dimecres, 18 de juliol del 2007

La ambigüedad de la paidofilia.

"Odia el delito y compadece al delincuente". Ese profesor de inglés que se ha suicidado en Avilés tras ser detenido y acusado de tenencia de pornografía infantil, estaba, claro, desesperado. Al hombre le incautaron unos ocho millones de imágenes de contenido pedófilo y debió de pensar que sería incapaz de aguantar el rechazo, el desprecio, la inquina de sus conciudadanos al hacerse público su comportamiento. Nuestra sociedad tiene una actitud cristiana ante las relaciones eróticas entre adultos y adolescentes y no digamos ya niños. "A quien escandalizare a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valdría atarse una piedra de molino de asno al cuello y arrojarse al fondo del mar", dice Cristo (Mt., 18, 6), que es lo que parece haber hecho el profesor de Avilés. Una actitud distinta a la que se tenía en la Grecia clásica, en la que los amores entre varones adultos y adolescentes eran moneda corriente. Para ejemplo, el mito de Ganimedes.

Sin embargo, se trata de un asunto resbaladizo. La pederastia, que tiene una clara condena social y es un delito, aparece tratada con licencia literaria en la Lolita, de Nabokov, ese libro tan influyente en nuestra cultura que ya cuenta con dos películas. La fama de la novela reside, entre otras cosas, en que el autor hace ver que, a sus doce años, Lolita, a la que el héroe se apresta a seducir, no sólo no es inocente sino que, de hecho, lo seduce a él. Esa es la ambigüedad de la pederastia, tan fuerte que muchos adultos no pueden resistirse e invocan en su descargo esa poderosa seducción de los menores, sin percatarse de que, incluso cuando recurren a ella, los menores son menores y, por lo tanto, no saben lo que hacen, con lo cual quienes acaban sin saber lo que hacen son los pederastas.

Que le pregunten a la Iglesia católica de Los Angeles (EEUU), que tendrá que pagar unos 500 millones de dólares en compensación por los abusos sexuales de sus curas sobre cientos de niños a lo largo de los últimos decenios. Este comportamiento tan execrable de los curas lo es más por implicar el abuso de confianza de las familias, engañadas en sus más firmes creencias. Un rueda de molino de asno, en verdad, es poco. Y hay abusos a niños y niñas. Todos son Lolitas. ¿No suelen los críos parecer crías, ser efebos? Pues ya está. El pecado de los curas es nefando. Como el de ese párroco de Madrid, condenado por abusos a menor, entre otras cosas, a pagar 30.000 euros de indemnización, por los que habrá de responder el Arzobispado de Madrid. La verdad es que, con ese historial, no entiendo cómo están los obispos tan soliviantados con todo cuanto tiene que ver con la moral sexual: que si el divorcio, el control de la natalidad, la profilaxis del Sida, los plenos derechos de los homosexuales y la aceptación social de la homosexualidad. Da la impresión de que no solamente no saben en dónde están ni en qué siglo viven sino que tampoco están al tanto de lo que sucede en su casa.

Para complicarlo más, la pasión amorosa del adulto puede ir a fijarse en un impúber y no se considera necesariamente pedofilia. Cuando Dante puso sus ojos en ella, Beatriz tenía 13 años, justo el límite superior e inferior que establece el código penal para tipificar unos u otros delitos de "abusos sexuales". No obstante, la pedofilia, en la medida en que es puramente contemplativa y no implica abuso o relación sexual algunos, es decir, un acto, no puede ser punible. Para que lo sea ha de mediar la pornografía, que es lo que sucedió en el caso del profesor de Avilés. Sus ocho millones de imágenes pornográficas de niños son sólo una parte de los cuarenta y cinco millones que al parecer había en la red descubierta por la policía. Ocho millones de imágenes ya es una pasada; de hecho, la policía ha intervenido, al parecer ventiún discos duros portátiles probablemente con una capacidad media de cuatrocientos gigas por unidad, o sea ocho mil cuatrocientos gigas (8.400 Gb) cuando la gente anda por ahí todavía con ordenatas de cuarenta gigas. Debe de ser mucho el atractivo de este tipo de pornografía y debe de contar con una clientela vastísima. Los datos que se conocen a veces, cuando cae una de estas redes de pornografía infantil así lo prueban.


Los niños tienen tal atractivo que muchos adultos, obviamente, pierden la cabeza. Por cierto, cosa nada baladí, casi todos los pederastas (por no decir todos, ya que no estoy seguro) son hombres. Los hombres tenemos un problema obvio con nuestra sexualidad, porque lo de las violaciones tampoco es de recibo. No hace falta ser agoreros para pensar que esa niña, Madeleine, secuestrada hace unas fechas en Portugal, pueda estar ya en algún circuito de paidofilia. Impresiona pensar en el sufrimiento que deben estar pasando los padres y el de la niña. ¡Ojalá la recuperen sana y salva!

A veces el delito consiste en dar al menor secuestrado en adopción a una pareja que lo haya comprado. Y no digo para que abuse de él sino, al contrario, para quererlo como si fuera un hijo propio y rodearlo de mimos y atenciones. Ese perder la cabeza de los adultos a causa de los niños no tiene por qué referirse sólo a los momentos en que aquellos instrumentalizan a estos para satisfacer sus más bajas pasiones, sino también las más altas: el deseo de ser padres. Siempre me llamó la atención el cuajo que debieron tener aquellas parejas argentinas que acogían a los bebés y niños pequeños que habían quedado huérfanos a causa de la actividad asesina de la dictadura militar en su país, algo por lo que ahora parece que los Videla y compañía van a pagar.

Los niños llevan siempre la peor parte en las barbaridades de los adultos.

Gallardón y Rajoy.

Leo en el 20 Minutos que, según una encuesta publicada por el diario Expansión, el señor Ruiz Gallardón es el político mejor valorado por los españoles, por delante del señor Rodríguez Zapatero que ocupa un segundo lugar. En undécimo y por detrás del señor Aznar, aparece el señor Rajoy. Y muy por detrás de la señora Aguirre, que ocupa un honrosísimo cuarto puesto.

El asunto no puede estar más claro. Al señor Rajoy no lo quieren ni los suyos. Si se aparta de las enseñanzas del señor Aznar, los unos lo llaman "maricomplejines"; si se ciñe a ellas, los otros lo califican de títere. Así no es de extrañar que el hombre tenga una imagen tan desvaída como desvalida, que trata de compensar queriendo ser contundente, sin miramientos, y resultando las más de las veces intemperante y desabrido. Y esto no es un problema superficial de imagen que pueda corregirse cambiando de corbatas o aprendiendo a mirar al objetivo.

De seguir las cosas como hasta ahora, contando con las previstas, la sentencia en el juicio del 11-M entre las más importantes, las elecciones de marzo de 2008 pintan bien para el PSOE. Otra cosa sería si el candidato del PP fuera el señor Ruiz Gallardón o incluso la señora Aguirre, desde luego. Sobre todo el alcalde de Madrid es un verdadero peligro para el PSOE porque ostenta la representación del centro político, cosa que no sucede con la señora Aguirre. Por eso es el político mejor valorado. Para desgracia del PP, su candidato es el señor Rajoy, el undécimo político español, por delante tan sólo de los nacionalistas y del señor Acebes que ocupa un merecido décimotercer puesto, por detrás del señor Piqué.

dimarts, 17 de juliol del 2007

Gobierno de Unión Nacional en Navarra.

Todo el mundo previó que la formación del gobierno de Navarra (Diputación Foral) no sería tarea fácil, dados los endemoniados resultados electorales que pueden verse a la izquierda y de acuerdo con los cuales ninguna fuerza política alcanza la mayoría absoluta (ventiseis escaños) salvo que entre en coalición y, precisamente, de qué signo sea esa coalición es materia de continua cavilación porque tampoco parece que sea factible encontrar una fórmula viable. Navarra figuró en primer plano de la diatriba electoral en los pasados comicios autonómicos, caballo de batalla de la derecha para acusar al Gobierno socialista de romper España y sigue en esa condición sin que a día de hoy nos encontremos más cerca de formar un gobierno en el antiguo reino de lo que estábamos la noche misma de las elecciones.

