dilluns, 26 de maig del 2008

Curas y banqueros.

Escaso respiro el del Gobierno sociata. Ya están los curas otra vez en la calle, con sus obispos y cardenales por delante en pie de guerra contra todo lo que no les gusta que es mucho. Ayer, festividad del Corpus, monseñor Cañizares y monseñor Rouco Varela salieron diciendo que en este país se ataca e insulta a la Iglesia católica. Lo dicen ellos que tienen una emisora de radio exclusivamente dedicada a insultar a los demás empezando por el Gobierno, siguiendo por el alcalde de Madrid, continuando con todos los nacionalismos y terminando con el presidente del PP.

Sostienen asimismo los monseñores que en España el Gobierno y sus aledaños (espero que no el señor Bono) y en todo caso los ateos han declarado "la muerte de Dios". Valiente sinsorgada: esa la declaró Nietzsche hace mucho tiempo y antes que él los clérigos católicos, encabezados por el Gran Inquisidor que ordenó ejecutar a Cristo retornado al decir de Dostoievsky. Los ateos no pueden declarar la muerte de Dios porque para que alguien muera antes ha de haber vivido, cosa que ellos niegan enfáticamente en el caso de Dios. En cuanto a los agnósticos como un servidor el asunto nos parece irrelevante: cuando los curas demuestren fehacientemente que Dios existe veremos qué pasa con su hipotética muerte.

Todo ello no quita para que la jerarquía española vuelva por lo bravío cual acostumbra. Ese viajecito a Roma con parada y fonda en casa del embajador ante la Santa Sede, el socialista beatorro señor Vázquez la ha puesto a cien. Pero no hay que dejarse engañar. Nada en la Iglesia es casual, espontáneo o improvisado. Ese ex-abrupto indica que los obispos están echando una mano a la Cope en su lucha por imponer el dogma tridentino al PP. Están dando una patada a Rajoy en el trasero del Gobierno. Han salido a la calle porque no hay tiempo ni lugar de movilizar a la otra fuerza de choque, la Asociación de Víctimas del Terrorismo.

No me extrañaría nada que, aprovechando il risorgimento eclesial, la señora Aguirre anunciara su candidatura a la presidencia del PP. Malhaya a los ateos, masones y herejes que han usurpado el gobierno de la católica España.

La ocasión la pintan calva: ¿no es el momento de denunciar el Concordato y acabar con los vergonzosos acuerdos educativos, económicos y culturales de 1979? Por favor, que no le pregunten a la señora De la Vega, que me parece tan rendida al boato Vaticano como su conmilitón el señor Vázquez. Que lleven la iniciativa los ministros señores Moratinos y Bermejo, pero que se acabe esta situación de privilegio de una institución cuyos miembros carecen de todo respeto hacia las creencias (o no creencias) morales de sus compatriotas.

¡Ah! Y recuérdese que poner la equis en la declaración de la renta es financiar a los propietarios de la Cope.


El paso por España del señor Warren Buffett, el hombre más rico del mundo según Forbes está lleno de sana doctrina de la que es posible aprender mucho. Me gustan estos millonetis, como George Soros (quien por cierto hace el número 97 en esa lista) porque, habiendo alcanzado lo que quieren en la vida, hablan sin pelos en la lengua y, diciendo la verdad o al menos lo que piensan de verdad de las cosas, dada su experiencia, astucia y conocimiento de la realidad, suelen dar en el blanco. Asegura el señor Buffett que la culpa de la actual desaceleración o amenaza de recesión o recesión o crisis o lo que diablos sea lo que se nos viene encima la tienen los bancos.

Naturalmente los bancos que, añado yo, serán los que se beneficien de la situación en mucha mayor medida que nadie. Los bancos que han estado jugando sucio y llevándose unos beneficios astronómicos todavía hasta fines del año 2007. Algunos sí ven peligrar sus ganancias pero otros, por ejemplo los españoles, han acumulado ingentes beneficios precisamente durante la crisis o quizá a causa de ella.

Se me ocurre sin embargo que los bancos no hacen otra cosa que lo que han hecho siempre: forrarse y que por lo tanto el ataque del señor Buffett no hace plena diana. Los bancos se limitan a aprovecharse de una situación dada. Esto es, son los beneficiarios y culpables sólo de modo mediato. El desastre no tiene culpables específicos sino que es el propio sistema capitalista en su conjunto; es la globalización; es la internacionalización del capital (ya es irónico que el viejo "internacionalismo proletario" haya dejado el lugar al internacionalismo bancario); es la libertad de circulación del capital especulativo; es la falta de la más mínima regulación de los flujos de capital en el mundo entero.

La culpable del desastre es la situación misma que permite que el señor Warren Buffett, con todo lo simpatico que me cae, pueda estar en España sin impedimento alguno, dispuesto a comprar las empresas españolas más suculentas para engrosar una fortuna que ya excede de los sesenta mil millones de dólares. Cierto que el señor Buffet deja casi el 85% para fines filantrópicos, pero ¿para qué quiere más dinero esta reencarnación del "banquero anarquista"?

La primera imagen es una reproducción de una ilustración de Frantisek Kupka para la portada de la revista satírica anarquista L'assiette au beurre 1902; la segunda, la portada de un libro de George Grosz sobre La clase dominante, de 1921).

El juego de la literatura.

Las novelas de Ruiz Zafón son éxitos de ventas. Pero no éxitos de ventas a escala española sino mundial. Se venden por millones de ejemplares y encuentran eco en los más diversos medios de comunicación en los cinco continentes. Es lo que mis colegas llaman un "fenómeno sociológico" y del ciberespacio. Literario sociológico precisaría yo.

Porque la obra de Ruiz Zafón es literatura sin mezcla de ningún otro aditamento. Nada de experimental, nada de "mensaje", nada de acertijos o laberintos lingüísticos sino narraciones de intriga y misterio situadas en la Barcelona de comienzos del siglo XX, siguiendo la infalible fórmula de las novelas por entregas a lo Dickens o Alexandre Dumas a los que hay referencias en los textos. Ésta en concreto (Carlos Ruiz Zafón (2008) El juego del ángel, Barcelona, Planeta, 667 págs) se abre tomando pie en Grandes esperanzas de Dickens con cuyo héroe, Pip, se presume que tiene parecido el de la de nuestro autor al menos en sus inicios en la vida. Igualmente presentes están los scritores de folletines franceses del XIX como Eugène Sue y Paul Feval. Si el primero cosechó un gran éxito con sus Misterios de París y el segundo con sus Misterios de Londres, David Martín, el héroe de esta novela lo cosecha tempranamente en la vida con otra novela por entregas, Los misterios de Barcelona, en un estilo tan gótico como la propia obra de Ruiz Zafón y la Barcelona en que transcurren.

La novela en comentario es la segunda parte de lo que parece será una tetralogía cuya primera parte apareció hace ya algunos años (Carlos Ruiz Zafón (2001), La sombra del viento, Barcelona, Planeta, 569 págs.) Desde luego esta primera "entrega" estaba muy lograda con una complicada e interesante trama relativamente verosímil acerca del joven hijo de un librero de viejo cabe Las Ramblas, Daniel Sempere, a quien su padre inicia en el apasionante mundo del "Cementerio de los Libros Olvidados", un imponente y misterioso almacén, especie de catedral de libros extraños sito en el barrio gótico de Barcelona. Esta iniciación deja paso después a una extraordinaria narración mezcla de Bildungsroman, novela de misterios, intriga y crímenes sobre un fondo muy bien dibujado de la sociedad española, catalana, barcelonesa de los años treinta y cuarenta del siglo XX hasta el desenlace final de una historia fascinante y compleja llena de referencias literarias.

Si algún defectillo hubiera que sacar a aquella primera entrega sería la escasa verosimilitud del protagonista. La narración es en primera persona pero una primera persona que razona y habla como el autor, poseedor de una vasta cultura, y no como un chaval de dieciocho/diecinueve años.

En El juego del ángel la narración en primera persona corre a cargo de David Martín, un hijo de un veterano de la guerra de Filipinas abandonado por su esposa y asesinado a tiros por equivocación en una especie de "ajuste de cuentas" de pistoleros cuando el chaval es un crío. Posteriormente David se abre camino con las Grandes esperanzas dickensianas y cuando tiene ya conseguida cierta posición como escritor de literatura de cordel se mete en un extraño pacto con un misterioso personaje de rasgos luciferinos que lo lleva a cambiar de vida y correr insospechadas aventuras en las que pulula todo tipo de personajes desde los más bajos a las más empinados escalones de la sociedad.

Al igual que en la novela anterior ésta saca mucho partido de la ciudad Barcelona y algunos de sus barrios, el Parque Güell, Pedralbes, el barrio gótico, etc pero no me parece que tenga deuda alguna con las obras de Eduardo Mendoza como tengo oído dado que su tratamiento de los paisajes urbanos es muy diferente.

El estilo es extraordinariamente fluido y su trasfondo como de guión cinematográfico (el autor fue guionista en Hollywood) lo hace muy rápido, casi trepidante con una composición fundamentalmente paratáctica a la usanza de las novelas de detectives tipo Dashiell Hammett o Raymond Chandler. Con todo ello logra el milagro de mantener muy viva la atención del lector a lo largo de quinientas de las seiscientas y pico páginas que tiene la novela. Es el estilo de un "animal" literario casi en estado puro. Tiene genio para las metáforas: "Mientras cruzaba el Parque de la Ciudadela vi las primeras gotas golpear las hojas de los árboles y estallar sobre el camino, levantando volutas de polvo como si fuesen balas." (p. 370) "El crepúsculo reptaba sobre la ciudad y una brecha de azul y púrpura se había abierto en el cielo." (p. 402).

Esa fuerza del creador, del escritor nato se abre paso a veces en alguna diatriba en contra de los sempiternos enemigos de los literatos, los intelectuales, que tiene bastante gracia. El mefistofélico empleador del héroe, Andreas Corelli, adoctrina al héroe de esta guisa: "Un intelectual es habitualmente alguien que no se distingue precisamente por su intelecto. Se atribuye a sí mismo ese calificativo para compensar la incompetencia natural que intuye en sus capacidades." (p. 260) Y, más tarde, en uno de sus encuentros, se produce el siguiente diálogo:

-¿Cómo ha pasado la semana, Martín?

