dissabte, 22 de desembre del 2007

¿Es todo ETA?

Todo no, naturalmente. Por ejemplo, yo mismo soy partidario del derecho de autodeterminación de los pueblos que integran España (o el Estado español), es decir, coincido con ETA en uno de sus fines más importantes, pero no soy ETA ni tengo la más mínima simpatía por ella, condeno sus atentados y crímenes sin reserva alguna y sostengo que, mientras exista esa organización de asesinos, pretender ejercitar el derecho de autodeterminación, cual quiere hacer el señor Ibarretxe, es una inmoralidad. Estaba convencido de ello antes de leer la sentencia del "macrojuicio" 18/98 y me he reafirmado en la convicción porque en esta sentencia se observa a las claras con qué frialdad, meticulosidad y malas intenciones controla ETA a la gente en los pueblos y pequeñas localidades (que son muchas en el País Vasco) a través de personas interpuestas que le sirven de enlaces, mensajeros, chivatos, correveidiles y muñidores, muchos de los cuales estaban sentados en el banquillo en dicho macroproceso.

Pero no hay que adelantar acontecimientos. El juicio 18/98 ha estado rodeado de una gran alharaca política, lleno de sobresaltos, con manifestaciones y contramanifestaciones un día sí y otro también. A lo largo de la vista los acusados han observado actitudes desafiantes, alborotadoras y han organizado repetidos escándalos, igual que sus deudos y simpatizantes han estado pronunciándose a las puertas del local en donde se celebraba y organizando abundantes manifestaciones en unas u otras ciudades del País Vasco. Todo este jaleo al que en ocasiones se sumaron las defensas concertando sus acciones iba encaminado a tachar el proceso de político, deslegitimarlo, conseguir que se interrumpiera para siempre, aduciendo que era un mero acto de represión instigado por el Gobierno y obedientemente ejecutado por unos jueces serviles.

Asimismo, al día siguiente de hacerse pública la sentencia y sin tiempo material de haberla leído el señor Ibarretxe y su consejero de justicia ya habían decidido que era una sentencia en la que se condenaban ideas y se atropellaba la libertad de expresión. Ciertamente el proceso 18/98 es político en la medida en que los delitos que en él se juzgan tienen una causación política, pero no en el sentido (implícito en las descalificaciones del Lehendakari) de que no sea un juicio justo con todas las garantías. Ni hablar.

Vaya por delante que no soy partidario de la existencia de la Audiencia Nacional (AN), que me parece heredera objetiva (no subjetiva) del infame Tribunal de Orden Público de Franco y rompedora del principio de unidad de jurisdicción, que es garantía del Estado de Derecho. Pero, en este caso, me da la impresión de que la sala de lo penal de la sección tercera de la AN ha hecho un trabajo escrupuloso lo mejor que ha podido, respetando más allá de lo exigible las garantías y derechos de los acusados, tanto los procesales como los fundamentales en general. Y lo ha hecho frente a una concienzuda labor de obstrucionismo y deslegitimación de los procesados, los allegados y hasta las defensas que, de haber encontrado el más mínimo pretexto para conseguir la anulación de las actuaciones, lo hubieran hecho.

Ya que esa fue desde el principio la estrategia (equivocada) de la defensa, esto es, no refutar las acusaciones que se formulaban contra sus clientes, demostrando que no habían cometido los delitos que se les imputaban sino que la instrucción había sido un atropello antijurídico, que el tribunal obedecía a impulsos y a órdenes políticos, que no había delito presunto del que defender a nadie y que todo era una farsa montada para descabezar al independentismo vasco.

Por eso, lo primero que hace el tribunal en su sentencia es rechazar las acusaciones de politización y aseverar que no ha tenido en cuenta sino cuestiones de caracter estrictamente jurídico y que los condenados lo han sido no por sus ideas y actividades políticas sino por la comisión de delitos tipificados en el Código Penal. Le sale mejor o peor. El caso es muy complicado y la sentencia muy larga y, aunque clara y lógicamente estructurada, a veces tiene expresiones impropias (incluso alguna falta de ortografía) de la necesaria ecuanimidad de la magistratura pero, a mi entender, no mancillan un texto equilibrado con un razonamiento lógico, objetivo y desapasionado, aunque no especialmente brillante.

El texto desmonta una a una todas las argumentaciones de las defensas tendentes a fundamentar la impugnación de la causa en todos y cada uno de los momentos procesales de ésta y, como hemos visto, la deslegitimación posterior al proceso ha correspondido al señor Ibarretxe. Para conseguir este objetivo, políticamente planteado, se emplearon todas las argumentaciones posibles, alegando violaciones de los derechos y garantías procesales, incluida la indefensión, y atentado contra derechos civiles fundamentales como el de la integridad física y moral (las acusaciones de torturas fueron una costante en la vista oral), la inviolabilidad del domicilio, el secreto de las comunicaciones, etc.

La sentencia valora todas las alegaciones y las rechaza fundadamente, a mi entender, con argumentos de sobra. A veces estas alegaciones son pintorescas y consiguen resultados contraproducentes como la que se plantea a raíz de que, habiendo decretado el juez de instrucción el secreto del sumario, las defensas no habían tenido acceso al material que operó en la instrucción y que dicho material debería ser recabado en el juicio oral. Como resultara que el tal material era aun más incriminatorio para los acusados, las defensas decidieron dejarlo de lado.

La AN se ha atenido a las pruebas y a los elementos deducidos de las declaraciones en el curso del proceso y ha condenado a cuarenta y siete de los acusados por los delitos de integración en organización terrorista (arts. 515.2 y 516.1 y 2) del Código Penal, de colaboración con organización terrorista (art. 576.1 CP), de insolvencia punible, en su modalidad de alzamiento de bienes (art. 257 CP), contra la Seguridad Social (art 307 CP), de falseamiento de la contabilidad de Registros Fiscales (arts. 74, 310 b, c y d CP, según la redacción de la L.O. 10/1995 -artículo 350 bis b, c del Código Penal de 1973- precepto introducido en el Código Penal hoy vigente por L.O. 6/1995 de 29 de junio). Igualmente absuelve a cinco procesados, declara la ilicitud de actividades y disolución de una serie de empresas empleadas como instrumentos de ETA para sus fines y decreta la ilicitud de las asociaciones KAS, EKIN y XAKI.

O sea, nada de política, nada de Ley de Partidos Políticos, como he leído por ahí a algún despistado, nada de condenar a personas jurídicas, nada de condenar por ideas. Los magistrados han condenado a personas físicas por diferentes delitos probados y rechazan con vehemencia la sospecha de que hayan actuado de otro modo:

Debe quedar ya bien claro que no se ha juzgado a los acusados por pertenecer a la izquierda abertzale, eso es un soberano despropósito, muy cacareado, fruto de pura inventiva (pág. 362)
Estas cosas del "muy cacareado" son las que menos me gustan de la sentencia. En cualquier caso, éste ha sido un proceso que los acusados y sus apoyos mediáticos y organizativos han intentado politizar desde el principio sin conseguirlo.
Todo no es ETA- dijeron-, claro que no. Solemne barbaridad nadie la puede creer, pero los hechos objeto de acusación no dicen eso, dicen que las 52 personas finalmente enjuiciadas, a través de KAS, de EKIN, de la Fundación Joxemi Zumalabe o de XAKI, o pertenecen a la organización terrorista o han colaborado con la misma (pág. 363).

Ya la instrucción del juez Garzón incorporaba razonamientos novedosos en la teoría criminal partiendo de la base -que todo el mundo conocía en los años setenta y ochenta del siglo pasado sin que nadie hiciera nada- de que ETA, como organización delictiva, contaba con una serie de auxiliares incrustados en la sociedad, tanto personas físicas como jurídicas (dirigidas por sus militantes) que le servían para llevar adelante sus designios, cometer sus crímenes, facilitarle información, financiación y cobertura; en definitiva, una tupida red de organizaciones y personas algunas miembros directos de la organización y otras colaboradoras o cómplices, todas las cuales componían ese ente aparentemente magmático que se llamaba "Movimiento de Liberación Nacional Vasco". Lo que la instrucción garzoniana trataba de probar era que el tal Movimiento, lejos de ser una organización más o menos laxa de gentes agrupadas por las mismas ideas, constituía una estructura jerárquica y perfectamente articulada puesta toda ella al servicio de una finalidad criminal, esto es, el asesinato, el secuestro, la extorsión, el atentado. Y eso es lo que este proceso, al decir de la sentencia, ha dejado en claro por procedimientos escrupulosamente jurídicos, al tiempo que exalta la calidad de la instrucción:

A estas alturas podemos proclamar, y lo hacemos alto y claro, que el Sumario 18/98 fue instruido de forma correcta, a pesar de la inmensa complejidad que presenta, complejidad que se pretende utilizar como cortina de humo para tratar de trasgiversar las cosas (pág. 539).

