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diumenge, 25 d’octubre del 2009

¡Qué demasiado!

Hace unos días el PP en general y el perpetuamente indignado señor Rajoy en particular montaron un cristo vociferante a cuenta de la moción de censura con tránsfuga en Benidorm, la misma ciudad en que antaño se hizo alcalde el inimitable señor Zaplana también apoyado en un tránsfuga. Ayer se culminó una semana en que el PP ha arrebatado al Partido Socialista de Galicia tres alcaldías con ayuda de otros tránsfugas.

El país en pleno contiene la repiración a la espera de que el señor Rajoy se rasgue las vestiduras, se mese los cabellos, los cubra de cenizas y lance sus balbucientes vituperios contra los tránsfugas y todo género de sinvergüenzas, aunque beneficien a su partido del cual sin duda expulsará ipso facto a los concejales que han participado en la rapiña. Seguro.(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 13 de setembre del 2009

Aspavientos.

El transfuguismo es un comportamiento tan condenable como difícil de erradicar ya que consiste en servirse de un bien público (el puesto de representante político) en beneficio privado lo que, por cierto, es la definición misma de corrupción. El transfuguismo está en el núcleo de la corrupción política y hacen muy bien los partidos en precaverse frente a él mediante pactos y acuerdos entre caballeros porque es un fenómeno que va en contra de sus intereses y amenaza a su misma existencia. La cuestión es que estos pactos y acuerdos no suelen servir de gran cosa precisamente porque se trata de cuestiones de intereses y porque no es posible dotarlos de fuerza coactiva y ya Hobbes decía que "Pactos sin espadas son meras palabras".

La fuerza del transfuguismo reside en la permanencia de la doctrina del mandato imperativo, sostenida a rajatabla por el Tribunal Constitucional, según la cual el representante, sea concejal o diputado, que abandona el partido en cuya lista fue elegido conserva su acta como si fuera su propietario o lo hubiera ganado en unas oposiciones. Y los partidos no pueden hacer nada en contra salvo no presentarlo en las listas de las elecciones siguientes. Según algunos, sobre todo los propios partidos, esta situación es perversa porque alienta el transfuguismo, sobre todo en las corporaciones locales, en las que se ventilan muchas veces intereses inmediatos con diferencias de uno o dos escaños en la mayorías lo que siempre abre la posibilidad de compraventa de voluntades. Según otros, sin embargo, es una situación mejor que la contraria porque si los representantes perdieran el escaño al abandonar el partido o ser expulsados de él, el predominio de los partidos sería ya absoluto y sí cabría hablar de partitocracia con mucho más fundamento de lo que se hace ahora.

Por estas razones los partidos no tienen posibilidad efectiva y real de erradicar el transfuguismo y en cada legislatura se dará algún caso, según cómo sean las composiciones numèricas de las ditintas corporaciones, especialmente las municipales, aunque también se da el fenómeno ocaisonalmente en las otras. Y por eso también recurren a los gentleman's agreements, aunque un cínico podría decir que un gentleman's agreement entre partidos sea un oxímoron. En consecuencia, carece de sentido montar la gresca calderoniana cuando se produce un caso de transfuguismo como el del ayuntamiento de Benidorm. Lo que procede es aplicar el pacto por el que los partidos se comprometen a no beneficiarse de la finalidad buscada por el tránsfuga. Cosa, sin embargo, que no puede llevarse a la práctica cuando como ha sucedido en la villa alicantina quienes se valen del tránsfuga abandonan voluntariamente su partido antes de que éste los expulse en aplicación del pacto.

Es decir con mayor motivo resulta absurdo armar la de Dios es Cristo como está haciendo el señor Rajoy anunciando "el fin del talante" y la traición del pacto antitransfuguismo cuando es así que éste ha funcionado hasta donde razonablemente cabe exigir, esto es, el PSOE como partido no se ha beneficiado del gesto del tránsfuga. Como ello es evidente para mantener esa indignación jupiterina con que el señor Rajoy carga todas las tardes contra el Partido Socialista venga o no a cuento tiene que hacer una profecía sosteniendo que ya se verá cómo la mitad de los concejales que han abndonado el partido retornan en sus listas en las próximas elecciones. Lo que tiene tanto valor como si yo digo que en las elecciones de 2012 el señor Rajoy encabezará las listas de Batasuna.

Tal es la naturaleza de la oposición ejercida por el PP bajo la dirección del señor Rajoy: puro gesto grandielocuente, pura fanfarria, pura teatralidad. Hasta la expresión empleada de "algo huele a podrido en Benidorm" delata la afición por la dramaturgia barata. Efectivamente, algo huele a podrido en Benidorm al menos desde los tiempos del alcalde Zaplana.

Porque a esa tendencia a lo declamatorio se une la irritante costumbre de la proyección en los actos de los conservadores, consistente en criticar a los demás lo que ellos hacen con fruición. No menos de veinticuatro veces en los últimos años se ha beneficiado el PP de casos de transfuguismo sin que se hayan tomado medidas, según un cálculo hecho por la señora Leire Pajín, hija, por cierto de una de las concejales benidormenses que han abandonado el PSOE para materializar la moción de censura que arrebate la alcaldía al PP.

(La imagen es una foto de fenriquedice, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 30 de juny del 2009

Viva el Ayuntamiento.

El Ayuntamiento de Madrid, en un gesto histórico que honra a la capital como baluarte de la lucha por las libertades democráticas, ha decidido por unanimidad despojar de todos sus títulos, honores, menciones y prebendas al difunto Francisco Franco... a los treinta y cuatro años de su fallecimiento. Más que nada por si resucitaba y se enfadaba, que el General era de malas pulgas y sus súbditos le tenían un miedo cerval. Basta con recordar que, cuando estaba con vida y todos le deseaban la muerte, nadie se atrevía a decirlo y hubo que acuñar dos categorías inefables con las que se desataría ese fenómeno de insólitas repercusiones que se llamó la transición, según se fuera franquista o antifranquista, las categorías de "las previsiones sucesorias" y "el hecho biológico".

Aun así, hay que dar la gracias a la Corporación por el ejemplo que supone haber cumplido la ley. España sigue siendo un lugar en el que cumples la ley y sales en los papeles y hasta te dan el Príncipe de Asturias. Y no es baladí lo anterior: en Almendralejo de los Gorrinos, el alcalde, un tipo bragado del PP desde el año 39, Año de la Victoria, ha dicho que no hay cataplines en España para quitarle a él la placa a Franco que adorna la Plaza del Caudillo. Y en Sequillo del Valle, el cura párroco, hijo de un cruzado del 36, dice que el chafarrinón de la fachada de la iglesia glorificando exclusivamente a veintitrés caídos rebeldes es una obra de arte como los frisos del Partenón y no se le puede aplicar la piqueta que prevé la ley.

Y cuentan las crónicas que, ya lanzado por la senda nefanda de las luces, el racionalismo y la masonería, el Consistorio reprobó, condenó o maldijo la dictadura del general ferrolano como un régimen indigno. Están las cosas muy revueltas en la corrala cañí. Desde luego que con esta condena, así como el expolio simbólico, Micer Ruiz Gallardón tiene ganadas de calle las elecciones municipales de 2011 con una mayoría que hará saltar de rabia a su querida compañera de partido, señora Aguirre. No sé si a ésta se le habrá ocurrido la posibilidad de rivalizar con el Ayuntamiento en antifranquismo: que investigue en las decisiones de la antigua Diputación Provincial de Madrid, absorbida en su día por el Gobierno de la Comunidad Autónoma pero con un pasado en el que seguro que le fueron concedidos honores al General Franco. Sultán de la provincia, por ejemplo. Que a saber.

dissabte, 2 de maig del 2009

Los misterios de Madrid.

Madrid, la ciudad del "¡No pasarán!", la que resistió heroicamente los bombardeos fascistas durante dos años y medio en la guerra civil; Madrid, origen de la revuelta contra el francés; foco de la resistencia al franquismo, lleva decenios bajo gobiernos de la derecha del PP, libremente votados por los madrileños con mayorías absolutas. Y no gobiernos de una derecha más o menos potable, como la que representa el señor Basagoiti en el País Vasco, sino de corte de los milagros y astracanada, al estilo de doña Esperanza Aguirre, epítome de la verdulería aristocrática, modelo de chulería neoliberal, quintaesencia de la estulta pillería, referente universal del desparpajo gazmoño, meapilas avanzada, demagoga refitolera. La derecha madrileña no se molesta en simular modernidad, apertura de miras, afán de servicio público y preocupación por el bien común. En el caso del Ayuntamiento va a una política del espectáculo faraónico con vistas a ligar la capitalidad de los próximos juegos olímpicos, que es lo único que importa al consistorio y para conseguir lo cual está dispuesto a hacer lo que sea, incurrir en gastos suntuarios y subir en un ciento por ciento el impuesto de circulación de vehículos. En el de la Comunidad prima una política de expolio de lo público a base de privatizarlo todo en beneficio de los allegados y amigos; todo menos la televisión, claro, que es un medio de adoctrinamiento y propaganda a favor de la presidenta de la Comunidad. La única diferencia entre esta piratería institucional y la de los siglos XVII y XVIII es que ahora son los propios piratas quienes expiden las patentes de corso desde las instituciones.

¿Cómo es posible que Madrid sea el baluarte de una derecha retrógrada y agresiva, habitualmente enfrentada al Gobierno socialista del Estado incluso en el ámbito legislativo y boicoteando sus medidas? Una encuesta de Metroscopia para El País predice que, de celebrarse hoy elecciones, el PP lograría la mayoría absoluta de nuevo y ello pese a los escándalos que han caracterizado al gobierno de la señora Aguirre, desde el Tamayazo (por el que dos diputados sociatas cambiaron su voto y dieron la presidencia a doña Esperanza, presuntamente por dinero) hasta los espionajes de unos consejeros a otros y la implicación de la estructura del PP de Madrid en el caso Gürtel que es como decir corrupción a lo largo de toda la cadena del mando.