-Leyendo.

Me miró brevemente.

-Por su expresión de aburrimiento sospecho que no a don Alejandro Dumas.

-Más bien a una colección de casposos académicos y a su prosa de cemento.

-Ah, intelectuales. Y usted quería que contratase a uno. ¿Por qué será que cuanto menos tiene que decir alguien lo dice de la manera más pomposa y pedante posible? -preguntó Corelli-. ¿Será para engañar al mundo o a sí mismo?" (p. 289).

La novela recupera algunos de los personajes, circunstancias y ambientes de la primera lo que resulta muy grato y le da calado a la historia sobre todo porque se trata de los más conseguidos en ambas: la librería de los Sempere y el famoso "Cementerio de los Libros Olvidados" pero muchos de los personajes que le son propios, no todos, resultan escasamente convincentes, apenas pergeñados y estereotipados.

Sin embargo el fallo verdadero de la obra, lo que produce cierta frustración en un lector que ha devorado las nueve décimas partes de la historia sin respirar apenas son las últimas cien páginas en las que se resuelve de modo atropellado e incomprensible una trama complicadísima que se la ha ido de las manos al autor. De hecho, aunque parezca una broma, parte del encanto de esta novela con sus alambicadas ficciones reside en la pregunta que se hace uno según va leyendo acerca de qué explicaciones dará el escritor para tal acumulación de episodios extraños, paranormales o simplemente fantásticos. Ninguna. Ruiz Zafón se libra (iba a decir se "zafa") del enredo por el expeditivo procedimiento de matar a prácticamente todos los personajes de la historia en una serie de apresurados cuanto incomprensibles episodios que parecen el acto final de una sangrienta tragedia shakesperiana. Porque no sólo los mata sino que lo hace de formas tan rebuscadas que en algún caso, perdida ya la esperanza de que aquello se reconduzca a un final literariamente aceptable, al lector le entra la risa.

Es una pena pero es también relativamente irritante. Se queda uno con la sensación de que le han tomado el pelo.

diumenge, 25 de maig del 2008

Cronica de la Corte VI.

ERAN CINCO

¡Pardiez, qué fuerza de convocatoria tienen los medios de de propaganda neofranquistas! Según parece ayer se congregaron cinco personas ante la sede del PP en Génova para manifestarse en contra del señor Rajoy. Y eso que el señor Ramírez lleva días agitando desde la Cope y El Mundo para que haya una "sublevación" en contra del todavía presidente del PP. Cinco manifestantes, diez policías y treinta periodistas.

Todo el mundo dice lo mismo: que el señor Rajoy está probando ahora la medicina que él administró al Gobierno del PSOE durante cuatro años y con ayuda de esos mismos medios de traca: manifas callejeras, insultos, bronca, señoras requetepintadas dando chillidos, veteranos de la Plaza de Oriente insultando con toda grosería. Lo mismo... pero sin manifestantes.

De aquí se sigue, a mi entender, que los neofranquistas que han dominado el PP en los últimos doce años no tienen base de apoyo en el partido. Porque reunir a trescientas almas el viernes y cinco el sábado es estar más solo que la una. La oposición antirajoy no parece muy poderosa salvo en los medios afines y entre los gerifaltes aznaríes. Si en los próximos días no se presenta un candidato alternativo, ya únicamente quedará por ver cómo se da el congreso de junio, en donde la oposición al señor Rajoy sólo podrá medirse en votos en blanco o nulos.

En ese momento congresual habrá crisis y se producirán las mayores tensiones secesionistas, pero no creo se lleven a efecto porque todos saben que sería suicida para ellos. Por otro lado, quedan cuatro años hasta las próximas elecciones, cuatro años llenos de trampas en forma de sucesivas consultas electorales que, si el señor Rajoy no gana de forma rutilante (y es poco probable que lo haga), servirán para vilipendiarlo y arrastrarlo más por el lodo desde los venenosos editoriales de El Mundo y la fanfarria insultona de la COPE.

El espectáculo de unos periodistas metidos a políticos y entrando en las peleas de un partido en favor de unos y en contra de otros es un espectáculo impagable para aquilatar la calidad de ciertos medios en España, precisamente aquellos que llevan años acusando al grupo Prisa de formar una unidad con el PSOE.


LA EQUIS DE LA IGLESIA.

Mientras el obispo de Alcalá de Henares, monseñor Jesús Catalá, gimotea que "los obispos somos mileuristas" y pide que los fieles pongan la cruz en la casilla de la Iglesia en su declaración de la renta, monseñor Rouco Varela deja escrito en un libro que acaba de aparecer que "el matrimonio homosexual es la rebeldía del hombre contra sus límites biológicos", un argumento que ya habían usado los amigos del doctor Frankenstein para quitarle de la cabeza la idea de fabricar su ser humano, pues era transgredir los límites que Dios había impuesto a los hombres. Es, dice el sabio prelado "una versión moderna del querer ser como Dios Creador y no sus criaturas, de no aceptar su ley". Así que ya lo sabe el legislador, los gays que quieran casarse y todos los que defendemos su derecho a hacerlo: somos todos Luciferes, aquel que quiso ser como Dios, demonios, diablos, satanases. Por fortuna estos curas ya no tienen la tea de la hoguera, si no, no es difícil imaginar en dónde íbamos a terminar todos.

Esta obcecación, esta estólida inquina contra los homosexuales es tan profunda e intensa que gentes de ordinario razonables acaban diciendo verdaderas estupideces. Por ejemplo, es frecuente oírles (el último en decirlo ha sido el señor McCain, candidato republicano a la presidencia de los EEUU) que ellos no tienen nada contra los gays y que están de acuerdo con la igualdad de derechos, pero que su matrimonio no puede llamarse matrimonio. ¿Está claro? Los gays tienen los mismos derechos que los demás excepto el de llamar "matrimonio" a la coyunda que quieran establecer. O sea, no tienen los mismos derechos que los demás.

Una organización que está basada en una práctica antinatural como es el celibato, que deriva a comportamientos habituales de pederastia, e ignora por entero los derechos de la mitad de los seres humanos, las mujeres, pretende erigirse en referente moral sobre el ejercicio de los derechos iguales.

¿Cuál es pues la razón por la que hay que poner la x en la casilla de la declaración de la renta? ¿El respeto de la Iglesia por los derechos humanos de los gays, las mujeres, por no citar sino los casos más claros? ¿O las penurias que dicen los obispos que pasan siendo mileuristas? Dios los cría y ellos se juntan: esta gente cree que el personal es tan estúpido como piensa la señora Aguirre (quien tampoco llega a fin de mes), que dictamina de acuerdo con su propio coeficiente mental.

(La primera imagen es una foto de Brocco Lee, la segunda de rinzewind, ambas bajo licencia de Creative Commons).

La muerte de Tirofijo.

Alguna vez tenía que ser. A Tirofijo ya lo han "matado" media docena de veces en los últimos veinte años, prueba de los ardientes deseos de las autoridades colombianas de que así sea. Pero Tirofijo, también llamado Manuel Marulanda Vélez y cuyo verdadero nombre era Pedro Antonio Marín Marín siempre "resucitaba" y para probarlo se hacía fotografiar con alguna destacada personalidad; la última vez con el entonces candidato a la presidencia de la República, Andrés Pastrana. A día de hoy parece que, en efecto, cabe dar por muerto a este valetudinario guerrillero casi octogenario. De qué, será lo que haya que averiguar ahora ya que las FARC no son un prodigio de transparencia informativa y el Gobierno colombiano tampoco.

Tirofijo, un hijo de campesinos, sin apenas educación, que desempeñó diversos oficios en su adolescencia, es una metáfora de lo que ha sucedido con la izquierda revolucionaria en el mundo en el siglo XX. Se inició en la política como seguidor del partido liberal en el momento del asesinato del prócer Jorge Eliécer Gaitán en 1948 y participó activamente en el subsiguiente Bogotazo en los posteriores años llamados de la violencia, en los cuales levantó su partida propia de campesinos liberales armados y fue en donde se ganó su apodo debido a su legendaria puntería. En 1964, junto a otros dirigentes, fundó las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia como organización armada del Partido Comunista de Colombia, luego de una fusión llamadas FARC-EP (Ejército Popular)... hasta el día de hoy, de forma que Tirofijo no sólo fue el guerrillero más viejo del mundo sino que libró la guerra de guerrillas más prolongada de la historia y que, de hecho, a los cuarenta y cuatro años sigue.

Pero en este casi medio siglo todo ha cambiado mucho, tanto que resulta imposible creer que una organización armada definida como marxista-leninista vaya en serio. Pasó la fiebre de los movimientos guerrilleros en el Tercer Mundo (aunque quedan episodios en Sri Lanka, Birmania, Filipinas y otros lugares), pasaron los movimientos de liberación nacional (excepción hecha de ETA en España, al decir del señor Aznar), cayó el muro de Berlín, desaparecieron las llamadas democracias populares, se hundió la Unión Soviética...pero ahí siguen Cuba y las FARC en Colombia, como vestigios del pasado, convenientemente institucionalizadas.

El caso de Cuba es comprensible al tratarse de un Estado y de un Estado insular, que siempre es una garantía de defensa. Pero el de las FARC es más difícil de explicar. Aunque llegaron a disponer de una Zona de distensión de unos 40.000 km2 en varios municipios del sureste del País, su condición ha sido siempre la de una tropa de unos 15.000 efectivos permanentemente hostigada por las fuerzas armadas, los paramilitares y los narcotraficantes. Según parece las FARC se financian fundamentalmente del narcotráfico (con el impuesto llamado de gramaje), lo que les hace enfrentarse a otras bandas dedicadas al mismo negocio, y las extorsiones de los secuestros.

