y por qué conceptos? Parece mentira pero, con lo que ha sucedido, España debe de ser el único país de Europa que no sabe cuánto cobra al mes el presidente del gobierno.

La segunda parte de la comparecencia ya cerró el círculo de su forzosa dimisión debido a su incapacidad para defenderse con acierto. Tardará más o menos, pero la suya es una dimisióbn obligada. Gran parte de la segunda intervención fue repetición monocorde del "y tú más" que solo demuestra que se dan por buenas las acusaciones.

Pero hay más. Rajoy creyó zanjar valientemente la cuestión con un No voy a dimitir porque no soy culpable. Recuérdese ahora lo que dijo en la primera parte sobre confundir parlamento y tribunales. ¿Quién los confunde si no él mismo? Nadie, que yo sepa, le pidió la dimisión por considerarlo culpable, sino por considerarlo responsable de los hechos, que, aunque no lo crea, no es lo mismo. Si es o no culpable lo decidirán los jueces. Solo a un personaje tan falto de luces como sobrado de mendacidad se le ocurre que pueda tener algún valor ante nadie que alguien acusado de un delito diga que no es culpable. Solo a alguien tan necio como para creer sus propias mentiras se le ocurre pensar que el responsable político de un cargo público que resulta ser un presunto delincuente contumaz no es responsable político de lo que haga el presunto.

Se lo dijeron ayer en sede pàrlamentaria; se lo dice la calle; se lo dice la prensa internacional: por el bien de España, váyase, deje de mentir, de engañar, de hacer cisco a su país. ¿No ve usted que no lo creen ni los suyos, ni los que esta mañana le aplaudían?

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?


La comparecencia de hoy es un punto de inflexión en el gobierno de Rajoy. Más o menos a mitad de la legislatura, se produce con un motivo de extraordinaria gravedad, que afecta a la legitimidad de las instituciones. Y encuentra al gobierno enfrentado a la oposición (y buena parte de la opinión pública) no solo en lo político, sino también en lo moral y hasta en lo cognitivo. Para el gobierno y su partido, Bárcenas es un delincuente (le han quitado el preceptivo "presunto") que actuaba solo, del que nadie tenía noticia, al que nadie conocía (Rajoy, en concreto, ni de nombre) y que, por supuesto, no tiene nada que ver con el partido y el gobierno cuya honradez es acrisolada, la contabilidad transparente y sus dirigentes, dechados de virtudes y amor a la Patria, por la que han renunciado generosamente a los emolumentos que en la vida civil les hubieran correspondido, dados sus muchos méritos.

La oposición, por otro lado, cree que los papeles de Bárcenas son la válvula por donde ha salido toda la podredumbre que hay en el PP, literalmente minado por la corrupción casi desde sus orígenes. No es un asunto individual sino colectivo. Es más, de ser ciertos los papeles de Bárcenas (apuntalados por la contabilidad B filtrada en la red por Anonymous), más que de un partido puede hablarse de una asociación ilícita, con claro ánimo (y práctica continuada en el tiempo) de vulnerar la ley. La imagen no es la de unos dirigentes íntegros, honrados, que se entregan a la patria, sino la de una pandilla de pillos redomados que llevan veinte años cobrando sobresueldos de fondos ilegales y dándose un vidorro de cine a costa del contribuyente.

Es duro plantear así las cosas. Pero es lo que hay. Y no todo. Todavía enciende más la sangre que, además de haber estado financiando ilegalmente las elecciones (cuyo resultados son nulos) y haberse repartido la pastuqui al modo mafioso, según parece, sean estos los mismos que imparten lecciones de honradez, sinceridad, democracia, patriotismo, sentido del Estado y no sé cuántas grandezas más. Los que llevan años llevándoselo crudo. Había que soportar a Aznar diciendo en 2010 que el PP tenía que seguir siendo incompatible con la corrupción. De respetarse esa incompatibilidad (que no se ha hecho puesto que hasta Aznar presuntamente cobraba sobresueldos) sería la única que hubieran respetado en el PP.

La situación es bochornosa. El presidente lleva siete meses ocultándose pero enviando SMS a las escondidas a aquel cuyo nombre omitía en público y que fingía no conocer. Enésimo ejemplo de una actitud costumbre en el presidente de mentir sistemáticamente sin que parezca afectarle el hecho de que todo el mundo conozca la verdad. La verdad es que se trata de un presidente sometido al chantaje de un antiguo presunto socio de golferías. Y en esa situación se ve literalmente arrastrado por la oposición al Parlamento, a dar cuenta de acusaciones gravísimas que pesan sobre él personalmente y lo hacen aparecer como el jefe de esa asociación ilícita, que ha organizado, administrado y de la que presuntamente se ha beneficiado. Pues viene diciendo que lo hace a petición propia.

De verdad, da vergüenza. 

Y más lo que va sabiéndose de lo que Rajoy pretende en la comparecencia; lo de siempre: no decir nada, no responder y despacharse con perogrulladas ajenas a la cuestión. La primera señal vino con la fecha, 1º de agosto, buscada para minimizar la audiencia. La segunda con el propósito de convertir la comparecencia monográfica sobre Bárcenas en un pleno escoba para hablar de todo y de nada. 

Como siempre, el plan augura catástrofe y los resultados contrarios a los previstos y queridos. Rajoy puede hablar de lo que quiera y lo hará. Pero la comparecencia es sobre Bárcenas y no habrá nadie en el hemiciclo y fuera del hemiciclo dispuesto a prestar atención a lo que no sea Bárcenas. El resto, como si quiere rezar el rosario. Además, la oposición, a la cual es forzoso dejar hablar, no le seguirá en su maniobra de distracción y se centrará en el asunto de Bárcenas, pidiendo su dimisión (la de Rajoy) por la razón evidente de que un hombre que ha llegado a estos niveles de descrédito y desprestigio, que recurre a estas triquiñuelas para rehuir el bulto y que pasa la mayor parte de su tiempo ideando tácticas para librarse de los avatares de un proceso judicial, no está capacitado para presidir el gobierno de España.

Supongamos que mañana decide el juez que, para aclarar las contradicciones entre Bárcenas y Rajoy, debe ordenar un careo entre ambos. ¿No será mejor que Rajoy dimita antes de que algo así, o similar, pueda darse?

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dimecres, 31 de juliol del 2013

De los Cobos no puede dimitir porque no es magistrado del Tribunal Constitucional.


Según Rafael Hernando, portavoz del PP;hay una campaña contra De los Cobos, con "tintes anticonstitucionales", por su militancia en el PP. Falso: no hay tal campaña y, si la hubiera, no sería anticonstitucional, sino muy constitucional. Lo anticonstitucional es que De los Cobos presida el TC -incluso que forme parte de él- y que Hernando lo defienda.
 