Viendo cómo mis paisanos, que son lo que el alcalde Pedro Castro llama tontos de los cojones, votan gobiernos de expolio de lo público, de manejo rumboso con los dineros de todos, me pregunto si es que los madrileños somos genética, constitutivamente reaccionarios o hay algún otro factor explicativo. ¿Es cosa de la naturaleza o de la cultura? ¿Tiene Madrid más de tres millones de ricos que voten a esta acaudalada señora para que esquilme los recursos colectivos y empobrezca a todo el mundo menos, según parece, a sus amigos o a los parientes de sus consejeros? Desde luego que no pero sí es cierto que presenta una peculiar composición demográfica: es, sobre todo, una ciudad de funcionarios. Ya lo era antes de Galdós, que la retrató, y sigue siéndolo al día de hoy cuando aquí se concentra toda la administración del Estado más la de la Comunidad Autónoma y los ayuntamientos, algunos de los cuales son como la famosa cueva de Alí Babá. Puede ser el famoso "poblachón manchego" que decía no estoy seguro de si Ortega, Azorín o algún otro, pero repleto de empleados públicos, entre los que domina una personalidad autoritaria de ordeno y mando desde el subsecretario hasta el último conserje.

Ocurre además a la administración como a los ejércitos de antaño: que tras ellos arrastraban una nutrida recua de putas, chulos, charlatanes, trujimanes, conseguidores, oficios varios. Si recordamos que Madrid, además de villa es corte y que a la anterior amalgama ha de añadirse la piña de aristócratas, rentistas, curas, monjas, otros parásitos, matones, petimetres, zahoríes, charlatanes, militares y mangantes ya tenemos el abigarrado foro capitalino que vota a la derecha como un solo hombre (o mujer). Ahora bien, eso sólo no justifica que Madrid sea un baluarte de la derecha. Hay algo más porque hubo un tiempo en que en la Capital gobernaba la izquierda, con el señor Tierno Galván en el Ayuntamiento y el señor Leguina en la Comunidad. ¿Qué ha podido pasar desde entonces para que la izquierda parezca condenada a ser un partido segundón frente al siempre potente PP?

Entre otras cosas, que el PSOE ha venido presentando como candidatos al Ayuntamiento y a la Comunidad a auténticas nulidades, gentes muy creídas y poseídas de su importancia pero que tenían tantas posibilidades de ser electas como el pato Donald. Y esto no es invención alguna. En la Comunidad de Madrid los candidatos del PSOE han sido gentes sin relieve ni personalidad, excrecencias del aparato partidista y normalmente pringados en los tejemanejes de influencias y cortijos ideológicos más o menos corruptos. El último que se presentó frente al ciclón Aguirre fue el señor Simancas, sin duda muy honrado y buen chico, muy bien considerado en su partido y bien situado en él, sobre todo económicamente, pero incapaz de parir una idea o de dar muestra alguna de personalidad y experto tan sólo en trapisondas internas de la organización. En el Ayuntamiento, despúes de la muerte de don Enrique Tierno, el PSOE presentó varias veces, con contumacia, a don Juan Barranco, cuyo atractivo electoral es como el de un banco del Retiro. Después del señor Barranco vino algún otro candidato (o candidata) cuyo nombre no fue conocido ni durante la campaña electoral, para terminar con la propuesta del asesor del señor Rodríguez Zapatero, don Miguel Sebastián, en las últimas penosas elecciones. Éste no conoce Madrid y mucho menos su complejísimo Ayuntamiento, pero aceptó alegremente la oferta del jefe cuyo desprecio por los madrileños puede verse en esta unción de un valido que no duró ni un asalto al peso pesado de Ruiz Gallardón. Como premio de consolación, el presidente del Gobierno nombró ministro de Industria al audaz inepto que continúa dando amplias muestras de su no saber hacer en su nuevo puesto.

Con esos adversarios, ¿cómo no va a ganar las elecciones el PP? Y para las próximas locales y autonómicas la cosa pinta igual. En la amorfa oposición municipal no parece haber nadie que pueda ser alcalde, con lo cual pretenderán improvisarlo en el último mes, cabreando más a los madrileños que se sienten menospreciados y nombrando por fin a algún honrado compañero (o compañera) de la agrupación de Móstoles, Parla o Lozoyuela, a quien revolcará el candidato del PP muy a su sabor. En la Comunidad, para desgracia del progresismo capitalino, ya tenemos de candidato sociata a don Tomás Gómez, un muy votado como alcalde en su pueblo, a quien la alcaldía se ha subido a la cabeza y parece absolutamente dispuesto a hacer realidad el principio de Peter de que cada cual alcanza el nivel de su máxima incompetencia.

En esta situación de tranquilo descuido para la derecha que gobierna en los dos niveles con mayoría absoluta y sin verse apremiada por la oposición, los jefes conservadores se atreven a amagar cambios y reformas que ponen los pelos de punta. Según leo en Público, el alcalde planea ceder a Ana Botella la Alcaldía de Madrid. Magnífica jugada por la que la Villa pasaría a estar gobernada por un duunmulierato, que es muy progre y mola mazo. Una meapilas liberal y una legionaria de Cristo más currutaca y cursi que un repollo con lazo. Claro que los candidatos de la izquierda serán peores; de uno, el de la Comunidad, ya lo sabemos; a ver con qué nos soprenden en el Ayuntamiento. Ojalá fueran Pedro Zerolo o Beatriz Gimeno (que no sé si es del PSOE), pero no será así. ¡Podrían ganar las elecciones!


(La imagen es una foto de Pulsarín, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 17 de desembre del 2008

La falta de unidad de los demócratas.

Hice bien ayer en dejar mi entrada escrita con anterioridad a que el señor Rajoy mostrara su acuerdo con el Gobierno en materia antiterrorista. La unidad de los demócras duró menos de veinticuatro hras.

La principal responsable de que la Cámara legislativa escenificara su división fue la señora Rosa Díez que presentó una moción a sabiendas de que el PSOE no la votaría. El PP se limitó a negociar con la señora Díez la aceptación a alguna enmienda de su propuesta y votó a favor. Las enmiendas, por lo demás, servían para endurecer la propuesta originaria. Por ejemplo, ésta pedía disolver los ayuntamientos gobernados por Acción Nacionalista Vasca (ANV) en un plazo no superior a tres meses y los del PP querían suprimir esos tres meses y hacer firme la expulsión inmediata.

Por supuesto, los dos partidos sabían que perderían la moción y a los dos les interesó presentarla. UPyD la presentó porque, siendo un partido pequeño y poco conocido, anda a la caza de todo lo que le dé visibilidad. El PP porque es la forma más evidente de delatar una divisoria, un enfrentamiento, una separación que no debiera de existir y que existe gracias en buena medida al propio PP. En realidad, los dos partidos unieron sus votos en la iniciativa perdedora porque, en su opinión, ganaban así votos. Los dos también están interesados en que la opinión pública que invocan para aplicar la Ley de Bases de Régimen Local de 1985 ignore que dicha ley impone condiciones que hacen inviable su aplicación de una sola vez y para todos los casos de ayuntamientos del País Vasco gobernados por ANV. Lo que apoyan, pues, es una moción que triunfa en la medida en que fracase porque, si se aprueba, los tribunales tendrían que bloquear la acción del Gobierno por ilegal.

Hubiera sido más viable, aunque con una viabilidad altamente dudosa desde el punto de vista moral la propuesta de modificar la ley en cuestión. Digo altamente dudosa porque encuentro inmoral cambiar la ley cuando no nos satisface. Pero tampoco hubo lugar porque UPyD, que había aceptado las enmiendas del PP a su propuesta, rechazó las del PSOE. De este modo se llegó a ese desastre de 143 a favor y 188 votos en contra en una materia en que el Parlamento habría de estar unido como una piña. La facilitadora de esa desunión y quien da alas a la corriente política que dice querer eliminar es la señora Díez, en un acto de oportunismo sin límites.

Porque para UPyD todo este episodio ha sido beneficioso en el único asunto en que se conoce de la existencia del partido como unidad de voluntad. Nadie, en cambio, sabe qué opina OPyD como partido ante los demás asuntos de la agenda legislativa. Su carácter de partido monotemático hace que normalmente no se sepa nada de su existencia, excepto el día en que suena la flauta con una melodía que interpreta él como partido. En el caso del PP el móvil para hacer partidismo con la política antiterrorista es similar pero revela mayor irresponsabilidad ya que se trata de un partido que aspira en serio a serlo de gobierno y lo hace mostrando que es incapaz de anteponer los intereses generales a los de sí mismo como partido.

Además de la indignación que puedan producir comportamientos tan desleales con la democracia, la cosa adquiere todo su cómico patetismo si lo ponemos en términos cuantitativos: ayer pudimos ver cómo el Parlamento decía que no al intento de una minoría de obligar al Gobierno de la mayoría a actuar de acuerdo con sus criterios y, a su vez, dicha minoría estaba compuesta por otras dos, una relativamente numerosa y otra de una sola persona que era quien había presentado la propuesta luego votada. Es decir ayer pudimos ver cómo el Parlamento decía que no al intento de una diputada de obligar al Gobierno del país a actuar según sus criterios.

(La imagen es una foto de jmlage, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 8 de desembre del 2008

Los votos menores.

Este libro (Francesc Pallarés (ed.) Elecciones. Autonómicas y locales 2007, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 2008, 335 págs.) es el pendant de otro sobre las elecciones generales de 2004 editado por el mismo centro y debidamente reseñado en dos entradas de Palinuro, tituladas ¿Quién ha sido? (I) y ¿Quién ha sido (II)? Buena idea del CIS de convertir esto, según parece, en una serie.