De esto se sigue que su duración e institucionalización se han hecho al precio de abandonar sus motivaciones ideológicas originarias y adaptarse a los tiempos cambiantes recurriendo a todo tipo de prácticas delictivas para sobrevivir. En la actualidad las FARC aparecen catalogadas como una organización terrorista por los Estados Unidos y la Unión Europea; otros países, especialmente latinoamericanos y organismos internacionales, como la Cruz Roja o Amnistía Internacional, se niegan a aceptar esta definición y prefieren hablar de un conflicto armado interno en Colombia o, incluso, una guerra civil, la más duradera del planeta.

A mi modesto entender no hay inconveniente en aceptar esta definición de "conflicto armado interno", que es obvia. Pero no para librar a las FARC del sambenito de organización terrorista, pues tal cosa son, sino para hacer extensiva esta consideración al Gobierno colombiano que en numerosas ocasiones, hoy todavía, recurre a procedimientos terroristas y a actividades criminales para combatir a su enemigo. La diferencia notable es que el Gobierno no afirma ser una organización revolucionaria de izquierda dedicada a combatir la injusticia social y a conseguir la emancipación de campesinos y trabajadores, mientras que las FARC sí.

Y nunca nadie por nada del mundo me hará creer que una organización que secuestra, tortura, viola, asesina a civiles indefensos, obliga a niños a servir bajo las armas, siembra el territorio de minas antipersonas y recurre al tráfico de drogas para financiarse tenga algo que ver con la izquierda, por mucho que su enemigo recurra a todos o parte de esos mismos procedimientos.

Que la tierra sea leve a Tirofijo.

(La imagen es un cuadro del colombiano Fernando Botero, llamada Masacre en Colombia, del año 2000 que se encuentra en el Museo Nacional de Colombia, Bogotá).

dissabte, 24 de maig del 2008

Crónica de la Corte V.

POLÍTICOS Y PERIODISTAS.

Los ultras del PP salieron ayer de manifa aunque esta vez en contra de los suyos, enfrente de la sede del partido en la calle Génova. Y tampoco fueron dos millones como alardeaban en los buenos viejos tiempos de manifas contra Zapatero el rompedor de España, aunque estén por ver las cantidades que dé la Comunidad Autónoma de Madrid, cuenta habida de que era una manifa en contra del señor Rajoy. A la vista habría en el momento de mayor afluencia como los doscientos cincuenta fieles oyentes de la COPE y lectores de El Mundo, periódico cuyo director acababa de pedir por las ondas una sublevación de las bases del PP en contra del candidato Rajoy, al que insultó con su habitual refinada educación, con el resultado que aquí se comenta. Y no sólo fueron pocos los asistentes a la sublevación convocada por el gurú mediático del PP sino que se trató de los habituales viejos, fanés y descangallados que repiten como loros las consignas de la COPE y El Mundo del tipo de "Traidor, devuélveme mi voto" o "Yo no voté para esto", como si se les hubiera ocurrido a ellos. Un par de cientos de estafermos, marujas y miembros del frente de senectudes. Como "sublevación" de las bases de un partido que dice contar con 800.000 afiliados no es una asistencia muy representativa y que haya de preocupar al señor Rajoy.

Luego por la tarde, en Almería, el presidente del PP, que parece crecerse en la adversidad, respondió con contundencia reclamando la autonomía de su organización frente a sus censores mediáticos, al decir que quería un partido con doce millones de votos y no con dos, en clara alusión a la audiencia de la COPE, como rápidamente captó el órgano escrito de ésta, Libertad Digital. La guerra es ya abierta y hay que reconocer que no le falta valor al señor Rajoy al enfrentarse así a unos periodistas que llevan quince años de coyunda con el PP, imponiéndole sus criterios, dictándole su línea, haciéndole el programa y siendo más papistas que el Papa y que, en su arrogancia e infinita soberbia, no le perdonarán el desplante y echarán toda la carne en el asador para sabotear lo que puedan de su presidencia. Y ello no porque crean que, de triunfar en su empeño el señor Rajoy, fuera en verdad un traidor a las esencias neofranquistas de la derecha, que no será el caso, sino porque no pueden permitir que se salga con la suya de marcar distancias con sus mentores mediáticos ya que, en el mejor estilo mafioso, el poder de estos depende de que demuestren que quien se les enfrenta lo paga. De ese modo podrán seguir presionando a los políticos conservadores con constancia digna de mejor suerte. Cuando el vendaval amaine un tanto será cuestión de hacer inventario de lealtades, duelos y quebrantos.

Esa idea que tienen algunos medios en España de que ellos, en el fondo, son Kings' makers, "hacedores de reyes" es absurda, y empeñarse en hacerla funcionar a base de dar un escarmiento en la persona del señor Rajoy sólo puede ser malo para las audiencias de los medios y para el propio PP que, si no se escinde con estos avatares, quedará muy tocado al haber dado un espectáculo de fanatismo irrelevante y sectarismo de la guardia neofranquista.

La escisión es una posibilidad cada vez más palpable y si esto es así, el PP puede despedirse del Gobierno por una temporada.

(Las imágenes son fotos de Heart Industry, bajo licencia de Creative Commons).

Coslada, ciudad sin ley.

Un lector echaba de menos hace unos días algún comentario de Palinuro sobre el episodio de Coslada. Llamativo ya es, desde luego; pero aquí no se reflejó nada por evitar la precipitación. Al fin y al cabo se trata de delitos que se imputan a las fuerzas del orden, a los encargados de vigilar por la seguridad ciudadana y de hacer cumplir la ley, a la policía municipal. Un esperpento bastante siniestro. Me pareció recomendable esperar un poco para tener mayor seguridad y todavía hoy, al día siguiente de la rueda de reconocimiento en que varias prostitutas de las que denunciaron los hechos han reconocido a algunos de los acusados, hay que hablar con prudencia para no saltarse la presunción de inocencia. Esos veintiocho acusados, desde el jefe de la policía hasta el último agente son inocentes en tanto un tribunal de justicia no diga lo contrario.

Por lo demás, el relato de los hechos que se les imputan, las reacciones del vecindario, el desarrollo de las primeras diligencias judiciales presentan un panorama gansteril, con la variante de que en esta ciudad vecina a Madrid los gangsters parecían ser los propios policías. Quienes extorsionaban a los comerciantes, dueños de bares y clubes, amparaban el proxenetismo y colaboraban con él, hacían violencia a las mujeres de alterne, se apropiaban de lo ajeno se supone que eran los agentes del orden. Se trata de esos delitos especialmente dañinos para el interés público porque afectan a la esencia misma de la tarea que el funcionario o la autoridad tiene encomendada, como cuando un juez prevarica, un cura es pederasta, un periodista calumnia, un profesor aprueba por la cara o un político mete la mano en la caja. Son comportamientos que hacen un daño añadido a la colectividad por cuanto extienden un manto de sospecha sobre cuerpos que, en su inmensa mayoría, no se la merecen.

Coslada es una ciudad de aluvión, prácticamente salida de la nada en los últimos cuarenta años en que ha pasado de tener unos 3.000 habitantes a contar con unos 85.000 de los que cerca del 18 % son inmigrantes, especialmente rumanos. Y son rumanos quienes, según se dice, estaban organizados para extorsionar a las prostitutas de acuerdo con los policías que, al parecer, además, cobraban sus favores en especie. Estos datos, es de esperar, moderarán algo los prejuicios en contra de la inmigración. En Coslada actuaba este grupo organizado de delincuentes rumanos pero parece que los verdaderamente temibles eran los policías españoles. Y cuando uno recuerda más casos de corrupción o delincuencia policial, episodios de torturas en comisarías, de muertes en cuartelillos, de contrabando y tráfico de drogas, está uno obligado a salir al paso del estereotipo "inmigrante delincuente" a base de contraponerle otro que podría también hacer fortuna de "policía delincuente" y que, sin embargo tampoco sería justo.

Lo sorprendente de esta historia, ya en sí misma sorprendente del principio al final, es que estos comportamientos de los policías puedan haberse dado a lo largo de muchos años en los que han sido de conocimiento público, con abundancia de denuncias callejeras, pintadas, y comentarios, y que nadie haya hecho nada por investigar, por atajar el desmán; que ningún político de los que han gobernado sucesivamente el ayuntamiento de esta ciudad haya ordenado apertura de expediente alguno. Un viejo dicho afirma que en la administración pública los funcionarios son los puentes y los políticos los ríos que pasan por debajo de ellos. Por lo que se ve, los puentes debían ser pasarelas de piratas y las aguas venían mansas y como idas.

En caso de que los policías municipales de Coslada hoy imputados sean declarados culpables, habrá que preguntarse si las autoridades políticas no han incurrido en algún tipo de ilícito por negligencia. Porque negligencia y mucha tiene que haber habido para permitir que un puñado de delicuentes de uniforme campe por sus respetos en la ciudad como si ésta fuera Wichita, ciudad sin ley.

(La imagen es una foto de tnarik, bajo licencia de Creative Commons.

divendres, 23 de maig del 2008

Crónica de la Corte IV.

Los rebuznos de los alcaldes.

Visto el ataque que el neofranquismo ha desatado contra el señor Rajoy empiezo a pensar que ayer me precipité declarándolo triunfador. El rebufo de la espantada de la señora San Gil fue muy notable. El señor Ortega Lara abjuró públicamente de su fe en el PP tras veintiún años de militancia; el señor Aznar, encizañador mayor del Reino, declaró estar "profundamente disgustado" por la marcha de la presidenta y el militante; el señor Rato respondió al señor Trillo, que traía un mensaje del presidente del PP que él no tenía "nada que hablar con Rajoy"; el señor De Arístegui afirmó que algo estaba haciéndose muy mal en la dirección del PP y la señora Aguirre, como si fuera la ninfa Eco, lo repitió. Mientras tanto, desde la emisora de los obispos, el señor Ramírez pedía un dos de mayo contra el señor Rajoy y los demás medios ultras, desde Libertad Digital hasta El Imparcial agitaban en contra del Rajoy y/o pedían su marcha.