Dice Hernando que la Constitución solo prohíbe que los magistrados del TC sean "cargos directivos" de los partidos, pero no militantes; que el TC solo está sometido a su propia Ley Orgánica y, por tanto no le afecta la Ley Orgánica del Poder Judicial que sí declara incompatibles la condición de juez y magistrado con la militancia en un partido. Eso era lo que creía Palinuro en un principio, antes de que el propio TC soltara su nota de prensa sentando esta doctrina. Viéndolo con más detalle la explicación es falsa y la posición de De los Cobos ilegal e insostenible.
 
El artículo 19, 1 de la vigente Ley Orgánica del Tribunal Constitucional enumera las causas de incompatibilidades de los magistrados del TC y al final dice textualmente: "En lo demás, los miembros del Tribunal Constitucional tendrán las incompatibilidades propias de los miembros del Poder Judicial."

Es decir, ni campaña, ni anticonstitucional ni nada: el señor De los Cobos tiene las mismas incompatibilidades que los miembros del Poder Judicial y de nada le sirve aducir que el TC "no es parte del poder judicial" porque su misma ley reguladora, la única a la que, junto a la Constitución, está sometido, lo hace tal en materia de incompatibilidades.

El señor De los Cobos está vulnerando la ley, su posición es ilegal y, lógicamente, debe dimitir, diga lo que diga el señor Hernando.

Pero, para desgracia del tal Hernando, el señor De los Cobos no puede dimitir porque NO es magistrado del TC. Qué sea lo que ha sido hasta la fecha es algo que habrán de dilucidar los tribunales si alguien tiene los arrestos suficientes para denunciarlo por usurpación de funciones, ya que ha estado actuando como magistrado sin serlo.
 
¿Por qué? La citada Ley Orgánica del Tribunal Constitucional sigue diciendo en su art. 119, 2: Cuando concurriere causa de incompatibilidad en quien fuere propuesto como Magistrado del Tribunal, deberá, antes de tomar posesión, cesar en el cargo o en la actividad incompatible. Si no lo hiciere en el plazo de diez días siguientes a la propuesta, se entenderá que no acepta el cargo de Magistrado del Tribunal Constitucional.

¿Causó baja en el PP el señor De los Cobos al aceptar el nombramiento de magistrado? ¿Sí? En ese caso no tengo nada que decir. ¿No? Pues a tenor de la ley vigente, el señor De los Cobos no es magistrado del Tribunal Constitucional y, por lo tanto, todas las decisiones de este Tribunal en las que haya intervenido este buen hombre son absolutamente nulas.

Ni campaña, ni anticonstitucional ni nada, amigo Hernando. Aquí los únicos de la campaña, los únicos inconstitucionales son ustedes y sus amigos. Y va siendo hora de que paguen por ello. Si no cesó expresamente en su militancia en el PP, ese señor De los Cobos es tan magistrado del TC como mi gato y a mi modesto entender debiera responder ante los tribunales por ejercer indebidamente un cargo sin estar legalmente capacitado para ello.

Declarar y aclarar.


El PP es un partido "presidencialista" en el sentido de que se nombra un presidente con plenos poderes, al que están sometidos todos los demás, incluido de hecho el máximo órgano, el Congreso, puesto que, hasta la fecha, no ha intervenido en el nombramiento del presidente salvo para ratificarlo. Así pues, detrás de los secretarios generales, por encima de ellos, tomando las decisiones y siendo responsables de ellos, están los presidentes. A Álvarez Cascos le tocarron Fraga y Aznar; a Arenas, Aznar y Rajoy. A Cospedal, Rajoy.  Por cierto, Rajoy también fue una temporada secretario general de Aznar.

Así que esos tres secretarios generales (un cargo más devaluado que el equivalente del PSOE, por ejemplo, que es un partido más "parlamentario") son la última defensa que queda a los dos presidentes que siguen siéndolo, pues Aznar lo es "de honor". Los tres fueron personalidades importantes de la política española (Cospedal aún lo es, por extraño que parezca) pero ninguno de ellos daría un paso sin el permiso de su presidente. Lo que los tres citados declaren como testigos, con obligación de decir la verdad, afectará a sus superiores que, en realidad, ya están afectados por los papeles de Bárcenas.

Van a declarar sobre asuntos muy complejos. No solamente sobre los que deben tener información, sino sobre los que los afectan personalmente. Bárcenas -o sus papeles- afirma que pagó sobresueldos a los tres. Es el momento de declarar "sí" o "no", meridianamente. Porque, hasta la fecha, no se ha escuchado nada concluyente. Al contrario, un confuso batiburrillo de medias negaciones, afirmaciones inconcretas, amenazas de querellas que jamás se interpusieron; ruido, mucho ruido mediático.

A esto de los sobresueldos le ha ocurrido algo muy curioso. Las primeras reacciones, al conocerse su cobro persistente en el pasado y el presente, oscilaban entre negarlo todo con indignación y aceptarlo, pero afirmando que eran legales porque se declaraban a Hacienda. Si son legales o no, si han prescrito o no prescrito lo decidirán los jueces. Pero la opinión pública parece haber sacado la cuestión de los términos legales para llevarla al enfadoso campo de la política y parece haber decidido que, con independencia de la legalidad, el cobro sistemático de sobresueldos repartidos casi como dividendos mafiosos, con fondos procedentes de donaciones ilegales, es inaceptable y forma parte indiferenciada de ese magma de la corrupción que todo lo invade, en forma de Bárcenas, de Gürtel, de Urdangarin, de Matas, de sobres. Un baile de mangantes esquilmando la Hacienda pública, estafando a los ciudadanos y dándose el vidorro padre. Inaceptable.

Un criterio que comparten implícitamente los interesados como se echa de ver en el sigilo con que procedían al reparto de la pastuqui, sus trucos contables imaginativos, la disparatada política de incomunicación que lleva el gobierno y clara intoxicación del partido desde el inicio del escándalo, la sistemática opacidad de Rajoy al respecto hace ya años. En efecto fue en un ya lejano programa de TV en donde una buena señora preguntó de sopetón al entonces candidato, cuánto ganaba y el candidato no respondió. Se hizo repetir la pregunta para ganar tiempo y acabó diciendo bastante más que usted. Pero no cuánto en concreto. Y desde entonces no lo ha dicho. En otra ocasión afirmó que miraba la cuenta a fin de mes pues tenía los problemas de todos los ciudadanos; seguía siendo candidato y por entonces, al parecer, cobraba más de 200.000 euros al año, pero no dijo cantidad alguna.