Ahora bien, la justicia es humana y, por lo tanto, falible. La complejidad del caso, lo novedoso del enfoque procesal explicarían que la argumentación del tribunal presentara algunos puntos oscuros. Se me ocurren dos. Pudieran ser más, pudieran ser menos. No sería yo, falto de competencia en la materia, fuera de la que da el sentido común, quien se atreviera a decir que ha desentrañado todos los recovecos de tan complejo texto. Esas dos son las que hacen referencia, de un lado, a la estricta prohibición de la aplicación extensiva de las normas penales y de otra a la duda sobre si es posible cerrar medios de comunicación arguyendo que delinquen. Los magistrados se blindan frente a ambas acusaciones sosteniendo que la interpretación que hacen de los tipos penales aplicados se ajusta a la actividad de los acusados y que no se ha condenado a estos en modo alguno con ligereza,

no por simples hechos, datos o circunstancias (...) sino por auténticas pruebas de cargo revestidas de un contenido incriminatorio verdaderamente abrumador, pruebas documentales, intervenciones telefónicas, resultado de las diligencias de entrada y registro, etc.
igual que las empresas (ORAIN era la matriz de EGIN) que se han disuelto lo ha sido por su actividad ilícita y el hecho de ser instrumentales en la comisión de los delitos. En todo caso y si existen dudas, como garantía de los ahora condenados en este Estado de derecho que (con todas sus insuficiencias) es España, dichos condenados tienen abierta la vía de casación en el Tribunal Supremo, donde se valorarán de nuevo todos estos aspectos.

Economía política del capitalismo V.

He aquí el capítulo cinco de este interesante culebrón de análisis del modo de producción capitalista. Hoy toca el consumo. La verdad es que los españoles de mi generación hemos visto ya de todo. Nacimos en un país que, por sus bajísimos niveles de renta y consumo, su exportación sistemática de mano de obra, etc, era un país del Tercer Mundo. Luego, ascendimos hasta codearnos con los de la "sociedad del consumo" o la "sociedad de la abundancia" y ya hemos cubierto el ciclo porque, al incorporarnos nosotros al consumo, junto con muchos otros, claro es, éste, el consumo, se ha convertido en una actividad peligrosa y depredadora de la biosfera.

divendres, 21 de desembre del 2007

Elecciones el nueve de marzo.

Algún lector pide que se comente aquí la sentencia del proceso 18/98. Estoy leyéndola pero, como tiene más de 1.100 páginas, me lleva algún tiempillo que habré de tomarme, pues no acostumbro a hablar sin haberme documentado antes. Me llenan de pasmo esos políticos del PNV, con Ibarretxe a la cabeza y su consejero de justicia, que salieron ayer, aún con la tinta de la sentencia húmeda diciendo que se condenan ideas, con lo que quieren decir que es un sentencia injusta pues las ideas no pueden condenarse. Supongo que se refieren a las suyas que seguramente no existen. En lo que llevo leído, de condenar ideas, nada; se condenan hechos... probados.

Entre tanto, ayer se clausuró la legislatura y se convocaron oficialmente las elecciones generales para el nueve de marzo. Pinta mal para el PP, como puede observarse considerando la evolución histórica de la intención de voto a los dos grandes que reproduzco del Centro de Investigaciones Sociológicas. La ventaja del PSOE se ha mantenido consistentemente a lo largo de la legislatura y, a fecha de hoy, el partido del Gobierno ganaría a la oposición por un cómode margen de entre ocho y diez puntos porcentuales. No añado los índices de popularidad de los señores Rodríguez Zapatero y Rajoy por no producir sarpullidos.

Así están las cosas al interior de los dos partidos: como una balsa unitaria en el PSOE y como una jaula de grillos en el PP; grillos moderados, nada estridentes, como corresponde a su condición de gente de posibles, pero grillos al fin y al cabo, con dos gallos enzarzados por la sucesión del líder que diputan ya amortizado. Gallo de pura raza, tipo "claret" el señor Ruiz Gallardón, más que nada por lo rápido y gallo gallina o gallino la señora Aguirre, por su apariencia externa, que no va en demérito de su fiereza y agresividad.

El cierre de la legislatura se ha hecho en una situación volátil y ambigua. Después de haberme empollado la Ley de la propiedad Intelectual y la Ley de Impulso a la Sociedad de la Información (LISI) que se aprobó ayer, no tengo nada claro qué haya que hacer con el canon. Y creo que no lo tiene nadie salvo quienes creen beneficiarse de él y quienes creen que los perjudica. Un dato significativo es que la rama catalana de Izquierda Unida ha votado contra él mientras que la rama española lo ha hecho a favor. Quizá lo más sensato haya sido mantenerlo pero sólo para darnos un tiempo y pensarlo mejor, con el debido asesoramiento. ¿Realmente no hay otro medio de proteger los derechos de autor que aprobando esta medida del canon que tiene mucho de exacción e injusticia para los cientos de miles y millones de ciudadanos que no se bajan obras protegidas de la red pero que ahora tienen que pagar como si lo hicieran?

El Gobierno sacó adelante los presupuestos pasando por encima del Senado. Por fin no será preciso prorrogar los del año pasado.

En el aspecto de política exterior el señor Rodríguez Zapatero termina su mandato con una nota alta, como se prueba por el hecho de que esté reunido con los señores Sarkozy y Prodi para reactivar la política euro-mediterránea que es de una importancia capital para España.

La economía, en cambio, cierra con pronóstico nada claro: con la inflación y el paro en ascenso a la espera de ver cómo golpea la crisis hipotecaria en España, creo que es el momento menos oportuno para prometer dos millones de puestos de trabajo en la próxima legislatura, como han hecho tanto el Presidente como el ministro señor Caldera ninguno de los cuales debe de acordarse de los ochocientos mil puestos de trabajo prometidos en su día por el señor Felipe González, quien tuvo que administrar una economía con las tasas más altas de paro en muchísimos años.

Si tuviera que hacer un balance general de la legislatura del "no nos falles" y de lo que ha pasado, diría que el Gobierno, en efecto, no ha fallado... salvo allí en dónde ha fallado. Los dos fallos más llamativos han sido en la ampliación de los supuestos del aborto (asunto vidrioso) y la negativa a denunciar los acuerdos económicos con la Santa Sede. La Ley de la Memoria Histórica no va tan allá como me hubiera gustado, pero no considero que haya sido un fallo. Como tampoco lo han sido la Ley de Igualdad de derechos de las minorías sexuales, como los homosexuales, la Ley de Dependencia y la Ley contra la violencia de género. Esta legislación progresista tropieza con dos tipos de inconvenientes: de un lado uno nuevo, el sistemático boicot que le hacen algunas Comunidades Autónomas, regidas por el PP, especialmente la de Madrid. Del otro la carencia de recursos económicos para ponerla (a la ley) en práctica. Algo muy español.

Por último, la legislatura ha estado dominada mediáticamente por dos asuntos ligados entre sí, el juicio por el 11-M y el truncado proceso de paz. Ambos han impedido una valoración más serena de los logros del gobierno socialista pero, como se ve en la intención de voto, ninguno de ellos ha ido en detrimento electoral del PSOE. La sentencia del juicio por el 11-M dejó con las vergüenzas al aire a una docena de fabuladores e inventores de patrañas sobre los atentados de Atocha cuya única intención era torpedear la política del Gobierno y tratar de forzar unas elecciones anticipadas. Hace ya cuando menos dos años que el señor Rajoy no pide elecciones anticipadas. Por eso es nuevo. La ruptura del proceso de negociación, que se ha presentado como un fracaso del Gobierno (dispuesto a entregar lo que fuera) no solamente no ha pasado factura al PSOE, sino que ha incidido más negativamente entre la gente del PP y por supuesto, entre los electores. Estos, en general, han culpado de la ruptura al único culpable: ETA.

Según todos los indicios, el próximo nueve de marzo el PP se dará un gran batacazo.


El Rey y el bocón.

Espero que mis amigos chavecistas no se enfaden y empiecen a ver el mundo tan lleno de vísceras que pueda semejar una casquería, y den una muestra de sentido del humor escuchando este corrido que se llama El Rey y el bocón

"El Rey y el bocazas" diríamos nosotros. Tener sentido del humor es algo imprescindible. Entre gente sin sentido del humor la sociedad se hace muy pesada. El señor Chávez, gran aficionado al corrido, en cuanto puede se larga uno, igual que el señor Garzón es aficionado a la ópera y en cuanto la gente se descuida, le coloca "Una furtiva lacrima...". Y eso que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y otros textos de derechos humanos prohiben taxativamente la tortura.