El volumen 2 consiste en una serie de trabajos de especialistas en los que se estudian las elecciones autonómicas y municipales que se celebraron en España en 2007, incluyendo también las de aquellas Comunidades Autónomas (CCAA) con facultades para convocarlas cuando les interesa, esto es, Andalucía (2004), País Vasco (2005), Galicia (2005) y Cataluña (2006). La perspectiva que se emplea, lógicamente, es comparativa, atendiendo a los factores de pluralidad territorial y relación multinivel dentro del esquema propuesto por Reif y Schmitt de "elecciones de segundo orden".

Jordi Muñoz y Lucía López (Elecciones y agenda de campaña en contextos multinivel: las elecciones autonómicas de 2007) estudian los contenidos de la campaña basándose en análisis de prensa. Creen que el modelo de elecciones de segundo orden es problemático (p. 19), rompen con el modelo de análisis espacial tradicional en pro de una teoría herestética según la cual no son los partidos los que se ajustan al espacio sino los que traen el espacio para ajustarlo a sus posiciones (p. 20) y toman en consideración los factores siguientes: nivel de polarización o competitividad en las elecciones subestatales, relevancia de actores en la arena del segundo nivel, estructura mediática subestatal, efecto capitalidad, polarización o competitividad en el primer nivel, posición de las elecciones en el ciclo electoral del primer nivel y tamaño de gobierno del segundo nivel (pp. 21/22), y llegan a la conclusión de que los partidos priorizan los temas del nivel que les sea más favorable electoralmente y que el modelo de las elecciones de segundo orden no es suficiente (p. 37).

Mariona Ferrer, Carolina Galais y Francesc Pallarés (La abstención en las elecciones autonómicas de 2007. Características territoriales y bases individuales en perspectiva autonómica comparada) comprueban que la abstención es mayor en las elecciones de segundo orden, fenómeno que suele explicarse aduciendo la importancia objetiva de la consulta, el peso del primer orden, la falta de cercanía a los partidos, el menor esfuerzo movilizador de los partidos y, en definitiva, su aspecto coyuntural (p. 40). La media de abstención en las elecciones autonómicas es del 33,3 por ciento, muy superior a las generales (p. 41) y según de qué CCAA se hable el diferencial con la abstención en las elecciones generales es muy amplio, entre 4 y 8 puntos porcentuales, siendo el País Vasco y Navarra donde es menor (p. 50). Analizan individualmente la abstención según características sociodemográficas y factores actitudinales, teniendo como fuente de datos las encuestas postelectorales del CIS. La abstención por edad es mayor entre los jóvenes y, en contra de lo que se cree, no tanto en los mayores de setenta años (p. 56). El nivel de estudios influye: a más educación, menos abstención, si bien este dato no es sistemático en todas las CCAA (p. 59). Entre los factores actitudinales destaca por su nitidez la religión: los católicos practicantes se abstienen menos que los no practicantes y ateos (p. 61). Interés positivo por la política e identificación partidista (p. 64). Hacen luego los autores un analisis multivariable del impacto de los factores sociodemográficos y de las actitudes políticas en la abstención en las elecciones de 2007. En el modelo logit empleado las variables actitudinales son más significativas que las sociodemográficas (p. 65) por la muy evidente razón de que la conciencia de los hechos es más importante que los hechos mismos, aunque sin estos no habría aquella. Los resultados avalan los del análisis bivariable y confirman que no hay diferencias destacadas entre las CCAA (p. 70). En cuanto a las razones de la abstención, los autores han ordenado cuatro típicas en cuanto a frecuencia en que se aducen: a) la insatisfacción (22-33 por ciento), la desconfianza (12-18 por ciento), la ineficacia (8-16 por ciento) y la aliención (5-10 por ciento) (p- 73).

Francesc Pallarés, Ignacio Lago y Carolina Galais (Los apoyos electorales: pautas, incentivos y fctores en contextos multinivel) traen un trabajo en tres partes: a) dimensión comparada entre CCAA; b) dimensión multinivel; y c) dimensión individuo-contexto con incentivos sobre generación del voto (p. 81). Las elecciones de 2007 muestran un equilibrio entre PP y PSOE con una décima a favor del primero y entre los dos suman el 85 por ciento del voto (8,6 millones). IU aparece muy en tercer lugar con un 6 por ciento y millón y medio de votantes y los Partidos de Ámbito no Estatal (PANEs) con un 15,3 por ciento (p. 82). En las CCAA del art. 143 (régimen ordinario) el PP (46 por ciento del voto) saca 10 puntos al PSOE y en las del 151 (régimen especial), es el PSOE el que saca 10 puntos al PP (p. 85). Las variaciones y los cambios de comportamiento entre las elecciones de 2004 y las de 2007 se ajustan bien al modelo de elecciones de segundo orden (p. 108): además de una mayor abstención, hubo un retroceso del partido del Gobierno central que no redundó en provecho del PP y sólo circunstancialmente de IU. Los que han mejorado algo han sido los PANEs (p. 109). Los autores hacen un análisis bivariable para las bases actitudinales: autoubicación ideológica, cercanía a los partidos y valoración del Gobierno en la legislatura (p. 111). En cuanto a la autoubicación es interesante observar que, aunque la mayoría de la población se sitúa en la izquierda, el PP iguala al PSOE, lo que quiere decir que el PP ha tenido éxito en proyectar una imagen de centro (p. 113). Los electores que no se sienten cercanos a ningún partido votan al del Gobierno (p. 116). Por último, para la valoración de los gobiernos hacen un análisis multivariable que prueba un efecto claro de la valoración del gobierno autonómico en el voto y que dicha valoración depende de si el gobierno es monocolor o de coalición, de los recursos de las CCAA y de la coincidencia o no del Gobierno central con el de la CA (p. 131).

Pablo Oñate y Francisco Ocaña (Las elecciones autonómicas de 2007 y los sistemas de partidos autonómicos en la España multinivel) estudian el impacto en los sistemas de partidos en España de los factores de fragmentación, concentración, competitividad, polarización, volatilidad y regionalismo (p. 134) en un análisis a la vez sincrónico y diacrónico (p. 135). La fragmentación, como el número efectivo de partidos, es baja (p. 137). La concentración es relativamente alta y tiende a crecer (p. 140). Los niveles de competitividad, que tiende a ser centrípeta, variaron poco entre 2004 y 2007 (p. 146). La polarización es algo superior a la de los países del entorno (p. 148). La volatilidad en 2007 fue baja (p. 151). El regionalismo obviamente más acusado en las CCAA del 151 que en las del 143. No obstante la característica verdaderamente determinante, que se repite en todos los factores, es la heterogeneidad de las CCAA (passim), que constituye en verdad el rasgo esencial de las "Españas electorales" de Vallés (p. 160). La heterogeneidad es tal pero cuenta y mucho en todos los factores la divisoria entre CCAA de régimen ordinario y de régimen especial.

Irene Delgado y Pablo Oñate (La élite parlamentaria autonómica tras las elecciones de 2007) trazan los perfiles sociodemográficos de las élites autonómicas. Comienzan dando fe del gran avance de las mujeres en puestos políticos de representación que se consagra con la famosa Ley de Igualdad de Género de 2007, pero que ya se había consolidado a finales de los años noventa (p. 170). No sé si cabe entender esto como una especie de cuestión contrafáctica en el sentido de que la legislación de igualdad pudiera ser redundante. Si cabe ya voy negándolo. La experiencia muestra que todo lo que tiene que ver con el adelanto de las mujeres sólo se consigue mediante procedimientos coactivos e incluso penales. Las cámaras autonómicas son relativamente jóvenes (47 años de edad de los parlamentarios de media) (p. 173). Las carreras políticas suelen empezar en los parlamentos de las CCAA (p. 174). Por profesiones predominan los abogados, los docentes y, en general, los funcionarios (p. 175). Siempre que veo esta clasificación (que es muy frecuente en todos los parlamentos del mundo) advierto que la presencia de abogados está infravalorada desde el momento en que muchos de los docentes y de los funcionarios también son juristas, o sea, abogados. En el año 2007 ha habido más renovación de cargos que en 2004 y puede observarse que los hombres se renuevan más que las mujeres. Por regla general los diputados autonómicos tienen una gran experiencia política previa en alguno de los niveles de gobierno, normalmente las CCAA (p. 185) y es frecuente que tengan experiencia acumulada habiendo desempeñado también cargos de partido (p. 187).