Es el momento de aclararlo el jueves, 1º de agosto. Mientras sus secretarios generales están emplazados a declarar ante el juez, a él le corresponde aclarar ante los legisladores y la opinión, por fin, cuánto cobra y ha venido cobrando al mes y por qué conceptos. Hay que aclararlo sabiendo, además, que cobrar sobresueldos es inaceptable.

Y actuar en consecuencia.

Hemos llegado al final del camino, señor Presidente.

dimarts, 30 de juliol del 2013

Encantada de colaborar con la justicia.


Sí encantadísima. Pero ha habido que llevarla a la fuerza, como un Cristo entre Cascos y Arenas, a los que no cabe considerar como el buen y el mal ladrón porque ninguno de los dos es bueno en nada. Por eso se metieron a políticos. Y ahí va tan sandunguera la Dueña dolorida, "encantada" de colaborar con la justicia a la que lleva años torpedeando, sin presentarse a los actos de conciliación cuando se le querellan por sus habituales difamaciones, ordenando la destrucción de pruebas judiciales (como el registro de entradas en Génova 13), personándose torticeramente como pseudoacusación en el proceso de Bárcenas, con el objetivo de defenderlo cuando todavía aquel era un caballero y no el espantoso rufián que ha resultado ser. Encantada, sí señor. Así podrá contestar a tantas mentiras como se han ido acumulando. Que si ha cobrado sobresueldos, amen de dos o tres sueldos acumulados y en tiempo real, nada de diferido. Que si la llaman la bien pagá cuando es obvio que, con todo lo que ella vale, debiera llamérsele la mal pagá. A dejar bien claro al juez eso de que, si en vez de a la política, se hubiera dedicado a la abogacía del Estado -su profesión- ahora no tendría un humilde cigarral de 2,5 millones de euros, sino seguramente siete u ocho. Porque, como sabe todo el mundo, la mejor manera de contestar a una mentira es con otra más gorda. Aunque la mentira de las mentiras, la de los 200.000 uracos que se volatilizaron en el camino desde las cuentas de Bárcenas a la contabilidad del PP, esa se quedará sin contestar pues el juez no preguntará por ella y quienes sí lo harían, los diputados de la oposición en las cortes de Castilla-La Mancha, no podrán hacerlo porque, con su abrumadora mayoría de un escaño, la Dueña impide que se la llame a comparecer en sede parlamentaria. Ella no es como el blandengue de Rajoy quien, aun con una mayoría real, ha cedido y comparecerá el jueves a cantar la gallina en el Congreso. Cospedal lo tiene claro: lo que hay que hacer con el Congreso es lo que ella ha hecho con las cortes castellano-manchegas: suprimir la paga de los diputados de la oposición, jibarizar la cámara y, si la dejan, suprimirla por inútil. Porque, vamos a ver, ¿para que hacen falta los diputados -incluso los propios- si ya está ella para hacer lo que haya que hacer? Reconocer que se han cobrado 200.000 € pero negarse a rendir cuentas por ello, mentir a destajo por todos los páramos y decir que van a desmontarse las mentiras y defenderse de las de Bárcenas.

¿Nadie ha dicho a esta señora -que se mueve con protección reforzada cuando sale a la calle porque nadie la soporta- que todo el mundo cree cien veces más Bárcenas que a ella? ¿Que las únicas mentiras a las que debería contestar son las suyas? ¿Que quizá la imputen mañana por choriza?

(La foto es un montaje de la revista El Jueves.

Al pan, pan y al vino, vino.


"Llamaré al pan, pan y al vino, vino". Mentira. Ni siquiera llama Bárcenas a Bárcenas.

"Daré la cara". Mentira. Dio el plasma.

"No tocaré la educación ni la sanidad". Mentira. Las ha dejado hechas unos zorros.

"No subiré los impuestos". Mentira. Los ha subido todos.

"Cuando yo gobierne, bajará el paro." Mentira. Ha subido.

"No tocaré las pensiones. Mentira, las ha desvalorizado, las ha desprotegido y se apresta a recortarlas.

Con ese elenco de embustes a la espalda resulta difícil esperar algo parecido a la verdad en la comparecencia del 1º de agosto, en torno a la cual gira toda la vida política española y parte de la europea.  Sí, sí, parte de la europea. Téngase en cuenta que Europa es un lugar en donde un ministro dimite por una multa de tráfico en lugar de espetar "usted no sabe con quién está hablando" al agente multador. En donde otro dimite por haber aceptado una donación dudosa de 435 € o algo así, es decir, la centésima o la milésima parte de lo que Rajoy puede haber cobrado en sobresueldos, según sostiene el Innombrable.

Rajoy comparecerá a petición propia, dice, luego de siete meses de escurrir el bulto y ante el anuncio de una moción de censura. Comparecerá y colocará el habitual discurso, trufado de perogrulladas, lugares comunes y meras invenciones: 1) está volcado en sacar a España de la crisis. 2) Hemos tocado fondo y ya se atisban en lontananza signos esperanzadores. 3) El gobierno seguirá haciendo lo que ha hecho hasta ahora: las reformas que España necesita. 4) Lo que España no necesita es distraerse con las insidias de algunos y las acusaciones falsas de algún otro. 5) Todo cuanto se dice en los papeles de cierto señor es falso. 6) Piensa seguir dirigiendo la nave con pulso firme hasta las próximas elecciones. 7) Cumplirá el mandato que le dieron los españoles. 8) Y colorín colorado.

La oposición, que lo ha forzado a comparecer a regañadientes, se pregunta qué podrá hacer una vez se haya consumado la ceremonia de la confusión. Y confusión hay un rato largo. CiU apoya el proyecto de Ley de Transparencia del gobierno, con igual, nulo, sentido del ridículo. Si a alguien no se le puede conceder crédito alguno en materia de transparencia es al PP y a CiU; justo los dos firmantes de la norma.

Pero, antes de preocuparse por lo que suceda después de la comparecencia, preocúpense las izquierdas por la comparecencia en sí misma. Ambas insistirán en pedir la dimisión de Rajoy cosa de todo punto obligada. Pero, además de pedir la dimisión, tienen que decir por qué. No ha lugar a debatir sobre la crisis, las reformas, Europa o la prima de riesgo, pues la comparecencia es monográfica sobre los papeles de Bárcenas. Y lo que Rajoy debe refutar es la convicción generalizada de que tiene un partido que más pareciera una asociación de malhechores, que ha ganado las elecciones haciendo trampas, que ha expoliado las arcas públicas durante años con un sistema organizado de corrupción a base de cargos públicos corruptos y empresarios no menos corruptos, que ha estado repartiendo sobresueldos como dividendos de la ilegalidad durante años, que uno de los más beneficiados por ese reparto de dividendos estilo mafioso pudiera haber sido el mismo Rajoy.