Y es el caso que, de no contar con un gobierno dentro de los treinta días siguientes a la primera votación (en la que se requiere la mayoría absoluta), habrá que repetir las elecciones, según lo que dispone el art. 29 de la vigente Ley de Amejoramiento del Fuero de 1982.

Seguramente para evitar esa circunstancia anómala que dejará a los políticos en ridículo, el señor Fernando Puras, Secretario General de los socialistas navarros, ha propuesto un gobierno en el que estén representados los cinco partidos o coaliciones en razón proporcional a su respaldo electoral, esto es, un gobierno de "unión nacional" que la experiencia y el sentido común reserva para los casos de grave peligro a la existencia del Estado, como una guerra, por ejemplo. No es este el caso de la Comunidad Foral, que se sepa y, en consecuencia, tienen razón los partidos que se han opuesto a la propuesta socialista. Es comprensible que, asustado ante los peliagudos problemas de poner en pie una mayoría de gobierno, el señor Puras haya tirado por la calle del medio, tratando de formar un gobierno con todo el mundo, esto es, sobre todo, con la Unión del Pueblo Navarro (el PP en Navarra) y Nafarroa-Bai (coalición de partidos nacionalistas), a pesar de que están en las antípodas respectivas, con él como presidente. Es comprensible, pero no admisible, porque ¿qué medidas había de tomar ese extraño gobierno? De tomar alguna sería disparatada.

La verdad es que va a ser difícil evitar que haya elecciones de nuevo en Navarra lo que, obviamente, mostrará el fracaso de los políticos que no han sido capaces de armar un gobierno viable con las piezas que han salido de la elección. Es curioso, sin embargo, que el único partido con el que todos los demás están dispuestos a formar coalición sea el PSN. Eso habla de la centralidad política de los socialistas, tanto en Navarra como en el conjunto de España. Algo de lo que el PP debiera tomar buena nota para elaborar un discurso que le posibilitara un abanico de posibles coaliciones, llegado el caso. Pero, justamente todo lo contrario, el señor Aznar declaró anteayer en el campus FAES que hay un "cordón sanitario" en torno al PP. Quizá alguien debiera explicar a este hombre, empeñado en hablar de lo que ignora, que no hay "cordón sanitario" alguno y que es el propio PP con su sistemática actuación, el que a fuerza de radicalismo verbal, se excluye de toda posible coalición o alianza con fuerzas civilizadas.

La guerra de unos medios contra otros.

Ayer salió Libertad Digital a todo trapo sosteniendo que La OJD da un empate técnico entre El Mundo y El País mientras que La Razón sigue recortando distancias con ABC. A su vez, el señor Ramírez, director de El Mundo, estuvo pavoneándose de este "empate técnico" en la COPE y recomendando condescendientemente a los de El País que se serenaran, presuponiendo que estarían de los nervios.

Pues no sé yo. Es posible que el señor Ramírez haya leído otros datos (referentes, por ejemplo, a los meses de enero a junio de 2007) y a los que yo no haya tenido acceso. El hecho es que los datos publicados por la Oficina de Justificación de Medios (OJD) correspondientes a enero-diciembre de 2006 que pueden verse más arriba cantan una canción bien distinta pues dan 330.634 ejemplares de promedio de difusión de El Mundo frente a los 432.204 de El País. Decir que una diferencia de 101.570 ejemplares a favor de El País es un "empate técnico" supone una idea sumamente elástica del término empate. Parece, además, que PRISA ha presentado una queja por el modo de computar de El Mundo. A lo mejor se encuentra ahí la razón de esta aparente incongruencia.

Ayer también se hacía público el informe del Estudio General de Medios (EGM), que mide número de lectores y que, como se ve a la derecha, da 2.182.000 lectores diarios para El País y 1.443.000 para El Mundo, lo que refleja una ventaja de 739.000 lectores de El País

A la vista de todo ello tiendo a pensar que la información de Libertad Digital no es tanto una noticia como el deseo de que lo sea. El periódico profesa una particular inquina hacia Abc a causa de una peripecia personal del señor Losantos con la dirección y le encantaría trasvasar todos los lectores del Abc a La Razón.

Lo que me llamó la atención fue que el señor Ramírez reconociera paladinamente por la COPE que El País

"es el único que se inscribe en un espacio editorial de izquierdas cuando en el ámbito de centro, centro-liberal y de línea conservadora nos lo compartimos tres periódicos".
Pero ¿no quedábamos en que PRISA era un monopolio? ¿Cabe hablar de "monopolio" cuando se tienen tres competidores y uno de ellos dice estar empatado técnicamente contigo? O lo del monopolio es falso o lo es lo de los datos. Claro que también pueden ser falsas ambas afirmaciones. Que es lo más seguro.

Premio.

Como premio al hecho de haber reproducido una de sus tiras cómicas ayer, la autora de Bubu-Baba me ha obsequiado con otra dedicada a Ramón y Héctor que incluyo ahí arriba porque ¿cómo iba a privarme de reproducir un chiste dedicado a mis hijos y además con una dedicatoria tan galana? La esperanza, amiga, es lo último que se pierde, según sabemos. Hasta hay quien no la pierde. Parece ser lo único que quedó en el fondo del jarro o caja de Pandora.

dilluns, 16 de juliol del 2007

Cavándose la fosa.

No se entiende cuál sea la estrategia del PP y del señor Rajoy en concreto para ganar las elecciones de marzo de 2008. Casi parece que se la esté elaborando el enemigo. Una encuesta para La Vanguardia dirigida por Julián Santamaría, la primera que se publica tras el debate sobre el estado de la Nación, predice una victoria del PSOE en unas posibles elecciones generales a día de hoy por 44% frente al 37% del PP. Es decir, la izquierda volvería a ganar las elecciones, como en marzo de 2004. Los otros datos de la encuesta aún son más demoledores para la derecha. Un 74% de los ciudadanos aprueba que el presidente del Gobierno intentara negociar con los terroristas y un 72% reprocha al señor Rajoy que obstaculizara el intento. En román paladino esto quiere decir que la estratagema del PP de hacer pivotar toda su oposición en la supuesta rendición del señor Rodríguez Zapatero ante ETA, sus vergonzosas claudicaciones, sus engaños a la opinión pública, es un fracaso sin paliativos, como ya había quedado claro en la valoración popular del pasado debate sobre el estado de la Nación, que daba al señor Rajoy por laminado, excepto en las columnas de Ignacio Villa y otros esforzados reaccionarios inasequibles al desaliento que lo consideran victorioso donde salió derrotado y respaldado donde la gente no quiere verlo ni en pintura.

Lo curioso es que parece haber acuerdo en el PP en perseverar en el error, en seguir golpeando el hierro no mientras esté caliente sino, según parece, en la esperanza de que se caliente a base de golpes. Acaba el partido de clausurar el campus FAES y en su discurso el señor Aznar insistió en atacar al Gobierno a cuenta de ETA y la política antiterrorista, al tiempo que vinculaba tan errónea decisión con la candidatura del señor Rajoy a la presidencia del Gobierno.

"Afortunadamente, los españoles saben que hay un partido, el Partido Popular, y un líder, su presidente, Mariano Rajoy, que hoy nos hace el honor de acompañarnos para clausurar este Campus, con principios firmes, con convicciones, leal a España y a los españoles, y que siempre ha sabido y querido estar del lado de la dignidad y la libertad."
Pues parece el abrazo del oso. No sé si el señor Rajoy tuvo alguna vez ese espíritu centrista de que ha alardeado en ocasiones pero lo que está claro es que aparece como un hombre pantalla de las tesis más extremas del extremista señor Aznar (como se aprecia en la foto de Efe) y cautivo de los dos guardianes del neoconservadurismo práctico en España. En ese partido el señor Rajoy es prácticamente un lider amortizado. Ni en él ni fuera de él cree nadie en su victoria electoral. Y el drama es que no podrá despegar mientras siga siendo el señor Aznar quien le diga lo que tiene que decir.