Va a costar al presidente del PP aguantar las tarascadas. Por supuesto, afirmó que él tiene las ideas claras y los principios firmes, cosa que no hay por qué dudar, si bien sus adversarios en su mismo partido se preguntan qué ideas y principios. No creo que le sean de mucha ayuda las declaraciones de su aliado, señor Ruiz-Gallardón afirmando que el PP, que es de centro, tiene que ganar al PSOE el voto...¡de centro izquierda! ¿Qué más querían los neofranquistas para probar que el PP es ya un pecio a la deriva hacia el mar muerto de Prisa-PSOE?

Porque ese propósito del alcalde de Madrid, verdaderamente peligroso para las expectativas electorales del PSOE, brinda a los ultras que han tenido hasta ahora secuestrado al conjunto del PP la excusa perfecta para proceder contra el señor Rajoy sin miramientos. Para el día de hoy hay convocadas dos manifas a las puertas de Génova para atacar y defender respectivamente al señor Rajoy, un acontecimiento que recuerda el episodio de El Quijote de los vecinos de aquellos dos pueblos que salían al monte a zurrarse de lindo a cuenta del recuerdo de los rebuznos de sus dos alcaldes. Sólo que aquí no parece haya Caballero de la triste figura dispuesto a aleccionar a los belicosos aldeanos sobre la inconveniencia de ir a la guerra a tontas y a locas.

En definitiva, no va a tenerlo el señor Rajoy tan fácil como presumía yo ayer.


El virus vascón.

Afirma el señor Erkoreka, parlamentario del PNV en la Carrera de San Jerónimo, que la detención del etarra Thierry o López, como me corrige un amable lector para que no caiga en la trampa de ennoblecer a estos criminales, tampoco es para tanto y que, en definitiva, no hay por qué alardear de nada dado que estos terroristas ahora detenidos son unos mindundis. Es una reacción muy propia de los proetarras más o menos camuflados: no se atraven a lamentar en público que se haya detenido a unos potenciales asesinos y como, en el fondo, no les agrada la idea, tratan de rebajar su importancia con estos u otros razonamientos de este jaez. Sangre de pistolero, semilla de glorioso criminal. Y eso sin contar con el hecho de que no hay etarras "importantes" y "no importantes" pues todos son asesinos experimentados o en proceso de aprendizaje.

Esos tipos de razonamientos retorcidos, hipócritas, falsos, propios de gente que no se atreve a decir lo que piensa en verdad pertenecen al extraño mundo de la fábula nacionalista que parece ser infecciosa. El empeño del señor Ibarretxe de convocar una consulta en el País Vasco a ver si sus compatriotas le aprueban su idea de constituir a éste en un Estado libre asociado a España, al modo de Puerto Rico, tiene la oposición cerrada, unánime, intransigente del PP. Sin embargo, ese mismo PP gobierna en Canarias del bracete de Coalición Canaria siendo así que el presidente del archipiélago, señor Paulino Rivero, no hace diez días que pedía exactamente lo mismo para las islas, un estatuto de "Estado libre asociado". Los señores del PP tendrían que explicar con los principios en la mano cómo es posible que algo bueno en Canarias sea malo en la Península.

Más o menos lo mismo sucede con el PSOE. El señor Rodríguez Zapatero despide al señor Ibarretxe con un rotundo no a su petición de consulta y menos de veinticuatro horas después, el señor Patxi López parece haberse contagiado y pide un "un referéndum con todas las consecuencias" previo acuerdo entre partidos en el País Vasco. ¡Cáspita! pienso yo. A lo mejor el señor López (no Thierry, sino don Patxi) se ha convertido en defensor del derecho de autodeterminación, como un servidor. Pero ¿cómo es eso posible si el PSOE rechaza hoy el citado derecho con tanto denuedo como lo defendió en su día?

Seguramente no se trata de autodeterminación sino de no quedarse atrás en la pugna con el nacionalismo y de formular una propuesta tan confusa, disparatada y absurda como la del señor Ibarretxe. Que hagan lo que quieran pero espero no haya pasado inadvertido a los gobernantes que ambas propuestas tienen el mismo elemento común inadmisible, esto es, la voluntad de formularse sin que haya cesado la violencia en el País Vasco, bajo el terror de los pistoleros. Tal es la prueba de que el virus nacionalista parece haber inficionado asimismo al antaño sano señor Patxi López.

(La primera imagen es una foto de fenriquedice y la segunda de Libertinus, ambas bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 22 de maig del 2008

San Gil, deconstruida.

El referente por excelencia, el ejemplo moral, San Gil somos todos, donde esté San Gil estará el PP. Aluviones de halagos, elogios, ditirambos, apologías cayeron sobre la dirigente popular vasca mientras escenificaba una confusa oposición al señor Rajoy y a lo que se supone que el señor Rajoy representa, esto es, la moderación de la línea política del PP, su acercamiento al centro. Ayer, el episodio llegó a su final en el despacho del señor Rajoy que, al escuchar que la señora San Gil dejaba la presidencia del PP vasco y su lugar en el Parlamento, le puso puente de plata, no hizo nada para retenerla, pero convocó una rueda de prensa para decir que la señora San Gil se iba pero que él seguía apoyándola, supongo que para hacer oposiciones a técnico municipal. Cuarenta y ocho horas después, de la señora San Gil no quedarán ni las cenizas y, en lugar de alabanzas sólo se escuchará el ominoso silencio.

San Gil es la más reciente de las bajas causadas por el giro del señor Rajoy al centro. Pero aún vendrán otras. El desmoche de la vieja guardia ultra del PP, de los neofranquistas, avanza a buen paso. Doña Esperanza Aguirre y algunos otros, cada vez más aislados, son los últimos de Filipinas y no les queda otra esperanza salvo que alguno de los reaccionarios que todavía no han sido despedidos, presente una candidatura alternativa en el Congreso o el salvapatrias escenifique un retorno. Si esto no se produce, y es harto improbable que lo haga, ya está claro que Rajoy ha ganado la batalla, se ha asegurado la lealtad de los congresistas, se ha atraído al sumiso señor Ruiz Gallardón, cuyo plan de sustituir al jefe es bien claro, mantiene firme y unido al partido y, sobre todo, controla los mecanismos de prebendas y nombramientos que son los que operan a la hora de ver quién está con unos o con otros. El viejo ¿qué hay de lo mío, jefe?

Los neofranquistas siguen conspirando como posesos para tratar de echar al señor Rajoy y volver a secuestrar al gran partido de la derecha poniéndolo al servicio de sus consignas sectarias, carcundas y "ultraliberales". El "frente anti-Rajoy" acaudillado por la COPE y El Mundo propugna un liderazgo del partido presidido por la señora Aguirre o el señor Vidal Quadras, o Mayor Oreja, etc, cualquiera con tal de que no sea el señor Rajoy que, dicen, está entregando el PP al grupo Prisa y, además, sea lo suficientemente reaccionario; o sea, mucho.

Hay ya quien habla de escisiones en el PP pero eso me parece improbable, aunque no imposible, por cierto. Improbable porque si los neofranquistas, los persas al estilo aznarí se escindieran sólo podrían formar un partido de derecha extrema al que no votarían ni sus militantes.

También hay quien dice que los políticos rebeldes del PP pueden pedir el ingreso en el partido UPyD de la señora Díez. Lo que tampoco me parece probable. La señora Díez no es nadie y no ha dado pruebas sino de un temple político de alfeñique, sólo orientado a asegurar su carrera personal. No veo ahí a los persas, sobre todo, recordando que la señora Díez dice que ella es de izquierda. Es fantástico: hasta la derecha dice que es de izquierda. Pero los sincomplejos no van a entrar en tan confusa amalgama. Antes bien, creo que seguirán en el PP, obstaculizando los propósitos centristas del partido y esperando una ocasión propicia para dar puerta al señor Rajoy. Pero para cuando crean que pueden hacerlo, el señor Ruiz Gallardón los habrá madrugado.

(La imagen es una foto de Sagabardón, bajo licencia de Creative Commons).

Balance y proyectos.

Acaba de salir el número de primavera de la revista Trasversales cuyo apartado "cercanías" viene dedicado a analizar la pasada legislatura y a proponer distintas agendas de la izquierda. En La nueva etapa política Carlos Artola reflexiona sobre el fracaso de la derecha el nueve de marzo y la subrepresentación de la izquierda (IU en especial) a causa del sistema electoral; cree que el segundo mandato del señor Rodríguez Zapatero se caracterizará por cierta ambigüedad política y propone una agenda de izquierda que mire a las respuestas a la inminente crisis económica, la reforma de la administración pública (que, por cierto, ya está en marcha), un modelo de crecimiento sostenible, el laicismo, el aborto, la eutanasia y una nueva regulación de la inmigración. Algo básicamente compartido por Enrique del Olmo en La legislatura 2008-2012 en donde también plantea la cuestión de que la derecha haya sabido desactivar en parte la legislación social del mandato anterior así como una reforma "federalizante" del Senado; cosa que no me parece mal, aunque pienso que lo mejor que podemos hacer con esa cámara es abolirla. ¿Por qué hemos de respetar el parlamento bicameral? En Una democracia devaluada José Luis Redondo propone una reforma de la ley electoral anclada en dos puntos esenciales: subir a 400 los diputados en el Parlamento y dejar en uno los escaños asignados automáticamente a cada provincia, una reforma muy sensata que no creo acepte el PP.

En la sección "Travesía" hay varios artículos dedicados al tema candente del laicismo y el ateísmo. En un Comentario sobre el Concordato José Luis Redondo pide su denuncia y Luis M. Sáez en un trabajo sobre La religión como política que me ha parecido sucinto y brillante enumera las lacras religiosas que hemos de erradicar: oscurantismo, autoritarismo, patriarcalismo, sexofobia y homofobia. Estoy de acuerdo.

