dilluns, 19 de gener del 2009

El peregrino mundo sigue girando.

Esta última novela de Paul Auster (Un hombre en la oscuridad, Anagrama, Barcelona, 2008, 207 págs.) está hecha con los mimbres habituales en la literatura del autor: una historia en el límite de la verosimilitud o abiertamente inverosímil habitada por personajes con problemas de identidad, pérdida de memoria, carentes de referencias o que viven experiencias en las que lo onírico y lo real se mezclan en proporciones variadas. Historias entre lo fantástico y lo real.

En esta ocasión nos encontramos con un personaje, Owen Brick, un mago de medios pelos que se hace llamar Gran Zavello y que, sin saber cómo, se encuentra de pronto vestido de militar, en concreto de cabo, en el fondo de un profundo pozo del que solamente consigue salir con ayuda de otro militar, un sargento que parece conocerlo y le comunica las órdenes que tiene, consistentes en ir a matar a un individuo que es el culpable de que los Estados Unidos estén en este momento en una terrible guerra civil producida por el intento de secesión del Estado de Nueva York al que se le suman otros Estados de Nueva Inglaterra de forma que los bandos son de un lado los llamados "federales" y de otro los secesionistas. El hombre culpable de esta guerra lo es porque está pensándola, es decir, estamos asistiendo a unos acontecimientos que alguien está imaginando y todos quienes actúan en ellos, empezando por el protagonista, Owen Brick, no son otra cosa que seres de ficción, personajes de una historia fabulada por alguien.

Ese alguien es August Brill, un crítico literario y cultural que se encuentra postrado en una cama después de un accidente de coche que le ha triturado una pierna y vive con su hija, Miriam y la hija de ésta, su nieta Katya. Miriam está separada de su marido, cosa que lleva muy mal, y vive concentrada en una biografía de la hija Nathaniel Hawthorne, Rose, que se convirtió al catolicismo y fundó una orden religiosa de beneficencia. A su vez Katya también se encuentra temporalmente acogida en la casa tras haber pasado por la traumática experiencia de la muerte de su marido. En las noches de insomnio August Brill también repasa su pasado y su convivencia con su mujer, Sonia, con quien estuvo casado toda su vida excepto nueve años en que se divorciaron y él se fue a vivir con una mujer más joven que él que por fin lo abandonaría por un pintor alemán.

Así se entretejen los dos relatos: el de Owen Brick en tercera persona y el de August Brill en primera y van discurriendo en paralelo. En la de Brick hay muchos elementos cinematográficos -tengo idea de que Auster también ha dirigido alguna película- con escenarios como de Mad Max o Blade Runner y tiene un elemento de ucronía, con algo que recuerda el expediente del héroe que despierta en un tiempo que no es el suyo y que ya aparece en la Leyenda de los siete durmientes de Éfeso y se popularizaría mucho en el siglo XIX con obras como Un yankee de Connecticut en la corte del Rey Arturo, Rip van Winkle o El hombre de la oreja rota. La de Brill es en cambio una historia realista organizada básicamente en torno a problemas de pareja y de convivencia, casi una historia cotidiana en la que todos los elementos, incluso los más tremendistas y macabros, que los hay, encajan en la experiencia ordinaria de cualquier lector.

Finalmente la historia de Brick, que se niega a cumplir la orden que se le ha dado, llega a un extremo en que no puede seguir y se decide de forma expeditiva. Porque, de otro modo, ¿cómo resolvería el autor la situación en la que el personaje fabulado por Brill realmente lo matara? Sería un indecible literario, incluso para las habilidades narrativas de Auster. Hay pues un punto en que el trenzado de las dos relatos se deshace. El último tercio del libro es ya la historia real de August Brill, que está reinterpretando su pasado con ayuda de su nieta Katya así como sus relaciones con ella y con su hija Miriam.

El punto que unifica las dos historias y el que se utiliza como pretexto para poner en marcha la de Brick es Virginia Blaines, el primer amor de Brill y que también lo es de su personaje en una típica proyección que hace sobre él y por la que estamos seguros de que Brick es una creación y, por tanto, un alter ego de Brill. Mediante la proyección éste finalmente y aunque sea en la fantasía alcanza a dar cumplimiento a su viejo deseo de adolescente que se le había quedado enquistado, de acostarse con su primer amor. Y es una prueba de la consumada pericia narrativa de Auster que, haciéndonos olvidar que la presencia de Blaines en el relato es tan obra suya como la de Brick, la muchacha afirme tener sus mismos deseos como si durante todos aquellos años los hubiera estado alimentando en silencio como él.

La elegancia y sencillez de la trama y su literaria complicación a través de la articulación de dos relatos, un relato y un metarrelato, dan a esta novela un ritmo sorprendente, ayudado también por un depurado estilo narrativo de una enorme economía de medios y una forma clásica de exposición. Los diálogos también son muy buenos, muy ágiles e ingeniosos. Una novela que prueba gran capacidad de artificio y singular maestría en el autor.

Por último el título de esta entrada reproduce un supuesto verso de un poema de Rose Hawthorne. Ignoraba que la hija de Nathaniel Hawthorne, antes de emprender el camino de la santidad, hubiera intentado dedicarse a la literatura, como sí hizo su hermano Julian, y hasta es posible, por todo lo que sé, que se trate de una invención de Auster. Pero el verso es sin duda bonito si bien está claro que no sonará igual en español que en inglés. Yo hubiera dejado también la versión inglesa que, al no conocerla, sólo puedo imaginar.

diumenge, 18 de gener del 2009

Por fin se larga.

Parecía que no iba a llegar nunca el momento pero por fin se larga el mandatario a quien el señor Aznar considera un "gran estadista" y más del setenta y cinco por ciento de los norteamericanos tienen por el peor presidente de su historia. En su discurso de despedida ha apelado al juicio de ésta, como Fidel Castro en su día. Pero a diferencia de Castro, a él la historia no podrá absolverlo porque su presidencia ha sido un desastre completo en todos los frentes. Un breve repaso ilustrará al respecto.

Su fanatismo religioso y su cerrada política neocon lo llevaron a obstaculizar el avance de la ciencia vetando la investigación con células madre. Del mismo jaez o peor fue su apoyo a la difusión del creacionismo en las escuelas en detrimento de la teoría de la evolución. A esta actitud contraria a la ilustración y al juicio científico que tanto daño hace a la formación de los estudiantes lo llaman el diseño inteligente, esto es, la vuelta a enseñar como verdades científicas las patrañas de la Biblia. Contrario asimismo al progreso de la humanidad y al sentido común fue su decidida oposición al aborto que se articuló en dos tipos de medidas: a) de un lado tratando de que el Tribunal Supremo anulara su decisión previa (caso Roe v. Wade) de permitir la interrupción voluntaria del embarazo, cosa que no consiguió; y b) su oposición a financiar las actividades de la ONU en el planeta que implicaran difusión y legalización del aborto. Lo que corona estas prácticas retrógradas es la afirmación del señor Bush de que en alguna ocasión fue el mismo Dios quien le aconsejó adoptar una u otra medida. Obviamente quien afirma tal cosa en serio sólo puede ser un charlatán o un necio o ambas cosas a la vez.

La presidencia del señor Bush estuvo marcada por el ataque terrorista a las torres gemelas y la subsecuente "guerra contra el terror" que desplegó el Gobierno de los Estados Unidos. En el ámbito de la política exterior esa actitud estaba comprendida en la estrategia de la seguridad nacional cuyos elementos decisivos fueron: la substitución del multilateralismo por el unilateralismo, el desprestigio y ninguneo de las Naciones Unidas y otros foros internacionales y la adopción de la "guerra preventiva" para la defensa nacional. La guerra preventiva es una práctica inmoral a la que recurren sobre todo los Estados Unidos e Israel, los dos Estados terroristas más típicos del mundo.

En la práctica estos principios llevaron al señor Bush a una guerra ilegal, criminal, de rapiña en contra del Irak y a algo muy parecido en Afganistán. Asimismo en función de una doctrina perversa de sus asesores según la cual en tiempos de guerra (guerra que declara él mismo) el Presidente de los EEUU está por encima de los demás poderes del Estado que no pueden controlarlo, sus órdenes no tienen por qué respetar las Convenciones de Ginebra. De este modo el Gobierno del señor Bush aplicó un programa de espionaje universal de sus propios ciudadanos, saltándose derechos como el secreto de la correspondencia, la inviolabilidad de las comunicaciones y otros derechos civiles. Ese mismo gobierno legalizó el uso de la tortura que se puso en práctica en los vergonzosos episodios de la cárcel de Abu Ghraib y de modo sistemático en ese campo ilegal en donde se tortura a prisioneros de Guantánamo, un exclave de los EEUU que rompe el principio se soberanía territorial de Cuba.

En el campo de la política económica los gobiernos del señor Bush aplicaron el más completo programa neoliberal, lo que acabó provocando la mayor crisis económica mundial desde la de 1929. El recetario neoliberal, compatible con la mayor extensión de la corrupción en el Gobierno (en el que los ministros eran accionistas de las empresas que hacían negocios en el Irak destruido por ese mismo Gobierno) consistió básicamente en bajar los impuestos a los ricos y desmantelar cuanto pudo el escaso Estado del bienestar que hay en los EEUU. Esto de bajar los impuestos, sobre todo a los ricos, que es una típica medida de la derecha neoliberal persigue dos finalidades entrelazadas: de un lado favorecer a su base social y electoral y de otro descapitalizar al Estado para que no puede hacer frente a sus compromisos de gasto público. A todo esto hay que añadir la obsesión del gobierno del señor Bush por suprimir todo tipo de controles, normas y regulaciones con los que se pretendía domeñar los altibajos del mercado. Una vez desregulado el mercado se lanzó a una frenética actividad especulativa global habiendo generado asimismo una burbuja inmobiliaria que, al estallar, ha provocado una crisis crediticia con consecuencias en la economía real nunca vistas desde hacía decenios en cuanto al descenso del Producto Interior Bruto, el aumento del paro, la caída de la actividad industrial.