Y ahí les va la letra completa que es muy divertida.

El Rey y el bocón.

Chávez: Aquel hombre ahí develó todo el rostro horrible del Fascismo, racismo. Los fascistas no son humanos, tienen forma humana, pero no son humanos. Yo creo que una serpiente es más humana que un Fascista.

Juan Carlos I: ¿Por qué no te callas?

El día 10 de noviembre / presente lo tengo yo.
En la cumbre americana / el rey de España explotó
cuando Chávez ofendía / el honor de un español
que no podía defenderse / por no estar en la reunión
¿Por qué no te callas? dijo, / ahí mismo se levantó,
dejándole la partida / a su ministro mayor
y con eso le alcanzó, / en el aire quedó el ¡coño!
que Juan Carlos se guardó.
Aprenda Chávez de un rey / que al Fascismo derrotó
cuando encarceló a Tejero / que a la brava se le alzó
¿O usted no se acuerda ya / que en el museo se escondió,
y sus calzones cagados / en la chirla los lavó?
Y ¿qué hubiera hecho Bolívar? / ahora me pregunto yo,
si hubiera estado presente / en esta misma ocasión.
¿Habría aplaudido al rey bravo / o al coronel bravucón?,
¿al que defiende a su gente / o al que siembre división?
Ese sí hubiera sido el actuar / propio de un Libertador,
con las consignas gastadas / que don Fidel le vendió,
a cambio de unos barriles / de petróleo del mejor,
así no se ganan guerras / ni se lucha con honor.
Aprenda Chávez de un pueblo / que no acepta dictador,
estando en la presidencia / parece que se amañó,
no ande buscando problemas / por fuera de su nación.
Aprenda a callarse ¡Chávez! / Como el rey se lo mandó.

Quico- ¡Ay ya cállate, cállate, cállate que me desesperas!

Está muy bien el corrido y tiene mucha gracia. Eso teniendo en cuenta que, según parece, el "¡Por qué no te callas!" ha salido elegida frase del año en Chile.

Gracias, Pilar.

Economía política del capitalismo IV.

De nuevo aquí. Cuarta lección magistral sobre el desastre del capitalismo. En esta ocasión, el estado de "distribución..."

dijous, 20 de desembre del 2007

La partidocracia.

¡Qué difícil es poner en marcha un partido en una democracia! Tanto como poner en marcha un periódico. En situaciones de normalidad todos los espacios políticos y mediáticos están copados y asentar una opción nueva es casi imposible como no sea desplazando a una de las existentes. Y éstas suelen no dejarse. No son muchos los casos como el del Partido Laborista que desplazó límpiamente al Partido Liberal en las elecciones de 1924 y lo condenó a ser el tertium non datur del sistema político británico (conservadores/laboristas) de forma tal que los liberales no han vuelto al Gobierno desde aquellas nefastas elecciones . Salvo que aparezca un espacio nuevo frente al que los partidos tradicionales no sepan dar respuesta, lo más probable es que estos tengan cualquier reto ganado por el hecho de existir hace años. Los electores de los partidos, como los lectores de los periódicos son básicamente fieles y los partidos y los periódicos son lo que los economistas llaman bienes inelásticos. No se sustituyen por otros con facilidad. Los votantes del PSOE no se pasan sin más al PP o viceversa. Algunos lo hacen, desde luego, pero no la inmensa mayoría. Igual que los lectores de El Mundo no se pasan a El País y viceversa. La batalla es siempre por los nuevos y ahí es donde un partido nuevo (precisamente) se enfrenta a una competencia muy reñida de los establecidos.

Nuestras democracias son partidocracias o partitocracias, que de ambos modos lo he visto escrito y ambos son admisibles en principio, pues la RAE aún no se ha pronuncidado. Es el llamado "Estado de partido de masas", que decía Forsthoff que, para mayor inverecundia, ya no son de masas, sino de electores. Y gracias. Los partidos están establecidos y, al financiarse en muchos sitios (en España entre otros lugares) con fondos públicos, ya no necesitan ganar afiliados porque no dependen de las cuotas; por eso son partidos-máquinas electorales y no "partidos de masas". El sistema político en su conjunto está así establecido: los partidos son los entes a los que la gente considera más corruptos en nuestras sociedades (según Transparency International) y, al tiempo, son los elementos sobre los que pivota la democracia. Puede haber partidos sin democracia; pero nadie conoce democracia sin partidos: los partidos, los medios, los grupos de presión, las instituciones, la sociedad civil, son los elementos de los sistemas políticos.

La señora Díez, del nuevo partido UDP, se queja de que no sale nunca en los medios, salvo cuando son malas noticias para su partido. Esto no es estrictamente cierto pues sale con frecuencia en esa cosa que escenifica el señor Sáez de Buruaga una vez por semana en TeleMadrid. No conozco ningún otro dirigente de partido que salga tanto en programas que no sean telediarios. Y en los telediarios, aunque le gustaría mucho, la señora Díez no tiene por qué salir salvo que genere noticia.

¿Qué sólo son noticias las malas noticias? Claro, es el abc del periodismo; nadie persigue a la señora Díez. Suele pasar que a veces sólo somos noticia para nuestra desgracia. Y además, qué caramba, es difícil montar un partido como hemos visto que están las cosas. Hay que hacerse con gente. Al menos la necesaria para cubrir los puestos de libre designación. Eso es relativamente fácil porque es hablar a los intereses de gente concreta con carreras concretas. Pero tambien hacen falta votantes y para eso ya no es suficiente con un cálculo de costes beneficios sino que hay que tener un discurso. Lo que sucede es que el discurso de UPD es confuso, triturado entre el PP y el PSOE no alcanza a tener perfil propio. Si lo que quiere es afianzar el antinacionalismo periférico, para eso ya está el PSOE y, en muchísima mayor medida, el PP. Si lo que quiere es establecer un sistema democrático-liberal con Estado del bienestar y protección a los derechos del individuo, para eso ya está el PP y en muchísima mayor medida, el PSOE. Votar a UPD no es votar una opción nueva, aunque el partido sostenga que sí.

Hay en este terreno una paradoja muy frecuente que, sin embargo, no suelen señalar los analistas: de vez en cuando se monta una bronca con eso de que los partidos están todos corruptos y alguien sugiere acabar con este asqueroso sistema partitocrático... normalmente desde otro partido que no tarda mucho en revelarse como todos los demás.

Así que las perspectivas electorales de UPD son sombrías. Y como donde no hay harina todo es mohína ya están a trompicones en el interior con esas trifulcas de tú te postulas y rompes los estatutos y tú eres un tramposo y un fullero. Intuyen que obtendrán pocos puestos en las elecciones y se pelean por los primeros puestos. En los partidos tradicionales se pelean por los primeros, los segundos, los terceros, e così via; encajan mejor las peleas porque tienen más que repartir.

Incidentalmente algo de ello pasa también con Izquierda Unida y el PCE: puestos, listas, cargos. Pero de estos hablaremos otro día.

En el caso de UPD esa bronca interna afecta al más alto nivel del partido. ¿O no fracasó hace unas fechas un proyecto de alianza electoral entre Ciutadans y UPD? Por supuesto. ¿Por qué? ¿Vds. qué creen? No sería por discrepancias en sus discursos que son básicamente el mismo: no al nacionalismo (ajeno).

Que haya partidos nuevos en las democracias es muy de felicitarse, aunque sean empresas difíciles, porque ello aumenta la posibilidad de los ciudadanos de elegir, que es la base misma de la libertad. Lo que sucede es que en UPD la novedad es el señor Savater que, precisamente, no se presenta a las elecciones. La señora Díez, con todo mis respetos, no es novedad; es una política profesional, lo cual tiene sus virtudes y sus defectos. No es de caballeros mencionar los defectos pero es que las virtudes son aun más perjudicales porque la esencial es que la señor Díez se presenta como una auténtica lider nacional de una nueva opción. Pero cuando intentó ganar esa posición entre los suyos, primero en el Partido Socialista de Euskadi y luego en el PSOE, fue ampliamente derrotada.

¿De dónde saca la señora Díez que los españoles votarán a una persona que ya ha perdido dos elecciones?

Economía política del capitalismo III.

Tercera entrega de la interesante exposición sobre el ciclo productivo en el modo capitalista de producción. Ahora estamos en la producción.