La sección "Espacios" contiene un artículo de José M. Roca sobre el Irak que es un país destrozado en el que la llamada victoria de los gringos está cada vez más lejos. Actualizo los datos de Roca que señala que si al principio de la guerra el barril de Brent estaba a 30 dólares, al escribir él estaba a 103 y al hacerlo yo ahora a 134. David Casacuberta publica un buen Decálogo para construir innovación desde la internet activista en el que hay diez opiniones que comparto sobre ideología de la tecnología, los "hackers", el software libre, etc. Especial interés me ha suscitado su propuesta de reformar la normativa sobre propiedad intelectual, en especial en lo referente a la protección de imágenes, que está anticuada.

Mención aparte merecen tres artículos sobre cuestiones de feminismo, de mucha utilidad. El estudio de María Luisa Montero García-Celay sobre La mujer o las mujeres contiene información importante sobre el feminismo y dirime la cuestión de si decir "la mujer" o "las mujeres" optando por la última fórmula por razones no esencialistas que suscribo. También suscribo su muy audaz criterio de que la desigualdad de género es el origen de todas las demás desigualdades.

Trae la revista dos trabajos, uno de Beatriz Gimeno y otro de Cristina Garaizabal sobre el peliagudo asunto de la prostitución desde la perspectiva feminista. Gimeno, que es abolicionista, reconoce que esta cuestión divide al feminismo en dos campos agriamente enfrentados de los que llega a decir que ni se escuchan. Con todos mis respetos, después de leer atentamente su magnífico trabajo en pro de la abolición de la prostitución y el de Garaizabal en pro de su regulación y, por lo tanto, mantenimiento, me resulta más convincente el segundo y espero que no se atribuya ello a mi condición masculina, sino a que las razones de Garaizabal me resultan más realistas y convincentes, aunque peor expuestas que las de su interlocutora. Por lo demás, sospecho que quienes hablan de "abolición" saben que ese término no es adecuado pero lo usan para no tener que emplear el que verdaderamente traduce sus intenciones que es "prohibición" y que no emplean porque son varias las experiencias en la historia que prueban que la prohibición legal de ciertos comportamientos o fenómenos no sirve para nada sino para fomentarlos, hacerlos más inseguros y más injustos. La "ley seca" no pudo con el alcohol en los Estados Unidos. La prohibición de los partidos políticos durante el franquismo no consiguió eliminarlos, como la persecución penal de la homosexualidad en aquel régimen estúpido y tiránico tampoco la eliminó.

En fin, felicito a los amigos de Transversales por el nuevo número.

dimecres, 21 de maig del 2008

Esquizofrenia vasca.

Por fin bajó el indómito vascón, propulsado por el último bombazo de ETA contra la oligarquía vasca (sí señor, a ver si se enteran esos capitalistas de una vez, que son tan capitalistas que parecen españoles) a colocar al señor Rodríguez Zapatero su originalísimo plan para llegar a la independentzia de Euskal Herria a través del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. (Bueno, si no gustan Vds. de Puerto Rico que al fin y al cabo son inferiores del tercer mundo, tengo los casos de Escocia, Flandes y Quebec, todos ellos racialmente fetén).

En Madrid estábale esperando el señor Rodríguez Zapatero armado con un constitucional NO y la legalidad vigente. (¿Armado? Enrocado, pardiez, en la legislación española vigente. Qué vergüenza: querer aplicarnos a los vascos las mismas leyes que a los andaluces o los extremeños y no pretendo ofender a nadie...). En La Moncloa el presidente del Gobierno explicó también al lehendakari que, si quiere traca, que convoque elecciones, a ver qué pasa y, en el ínterin que traslade al colegio cardenalicio del PNV su malestar por la moción del Parlamento vasco acusando al Gobierno de "amparar" las torturas a los gudaris. (Y me quedé corto: tenía que haberle dicho que es de vergüenza que traten de salvar sus traseros aprobando mociones gratas a los terroristas para que no los asesinen.

Volvióse pues el jelkide por do había venido con agravios suficientes para movilizar a la sana opinión de "este pueblo" a quien se niegan sus derechos de forma arbitraria. (Ahora se van a enterar los españoles: unas buenas elecciones anticipadas sobre el "derecho a decidir" de los vascos, vilmente pisoteado por los amigos de las víctimas de los gudaris. Habráse visto.)

De vuelta a casa, la eficacísima policía francesa, con ayuda de la Guarda Civil, detuvo al presunto cabecilla de ETA, un tal Thierry, y tres presuntos asesinos más, uno de los cuales había sido cargo representativo de Batasuna en esa esquizofrénica navette que hay en el País Vasco entre asesinos armados y asesinos desarmados (siempre presuntos, claro es), en esa pintoresca ósmosis de pistoleros de este o aquel lado de la frontera de la ley, muchas veces pasando por la sacristía para cambiarse de atuendo. (¡Bah! Un golpe transitorio a las ansias de libertad de "este pueblo". Por cada Thierry caído habrá veinte que ocuparán su lugar; por cada etasuno encarcelado, cincuenta saldrán empuñando la parabellum o la credencial, según convenga.)

Como gustéis. De momento, los presuntos pistoleros en el trullo y los presuntos soberanistas a convocar elecciones autonómicas en el País Vasco por haber tratado de saltarse el límite legal que impone la sana leyenda del arbol malato. Que no sé yo si, con la falta de operatividad que mostrará ETA en los próximos meses, con su presunto cerebro (es un decir) en chirona, se estarán dando las condiciones para que "este pueblo" sepa cómo debe votar al amor de la lumbre de un buen bombazo de vez en cuando.

El filo de la navaja.

En el momento de entrar en las primarias de Kentucky y Oregon, los datos de delegados de los dos contendientes demócratas (ya que el republicano carece de interés porque va él solo) eran los siguientes: Mr. Obama: 1.913 delegados, el 94,4% de los 2.025 necesarios para ganar. Mrs. Clinton: 1.715, 84,6% de los mismos 2.025.

En el momento de escribir este post ya son firmes los resultados de Kentucky: 10 delegados para el señor Obama y 33 para la señora Clinton que ha ganado en el Bluegrass State. En Oregon, que va más retrasado por la diferencia horaria, con el 16% de votantes escrutado, el señor Obama lleva el 62% y la señora Clinton el 38% lo que quiere decir que (si se mantienen estos datos) le corresponderán, más o menos, 32 delegados a Mr. Obama y 20 a Mrs. Clinton. Sumando totales, Obama: 1.955 delegados y Clinton 1.768.

Así pues, al senador por Illinois le faltan 70 delegados para llegar a los 2.025 y a la senadora por Nueva York, 257. Esto quiere decir que a Obama le faltan 70 delegados para llegar a los 2.025 mientras que Clinton necesita 257. Dado que los delegados que quedan por distribuir correspondientes a Puerto Rico, Montana y Dakota del Sur son 86, aunque la señora Clinton los ganara todos (cosa prácticamente imposible) no alcanzaría los 2.025, mientras que el señor Obama podría conseguirlo, aunque seguramente también le faltará un puñado. Por eso, cuando se conozcan los resultados definitivos, Mr. Obama querrá proclamarse vencedor moral y la señora Clinton seguirá diciendo que hay que contabilizar el voto popular y no tanto el número de delegados, dado que ninguno de ellos llega a los 2.025 y que, por tanto, tendrán que echar mano de los superdelegados.

Resultado: habrá pugna hasta la convención demócrata del verano. Esto está que arde. Interesante pugna entre una mujer y un hombre negro por la presidencia de los EEUU, el país más poderoso de la tierra. Estos progres es que no tienen remedio

¿Existe la perversión?

No estoy dispuesto a perderme una sola peli de Claude Chabrol, ese genio retratista de los valores eternos de la Francia provinciana y fuimos a ver la última, La chica cortada en dos que es magnífica desde los títulos de crédito a la foto fija final, que me hizo click en la memoria y me puso a pensar en la última de Jean Pierre Leaud en Los cuatrocientos golpes pues los viejos soldados nunca mueren y los de la nouvelle vage tampoco.

Todo me parece magnífico en este film, la dirección elegantísima, el guión perfecto, las interpretaciones llenas de matices, la fotografía estupenda. Todo. Tiene ritmo, fuerza, interés. Y es muy francesa, soit dit en passant, porque sólo los franceses se atreven a sacar a los personajes fumando en un alarde de "excepción cultural" que no sé si será muy conveniente desde el punto de vista de las campañas antitabáquicas en marcha pero, cuando menos, no es hipócrita.

Hay una cuestión en la película que, según como se mire, resulta magistral o es un miserable fracaso. Se trata de un asunto de fondo o contenido. Veamos. La historia está tomada de un hecho real, un crimen que se produjo en Nueva York, en 1906, cuyos protagonistas fueron el entonces célebre arquitecto Stanford White, en la cumbre de su carrera, una hermosa actriz de cine mudo en sus comienzos, Evelyn Nesbit, y un rico heredero de una familia de millonetis de Pittsburgh, Harry K. Thaw. Chabrol actualiza las circunstancias, lleva la acción a Lyon (se quiera o no, una ciudad de provincias; este aspecto del provincianismo está soberbiamente tratado en la peli porque ni se nota), cambia las profesiones del triángulo, el escenario del crimen, sus antecedentes y consecuentes. Pero la historia es básicamente la misma que se produjo a comienzos del siglo XX. Ya se hizo una peli en su día La chica del columpio carmesí (1955), a cargo de Richard Fleischer, con Ray Milland de Stanford White y Joan Collins de Evelyn Nisbet que seguía fielmente el guión del hecho real y presentaba una jovencita Nisbet efectivamente dividida en dos entre los dos hombres, el arquitecto, que le sacaba treinta años y el millonetis algo mayor que ella pero no tanto como el primero. También en esta película se planteaba el problema moral, que se resolvía más o menos como se había resuelto en la vida real.