Estamos de enhorabuena: por fin se va este desastre que es un meapilas, un iluminado (que no ilustrado) un terrorista y un genocida por gobierno interpuesto. Un presidente que ha dejado por los suelos la economía y el prestigio internacional de su país y al que el señor Aznar considera "un gran estadista".

(Las imágenes son dos fotos de Bokowsky18 y de Muhammad Adnan Asim (linkadnan)# 2 , ambas con licencia de Creative Commons).

Rafel del Águila in memoriam.

Con algo de retraso me entero del fallecimiento de mi colega y amigo Rafael del Águila. Si toda muerte es injusta, las prematuras lo son doblemente. Del Águila nos ha sido arrebatado en la plenitud de su capacidad creadora, cuando todos podíamos esperar todavía más importantes aportaciones de su indudable capacidad intelectual y perspicacia analítica. No hace mucho que Palinuro reseñaba su último libro, Crítica de las ideologías. El peligro de los ideales en una entrada titulada A la salvación por la barbarie, un magnífico ensayo sobre el peligro que para los órdenes políticos democráticos, posibilistas y pactistas, representan las ideologías.

Rafael del Águila había comenzado su labor publicística con un importante libro sobre los discursos de la transición y fue luego avanzando y profundizando y perfilando sus preocupaciones con mayor precisión, centrándose en el territorio de la teoría política clásica hasta publicar una obra decisiva, La senda del mal: política y razón de Estado (Madrid, Taurus, 2000) en el que aborda con rigor y claridad expositiva el sempiterno problema de la filosofía política entre la ética y el "realismo político" que ya apunta en la sofística griega, se despliega en el nacimiento del Estado moderno con la obra de Maquiavelo sobre quien Del Águila tiene escritas páginas luminosas y llega hasta nuestros días, con el renacimiento de las concepciones de Carl Schmitt.

Al final no somos sino lo que dejamos detrás de nosotros, sobre todo en el espíritu de quienes nos rodean y eso es algo que puede hacerse a través de nuestras obras y a través de nuestra forma de ser. En ambos territorios deja Del Águila una huella indeleble. Sus ideas alumbran otras y ayudan a transitar por el camino del saber; su carácter, sosegado, reflexivo, respetuoso y de una gran curiosidad intelectual que lo asimilaba al de un humanista del Renacimiento es un ejemplo digno de imitación.

Descanse en paz.

(La imagen es la tercera versión de La isla de los muertos, de Arnold Böcklin (1885) que se encuentra en la Nationalgallerie de Berlín).

Caminar sin rumbo (XXXVI).

Conociendo a la gente.

(Viene de una entrada anterior de Caminar sin rumbo (XXXV), titulada Vuelta a casa.

Eugenio los había advertido por el móvil cuando nos faltaba una hora. Una hora que se convirtió en más, como en tres o algo así porque, a la entrada de Jerez el coche sufrió una avería y dejó de funcionar. Hubo que llamar una grúa y luego negociar con el seguro a qué taller se llevaba. Una vez allí nos dijeron algo de una ruptura de una correa y que había que pedir la pieza, que cuando llegara era cosa de un par de horas pero no se sabía cuánto tardarían en recibirla, aunque casi nunca era más de un día. Ellos llamaban ahora y comprobaban que había existencias. Porque también puede suceder que la pieza no esté en stock, con lo que hay que pedírsela a la casa matriz en Madrid y ahí ya no se sabía lo que se pudiera tardar. Hasta cabía la posibilidad de pedir que la grúa se llevara el coche a Madrid con nosotros dentro y una vez en la capital podían arreglar la avería y ganando tiempo. El hombre parecía una buena persona pero sonaba como un disco rayado cuando repitió por tercera o cuarta vez que él no ganaba nada, que no se metía nada en el bolsillo cuando decía lo que había. Buena gana de quedarnos cuatro días allí tirados esperando la pieza cuando podiamos arreglar el asunto en uno pero que en fin, nosotros veríamos, que él no ganaba nada con el asunto y que empezaba ya a llamar.

Nos llevamos la tarjeta del lugar, dejamos al encargado llamando, cogimos un taxi y le dimos la dirección de los amigos de Eugenio a quienes habíamos advertido antes del retraso. Hamilton estaba esperándonos a la puerta de un chalet independiente en la calle Rafael Alberti, muy cerca del parque González Hontoria. Era un negro alto, bastante esbelto que nos recibió con una sonrisa abierta, plantó dos besos en las mejillas de Eugenio, lo estrechó un par de veces contra sí y a mí me alargó una mano que estrujó la mía como si fuera a triturarla. Dijo:

- Estás sorprendido, ¿verdad? Pues sí, no todos los colombianos son blancos o mestizos; también los hay negros y mulatos, e indios y lobos, y albarazados "que todos tiran a mulato". Somos los negros del Caribe o las mezclas, el mulato, el lobo. En América, cabemos todos, de todas las razas y condiciones y cirunstancia. Somos el resultado de todos los cruces. Hay que escuchar nuestro ritmo. Somos únicos en el mundo.

Hamilton era un hombre delgado y anguloso y su mujer resultó ser una blanca rechoncha del interior, de Antioquia; Hamilton era inquieto e impulsivo todo lo que ella era tranquila y pausada; Hamilton era imaginativo y hablador todo lo que ella parecía realista y parca en palabras. A primera vista, un matrimonio bien avenido que daba la impresión complementarse. Yvvy estaba amamantando a su crío menor un mulato regordete, nos dedicó una sonrisa sin moverse y siguió con lo suyo. Eugenio preguntó por el hermano mayor.

- Mayor, mayor...-dijo Hamilton- tiene año y medio. Está durmiendo la siesta. Los bebés se la pasan durmiendo, sobando como dicen Vds.

Parecían buena gente. Nos preguntaron qué queríamos beber. Daban por supuesto que nos quedábamos allí con ellos. Nos tenían preparada una habitación donde podíamos dormir si no nos importaba hacerlo en la misma cama. Él tenía trabajo al día siguiente pero quedaría libre al mediodía y podíamos almorzar juntos.

- ¿Qué trabajo haces?.

- El que hace un veterinario: trato con animales, que es siempre mejor que tratar con según qué personas.- Se veía que era gracia a la que recurría con frecuencia.- Mañana tengo que visitar un par de granjas avícolas cerca de aquí.

Se confirmaba la primera impresión que producía la pareja de llevarse bien. Se respetaban en el uso de la palabra, al contrario de lo que sucede muchas veces con los matrimonios en que los cónyuges, al contar historias que los afectan a los dos, se interrumpen continuamente, no se dejan hablar. También se miraban con cariño y él parecía estar pendiente de los deseos de Ivvy. Claro que eso tampoco quiere decir mucho. Cari yo yo nos llevábamos bastante mal, especialemente en los últimos tiempos en el que las broncas proliferaron, pero hacíamos lo que podíamos para ocultárselo a las visitas. Siempre que había alguien extraño delante tratábamos de proyectar la imagen de un matrimonio tranquilo. El de estos dos parecía serlo y quizá fuera falso aunque, cuando se tienen críos tan pequeños, no es difícil que la vida matrimonial vaya sobre ruedas. Eso mismo nos había sucedido a Cari y a mí. Los conflictos comenzaron cuando los críos eran ya adolescentes.

- Y siendo extranjero ¿te dejan trabajar en el ayuntamiento de Jerez? -decía Eugenio.

- Estoy contratado, sí, sin problemas. Y ahora pendiente de que me den la nacionalidad y cuando eso suceda podré hacer oposiciones y quedarme ya fijo.

- ¿Te interesa?

- ¿Tú sabes cómo están las cosas para los inmigrantes en tu país? Yo tengo ahora dos hijos. Yvvy no trabaja y, cuando pueda hacerlo, a ver cómo lo conseguimos aquí. Necesitamos seguridad. Los niños necesitan seguridad. Cuando la tengamos del todo ya veremos.

- Como dejaste la clínica veterinaria...

- Aquello era una explotación. Tenía que trabajar como autónomo, figúrate, me pagaban por servicio, pero tenía que estar allí siempre. Y a Ivvy igual. Sólo tenía contratos temporales: cuatro meses de trabajo y dos en el paro. La vida de los inmigrantes es muy jodida.

- Y eso que sois inmigrantes cualificados, -dije- que si no lo fuérais.

- Es más o menos igual, no creas. No sabes la cantidad de licenciados, sobre todo del países del Este de Europa que trabajan en la construcción de cualquier manera. Hombre, claro, si te contratan ganas más, pero te putean igual.

Ivvy había terminado de amamantar al rorro que entregó a su marido para que le sacara los aires dándole palmadas en la espalda, se abrochó la camisa y suspiró diciendo:

- Es siempre lo mismo.-Se volvió hacia mí, añadiendo- y, además, Hamilton tuvo que salir escapando de Colombia para salvar el pellejo.

- ¡Ah! ¿Sí? ¿Qué le pasaba?

- Eugenio lo sabe. Las guerrillas secuestraron a su papá, pidieron un rescate que su familia no pudo reunir y lo mataron nomás, lo dejaron tiradito en la circunvalar de Bogotá con una carta en un bolsillo en la que decían que pensaban ir por Hamilton.

- Imagínate -completó éste la explicación- teníamos una pequeña explotación a la entrada de la capital y ninguna defensa. Eran los años duros en que la guerrilla y los paramilitares andaban por sus respetos. Ahora la situación ha cambiado mucho, porque el presidente Uribe es muy derechas y todo lo que quieras pero ha conseguido restablecer la seguridad en el país. Antes el solo hecho de ir por la carretera en coche ya era un peligro.

- ¿Y no os interesa volver ahora que las aguas han vuelto a su cauce? -preguntó Eugenio.