Siempre me ha llamado la atención la fascinación que sienten los economistas por las explicaciones cíclicas. El ciclo es un término casi sacrosanto en su jerigonza. Casi parecen filósofos antiguos. Los filósofos mundanos los llama uno de ellos, Robert K. Heilbroner. Y es curiosa también la crítica que hace esta representante del movimiento ecologista, conservacionista, localista, partidaria de las energías renovables, pero no de la atómica, que es una crítica cíclica. Y la propuesta que defiende como solución también es cíclica. Es como las cruces svásticas, que según sean dextrógiras o levógiras son buenas o malas.

Baby Doll.

Merece la pena mirar este video de Marisa Crespo y Moisés Romera. Es muy fuerte.

Gracias, Jaime.

dimecres, 19 de desembre del 2007

Las dos Bolivias.

En algún momento del próximo año de 2008 los bolivianos habrán de votar en referéndum sobre el texto de la nueva Constitución con la que el presidente Evo Morales pretende "refundar" el país. Ayer, en un editorial agorero, titulado Ingobernable Bolivia y subtitulado "Evo Morales pretende aprobar su Constitución ignorando las reglas del juego democrático", El País vapuleaba de lo lindo al señor Morales por falta de talante democrático, preveía trifulcas territoriales de todo tipo, y no daba un ochavo por la estabilidad del país del altiplano.

Desde luego, la historia de Bolivia no anima al optimismo. Con casi tantos golpes y contragolpes de Estado (cerca de 200) como años de independencia y una cantidad de constituciones que no cabe fijar de seguro (ya que siempre hay la duda de si algunas de ellas son Constituciones por derecho propio o reformas de otras anteriores) pero que no bajarán de quince, contando con ésta, la experiencia aconseja aproximarse a la situación boliviana con extremada prudencia.

Prima facie tiende uno a coincidir con El País cuando señala que no aguarda buen futuro a un proyecto constitucional que se ha aprobado soslayando los cauces democráticos. Y quizá tenga razón también el periódico al decir que no dará buen resultado un texto que no ha sido consensuado con la oposición y que prácticamente divide al país en dos mitades. Es posible. Pero, al mismo tiempo, hay que reconocer que el presidente Morales -como el señor Chávez en Venezuela- ganó limpiamente unas elecciones democráticas con más del 52% del voto y que la oposición se ha caracterizado por una sistemática actitud obstrucionista, como ha venido haciendo en Venezuela en donde, como aquí, en Bolivia, en el colmo del disparate, decidió ausentarse de las instituciones y dejar todo el territorio libre a los bolivarianos. Encuentro francamente difícil consensuar nada con quienes se niegan sistemáticamente a conversar y pretenden imponer sus puntos de vista aun siendo minoritarios.

Por lo demás el realismo muestra que así es como se han hecho habitualmente las cosas en la historia. Las oligarquías que impusieron órdenes constitucionales durante el siglo XIX y buena parte del XX en Europa jamás consensuaron nada. Un caso como el de la transición española es una rara avis y ya se ve cómo se acumulan las presiones en pro de su reforma.

Todos estos problemas (que son, por supuesto, muy preocupantes y deben hacer reflexionar al señor Morales y al MAS acerca del peligro de deriva autoritaria que tienen) podrán soslayarse y hasta darse por buenos si se celebra cuanto antes un referéndum constituyente limpio y democrático que haga salir de dudas respecto a lo que quiere la población boliviana: sí o no a esta Constitución que se le propone. El problema añadido que le veo es que, al tratarse de un texto tan detallado, complicado, avanzado y hasta radical, quizá no sea moralmente suficiente una mayoría inferior al 60%. Por descontado, si los que proponen el proyecto pierden, se habrá acabado la historia.

Porque lo primero que hay que hacer antes de seguir hablando de Bolivia y de lo que allí se cuece es leer el proyecto citado. Me ha llevado dos días hacerlo porque son cuatrocientos once prolijos artículos (uno de ellos, el 398, en dos redacciones alternativas), nueve disposiciones transitorias, una abrogatoria, una derogatoria y una final; pero no haya cuidado, que no me vengaré comentándola en detalle.

Aunque lo merece. Es, desde luego, una de las constituciones más largas y pormenorizadas del mundo y presenta los defectos e inconvenientes de esta minuciosidad, esto es, confusión, reiteraciones, incongruencias y ultranormativismo. Pero también es una de las constituciones más avanzadas, si no la más y un buen ejemplo de un intento de articular en términos jurídicos las preocupaciones más progresistas de la humanidad al día de hoy y tras la experiencia negativa de los desaparecidos países del socialismo de planificación centralizada.

Tiene una declaración de derechos (más de un cuarto del conjunto) muy completa, que incluye los fundamentales, llamados "fundamentalísimos" (por cierto, el castellano del texto es bastante bueno), los civiles y políticos tradicionales, los sociales y económicos, los culturales y mediambientales; y los regula asimismo con mención de algunos de sus titulares específicos: minorías, minusválidos, mujeres. El artículo 30 reconoce los derechos de las "naciones y pueblos indígenas", con lo que zanja de un plumazo la enojosa cuestión de los derechos colectivos.

En cuanto a las garantías de los derechos (que es lo que importa), el artículo 110 los declara directamente aplicables como derecho positivo y, luego, se arbitra un sistema de recursos ("acciones") muy completo en el que se comprenden el de "libertad" (art. 126 y sigs.), el de amparo constitucional (arts. 129 y 130), el de protección de privacidad (131), el de "acción de inconstitucionalidad" (arts. 132 y 133), abierto a todos y con efectos frente a todos (que no sé si el legislador sabe en dónde se mete), y el de "acción de cumplimiento" (135). En definitiva, una Constitución sumamente garantista.

No estoy seguro de que el sistema de amparo establecido sea operativo y menos lo estoy de que el amplio reconocimiento de derechos -que incluye el derecho al trabajo en pie de igualdad con los demás- pueda ser eficaz cuando, por otro lado, se reconoce y ampara la libertad de empresa (incompatible con la seguridad en el empleo) y, al tiempo se reconoce que el Estado hará políticas que tiendan a combatir el paro. Si se combate el paro es porque se admite su existencia en clara violación de ese derecho al trabajo.

La Constitución establece una forma de organización territorial descentralizada con competencias exclusivas de las entidades territoriales subestatales, incluida competencia legislativa departamental en asuntos propios. Una descentralización, con todo, muy inferior a la que hay en España por cuanto las competencias exclusivas del Estado son mayores y la cláusula residual opera a favor del estado central.

Hay asimismo una abundante regulación de la organización económica y de las funciones del Estado en la economía qu, en aplicación de la experiencia del hundimiento del "socialismo real", trata de cohonestar todas las formas de organización económica, la comunitaria, la estatal, la privada y la cooperativa (art. 307), somete la propiedad privada a la consabida función social, pero declara que los recursos naturales, esto es "los minerales, los hidrocarburos, el agua, el aire, el suelo y el subsuelo, los bosques, la biodiversidad, el espectro electromagnético y todos aquellos elementos y fuerzas físicas susceptibles de aprovechamiento" (art. 348) son "propiedad y dominio directo e imprescriptible del pueblo boliviano" que el Estado administrará en función del interés colectivo, otorgando derechos de propiedad privada y colectiva sobre la tierra u otros recursos naturales (art. 349), lo que constituye el núcleo de la prevista reforma agraria. Ya la Constitución de 1967 decía no reconocer el latifundio (art. 167) pero en esta hay una manifiesta voluntad de acabar con él.

Supongo que es todo lo más a que cabe llevar hoy día la apropiación colectiva de los recursos naturales y la soberanía sobre ellos. Habrá que ver cómo funciona una economía así organizada en el mercado globalizado actual en el que los grandes inversores piden garantías que este articulado no ofrece. Un interesante experimento en el caso de que el proyecto sea aprobado en el próximo referéndum.

Pero no es este el aspecto más novedoso de la Constitución, sino el profundo reconocimiento que ésta hace de la realidad multiétnica y plurinacional de Bolivia. Aquí sí que se está pisando un territorio nuevo y muy problemático. Hasta el punto de que da la impresión de que el texto consagra un país doble, de un lado, la Bolivia administrada por la minoría criolla de habla española y cultura europea y de otro la mayoría amerindia de diversidad de lenguas y cultura precolombina. Esa dualidad se articula sobre todo en tres terrenos:

  • El lingüístico-cultural. La Constitución declara oficiales la lengua castellana y "todos los idiomas de las naciones y pueblos indígenes originario campesinos que son el aymará, araona, baure, bésiro..." (art. 5) y así hasta treinta y seis. Más que en la Unión Europea. El art. 6 introduce algo de racionalidad estableciendo que solo el castellano sea oficial en todas partes y el resto, según en dónde se hable y las decisiones de la gente. Aun así, cuesta imaginar cómo se entenderá la administración con administrados en treinta y seis lenguas.