Por cierto, sin belicosidad alguna, el señor Aznar hizo una descripción de la grandeza de España muy curiosa en la que obviamente falta y sobra algo. ¿Qué?
"No es recomendable ser necio, sobre todo cuando se ha tenido la suerte, y los españoles la tenemos, de convivir en una gran nación como España; un gran proyecto histórico con raíces grecolatinas, desarrolladas por el cristianismo y enriquecidas con la Ilustración. Una Nación plural y unida articulada en un envidiado y envidiable proyecto de convivencia felizmente consensuado hace treinta años."
¿Qué falta? La aportación musulmana, que no es baladí pues está presente en todos los quehaceres de la vida del espíritu, desde la arquitectura nazarí hasta las jarchas, pasando por el estilo mozárabe y la escuela de traductores de Toledo. No mencionar el islam en la formación de España es muestra de esa visión sesgada, excluyente, amputada de la nación que caracteriza a parte de la derecha española, históricamente dominante, y que hace que parte de la izquierda encuentre imposible identificarse con ella y de ahí que los símbolos, la idea misma de la nación suelan ser objeto de debate político.

¿Qué sobra? La Ilustración. No porque en sí misma no sea deseable, sino porque su impacto en España ha sido más por ausencia que por presencia. Hay quien sostiene que la Ilustración, a pesar de todo, llegó a España pero nadie podrá negar que, las esporádicas persecuciones a que se sometió a algunos ilustrados en el XVIII, como Olavide o Cabarrus, fueron pasos previos a la más sistemática de los ilustrados, organizada por Godoy y que dió en la cárcel con los huesos de Jovellanos entre otros.

Sonriendo.

Tengo una amiga que se divierte haciendo viñetas de humor que publica en su blog Bubu-Baba y se me ha ocurrido pedirle permiso para publicar de vez en cuando sus dibujos. El de más arriba es uno de ellos.

Padres e hijos.

Anoche, última noche en las rías bajas, los hijos de mis amigos aceptaron el reto de hablar de ellos y tuvimos la última de las tumultuosas sobrecenas. Abenyusuf desgranó las cuitas del Islam frente a ese fenómeno omnipresente, gelatinoso, paquidérmico, entreverado, luminoso y confuso que recibe el nombre de Europa. Era como un lamento aljamiado. ¿Cómo no comprendemos los europeos que aquello que echamos en falta y que buscamos desesperadamente, aquello que redondearía la utopía, está en el Islam? Por ejemplo, la superación del complejo de Edipo. Prima facie no está mal...siempre que se tenga el tal complejo como algo perjudicial o perverso. Pero ¿es que puede tener algo bueno? Sí; se me hace que es otro nombre para el principio de rebeldía contra el orden constituido, la rebelión del sujeto contra la autoridad heredada. Donde tal cosa no existe es difícil que haya cambios. La vida es un estanque feliz en su quietud. No me parece una perspectiva grata.

Mi ahijado Ramón, joven licenciado en Filosofía y bachillereado en mares, escribió allí mismo un texto que transcribo:

Inversión/Manifiesto.

Freud, sus tesis equivocadas.

Como los otros sospechosos.

Recuerdo

varios profesores en la escuela decirnos:

"Nosotros no lo tuvimos fácil,

teníamos muchas menos posibilidades que vos.

Y luchamos por obtenerlas,

(leímos Freud).

Aun así,

no lo tenéis fácil.

El mundo está cerrado,

y las posibilidades están negras."

¿Por qué se invierte el signo sur le tard?¡Profesores!

(Alguno hubo que nos dijo tales cosas, sí y con no decirlas no es bastante).

¡Contra el padre o con el padre!"

Inversión.

Ya no hay conflicto,

violencia a la violencia.

La falta de conflicto idem.

Enseñar es aprender.

Labor docente

Labor pendiente.

No de los alumnos, que también

No de los hijos, es natural.

La falta de conflicto es la falta de conflicto y un estado de hecho. Es el camino que hacer

para la paz.

¡Profesores, no dejen de aprender,

no dejen de escuchar!

¿Y si la falta de posibilidades fueran ya para vosotros? Porque aprender significa dar posibilidades. (¡No dejen de aprender!) ¡No dejen de escuchar a los hijos!

¡Resolved vuestros conflictos!

No luchar contra los padres (ya no están)

sino acompañarlos,

sin conflictos.

Un manifiesto que da el protagonismo a los padres, un manifiesto para vosotros, que no pide nada.



Los manifiestos deben ser así, sincopados. Quien quiera apreciar lo que dicen, que ponga lo que falta.

diumenge, 15 de juliol del 2007

A traición.

De escuchar a los políticos España está llena de traidores y la traición reina por doquier. Empezó como suele el señor Aznar diciendo que el Gobierno había "traicionado" el espíritu de Ermua. Gobierno, pues, traidor. Siguió la señora De la Vega en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros respondiendo que fue el señor Aznar quien traicionó a los españoles llevándolos a la guerra en el Irak. Aznar, pues, traidor. Ayer contestaba a su vez el señor Zaplana insistiendo en que es el Gobierno el que ha traicionado a los ciudadanos. Gobierno, pues, retraidor. Revueltas vienen las aguas preelectorales.

El concepto de traición tiene dos acepciones, una amplia y otra estricta. La amplia es la que da el DRAE, definiéndola como

"Delito que se comete quebrantando la fidelidad y lealtad que se debe guardar o tener."
Lo llama delito pero, obviamente, no en un sentido estrictamente penal. Más o menos, es el que le daba Aznar, al hablar de traición al "espíritu de Ermua". Muy amplio, desde luego, porque traicionar un espíritu es cosa harto problemática. Es, si se quiere, el sentido muy abstracto del famoso cuadro de Magritte que habla de la traición de las imágenes que, aun reproduciendo la realidad, no son la realidad.

Luego, la vicepresidenta del Gobierno, señora De la Vega, agudizó la acusación al decir que fue el señor Aznar quien traicionó a los españoles en el Irak y lo hizo porque aquí ya se maneja la segunda acepción, estricta, de traición, la contenida en el Código Penal, arts. 581 y sigs., que sitúa el delito de traición en los conflictos armados en los que España sea parte.

El señor Zaplana parece haber vuelto a la acepción amplia aznarina, al acusar de nuevo al Gobierno. Pero, por si alguien tiene dudas acerca de si el PP o alguien significado del PP ha acusado directamente del delito de traición a los socialistas, transcribo un párrafo del blog del señor Alejo Vidal Quadras en un post titulado Alta traición:

"Por tremendo que suene, un análisis objetivo de la conducta del Presidente del Gobierno en relación al nuevo Estatuto de Cataluña nos conduce a una conclusión pavorosa, pero ineludible: José Luis Rodríguez Zapatero está cometiendo alta traición.
No traición, como dicen el cuadro de Magritte o el señor Aznar, sino "alta traición". La traición es un comportamiento especialmente odioso en un político, dado que consiste en quebrantar la lealtad que debe profesar hacia la Patria; es como cuando se acusa a un juez de prevaricar. Se trata de delitos que podríamos llamar "profesionales", puesto que consiste en ir en contra de la profesión, entendida ésta como lo hacía Max Weber, como "vocación". Si los políticos se entrellaman "traidor", son ya pocos los insultos que puedan dedicarse. En todo caso, bien claro está que es la derecha la más proclive el empleo de estas palabras gruesas. Con ellas se hace punto menos que imposible un debate político civilizado.

Entre amigos.

Estos paisajes costeros de Galicia son bellísimos. A la izquierda, el que se divisa desde la terraza de mis amigos, con las islas Cíes en el horizonte. Estoy convencido de que levantarse todos los días y toparse con esto a la vista en lugar de la casa del vecino debe de imprimir carácter. Como el sacramento del sacerdocio. Un sacerdocio de la diosa naturaleza, la de las mil caras, todas ellas imponentes. Porque no cuesta nada imaginar cómo será esta vista cuando la mar esté brava.

Total que aquí hemos seguido, aprovechando que el pueblo está en fiestas, con verbena de esas de garrapiñadas, algodón de azúcar, tiro al blanco y fuegos artificiales. Con tanta emoción, la excursión a La Toja pasó a mejor vida que, al parecer, es lo que ha sucedido con la empresa en sentido románticamente mercantil.

