Déjà vu et entendu et touché et souffert et tiré sur.
Aquí están de nuevo los de las pistolas con uno de esos comunicados que espero alguien esté coleccionando pues son un ejemplo de primerísima mano de lo que podríamos llamar "literatura del terror" o literror. Estas piezas escritas de ETA suelen obedecer a una ley comunicativa perfectamente definida: la de que si la realidad no se ajusta a nuestra idea de ella, peor para la realidad que tendrá que cambiar de grado o por fuerza.
Estos comunicados de ETA, generalmente publicados en el diario Gara, el más afín a su corazón, son verdadera literatura porque, al igual que la literatura, crean un mundo ahí fuera cuya semejanza con el real es "pura coincidencia". Un buen mazo de estos comunicados podría aspirar al premio Planeta de no ser porque, si la fantasía del contenido es flamígera, la torpeza y pesadez de la forma es soporífera.
A falta de leer el comunicado completo, que saldrá hoy, Gara publicaba ayer un extracto en el que cabía leer trozos textuales como éste, referido a los dirigentes de los partidos vascos:
Estos mendas han creado una comunidad imaginaria, "los vascos", que se compone de todos aquellos ciudadanos residentes en los cuatro herrialdes españoles y los tres franceses que a ellos les dé la gana. Ni uno más ni uno menos. Porque, que yo sepa, el señor Mayor Oreja es vasco, o la señora Rosa Díez o el señor Fernando Savater y no han sido torturados salvajemente, ni sufren terrorismo de Estado (aunque sí el de ETA) ni los reprimen los poderes de España y Francia y están encantados de ser parte de España. Claro que estos no son vascos "de verdad" sino, en buena medida, "cipayos", traidores a la causa de la madre patria, cosa peligrosa donde la madre patria confía su defensa a gente capaz de redactar textos de ese tenor. Todo lo demás, acorde con este mundo de fantasía en el que viven los etarras y escapa por todos los poros de su inimitable literatura según la cual, quienes asesinan a bocajarro a dos hombres desarmados no son asesinos sino gudaris vascos y ese mismo asesinato tampoco es tal sino la "ejecución de los miembros de los grupos especiales de la Guardia Civil Raúl Centeno y Fernando Trapero" y, por descontado no se asesinó a dos hombres desarmados y a merced de sus asesinos, sino que se trató de un "enfrentamiento armado". Ciertamente, las grabadoras del coche de los guardias civiles revelan a las claras que se trató de un asesinato pero eso trae sin cuidado a estos cronistas etarras que escriben con la parabellum. Lo interesante es que hay gente cuyo alimento espiritual es esta bazofia excogitada para justificar asesinatos, gente que la aplaude directamente porque directamente dice que los asesinos son héroes y gente que simula sentirse consternada ante este discurso porque (por diversos motivos) no se atreve a decir lo mismo, esto es, que los asesinos son héroes. Pero los asesinos serán siempre asesinos aunque emitan más partes que escritos redactó el Tostao. Porque matar a un hombre inerme a sangre fría es y será siempre, mientras quede un adarme de conciencia humana sobre la tierra, un asesinato y ni la pluma de Homero podría convertirlo en algo distinto, cuanto menos la de estos deficientes morales.