El problema moral aludido que me limito a enunciar en abstracto para no estropear a nadie el interés de la peli es el del alcance del concepto de perversión aplicado a las relaciones sexuales; perversión, depravación, degeneración..., lo que se quiera. Mi tesis es que ese concepto es radicalmente inadmisible, que es falso, que no existe la llamada perversión sexual cuando las relaciones que puedan considerarse "perversas" o "pervertidas" se dan entre adultos que las consienten libremente. Si aceptamos que hay conductas perversas estamos abriendo la puerta a cualquier tipo de censura y ésta acaba siempre por meternos a todos en la cárcel. El DRAE, haciendo honor a la ideología reaccionaria, convencional, clerical y oscurantista que anima sus páginas, dice que pervertir es 1) "Viciar con malas doctrinas o ejemplos las costumbres, la fe, el gusto, etc." y 2) "Perturbar el orden o estado de las cosas." Vaya por la 2) que, aunque insatisfactoria, cuando menos no mete juicios morales de rondón. Pero la primera definición sólo puede satisfacer a los roucovarelas: ¿qué es eso de las "malas doctrinas o ejemplos"? ¿Quién decide que son "malas"? ¿Qué diantres significa "viciar las costumbres o el gusto"? De la fe ya no hablo porque no la practico y me trae al pairo. Esa definición no es más que un conjunto de memeces para que cualquier trastornado se sienta con derecho a censurar y coartar la libertad de las personas y, además, en un terreno de estricta intimidad. En mi opinión sólo cabe hablar de "perversión" si alguno de los participantes en las relaciones sexuales de que se trate es menor o, siendo adulto, no las practica con su libre consentimiento.

Tanto en la historia real como en la peli de Fleischer se dio a entender que hubiera podido faltar el requisito del libre consentimiento, en cuyo caso, quizá cupiera hablar de perversión, aunque, ciertamente, para que el comportamiento pueda ser castigado penalmente tendrá que ser tipificado de otra forma.

Pero en esta peli queda fuera de duda que los comportamientos son libremente consentidos por todas partes. En consecuencia, y esta es mi duda, si Chabrol presenta el asunto como lo presenta señalando que es el resultado de la mentalidad estrecha y retrógrada, hipócrita y farisea de la burguesía de provincias, de acuerdo. Si lo hace por convicción propia, no lo encuentro admisible. Pero mi admiración por Chabrol me induce a pensar que va por la primera línea. Estoy convencido de ello. Fascinante, por cierto, el cierre de relaciones de la jovencita cortada en dos con su suegra y que reproduce al pie de la letra lo que le sucedió a Evelyn Nisbet con la familia de su marido.

dimarts, 20 de maig del 2008

El guirigay del PP.

Quién dice que no existe la opinión pública? ¿Quién que no se da el ámbito de lo que Habermas llama la esfera de lo público? Seguramente los mismos que asentían cuando la señora Thatcher decía aquella barbaridad de que "la sociedad no existe". Aunque sólo fuera por la parte de las sociedades anónimas esta señora debiera aprender a sofrenar la lengua. Igual que la señora Aguirre en España que aún no ha entendido que si causa problemas, al decir del señor Fraga, es por su locuacidad. Y tan no lo ha entendido que le ha pedido explicaciones al León de Villalba y anda por ahí diciendo que a ver quién reparte aquí carnets de buenos y malos.

De repente todo el mundo se ha puesto a hablar en el PP y el ámbito de lo público parece una tertulia de la derecha. En las últimas horas se han pronunciado sobre la situación interna del partido, además de la locuaz señora Aguirre, el señor Aznar, el señor Rajoy, la señora San Gil, el señor Ruiz Gallardón y eso sin contar con la legión de periodistas y tertulianos que, como hoplitas en la guerra del Peloponeso combaten en el bando de unos o en el de otros. Si alguna vez alguien dijo que en los partidos los trapos sucios se lavan en casa, ya no debe de acordarse. Está claro que los trapos sucios se lavan al aire libre, donde cada cual sienta su doctrina.

El señor Ruiz Gallardón ha venido abanderando la causa del centro sosteniendo que sólo el centro permite ganar elecciones y aduciendo el a mi entender falaz argumento de que los ocho años del Gobierno de Aznar son la prueba de ello. No es de extrañar que, si cree que los ocho años aznarinos fueron de centro, propugne ahora como candidato al Vicepresidente de aquellos años, señor Rajoy. Pero es que, responden los sectores más bravíos de la derecha "sin complejos" (que es como se llama hoy a la derecha extrema) los ocho años de Aznar no fueron de gobierno de centro; el centro es el blandengue señor Rajoy, con él que llevan dos elecciones perdidas.

Es obvio, el debate de los principios se hace, como los combates singulares medievales, entre dos únicos guerreros. Por el centro tenemos ya en el palenque al señor Rajoy; falta saber quién vendrá por los "sin complejos" y ahí puede haber sorpresas que está el patio muy revuelto. Hasta se dice que en el día de hoy habrá parto de los montes y unos difusos conspiradores darán a conocer a un candidato alternativo al señor Rajoy.

Puede que sí, puede que no. También algunos enfervorizados seguidores de la señora Aguirre el otro día abucheaban al señor Ruiz Gallardón y a Rajoy y hasta al señor Fraga (o tempora, o mores!), que ya es abuchear símbolos sacros. Y no sólo abucheaban a la derecha "acomplejada" sino que pedían que la señora Aguirre creara otro partido, o sea, en castellano más castizo, que levantara una partida. No sé cómo estarán los ánimos para el fraccionamiento del PP. Sería raro: las desventajas son demasiado evidentes.

Que el guirigay es majestuoso se observa leyendo con atención las declaraciones de la señora Aguirre para quien no es de recibo que desde otras instancias partidistas y mediáticas esté tratándose de imponer una determinada voluntad al PP. Que es exatamente lo que está haciendo ella, no tanto en las instancias partidistas como en las mediáticas, pues son sus emisoras y periódicos los que enarbolan su causa y pretenden deshacerse del señor Rajoy con los exquisitos modales que los caracterizan: a patadas.

Por último, el Presidente de Honor del partido ha desgranado media docenas de sus habituales vaciedades pero con cizaña dentro y metralla para el señor Rajoy a quien sólo le ocurre decir que hay que mover el partido; y se lo dice a los inmovilistas. Buen ojo, sí señor.

(La imagen es una foto de lademocracia.es, bajo licencia de Creative Commons).


Nadie quiere a los inmigrantes.

Los emigrantes lo tienen crudo en todas partes. Por si el hecho de la emigración por razones políticas, económicas, o las dos al tiempo, no fuera suficientemente angustioso y si los trayectos que los emigrantes han de hacer no estuvieran sembrados de riesgos y peligros, la acogida que los países receptores suelen brindarles todavía es peor. El hecho de que, en un momento u otro de sus historias todos los países hayan tenido que pasar por el amargo trance de la emigración no hace a sus poblaciones más sensibles, acogedoras o receptivas a los afuereños. Al contrario, parece como si el haber sido víctima de alguna injusticia en el pasado predispusiera a los pueblos que la sufrieron a infligírsela ahora a otros. El ejemplo canónico hoy día son los israelíes: los decendientes de quienes sobrevivieron a los campos de exterminio son quienes hoy abanderan el exterminio de los palestinos.

En Sudáfrica llevamos ya cerca de dos semanas de disturbios en los arrabales de Johannesburg en los que la población nativa (negra) en multitud persigue por las calles a los extranjeros (también negros, pero de Zimbabwe, de Mozambique, de Malawi, etc), los apalean, ocasionalmente los descuartizan, los queman vivos, violan a sus mujeres, derriban sus casas y roban sus pertenencias porque, dicen, ellos, los extranjeros, roban sus tierras, sus trabajos y hasta sus mujeres.

Pequeño interludio: los blancos somos racistas pero los negros también, tanto como los blancos o más, si cabe. Que cabe. Al día de hoy ningún extranjero que no hable alguna de las lenguas sudafricanas (y tampoco sirven las minoritarias) puede circular con seguridad por las calles de las townships de Alexandra, Cleveland, etc porque las patrullas armadas vigilan y cuando se tropiezan un viandante le piden que recite un pequeño párrafo en una lengua sudafricana y si no es capaz o no quiere, puede morir asesinado allí mismo. Eso es racismo, no de razas, puesto que no se distinguen, ni de religiones que son indiferentes; es racismo de lenguas. Pero racismo: identificar al "otro", al "extranjero", para masacrarlo ya que representa un peligro para nuestra seguridad, nuestro trabajo, nuestras familias, etc. Los negros pobres de los arrabales de Johannesburg creen que los tres millones de gentes venidas de Zimbawe, expulsadas por la guerra y la crisis económica, representan una competencia peligrosa por las oportunidades vitales y, por lo tanto, tratan de acabar con ellos.

Así que ya puede decir el obispo Desmond Tutu que los sudafricanos deben acordarse del Apartheid que no está tan alejado o la señora Winnie Mandela pedir perdón a "nuestros hermanos africanos". Todo eso es inútil. El Gobierno tiene que intervenir e impedir esta masacre. Pero lo que hará será salvar a los extranjeros expulsándolos de la República Sudafricana.

Que es exactamente lo que quiere hacer Italia con los rumanos gitanos que tiene en su territorio (unos 120.000), algunos concentrados en campos, como el de Castel Romano (900 personas) y Castilino (1400) cerca de Roma, o los de Nápoles. Los de Nápoles ya han sido objeto de ataques de napolitanos. Por supuesto, no tan bestias como los de la Unión Sudafricana pues ya se sabe que los europeos somos civilizados, a diferencia de los negros, y en vez de quemar viva a la gente, la apaleamos o la colgamos. Pero el hecho es que el gobierno del señor Berlusconi está preparando medidas de expulsión y de consideración de la inmigración ilegal como delito, para poder ser más expeditivo en la expulsión. El ministro del Interior, signore Maroni, insiste en que pedirá al Consejo de Ministros que se considere delito la inmigración ilegal y que, además, ello se haga por vía de decreto-ley, es decir, a toda pastilla. Ese Gobierno que ha dicho "basta" al Gobierno español por boca de su ministro de Exteriores, signore Frattini, argumentando que el Gobierno español todavía es más duro. No lo sé, quizá sí. Pero vaya argumento.