  • El jurisdiccional. Junto a la jurisdicción ordinaria (arts. 191 y sigs.) y otra "agroambiental" (art. 187), el texto consagra una "jurisdicción indígena originaria campesina" que se aplicará según sus "principios, valores culturales, normas y procedimientos propios" (art. 191) y que conocerá de "todo tipo de relaciones jurídicas" (art. 192). Hasta ahora, las constituciones anteriores (1967, Ley de 2004) venían haciendo unos reconocimientos vagarosos de los derechos culturales de los pueblos indígenas y de su competencia para la "solución alternativa de conflictos" en sus comunidades, dentro de la Constitución y la ley. Este proyecto es un salto cualitativo de importancia puesto que viene a equiparar la jurisdicción ordinaria criolla con la de los pueblos originarios. Es difícil ver cómo funcionará esta pluralidad de jurisdicciones. Que no será fácil lo prevé el legislador que establece que el Tribunal Constitucional estará compuesto por magistradas y magistrados con "representación paritaria entre el sistema ordinario y el sistema indígena originario campesino" (art. 198, I). Eso sí que es revolucionario.

  • El de representación política y organización del poder. El art. 290 reconoce una "autonomía indígena originaria campesina" como expresión "del derecho al autogobierno como el ejercicio de la autodeterminación de las naciones y los pueblos indígenas originarios y las comunidades campesinas..." que habrán de articularse con las divisiones territoriales ordinarias en la medida en que las poblaciones amerindias manifiesten el deseo de hacerlo.

    Sin duda, el intento del proyecto de Constitución es integrar en un solo país, un solo Estado a las dos comunidades, la minoría criolla y la mayoría amerindia a base de realzar el estatuto jurídico-político de ésta hasta una posición de práctica igualdad en estos terrenos, es decir, el jurídico y el político. Lo que se arbitra con disposiciones de carácter económico que tratan de garantizar que aquella igualdad jurídico-política (esto es, formal) lo sea también en términos reales, materiales.

    Si el proyecto es aprobado en el próximo referéndum y se guardan las formas democráticas como es debido, será, quizá, uno de los más interesantes y prometedores experimentos de la izquierda contemporánea.

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    Economía política del capitalismo II.

    Ahí va la el segundo capítulo de esta serie. Es lo relativo a extracción de recursos naturales y al modo en que estamos destruyendo el planeta.

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    dimarts, 18 de desembre del 2007

    La visceralidad.

    De vez en cuando alguien me llama "anticomunista visceral" o también "antichavista visceral" y me quedo pensando en qué querrá decir la expresión. Visceral califica aquí al "anti" anterior y viene a decir que esa actitud de oponerse a alguien o a algo no está dictada por el juicio crítico, por la serena razón (en cuyo caso sería muy de respetar, supongo) sino por las vísceras, es decir por algo irracional, por un impulso, un sentimiento, quizá algo de lo que ni es consciente el que lo manifiesta. De eso sabían mucho los comunistas, precisamente, pues eran ellos, al menos los soviéticos (faros y guías del comunismo mundial) los que trataban a los opositores políticos a su régimen como a enfermos mentales y los recluían en psiquiátricos.

    Estos otros, como ya no pueden meter a la gente en psiquiátricos, te dicen que eres un "anticomunista visceral" y te recomiendan un buen psicoanalista. Vamos que llevan en los genes intelectuales la voluntad represora.

    Dejémosnos de florituras, ¿es que hay un anticomunismo no visceral, racional, luminoso, para estos guardianes de las esencias? Si lo hay, nadie lo ha visto. Todo anticomunismo es visceral. En realidad, la expresión es redundante. Para el comisariado político el anticomunismo tiene que ser producto de un desvarío; o sea, visceral.

    Es curioso. No conozco que sea habitual oír hablar del antiliberalismo visceral o el antifascismo visceral. Al parecer, las vísceras sólo entran en juego dentro de la civilización cristiana y en el idilio comunista. Se puede ser antiliberal racional y antifascista, eso va de suyo; pero el anticomunista tiene que ser visceral, un enfermo. Y lo mismo, al parecer, cabe decir de quienes se opongan al señor Chávez o al señor Castro: todos enfermos, obnubilados por una densa visceralidad pues no ven que el comunismo y los señores Chávez y Castro no son criticables a fuer de perfectos. La única salvedad que estos prodigios de la ecuanimidad están dispuestos a hacer afecta a quienes critican a los sacrosantos no por visceralidad sino porque son unos canallas al servicio del imperialismo .

    ¿Y a mí que me da que hay que estar muy enfermo para pensar que quien discrepa políticamente de ti está enfermo o es un depravado?

    (La imagen es un grabado de Klinger, ese artista inclasificable, llamado Rivales).

    Economía política del capitalismo

    Mi amigo Tom Cahill me envía un enlace a un video de unos 20' de duración, elaborado por Free Range Studios que es un estupendo análisis del modo de producción del capitalismo avanzado, tardío, globalizado o como lo llamen. Consta de una introducción y seis capítulos (extracción, producción, distribución, consumo, eliminación y método alternativo). Está en inglés, si bien se entiende con facilidad y, como es interactivo, puede uno ir al capítulo que quiera haciendo click en la correspondiente pestaña.

    Para aquellos que no tengan veinte minutos de golpe, he encontrado el video en You Tube dividido en capítulos de 3-4 minutos cada uno) y los iré colgando en éste y en días sucesivos. Es una explicación clara y convincente de los mecanismos que operan en el sistema económico de consumo depredador que hemos establecido y ahora amenaza la supervivencia de la tierra. Merece la pena.

    Suena todo muy convincente. La cuestión es si es posible cambiar el modo de producción. Modo de producción en el sentido marxista del término. Que no es asunto baladí. Sustituir el capitalismo por el socialismo. Hasta ahora eso ha sido un fracaso. No estamos obligados a creer que seguirá siéndolo. Las cosas pueden cambiar; pero no de inmediato. Si no cabe cambiar el modo de producción, habrá que proceder a las reformas paulatinas que proponen los taimados socialdemócratas, a la piecemeal social engineering de que hablaba Karl R. Popper que, ya se sabe, era un "anticomunista visceral". Tan visceral, tan visceral que equiparaba a Platón con Marx en cuanto al odio que ambos sentían hacia la "sociedad abierta".

    La señora Annie Leonard en el video parece propugnar un mundo hecho de pequeñas economías sostenibles en entornos locales; pero eso se me antoja más utópico que la vuelta de la Atlántida, no porque sea imposible sino porque ese estadio de pequeña colectividad autosuficiente que se propugna ya lo ha habido en la historia de la humanidad que lo ha aniquilado en el curso del desarrollo económico, partidario de los grandes mercados abiertos, dotados de competencia supuestamente perfecta. En nada empaña el aura taumatúrgica de la competencia el hecho de que habitualmente esté lejos de ser "perfecta". Porque la competencia perfecta puede ser una quimera y, como quimera, algo extraordinario, nuevo, extraño. Pero la planificación centralizada de los recursos, según se ha probado ya prácticamente, es un desastre.

    dilluns, 17 de desembre del 2007

    ¿Quiénes hacen el caldo gordo a ETA?

    En primer lugar, la derecha española. Todo lo que no sea apoyar al Gobierno legítimo del Estado (tenga el color ideológico que tenga) en la política antiterrorista es debilitar a ese Gobierno y todo lo que sea debilitar al Gobierno es fortalecer a ETA. Como enseña cualquier manual de táctica y estrategia para la guerra y la paz. Todo lo que sea hacer distingos, poner en duda, criticar al Gobierno en estas circunstancias equivale a tener una ignorancia culposa sobre quién sea el aliado y quién el enemigo. Dicho con claridad por el presidente Mao Tse tung que en estas cosas no se equivocaba: "Ataca todo lo que el enemigo defienda y defiende todo lo que el enemigo ataque". Qué más puede querer ETA que ver a los dos grandes partidos españoles incapaces de ponerse de acuerdo literalmente en nada que tenga que ver con el terrorismo que ella practica, dado que la derecha cree -contra toda razón y evidencia- que atacar al Gobierno en ese terreno le dará réditos políticos.