Por la noche mantuvimos la agradable sobremesa con los hijos de mi amigo y los jóvenes suizos para quienes actúa de cicerone uno de aquellos, comentarista ocasional de este blog con el nick de Abenyusuf, que ya tengo su permiso para revelarlo. Son tiempos de sano mestizaje de culturas. Si a alguien le parece curioso que un hijo de la cristiana España adopte un nick como agareno, que recuerde que el héroe nacional castellano lleva el de Cid. Por lo demás, este "Abeyusuf" responde asimismo el apelativo cariñoso familiar de "Bambolotto".

El debate fue tan animado, interesante y variado como el de la noche anterior. Abenyusuf/Bambolotto expuso la complejidad del problema del Sahara entre saharauis y marroquíes. No es asunto en el que los españoles se sientan cómodos porque es el resultado del enésimo desastre colonial patrio. La experiencia muestra que es muy difícil salir con dignidad de las situaciones coloniales o paracoloniales. Basta recordar cómo salió Francia de Indochina, los ingleses de la India, los belgas del Congo, los EEUU de Vietnam o los portugueses de Angola Y Mozambique. Pero, en el caso de España en el Sahara la indignidad fue particularmente hiriente porque la metrópoli cedió a la exigencia de su tradicional enemigo en la zona cuyo argumento fue exclusivamente "quítate que me pongo yo". Luego dímos un repasito a las ventajas comparativas de la economía capitalista y la socialista. Al hablar de estas cosas suele asaltarme el recuerdo de aquella consigna de propaganda de las sociedades del socialismo real, encabezadas por la Unión Soviética que rezaba "¡Os enterraremos!" Ya se ve. Como los enterradores putativos están casi todos enterrados aquella comparativa carece de sentido. Ya nadie defiende la planificación centralizada, ni siquiera los jóvenes, que suelen sentir más el atractivo de las fórmulas racionales cartesianas. Pero se aborda el análisis de los múltiples defectos del capitalismo, empezando por los límites del crecimiento que hoy se dibujan ominosos sobre el horizonte vital de la especie. Así que estuvimos dando vueltas la globalización, aquí, cerca de Finisterre.

Han sido dos cenas interesantes de intercambio intergeneracional, en los que se aprende mucho. Hasta ahora he visto que los mayores hemos respondido a las cuestiones planteadas por la generación en adviento, que no adventicia. Se me ocurre que la próxima y última noche de Baiona podríamos invertir los papeles y que sea esta generación la que responda a alguna cuestión que se le plantee. Por ejemplo, cómo ven y valoran ellos su vida y su mundo concretos en el futuro. Los que ya los tenemos en el pasado no hace falta que hablemos sobre ellos porque ellos lo hacen sobre nosotros. Son los que los tienen por hacer quienes es interesante que hablen.

dissabte, 14 de juliol del 2007

El reformista señor Rajoy.

El señor Rajoy quiere cambiar la ley electoral (la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, LOREG, de 1985, supongo) para que "gobierne la lista más votada."

Es algo sorprendente que manía reformista tiene este hombre. Ya el año pasado propuso de modo perentorio que se reformara esa misma ley para que pudiera haber elecciones anticipadas en Málaga cuando estalló el caso Malaya (¿se escribe así o mejor "malhaya"?) y para evitar la constitución de una comisión gestora (momento que recoge la foto de "Efe"). Da la impresión de que el político pide una reforma de la ley cada vez que piensa que su partido pueda salir beneficiado. Y en verdad así ha sido pues en Málaga gobierna ahora el PP. Pero no es buena práctica andar reformando leyes orgánicas (que son como "superleyes") cada vez que uno piensa que puede obtener un beneficio circunstancial porque eso contradice el principio mismo de la ley; no de ésta, sino de todas, que deben en la medida de lo posible, igualar la casuística y no adaptarse a ella.

Que gobierne "la lista más votada" ya le ha costado al señor Rajoy más de un rapapolvo de analistas de tendencia de izquierda y socialistas porque, dicen, es una hipocresía propugnar eso al tiempo que se hace lo contrario en las Canarias. Puede que sea hipocresía, pero no es irracional. Cabe actuar en el marco que permite la ley al tiempo que se pide que cambie y haga imposible la actuación misma de la que uno se beneficia. Lo extraño es que se vuelva a pedir la reforma porque uno cree que sale uno beneficiado.

¡Ah, no! responde el señor Rajoy, no es por tan ruin motivo sino a causa de

"la existencia de una ley electoral que está caduca, pasada de moda y que interpreta de forma curiosa el sistema democrático (y que) da lugar a que en muchos lugares donde el PP es la primera fuerza con una diferencia abismal esté en la oposición."
Insisto en que supongo que se refiere a la LOREG y su artículo 196 c) que dispone que si ningún candidato a alcalde (cabeza de cada lista electoral) obtiene mayoría absoluta de concejales en primera vuelta,
"...(sea) proclamado Alcalde el concejal que encabece la lista que haya obtenido mayor número de votos populares en el correspondiente municipio. En caso de empate se resolverá por sorteo."
Como eso reza sólo para municipios, está claro que el asunto de las CCAA no hace aquí al caso y, por tanto, no ha lugar a echar en cara al señor Rajoy el de Canarias. Y aunque lo hubiera, daría igual porque en los gobiernos de las CCAA rige el estricto principio parlamentario, como en las Cortes Generales, esto es, gobierna el que tiene mayoría absoluta y, en su defecto, el que cuente con mayoría simple, que no tiene por qué ser la lista más votada. Reformar eso implica reformar la Constitución y el señor Rajoy habla sólo de "ley electoral". Por tanto sólo se refiere a los ayuntamientos en los que, al parecer se interpreta de "forma curiosa el sistema democrático". Es verdad, a mi ver, pero no por la razón que él cree sino por la contraria. Que la ley haga alcalde al cabeza de la lista más votada en segunda opción no es muy democrático pues obvía la posibilidad que sin embargo puede darse en el Parlamento, la de que gobierne una coalición de mayoría relativa y el partido más votado esté en la oposición. Esa es una posibilidad democrática que sólo puede considerarse no democrática si uno sabe que no habrá partido que quiera aliarse con el de uno, que es lo que suele pasarle al PP, al menos en los ayuntamientos. Por eso quiere el señor Rajoy reformar la ley y poner como primera y obligatoria la segunda opción: que gobierne siempre la lista más votada, incluso en contra de una mayoría absoluta contraria lo que -y espero que lo entienda el señor Rajoy- es imposible en un sistema parlamentario en el que existe la moción de censura. Claro que también puede eliminarse la moción de censura.
Toma, y el parlamento.

En el norte.

Ya dije que estaba en La Coruña, a una conferencia en la UIMP en un curso sobre la Unión Europea. Después del evento aprovechamos para visitar la ciudad y montar en el tranvía que hace el trayecto del paseo del alcalde Francisco Vázquez. Pongo un par de fotos en que se ve a Ramón ejerciendo de conductor de tranvia y a Celia de pasajera con Héctor. Por cierto, vaya peripecia la del alcalde Francisco Vázquez que, de regidor cuasi perpetuo de la ciudad, ha pasado a embajador ante la Santa Sede. Hace unas fechas lo vi en un programa de tele, mostrando muy orgulloso, casi levitando, las dependencias de la residencia del embajador. En verdad son regias y encierran muchas riquezas artísticas, depósitos del Museo del Prado y piezas únicas. Y eso de ser embajador en la Santa Sede... una pasada. No es menguada cosa ser embajador en el lugar en donde se inventó la ciencia y el arte de la diplomacia porque, aunque este crédito se le otorgue ordinariamente a la República de la Serenísima veneciana, la cosa fue invento de la Sede de San Pedro.

Más tarde cogimos carretera y manta al sur, a pasar el finde con unos amigos en Baiona, sitio paradisiaco (si el Paraiso puede caer del lado del Atlántico) frente a las islas Cíes, a su vez lugar cargado de magia y leyenda. Siempre que vengo a Galicia se me alborota la parte celta del ser, póngome nostágico, pienso en mis antepasados, en Rosalía, en Curros, en Payo Gómez Chariño, en Castelao, el de "a nosa terra e nosa". ¡Ah! los irmandiños da fala, la Costa da Morte, Fonseca, la Galicia mariñeira, Galiza ceibe y Carita de Plata.