También pueden exponerlo en términos más literarios, burlescos, jocosos, llamando de verdad a las cosas por su nombre: una corte de logreros y mangantes que se sirve de una organización partidista para organizar y llevar a cabo sus fechorías. Aparte de las que se cometieran en los tiempos de Aznar -los personajes de la Gürtel aparecen originariamente ligados por vínculos de amistad con su círculo íntimo- es en las Comunidades Autónomas gobernadas a veces por más de veinte años seguidos por el PP, en donde parecen haberse cometido las mayores tropelías. Las CCAA brindaron la imprescindible red de caciques para generalizar la corrupción, el mangoneo, la malversación, el cohecho a todos los niveles de la administración. La ridícula epopeya de los AVEs sin viajeros, las autopistas sin coches, los aeropuertos sin aviones, los museos, las ciudades de la cultura, los centros planetarios sin visitantes, todo ese desmadre de sinvergüenzas e ineptos que, además, han saqueado y llevado a la ruina el sistema de cajas de ahorro se coció en las CCAA del PP, en donde la Gürtel, Urdangarin y Bárcenas ejercían el señorío con derecho a mordida, aquí llamada comisión, allí gastos de representación, allá sobresueldos y acullá gastos de compensación. O sea, trinque.

Efectivamente, al pan, pan; al vino, vino y al chorizo, chorizo. Traten ustedes, amables lectores, de explicar a los europeos que un secretario general del partido, como Javier Arenas, pueda haber estado alojado temporadas enteras en el Palace de Madrid a gastos pagados (incluidas comilonas de 2.000 €, tres veces el SMI mensual), al tiempo que recibía su sueldo y su correspondiente sobresueldo íntegros. Traten de explicarles que el interesado no dimite.

Para ir preparando el discurso bien puede la oposición preguntar a Rajoy directamente si él ha cobrado sobresueldos, cuántos, cuánto, cuándo y por qué conceptos. Las cosas por su nombre. No se pierda el tiempo. Pregúntenle también por Arenas. Y por los 200.000 misteriosos euros que salieron, presuntamente, de las próvidas arcas de Bárcenas camino del PP de Castilla-La Mancha pero se han desvanecido por el camino, como hacían el oro y la plata de las Indias, que nunca llegaban a España o, si lo hacían, era de paso. Cospedal, la Dueña dolorida, está amargada de tener que ir a declarar ante el juez y, en justa e iracunda reacción, se niega a hacerlo en sede parlamentaria. Sobre todo, pregúntenle por qué motivo, una vez Bárcenas, ya imputado, hubo de abandonar sus cargos en el Parlamento y el partido, se le mantuvo despacho, coche, secretaria y sueldo que se prolongó en diferido hasta hace nada.

Pregúntenle por qué mintió por enésima vez cuando aseguró que el Innombrable no trabajaba para el PP cuando, en realidad, estaba haciéndolo de la forma que mejor conoce: chantajeándolo. Si no, ¿de qué le conservan los privilegios y las bicocas?

Bien. Y ¿qué hacer -se pregunta la oposición- cuando Rajoy diga que el destino le llama a cumplir con su deber de sacar a esta gran nación del pozo en que la metieron los sociatas? Es obvio: presentar la moción de censura. ¿Y cuando, presentada la moción, sea derrotada? Entonces sí, entonces habrá la oposición parlamentaria agotado los cauces ordinarios. Será cosa de escuchar a la extraparlamentaria, la que lleva dos años articulándose en la calle. Para dar mayor crédito a su gesto, la parlamentaria debe considerar la posibilidad de proceder a plantes, ausenciasy otras formas de protesta en contra de la apisonadora de la mayoría absoluta del gobierno. La retirada al Aventino que aquí podría ser a la sala de los pasos perdidos. 

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dilluns, 29 de juliol del 2013

El reñidero.


Se entiende la comparación de Bárcenas con Unabomber por lo sonoro del nombre, la existencia de una "B" en él (la letra "B" está llena de connotaciones en esta historia) y por la lejana asociación con la dinamita. Pero en todo lo demás, desbarra. Unabomber era un genio de las matemáticas, un radical neoluddita, un anarquista que predicaba los ideales del retorno a la naturaleza, si bien lo hacía asesinando gente más o menos al azar. Un asesino que decía no estar loco aunque estaba como una cabra pero que vivía de acuerdo con sus ideas, en la pobreza más absoluta, cultivando sus propios alimentos y cosas así. Todo lo contrario de Bárcenas.

Me quedo con mi comparación del cadáver de la obra de Ionesco, Amadeo o cómo salir del paso. Gürtel/Bárcenas son el cadáver que ya ocupa toda la escena porque está aquejado de la enfermedad incurable de todos los cadáveres, según Ionesco, que es la progresión geométrica. Eso le ha pasado al de Rajoy, que ha seguido creciendo y creciendo y ahora ya no hay quien pueda ignorarlo. Y el próximo 1º de agosto será el día en que Amadeo/Rajoy ascienda a los cielos agarrado a su cadáver.

Gracias a la táctica del silencio impuesto, las escapadas frente a la prensa, la desaparición del Congreso, el mutismo hasta para el nombre de Bárcenas, Rajoy ha conseguido lo contrario de lo que se proponía. Los papeles de Bárcenas son la única realidad política tangible en el país. A ellos se refieren y de ellos hablan los políticos sin parar. Los demás asuntos, si los hay, están en segundo plano. Así ha pasado una ley de reforma del gobierno local, con los solos votos del PP. Lo único que importa es el grado de descomposición del PP y la capacidad de aguante del presidente.

No es de recibo que en el PP se hayan estado cobrando sobresueldos a toda pastuqui, ni que se hayan financiado ilegalmente las campañas electorales. Sin embargo es lo que parece ha estado sucediendo por todas partes, como se desprende de las palabras de Mayor Oreja, quien admite la práctica en el PP vasco con la mayor naturalidad del mundo. Es obligado que todas las personas que aparecen nominalmente o por iniciales en los papeles de Bárcenas aporten su versión en sede judicial. Este presidente y el anterior de su partido deben comparecer ante el juez a decir si es cierto que cobraron sobresueldos y demás cuestiones concomitantes. Y detrás de ellos todos los cargos que hayan cobrado sobres, Arenas, Álvarez Cascos, Cospedal, etc. La danza de la muerte.

Ese episodio del presidente del Tribunal Constitucional que parece haber sido asesor del PP desde 1992 es, en el fondo, un asunto de aroma gürteliano. El nombre de la empresa de De los Cobos, Labour Prospectives podría haber sido ocurrencia de El bigotes. Y la intervención tan extemporánea de Celia Villalobos, primero amadrinando el nombramiento de Pérez de los Cobos como magistrado, y luego, movilizándose activamente para bloquear el debate parlamentario sobre su ahijado, ya da un toque patrio de sainete parlamentario. No es seguro que el TC salga de esta si su presidente no presenta la dimisión al tiempo que Rajoy la suya.