    En segundo término el nacionalismo llamado "moderado". De nada sirve condenar sin paliativos los atentados de ETA si sistemáticamente se niega en acto lo que se predica de palabra; lo que es el nudo mismo de la hipocresía. Esa nueva flor de que el Gobierno vasco y especialmente el señor Ibarretexe, que es quien manda en el Gobierno vasco, no claudicarán y no permitiran que ETA marque los tiempos de la acción política. Como si no fuera evidente que lo hace. En concreto, al mantener en pie la convocatoria de un referéndum o consulta en general sin que ETA haya renunciado a la violencia, como muy bien sabe el señor Ibarretxe, condiciona el voto de mucha gente. Eso no solamente es someter los tiempos de la acción a ETA sino que es valerse de ETA para los fines propios. Una inmoralidad.

    Determinada izquierda radical vasca y española en general, a la izquierda del PSOE y también en buena medida de Izquierda Unida, en un nuevo ejercicio de hipocresía. "Lamenta profundamente" lo que está pasando y hasta ataca a ETA, de la que dice pestes, sosteniendo que perjudica a la causa de la emancipación y revolución en Euskadi, con un tono que da a entender que hay una cierta lógica en el comportamiento de la banda. Pero traten de llevarlos a una condena sin paliativos de la actividad ésta. No lo conseguirán. Sólo obtendrán circunloquios por cuanto esta izquierda sabe que dar rienda suelta a sus sentimientos e ideas más queridas encuentra el rechazo de todos cuantos creen que un asesinato será siempre un asesinato, esto es, algo moralmente odioso. En el fondo se trata de la aceptación del éxito de la propia causa a costa de la moralidad de los medios, o sea, de la situación de que el fin justifica los medios. Porque lo que está claro es que la mejor manera de demostrar que ninguna causa justifica el asesinato es abandonar ipso facto aquella que se esté defendiendo cuando a tu lado alguien dice defenderla también mediante el asesinato. Mayormente para que no haya confusión.

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    Sieg Heil

    Uno de los fenómenos políticos más llamativos en Europa es el auge de la extrema derecha. En países de larga tradición democrática, tolerante y plural, como Suiza o Dinamarca, las organizaciones de esta orientación política obtienen apreciables resultados electorales y lo mismo pasa en Italia, Austria o Francia. El auge de la extrema derecha, el auge del populismo (que a veces se confunden), se supone, es algo con lo que hay que contar en Europa, a medida que avance este imparable proceso de mestizaje cultural que está dándose con la inmigración. Conviene, pues, saber cómo razona.

    Por eso es muy útil el libro que acaba de publicar Miguel Ángel Simón (La extrema derecha en Europa desde 1945 a nuestros días, Madrid, Tecnos, 2007) en el que recopila una serie de trabajos de diversos especialistas nacionales y extranjeros sobre la extrema derecha, tanto desde una perspectiva genérica europea como país por país.

    Roger Eatwell, en un estudio sobre el "nuevo modelo de liderazgo carismático de derecha" afirma que el aumento de este nuevo liderazgo se debe a la demanda por cuestiones de inmigración y hostilidad hacia los partidos tradicionales. Dos elementos que aparecen recurrentemente en el discurso de extrema derecha en todo el continente: los inmigrantes ponen en peligro nuestro modo de vida y hasta nuestra identidad y los partidos tradicionales del sistema están paralizados y corruptos. Es el momento en que han de aparecer los líderes carismáticos, capaces de salvar a la Nación en peligro.

    Hay un interesante capítulo teórico de Pierre André Taguieff con una clasificación de los populismos (en políticos, agrarios y culturales) y una advertencia acerca de cómo los populismos, en cuanto llamamientos al pueblo, son compatibles con todas las ideologías, de derecha o de izquierda. Los nuevos populismos y la nueva extrema derecha ya no son racistas, sino identitarios-culturalistas, lo que viene a ser lo mismo.

    Muy buen estudio de Roger Griffin sobre la Nueva Derecha francesa y su gran pope, Alain de Benoist. Igualmente otro de George Betz sobre algunas características de la extrema derecha europea, como el recurso al nativismo, nombre para la propuesta bien elemental de natives first, que es lo que el Front National del señor Le Pen en Francia postula hoy como "la préférence nationale". El nativismo nació en los EEUU el siglo XIX frente a la inmigración masiva. Hasta hubo quien dijo que aquella avalancha de inmigrantes se debía a un plan diabólico del Papa para mezclar a los anglosajones con las otras razas europeas e incluso con los judíos. Al viejo y probado antijudaísmo de toda la vida, esta nueva derecha extrema añade un antiislamismo radical por considerar el islamismo como intrínsecamente totalitario o, como dice el novelista Michel Houellebeck, La religion la plus con (p. 125).

    Convincente capítulo que el propio compilador dedica a los conceptos de decadentismo y palingenesia en el ideario de la extrema derecha. Está muy bien que arranque del Kulturpessimismus y dé luego un repaso a los autores de la extrema derecha, decadentistas o, simplemente, pesimistas, Jünger, Spengler, Celine, Drieu, von Salomon, De Jouvenel, de alguno de los cuales son muy aficionado. Desde esa perspectiva considera luego el decadentismo moderno en la obra de Julius Evola y Alain de Benoist. Al siempre interesante Evola, filósofo, esotérico, pintor dadaísta, fascista y suicida frustrado dedica Joan Antón un trabajo en el que, entre otras cosas, comenta la idea de las castas y de las "jerarquías naturales" del prolífico autor italiano.

    El capítulo de Jean-Yves Camus sobre los disidentes de extrema derecha dentro de la Iglesia católica, el "integrismo católico", mete miedo. Sobre todo organizaciones de extrema derecha como Contrarreforma Católica (CRC) (directamente fascista, atisemita, racista) o la asociación Tradición, Familia, Propiedad (TFP), no menos reaccionaria, pero que se mantiene dentro de la obediencia romana. La preocupación aumenta con el movimiento de los sedevacantistas para los cuales, ya se sabe, el Papado está corrompido desde hace años, debe, pues considerarse situación de sede vacante, Juan XXIII y Pablo VI eran masones. Hay que canonizar a José Antonio Primo de Rivera, Franco Bahamonde y Carrero Blanco. Menos mal que estos son los del Palmar de Troya.

    El mismo Jean-Yves Camus aborda el negacionismo en Europa, en América del Norte y América del Sur; el negacionismo que, según dice el autor, se ha expandido desde la extrema derecha a la extrema izquierda y, sobre todo, a los musulmanes (pág. 224) El negacionismo arranca de los inenarrables Protocolos de los sabios de Sión. Y no hace falta ir tan lejos: ayer mismo, el negacionista británico David Irving, que ya ha cumplido su condena anterior, daba una conferencia en Barcelona, en la que, al parecer, explicó que Adolf Hitler no sabía nada de los campos de exterminio. No comprendo por qué algunos apañadores de supercherías más baratas que la serpiente del lago Ness se empeñan en que se los considere "historiadores" .

    De los estudios de caso que se incluyen en el libro, Francia, Austria, Italia, Alemania, Bélgica, en Escandnavia y en Suiza, me interesó especialmente el dedicado a España por razones obvias. Del que Xavier Casals Meseguer dedica al fracaso de la extrema derecha en la España posterior a la transición tomo nota del comentario de Franco a Antonio Garrigues Díaz-Cañabate: "Pues verá Vd. Para mí el Movimiento es como la claque. ¿Usted no ha observado que cuando hay un grupo grande de gente hace falta que unos pocos rompan a aplaudir para que los demás se unan a ellos y los sigan? Pues más o menos es así como yo entiendo la finalidad del Movimiento".

    No hay duda de que el libro es útil y de que siempre lo es también estudiar de cerca el huevo de la serpiente.

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    diumenge, 16 de desembre del 2007

    El terrorismo nuestro de cada día.

    He encontrado una página curiosa en la red a nombre de World Statesmen.org, que parece ser una organización dedicada a clasificar los nombres y avatares de los jefes de Estado en el planeta y otras informaciones no menos interesantes, entre ellas la lista de organizaciones terroristas del mundo. Debe de ser la elaborada por el Departamento de Estado de los EEUU porque la página da la impresión de emplear información de la Casa Blanca. En todo caso será la lista de organizaciones terroristas que maneja también la Unión Europea.