Guillermo Márquez Cruz (Comunidades Autónomas y Entidades Locales: estrategias multinivel en la formación de gobierno) presenta un monumental trabajo (más de un tercio del libro) en el que aborda la ingente tarea de dar cuenta de los resultados electorales y las coaliciones de gobierno de la multiplicidad de entes territoriales españoles, lo que equivale a enfrentarse a la hidra de Lerna. Las elecciones de 2007 están presididas por la dinámica de nacionalización/estatalización y/o regionalización de la política local (p. 201). No escapará al avisado lector que el hecho de que Márquez haya de emplear tres substantivos para designar la misma cosa (nacionalización, estatalización, regionalización) da idea de la complejidad y las susceptibilidades que despierta el problema. La participación en las elecciones locales fue de 63,8 por ciento, baja como corresponde a elecciones de segundo orden. En las autonómicas fue de 69,8 por ciento y de 68,9 por ciento si incluimos las elecciones de las CCAA del 151 (pp. 204/205). La distribución de concejales fue como sigue: PP, 76,1 por ciento; PSOE, 76 po ciento e IU, 11 por ciento. Sin embargo, la que muestra una mayor tasa de esfuerzo y éxito (presentación de candidaturas y representación obtenida) es IU con un 0,160, a distancia del PSOE con 0,841 y el PP con 0,839 (p. 203). El PP obtuvo la mayoría relativa de votos (36.3 por ciento), pero no de concejales (36,5 por ciento), aunque sí en alcaldías (39,2 por ciento). El PSOE repitió más o menos los resultados de 2003 (35,6 por ciento del voto), con mayor proporción de concejales (36,3 por ciento) y de alcaldes (36,5 por ciento). IU, con un 5,7 por ciento del voto llegó por abajo a los niveles de 1979, con un 1,8 por ciento de alcaldías (p. 207). No he encontrado en el artículo los datos agregados de los PANEs pero quizá se me hayan pasado. Se trata de los datos de las elecciones municipales de 2007 que no aparecen en los otros capítulos del libro que traen los de las CCAA. A continuación Márquez pasa a estudiar las estrategias para la formación de gobiernos en las CCAA y demás entes territoriales locales. Parte del supuesto de que la posición del PP es la más débil porque estaba aislado, habiendo roto con casi todos los PANEs y porque su criterio de que gobernara siempre la lista más votada no lo apoyaba nadie (p. 213). Por su lado, el PSOE e IU firmaron la Declaración Conjunta de 6 de junio de 2007 que posibilitó gobiernos de coalición en toda España (p. 214), completados con los que formó el PSOE también en intensa actividad coalicional con los PANEs (p. 216). Dicho lo anterior y como quiera que, en efecto, aquí hay muchos gobiernos multinivel y de muy distinta naturaleza ya que, por ejemplo, unos órganos son de elección directa (aunque de formas variadas) como las CCAA y los ayuntamientos, pero otros son de elección indirecta, como las diputaciones, los cabildos insulares, los consejos, las comarcas, etc, Márquez desglosa su objeto de estudio en siete grupos, cuyos rasgos esenciales deducirá el avisado lector de más arriba observando qué CCAA entran en cada uno de ellos: 1º) Asturias, Cantabria, Madrid, Murcia, Navarra y La Rioja (pp. 245 y ss.); 2º) Castilla-La Mancha, Extremadura y Comunidad Valenciana (pp. 258 y ss.); 3º) Aragón y Castilla y León (pp. 264 y ss.); 4º) Baleares y Canarias (pp. 279 y ss.); 5º) Andalucía y Galicia (pp. 292 y ss.); 6º) Cataluña (pp. 299 y ss.); y 7º) País Vasco (309 y ss.). Aunque el autor habla en repetidas ocasiones de los casos especiales de Ceuta y Melilla y da datos agregados de ellas, no he sido capaz de encontrar el desglose del análisis de la formación de gobiernos en las dos ciudades autónomas, seguramente por mi impericia. La segunda parte del trabajo de Márquez es un estudio riguroso y pormenorizado de la formación de todos los gobiernos de todas las entidades locales españolas que tanto estudiosos como políticos prácticos harán bien en considerar con detenimiento. Los estudiosos para elaborar sus teorías y los políticos prácticos para saber a qué atenerse.

Una breve consideración general de la obra que en nada desmerece en punto a rigor del primer tomo de la incipiente colección: es una panorámica completa de una realidad extremadamente variable y compleja. Contiene información muy valiosa sobre los niveles subestatales de la política española. Ciertamente, gran parte de esta es política "de campanario" pero a la hora de menospreciar esta dimensión quizá convenga recordar que a su vez España hace política de campanario en la Unión Europea (UE) y la UE en el mundo ancho y ajeno. Lo cierto es que los años han acabado formando una "élite política" autonómica y que la rica vida política local es fuente de alegrías y sinsabores. Por descontado, la línea divisoria básica en la política subestatal española es la que separa la España del 151 de la del 143, la del "régimen especial" de la del "régimen común", las nacionalidades de las regiones o, según algunos más extremos, las colonias de la metropoli.

diumenge, 7 de desembre del 2008

Los tontos de los cojones.

El asunto es suficientemente conocido y se ha comentado en todas partes: los insultadores compulsivos, los que llaman a los demás "miserables", "bellacos", "cómplices de los terroristas", "vagos", "bobos solemnes", "traidores", etc, están indignados por los insultos del alcalde de Getafe a los votantes del PP y, no aceptando su petición de disculpas, exigen su dimisión.

Lo que no ha sido tan comentado es esa exigencia de dimisión, ese maximalismo muy típico del PP y sobre todo de su presidente, el perpetuamente indignado señor Rajoy, el del ofendido honor calderoniano, el de "esto es intolerable" y "hay que tomar medidas". Es su estilo de traca y astracán, su espontánea reacción visceral que nunca recapacita sobre las consecuencias posteriores. Es lo que hace siempre en estos casos: condicionar su participación a exigencias imposibles de cumplir, como los niños. Lo hizo frente a El País por alguna cuestión de negra honrilla; lo hizo queriendo boicotear el programa "59 segundos"; lo hizo con el boicot a los productos catalanes y lo hizo recogiendo cientos de miles, millones de firmas contra el Estatuto o algo así. Gestos ampulosos, pura teatralidad de voz huera y cavernosa, exageraciones ridículas para, al final, cuando nada sucede y nadie le hace caso, olvidarlas discretamente, envainarsela con disimulo, dejar que caigan en el olvido y esperar que nadie se las frote por los morros cuando las derechas siguen hablando con El País, yendo a 59 segundos, bebiendo cava catalán y dejando el estatuto en paz.

Ahora estamos en las mismas: muy indignados y con la nariz alta, los alcaldes del PP se marcharán de la Federación Española de Municipios y Provincias y ahí se quedarán, a la intemperie, mientras el resto de los miembros seguirá funcionando y tomando decisiones y así hasta que los boicoteadores se den cuenta de que están haciendo el ridículo y vuelvan a sus puestos a la chita callando.

De donde se sigue que Pedro Castro estaba equivocado en su juicio que no debió dirigirse a los votantes del PP si no a otros. Y no digo más pero está claro que los tontos de los cojones son otros.

(La imagen es una foto de (La imagen es una foto de El Plural, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 12 d’octubre del 2008

De la dignidad del ser humano.

El Ayuntamiento que preside el señor Ruiz Gallardón ha aprobado o está a punto de hacerlo una ordenanza municipal por la que se prohíbe la publicidad callejera por medio de los "hombres-sandwich" al considerar que atenta "contra la dignidad de la persona humana". Hay que fastidiarse con estos liberales de pacotilla que se pasan la vida aburriendo al patio con sus dogmas de abstencionismo en la sociedad civil, no injerencia de los poderes públicos en los ámbitos privados, libertad en las relaciones de negocios y, en cuanto pueden se arman de boletín o gaceta oficial para regular a golpe de norma hasta la forma que tiene la gente de ganarse la vida en la calle y con criterios de moralina de sacristía y colegio de monjitas.

Porque esta memez ha de habérsele ocurrido a la piadosa señora Ana Botella, la que también se la tiene jurada a las putas en las calles de Madrid con no sé qué otro argumento de esos de hipocresía de retrasada moral tan típicos suyos y de su señor marido, el que prefiere que la mujer sea "mujer-mujer", como el café-café, el tonto-tonto y las balas dum-dum. Nada encandila más a un pobre de espíritu (y le da una razón de vivir) que la idea de estar salvando al género humano.

¿Qué sabrá esta señora de la dignidad humana? ¿Qué diantres tendrá que ver la dignidad humana con la forma en que te ganes la vida siempre que sea honradamente? ¿Por qué no va a haber hombres-anuncio? "Hay muchas cosas maravillosas en la tierra", decía Eurípides, "y la más maravillosa de todas es el hombre". El hombre anuncio o el hombre sin atributos, ¿qué más da? Lea la señora Botella el Discurso sobre la dignidad del hombre de Pico della Mirandola para ver que ésta descansa en el lugar excepcional que el Creador le ha asignado en el conjunto de su obra y no sobre el hecho perfectamente baladí de si va por ahí anunciando una cosa u otra mientras esa actividad sea voluntaria y no perjudique a nadie. Es más hasta cabría pensar que el hombre alcanza la condición de "hombre sandwich" precisamente porque ha culminado ese proceso de su dignidad que Ernst Bloch define como "el erguido andar del ser humano"; es hombre anuncio porque anda erguido. Si anduviéramos a cuatro patas no haría falta la censura de la señora Botella. Porque censura es, como casi todo lo que se le ocurre a la dama: censurar, prohibir, reprimir... por el bien de nuestras almas, claro es.

Sólo cabría aceptar este argumento de lesa dignidad del hombre si se partiera de una interpretación pedestre de la idea kantiana de dignidad de la persona que ha de ser concebida como un fin en sí mismo y no como un medio. Pedestre quiere decir aquí entender lo de "medio" al pie de la letra, sin matiz alguno. Pero si esta idea se puede aplicar a quienes llevan anuncios, también se puede aplicar a todos quienes lleven un atavío que implique un significado que los trascienda como personas: militares, curas, jueces, médicos, profesores, alcaldes, concejales, etc.

No, señora Botella, ¿sabe Vd. qué es indigno? Indigno es convocar un homenaje a Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA y, al dar la bienvenida a los artistas que iban a actuar en tal homenaje, ponerse a cantar y bailar Macarena a las puertas de La Moncloa; indigno y hortera.

(La imagen es una foto de D'akota, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 14 de setembre del 2008

Otra vez los chaqueteros.

Como no puedo contar nada de la "noche blanca" de Madrid porque estamos todos recuperándonos del jet lag del viaje a México que ha sido especialmente duro esta vez, y aprovechando que el post sobre los chaqueteros suscitó algo de polémica y no sólo en los comentarios sino a través del correo personal de Palinuro, he pensado que podía volver sobre tan interesante asunto no porque tenga mucho nuevo que decir sino por puntualizar algunos extremos. Seguiré sin dar nombres por una precaución elemental ya que al personal le saca de quicio que lo mencionen por do más pecado había pero estoy seguro de que todo lector medianamente informado puede pensar en ellos cuando hablamos de corrosivos filósofos que dinamitaban armados de poderosas dialécticas el orden constituido que hoy apuntalan con igual denuedo, de incisivos periodistas de la izquierda histórica que atacan actualmente desde bien remuneradas columnas de prensa o participaciones en tertulias cuanto antes defendieron heroicamente, de antiguos opositores comunistas al franquismo que disfrutan de agradables canonjías en puestos representativos administrados por una generosa derecha, de viejos intelectuales ultrarradicales que hoy defienden con uñas y dientes no el trono pero sí el altar. E così via.