Mientras en la calle se da este espectáculo, Rajoy prepara su comparecencia parlamentaria del 1º de agosto. Hará lo que tiene por costumbre: no dar explicaciones y no responder a las preguntas. Será mucho más patente y suscitará comentarios y opiniones más vitriólicas que de costumbre, pero ya se encargará él de que no suceda nada. Pasará un rato sosteniendo que el Innombrable miente y que él está limpio como una patena. No es el Parlamento el lugar adecuado para las tácticas y discursos procesales. No corresponde al Parlamento averiguar si Rajoy cometió o no delito. En el parlamento debiera ventilarse la responsabilidad política según la cual le corresponde asumir la suya, que es muy grande, y dimitir. Un país no puede estar presidido por un gobernante bajo acusación de haber cometido ilegalidades y algunas de ellas por pura codicia.

diumenge, 28 de juliol del 2013

Rajoy entre Mas y De los Cobos.


Según decrece el estrépito ensordecedor del descarrilamiento en Santiago, se desgasta el morbo y la tragedia se instala ya para siempre en el ámbito invisible de las vidas privadas, vuelve a oírse el sobresaltado latir de la vida pública española.

La sempiterna cuestión catalana ha adquirido forma epistolar. Mas ha enviado una carta a Rajoy diciéndole se sirva acordar con él el referéndum de autodeterminación del que Rajoy, como de Bárcenas, no quiere ni oír hablar. Mas sabe que la carta no obtendrá respuesta positiva pero la envía curándose en salud cuando le toque justificar su convocatoria unilateral, aduciendo que él siempre intentó dialogar. Esa misiva es sobre todo de consumo soberanista interno. Sirve para mantener unida a CiU y mostrar que la Generalitat ejerce la iniciativa, bien que espoleada por ERC. Una vez que las cosas llegan a lo espistolar están graves. Entretenido con el barullo Bárcenas, Rajoy no se ha dado cuenta todavía del empuje que trae la cuestión catalana, acicateada por el próximo referéndum en Escocia. En Cataluña hay una marea soberanista que Artur Mas quiere capitanear. El Consejo para la Transición Nacional, un órgano ad hoc para materializar esa transición a la nación, ha advertido al Honorable de que puede acabar en la cárcel. Y eso que el Consejo no ha echado una ojeada a Twitter. En Twitter no solo quieren a Mas en la cárcel; lo quieren ya fusilado.

Pero Rajoy está en otras cosas, como le gusta decir cuando quiere hablar mal esquinadamente de alguien, que es la mayor parte del tiempo. Por eso ha enviado a contestar oralmente a su vicepresidenta, Sáenz de Santamaría quien no se ha apartado un milímetro de la doctrina oficial: "No". Para vestirlo un poco, tras recordar que la Generalitat ya tiene paralizada una declaración de soberanía, avisa de que lo que llegue de Cataluña lo enviarán directamente al Tribunal Constitucional (TC), con la unción de quien se remite poco menos que al juicio de los dioses. Justo en lo que quizá sea la hora más negra de ese órgano con un presidente que ya debería haber abandonado el cargo y dimitido de la condición de magistrado del TC.

El asunto empezó siendo una cuestión jurídico-política, bastante chusca pero con cierta dignidad. Palinuro, que entendía que la posición de De los Cobos era inmoral pero no ilegal, ha cambiado de parecer, convencido por mejores razones y cree que, en efecto, también es y era ilegal. Su dimisión no es conveniente ni oportuna ni prudente. Su dimisión es obligada. Y cuanto antes, mejor mientras salen a luz informaciones que van dibujando en el caso De los Cobos los perfiles bárcénigos y gürtelianos del PP. El hombre ocultó su militancia mientras tomaba decisiones que afectaban a su partido. Y también ocultó que no era una militancia de base sino de fuste y hasta capitel, con frecuentes colaboraciones con la fundación FAES; entre otras la reforma laboral que su partido está aplicando y sobre la que quizá tenga que pronunciarse como magistrado. No es un mero militante. Es un ideólogo y hasta puede decirse que un dirigente del partido que de forma tan torticera lo ha aupado en donde está.

Pero las ocultaciones no acaban ahí. También ocultó, al parecer, su condición de administrador único de una empresa de asesoría que, según informa El Plural, pudo haber contratado con el PP y la CEOE. O sea, que ya hemos abandonado las finas cuestiones jurídicas para entrar de lleno en el estilo de la casa del reparto de la pastuqui. Se nota hasta en el curioso nombre de Labour Prospectives, en un inglés macarrónico muy similar a los nombres de la trama Gürtel, un título que sirve para enmascarar una empresilla que, según va sabiéndose, solo contrata con .un cliente o dos, en régimen de monopsonio. Es decir, ya están aquí las contrataciones, las facturaciones de una u otra forma, los dineros públicos en danza, parte de los cuales pueden haber ido a parar a los bolsillos de este nuevo personaje.

La triple condición de militante, posible proveedor y magistrado del TC, hace que la figura de De los Cobos valga su peso en oro desde el punto de vista del PP. Desde el punto de vista de la justicia, de la democracia y del Estado de derecho, puede ser su peso pero en plomo. Lo curioso es que, reveladas las trampas del nombramiento de De los Cobos, Rajoy haya defendido públicamente que ese nombramiento se atiene a la ley. Lo cual demuestra dos cosas:

Primera: acostumbrados el gobierno y su partido a arrostrar acusaciones tremendas, a habérselas con los casos más escandalosos de corrupción que los salpican personalmente, fueron y son incapaces de ver el carácter absolutamente inaceptable de la peripecia de De los Cobos en el TC. Probablemente les pareciera cuestión menor.

Segunda: Rajoy no está para nada ni para nadie porque tiene todas sus fuerzas concentradas en buscarse salidas procesales. Por eso sus respuestas son meras perogrulladas. En el nombramiento del TC se ha cumplido la ley cuando en realidad no es así ni mucho menos. Pero es dudoso que el hombre, obsesionado con el innombrable, se entere de lo que responde cuando le preguntan.

Hacer depender la cuestión catalana de ese TC es imposible, teniendo en cuenta, sobre todo, que la Generalitat va a recusar al presidente.
 
Y este es el Rajoy que comparece el próximo 1º de agosto.

dissabte, 27 de juliol del 2013

Sangre, sudor y rabia.