En Italia se está siendo consecuente con el contenido de la nueva directiva de la Unión Europea sobre inmigración, cuya votación está aplazada, que también endurece las medidas represivas de la inmigración en Europa con plazos de internamiento tan generosos que parecen de campos de concentración. Pero los italianos, especialmente los de Nápoles, Sicilia y el Mezzogiorno en general han olvidado ya los tiempos en que eran ellos quienes emigraban en busca de una vida mejor, como hacen ahora los africanos, y esperaban una recepción humana y no una persecución. Entonces la emigración les parecía un derecho; ahora les parece un abuso.

No es la hora de inmigración en ninguna parte. Hasta en la civilizadísima Suecia pintan bastos para los desplazamientos masivos. En el país nórdico los que "amenazan" a los autóctonos son los bálticos. Una reciente encuesta pronostica que el partido de extrema derecha, Sverigedemokraterna (SD, demócratas de Secia) puede llegar al 4% del voto (barrera legal para entrar en el Parlamento) en las próxima elecciones, esto es, el partido que pide terminar con la inmigración. Y si todavía nadie sabe en Italia de qué qué país vienen muchos gitanos porque algunos tienen pasaporte de la hoy extinta Federación de Yugoslavia, en el caso de los bálticos, los tres países son tan miembros de la Unión Europea como Suecia, por tanto tienen derecho a quedarse en el país escandinavo. Pero también van a empezar a tenerlo crudo.

La emigración es un fenómeno global. El mundo está en marcha. Pararlo es imposible.


(La imagen es una foto de Carles Ríos, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 19 de maig del 2008

Animando la fiesta.

Hasta los mejores momentos tienen un lado oscuro. Estábamos todos felicitándonos por el éxito del segundo acto de homenaje a las víctimas del terrorismo convocado por el Parlamento de Vitoria en el Kursaal de San Sebastián en el que tomaron la palabra algunas víctimas, entre ellas un guardia civil, para reclamar a la sociedad una deslegitimación activa del terrorismo cuando, a la media noche, previo aviso al DYA, ETA hizo explosionar una bomba en Getxo, en pleno corazón de esparcimiento de la patronal vasca.

Parecía que Euskadi fuera humanizándose algo más al rendir tributo a las personas asesinadas por el fanatismo nacionalista vasco (y también a las asesinadas por el terrorismo parapolicial español), al hacer que las víctimas, tantos años olvidadas, menospreciadas, cuando no vituperadas, ocuparan el primer plano de la noticia, cuando los pistoleros habituales decidieron arrebatárselo de nuevo para ponerse ellos en su lugar. La estupidez carga contra el dolor y pretende infligir una segunda muerte a las víctimas.

Faltaron los de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, siempre tan beligerantes con todo lo que no se les ocurra a ellos y su rama vasca, Covite y faltó asimismo el PP, en ruptura lamentable de la unidad democrática. Pero quienes no faltaron en su peculiar estilo, al amparo de la nocturnidad, fueron los terroristas a dar el zambombazo que pusiera digno colofón al acto en comentario.

Algunos oradores en el emotivo acto hicieron contundente balance de lo que la sociedad vasca ha avanzado en los últimos tres, cinco, diez años cuando, según dijo una oradora, aquella ceremonia se hubiera tildado de "provocación". Efectivamente, ¿quién dijo que así como hay un progreso material de la especia no lo hay moral? Bien claro está en este acto de homenaje que hace años no hubiera podido celebrarse y ahora se hace con solemnidad y a la luz pública. Pero como en todas partes hay excepciones, los terroristas se encargaron de mostrar que, además de progreso, hay también regreso moral. Regreso a la barbarie de la intimidación.

La bomba no fue solamente un epílogo al acto de homenaje a las víctimas (en especial al guardia civil Juan Manuel Piñuel, asesinado en Legutiano hace tres días) sino también un prólogo a la entrevista que mañana celebrarán en La Moncloa el lehendakari señor Ibarretxe y el presidente del Gobierno, señor Rodríguez Zapatero. Porque, aunque el señor Ibarretxe insista cuanto puede en que no acepta que sea ETA quien nos dé permiso a Zapatero y a mí para negociar, lo cierto es que se presenta en La Moncloa propulsado por la onda expansiva de la bomba de Getxo.

Y se presenta ¿a qué? Mucho me temo que a dejar constancia una vez más de que "Madrid" hace oídos sordos al sentir mayoritario de "este pueblo". Él afirma en la entrevista que trae hoy Público (citada también unos renglones más arriba) que viene abierto a todas las posibilidades. Pero eso es un decir. No hay más posibilidad que una consulta referendaria en los términos que él propone... En principio, como señaló hace unos días el señor Urkullu, un Choque de locomotoras, que ya es hipérbole comparar a los señores Rodríguez Zapatero e Ibarretxe con sendas locomotoras.

Y, sin embargo, si los dos mandatorios quisieran, podría conseguirse una vía de fácil consenso perfectamente ordinaria, normal y a la catalana: reforma del Estatuto de Gernika y consulta posterior en referéndum a la sociedad vasca. Se hace la consulta para que los vascos decidan, como quiere el señor Ibarretxe, y se hace en el marco de la Constitución.

Pero me temo que una solución así produciría un sarpullido al señor Egibar y sus amigos soberanistas.

(La imagen (el Parlamento vasco en el momento de aprobar el llamado "Plan Ibarretxe" en septiembre de 2007) es una foto de Digital Owl, bajo licencia de Creative Commons).

La salud de la teoría de la democracia.

Se me había pasado este interesante libro de Philip Resnick (La democracia del siglo XXI, Anthropos, Barcelona, 2007, 191 págs) que comento ahora, antes de que se me haga tarde.

Resnick se cuenta entre el plantel de importantes nombres en filosofía y teoría política que ha dado Canadá en los últimos años, a los que también se suman, aunque en otras perspectivas, gente como Will Kymlicka o Charles Taylor entre otros. Especializado en teoría de la democracia, con singular atención a sus raíces griegas, es la suya una visión normativa de centro izquierda como él mismo reconoce (p. 50), socialdemócrata, en permanente diálogo con las otras perspectivas actuales como la liberal o la comunitarista.

La obra en comentario es una recopilación de trabajos académicos publicados en la segunda mitad de los años noventa y primeros cinco del siglo XXI con lo que se hace justicia al título, y se divide en tres apartados: a) la democracia global; b) participación y sociedad civil; y c) nacionalismo, cosmopolitismo y retos de la teoría política democrática. Efectivamente, algunos de los puntos esenciales del debate teórico político sobre democracia en la actualidad.

En el primer apartado (tres capítulos), Resnick pasa revista a las cuestiones que se plantean a la teoría política de la democracia en la época de la globalización. Tiene aquí un primer contacto con las concepciones cosmopolitas de David Held a quien, sospecho, mira con cierto escepticismo por considerar sus propuestas en el campo de lo útópico (p. 55) si bien cuando le corresponde a él hacerlas respecto a lo que serían las estructuras institucionales de una hipotética democracia global no me parece que vaya más allá (p. 71). Sí tiene, desde luego, capacidad sintética cuando afirma que dos de los problemas esenciales al hacer una propuesta de democracia global son: los problemas de la definición étnica del demos, un cuestión peliaguda que abordará luego en la tercera parte al hablar del nacionalismo y el de las identidades religiosas, cuestión no menos peliaguda y que no aborda más tarde. En todo caso, me gusta su elegante formulación de los elementos griegos trasladados a la posible democracia global: la isonomía (o igualdad ante la ley), la isegoría (o igualdad de acceso al ágora) y la isomoiría (o igualdad de condiciones económicas) que se ajustan al tiempo en que vivimos siendo la manifestación de la tercera el Estado del bienestar cuya máxima formulación, piensa Resnick, se dio en el consenso socialdemócrata de la guerra fría en Europa.

La segunda parte tercia en la polémica sobre democracia participativa y sociedad civil hoy. Luego de reconocer el interés de la distinción ilustrada entre la libertad de los antiguos y la de los modernos, Resnick se aferra a la conveniencia de impulsar la participación democrática. Admite que la democracia directa tiene pocas posibilidades en el Estado moderno (no hace ni mención a las posibilidades del ciberespacio, lo que no deja de ser curioso) pero sostiene que no está muerta, como se comprueba con el activismo político social en los Estados Unidos y Europa desde los años setenta hasta hoy (P. 89). Detecta el autor una serie de consultas populares producida en los años noventa en Europa y Canadá (en Dinamarca contra Maastricht en 1992, en Francia en el mismo año, en Suiza en contra de la Unión Europea, en el Canadá en 1992 en contra del acuerdo de Charlottetown, en Italia en 1993 para cambiar el sistema político) a los que llama "plebiscitos antipolíticos" que le parecen llenos de promesas para la participación de la gente en el futuro en contra de la política tradicional (p. 95). Termina esta segunda parte con una consideración ambivalente de la reaparición del concepto de la "sociedad civil" en Europa. Fue decisivo en su opinión en el hundimiento del comunismo cuando lo invocaron gentes como Michnik o Havel (p. 104) pero entiende que los teóricos occidentales han acabado hipostasiándolo para predicarlo a los países del Tercer Mundo un poco en la línea del imperialismo conceptual que llevaba la famosa teoría de la modernización (p. 113), un ingenioso punto de vista que el autor reconoce honradamente que se le había ocurrido a otra persona que cita.

La tercera parte aborda los temas de la democracia, nacionalismo y cosmopolitismo con una última referencia a Hobbes. Su posición es ecléctica: así como hoy el nacionalismo y la democracia comparten el mismo supuesto (la soberanía popular) y van en buena medida de consuno, tanto si se trata del nacionalismo "político" a la francesa como del "cultural" a la alemana, también hay una complementariedad entre el nacionalismo y el cosmopolitismo: "Para decirlo de otro modo, es preservando nuestras identidades locales y nacionales como identidades primarias, más que borrándolas, como tendremos una modesta posibilidad de llegar a realizar algo del ideal cosmopolita." (p. 147). No dejo sin señalar que Resnick cita con aprobación la idea crítica de Pierre Bourdieu de que lo que llamamos "globalización" es un nombre para enmascarar en buena medida la política hegemónica de los Estados Unidos (p.141).