En casa de mis amigos, enfrente de las islas Cíes que, al llegar, parecían flotar sobre un horizonte de bruma, estaban varios de sus hijos, uno de los cuales es ahijado mío y se llama como yo, igual que mi hijo, con lo que la cena tuvo una inusitada concentración de Ramones. Con otro de sus hijos, que es comentarista en este blog pero cuyo nick no soltaré si no es con su permiso, estaban a su vez unos jóvenes suizos con una cubana, filólogos y lingüistas, apasionados defensores del saber, del hacer, con un discurso, que dicen los expertos, abierto, experimental y literario. Pondría alguna foto de lo que fue una cena muy animada pero también me espero a que me den su consentimiento pues en esto de la red blogosférica no todo el mundo está de acuerdo. Soy sensible al hecho de que la alegría con que los blogueros vamos por ahí contando nuestra vida y colgando imágenes sin ninguna vergüenza no goza de general aceptación.

En el debate complicadísimo, multidireccional y atropellado en el que al final dudo de que alguno supiera ya de lo que estábamos hablando porque lo hicimos de todo, desde el ordenamiento jurídico nazi hasta la gramática generativa, el fantasma de Orwell revoloteó un par de veces por encima de la mesa y a poco que Google se gana el sambenito de Big Brother.

Está bien que haya gente que le plante cara a esta invasión, a este tsunami de la red que todo lo escudriña, lo retrata, lo publica, lo comparte y lo difunde a los cuatro vientos, y que tiene el descaro de ocupar prácticamente todos los resquicios de la artesanía del espíritu. Un asco, de verdad. En la red se hace de todo, desde guarradas con los niños hasta música y otras formas de arte, pasando por campañas y visitas virtuales a la tumba de Tutankamon. Supongo que seguiremos debatiendo tan apasionante tema si el tiempo lo permite y nuestras actividades y quehaceres. He propuesto a mi amigo Pepe que hoy nos vayamos de excursión a La Toja, viejo balneario, quintaesencia del ideal del capitalismo aristocrático europeo, el de "una familia de toda la vida", en ambientes lánguidamente modernistas, en el que los clientes también lo eran de toda la vida y no el aluvión de las autopistas, lo que permitía realizar transacciones económicas sin que se viera el color del dinero como mandaba el buen gusto de una burguesía que ahora parece rancia aristocracia.

divendres, 13 de juliol del 2007

Vuelve la brigada dum-dum.

La última, tremebunda y coordinada actuación de la brigada dum-dum en contra del Gobierno de España se ha producido durante los actos de homenaje a Miguel Ángel Blanco con motivo del décimo aniversario de su asesinato. Una escalada verbal en la que se ha oído de todo a falta, por un tris, de pedir el procesamiento del señor Rodríguez Zapatero por complicidad con banda armada.

Comenzó a disparar a mansalva fuego graneado el atildadito secretario general del PP, señor Acebes. Durante una breve conferencia de prensa en Ermua, en un acto al que él y sus cofrades hicieron imposible que asistiera el PSOE, lamentó con lágrimas de viejo saurio la ausencia de los excluidos. No de todos los excluidos, pues también lo habían sido los de los demás partidos, sino solamente los del Partido Socialista al que, en definitiva es al que hay que atacar por si sí o por si no. El señor Acebes tiene la extraña habilidad de unir su apariencia de angelical petimetre con las insidias e hipocresías más repugnantes de la temporada.

Siguió a continuación el capitán de cuartel y jefe accidental de día, señor Rajoy, disparando la artillería de campaña. El presidente del PP y aspirante a la presidencia del Gobierno (me malicio que por muchos años) afirmó que el Gobierno del PSOE ha desmontado todos los mecanismos de vigilancia y detección de terroristas y facilitado su actuación. Al tener que explicar cómo sea posible que, a pesar de todo, se haya detenido esta semana a tres peligrosos elementos, el señor Rajoy lo atribuyó un “milagro”, como cuando su jefe,el señor Aznar se adjudicaba a sí mismo esa misma condición para explicar la buena marcha de la economía española durante su mandato. Lo nuevo aquí es que ahora los milagros parecen favorecer a las fuerzas del mal. No sé cómo se tomará eso el confesor del señor Rajoy. Con tal de tumbar al Gobierno el señor Rajoy es capaz de dinamitar el ordenamiento jurídico en su conjunto o por partes. Y está convencido de que el camino es seguir soltando mentecateces que él y sus asesores reputan profundas sentencias dignas de un Séneca o agudas ocurrencias al estilo de un Jardiel Poncela.

Los dos brigadistas anteriores son tortitas y pan pintado cuando emerge el maestro, el príncipe de las tinieblas (morales), el mismísimo señor Aznar o señor Cizañar.Con motivo de la concesión del décimo premio Miguel Ángel Blanco, que la Fundación de este nombre le ha otorgado de modo tan partidista como provocador, el señor Aznar ha disparado las baterías de grueso calibre contra el Gobierno socialista, con las habituales mentiras e insidias que la brigada dum-dum y el partido que la respalda llevan tres años soltando: que el Gobierno ha mentido sobre las negociaciones con ETA, que ha permitido a la banda sobrevivir y reorganizarse, que no es de fiar…La mentira de tales afirmaciones lo envuelve todo. ¿No dice el señor Aznar que va a atreverse a decir que el Rey va desnudo? Y ¿no es cierto que lo que él dice es lo que dicen machaconamente todos los suyos? Lo del Rey desnudo, ¿qué es? Otra mentira, un abuso, algo parecido a lo que hace la dicha Fundación concediendo su décimo premio al presidente del Gobierno que, cuando recibió a los organizadores del homenaje a Miguel Ángel Blanco con motivo de su asesinato al mes de producirse se puso a bailar “Macarena”, que era la canción del verano.

Resumen de las intervenciones de la brigada dum-dum: la culpa de todo no la tiene ETA, sino el Gobierno y el que no lo vea así es un antiespañol vendepatrias. ¿No fue Aznar quien, a raíz del asesinato de Tomás y Valiente en tiempos de Felipe González, achacó la responsabilidad del hecho a la “debilidad” del Gobierno? Esta línea de canalladas y golpes bajos es lo habitual en esta gente para la que la política no es aspirar a gobernar en limpia lid tratando de ganar el favor de la mayoría ciudadana, sino acumular mentiras y calumnias, como si fueran balas dum-dum para destruir al adversario, mostrando pétrea indiferencia cuando la realidad prueba que en su momento mintió sin empacho alguno a todo un pueblo. Por si alguien lo había olvidado reproduzco aquí el video en que se ve al señor Aznar afirmando con toda contundencia que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva y que él estaba diciendo la verdad, y al mismo señor Aznar cuatro años después admitiendo con voz trémula que Sadam Husein no tenía tales armas, pero sin reconocer que en su momento mintió a la opinión como un bellaco.

Como consecuencia de aquellas mentiras del trío de las Azores y no sólo del señor Aznar que,al fin y al cabo, era –y es- un cero a la izquierda, se ha destrozado un país entero, han muerto cientos de miles de personas, hay millones de desplazados. ¿Qué tipo de conciencia hay que tener para dormir por las noches sabiendo que tus mentiras han causado y siguen haciéndolo la muerte a cientos de miles de inocentes? Probablemente ninguna y por eso el señor Aznar es el jefe indiscutible de la brigada dum-dum, que trata de derribar al Gobierno de España como sea, a base de calumnias, acusaciones falsas y pura sinvergonzonería.

Lo más curioso de este video y lo más desolador son los aplausos que se escuchan cuando el señor Aznar admite que lo que dijo no era cierto y, con ademán de macarra, demuestra que le trae al fresco.

Siempre me he preguntado cómo un sujeto así pudo llegar a presidente del Gobierno de España. Sigo preguntándomelo, pero esos aplausos son una pista.

Hasta las narices de los ofendidos.