Finales de Julio en un Madrid achicharrado y nunca mejor dicho pues las chicharras no paran en los jardines. Se les une la algarabía de las cotorras; por eso lo de algarabía, que es el ruido de los árabes cuando invadían en algarada tierras de cristianos; que estas cotorras vienen en son de guerra, como plaga temible de depredadoras. Tanto que el Ayuntamiento ha decidido salir a cazarlas, como los tramperos iban a cazar osos. Y quizá con medios parecidos. La nota melodiosa la ponen las urracas, mientras los madrileños van a sus cosas con la lengua fuera y sudando la gota gorda. Muchos estaban de vacaciones y regresan sudando y sudando salen los que las comienzan hoy. De siempre ha sido julio el mes más sudoroso del año en Madrid. Agosto lleva la fama pero el bochorno, el aire tan caliente que sofoca, la luz cegadora de las calles con unas acacias raquíticas, eso es de julio; cuando el foro echa el bofe es en julio. El "poblachón manchego" de Ortega se manifiesta en su cegadora crudeza. Madrid, el rompeolas de las Españas, no ha visto jamás más olas que las que hagan los bañistas en la llamada "playa de Madrid", por otro nombre la charca del obrero, y las de los patos en el apacible discurrir del Manzanares, regato con ínfulas de riachuelo. Lo primero que llama la atención (luego hay muchas otras cosas, algunas enojosas) al comparar otras capitales europeas con la española, París, Londres, Roma, Viena, es la importancia que tienen sus respectivos ríos en la vida de la ciudad. Sin el Sena, no habría bateaux-mouches, ni gabarras que van y vienen, faltaría alguna película de Renoir y quizá no hubiera ni impresionismo. Sin el Támesis y su actividad portuaria, no habría East End, cockneys, ni Shaw habría escrito Pygmalion ni Wilde El retrato de Dorian Gray, ni hubiera existido Jack el destripador, ni las novelas de Sax Rohmer, llenas de chinos misteriosos y opio. Sin el Tíber, nada de puerto de Ostia, ni Testaccio, nada de romagnolo ni isola Tiberina, ni la mole adrianea. Y ya no se hable del Danubio, ese que solo ven azul los enamorados porque todos los demás lo vemos de un sospechoso marrón. Así que los madrileños viven de espaldas a su río. Que en verdad no es tal. Hay más agua -y salada- en el sudor de los madrileños en el mes de Julio que en el Manzanares.

Y de pronto la sangre ha estallado en un punto del noroeste y ha salpicado a un país en modorra. Con tanta violencia que, en los primeros momentos, se habló de atentado. Es mucho el destrozo, la mortandad, el desastre de vidas; mucho el golpe. Casi ochenta víctimas nos han caído encima, apenas cubiertos los cadáveres con mantas apresuradas y nos han dejado de piedra. Ha habido varios tipos de reacciones destacadas. Lo primero de todo, la laureada de honores, para esos bomberos que han interrumpido su huelga y se han puesto al tajo de salvar vidas humanas. La población en bloque a socorrer a las víctimas, a ayudar a los policías, los sanitarios, los médicos y a donar sangre. Tanta que hubo que organizarlo todo vía twitter para que los hospitales no se colapsaran. La sociedad es rápida, solidaria, eficaz. Las autoridades han respondido. Feijóo llegó en minutos, luego fue Rajoy, que parece ir aprendiendo. Los medios, en general, no tuvieron su mejor día. El 24h de RTVE ni se enteró de lo que estaba pasando y las cadenas privadas fueron incapaces de interrumpir la programación. Mucha prensa escrita derivó hacia lo morboso y sensacionalista, levantando la indignación de las redes. Son las redes las que han difundido la noticia, han colaborado en las medidas de socorro y han comentado la cobertura de los medios. Las redes son más rápidas, más flexibles a fuer de interactivas, están más capilarizadas y, por supuesto, son inteligentes.  También han albergado el debate de interpretaciones. ¿Cómo entender la catastrofe? Hay quien busca el lado politico: es el capitalismo, las privatizaciones, el afán de lucro, los recortes, la presión a la que están sometidos los trabajadores. Y hay quien reduce el asunto al factor humano puramente individual: el maquinista. Las dos empresas, RENFE y Adif, lo culpan directamente. Sospechoso. Pero precisamente circulan historias de comentarios suyos en su TL en Facebook que ponen los pelos de punta. Lo más probable es que haya de todo, incluida la negligencia culpable de alguien más y, como siempre, la indignante comprobación de que las empresas no invierten en seguridad por codicia. Como sea, la sangre ha estallado en Santiago y se ha mezclado con el sudor de julio.

Y todo lleva no a las lágrimas sino a la rabia. Esa tragedia de la gente normal se da en una sociedad gobernada por unos políticos consistentemente acusados de haber cometido todo tipo de delitos, faltas, trapacerías, arbitrariedades y corruptelas. Un presidente del gobierno de quien dice el ex-tesorero de su partido, al que él nombró y con quien estaba a partir un piñón hasta hace muy poco, que incumplía la ley de partidos. A quien el mismo personaje acusa de de haber cobrado sobresueldos hasta el ultimo momento en sobres . Un presidente que según el mismo Bárcenas, (a) el Innombrable, le había garantizado que cobraría su salario sine die. La rabia surge al ver que es todo así de sórdido, de ruin, de miserable. Y que están todos en ello: Arenas protegiendo a Bárcenas, Cospedal despidiéndolo en diferido antes de lanzarle demandas como quien tira venablos, Aznar, Álvarez Cascos, Mayor Oreja, Trillo, callados como difuntos. Y a este cortjo principal acompañan chirigotas, mojigangas y comparsas de lo más variado, Urdangarines, Matas, Lópeces Viejos, Albondiguillas, Sepúlvedas, Bigotes, Fabras, Baltares y me dejo docena y media del tablado de la pillería. Un cuadro de Gutiérrez Solana, una fiesta como el auge y caída de la ciudad de Mahagonny, en donde el robo estaba institucionalizado..

Está claro que la estrategia de Rajoy de no hablar, mandar callar, silenciar al extremo patológico de no nombrar a Bárcenas, ha fracasado. Gürtel y Bárcenas, Bárcenas y Gürtel son la ruidosa agenda española, tienen al gobierno contra las cuerdas, dedicado exclusivamente a escurrir el bulto e idear estrategias de salvación ante una convición cada vez más extendida: no hay otra salida que la dimisión. Total, el gobierno no gobierna; se defiende. Gobernar, gobierna Bárcenas, el delincuente, "ese señor", cuyo cuñado sigue siendo el jefe de algo importante en la sede de Génova. Gobiernan las cabeceras de los periódicos, con El Mundo por delante y los otros diarios de la derecha defendiendo trincheras. Gobierna Europa. Todos los barandas europeos tienen la nariz metida en España. Incluida su prensa que, por cierto, pone a Rajoy cual no digan dueñas. Ni siquiera la Dueña dolorida que, evidentemente, no lee The Economist. Gobiernan todos menos el gobierno.