Por cierto para aquellos lectores que insistían en averiguar el nombre del único caso que Palinuro decía conocer de evolución a la inversa, esto es, de le derecha a la izquierda, pues sí, en efecto, se trata del señor Verstrynge un ejemplo bien singular que parece constituir la excepción que confirma la regla de que el chaqueteo se hace siempre de la izquierda a la derecha pero no a la inversa. Algún lector llamó la atención sobre este hecho sugiriendo que quizá haya alguna razón profunda. No se me ocurre ninguna salvo la respuesta que daba el filósofo Arcesilao a quienes le hacían ver que los seguidores de otras corrientes se convertían al epicureísmo pero nunca al revés. Decía Arcesilao: los hombres pueden convertirse en eunucos pero no a la inversa.

Los intelectuales (concepto cajón de sastre para esta tropa) suelen ser vanidosos, volubles y bastante soberbios. Con frecuencia buscan el éxito, el reconocimiento social y ciertamente los bienes materiales que estos acarrean y, si no los obtienen con un tipo de prédica, la cambian por otra con mejores perspectivas. Me reafirmo en la idea de que el factor material es determinante en el chaqueteo; eso o el despecho por no recibir el reconocimiento, los honores (y retribuciones) que piensan merecer y que viene a ser lo mismo pero a la inversa son los móviles más frecuentes en la mudanza de convicciones. Lo cual plantea desde luego el problema de la sinceridad con que se sostienen éstas, tanto las primeras que en su día se abandonaron como las que ahora se dice profesar. Pero cierta experiencia en el trato con intelectuales me lleva a no dar un adarme por la sinceridad con que abrigan sus ideas o sus creencias, para echar mano al siempre socorrido Ortega. No diré que en sus actuaciones sean farsantes, pero se acercan más a estos que a la gente sencilla de firmes creencias que es semillero de mártires. Casos como el de Tomás Moro, capaz de morir por sus convicciones, son excepcionales y por eso precisamente lo hicieron santo.

Por supuesto no estoy negando a nadie el derecho a evolucionar, a cambiar, a deshacerse de unas convicciones y adoptar otras. Hacerlo sería ridículo cuando yo mismo he cambiado tanto que a veces ni me reconozco, cuando es evidente que en la vida todo es cambio y mutación y defender la fidelidad a machamartillo a unas convicciones a lo largo de toda la existencia es tan estúpido como lo contrario. En modo alguno. Lo que cuestiono no es el hecho de que alguien cambie sino que ese alguien se empeñe en que los demás cambien con él; cuestiono que quienes defendieron unas convicciones de forma fanática, tratando de arrastrar a ellas a otros, defiendan hoy con igual fanatismo las convicciones contrarias y sigan intentando arrastrar a los demás. Eso ya lo decía en el post anterior: lo que me llena de pasmo es que personas que al cambiar de convicciones,reconocían haber estado equivocadas, no reconozcan ahora que bien pudieran estar equivocadas por segunda vez y muestren la misma intransigencia y agresividad que tenían cuando, según ellos, estaban en el error.

Curiosamente esta aparente incongruencia que al modesto entender de Palinuro resta todo crédito a las prédicas de los intelectuales conversos es lo que parece concentrar su valor de uso y de cambio. Una ojeada a los neocons más vociferantes, los Kagan, Wolfowitz, Horowitz, Kristol, Podhoretz, etc revela biografías que comenzaron en la izquierda e incluso en la extrema izquierda, trotskystas y similares. Lo que estos conversos aportan a los intereses de la derecha en lucha por la hegemonía ideológica gramsciana es precisamente el conocimiento y la familiaridad con los conceptos y las categorías de la izquierda, la capacidad para plantear a ésta la batalla en su propio terreno. Estos "neocons" y sus remedos hispánicos son magníficos ejemplos no ya de la traición de los intelectuales de que hablaba Benda, sino de la doble traición de los intelectuales porque si traicionaron su misión poniéndose antes al servicio de un partido, vuelven a traicionarla ahora poniéndose al servicio de otro.


Por último una referencia al transfuguismo que es, por así decirlo, el aspecto cutre del chaqueteo. Porque el chaquetero maneja ideas, grandes ideas, alambicados conceptos: Occidente, la libertad, los derechos humanos, la familia, qué sé yo mientras que el tránsfuga, un chaquetero de gobierno local, es incapaz de hacer la "o" con un canuto, pero tiene muy en consideración la cuenta de resultados. El tránsfuga, normalmente un sinvergüenza que cambia su voto en una corporación local para favorecer a una opción política distinta de la suya a cambio de un buen pellizco, es una maldición del sistema democrático en los niveles local y autonómico que es en donde la política está más directamente relacionada con los negocios.

Unos ciudadanos de Dénia que al parecer están soportando una situación de transfuguismo en su corporación local me pidieron que me hiciera eco de ella y así lo hago. Han creado una asociación que responde al muy pertinente nombre de No nos resignamos (vaya, hombre, como mis amigos de la izquierda plural, quienes también tienen una asociación llamada No nos resignamos que espero amparen a estos hijuelos) con el fin de denunciar la situación y hacer campaña porque se tipifique el transfuguismo como delito. Me parece bien (¿en dónde hay que firmar?) pero no es sencillo. Sucede que en tanto el Tribunal Constitucional no cambie su actual doctrina en materia de mandato representativo esto será imposible ya que dicha doctrina sienta el principio de que el escaño pertenece al diputado/concejal como si fuera su bolígrafo y es imposible despojarlo de él. Se presume aquí que el representante no actúa según directrices de partido, sino según los mandatos de su conciencia, que es en lo que se refugian quienes carecen de ella, por lo cual son inamovibles, hagan lo que hagan y no cabe tipificar como delito una actuación en conciencia. Para cambiar esa doctrina sería necesario renunciar al concepto del mandato representativo en pro del mandato imperativo, cosa que no veo factible ni tampoco muy conveniente por cuanto terminaría por convertir en absoluto el poder de los partidos, que tampoco es buena solución. Realmente lo único que se me ocurre para resolver estos casos es instituir la figura de la revocación: si el representante traiciona la voluntad de los representados estos lo revocan en cualquier momento del mandato. Para ello hay que arbitrar las garantías pertinentes en cuanto a tiempos, motivaciones y mayorías. Pero sería eficaz. Muy eficaz.

dijous, 11 de setembre del 2008

La rebelión de las provincias.

Da la impresión de que el curso político comienza con una nueva y vigorosa pasada por la muy hispánica tradición de los reinos de Taifas. Al mantenido pulso que el Partit dels Socialistes de Catalunya, que es PSOE pero no es PSOE porque está federado con él pero es partido independiente aunque hermano que igual vota los presupuestos del hermano mayor o no los vota y pide grupo parlamentario propio para escenificar lo bien avenida que está España con todos sus hombres y tierras, como decía el Caudillo, ha venido ahora a sumarse la rebelión del partido UPN que, como se sabe bien es al PP y España lo que el PSC al PSOE y la misma (u otra distinta, qué más da) España. Dice don Miguel Sanz, que gobierna en Navarra con el apoyo sociata, que quizá apruebe los Presupuestos Generales del Estado (PG), dependiendo de cómo se porte el PSOE, claro está. E inmediatamente se ha armado una gresca entre los populares en la que los epítetos han ido subiendo de tono. Pero Palinuro no se detendrá en estas menudencias de si dijiste o no dijiste o no dijiste que dijiste y va a ir al fondo del asunto.

Veamos: ha bastado el anuncio del señor Sanz de que los diputados de UPN en el Congreso quizá voten losPGE para que en el PP se rasguen las vestiduras, el señor Arenas pise un juanete al señor Sanz y el señor Rajoy acuda a Pamplona a achicar agua del navío antes de que zozobre... Pero ¿alguno de ellos sabe de cierto si losPGE pueden ser votables o no? No, claro. El sentido español de la demcoracia dice que, si estás en la oposición, te opones a todo lo que haga el Gobierno; a todo y lo haga como lo haga, aunque lo haga bien. ¿De qué otro modo cabe entender la negativa del PP a que UPN vote losPGE antes de haberlos estudiado sino es porque el voto PP será "no" digan lo que digan los presupuestos?

A la rebelión autonómica se suman ahora los alcaldes en un frente municipal patriótico encabezado por los más manirrotos de todos, el señor Belloch en Zaragoza y el señor Ruiz Gallardón en Madrid. Los alcaldes quieren poner el cazo, pero no ante las autoridadades autonómicas de las CCAA que son las que se han quedado con la pasta, sino ante las centrales, que ya pueden apretarse más el cinturón, aunque nos les quede numerario. ¿Por qué? Porque saben de sobra que es más fácil sacar dinero al Gobierno central que a los autonómicos, para los que la descentralización empieza y acaba en las autonomías mientras que los gobiernos locales son entes de carácter folklórico. Puras taifas. Rebelarse además en contra del Gobierno central tiene postín mientras que hacerlo en contra de los gobiernos autonómicos se presta a que te llamen "neocentralista", feo término casi tan mal sonante como "neocon".

Y en esas que aparece ahora el manifiesto de los 1.000 munícipes catalanes pidiendo el derecho de autodetermninación. Éramos pocos y parió la alcaldesa. Y es de suponer que ese derecho de autodeterminación que los municipales exigen es para materializarlo en cada autonomía, que son nacionalistas pero no tontos. Los dineros se los piden los alcaldes al Gobierno central no a los autonómicos; pero el derecho de autodeterminación quieren ejercerlo en el orden autonómico, no en el central. Son listos los alcaldesd, desde luego aunque seguro que algunos acaban a tortas por el derecho de autodeterminación de su villorrio. Insisto, ¿de qué me suena esto? Taifas, Taifas...