He aquí el video de publicidad del club de fútbol de Getafe, Madrid. No está mal. Trasmite su mensaje con bastante claridad, apoyándose en episodios de la historia sagrada y la profana que son del dominio común: el sacrificio de Abraham, la condena divina a Moisés a vagar cuarenta años por el desierto, la quema de algún hereje (Bruno o cualquier otro), Adán perdiendo su costilla o las últimas palabras de Cristo en la cruz. Y ese mensaje es simple: tu equipo está por encima de tus creencias religiosas. No veo que se insulte o falte a nadie. Sólo veo una opinión tan aceptable o condenable como su contraria (esto es, que tus creencias religiosas hayan de estar por encima de tu equipo de fútbol), ilustrada con gracia aunque con un poco de cursilería y bastante petulancia.

Pues ya están los obispos en pie de guerra en contra del anuncio y sus monagos del PP pidiendo que se retire. Lo de siempre: unos señores pretenden coartar la libertad de expresión de otros pretextando no un daño objetivo y claro a un bien público (por ejemplo, un folleto en el que se mienta sobre las posibles consecuencias patógenas de una crema dentífrica) sino aduciendo que hiere la sensibilidad de unos u otros y sus creencias que, en todo caso, son un asunto privado.

Como era de esperar, ya han salido a relucir las famosas caricaturas de Mahoma en Dinamarca y el consiguiente follón. Un diputado del PP de olvidable nombre ha dicho que se siente legitimado para protestar por este “atropello” porque en su día protestó contra el otro. O sea, que el mucho protestar da la razón. A mi ver se trata de dos protestas muy legítimas, desde luego, pero sin sentido, propias de quienes pretenden convertir en ley universal sus sentimientos, creencias, caprichos y supersticiones y que parecen dispuestos a reconocer lo mismo a cuantos neuróticos como ellos haya en el planeta.

Pero esto no es admisible y ya aburre a las ovejas. El que se sienta ofendido en sus creencias privadas por una manifestación pública ajena a ellas es libre de no atender, no mirar, no escuchar a quien perpetre la supuesta ofensa. También a mí me parece deplorable que unas gentes mayores de edad crean a ojos evidentemente cerrados que una señora puede ser madre y virgen al mismo tiempo o que otro señor muerto por crucifixión resucite al tercer día y ascienda a los cielos como si nada, pero no se me ocurre coartar su libertad de expresión.

La blasfemia puede ser un pecado atroz y llevar aparejadas las peores penas en esta vida para los creyentes dentro de su iglesia y en la otra, si la hay, para todos, pero no puede ser un comportamiento jurídicamente sancionable. Si los católicos quieren que el ordenamiento jurídico sancione sus supersticiones, que se compren una isla y establezcan una teocracia, pero que nos dejen en paz a los demás, que ya somos mayores para decidir qué queremos ver y qué no.

Incidentalmente y, como siempre pasa con la estupidez, menuda propaganda han hecho los curas y los meapilas al club de fútbol de Getafe.

dijous, 12 de juliol del 2007

Los vicios nacionales. I. Los inelus.

Está en la tradición de la mejor publicística española fustigar los vicios que nos aquejan como pueblo. Kant decía que España es “tierra de antepasados”, subrayando así la especial devoción española por el culto a la honra de la familia. Larra ponía en solfa a los castellanos viejos y otros tipos no menos insufribles del catálogo patrio. Costa pedía un cirujano de hierro para acabar con el mal de oligarcas y caciques, típicos especimenes que mantienen (aún hoy) el país postrado. Unamuno la tenía tomada con los ramplones, también un tipo humano muy abundante por estos y otros pagos. Suma y sigue pues la saga no ha terminado. Al contrario, a los viejos y tradicionales ejemplares de los defectos nacionales vienen ahora a sumarse otros, acordes con la era tecnetrónica en la que vivimos, hispanos de móvil y MP3, pero que siguen siendo igual de fastidiosos, cargantes, groseros y maleducados que el Braulio de Larra; o quizá peores. Así que inauguro una serie nueva y de vez en cuando dejaré caer alguna consideración sobre los vicios más irritantes de los españoles de nuestro tiempo.

El de hoy, al que llamo del “inelu”, es el de la informalidad, la inconstancia (representada aquí en una magnífica imagen de Giotto) y el nulo valor de la palabra dada. Todos lo sabemos; por citar un caso que responde a una experiencia directa mía: si invitas a un español con tres meses de antelación a dar una conferencia en un curso que diriges, fijas con él el día y la hora y te asegura que allí estará ¿qué garantías tienes de que así será? Pocas, ¿verdad? Puede suceder –y no será extraño que suceda- que una semana antes el invitado que no iba a fallar haga que su secretaria llame al personal administrativo del curso para decirle que por”compromisos ineludibles”, el fulano no podrá ir a la conferencia a la que no iba a fallar. Es un “inelu” por sus compromisos “ineludibles” que no existían tres meses antes. Y no es esa la única treta de que se vale este pícaro moderno. Tampoco es manca la de rehuir la comunicación directa, la de actuar de secretaria a secretaria para no verse obligado a dar explicaciones y situar a los perjudicados por su informalidad ante un hecho consumado. Porque con una semana de antelación los programas suelen estar impresos y ya no es posible acudir a sustituciones.

Es un comportamiento irresponsable y grosero y tan informal como prepotente, muy habitual en nuestro país, en donde cuando uno dice que hará algo sin falta, los demás saben que eso puede pasar o no. Aunque no todos; siempre hay algún pobre infeliz que cree que, cuando uno se compromete a algo, lo cumple.

Lo curioso del caso es que los tipos capaces de hacer estas charranadas típicamente ibéricas, de España del caciquismo costista, suelen ir por la vida propugnando una u otra forma de regeneracionismo, dando lecciones de honradez y rectitud y asegurando que luchan por la renovación de la vida nacional. Cada vez desconfío más de los que se llenan la boca con esas bellas palabras porque son sus actos los que revelan su verdadero fondo.

La izquierda y Europa.

Estoy en La Coruña, presto a participar en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, dirigido por mi colega Argimiro Rojo. El curso se titula Medio siglo de construcción europea: balance y perspectivas de futuro y lo que me corresponde desarrollar es la aportación de la izquierda al proyecto europeo. El asunto es complicado porque la actitud de la izquierda frente al proceso de unificación europea ha sido muy diversa y, en ocasiones, contradictoria.

Si resistimos a la tentación de buscar los orígenes del proyecto de unidad europea ya en el Imperio Romano, algo a lo que los especialistas son muy dados para revestirse de un pátina de respetabilidad no vaya a creer el personal que su sabiduría es cosa reciente, flor de un día, haremos bien situando el origen del actual proceso de unificación en los Tratados de Roma, en 1957.Por aquel entonces, años duros de la “guerra fría”, la izquierda estaba, como suele pasarle, muy dividida. Los dos sectores mayoritarios y más enfrentados eran los socialistas y los comunistas y dejamos de lado otras formaciones izquierdistas por la imposibilidad de hablar sobre todas.

Los socialistas, tras haber roto el dogma marxista del internacionalismo proletario al votar los créditos de guerra en sus respectivos parlamentos nacionales en 1914, se habían orientado a sus políticas nacionales pero, víctimas de su mala conciencia por su belicismo en 1914/1918 y horrorizados luego por la IIª Guerra Mundial vieron en el proceso de unificación europeo un modo de salvar su contradicción entre una teoría internacionalista y una práctica nacionalista y hasta chauvinista. Así pues fomentaron la unificación desde el primer momento y en ello siguen al día de hoy aunque con matices. De hecho, la unificación europea se basó en el mismo tipo de compromiso en que se fundamentó el Estado del bienestar, esto es, socialdemócratas y democristianos con la anuencia de los liberales que, si en el caso del Estado del bienestar se prestó a regañadientes, en el del Mercado Común y pasos posteriores, se hizo de corazón dado el odio liberal al Estado y su amor al libremercado.

Los comunistas, por su parte, se habían mantenido, al menos de boquilla, fieles al compromiso internacionalista por lo que su actitud hacía la unificación europea hubiera debido ser favorable, ya que prometía superar a los Estados nacionales. Pero, a su vez, los partidos comunistas estaban sometidos a los intereses estatales de la Unión Soviética, que no quería en modo alguno una Europa unificada y fuerte a sus puertas y en buenas relaciones con los EEUU. Fieles, pues, a las doctrina que recibían de la “Patria internacional del proletariado”, los comunistas estuvieron desde el principio en contra del Mercado Común y de la unificación europea, como estuvieron también en contra del Estado del bienestar, al que consideraban una añagaza burguesa para emascular el movimiento obrero y el avance del comunismo. De igual modo, la unificación europea era sólo un movimiento del capital internacional para enfrentarse a la Unión Soviética secundando los fines imperialistas delos EEUU y la actitud revanchista de Alemania federal.