El último capítulo A la sombra de Hobbes hace una brillante síntesis del pensamiento del filósofo inglés y le contrapone una de cosecha propia que debe entenderse como una propuesta programática normativa. Según Resnick, la concepción hobbesiana se caracteriza por tres datos: a) el hombre es un lobo para el hombre; b) el valor político máximo es el orden; y c) demasiada democracia sólo podrá entorpecer el gobierno eficaz (p. 152). Frente a ello, sostiene, hay que reconocer que: a) las tendencias a la solidaridad son tan intensas como las contrarias; b) el valor máximo es el de la libertad y no por ello vivimos en el desorden en nuestras democracias; y c) hay una clara tendencia a incrementar los mecanismos de participación democrática en nuestras sociedades (p.158).

El libro de Resnick es una exposición de una teoría política democrática razonablemente participativa, igualitaria y adaptada a las necesidades y circunstancias de la globalización.

Paisajes que alimentan.

Mi amiga Gabriela Herrera me envía esta ingeniosa presentación pwp. Al margen de la prolijidad de la prosa, la verdad es que tiene gracia, sobre todo por el contrasentido que encierra: la contemplación del paisaje suele estar alejada de las consideraciones culinarias... Pero no siempre. Salvando todas las distancias, recuerdan bastante las pinturas de Arcimboldo.

Gracias, Gabriela.

Se accede también directamente a la presentación en Google docs. pinchando aquí.

diumenge, 18 de maig del 2008

Tortura.

Hace un par de días el Parlamento vasco aprobó por mayoría una moción no de ley que acusa al Gobierno español de "amparar" las torturas en los centros de detención y, más concretamente, al ministro del Interior, señor Rubalcaba, de "amparar" a los guardias civiles denunciados por tales hechos. La moción se aprueba a escasos días de la visita del lehendakari Ibarretxe al presidente del Gobierno y parece una especie de tarjeta de visita por adelantado, como para decir a éste que se prepare, que baja el indómito vascón.

De inmediato ha comparecido el señor Rubalcaba para decir que los hechos denunciados están bajo investigación judicial y que el Gobierno "no ampara nada y menos la tortura". Naturalmente. Estaría bueno que dijera que sí, que el Gobierno ampara la tortura como lo hace, por ejemplo, el de los EEUU, si bien es cierto que a lo que ampara no lo llama tortura sino con algún otro circunloquio que no tengo ganas de ir a buscar, algo así como "interrogatorios intensos" o cualquier otra canallada.

Hasta aquí la respuesta del Gobierno español es correcta. Pero me hubiera gustado más que no hubiera habido ni el menor pie a la aprobación de la moción del Parlamento vasco. Me hubiera gustado más que España no aparezca en los informes de Amnistía Internacional como país en el que aún se tortura. Que la práctica no sea tan sistemática como en tiempos de Franco sino sólo aislada, esporádica y casual no es obstáculo para que se sancione con toda dureza cuando se produzca y se trate de evitar a toda costa.

Y ello por un criterio moral obvio e indiscutible: no se tortura. El Estado de derecho no tortura. Para torturadores ya están los asesinos de ETA, capaces (entre otros muchos casos) de torturar durante más de quinientos días a un ser humano en un inmundo agujero o de tener a otro durante cuarenta y ocho horas maniatado, cegado y amenazado de muerte para descerrajarle luego dos tiros en la cabeza.

Dice el señor Rubalcaba que los etarras tienen instrucciones de denunciar torturas no bien les ponen la mano encima. Añado yo: los dos pilares fundamentales de la difusa solidaridad social de que aun goza la organización de criminales son los presos en las cárceles y las torturas cuando se dan. Lo de los presos no es evitable mientras los etarras sigan cometiendo delitos; lo de las torturas sí.

Toda tortura es inhumana e inaceptable.

(La imagen es una foto de Perdidoenlared, bajo licencia de Creative Commons).

El día de internet.

Tenía que pasarme: todo el día pegado a la red, que es donde en realidad trabajo, y me entero tarde de que ayer se celebró el "día de internet". En un primer momento me llevé un disgusto: vaya internauta y además bloguero que no se cosca de un acontecimiento que conoce cualquiera que mire la televisión, es decir, todos, hasta los ciegos. Y si todavía fuera un bloguero aficionado a la arqueología, por ejemplo, o a descifrar los manuscritos de Qunram, que los hay, tendría una explicación pues ya se sabe lo distraídos que son los sabios; pero tratándose de uno más bien ignorante y que se preocupa por los asuntos de actualidad, la cosa no tiene mucho perdón.

Rápidamente (todo cuanto tiene que ver con el ciberespacio es muy rápido), sin embargo, encontré una vía de escape: ¿para qué hay un día de internet? Esto de los días de recordatorio y celebración a lo que la ONU es tan aficionada que va a acabar con el calendario, está muy indicado para las causas olvidadas o con tendencia al olvido, las injusticias, las desigualdades que requieren movilizar la solidaridad internacional, cualidad de difícil manifestación. Pero ¿internet? ¿Para qué necesita internet un día de recordatorio? Está presente a todas horas del día en la vida ordinaria de cientos, miles de millones de personas en el mundo. No implica más injusticia que el hecho de que aún haya lugares del planeta en las que no ha llegado o donde circunstancias económicas (como en España) o políticas (como en China o Cuba) le ponen trabas e inconvenientes.

Internet, el ciberespacio, la blogosfera son realidades tan veloces que a más de uno/a habrá sorprendido el chiste que ilustra este post por lo anticuado. Está claro que pertenece a los comienzos de internet, cuando no había webcams. Desde que éstas han aparecido, me temo, los perros tendrán que resignarse a que les vean el morro.

(La imagen es una foto de Ben Lawson, bajo licencia de Creative Commons).

La madre de todos los conflictos.

Para conmemorar el sesenta aniversario de la creación del Estado de Israel, el señor Bush ha hecho una visita al país y se ha dirigido al Knesset israelí en solemne sesión. De este modo no sólo celebra el aniversario del Estado judío sino que también pone broche de oro a su segundo y último mandato al frente de la Casa Blanca con un balance del que seguramente estará orgulloso: ni hoja de ruta, ni proceso de paz, ni creación del Estado palestino, ni nada de nada. El conflicto está más enconado, la situación de los palestinos más desesperada y los israelíes más prepotentes y agresivos que nunca.

Una vez más se comprueba que las sugerencias y propuestas (cuando las hubo) del señor Bush para resolver el conflicto del Oriente Próximo eran puras mentiras para seguir ganando tiempo a ver si, en el ínterin, los israelíes acababan con los palestinos. Una vez más se comprueba que los EEUU no son un mediador sino parte beligerante del conflicto en contra de los palestinos y que esto es así esté quien esté en la Casa Blanca. Ningún presidente, republicano o demócrata, se atreverá jamás a enfrentarse al poderosísimo lobby judío en Washington. Ni el señor Obama, estoy convencido.

Por eso es tanto más oportuno este libro de José Luis Ferrando Lada (Palestina e Israel. El interminable laberinto de la paz, UNED, Valencia, 2008, 124 págs), buen conocedor de esta zona del mundo en la que vivió mucho tiempo mientras era franciscano y en el que ha continuado viajando luego de dejar el estado regular.

La obra se compone de dos partes bien diferenciadas: una primera, sistemática, que traza un cuadro del conjunto de Palestina (Israel más Palestina hoy día) histórico, político y geográfico que constituye una buena introducción para quien quiera familiarizarse con el trasfondo del actual conflicto. Éste hunde sus raíces en circunstancias milenarias en las tierras del Libro que las tres grandes religiones monoteístas, la mosaica, la cristiana y la musulmana, consideran sagrado. La historia actual del dicho conflicto se abarca aquí desde los orígenes del Estado de Israel (la resolución de las Naciones Unidas de 1947, la guerra de 1948, etc) hasta la muerte de Yasser Arafat en 2004.

La segunda parte es una serie de artículos aparecidos en la prensa diaria sobre el tema Israel/Palestina entre 2004 y 2008; el último, fechado en enero de 2008, con lo que está claro que el libro es de innegable actualidad en una zona del planeta en la que los sucesos se producen a un ritmo vertiginoso. Los artículos siguen el día a día de las conflictivas relaciones entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (el organismo paraestatal que surgió de los acuerdos de Oslo de 1993) deteniéndose en el análisis pormenorizado de la situación política interna en ambas partes.

Ferrando Lada trata de mantener una trabajosa imparcialidad entre las dos partes pero se le observan mayores simpatías hacia el lado palestino probablemente porque durante todo el tiempo que viene durando del conflicto ha sido el underdog. No obstante tengo la impresión de que es pesimista respecto a las posibilidades de solución definitiva en la zona. A estas alturas ya no tiene confianza alguna en la "hoja de ruta" estadounidense y parece confiar más en las posibilidades del famoso "cuarteto", un absurdo adefesio perfectamente asimétrico puesto en pie por los EEUU, la ONU, la Unión Europea y Rusia con el fin de legitimar la política de permanente interferencia de los estadounidenses. Cree el autor que el nombramiento del señor Tony Blair al frente del tal cuarteto es buen augurio. Mi opinión es la contraria. Si Blair está ahí es porque su supeditación lacayuna a los EEUU lo convierten en idóneo para lo que se persigue: seguir permitiendo que los israelís acaben con los palestinos por todos los medios a su alcance: agresiones directas, asfixia económica y sanitaria, asentamientos indebidos, separación mediante muros... un genocidio, en definitiva, por tierra, mar y aire, a cámara lenta y a la vista del mundo entero que, si acaso, a veces advierte a Israel de la conveniencia de no ser demasiado duro para no soliviantar a las buenas conciencias occidentales.

Por supuesto, los permanentes enfrentamientos internos en el campo palestino que Ferrando Lada sigue de cerca no ayudan en modo alguno a su causa, pero es difícil no entender que es una situación consecuencia del acoso israelí y el abandono a que se ven sometidos los palestinos cuyo verdadero enemigo son los Estados Unidos de América.