divendres, 1 de juny del 2007

Despejando el campo.

Está bien que el señor Sebastián se retire de la pugna política. No es lo suyo. No supo venir, no supo quedarse y no sabe irse. Sigue teniendo un problema de falta de conciencia de sus propias limitaciones que aun le dará más disgustos en la vida. No supo venir porque el candidato a alcalde de Madrid no puede improvisarse entre grises técnicos económicos y asesores de medios pelos, a espaldas de la opinión del conjunto de su partido y no hablemos ya de sus votantes. No supo quedarse porque la campaña electoral a la alcaldía no se hace pensando que uno es Zeus olímpico que desciende (y condesciende) a resolver milagrosamente los problemas de los ciudadanos que, por cierto, le eran bien ajenos. Y no sabe marcharse porque, cuando uno ha hecho el desairado papel que el señor Sebastián ha hecho, no se despide uno diciendo que se va "sin rencor", como si estuviera perdonando la vida al pueblo porque tuviera sobrados agravios de los que quejarse. Aquí los únicos agraviados han sido los ciudadanos madrileños que se han visto burlados en la posibilidad de una sana alternativa.

Mo obstante lo anterior, insisto en que el señor Sebastián hace bien quitándose del medio. Lo que me pregunto es si no debiera hacer lo mismo el señor Simancas. Eso de que no volverá a ser candidato en las siguientes autonómicas es muy razonable, pero ¿para qué quiere quedarse enredando en el PSM? No soy yo quién para decir a los socialistas lo que tienen que hacer, pero desde que el mundo es mundo jamás los beneficiados de lo antiguo han sido heraldos de lo nuevo, jamás han traído cambio genuino aquellos que proceden del régimen anterior. No está en la naturaleza de las cosas. Si el PSM necesita una profunda renovación, ¿van a encargar de ella a uno de los principales representantes del anterior estado de cosas?

Váyanse en buena hora los señores Simancas y Sebastián y entre gente nueva en la organización, con ideas nuevas, sin intereses creados, gente con ganas de trabajar y que de entre ella se forjen los nuevos candidatos o candidatas a la Comunidad y el Ayuntamiento de la villa y corte dentro de cuatro años.