Se cruzaron una mirada cargada de sobreentendidos. Se veía que era asunto que habían tratado varias veces quién sabe cuántas. Lo frecuente es que los emigrantes, los exiliados, aprovechen los cambios favorables en su tierra para volver a ellas.

- Quizá sí -dijo Hamilton arrastrando las palabras- y a lo mejor hacemos mal quedándonos aquí. Pero es que vosotros no sabéis cómo estaba aquello. Era invivible. Todos pensábamos en irnos y no volver. Era una situación supremamente jodida. Déjame decirte que cuando han matado a tu papa, que no había hecho nada salvo ponerse en el camino de unos asesinos, cuando pueden venir por ti, cuando tu mamá ha tenido que cerrar la explotación e irse a vivir con una hermana suya a la capital, si sales te quedan pocas ganas de regresar. Aquello era entonces un infierno y puede volver a serlo en cualquier momento.

- Es curioso, uno escucha a García Márquez, lee sus libros y piensa uno que las cosas no pueden ser tan extremadas.

- Pero es que García Márquez es un escritor universal, que no representa lo que es Colombia. La realidad colombiana la retrata mejor Botero.

Una vez en España cuando ya llevaba cuatro o cinco años malviviendo, un buen día conoció a Ivvy en casa de unos amigos colombianos que festejaban un cumpleaños y la vida se le había vuelto a enderezar. Tenían los dos conciencia de que era una segunda oportunidad que no debían dejar pasar. Él había cumplido cuarenta y dos años y ella estaba probablemente al final de la treintena.

- Tengo treinta y nueve cumplidos -dijo riendo-. No me importa decirlo. Tuve a Sergio (el niño mayor) con treinta y siete. Te diré que en el hospital en donde di a luz al mayor me tenían clasificada como "primípara añosa". -Y volvió a reír.

Al final así son las cosas. Mientras yo viajaba por puro placer, porque me divertía y quería tener experiencias nuevas, hay gente que viaja a la desesperada, que no tiene otro remedio, para sobrevivir. Realmente, la pareja Hamilton-Ivvy se había ganado mi simpatía. No hay que andar buscando explicaciones retorcidas, interpretaciones rocambolescas. Lo que la gente quiere es un empleo decente, un salario digno, una vivienda aceptable aunque no sea lujosa y un poco de seguridad, de tranquilidad, de rutina para poder críar a los hijos, ganarse honradamente la vida sin grandes dispendios y llegar a viejos sin sobresaltos. Si eso lo tienes garantizado en tu país, te quedas; si no, buscas otro y al final tu patria es donde puedes hacer realidad tu sueño.

El bebé se había quedado dormido. Su padre lo depositó en la cuna con mucho cuidado y, volviéndose hacia nosotros, nos dijo que se encargaba de hacer la cena. Eugenio empezó a decir que no se molestara, que podíamos arreglarnos yendo a un restaurante cuando sonó mi teléfono móvil. Del taller decían que mañana por la mañana tendrían la pieza y, por lo tanto, podríamos recoger el coche sobre las doce del mediodía. Era una buena noticia y, para celebrarla, decidimos salir a comprar una tarta que coronara la magnífica cena que Hamilton se había comprometido a hacer.

(La imagen es una viñeta de Aubrey Beardsley).

dissabte, 17 de gener del 2009

La desvergüenza de los genocidas.

En esta atroz masacre de civiles que está perpetrando Israel impunemente desde hace veinte días con el aplauso de los Estados Unidos y la Unión Europea, adalides putativos de los derechos humanos, lo que más llama la atención es la absoluta desvergüenza con que los genocidas retuercen los conceptos y rompen las reglas de la lógica. Ahora andan considerando decretar un "alto el fuego unilateral". ¿Alguien sabe de alguna guerra, guerra de verdad, con dos bandos combatientes relativamente equiparables, en que uno de ellos pueda decretar un "alto el fuego unilateral" sin correr el peligro de que el enemigo lo borre del mapa? ¿Qué demuestra esto? Pues lo que es patente: que no es una guerra ni nada que se le parezca sino una atroz matanza de civiles indefensos y sin escapatoria por un ejército armado hasta los dientes, probablemente el hecho más repugnante que se haya producido en siglos y en el que términos como "tregua", "avance", "ofensiva", etc no significan otra cosa que matanza, matanza y matanza.

Con un alto el fuego unilateral los judíos detienen la masacre, que es lo que pide la humanidad horrorizada, pero no tienen por qué retirarse ni cumplir ninguna de las condiciones de Hamás. Es decir, dejan momentáneamente de matar, pero siguen hostigando y oprimiendo a los palestinos en Gaza. Por lo demás, no haya duda de que esta matanza se detendrá el día veinte, día de la investidura del señor Obama, cosa que estaba prevista ya desde que empezó, el veintisiete de diciembre pasado. "Chicos, dijo entonces el Estado mayor israelí a las tropas, tenéis veinticuatro días para machacar Gaza y destripar a la mayor cantidad de gente que podáis, niños, mujeres y lo que sea. Cuantos más mejor. Recordad que el día veinte de enero paramos porque para entonces hay sheriff nuevo y es menester guardar las formas". Que esto es así, que se trata de un genocidio fríamente calculado, planeado y ejecutado con meticulosidad se echa de ver mirando los mapas de la derecha en los que se observa con toda claridad cómo los territorios palestinos van desapareciendo paulatinamente, absorbidos por los israelíes. Y con los territorios, la población que los habitaba.

A los israelíes les molesta sobremanera que los comparen con los nazis sobre todo porque esa comparación rompe el monopolio que pretenden tener de haber sido las únicas víctimas del delirio pardo. Pero no deben preocuparse pues ambas cosas son compatibles: sus padres y sus abuelos fueron víctimas, si bien no las únicas, del holocausto y merecen y tienen el reconocimiento y el afecto del mundo entero. Los hijos y los nietos son unos genocidas canallas que no merecen sino desprecio. Los dos grupos son israelíes.

(Las imágenes son sendas fotos de Amir Farshad Ebrahimi y de Farfahine, las dos con licencia de Creative Commons).

Aguirre y la mafia.

La señora Aguirre está muy molesta porque los cubanos sostienen que es la cabeza de la mafia anticastrista de Miami. Y todo porque la dama se ha erigido en defensora de las libertades del pueblo de Cuba, bárbaramente tiranizado por el despotismo familiar de los Castro. Respondiendo a su talante ultraliberal, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha pedido el amparo del Gobierno central y en concreto del señor Moratinos para que meta en cintura a estos bocazas descendientes de los mambises. ¡Por favor! ¡Llamarla cabeza de mafia alguna!

Comprendo su inquietud. Es peligroso el pluriempleo en esto de las mafias. Resulta imposible que la señora sea cabeza de la Miami porque ya lo es de la del ladrillo en la Comunidad de Madrid, gracias a la cual pudo comprar las últimas elecciones. Y conviene que la cosa se aclare cuanto antes pues la mafia, como el dios de los judíos y de los cristianos, es muy celoso, no admite competencia y toma venganza terrible de quien sirve a dos dioses simultáneamente. Igual la de Madrid deja de pagar a los tránsfugas del PSOE.

(La imagen es una foto de Chesi-Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

Las previsiones del señor Solbes.

¡La Virgen! ¡Qué panorama pintó ayer el señor Solbes! Todavía lo recuerda uno hace unos meses con esa redonda bonhomía, esa mezcla de timidez y displicencia con que decía que no, que no había crisis; que no, que no había recesión; que en un par de meses, en el primer trimestre de 2009, en el segundo, en el tercero, en el cuarto, comenzaría la recuperación; que si había rejuste en el sector del ladrillo sería para bien general, etc, etc. Ahora resulta que la cosa está azabache y que llegaremos a 2010 poco menos que comiendo mierda y será una suerte que haya para todos.

Tengo para mí, sin embargo, que estas nuevas previsiones son tan verosímiles como las que hacía seis meses antes. Lo que sucede es que algún asesor ha explicado al Gobierno el principio elemental de que, en situaciones de turbulencia, es más rentable sembrar falsas previsiones catastróficas que sembrar falsas expectativas. Ambas son falsas pero si las segundas se cumplen, la gente las habrá dado por descontadas mientras que si se incumplen las primeras, todo el mérito se lo apuntará el gobierno. No es tonto el mancebo.

(La imagen es una foto de jmlage, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 16 de gener del 2009

Firmas para detener el genocidio en Gaza.

Los de Avaaz están recabando firmas para pedir un alto el fuego en Gaza. Quieren llegar al millón. De momento (cuando yo firmé) llevaban 488.625. Seguro que lo consiguen. Quieren publicar un anuncio en el Washington Post y en otros medios rechazando la política de imponer condiciones por la fuerza y reclamando la vuelta a las negociaciones entre las partes con un alto el fuego. Insisto en que estas medidas no causarán el menor impacto en la política genocida israelí que lo tiene todo calculado: hasta el 20 de enero, día de la investidura del señor Obama, seguirá aprovechando el vacío de poder en los Estados Unidos para machacar Gaza y asesinar palestinos. Luego, ya se verá qué sucede cuando enfrenten al señor Obama con los hechos consumados de Gaza rasa como la palma de la mano. Pero los anuncios, las protestas y todo tipo de actividades sí pesarán en el ánimo del nuevo Presidente a la hora de tomar decisiones y es importante influir en él en un sentido de equidad y justicia para los palestinos masacrados por esa atroz maquinaria del genocidio israelí. Ese espanto.

Quien quiera firmar que pinche en la ilustración para ir al formulario o lo haga aquí.

Para salir de la crisis.