A lo que no renuncia Rajoy es a la marrullería. Tiene que comparecer, según dice con su habitual sinceridad, "a petición propia" y tiene que hablar, tiene que explicar. Pero explicar ¿qué? ¿Nadie le ha leído sus derechos? ¿Nadie le ha dicho que todo cuanto diga podrá usarse contra él por la vía judicial? No hace falta. Ya lo sabe él muy bien. Por eso se propone desactivar la comparecencia. La ha puesto el 1º de agosto, quiere rellenarla de información no pedida sobre Europa, la crisis y las consabidas reformas y pretende obscurecerla anunciando la bajada de algún impuesto. Esto ultimo es llamativo: quiere mitigar la rabia y la indignación comprando a la gente. Es una forma de ver el mundo. No precisamente noble.

Bien. Y producida la comparecencia, dadas las no-explicaciones y ofrecida la no-dimisión, ¿qué más cabe hacer? Hay quien dice que basta con sentarse a esperar los desarrollos procesales del caso Bárcenas quien ya ha anunciado que tiene dinamita para volar el gobierno. Puede ser cierto, puede ser un farol pero, si el juez no se toma vacaciones, este agosto promete ser el más amargo de la vida de Rajoy. Y el de más rabia del reino.
 
También cabe ir adelante con la moción de censura. No cabe; se debe plantear. El presidente podrá asistir o no (doble contra sencillo a que no), pero el líder de la oposición mayoritaria podrá explicarse en la cámara y, a través de la cámara a todo el país. La opinion está deseosa de escuchar a un politico sobre el que no pese la acusación de ser un rufián.

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

divendres, 26 de juliol del 2013

La comparecencia no exime de la dimisión.


Leo que la Junta de Portovaces no ha admitido la solicitud de comparecencia de Rajoy presentada por el PSOE porque este pide que, además de comparecer, el presidente dimita. Normal. Un presidente de gobierno en un país parlamentario que se niega a comparecer en el Parlamento y solo lo hace arrastrado, porque no tiene más remedio y habiendo hecho todo lo posible durante siete meses para evitarlo, no merece seguir siendo presidente.


Leo asimismo que el PSOE mantiene la moción de censura a reserva de lo que salga de la comparecencia. Todavía me parece mejor. No sé de dónde había sacado yo que los socialistas habían ido raudos a retirar la moción de censura al anunciar Rajoy su presencia. Me felicito mucho de que no sea así y lamento haber tomado lo que quizá fuera un bulo malintencionado por una noticia.

En cuanto a lo que la comparecencia dé de sí, lamentablemente cabe esperar lo peor. La convocatoria para el 1º de agosto, fecha en que toda España está en la carretera, unos yendo y otros volviendo de las vacaciones, ya deja ver la habitual mala fe del gobierno. Dice que va a hacer algo y se dedica a torpedearlo sistemáticamente antes de empezar. La oposición quiere hablar de Bárcenas, quiere escuchar al presidente del gobierno explicando sus relaciones con Bárcenas. Rajoy, sin embargo, trata de ampliar la agenda a ser posible hasta el infinito, hablando de economía, de la crisis, de Europa; todo lo cual está muy bien pero no hace al caso porque la petición es de comparecer para hablar de Bárcenas. No de otra cosa. Justo lo que hará Rajoy que, con un poco de suerte y un mucho de desvergüenza acabará la intervención sin mencionar por el nombre al tal Bárcenas con quien estaba a partir un piñon y abrir un sobre hace dos años y con quien se whatasapeaba animadamente hace unos meses.

La moción de censura sigue siendo obligada. El presidente no va a dar explicación alguna de la fronda de corrupción que hay en su partido porque no puede. De un lado está su partido, del que él es presidente; de otro la corrupción que también es el partido y el gobierno, los dos presididos por él. El principal encausado es su fiel tesorero, por él nombrado y quien lo acusa directamente de haber conocido y participado en el expolio a que todos juntos han sometido el país. Debería ser suficiente para dimitir sin más y dedicar todo su tiempo a su defensa procesal. De ese modo, además, liberaría el país de una rémora. Es imposible que pueda dar buen resultado un presidente del gobierno obsesionado por su necesidad de supervivencia.

Hay se han convocado de nuevo en las redes manifestaciones y concentraciones para que Rajoy dimita.

Pero Rajoy no dimite

dijous, 25 de juliol del 2013

Una desgracia.







Sin palabras.

El minotauro picassiano.


La Fundación Juan March ha decidido pasar el verano con una miniexposición dedicada al minotauro picassiano. Se compone de la pieza central de la Minotauromaquia (1935), quince grabados de la Suite Vollard (1930-1936), mayoritariamente con tema minotáurico y los once ejemplares que se editaron de la revista surrealista Minotaure (1933-1939), cuyo número primero traía una portada de Picasso, habiéndole seguido, entre otros, Dalí, Miró, Ernst o Magritte. Muy agradecidos de que en este julio asfixiante nos den la posibilidad de apartarnos por unos minutos y pasarlos en otro mundo.


Es saber común que en el minotauro vierte Picasso su genio del momento, que se proyecta en él, lo representa de muchas formas, lo carga de mil simbolismos de sexualidad, violencia y muerte. Alguien aficionado a los toros tenía que sentirse atraído por la humanización de la fiesta que viene incorporada en la leyenda del monstruo de Creta, el hijo de Pasifae, con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Recordando que los años treinta son muy agitados en las relaciones sentimentales de Picasso y también los de la República en su país (pero no la guerra civil que, si se menciona es por anacronismo), muchos hablan del laberinto en que se encontraba el pintor en aquellos años. Pero me parece que se trata de una proyección, un tropo. No veo laberinto alguno en estas imágenes. El arte es libre. Puede coger lo que quiera; retirarle sus atributos; darle otros; recrearlo. El laberinto es una obra de la razón humana. Dédalo es ingeniero. Es la razón misma. Y el minotauro es la pasión, la fuerza, a veces una figura báquica, el lado oscuro en relación con los humanos. Es en todo excesivo, se emborracha, goza la vida, sufre tribulaciones, muere, ama e incluso viola a las mujeres y recupera la vieja historia de la bella y la bestia.  El mismo Picasso reconocía que, si se unieran todos los puntos de su vida, saldría la imagen de un minotauro.

Todos los personajes de la leyenda del minotauro, Egeo, Teseo, Ariadna, Pasifae, Minos, Dédalo, Ícaro, han desaparecido. Solo queda la figura del monstruo y la sombra báquica al fondo. El artista lo ha aislado, estilizado, símbolo de esa fuerza incontenible que identifica con la creatividad. Pero luego le adosa otra leyenda que le es ajena pero obliga a reinterpretar la imagen: el minotauro ciego, conducido por una niña, funde el mito de Edipo con el otro. Pero también libremente. Mientras Edipo, que se ha sacado los ojo, huye, el minotauro, cegado por desconocidas razones, busca. Un minotauro todavía más humanizado, convertido en peregrino y guiado por la inocencia.