(La imagen es una foto de Sagabardón, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 23 d’agost del 2008

Las alcaldadas en España.

Es indignante. Fíjense qué noticia: Los ayuntamientos hacen oídos sordos ante el problema del ruido. Los barandas no presentan en el Ministerio de Medio Ambiente los informes que se supone tienen que presentar por mandato de la normativa europea. Seis de dieciocho ayuntamientos de grandes aglomeraciones ha presentado la mitad de los papeles, a falta de la otra mitad.

Es una prueba más de la carencia de conciencia edilicia acerca del ruido. El país sigue siendo territorio de mesnaderos y labrantines, ahora reciclados en moteros y discotequines que se "realizan" armando ruido. Y ello con la connivencia cuando no activa colaboración de las autoridades municipales a quienes la tranquilidad y el descanso de la mayoría de residentes en su municipio importa una higa. Hasta parecen sus enemigos jurados. El viejo concepto de "alcaldada" no se refiere sólo a un comportamiento proactivo sino que también es aplicable a la clamorosa falta de cumplimiento de los deberes inherentes al cargo. No afecta solamente a aquella situación en que un alcalde rebuzna sino a aquella en que no hace nada para impedir los molestos rebuznos de algún vecino.

La segunda quincena de agosto en España es de cine, de cine de los Picapiedra con las masas haciendo ruido hasta el amanecer en unas aglomeraciones estrepitosas que llaman "fiestas". Y como no hay modo de generalizar esa conciencia por medio de la ley porque las leyes en España, ya se sabe, "se acatan pero no se cumplen", a lo mejor hay que ir pensando en querellarse contra algún que otro alcalde por incumplimiento de la ley; incluso, dada la naturaleza dañina de la contaminación acústica, también por denegación de auxilio y hasta por torturas. Porque si un ciudadano ha de esperar trece años a que se tomen medidas con un bar de copas en los bajos de su casa, son trece años sin poder dormir, trece años de incuria municipal y judicial razón por la cual a lo mejor debe condenarse al propietario o al mismo alcalde a otros trece años en una celda de aislamiento y escuchando sin parar El bolero de Ravel; que se sepa que hay cosas peores que la muerte.

(La imagen es una foto de Plasencia calle de los vinos, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 19 de juny del 2008

Caja B.

Ya está aquí la famosa corrupción, de la que no parecemos capaces de librarnos. Financiación ilegal de partido político. En Estepona, según se dice, los actos del PSOE se pagaban con cargo a la caja b del Ayuntamiento en la que los presuntos ingresaban el producto de sus cohechos.

He leído por ahí a alguien lamentándose amargamente de que, en esta ocasión, los presuntos delincuentes sea socialistas. Como si los socialistas estuvieran hechos de mejor pasta que el común de los mortales o tuvieran un nivel ético superior al de la media, cuando la experiencia muestra que entre ellos hay la misma proporción de invergüenzas, ladrones y estafadores que entre otros grupos ideológicos. El alcalde de Estepona, el compañero Barrientos, podrá recitar aquello tan conocido de Terencio de "Humano soy y nada humano me es ajeno".

La delincuencia es una decisión individual. Incluso cuando se trata de la delincuencia organizada. Son los individuos quienes deciden delinquir, no las organizaciones. Lo que sucede es que, a veces, como en el caso de las generaciones literarias, se concentra una cantidad de ejemplos individuales sublimes en un tiempo corto, por ejemplo, el siglo de oro o la floración de granujas que se dio en los dos últimos mandatos del PSOE en tiempos del señor González. Pero eso son sólo felices casualidades del destino.

Veremos a dónde llega este caso de Estepona. Y será de agradecer que llegue hasta el final sin caer en la tentación demagógica de generalizar comportamientos. Si ha habido delitos, serán responsabilidad exclusiva de los delincuentes. Los partidos no delinquen y las ideologías, menos. Los ladrones no son "los socialistas" ni "el socialismo", sino personas concretas con nombres y apellidos. Como en todas partes.

(La imagen es una foto de Giztt, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 18 de juny del 2008

Seis consideraciones sobre la corrupción.

Un nuevo caso de presunta corrupción municipal, esta vez en Estepona, en la baqueteada y alquitranada Costa del Sol malagueña, viene a afianzar la fama internacional de España como paraíso de la corrupción en el gobierno local. No hace mucho el señor Vladimir Putin que de esto de corrupción sabe lo suyo, acosado en una rueda de prensa sobre algún feo asunto en su país se revolvía como un tigre de Siberia en la jaula y recomendaba a sus críticos que, en asuntos de corrupción, echaran una ojeada a España.

España, país fabuloso, nido de alcaldes ladrones. ¿Todos? De esto es de lo que se trata en las seis consideraciones siguientes sobre la corrupción.

I.Todos no. No se puede ni se debe generalizar. En España hay más de ocho mil municipios. La inmensa mayoría de alcaldes y concejales es gente honrada que cumple con su deber. Los malhechores son una exigua minoría. Pero ¡cuánto ruido hacen!

II.Hace años que la sabiduría política vulgar afirma que cuanta más descentralización de las instituciones, mayor y mejor demoracia se tiene, hasta el punto de que la federación se reputa más democrática que el Estado unitario porque sí. El nivel en el que más se predica la democracia es en el nivel local porque, se dice, la administración está más cerca de los administrados. Es verdad; pero es lo único que es verdad. Los países descentralizados no son más democráticos o menos corruptos que los centralizados o unitarios.

III.Todos lo son en la misma proporción y en parte ello se debe precisamente a lo cercanos que están los políticos a la población que así los compra siempre que puede. La causa de buena parte de la corrupción local está en la forma de financiación de los ayuntamientos: la recalificación y posterior adjudicación de terrenos en condiciones muy favorables y que, una vez construidos, permiten verdaderos "pelotazos" y enriquecimiento espectacular. Es divertido ver qué ostentosos son estos mangantes luego en la vida civil y en qué se gastan los dineros que afanan.

IV.Como era un águila para los negocios, el difunto Jesús Gil y Gil olisqueó las oportunidades que un gobierno municipal ofrecía a alguien que supiera gestionarlo como una empresa inmobiliaria en sucio. Para ello fundó su partido, el GIL, que alguien podría considerar el elemento simétrico del GAL en el Norte, salvando todas las distancias, por supuesto. GIL significaba Grupo Liberal Independiente. Una ideología montada al albur de las letras de un apellido. Tamaña idiotez se presentó a las elecciones municipales de Marbella y obtuvo la mayoría absoluta con uno de esos discursos antipolíticos, de populismo tecnocrático que iguala la política con la corrupción. Como Fujimori en el Perú. Y como Fujimori en el Perú, gobernó teniendo como único norte enriquecerse, es decir haciendo aquello que más había criticado antes. Así que, años después, con la operación Malaya cabe decir que los marbellíes tienen lo que ellos mismos eligieron. Sentó un ejemplo que llega al día de hoy puesto que en Estepona hay algún concejal del GIL.

V.No se limita el asunto al GIL. Pringados en la corrupción están casi todos los partidos, especialmente los dos mayoritarios del Estado y muchas organizaciónes de ámbito local al estilo de "Independientes de Cabrahigo de Abajo". Parecen estar menos tocados los partidos nacionalistas e Izquierda Unida, si bien esto quizá se deba a que disponen de menos poder municipal y el que tienen está más vigilado por la oposición. Aunque hay veces en que el alcalde corrupto tiene comprada hasta la oposición.

VI.En el caso concreto de Estepona la reacción del PSOE (el alcalde es socialista) ha sido fulminante pues ha expulsado a todos los militantes que estén implicados en el nuevo escándalo y, con cierta arrogancia, invita al PP a hacer lo mismo. Es posible que alguien encuentre encomiable esta medida por lo drástica y tajante. A mí no sólo me parece injusta, sino bombástica, propia de quienes tienen mala conciencia. Es posible que, llegado el momento, la justicia condene al alcalde Barrientos y a sus cómplices. Hasta es muy probable, si se quiere. Pero, por ahora, estas personas son inocentes y la expulsión es una medida que prejuzga, esto es, es injusta. Supongo que con suspender a los implicados en la militancia se habría atendido a los intereses del partido sin atropellar los derechos de los afectados. Al respecto me viene a la memoria el caso del primer presidente (socialista) de Castilly León, Demetrio Madrid, que se vio obligado a dimitir cuando la oposición, en especial el señor Aznar, lo envolvió en una tela de araña judicial que lo obligó a dimitir sólo para que un par de años después la justicia lo absolviera con todos los pronunciamientos favorables. Para entonces el daño estaba hecho.

(La imagen es una foto de Donmatas1, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 2 de maig del 2008

Lord Mayor of London.

A lo largo del día de hoy se sabrá el resultado de las elecciones municipales de ayer en Inglaterra y Gales. Sobre todo, se sabrá el nombre del alcalde de Londres que es lo que verdaderamente importa a efectos simbólicos. A los reales, lo que importa es el resultado de todas las elecciones municipales. Pero la figura del alcalde de Londres parece que dice más sobre el futuro de los partidos británicos que el conjunto de los alcaldes de Inglaterra y Gales, lo que no es cierto.

Hace como semana y media que los romanos decidieron poner democrático fin a veinte años de gobierno municipal de la izquierda en la ciudad eterna, eligiendo a Gianni Allemanno en lugar de Francesco Rutelli, un típico representante de la hegemonía izquierdista finisecular y hombre del "régimen" anterior, que había sido ministro de esto o aquello en el Gobierno Prodi, procedente de la vieja casta de los políticos profesionales. El neofascista Allemanno, a su lado, parece una figura fresca, aun trayendo una reelaboración de una doctrina pasada.