Lo más maravilloso de esta crisis (como de todas) es la rotunda ignorancia que sobre los mecanismos del mercado tienen los que más voces dan diciendo que hay que fiarse de ellos. No sé si es voluntaria o involuntaria pero en todo caso, clama al cielo. Ayer, el gobernador del Banco Central Europeo, señor Jean Claude Trichet, bajaba al dos por ciento el precio del dinero en la eurozona. El mismo señor Trichet que hace seis meses lo tenía en un asombroso 4,25 por ciento, el más alto en años, argumentando que había que combatir la inflación. Una inflación que era obviamente pasajera y estaba movida por el errático comportamiento de los precios del petroleo, algo que debiera saber este pavo, aunque sólo sea por el cargo que ocupa, en lugar de estrangular la actividad económica europea por su estúpido dogmatismo. No seré yo quien pida que dimita el dicho pavo, aunque no estaría mal sólo por no seguir escuchando como cocea el inglés con esas insufribles "eges" francesas, entre otras cosas porque siempre podrá decir (y seguro que lo dice) que baja ahora los tipos porque, al subirlos antes, venció a la inflación. En todo caso éste entiende tanto el mercado como yo el misterio de la Santísima Trinidad.

Por otro lado, ayer mismo el ministerio de la Vivienda, que dirige esa lumbrera de doña Beatriz Corredor, decía que el precio del objeto de sus desvelos descendió un 2,8 por ciento de media en 2008 y esperaba que siguiera cayendo más en 2009. Bueno, los organismos independientes, mucho más de fiar que el ministerio, hablan de un descenso del ocho y pico por ciento, y sigue bajando. Pero ¿se acuerdan Vds. de la señora Corredor incitando hace seis meses a los españoles a comprar sosteniendo que era el momento adecuado para comprar vivienda? Yo sí. Incluso hice una entrada sobre ello en el mes de julio, titulada El Gobierno al servicio de la mafia del ladrillo en la que, entre otras cosas decía que había que tener caradura porque la ministra sabía que los precios no habían bajado aún y, por lo tanto, estaba intentando engañar a la gente. Tuve que insistir el mes de noviembre con otra entrada titulada La insoportable ministra de la vivienda que comenzaba diciendo: "La señora Beatriz Corredor, ministra de la Vivienda, sigue haciendo el trabajo sucio a la mafia del ladrillo, a cuyo obvio servicio está, y en contra de los intereses de los ciudadanos a los que pretende confundir de modo sistemático." Ahora resulta que el precio de la vivienda está bajando y va a seguir haciéndolo. Por supuesto, tampoco hay que pedir la dimisión de este talento. Total, si se queda el señor Trichet, qué más da.

¿Recuerdan asimismo a aquel señor, Guillermo Chicote, presidente de la Asociación de Promotores Constructores de España diciendo en octubre del año pasado que nadie esperara descensos en los precios del 30 por ciento y que antes de bajar los precios estaban dispuestos a regalar las casas a los bancos? ¿Otro profundo conocedor del mercado o uno que amenazaba a ver si entre la ministra y él conseguían colocar a la gente el stock de viviendas sobrevaloradas en un cuarenta por ciento con márgenes de beneficios que llegaban a veces al setenta por ciento? Elijan lo que prefieran pero la situación al día de hoy es: a) que los precios han bajado ya entre un ocho y un diez por ciento; b) que los bancos están quedándose con las viviendas porque los constructores no las venden y no pueden devolver los créditos le guste al señor Chicote o no; c) que los precios de las viviendas seguirán bajando este año al menos otro diez por ciento o más, hasta volver al precio normal del mercado, de nuevo le guste al señor Chicote o no.

Con estos gobernadores de bancos, ministras de la Vivienda y constructores, ¿cómo no va a haber crisis? Pues a pesar de los denodados esfuerzos de estos genios que no saben por dónde sopla el viento, el mercado está marcando claramente la dirección para salir de ella: baja el precio del dinero, baja el euribor, se abaratan las hipotecas y el Estado debe facilitar por todos los medios la contratación de éstas. Si ahora los empresarios del ladrillo venden el stock con una rebaja entre el treinta y el cuarenta por ciento (que siempre será mejor que no vender nada, dejar que se deprecie y, al final, endosárselo a los bancos) el ahorro que ha aumentado mucho en el último año iría a la adquisición de vivienda, lo que permitiría que el sector arrancara de nuevo y tornara a ser la locomotora de la economía española.

Pero, claro, para eso hace falta tener reflejos, perspicacia y flexibilidad. Y no es el caso.

Lo curioso es que, al final, será el mercado solo el que imponga esta solución en contra, como se ve, del parecer de los señores Trichet y las señoras Corredor que no están ganándose el sueldo en modo alguno. El caso del señor Chicote es distinto por ser empresario privado. Él, probablemente, sí conoce las tendencias del mercado y si dice lo que dice es por salvaguardar sus intereses y por si cuela.

Pero no cuela. Los precios bajan y seguirán bajando hasta que se crucen con la demanda, lo cual es el abc de la economía.

(La imagen es una foto de looking4poetry, con licencia de Creative Commons).

Ruido: entre la civilización y la barbarie.

Mientras que el Ayuntamiento de Madrid que ya en su día creó la brigada contra el ruido va a instalar ahora medidores acústicos a la puerta de los bares con amenaza de expropiación a los ruidosos (bravo por el Alcalde), el de Baiona, en Galicia, ha decidido suprimir las sanciones por ruido a bares y discotecas y derogar la ordenanza municipal contra el ruido, vigente desde 2004 con el anterior consistorio sociata. O sea, el Ayuntamiento de Madrid vela por el descanso y la tranquilidad de los ciudadanos en contra de quienes hacen caja martirizándolos a decibelios; el de Baiona, en cambio, se pasa por el forro la tranquilidad de los vecinos y antepone los intereses de los dueños de chiriguitos ruidosos uno de los cuales es, según denuncia la oposición, un conocido militante del PP propietario de un local reiteradamente denunciado por ruidos y padre de la concejala de urbanismo, vaya por Dios.

Como quiera que ambos ayuntamientos están gobernados hoy por el PP hay que colegir que su diferente actitud frente a la contaminación acústica no depende de orientación alguna del partido sino del nivel de civilización o barbarie de los ediles y, según parece, el diferente grado de amiguismo, enchufismo y caciquismo que reina en los dos consistorios.

¿Nadie puede parar la indignante alcaldada del regidor de Baiona? Habiendo como hay jurisprudencia al respecto, ¿no es posible acudir a los tribunales? La contaminación acústica es un delito, por el cual ya hay gente cumpliento condena de prisión en el país y si el baranda de Baiona renuncia a perseguirlo como es su deber y hasta lo ampara y fomenta, los vecinos deben querellarse contra él y conseguir que lo condenen.

Ni un paso atrás en la lucha contra el ruido, odioso delito al que recurren los sinvergüenzas y granujas para enriquecerse a costa del sosiego y la tranquilidad de cientos, a veces miles de personas.

(La imagen es una foto de TheCX, con licencia de Creative Commons).

dijous, 15 de gener del 2009

De cómo se justifica un genocidio.

El señor embajador de Israel en España, don Raphael Schutz estuvo ayer charlando vía internet con los lectores de El País, lo que le dio oportunidad para hilar una sarta de embustes, falsedades, hipocresías y puras mentiras con el fin de justificar el genocido que su Gobierno está realizando en Gaza (y en Palestina en general) con bastante habilidad. Es de esperar que sus jefes lo asciendan o, cuando menos, lo tengan en sus oraciones, pues el mozo se lo merece por su rostro de hormigón a la hora de embellecer la masacre que están llevando a cabo. Su posición es moralmente detestable pero le va el sueldo en ello y tiene que haber gente para todo. Quien quiera consultar la totalidad de la entrevista que pinche aquí.

  • A la pregunta de si los israelíes usan bombas de racimo y fósforo contesta que bombas de racimo no y en cuanto al fósforo "usamos material que contiene fósforo, pero dentro de la legalidad internacional, puesto que el fósforo no es un material totalmente prohibido." ¿Entendido? Es como lo de las torturas de Bush: no torturan; utilizan técnicas duras de interrogatorio.

  • A la pregunta de por qué Israel no acata las resoluciones de las Naciones Unidas instándolo a retirarse de los territorios ocupados contesta el señor embajador refiriéndose a una sola, la 242, así: "En inglés, que es el texto que obliga a todo el mundo, no dice los territorios, sino territorios, y también dice que debería realizarse en el marco de un acuerdo que asegure la existencia pacífica de Israel". O sea, triquiñuelas para no decir que no las acatan porque no les da la gana. La resolución dice "territories" no "some territories" y no dice nada de la existencia pacífica de Israel sino que habla de "la integridad territorial y la independencia política de todos los Estados en la zona y su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas", designio que Israel se encarga sistemáticamente de que no se cumpla.

  • A la pregunta de si Israel es consciente de la mala fama que se está granjeando en el mundo, contesta el señor embajador que "la población civil al sur de Israel ha sido víctima de una agresión constante que continúa incluso hoy". Pero omite que lo que él llama "sur de Israel" es, en buena medida "norte de Gaza", ocupada por los judíos desde 1967. Que no es lo mismo.

  • A la pregunta de por qué Israel mantuvo el bloqueo durante la tregua contesta el señor embajador "Durante los meses de la tregua, ha entrado material humanitario de forma corriente con la excepción de los días en que la tregua se rompió por parte de Hamás." Entró material humanitario, pero sólo material humanitario; no recursos, dinero, servicios esenciales ni nada de lo que se precisa para el normal desarrollo de la vida.

  • A la comparación entre Gaza y el gueto de Varsovia y las atrocidades nazis, la niega muy escandalizado y dice que "nosotros pensamos que los palestinos son seres humanos como nosotros, que merecen vivir y prosperar como lo hacemos nosotros". Obviamente siempre que no sean militantes de Hamas, simpatizantes de Hamas, mujeres, madres o hijos de militantes y/o simpatizantes o votantes de Hamas.

  • A la pregunta de por qué Israel incumple el derecho humanitario en gaza contesta el señor Schutz que, cuando se retiraron de gaza en 2005, "en aquellos momentos no existía ningún impedimento para los palestinos de desarrollar su vida tranquila e invertir en la construcción de su sociedad." Eso es mentira pues Gaza siguió sin ser plenamente autónoma y, además, los israelíes bloqueron de nuevo un par de meses después cuando Hamás ganó las elecciones en Gaza.