La Minotauromaquia, que se exhibe en la exposición como la pieza central, es un grabado alucinante. Una escena abigarrada llena de simbología misteriosa y de violencia, de inmensos contrastes que obligan a mirarlos una y otra vez, a saltar de una figura a otra, en busca de un sentido unitario que no tiene pues cada una cuenta una historia diferente. Las dos mujeres en la ventana con las dos palomas en el alfeizar, como si vivieran en otro mundo, contemplan el espectáculo del caballo desentrañado, con la mujer desmayada sobre el lomo, violencia y muerte iluminados por la vela de la escolar que el minotauro parece rechazar. El hombre barbado de la izquierda, que recuerda lejanamente una figura del incendio del borgo, de Rafael, parece estar escapando, pero sin perderse nada de lo que deja atrás. 

dimecres, 24 de juliol del 2013

Nivelón.


Las redes son laberintos demoníacos. No hay día en que alguien no la arme en Twitter. En el fin de semana, un subjefe de la marca España, un señor Fago, diplomático de profesión, era fulminantemente destituido por haberse dirigido a los catalanes como catalanes de mierda, algo que, por lo demás, se lee mucho, aunque no en tuits de personajes tan encumbrados. Ayer Toni Cantó, actor valenciano (creo) y diputado de UPyD se metía con los defectos de dicción de Rajoy y tuiteaba No queríaish comparecencia? Puesh osh la voy a poner el día uno d agoshto,a ver como osh lo montáish con vuestrash familiash. Unos tuits más adelante, el hombre, que tiene más de 130.000 seguidores, se disculpaba. Cualquiera que mire Twitter verá que esa burla está muy extendida. Es verdad que tiene un punto de crueldad meterse con la dicción del presidente, pero también lo es que los políticos debieran esforzarse algo más, dado que lo suyo es, básicamente, hablar. Debieran tomar clases de retórica, de oratoria, ¿por qué no, de dicción?

Se ha perdido la costumbre de hablar bien o, cuando menos, de intentarlo; eso se nota y no ayuda en nada a prestigiar a esta gente que no tiene la estima muy subida. Porque uno puede hacer caso omiso de los defectos de dicción que, al fin y al cabo, suelen venir de la infancia. Pero ¿cómo nos sentimos cuando otro con dicción normal nos abruma con sus posicionamientos, mireusté, sus poner en valor, sus crecimientos negativos, sus "le digo sinceramente", sus "razonablemente optimistas", sus "como no podía ser de otra manera", sus permanentes "apostar" o entrar a valorar y no digo nada de conquistar el futuro, pasar página, sumar y no restar (todavía no han llegado a la multiplicación y la división), sus no temblarles los pulsos y sus poner las manos en el fuego que generalmente se les queman. En esto Rajoy es un consumado maestro. No es cosa de dicción, es cosa del concepto. Cada vez que toma la palabra se despacha con una sarta de simplezas, perogrulladas y vaciedades del tipo de: el gobierno no perderá el rumbo, nadie me va a apartar de mi tarea, gobernaré como Dios manda, con sentido común, España es una gran nación, el gobierno respeta las decisiones de los tribunales (como si pudiera no hacerlo) o nadie puede gastar más de lo que tiene, lo cual es falso en una economía basada en el crédito.

En realidad es un nivel propositivo muy cercano al de las peras y las manzanas de la alcaldesa de Madrid, cuya capacidad mental es inversamente proporcional a la rapidez con que se enfurece cada vez que alguien la contradice. Probablemente por eso fueran tan amigos en el pasado, aunque el de Pontevedra es más pacífico y sosegado, más bovino. Con todo, en mitad de huracán Bárcenas, ya ni eso es seguro. La vida es un permanente desengaño. Lo sabe muy bien la Dueña Dolorida que jamás pudo sospechar el abismo de maldad en que operaba el "delincuente" Bárcenas. He aquí otra que también obraría con prudencia si fuera menos agresiva, sobre todo con el lenguaje. Es una máquina de soltar adverbios terminados en "mente". Y cuando digo "soltar", modero el verbo.

Con estos palos construye Rajoy su estrategia discursiva. Tiene poco donde elegir, pero lo que elige lo elige para embarullar, mixtificar , hacerlo todo más oscuro e incomprensible y, en definitiva, para escabullir el bulto. Comienza por afirmar que comparece "a petición propia". Lleva siete meses negándose a comparecer y ahora dice que lo hace a petición propia cuando obviamente lo han  arrastrado tirando del ronzal porque le da pánico escénico. 

Asegura ser consciente de que hay una "legítima" preocupación en la sociedad. También ha tardado siete meses en enterarse. Y en cuanto si la preocupación de la gente es legítima, él dice que sí pero su alter ego, la Dueña dolorida  dice que no,  que esa "preocupación" es innoble agitación ambiental de demagogos contra un PP que es cristalino y un presidente, dechado de acrisoladas virtudes. Es la agitación de la Antiespaña.

La estrategia de estos pillastres que hablan de política, la patria, la Nación, el empleo, España pero solo piensan en sus bolsillos y en cómo llevárselo crudo es siempre la misma: tú niégalo todo, rechaza la evidencia una y otra vez con rostro de piedra hasta que llegue el momento de ponerse al frente diciendo que eso que antes negabas es lo que llevas defendiendo toda tu vida.

Conceptos, prácticas sociales inveteradas como la verdad, la sinceridad, el compromiso, la integridad, la honradez, la palabra dada, la entereza carecen ya de valor en este magma de estupidez y granujería en que se ha convertido el gobierno de España de la mano de un hombre cuya dignidad está a la altura de su veracidad. 

En su permanente enredar y amañar las cosas, Rajoy pretende que en su comparecencia se hable de economía y, si le dejan, de toda las secciones de un diario, incluidas las recetas de cocina y el horóscopo. La oposición se niega a la intención subrepticia de diluir el asunto Bárcenas con el cuento de hablar de la economía y la labor del gobierno. Hace bien y le brindo un razonamiento para su actitud: ¿de qué economía y gobierno quiere hablar este señor si es evidente que no gobierna, que no tiene tiempo para gobernar, porque se pasa el día ideando estrategias para salvarse a sí mismo? Una estrategia al servicio de la cual ha puesto los intereses del país que no son otros sino que él y la gente como él se aparten de la vida política. Que ya está bien de mangantes y sinvergüenzas.

Bueno. Mañana hablo de Picasso.