    Una ojeada a la relación invita a un ataque de nostalgia porque en esos nombres muchas veces rimbombantes (Ejército Secreto Armenio para la Liberación de Armenia), otras pintorescos (Tigres Tamiles de Liberación de Tamil Eelam) se condensa buena parte de la segunda mitad del siglo XX próximo pasado. La lista trae como ochenta y cinco marcas; pero hay bastantes que ya no están activas; otras lo están, pero sólo de un modo simbólico, sin impacto alguno. No obstante, todavía quedarán como cincuenta organizaciones terroristas vivas de las cuales algunas están compuestas por militantes clandestinos (caso de ETA) y otras por milicias permanentes a cielo abierto (las diversas organizaciones guerrilleras palestinas, los varios ejércitos guerrilleros colombianos); unas mantienen un grado alto de actividad delictiva, como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán o Hezbollah y otras sólo actúan en un nivel simbólico, pacífico y muy mediático, como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en México..

    Puede haber mayor o menor acuerdo respecto a si una o dos de estas organizaciones debieran ser clasificadas como terroristas, pero la mayoría de la gente está de acuerdo en que haya una lista de organizaciones terroristas con información acerca de ellas, mayormente para protegerse. Y, a la vista de la amplitud de la relación resultante, extrae uno la conclusión de que el mundo lleva más de cincuenta años conviviendo con el terror. Y nos hemos acostumbrado a ello. El terrorismo es una presencia cotidiana en la vida de la gente. Hoy, por cierto, le ha tocado a Sestao. Hace mucho tiempo que rara es la fecha en que no hay que informar de un (o varios) hechos de violencia, asesinatos, incendios, secuestros, robos, violaciones y en muchos de ellos la motivación es terrorista. Terrorista quiere decir que el delito, el acto de violencia se comete por su valor ejemplificador, por el miedo que va a suscitar. Pero, justamente, si el terrorismo se hace acostumbrado, cotidiano, pierde esa su razón de ser. Lo cual no quiere decir gran cosa porque la vesania asesina aprecia poder esgrimir un motivo pero, si no lo tiene, le da igual, sigue a lo suyo. Y con el agravante de que, en muchos de estos casos, las prácticas inhumanas y condenables no sólo son legales, sino uso de las autoridades (apaleamientos, torturas, etc).

    Repasando la relación, algunos asuntos llaman la atención; al menos la mía. El primero es la cantidad de grupos terroristas que surgen directamente de mayo del 68. Que se me ocurran ahora, El Grupo del Ejército Rojo (RAF), también llamada Banda Baader-Meinhof, le Brigatte Rosse italianas, el Ejército Popular Japonés y, en España, el FRAP. La relación no lo incluye y no veo por qué no. Que el FRAP ya no exista no es un argumento porque supongo que el OAS (Organisation de l'Armée Secrète/Organización del Ejército Secreto) tampoco existe ya, una vez que Argelia alcanzó la independencia en1962 y sin embargo ahí está.

    Algunas otras organizaciones terroristas eran más en plan de comic. Por ejemplo, aquel estrafalario Ejército de Liberación Simbionés, fundado en California por hijos de papá o algo así y cuya acción más sonada fue el secuestro de Patricia Hearst, la heredera del viejo tycoon de la prensa, especie de Paris Hilton de entonces. Un tiempo más tarde, la secuestrada se había pasado a la guerrilla, se había hecho novia del jefe y la organización difundió una imagen suya en atuendo de faena militar, armada con un fusil automático M1. Obsérvese la idea que de lo "simbionés" tenía el que diseñó la estampa. Así como que recuerda un poco el Menora judío, el candelabro de siete brazos, y la peana, la serpiente cristiana. Y de esta guisa atracó poco después Patty no sé qué banco, por lo que la condenaron a dos años de cárcel, aunque la indultaron pronto.

    Risas y lágrimas. También aparece el Khmer Rouge, un caso de grupo terrorista y partido que llegó a ostentar el Gobierno de Camboya, momento que aprovechó para aligerar el censo asesinando a casi dos millones de compatriotas y pasando luego en los años noventa de nuevo a la lucha armada donde se extinguen. Fue un terrorismo institucional porque en la historia ha habido Estados terroristas, como el alemán entre 1933 y 1945 o el soviético de 1936 más o menos, hasta el final.

    El terrorismo, como la vida, que el terrorismo quisiera negar, es proteico y carece de estructura fija. No tiene límites ni reconoce ningún tipo de norma que no sea las que emanen de él. Su lógica es elemental; se reduce a garantizar su supervivencia. Y su comportamiento es imprevisible precisamente porque su lógica es elemental.

    Clandestino.

    Con algo de retraso reboto aquí una recomendación de una amiga: Clandestino, de Manu Chao; aunque he elegido otro formato.

    Desde luego Amalia, es magnífico.

    Vaya repaso.

    dissabte, 15 de desembre del 2007

    Déjà vu.

    Déjà vu et entendu et touché et souffert et tiré sur.

    Aquí están de nuevo los de las pistolas con uno de esos comunicados que espero alguien esté coleccionando pues son un ejemplo de primerísima mano de lo que podríamos llamar "literatura del terror" o literror. Estas piezas escritas de ETA suelen obedecer a una ley comunicativa perfectamente definida: la de que si la realidad no se ajusta a nuestra idea de ella, peor para la realidad que tendrá que cambiar de grado o por fuerza.

    Estos comunicados de ETA, generalmente publicados en el diario Gara, el más afín a su corazón, son verdadera literatura porque, al igual que la literatura, crean un mundo ahí fuera cuya semejanza con el real es "pura coincidencia". Un buen mazo de estos comunicados podría aspirar al premio Planeta de no ser porque, si la fantasía del contenido es flamígera, la torpeza y pesadez de la forma es soporífera.

    A falta de leer el comunicado completo, que saldrá hoy, Gara publicaba ayer un extracto en el que cabía leer trozos textuales como éste, referido a los dirigentes de los partidos vascos: «que, según parece, han olvidado el terrorismo de Estado sufrido por nuestro pueblo y sus ciudadanos durante largos años. Quieren ocultar la situación de opresión que padece Euskal Herria en todos los ámbitos y la represión que ejercen los poderes de España y Francia sobre los vascos. Éstos no han derramado las lágrimas vertidas estos días en el hospital de Baiona cuando han torturado salvajemente a ciudadanos vascos, ni han expresado el odio que muestran hacia la izquierda abertzale cuando la Guardia Civil de España, por orden de jueces fascistas, ha procedido a detener a docenas de vascos».

    Estos mendas han creado una comunidad imaginaria, "los vascos", que se compone de todos aquellos ciudadanos residentes en los cuatro herrialdes españoles y los tres franceses que a ellos les dé la gana. Ni uno más ni uno menos. Porque, que yo sepa, el señor Mayor Oreja es vasco, o la señora Rosa Díez o el señor Fernando Savater y no han sido torturados salvajemente, ni sufren terrorismo de Estado (aunque sí el de ETA) ni los reprimen los poderes de España y Francia y están encantados de ser parte de España. Claro que estos no son vascos "de verdad" sino, en buena medida, "cipayos", traidores a la causa de la madre patria, cosa peligrosa donde la madre patria confía su defensa a gente capaz de redactar textos de ese tenor.

    Todo lo demás, acorde con este mundo de fantasía en el que viven los etarras y escapa por todos los poros de su inimitable literatura según la cual, quienes asesinan a bocajarro a dos hombres desarmados no son asesinos sino gudaris vascos y ese mismo asesinato tampoco es tal sino la "ejecución de los miembros de los grupos especiales de la Guardia Civil Raúl Centeno y Fernando Trapero" y, por descontado no se asesinó a dos hombres desarmados y a merced de sus asesinos, sino que se trató de un "enfrentamiento armado". Ciertamente, las grabadoras del coche de los guardias civiles revelan a las claras que se trató de un asesinato pero eso trae sin cuidado a estos cronistas etarras que escriben con la parabellum.

    Lo interesante es que hay gente cuyo alimento espiritual es esta bazofia excogitada para justificar asesinatos, gente que la aplaude directamente porque directamente dice que los asesinos son héroes y gente que simula sentirse consternada ante este discurso porque (por diversos motivos) no se atreve a decir lo mismo, esto es, que los asesinos son héroes.

    Pero los asesinos serán siempre asesinos aunque emitan más partes que escritos redactó el Tostao. Porque matar a un hombre inerme a sangre fría es y será siempre, mientras quede un adarme de conciencia humana sobre la tierra, un asesinato y ni la pluma de Homero podría convertirlo en algo distinto, cuanto menos la de estos deficientes morales.

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    A la cabeza, Felipe.