  • A la pregunta de si no cree que la ofensiva israelí está ligada a las elecciones contesta el señor embajador: "Esto no tenía ninguna relación con las elecciones, y lo absurdo de esa afirmación es aún más grande teniendo en cuenta que quién tomó la decisión, el primer ministro Olmert, no es ni siquiera candidato a las elecciones, por lo que es totalmente libre de consideraciones electorales." Pero omite que, además del señor Benjamin Netanyahu, los otros dos candidatos a la presidencia son la señora Tzipi Livni y el señor Ehud Barak, ambos ministros de Asuntos Exteriores y Defensa respectivamente del gabinete que está bombardeando Gaza.

  • A la pregunta de por qué los israelíes no dejan entrar a los periodistas en Gaza contesta el señor Schutz que eso es lo que hacen todos: "Hay que recordar que en todas las guerras esta práctica de delimitar el acceso mediático es muy común, así se puede nombrar la operación de la OTAN en Afganistán, la guerra de Inglaterra en las Malvinas... hay muchos ejemplos. No es una cuestión de tener miedo, sino una práctica común durante tiempos de guerra." Lo cual es otra desvergonzada mentira, según puede comprobarse en el artículo de hoy mismo en El País de Malen Aznárez, periodista y vicepresidenta de Reporteros sin fronteras, titulado Gaza: si no lo contamos, no existe.

  • A la pregunta de qué opina de la petición de IU de que el Gobierno español lo expulse responde el señor embajador que: "no recuerdo que nadie haya propuesto expulsar o llamar a consultas al embajador de Irán cuando su presidente llama a borrar a Israel del mapa, prometiendo que va a usar las armas atómicas contra nuestro país." Como si soltar bravatas por la radio fuera lo mismo que bombardear sistemáticamente una población causando más de mil muertos, miles de heridos (muchos de ellos mujeres y niños) e incontable destrucción.

  • A la pregunta por la desproporción de la acción israelí responde el señor embajador cínicamente que: "En fin, la fórmula de que el débil siempre tiene razón solamente por ser débil es falsa. Aquí hay que mirar en las razones, en la causa y el efecto, y ponerlo todo en una perpectiva mucho más amplia que solamente la numérica," cuando la cuestión no es por la razón si o no sino por la proporción entre el daño causado y la represalia que es de más de 100 a uno. Diez veces más de lo que hacían los nazis que, por cierto, suscribirían encantados las "razones" del señor embajador.

  • A la cuestión sobre los escudos humanos que Israel dice que usan los palestinos y los palestinos niegan contesta el señor Schutz: "Hamás opera desde la ciudadanía civil, coloca sus centros de lanzamiento dentro de la población civil" y omite decir que en Gaza, con una densidad de más de 4.000 personas por kilómetro cuadrado no se puede diferenciar lo militar de lo civil.

  • A la pregunta de por qué los israelíes no dejan pasar la ayuda humanitaria a Gaza responde el señor Schutz: "la ayuda humanitaria se deja pasar de forma fluida. La única limitación es la capacidad de absorción de los caminos en el lado palestino," caminos que Israel se encarga de bombardear a mansalva.

  • A la cuestión de que Hamas haya ganado unas elecciones democráticas objeta el señor embajador: "el hecho de haber sido elegidos libremente no quita un centímetro de la criminalidad de sus ideas y de sus métodos de acción" que es exactamente lo que cabe decir de Israel, que el hecho de que sea una democracia no obsta para que su política exterior sea genocida. Y termina el señor Schutz con la perla/insulto siguiente: "Los palestinos deben decidir quién los lidera y qué relaciones quieren tener con Israel", siempre y cuando decidan según quiere Israel; si deciden algo distinto, ya saben: bombardeo, exterminio, genocidio.

    Desde luego ayer el señor embajador se ganó sus treinta denarios.

    (La imagen es una foto de Alex Lanz, bajo licencia de Creative Commons).

  • Sincretismo.

    En la manifa del domingo pasado contra el genocidio israelí en Gaza hubo de todo. También lugar para el ingenio sincrético y la capacidad de empaquetar dos o más problemas en un solo enunciado. Véase:

    (La foto, de Enrique Cotarelo, está bajo licencia de Creative Commons).)

    La obstinada realidad de la gente.

    Anagrama reedita el primer libro de Kapuscinski, publicado a comienzos de los años sesenta del siglo pasado (La jungla polaca, Anagrama, Barcelona, 2008, 204 págs.) ahora que, después de la muerte del autor hace un par de años, se ha cerrado una de las más fascinantes carreras periodísticas, literarias, ensayísticas del siglo XX, tanto más cuanto que el autor la desarrolló en su integridad en la Polonia comunista y como miembro del Partido Obrero Unificado Polaco, o sea, del Partido Comunista. El autor de una catarata de libros fascinantes sobre África (Desde África, El Emperador, Ébano) y otras partes del mundo, como el hundimiento de la Unión Soviética (Imperium) tuvo siempre la habilidad de escribir trabajos de alta calidad, nada plegados a las directrices artísticas oficiales del régimen sin incurrir en las iras de éste. Al contrario, la Polonia comunista lo convirtió en una especie de valor nacional como reportero astro del periodismo patrio, lo que le permitió viajar por todo el mundo y convertirse en una especie de cronista de la contemporaneidad, algo que él, que era historiador de profesión, veía como una reactualización de la tarea de Heródoto. Es más, su último libro, publicado en España por el Círculo de Lectores, Viajes con Herodoto es una reflexión sobre el historiador griego y lo que representa la visión del mundo estilo Herodoto.

    Todo lo anterior estaba ya prefigurado en este su primer libro de relatos cortos en el estilo al que permaneció fiel toda su vida: los reportajes tratados con agudeza, ingenio, sentido del humor, espíritu literario y un estilo irónico que recuerda a Witold Gombrowicz. Algunas historias son recreaciones de la memoria como la que justamente se llama Ejercicios de la memoria, pero la gran mayoría son narraciones breves en las que es imposible discernir lo que hay de reportaje y lo que hay de creación literaria porque lo uno está engarzado en lo otro. Y son relatos de la vida cotidiana de la gente normal, historias de sus vidas, a veces tomadas en un momento concreto que las retrata (como en El tieso, un relato hilarante en el que seis hombres a los que se les ha averiado el camión en la carretera, llevan un ataúd con un muerto a hombros durante varios kilómetros hasta el cementerio de un pueblo cercano), a veces como una especie de recopilación del sentido de una vida (como en El rapto de Elzbieta, que cuenta las tribulaciones de una pareja de campesinos miserables que lo dan todo por conseguir que su hija se haga maestra y ella finalmente ingresa en un convento), siempre presentadas de un modo directo, como si irrumpiéramos en ellas, en el más puro estilo reporteril, el del hombre que llega a un lugar en el que hay una historia, la desentierra, a veces en contra de la voluntad de sus participantes y la cuenta a su manera.

    De esa forma la escritura de nuestro autor se convierte en una especie de curiosa recomposición, de una estructuración de sentido que retrata uno profundo a partir de unos datos originales fragmentarios o anodinos. Es ejemplar al respecto el relato Danka, que saca a luz el comportamiento fanático, criminal incluso, de los habitantes de un pueblito en el interior de Polonia, especialmente sus mujeres, capaces de cualquier cosa, víctimas de sus supersticiones religiosas. Otras veces, las historias tienen un valor simbólico, como alegórico (por ejemplo, el relato La balsa de la salvación) que aproximan el estilo de Kapuscinski al realismo mágico de García Márquez, de quien era amigo y con quien colaboró en algún proyecto.

    Pero entiendo que lo más interesante del reportero/historiador polaco es su testimonio de la sórdida, absurda, inhumana realidad de la Polonia comunista. La peripecia del hijo del campesino que se esfuerza lo indecible por llegar a hacer un doctorado en historia; los problemas de las gentes, las familias, que acceden a las angostas miniviviendas (treinta y cuatro metros cuadrados) que entrega el régimen comunista a la gente que por diversas razones puede acceder a ellas y se encuentra con que es imposible rehacer una vida de vecindario y comunidad; las andanzas de unos trabajadores no cualificados nómadas que emplean el dinero que ganan en comprar vodka y emborracharse sistemáticamente.

    Tiene uno la impresión de que si el llamado realismo socialista como canon estético del mundo comunista tuvo alguna vez sentido fue en obras como las de Kapucinski, a pesar de que lo que en ellas se narra no es precisamente grato o encomiástico para el sistema político y social de la dictadura del Partido Comunista y probablemente ni siquiera representativo del realismo socialista sino, en todo caso, representativo de un gran escritor capaz de reflejar un mundo que es una condena de quienes lo administran sin que estos puedan encontrar una excusa para perseguirlo y, al contrario, al menos al principio, lo protejan y le den facilidades. Probablemente esa proyección exterior de Kapucinski como reportero internacional fue una baza estupenda para conseguir que las autoridades comunistas no le hicieran la vida imposible: era demasiado conocido en el extrabjero. A veces el genio se enfrenta a la arbitrariedad y el despotismo; otras los pone de manifiesto como lo que son pero lo hacen de modo tal que no sufren mayor persecución por ello.

    dimecres, 14 de gener del 2009

    La impunidad del genocidio.

    Hace unos días publicaba servidor una entrada titulada ¿Es Israel una democracia? y contestaba que sí, sin duda, si bien una democracia con una política exterior agresiva y genocida totalmente inaceptable. El lunes la Comisión Electoral Central (CEC) israelí decidió que tres partidos árabes no podrán presentarse a las elecciones del 10 de febrero, argumentando que están a favor de los palestinos en Gaza y que no reconocen el Estado de Israel. La CEC está compuesta por políticos representantes de todos los partidos y su decisión es política, no judicial. Los partidos prohibidos tienen ahora abierta la vía del Tribunal Supremo que ya en otras ocasiones anuló decisiones similares de la CEC. Si en esta ocasión no lo hiciera, Israel habría dejado de ser democracia puesto que sin libertad de partidos políticos (que solamente pueden ser prohibidos mediante decisión judicial) aquella no existe. Estoy convencido, sin embargo, de que el Tribunal Supremo dejará sin efecto la decisión de la CEC. E Israel seguirá siendo una democracia.