Por supuesto, las cosas cambiarían. Con el ascenso del conservadurismo reaganista y thatcherista en los años ochenta del siglo pasado y la amenaza de desmantelamiento del Estado del bienestar, los comunistas pasaron de ser sus detractores a ser sus más firmes defensores, incluso en contra de la socialdemocracia que ahora, según ellos, estaba interesada en desmantelarlo, en traicionarlo. Algo similar sucedió con la integración europea, sobre todo a partir de1991, fecha del hundimiento de la Unión Soviética. El proceso de unificación dejó de ser una amenaza para la seguridad de la URSS para convertirse en algo necesario e imprescindible, pero “mal orientado”, ya que no se configura como la “Europa de los pueblos”, verdaderamente democrática, sino como la “Europa del capital”,oligárquica y con un clamoroso “déficit de legitimidad democrática”.

Al día de hoy, el asunto de la izquierda y la construcción europea es tan complejo como siempre: los comunistas y quienes se identifican con ellos o los apoyan defienden ahora justo modo la unificación europea, pero exigen un cambio de rumbo para darle un carácter “verdaderamente” democrático y popular. En cuanto a los socialistas, la cosa aparece dividida. Mayoritariamente, el socialismo democrático está a favor del proceso de unificación europea como está dándose pero en su seno aparecen también opiniones y grupos (más o menos numerosos, según el país de que se trate) contrarios al proceso, euroescépticos que desean detenerlo e incluso revertirlo.

La aportación de la izquierda al proyecto europeo ha sido de primera magnitud y desde el primer momento, pero esto no quiere decir que la izquierda sea siempre europeista o que el europeismo sea siempre de izquierda.

(En la imagen,el famoso cuadro de Eugène Delacroix, La liberté guidant le peuple, 1830,Museo del Louvre).


dimecres, 11 de juliol del 2007

Una bala en la recámara.

"Me acuerdo muy bien. Cuando me detuvieron llevaba una mochila y en la mochila una pistola con una bala en la recámara. De lo que no me acuerdo tan bien es de en dónde me detuvieron. Han pasado treinta años, llevo treinta años viendo un horizonte de paredes de hormigon y comprenderán Vds. que en algunas cosas me falle la memoria. Por ejemplo, tampoco consigo acordarme de para qué llevaba aquella bala en la recámara. Supongo que sería práctica habitual en la organización: si váis armados, llevad el arma presta. Supongo. Pero la prensa lo dio con verdadero histerismo: detienen a Aritz Argingoniz Zubiarre con una pistola y una bala en la recámara. Eso era para poner nerviosa a la gente. Y es que estos españoles enseguida se ponen nerviosos. Claro que tampoco puedo hablar mucho porque los únicos españoles con los que trato son los funcionarios. Aunque de esos me lo sepa todo, si están casados, cuántos hijos tienen, etc. Pero no tengo ni zorrupia de para qué llevaba una bala en la recámara. A lo mejor tenía ya decidido un destinatario y simplemente, al haber fracasado, se me ha borrado de la memoria, como un acto fallido freudiano que, en estos treinta años, he estudiado varias carreras. Pregunto al interesado y no me responde. Miro la foto de aquel chaval de veintidós años que publicaron todos los periódicos el 10 de julio de año 2007, pero no me dice nada. Es evidente que yo no soy él. Obviamente, ya no tengo esa pinta de chaval inocente, sino esta otra que me ofrece hoy el espejo, un cincuentón calvo y con el rostro surcado de arrugas, una por cada momento feliz de mi juventud que me han robado quienes me metieron aquí. Como no creo haber sido presciente hace treinta años de forma que llevara la bala destinada a quienes ahora me han recluido aquí, debo llegar a la conclusión de que aquella bala en la recámara me estaba destinada. Cualquier militar sabe que es más honroso morir en el campo de batalla que retornar de él derrotado y, al fin y al cabo, se supone que nosotros eramos los hijos del pueblo en armas y estábamos en guerra con el invasor español. Pero eso va contra la naturaleza. Nosotros no somos kamikazes, no estamos cegados por fanatismo alguno. Al contrario, consumimos nuestras vidas entre muros porque sabemos que la liberación de nuestro pueblo es cosa cierta y segura como verdad científica y, cuando se produzca, que ya tarda, alcanzaremos vida eterna en el recuerdo de los nuestros. Amén. Jesús."

Recuperar la memoria.

En el post sobre la exposición del Círculo de Balleas Artes acerca de la Transición en España ya advertía que los organizadores han editado un grueso y estupendo catálogo con la colección completa de fotos en exhibición y una serie de trabajos de diversos especialistas (algunos historiadores, una politóloga, un economista, dos juristas y un comunicólogo) que abordan distintas facetas de este episodio histórico. Advertía también de que llegado el momento, lo comentaria. Los trabajos son desiguales, pues mientras unos son minuciosos y bien documentados, otros están escritos un poco más a vuelapluma, si bien todos tienen interés por abordar aspectos poco frecuentados de la transición.

Uno de los más interesantes es el del historiador Álvaro Soto Carmona, El protagonismo de la sociedad civil durante la transición, en el que pide un reenfoque de las visiones sobre el episodio para que, en lugar de concentrarse exclusivamente en lo que los políticos y dirigentes hicieron, se recoja también el ambiente de movilización popular, ciudadana y laboral de aquellos años, tema en el que fue pionero José María Maravall. El trabajo de Soto plantea asimismo un problema que ha ocupado a más de un investigador (de hecho, el trabajo siguiente, de Paloma Aguilar Fernández, también lo suscita), en concreto el de saber si, en el momento crucial de la transición, los españoles tenían ya o no una cultura política democrática. Hay opiniones encontradas al efecto. En la mía había tal cultura política democrática e, incluso, aunque parezca paradójico dado el carácter doctrinal del régimen de Franco, era hegemónica en muchos ámbitos de formación de opinión, como la universidad, los institutos, las redacciones de los periódicos, hasta la Iglesia. Y me parece que esa cultura política democrática procedía en buena parte de una fuente que no he visto que se se haya estudiado, la influencia del cine y, sobre todo, la televisión de procediencia extranjera, especialmente pero no sólo, estadounidense. Es lo que podría llamarse la "pedagogía difusa" de la televisión, medio que mira una abrumadora mayoría de ciudadanos. Esos productos culturales norteamericanos (films, series de televisión, etc) que frecuentemente ensalzan a los EEUU como tierra de libertad, democracia, derechos de los ciudadanos, libertad de expresión, etc tenían tanta mayor influencia cuanto que, además, juntos con otros, proceden de unos países considerados arquetípicos y dignos de imitación, los EEUU, Francia, Inglaterra, etc.

El capítulo de Paloma Fernández Aguilar, que lleva años trabajando brillantemente cuestiones de cultura franquista y memoria histórica se llama Cultura política, consumo cultural y memoria durante la transición y en él, además de la pregunta por el tipo de cultura política prevaleciente en la transición, aborda el de consumo cultural en general, con atinadas observaciones acerca de los filmes producidos, el consumo de revistas, programas de TV. y libros. Pone de manifiesto el exitazo de los libros de Fernando Vizcaíno Casas, un falangista nostálgico que escribió ensayo y novela en un estilo de broma gruesa, así como garbancero, ridiculizando la democratización de España y añorando al Caudillo p.G.D. y q.p.d. Es un terreno este muy resbaladizo y quizá por eso tenga tanto mérito el trabajo de Aguilar Fernández.