La cuestión es que lo que se enfrenta en Londres es algo parecido. El alcalde actual, el laborista, ex-trotskista y, en general, izquierdista Ken Livinsgtone lleva dos mandatos seguidos de regidor de la capital, lo que equivale a decir todo el tiempo que este cargo ha existido ya que la actual figura de Lord Mayor de la Gran Autoridad Londinense (Greater London Authority, GLA) se creó en 2000. Con anterioridad, Londres había carecido de gobierno centralizado desde que en 1986 el Gobierno disolvió el Gran Consejo Londinense (Greater London Caouncil, GLC). Y quiere un tercer mandato, aunque las encuestas predicen que no lo conseguirá porque proyecta una imagen de político cansado, que ya debe ceder el paso a otros con nuevas ideas.

A su vez, su adversario, el conservador Boris Johnson, es un personaje pintoresco. Muchos de sus adversarios lo llaman "bufón" porque tiene costumbre de hacer y decir cosas extravagantes, lo suficiente, cuando menos, para que muchos electores lo consideren sincero y original, por atreverse a decir lo que mucha gente piensa pero no osa manifestar. En fin, hay declaraciones que permiten ver que por debajo de la imagen de un hombre conservador pero poco convencional puede estar formándose un peligro para la democracia: "si el matrimonio gay es legal -cosa que no tengo segura-, no veo razón alguna en principio por qué no podría consagrarse una unión entre tres hombres, igual que entre dos o, incluso, una entre tres hombres y un perro." Puede ser un chiste, pero tiene maldita la gracia. El posible señor Alcalde de Londres piensa que un matrimonio entre gays equivale al de un hombre con un perro. Este hombre es un peligro público y este peligro público puede ser alcalde Londres. El de Roma, fascista y el de Londres, racista. Quien lo dude, que eche una ojeada a estos disparates dichos con la mejor conciencia del racista: refiriéndose a un viaje de Blair a las zonas turbulentas del mundo como mensajero de la paz, dice: "los guerreros tribales sonreirán de oreja a oreja (watermelon smiles) al ver al gran jefe blanco, igual que se dice que a la Reina le gusta la Commonwealth en parte porque la recibe con muchedumbres aclamantes de negritos ondeando banderas." Los de su equipo dicen que se trata de un equívoco y que Boris Johnson (que, por cierto, es un pinta) odia el racismo. Nadie que odie el racismo se refiere a los habitantes de la Commonwealth como "negritos".

La elección de los londinenses, como antes la de los romanos, ha sido difícil, entre un burócrata adocenado de izquierda y un payaso emergente de la derecha. En Roma han elegido al payaso; a ver qué hacen los londinenses. A lo mejor se toman en serio una de las consignas electorales de Boris Johnson, según cuenta Der Spiegel, que es un semanario serio: si vota Vd. por los conservadores, su mujer tendrá las tetas más grandes y aumentarán sus probabilidades de comprar un BMW M3". Algo así como que a un tipo así habrá mucha gente, los más bordes en especial, que lo vote. Por cierto, tiene dos sitios web, uno como diputado del Parlamento y otro como Candidato a Alcalde en donde se ve que, a pesar de su pinta de payaso, es un tipo duro, que va a meter en cintura a la delincuencia en Londres y a luchar contra la corrupción. Por corrupción viene a entenderse cuatro años más de gobierno de Ken Livingstone, que la revolución devora a sus hijos

La prensa interpreta que el resultado en la elección del alcalde es significativo porque dice algo sobre quién ganará las eleciones parlamentarias. Quizá sí, quizá no, dado que faltan dos años. Lo que está claro es que las elecciones municipales y en concreto las de Londres son importantes por sí mismas, porque afectan directamente a la vida diaria de millones de personas. Ya solo la GLA organiza la vida de cinco millones y medio de londinenses. Hay algunos Estados en Europa que no llegan a los cinco millones de habitantes.

(La primera imagen es Claude Monet, El Parlamento, Londres, el sol entre la niebla, 1904, se encuentra en el Musée Quay d'Orsay, París; la segunda es André Derain, El puente de Charing Cross y se encuentra en Mark Harden's Artchive)

dilluns, 28 d’abril del 2008

Votos éticos en el País Vasco.

Parece que hoy volverán a fracasar el PNV y el PSOE-PSE en el intento de echar a los concejales de ANV del ayuntamiento de Bergara, donde el famoso abrazo, que se ve fue de corta duración. Ya lo han hecho en Arrasate/Mondragón y en Hernani, lugares, como Bergara, cargados de historia, de cooperativas, de dramas y óperas. Entrañas mismas del nacionalismo independentista vasco. Por cierto que el "nacionalismo no independentista" me suena tan extraño como una guitarra sin cuerdas.

La causa eficiente del fracaso que hoy se espera, la inmediata, pues la mediata es otra cuestión, es la abstención o el voto en contra de los concejales de Aralar que garantizan la mayoría absoluta a los de ANV y su alcaldesa, doña Agurne Barruso.

En Arrasate-Mondragón y Hernani pasó lo mismo: los concejales de Ezker Batua (o sea, IU), tres en Arrasate-Mondragón y una en Hernani, se abstuvieron con lo que fracasaron ambas mociones y las alcaldesas siguen siendo doña Inocencia Galparsoro Markaide y doña Marian Beitialarrangoitia (menos mal que existe el copypaste) y los concejales de ANV continúan aferrados a sus poltronas edilicias como garrapatas. Claro que en Arrasate-Mondragón también se abstuvo el único concejal del PP, lo cual es mucho más difícil de explicar. Porque, al fin y al cabo, los de Ezker Batua, ya se sabe, a fuer de rojos, son antiespañoles, pero los miuras del PP es más raro. El órgano de prensa del PP, Libertad Digital, trataba de legitimar la situación llamando pantomima a la moción presentada por el PNV y el PSOE-PSEE, algo tan absurdo que hasta el señor Rajoy ha acabado diciendo que los concejales del PP votarán siempre a favor de dichas mociones en el futuro, aunque sólo sean "éticas". Es que no se entiende, oiga, después de la barrila que llevan años dando.

Quizá haya que tener en cuenta que la decisión de un hijo de la tierra se explica por puras razones de supervivencia. Ser concejal en las citadas entrañas del nacionalismo vasco no es fácil, sobre todo de un partido tildado de "español". Te pueden descerrajar un tiro los poderosos amigos de aquellos a quienes te aprestas a censurar. Y no todo el mundo tiene alma de Cincinato. Claro que también es pintoresco no votar a favor de una moción por ser solamente ética, pero pedir de inmediato que se pase a una de censura de verdad cuyas posibilidades de prosperar aun son menores. Eso del voto "ético" tiene su gracia en el País Vasco. Por voto "ético" supongo debe entenderse el voto que se resigna a su inutilidad, a la idea de no conseguir aquello que se propone. Flaco servicio le hacen allí a la ética convirtiéndola en sinónimo de impotencia.

Algo parecido pasó con el famoso referéndum del señor Ibarretxe. Este se comprometió en su día a no celebrar la consulta en tanto no hubiera cesado la violencia. Pero la violencia no cesó y el señor Ibarretxe acabó desdiciéndose y asegurando, en un ejercicio de hipocresía de manual de sepulcro blanqueado que se celebraría la consulta precisamente para demostrar que ETA no teledirige los actos de su gobierno. Lo que equivale a decir que se da por buena la situación que antes se daba por mala éticamente. Se ve que eso de la ética en el País Vasco es asunto baladí, sin enjundia.

Ahora son los propios compañeros del PNV, muchos viejos jeltzales, casi como de la prehistoria, los que piden que se abandone la vía soberanista que sólo lleva al desastre. Las advertencias de importantes burukides, como los señores Bilbao y el mismísimo Urkullu, son claros síntomas de que el nacionalismo vasco empieza a recuperar el sentido común. Ya es obvio, porque así se lo han mostrado los electores, qué sólo cabe seguir por la senda soberanista de la consulta del señor Ibarretxe y su amigo el señor Egibar a base de aplicar la ética acomodaticia que permite votar al amparo de las pistolas de ETA y decir después que el voto es libre, que es lo que dicen los cretinos simpatizantes de los pistoleros.

Claro que esa movida de regeneración devolverá la situación en el País Vasco a la época del "sano regionalismo" de los tiempos del señor Fraga, hoy conocido como "sano autonomismo", con una nueva redacción del Estatuto. Comprendo la desesperación de los nacionalistas de las puras esencias, pero no hay más cera que la que arde.

(La imagen es una foto de 12 TRIBU ***EUSKAL ROOTS REGGAE BAND, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 18 de juny del 2007

Más de ayuntamientos democráticos.

En el post de ayer me puse a cantar las virtudes de la actitud pactista, negociadora, cambalachera y pastelera propia de las democracias frente a las tendencias impositivas y unificadoras propias de los autoritarios. Me reafirmo en lo dicho. La democracia es una forma de organización compatible, desde luego, con cualquier composición numérica de gobiernos. Los países de tradición anglosajona suelen tener gobiernos monopartidistas, mientras que los países europeos continentales muestran una notable proclividad a los gobiernos multipartidistas y a las coaliciones. Países hay, como Holanda, que llevan más de un siglo con gobiernos de más de un partido. Las coaliciones obligan a negociar, a pactar, a ser flexibles y no intransigentes. Hasta los gobiernos monopartidistas suelen consistir en pactos entre distintas tendencias dentro del único partido de gobierno.


Así que vivan las coaliciones que sirven para que los partidos se vigilen también más de cerca e impiden que ninguno imponga todo su programa, bendito sea el Señor. Pues el partido, todo partido (hasta los que se llamen "de la Justicia" o "de la Verdad"), como su nombre indica, es una "parte". La idea de un "partido único" es una contradicción en los términos tan llamativa que parece un chiste.