    Una democracia embarcada en una política de exterminio de los palestinos y cuya agresividad aumenta día a día en medio de la indiferencia, cuando no la complicidad, de la llamada "comunidad internacional". El embajador israelí en España, Raphael Schutz, se queja amargamente de que se compare a Israel con los nazis. Sostiene que la acción de su país no es contra los palestinos, a los que considera iguales a los israelíes, sino contra Hamás. Es muy de agradecer que el señor embajador aclare que los israelíes consideran a los palestinos (a los que, sin embargo, masacran) iguales a ellos; es muy generoso. Pero el solo hecho de que lo diga ya demuestra que, como se ve por la decisión de impedirles presentarse a las elecciones, no es cierto. Ese desmentido demuestra el trasfondo nazi de la actitud israelí. Por lo demás y al margen de la Ley de Godwin, ¿que tiene de malo la asimilación de la política israelí de hoy a la de los nazis? ¿Que es particularmente odiosa por tratarse de judíos? Es posible. Pero también es posible y hasta probable que Israel esté siendo víctima de un síndrome de Estocolmo nacional. Muy probable.

    Leo en algún sitio que los proisraelíes españoles están convocando una manifestación de apoyo a Israel (y probablemente de desagravio) para el próximo 18 de enero en Madrid. Será interesante ver a cuánta gente reúnen los defensores de Israel en este conflicto.

    Es curioso comprobar cómo cambian los frentes políticos. Las gentes de la derecha y la extrema derecha que, desde el caso Dreyfus han sido siempre antisemitas (esto es, antijudías) aplauden ahora la agresión israelí en Gaza mientras que los de izquierdas que siempre fuimos projudíos cuando se trató de defenderlos de los pogromos, el holocausto y el antisemitismo en general, ahora somos contrarios al genocidio que Israel está llevando a cabo en Gaza y en Palestina en general.

    (La imagen es una foto de seccad, bajo licencia de Creative Commons).

    La pendiente del insulto.

    La señora Montserrat Nebrera ha ofrecido unas aclaraciones en su blog Montsenebrera.cat.blog que no aclaran absolutamente nada sobre su lamentable falta de respeto a la ministra de Fomento y a todos los andaluces a cuenta del acento de la ministra que le parecía "de chiste". Según la señora Nebrera no se refería al acento sino al "tono" de la ministra que se le antoja chulesco y barriobajero. Como se ve, lo está arreglando. Cualquiera que haya escuchado las declaraciones de la citada señora sabe que en ellas anidaba el más rancio prejuicio antiandaluz, la actitud despreciativa y de prepotencia de mucha gente que se nutre de esos estereotipos de chistes groseros de sobremesa. Por cierto, tómese nota asimismo del adjetivo "barriobajero" muy revelador de una mentalidad determinada. Hará muy bien el PP expedientando a su militante catalana porque es necesario poner coto a estas actitudes bochornosas que envenenan la convivencia. Los políticos deben dar ejemplo de trato civilizado y respetuoso.

    ¿Y los periodistas? La pendiente del insulto es muy pronunciada y, cuando uno comienza, no es raro que otros se lancen detrás y, al final, el tono de la comunicación pública sea detestable e insufrible. Según leo en El Plural, en su columna habitual en Abc, el señor Antonio Burgos, que tiene una acrisolada trayectoria como insultador, de lo que doy fe pues he tenido que sufrir algunos denuestos suyos, llama a la señora Nebrera catalana de mierda. Espero que la cita de El Plural sea fidedigna porque no he conseguido encontrar la columna del señor Burgos en Abc. En ese catalana de mierda se condensa asimismo mucho prejuicio y cliché anticatalanes profundamente desagradables. Tanto la señora Nebrera como el señor Burgos son dos pruebas vivientes del lamentable nivel del debate público en España y hacen cierto eso de que los insultos califican más a quienes los profieren que a los posibles insultados. No sé si la ministra insultada es o no muy chistosa pero está claro que maldita la gracia que tiene el chiste de la señora Nebrera. Esta señora es, sí, catalana, pero no tiene más mierda encima que la que salga de la boca del señor Burgos.

    La ebullición del espíritu.

    Como la Residencia de Estudiantes ha decidido prorrogar hasta el próximo 18 de enero la exposición sobre la revista Gallo que se me había pasado con el trajín navideño, me acerqué a verla el lunes. Siempre es grato pasear por la Residencia, que es un venerable espacio lleno de memorias de quienes anduvieron en ella en los años veinte y treinta del siglo pasado, aquel plantel de gentes brillantes, creadores y genios cuyas figuras más relevantes fueron García Lorca, Salvador Dalí y Luis Buñuel, así como otros importantes nombres de la generación del 27. En ese recinto del mudéjar madrileño, acertadamente restaurado y gestionado hoy por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, entre sus edificios y jardines, late el espiritu de la Institución Libre de Enseñanza que inspiró el programa de la Residencia durante el periodo de entreguerra.

    Esta exposición de la revista Gallo, fundada y dirigida por Francisco y Federico García Lorca y de la que alcanzaron a salir dos números en 1928 documenta el contenido de ambos, ilustra sobre el proceso de creación pero, sobre todo, permite acceder a un tiempo, un ambiente, una ciudad (la Granada de aquellos años) y un espíritu de vanguardia, de efervescencia artística y creadora que es casi contagioso. A través de fotografías, cartas, manuscritos, borradores se va viendo cómo cuaja un proyecto de revista artística y literaria en un panorama en el que ya había otras como Litoral, Carmen, Mediodía, etc que había de dar cuenta de un movimiento creador que luchaba por expresarse, por hacerse un hueco en contra del adocenamiento, el conformismo, la falta de creatividad de la literatura y el arte de la época, retratado en el frecuente uso del término daliniano de putrefacción. El arte, la música, la pintura, la poesía del momento estaban putrefactos; era misión de aquellos jóvenes salir a la luz pública mostrando las nuevas vías y la nueva creatividad.

    Federico García Lorca fue quien más se involucró en el proyecto y quien más trabajó en él, quien escribió y recabó las colaboraciones de Melchor Fernández Almagro, José Bergamín, Francisco Ayala, Gerardo Diego, Jorge Guillén, Picasso, Sebastiá Gasch, Enrique Gómez Arboleya, etc. y quien contribuyó asimismo con algunos textos escritos especialmente para la revista, como el origen de su nombre, Gallo en la Historia de don Alhambro, el original Paseo de Buster Keaton o la Oda a Salvador Dalí. De hecho, cuando García Lorca, muy requerido por el éxito del Romancero gitano y afectado por un problema amoroso con Emilio Aladrén, no pudo ocuparse tanto de la revista, ésta dejó de salir.

    Como suele pasar en estas publicaciones de vanguardia el diseño estaba muy cuidado y la calidad de las colaboraciones era alta. Son sin duda muy de reseñar los aforismos de Bergamín o el terso relato de Ayala sobre Susana en el baño pero lo que me parece más decisivo en los dos números, aparte de la producción del propio García Lorca, son los sorprendentes textos de Salvador Dalí, la Historia del pez perseguido por una uva en el primero y el San Sebastián del segundo al que pertenece esta cita: "Buster Keaton, ¡he ahí la poesía pura Paul Valéry! Avenidas postmaquinistas, Florida, Corbusier, Los Ángeles, pulcritud y euritmia del útil standartizado, espectáculos asépticos anti-artísticos, claridades concretas, humildes, vivas, aleges, reconfortantes, para oponer al arte sublime, delicuescente, amargo, putrefacto." Y lo más decisivo de todo la publicación en el segundo número del Manifiesto anti-artístico catalán", firmado por Salvador Dalí, Lluis Montanyá y Sebastiá Gasch que es un texto sumamente revelador, condensación de las corrientes vanguardistas de la época, singularmente el cubismo, el futurismo y el surrealismo, un manifiesto en que los jóvenes artistas catalanes declaraban que "Grecia se continúa en la resultante numérica de un motor de aviación, en el tejido antiartístico de anónima manufactura inglesa destinada al golf, en el desnudo del music-hall americano". El catálogo de la exposición, un texto primorosamente editado con estudios de especialistas sobre diversos temas atingentes al proceso de creación de la revista y el momento intelectual y artístico, contiene un trabajo sobre la relación de Federico García Lorca con este manifiesto, pero no parece que pueda probarse que éste recogiera ideas del poeta granadino que, sin embargo, coincidía con él.

    La exposición da cuenta asimismo de la publicación de la revista Pavo unos días después del primer número de Gallo en la que se hacía burla del contenido de ésta. El chiste del asunto residía en que Pavo estaba editada también por García Lorca en lo que probablemente pueda entenderse como una manifestación de la ironía daliniana.

    dimarts, 13 de gener del 2009

    Al Papa no le gusta el nihilismo.