    A los felipistas de vieja data el nombramiento del señor González por unanimidad para presidir el "comité de sabios" que ha de estblecer las pautas de la Unión Europea del siglo XXI nos llena de alegría por él y por el país. Por él porque es un obvio reconocimiento continental de la valía del personaje. Por supuesto, al tratarse de España, hay que dar por descontado el coro de los maledicentes y envidiosos, muertos de rabia al comprobar por enésima vez que son los extranjeros quienes reconocen los méritos de españoles ilustres a quienes sus paisanos tratan de arrastrar por el lodo. Todos quienes hablan de "Mr. X", los que quisieron meterlo en la cárcel, al estilo del señor Ramírez, ¿quiénes son? ¿Qué peso tienen fuera de nuestras fronteras? ¿Qué reconocimiento?

    Por España porque este nombramiento recae también sobre el país del nombrado, que consolida su influencia y posición exterior en un club tan adelantado y moderno como la Unión Europea. Porque el mundo actual no se acaba en Valdemorillo sino que forma un territorio cosmopolita que está generando por sus propios mecanismos una nueva élite civil internacional en la que tiene un lugar destacado el señor González.

    Enhorabuena, Presidente.

    ¿Y cómo sustraerse a la comparación (odiosa comparación, ¡ay!) con el señor Aznar? El presidente de honor del PP, presidente de la FAES, conferencista en Georgetown, asesor de Murdoch y de no sé qué empresa de capital especulativo sita en algún lugar como las Islas Caimán, ni loco conseguiría el respaldo unánime de los dirigentes europeos. Ni en sueños. La abismal distancia que hay entre los señores González y Aznar ha quedado manifiesta con este nombramiento que, aunque el señor Aznar no lo crea, no es obra de terrorista alguno para impedirle a él acceder al cargo. Con este nombramiento queda clara por enésima vez la diferencia que hay entre las posiciones de ambos de forma que el señor González no solamente fue mejor presidente de lo que luego sería el señor Aznar sino también mejor, mucho mejor, expresidente del Gobierno.

    Y con respecto al mandato concreto del comité, que algo habrá que decir, no es nimio ni trivial, sino toda una tarea conceptualmente hercúlea, en concreto, definir para 2010 los límites de la Unión Europea. No las fronteras, que son convenciones jurídico-políticas territoriales que dimanan de la existencia de los Estados a los que la Unión Europea, precisamente, está poniendo en cuestión. No fronteras, por lo tanto. ¿Por qué una raya en Polonia y Belarús y no una entre Belarús y Rusia y así podemos llegar a Vladivostok sin contestar a la pregunta de por qué una raya entre Rusia y Japón y no una entre japón y los EEUU. De tal forma retornamos a Europa. No se trata, pues, de fijar las fronteras territoriales sino los límites en el sentido del limes romano, un territorio que puede ser de dimensiones confusas e imprecisas pero que separa ámbitos culturales, linguísticos, religiosos. Es otro tipo de delimitación. Las fronteras pueden atravesar estos ámbitos culturales o linguísticos, como los Pirineos parten por la mitad al país de los vascos y el de los catalanes.

    O sea, la misión del comité de sabios consiste en delimitar el concepto de Europa, una idea muy cartesiana, muy racionalista, muy francesa. Los ingleses han apoyado por disciplina europea la noticia y votado por el señor González pero están convencidos de que un Comité o una Comisión, cualquier órgano colectivo, jamás dibujará un elefante y se asustan cuando alguien se empeña en definir cosas tan vagarosas como un ámbito cultural o civilizatorio.

    No obstante, hay que intentarlo, por ver si conseguimos dar a este ente de veintisiete Estados (de momento) alguna forma política distinta de la de ser un gran zoco.

    Y si aplico mi teoría de la chapuza europea, habrá que ver al comité de sabios tratando de racionalizar lo que hasta la fecha ha sido el feliz producto de una chapuza, la de la unión europea.


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    divendres, 14 de desembre del 2007

    El atorrante señor Chávez bajo mínimos.

    Según el barómetro del Instituto Elcano, los españoles otorgan al señor Chávez la puntuación más baja de todos los dirigentes internacionales de renombre. Al mismo tiempo, dan una puntuación altísima a Venezuela, sólo segunda a la que conceden a Alemania. Esta discordancia es un ejemplo luminoso de cómo la gente no traga la demagogia chavista que convierte sus percances personales en agravios a la nación exactamente igual que Franco decía que cuando alguien se metía con él estaba insultando a España.

    Es ya patente que el señor Chávez no va a conseguir diculpa ninguna del Rey que hizo muy requetebién mandándolo callar por atorrante insoportable y por no dejar hablar ni escuchar a los demás. Si la consiguiera, el Rey iría en contra del parecer de la mayoría de los españoles y eso hay que dejárselo a Aznar o a Chávez que ya dice que volverá a presentar el plan de reforma de la Constitución que la mayoría le rechazó hace unos días.

    Está claro que esta insoportable machaquería del caudillo venezolano (hay que ver cuánto tiempo libre tiene este hombre) le sirve para darse pisto delante de sus conciudadanos y para que estos no se concentren en los problemas internos del país, que son de avío. Tomar a este caudillo por una persona de izquierda es no saber ya en dónde se está.

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    Batasuna en Estrasburgo.

    Aprovechando que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha admitido a trámite una demanda de Batasuna contra su ilegalización por violación de los artículos 10 y 11 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, un lector hace un par de días escribía un comentario insultándome (desde el anonimato, claro) y diciendo que hay muchas posibilidades de

    "... que la siniestra Ley de Partidos sea declarada contraria al Tratado de Roma de Derecho Humanos . Supongo que en dicho caso , tendrá usted el valor de rectificar sus muchas sandeces , y pedir disculpas a quienes de forma continuada ha calumniado . Aunque no creo que este acto le aporte ningún beneficio en el partido , sería un acto que le devolvería el respeto de quienes , a pesar de todo, creemos que usted puede aportar mas, mucho más, a este debate. Saludos."
    Supongo que a estas alturas es inútil manifestar el hastío que produce esta gente que no sabe hablar sin agredir ni insultar, ya sean de derechas o de izquierdas, locutores de la COPE o miembros de Batasuna o de cualquier organización de ese tipo. Si por calumnias entendemos lo que hay que entender (atribuir a alguien falsamente la comisión de algún delito), jamás he calumniado a alguien; respecto a si digo o no sandeces, la opinión es libre; y lo del partido, tratándose de mi modesta persona, que no pertenezco a ninguno ni por asomo, sólo delata que este insultador debe de creer que todos somos como él. Me dejan perplejo quienes entran aquí a cabrearse con lo que escribo y, en consecuencia, a insultar. Es algo absurdo. No sé si los señores Luis Del Pino (¿es Luis?) o Pernando Barrena tendrán blogs; pero sí sé que, si los tienen, no los leeré nunca y mucho menos perderé el tiempo en redactar comentarios insultándolos

    Todas las entradas de este blog son abiertas, por lo que desafío al anónimo lector a que busque y cite en cuál de ellas se ha calumniado a alguien. Si no lo hace, quedará a su vez como calumniador porque la calumnia es un delito. Claro que, yendo de bravo anónimo supongo que no le importará porque al fin y al cabo nadie salvo su conciencia lo sabrá, y ésta última tiene pinta de ser muy holgada.

    En cuanto al fondo del asunto, que es aquí lo importante, me gustaría matizar, no por el comentarista (al que no juzgo capaz de apreciar matices ni interesado en hacerlo) que siempre me opuse a la Ley de Partidos y jamás la aplaudí. Yo no la hubiera aprobado y entendí entonces que el PSOE no debió apoyarla en su día, cosa tanto más innecesaria cuanto que el PP tenía en aquellas fechas mayoría suficiente para sacarla adelante sin los votos socialistas. Lo que también he dicho siempre es que, una vez que está en vigor, a mi modo de ver, el procedimiento habría de ser acatarla y, luego, promover su derogación. Admito otra fórmula: incumplirla y aceptar la pena que el incumplimiento de toda ley conlleva, que es en lo que consiste la desobediencia civil, práctica por la que tengo mucho respeto por parecerme moralmente digna. Lo que no admito es quebrantar la ley vigente porque sí y no querer sufrir la sanción correspondiente, burlarla, defraudarla y pretender impunidad. No me gustan los trágalas ni las políticas de hechos consumados. Si eso le parecen sandeces al ilustrado comentarista, con su pan se lo coma. Así que si el TEDH ampara a Batasuna y declara que hubo violación de los derechos proclamados en los artículos 10 y 11 del Convenio, cosa que está por ver, quizá sea una buena ocasión para revisar esa malhadada ley, si no para derogarla sin más, habida cuenta de que, para proceder contra Batasuna, basta con el Código Penal.

    Termino: aseguro al anónimo comentarista que no tengo el menor interés en ganarme el respeto de insultador alguno. Al contrario: si así fuera me preguntaría qué haya hecho mal.

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