Nada, sin embargo, hay perfecto en la vida; nada es absoluto y la bondad de las coaliciones tampoco. Ayer se produjeron algunas coaliciones municipales (muy pocas, teniendo en cuenta que en España hay ocho mil ayuntamientos) que son al gobierno local en general lo mismo que las astracanadas al teatro. Me parece. En el pueblo al que he venido a pasar el finde, a visitar a algunos amigos cuyas fotos igual pongo mañana si les parece bien, esto es, Chiclana de la Muga (este topónimo tiene, a su vez, copyright), una coalición PP, PSA e IU ha arrebatado la alcaldía al PSOE que la ostentaba hace ventiocho años. IU aliada al PP ya es fuerte y andan los sociatas por ahí diciendo que vuelve la famosa "pinza". A su vez, esa alianza a IU tampoco puede parecerle tan mal desde el momento es que es la consecuencia lógica de su teoría de las "dos orillas": si el PSOE y el PP son lo mismo porque el PSOE se ha hecho de derechas, tanto da pactar con el uno o con el otro.

Iba a ponerme a sentar doctrina sobre estas coaliciones sui generis cuando me entero de que en Ardales, provincia de Málaga, IU arrebata la alcaldía al PSOE en alianza con dos ediles de Falange Auténtica. Concejales comunistas gobernando del bracete de otros falangistas. No sé si cuando Carrillo formuló la audaz política de "reconciliación nacional" llegó a pensar que la cosa podía ir tan lejos.

Recuérdese que junto a la bonita teoría de los pactos se decía ayer que cada pueblo es un mundo. En el caso de Ardales, hasta parece que otro mundo. El alcalde saliente, señor Pendón, llevaba veinte años en el cargo. Que los dioses me perdonen pero, ¿no son demasiados? Como los ventiocho de Chiclana. Esa tendencia de los políticos a eternizarse en los cargos sin duda es democrática pero ¿es racional? Si son los partidos los que presentan a los políticos, ¿no pueden cambiarlos cuando menos cada diez años? Éste que se ha ido, el señor Pendón, se ha ido rabiando porque pretendía añadir otros cuatro añitos en el cargo, o sea en total venticuatro sin duda prometiendo cambio. Creo que IU ha abierto expediente a los concejales joseantonianos. La verdad es que los pavos se han pasado una primavera, no ya solamente por razones éticas sino más que nada estéticas.

Desde luego, es legal, aunque no muy legítimo. Supongo que habrá algún votante de IU que se sienta un poco estafado, incluso alguno de la Falange Auténtica (el partido que fue del señor Aznar) que pensaría que votaba a favor de los herederos de la División Azul, los héroes que fueron a dar su vida contra el comunismo en los helados frentes del Este y se los encuentra hoy en infame coyunda con los herederos de Stalin. En definitiva, una reedición del pacto germano-soviético.

Recuérdese, no obstante, que estos pactos así como de farsa y licencia del alcalde castizo son una ínfima minoría en una mar océana de sano y principiado pactar.

diumenge, 17 de juny del 2007

Ayuntamientos democráticos.

Ayer se constituyeron las corporaciones locales en España; un verdadero baile de acuerdos, pactos, alianzas, a veces contra natura si eso existiera en este territorio. Nada que no sea pura política que consiste en eso, en pactar, en llegar a acuerdos, cambalache. Una gran cosa, por cierto, porque es lo que sucede cuando nadie domina a los demás y puede imponer sus condiciones. Pactar es la esencia misma de la vida. Y tiene su riesgo. A los pactistas acaban llamándolos "pasteleros" en sentido despectivo (por lo que creo que el digno gremio de pasteleros debiera protestar) y gente de poca entereza. Ciertamente, resulta mucho más hermosa la figura del vencedor indiscutible, tiene algo de mítico, de wagneriano, de superhumano en el sentido de Nietzsche. El triunfador no entra en cambalaches, pactos o transacciones, puesto que todo lo resuelve con el filo de su espada o el poder de su doctrina o ideología.

Las gentes del común vivimos vidas hechas de compromisos, de pactos y transacciones y nos gustan los políticos que viven así también porque saben que las sociedades son muy complejas, en ellas conviven gentes muy distintas, que son mosaicos abigarrados y no líneas en el vacío. Por otro lado, como cada pueblo es un mundo (en Rusia, la comunidad aldeana, se designa con la misma palabra que mundo, mir) y en algunos de ellos los pactos se han realizado con entes políticos exclusivos de la localidad, la densidad de la red de alianzas es grande y ha dado lugar a una variedad de fórmulas de duración estimada variable.

Del "pasteleo", el intercambio y el do ut des de la política municipal y (es de suponer) la no municipal, se han quejado de siempre los señoritingos de la derecha, los que, puestos a poetizar, ensalzaban la voluntad de sacrificio de la vida como milicia y otras majaderías; a estos se añaden ahora los izquierdistas fracasados y resabiados que, no siendo nada electoralmente, propugnan la abstención y encuentran atractiva la idea de romper las urnas porque, de todas formas, ellos no van a salir elegidos.

En líneas generales, el PSOE ha salido ganando, se lleva once alcaldías nuevas y pasa a regir ventitrés capitales de provincia y el PP ventidós. Menos mal que el PP ganó las municipales...

De lo que se atisba en Navarra es posible que se produzca una alianza entre los socialistas y los nacionalistas de Na-Bai. Es lo que dice querer el señor Blanco. Lo tiene fácil.

divendres, 1 de juny del 2007

Despejando el campo.

Está bien que el señor Sebastián se retire de la pugna política. No es lo suyo. No supo venir, no supo quedarse y no sabe irse. Sigue teniendo un problema de falta de conciencia de sus propias limitaciones que aun le dará más disgustos en la vida. No supo venir porque el candidato a alcalde de Madrid no puede improvisarse entre grises técnicos económicos y asesores de medios pelos, a espaldas de la opinión del conjunto de su partido y no hablemos ya de sus votantes. No supo quedarse porque la campaña electoral a la alcaldía no se hace pensando que uno es Zeus olímpico que desciende (y condesciende) a resolver milagrosamente los problemas de los ciudadanos que, por cierto, le eran bien ajenos. Y no sabe marcharse porque, cuando uno ha hecho el desairado papel que el señor Sebastián ha hecho, no se despide uno diciendo que se va "sin rencor", como si estuviera perdonando la vida al pueblo porque tuviera sobrados agravios de los que quejarse. Aquí los únicos agraviados han sido los ciudadanos madrileños que se han visto burlados en la posibilidad de una sana alternativa.

Mo obstante lo anterior, insisto en que el señor Sebastián hace bien quitándose del medio. Lo que me pregunto es si no debiera hacer lo mismo el señor Simancas. Eso de que no volverá a ser candidato en las siguientes autonómicas es muy razonable, pero ¿para qué quiere quedarse enredando en el PSM? No soy yo quién para decir a los socialistas lo que tienen que hacer, pero desde que el mundo es mundo jamás los beneficiados de lo antiguo han sido heraldos de lo nuevo, jamás han traído cambio genuino aquellos que proceden del régimen anterior. No está en la naturaleza de las cosas. Si el PSM necesita una profunda renovación, ¿van a encargar de ella a uno de los principales representantes del anterior estado de cosas?

Váyanse en buena hora los señores Simancas y Sebastián y entre gente nueva en la organización, con ideas nuevas, sin intereses creados, gente con ganas de trabajar y que de entre ella se forjen los nuevos candidatos o candidatas a la Comunidad y el Ayuntamiento de la villa y corte dentro de cuatro años.

dissabte, 19 de maig del 2007

No es privado, señor Gallardón.

Todo el establishment gallardoniano hizo ayer falange macedónica cerrada en torno a su caudillo y su honra de discreto caballero herida por el truhán sociata que, mostrando sus malos modos, pretendió vilipendiar al noble regidor y enlodar la virtud de una dama que está en la calle bajo fianza de 50 kilos. Hasta El País, en un editorial de coleguilla, llamado Golpes bajos acudía en auxilio de su hombre con exculpaciones del siguiente tenor:

"Los socialistas acusaron ayer a Gallardón de haber dado trato de favor a una imputada de la Operación Malaya. El alcalde, a través de su vicealcalde, Manuel Cobo, aportó documentos que desarmaron la denuncia. Más allá de la bronca partidista, lo cierto es que, de lo conocido hasta ahora del sumario del caso Marbella, nada permite aventurar la existencia de un trato de favor del Ayuntamiento de Madrid a los negocios de Roca en la capital. Es al juez Torres, que investiga desde hace un año la corrupción en Marbella, a quien corresponde dirimir este tipo de cuestiones. Los partidos políticos no pueden despachar tan graves acusaciones por la vía de la insinuación gratuita."
¿De qué me suena esta música? ¿No es la que se tocaba antaño siempre que alguien quería obviar la responsabilidad política llevándola a la penal? Pues sí, la misma.

El señor Sebastián que, insisto, no me gusta un pelo, y cuyo nombramiento como candidato me parece una vergüenza para la izquierda (acerca de esto pienso también postear uno de estos días, que ya estoy harto de una izquierda que dice no ser la derecha, pero se comporta como ella) ha hecho una pregunta y él y todos los ciudadanos tenemos derecho a que el señor Gallardón conteste sin pretextar inmundicias, aclarando si la tal señora Corulla, testaferro de no sé qué mangante, en libertad bajo fianza millonaria, trujamán de dudosas operaciones urbanísticas, recibió o no trato de favor del Ayuntamiento de Madrid. Dice El País que el Ayuntamiento "aportó documentos que desarmaron la denuncia". Pero lo traiciona el subconsciente, si es que los periódicos tienen subconsciente: no ha habido denuncia alguna; ha habido una pregunta y el Ayuntamiento no ha respondido sino con evasivas.

El monago acorazado de Acebes salió ayer en defensa de Gallardón con su habitual estilo agresivo, repleto de infamias, mentiras y desmanes verbales. Pero eso tampoco debe servir de nada: si el señor Gallardón no explica por qué el Ayuntamiento que preside tomó decisiones que favorecían a la señora Corulla en contra de sus propios criterios y estando él presente, tendremos todo el derecho del mundo a pensar que, grazne lo que grazne el señor Acebes, las peores sospechas serán ciertas y la trama marbellí tiene conexiones madrileñas.