    El Papa Ratzinger la tiene tomada con el nihilismo que, según él, invade de modo creciente el mundo juvenil. Piensa su SS con gran audacia que la juventud está descarriada, sólo quiere pasarlo bien, consumir drogas, conducir a lo loco y follar al margen de la sacrosanta familia que sólo es tal si está fundada en el matrimonio como a él le place. Muy original esto del nihilismo de los jóvenes. Ya preocupaba mucho a la gente mayor cuando yo era crío y sigue haciéndolo. Esta juventud frívola hace que no gane uno para disgustos. Que yo sepa lo del nihilismo juvenil aparece por primera vez en la novela de Ivan Turgeniev Padres e hijos, a mediados del XIX. Nuevo el fenómeno, precisamente, no parece ser. Y desde siempre va acompañada de esta carga de reconvención paternal que en el caso del Papa está justificadísima por ser el Santo Padre de todo quisque. Lo que sucede es que es un Santo Padre bastante inconsistente y arbitrario, como todos los padres, claro está, porque, ¿en qué queda ese discurso del nihilismo y la "banalización" de las cosas importantes de la vida cuando reúne a cientos de miles, medio millón de jóvenes en esas jamborees que organiza de vez en cuando con motivo de algún año internacional de la juventud o efeméride parecida? La última, si no recuerdo mal, en Australia; la próxima si los dioses no lo remedian, en España, de la mano de Monseñor Rouco Varela, un verdadero icono juvenil por la frescura y la audacia de sus ideas. ¿Qué sucede entonces? ¿Los jóvenes no son nihilistas o los que acuden mansamente a sus convocatorias para jóvenes no son jóvenes?

    (La imagen es una foto de Sam Herd, bajo licencia de Creative Commons).

    Los jueces, una de cal y otra de arena.

    Ha hecho muy requetebién el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco desistiendo de ir adelante con ese disparatado proceso político a los señores Ibarretxe, López, Otegi y otros. Carece de sentido abrir vista oral a petición exclusivamente de la acusación popular, sin acusación particular y en contra de la expresa voluntad del fiscal. Equivale a dar vía libre a las venganzas políticas o los ajustes de cuentas y, en este caso, confundir lo político con lo judicial y cargarse de un plumazo la separación de poderes pues se convierte a los tribunales en instancias para exigir la responsabilidad política del gobierno o de los partidos. Un dislate integral. De paso habría que revisar el proceso penal español. Eso de que un juez de instrucción pueda ordenar apertura de juicio oral en contra de la opinión de fiscal y por su único parecer es poner a los justiciables en manos de las posibles arbitrariedades de los jueces, que las hay y no son infrecuentes.

    Por otro lado, las asociaciones profesionales de jueces y magistrados están en pie de guerra contra el gobierno y amenazan con ir a la huelga. Muchos dicen que no asiste a los jueces ese derecho pero la verdad es que no se ve por qué no. La Constitución lo reconoce a todos los trabajadores y, por lo tanto, deben tenerlo también los jueces. Otrosí sería verdaderamente pintoresco que los jueces, cuya función es interpretar y aplicar la ley, adoptaran una decisión colectiva ilegal. En principio y por si hay dudas, si los jueces amenazan con ir a la huelga será porque son titulares de ese derecho.

    Ahora bien, son titulares sui generis porque constituyen uno de los poderes del Estado que no se supone puedan o deban recurrir al expediente de la huelga. Uno no ve a los otros poderes del Estado holgando. Salvo el caso de Amadeo de Saboya, conocido como "el Rey huelguista", no resulta comprensible que Jefes del Estado se declaren en huelga. Como tampoco los ministros o parlamentarios. Pero el caso de los jueces es distinto porque si bien son un poder del Estado (y un poder individualizado, personalizado en cada uno de ellos) también son funcionarios públicos y, como tales, titulares de ciertos derechos. Por lo demás, es de esperar que si los jueces hacen huelga sea con buen juicio que para eso son jueces. No estaría nada bien una llamada "huelga salvaje" de la judicatura.

    Otra cosa es la oportunidad y legitimidad política de la medida porque casi parece una pataleta por las reacciones ante la evidente muestra de corporativismo de que dieron muestras hace poco con motivo de la sanción al juez Tirado. Acerca de esto del corporativismo de la judicatura se han visto y leído cosas muy principales. No hace mucho publicaba don Perfecto Andrés Ibáñez un artículo en El País con título tan expresivo (Jueces: la insidia del "corporativismo") que no requiere mayor comentario. Los jueces, sostiene don Perfecto, no son corporativistas. Si se movilizan por primera vez a raíz de la contraria reacción social que ha provocado la ridícula sanción que su órgano de gobierno ha impuesto a uno de ellos no es a causa de corporativismo sino por una coincidencia fortuita de carácter astral.

    (La imagen es una foto de Rodolfo Palominos, bajo licencia de Creative Commons).

    Caminar sin rumbo (XXXV).

    Vuelta a casa.

    (Viene de una entrada anterior de Caminar sin rumbo (XXXIV), titulada La evolución personal.

    La parte local de la mesa no pareció dar mayor importancia a la situación. Era su experiencia más o menos cotidiana. Yo, en cambio, decidí entonces clausurar mi proyecto marroquí. En lugar de esperar a pasar la frontera, daría media vuelta y regresaría a la Península. Seguramente Eugenio seguiría conmigo y a lo mejor me decidía a cambiar Casablanca por Sevilla. Heriberto miraba a su señora como si quisiera comprobar que había recibido el mensaje de quién mandaba allí, quién tenía la información, pero no me dio la impresión de que la mujer estuviera interesada. El vendedor de fósiles había vuelto. Ahora mostraba un nummulites del que decía que tenía cuarenta millones y medio de años. Le pregunté cómo sabía lo del medio millón e hizo como que no entendía.

    Del Valle se iba en un avión a la mañana siguiente y quiso saber si nosotros nos volvíamos y cómo y al decirle que en el ferry afirmó que le hubiera gustado acompañarnos porque amaba el mar, pero tenía asuntos urgentes en la Península.

    - De todas formas -dijo, como si estuviera despidiéndose- en ese asunto del abandono de posiciones o de cambio de opinión, si quieres..-

    - No, no de opinión. De opinión cambia cualquiera. Un cambio de la máquina de hacer opinión, o sea, de la ideología.

    - Sea.

    - Es que es importante porque es un cambio de ideología, de convicciones que se tuvieron cuando se era joven.

    - E impulsivo e irreflexivo.

    - Y noble. La juventud es la única época en la vida en que se tienen convicciones no interesadas.

    - Así es.

    - Y por eso es tan terrible renegar de esas convicciones porque, sean o no erróneas, son las que tuviste por eso, por la pura convicción, y no por interés. O sea, el mejor momento de la vida.

    - Eso es lo que te mueve a ti: que no pase el tiempo, no madurar, ser eternamente joven; pero eso, querido amigo, es una quimera.

    - Ese el interés de los sesentayocheros: perseguir quimeras.

    - Muy bien, maestro -dijo Eugenio cuando se dio la cena por acabada y comenzaron las despedidas- te has ganado el aplauso de la juventud a la que, como sabes, tan bien represento.

    La verdad era que este chaval, Eugenio, estaba resultando ser un tipo majo; muy joven, impulsivo, pero inteligente, que solía saber en dónde estaba, qué se esperaba de él y lo combinaba todo para dar una imagen bastante dinámica. Me gustaba y creo que nos entendimos bien durante el viaje. Ambos habíamos perdido repentinamente el interés en la ciudad y, el día siguiente salimos en un ferry de la mañana. Él pasó el viaje leyendo El rojo y el negro yo, colgado de la red y el navío moviéndose un poco porque aún andaba la mar algo picada. Aproveché para poner al día mi blog o bitácora, que lo tenía muy abandonado. Un blog o bitácora cerrado para mí mismo, que sólo puedo consultar yo. Lo empleo como diario a la antigua usanza, ese cuaderno que abres al final del día, en la intimidad de la noche, para mirarte y tratar de explicarte. Alguna vez haré trasvase de blogs y dejaré que las entradas de aquel invadan éste, como en un juego de espejos enfrentados, un blog que habla de un blog. Y viceversa. No es difícil y tiene su encanto literario. Una literatura que no es capaz de tejerse con las nuevas tecnologías no merece nombre de tal. Lo actualicé contando a mi modo nuestra estancia en Melilla. Tenía interés en ahondar en la conversación con Agustín del Valle. Me sentía satisfecho por la especie de resumen que hice sobre los rasgos esenciales de ese cambio de ideología tan frecuente en intelectuales y comunicadores de la izquierda. Lo más notable venía a ser eso de abandonar y repudiar las convicciones que uno tuvo en la mejor época de la vida, que es la juventud, la de mayor plenitud, inconsciencia y alegría. Porque sólo se vive cuando se es joven; antes, se está a la expectativa y, después, la existencia apenas merece el nombre de vida. La cuestión que quería dejar clara en mi blog era la de si en verdad considera uno que el hecho de ser fiel a lo mejor que se ha tenido en la vida compensa por la falta de comodidad económica, notoriedad y relieve social que suelen alcanzar todos los que, habiendo destacado en la izquierda, se convierten en adalidades del conservadurismo. La razón fundamental por la que se producen esas transformaciones está en la pasta. Touchez pas au grisby. Y nada más. Cuando pasen los años el interés residiría en averiguar qué de nuevo o bueno hayan hecho los tránsfugas, los que han cruzado las líneas. Merodeé un rato por facebook, mirando un álbum de fotos que había subido mi hijo Esteban reflejando un viaje al lago Titicaca. Le puse un par de comentarios sobre lo buenas que eran y después vi en Skype que Laura me había dejado otro mensaje hacía cuarenta y ocho horas. Decidí continuar. Al fin y al cabo andaba lejos, a mil y pico kilómetros de Madrid. No me contestó de inmediato, pero lo haría más tarde por la noche. Daba ya por supuesto que fijaríamos un lugar de encuentro. Le contesté que lo pensaría y se lo comunicaría en cuanto lo pensara. Cuando desembarcamos en un luminoso mediodía de Almería pregunté a Eugenio qué le parecía que hicéramos.

    - ¡Ah! -dijo.- ¿se puede opinar quiero decir, opinar sabiendo que lo que opine cuenta?

    - Naturalmente.

    Pero no era tan natural. Normalmente la opinión no se convierte en acción, no va acompañada de efecto alguno, aunque ahora sí por estricta decisión mía.

    - Es que se me ocurre que... ¿Tú tienes que ir a algún sitio en concreto? Le dije que desde el principio venía siendo un viaje sin objetivo alguno y que sólo se determinaba por sus jornadas. Terminada la jornada de Melilla podía empezar cualquier otra.

    - Por ejemplo, la jornada de Jerez de la Frontera.

    - ¿Por qué?

    - Porque tengo ahí unos amigos que estarán encantados de vernos.

    - ¿Gente de bien?

    - Absolutamente.

    - Y ¿qué hacen aquí?

    - No sé. Nada, supongo. Vivir. Él es veterinario; trabaja en el Ayuntamiento. Ella es dentista.

    - Pues mira tú qué bien.

    Podemos pasar allí un par de días y luego seguir. Eugenio no tenía prisa alguna en verse camino de la casa de sus padres. Pensé que la carretera se nos haría menos pesada si la alternábamos con una estancia en algún lugar nuevo, aunque fuera como cliente en hotel. No, no; nos acogerían en su casa. Estaba seguro de ellos. Son mayores. Es gente que se casó, esperó a tener hijos y ya los tuvieron mayores. Le pregunté qué entendía por "mayores". Sus edades estaban comprendidas entre la de Eugenio y la mía.

    - Para entendernos: vosotros estáis en los sesenta; nosotros en los veinte y ellos en los cuarenta. Están en medio. El juste milieu.

    - O el contenido del bocadillo.

    - Oye, tío, ¿sabes que tienes gracia?

    Eran padres de un par de niños muy pequeños, uno de ellos de días y el otro como de un año o algo más.

    - Fíjate que así cumplo con la visita que ya me pesaba. Dije que los visitaría cuando nació el primero y no lo hice. Ahora van por el segundo. Son padres mayores.

    - Tú también eres hijo de padres mayores, ¿no? Entre tu hermano y tú hay una distancia como de diez o doce años, ¿no?

    - Trece y medio exactamente. He tenido la enorme suerte de tener un padre que quería ser mi hermano y hermano que quería ser mi padre. Pero bueno, no me quejo. Todo el mundo tiene que sobrevivir allí en donde haya ido a nacer.

    - Y a estos, tú, ¿cómo los conoces?

    - Precisamente porque Hamilton es veterinario. Trabajaba en una clínica cerca de casa a la que llevábamos a Doggy.- Doggy había sido su perro desde niño. Ahora estaba muy viejo, apenas si veía y, desde luego, no andaba. Pasaba los días de su dulce vejez en casa de los padres, probablemente añorando la vuelta de su amo.- Después, cuando ellos decidieron ir a vivir a Jerez, continuamos la amistad. Nos vemos de vez en cuando. Y siempre son ellos quienes van a Madrid. Yo nunca he bajado. Por eso sé que les molará.

    No veía por qué no iba a aceptar la sugerencia de Eugenio salvo por la muy ridícula afectación de que fuera un chaval de veinte años quien tomara las decisiones donde era yo quien debía hacerlo. Aunque descubrí de inmediato que tenía su lado amable. Lo descarga a uno de preocupaciones y le permite pensar en lo que quiera, cosa que no sucede cuando hay que estar pendiente de algo.

    El tramo de carretera de Almería hasta Jerez de la Frontera atraviesa la Costa del Sol, el lugar más típico del desarrollo turístico español, zona de especulación salvaje, crecimiento desordenado, pura rapiña del suelo, delincuencia, tráfico de drogas, tráfico de cualquier otra cosa, de personas, de niños, centro de blanqueo de capitales, meca de los vividores, pied à terre de los ricos del momento, lugar en el que hay que hacerse ver si se quiere ser alguien en según y cómo dónde.

    El paisaje ha desaparecido, sumergido en una oleada de construcción continuada a lo largo de kilómetros y kilómetros de carretera. Parece la invasión de la hormigonera que atruena más que la razónen marcha, acompañada de las grúas que se alzan por doquiera como las grandes columnas de un templo disparatdo que pretendiera sostener la bóveda del cielo. Apenas se ven tierras de cultivo ni baldías. Si acaso de vez en cuando una triste yuca en mitad de un terreno que ya es solar y nunca volverá a ser campo. Animales, los pintados en vallas de reclamos. Y todo lleno de publicidad sin limites, anuncios de inmobiliarias, urbanizaciones, clubs de golf, grandes superficies, supermercados, y tiendas, tiendas, tiendas a lo largo de kilómetros y kilómetros y kilómetros.

    - Esto es otro mundo, ¿verdad?

    Otro mundo, otro planeta, otra galaxia. Uno espera ver surgir ejércitos de alienígenas entre los postes publicitarios al borde de la carretera. Eugenio estaba asombrado de la vista que se iba desplegando ante nosotros y yo también. La Costa del Sol es el lugar de vacaciones de Europa entera y medio mundo; allí se aglomeran varias lenguas, inglés, alemán, danés, noruego, francés, ruso, árabe con una población venida de todos los puntos de la rosa de los vientos y se enhebra una abigarrada mezcla de locales, centros de diversión, boutiques, restaurantes étnicos, lugares exóticos, la carta entera de tabernas europeas, bistrós franceses, pubs ingleses, kneipes alemanas, smorrebrot e iglesia de los santos del último día o Jesucristo te ama, empresas de alquiler de automóviles y de cualquier otro objeto móvil, peluquerías de perros, notarías y tiendas de deportes. Toda la Costa del Sol es una calle comercial atiborrada desde Málaga hasta Cádiz. Por fortuna Jerez de la Frontera queda un poco retranqueada en el interior y eso le ha permitido salvarse de momento de la inundación de ladrillo y cemento que ha sumergido la costa. Tierra adentro se ven olivares, pitas, cactus, agaves, chumberas, palmitos y más vegetación propia de la zona en tierra abierta. Un regalo para la vista que sólo ha podido ver trozos de mar azul enmarcados por construcciones residenciales.

    La pareja vivía en un chalet a la entrada de Jerez con una pequeña parcela en donde Hamilton, cultivaba un huerto, algún tomate, pimientos, patatas y unas judías. Lo suficiente para entretenerse. Lo ayudaba en la tarea Ivvy, la dentista que trabajaba en una clínica dental tipo franquicia en el centro de Jerez. Sólo entonces me dijo Eugenio que eran colombianos, inmigrantes ya muy hechos. Él no los consideraba inmigrantes. Esa noticia aumentó mi interés por el encuentro. Lo de cambiarse de ciudad no me parecía muy propio de inmigrantes, aunque debía confesar que no sabía gran cosa de ellos. Se me hacía más cosa de españoles, no sé por qué puesto que tampoco los españoles que conozco son dados al nomadismo. Con eso ya veía a Hamilton e Ivvy con otros ojos. Y lo merecían porque eran una pareja especial.

    (Continuará).

    (La imagen es una viñeta de Aubrey Beardsley, 1894).

    dilluns, 12 de gener del 2009

    La manifa y dos o tres consideraciones sobre Israel, Palestina y Hamás.

    La manifa estuvo muy bien. Fue mucha gente. No sé si los 250.000 que dicen los organizadores pero mucha, mucha gente y muy variada. Iba además encabezada por una pancarta (a la izquierda) en la que se llama a las cosas por su nombre: genocidio. Lo que los sionistas están haciendo en Gaza es genocidio de acuerdo con la tipificación de este delito en el artículo II de la vigente Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio de las Naciones Unidas.

    Sigo sosteniendo que este tipo de actos no hará mella alguna en los planes genocidas de los sionistas que llevan meses preparándolos meticulosamente, desde marzo y que, probablemente, ya descontaban algún tipo de reacción contraria de la opinión pública internacional. Lo que no sé es si calcularon que llegara a tener tal envergadura. Porque ayer no sólo salimos a la calle en Madrid sino en muchas otras ciudades españolas y europeas. Hay como una marejada antisionista. Tengo la impresión de que las gentes, que estamos hasta las narices de ver a estos criminales masacrar a los palestinos en prosecución de su política de impedir toda solución diplomática al conflicto confiando únicamente en el exterminio, hemos perdido el miedo a manifestarnos públicamente en contra de Israel. El embajador sionista en España se desgañitaba ayer diciendo que se trata de actos antijudíos y antisemitas, agitando el viejo espantajo que también agitaba Franco cuando decía que los ataques a su despreciable persona eran ataques a España. Ya nadie cae en la trampa de contenerse por miedo a esas acusaciones salvo los que en el fondo están de acuerdo con la estrategia genocida sionista. Que, por cierto, son muchos. Aunque no tantos como para hacer manifas tan lucidas como la nuestra de ayer.

    También sostengo que es importante mantener activa la protesta porque, aparte de llamar genocidas a los sionistas y obligar a sus medios de comunicación a seguir mintiendo como bellacos a sus audiencias sobre el grado de simpatía de que goza Israel en el mundo civilizado, es importante que el señor Obama sepa que su protegido en el Próximo Oriente tiene muy mala prensa en Europa. Y conviene seguir en esa línea. Yo convocaría otra manifa para el día 20 de enero, fecha de la toma de posesión de Mr. Obama y previsible fecha también en que los sionistas han planeado cesar en su agresión.


    Finalmente las dos o tres cuestiones sobre Israel, Palestina y Hamás. En estos días se debate mucho sobre quién es responsable de qué en la última andanada del conflicto. Para que quede claro conviene recordar:

    1.) que no fue Hamás quien rompió el alto el fuego, sino Israel el cuatro de noviembre asesinando a seis palestinos, como se explica perfectamente en esta intervención de Norman Finkelstein en la televisión estadounidenses en el programa Democracy Now. Se encuentra traducción al español en Insurgente.

    2º) El bloqueo de Gaza es anterior a la ruptura del alto el fuego. Es incluso anterior a la llegada de Hamás al poder en Gaza y responde al plan premeditado de los sionistas de acabar con los palestinos.

    3º) Hamás no está tirando cohetes sobre el sur de Israel. La zona en que caen los cohetes no es Israel sino territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, que no es lo mismo.

    (La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).