Juan Carlos Pereira Castañares, otro historiador, toca el tampoco frecuente tema de la influencia exterior en la Transición española, La Transición española desde el exterior. La influencia del factor internacional. Lo hace con prudencia y moderación y subraya un dato no muy comentado pero sí muy significativo: a las exequias de Franco vinieron Pinochet, el Vicepresidente dominicano e Imelda Marcos, esposa del Presidente de Filipinas; los demás países mandaron gentes de tercer y cuarto nivel. Tres días después, en la coronación de Juan Carlos I había casi una decena de jefes de Estado (p. 137). Este tema de la influencia de lo exterior no es de los más frecuentes probablemente porque a los españoles no les gusta que los demás se metan en sus asuntos, aunque eso es lo que sucede casi de continuo y, cuando no sucede, los mismos españoles se enfadan. Hay que ver con qué indignación se citan siempre las palabras del ministro estadounidense de Asuntos Exteriores de entonces, Alexander Haig, cuando dijo que la intentona de Tejero era un "asunto interno español" que, en buena medida así era, ya que la amenaza al orden constituido no provenía de una guerra o una invasión exterior

Román Gubern hace un repaso a la producción cinematográfica nacional de la época muy interesante. Es un hombre que domina el tema sin duda alguna y con él otros aspectos de las manifestaciones culturales, como las movidas urbanas o los movimientos de renovación de la música. Me deja algo sorprendido que, en el momento de hablar de las revistas contraculturales cite a El Papus y El víbora pero no Ajoblanco

El trabajo de Gregorio Peces-Barba, que se titula Transición y memoria histórica, de lo que menos se ocupa es de la memoria histórica. El autor parece molesto porque , según dice, en los festejos del trigésimo aniversario no se contara con ninguno de los padres de la Constitución, entre los cuales está él. Precisamente por eso decidí traer las dos famosas fotos de los padres y el momento Tejero en el Congreso, como ilustración del triunfo de la democracia y el Estado de derecho y el fracaso del golpismo militar. Peces-Barba aprovecha para defender los cuatro puntos en que al PSOE le gustaría ver reformada la Constitución, bastante razonables, por cierto, pero sobre la memoria histórica hay aquí poco discurso.

dimarts, 10 de juliol del 2007

Rato y Bono.

Hay paralelismos que se prestan a interesante comentario entre los retornos a la escena pública de dos prohombres de los grandes partidos nacionales que llevaban una temporada retirados a los cuarteles de invierno, si bien uno más tiempo que el otro. El primero de todos es que el poder, como el canto de las peligrosas sirenas, tiene un atractivo muy difícil de contrarrestar, máxime si los intrépidos navegantes no toman la precaución de que los amarren al mástil. Ha bastado que se vislumbre en lontananza el cabrilleo de la ruleta de unas elecciones generales para que los dos políticos hayan decidido regresar el uno al solar patrio y el otro directamente a una lista electoral por su querida provincia de Toledo. Maravilla el atractivo del poder, del que todos desconfían y todos buscan con ahínco. Al extremo de que las razones que se esgrimen son como gelatina. La "vida privada" fue la que esgrimió el señor Bono para retirarse; la "vida privada" la que esgrime el señor Rato para retornar. Es verdad que todavía no ha dicho que sea a la política, pero pocos lo dudan. Y ¿qué decir de la vida privada del señor Bono? O es de corto recorrido o incluye el hecho de ser diputado por Toledo y, al parecer, presidente del Congreso de los Diputados. Supongo que el señor Marín estará buscándose un acomodo.

Los paralelismos se rompen al entender el significado de ambos movimientos. Las próximas elecciones van a darse en el territorio del fementido Vellido Dolfos, la traición a la Patria y otras demasías históricamente hispanas. Interesa pues tener cerca al socialista más castizo y nacionalista español (seguramente también se estarán lanzando tejos al huerto extremeño del señor Ibarra) para reforzar esa E de las siglas del PSOE que la derecha (que no la lleva en las suyas) le acusa de haber perdido, de haber vendido, de haber arrojado fuera de sí y pisoteado con saña. El señor Bono diputado y presidente del Congreso es como poner a Agustina de Aragón detrás de los leones de la puerta. Hábil finta del señor Rodríguez Zapatero que así demuestra que controla a su gente y, por tanto, que hay un proyecto único de gobierno, a diferencia del PP, donde reina la polifonía.

El señor Rato no regresa a petición del señor Rajoy y ni siquiera está claro por qué regresa. Pero sí lo está que representa la opción centrada de la derecha española frente a un Rajoy que proyecta una imagen de intransigencia y radicalismo. Esa es exactamente la carátula con que prepara su candidatura el señor Ruiz Gallardón. A su vez, éste está en pugna con la señora Aguirre, que representa el liberalismo más puro en el nuevo sentido que viene adquiriendo este viejo término español que quiere ser hoy sinónimo de integrismo de libre mercado. Así como la vuelta del señor Bono es un acierto para las perspectivas electorales del señor Rodríguez Zapatero, ya es el "hombre de los votos", igual que en ciertas tribus hay un "hombre de la lluvia", la del señor Rato no se sabe qué efecto tendrá en las del señor Rajoy, dado el estado algo tumultuoso en que se encuentra su partido y la muy previsible desorientación de sus votantes centristas. Los descentrados están seguros.

Las siete maravillas que, como el G7, son ocho.

No se crea que voy a lamentar nuestra mala suerte y triste sino, que no ganamos una ni a tiros. Estoy de acuerdo con la UNESCO en que esta votación no tiene valor. Claro que tampoco me parece que si la hiciera la UNESCO sería más válida. Objeto al hecho en sí de elegir "maravillas" del mundo y más en número de siete. ¿Por qué siete? Entre otras cosas debieran ser seis pues, existiendo aún la pirámide de Gizeh, queda una de las maravillas y, por lo tanto, hoy hay ocho o bien una del mundo antiguo y siete del mundo contemporáneo. Pero nos pongamos como nos pongamos, ocho.

Todo el mundo entiende que el valor estético no puede decidirse por mayoría. Pero eso no importa. Lo que importa es que en algún sitio se diga cuáles son las siete maravillas porque así se podrán confeccionar viajes organizados consistentes en recorrer las siete maravillas del mundo. Y las agencias que los organicen se forran. Es curioso que de las siete que han salido (con cien millones de votantes, el 9% de la población china) seis se encuentren en países en desarrollo o de bajo nivel y sólo una sea del siglo XX. A la hora de pensar en "maravillas", la Humanidad se va a siglos pasados, a veces muy pasados. Uno pensaría que hay otro tipo de maravillas más acordes con los sentimientos que pudieran darse en la era industrial y postindustrial. Se me ocurren varias, la Torre Eiffel, que ha sido candidata, el ferrocarril transiberiano, la carretera Panamericana, el canal de Suez, el de Panamá, alguno de esos puentes increibles que hay por el mundo, el chunnel del Canal de la Mancha, el Voyager, etc. Pero tampoco hay que quedarse ahí, faltan muchas otras posibles maravillas, como los leones alados de Nínive, la piedra Rosetta, los guerreros de Xian, la catedral de Milán o la ciudad de San Petersburgo o Venecia. En fin, práctica inútil. La Humanidad ha ido dejando un rastro de maravillas. Porque ¿qué pasa con la música de Mozart o la gran "conurbation" que es el Este de los EEUU, entre Washington y Nueva York?

En realidad, lo que me llamó la atención es que en suelo español estuviera una de las candidatas con mayores posibilidades. No sé si eso se hace a propuesta de los países o por un comité pero, sea como sea, los españoles nos lo hemos tomado a pechos por lo de la negra honrilla nacional. Todos apoyando la Alhambra. Sin duda, sin duda. Pero la Alhambra es un palacio árabe, es arquitectura, escultura, arte musulmán. Puro. Tiene gracia que la nación en cuyo proceso legiferante creen poder intervenir los obispos católicos vaya de premios internacionales con una muestra pura del más sublime arte nazarí. Los obispos católicos ¿no van a decir nada al respecto? Sin duda la nación española se nutre de diversos veneros y uno de ellos es el árabe y/o musulmán. Por eso el enrocamiento de la jerarquía católica está fuera de la realidad.

dilluns, 9 de juliol del 2007

El bonito serial del verano.

No me dirán que no es de novela de Raymond Chandler o Dashiel Hammet y hasta de Simenon. Ya está aquí otra vez ETA. Por fas o por nefas ETA ocupa continuamente el centro del escenario. La jueza Le Vert quiere saber qué funcionarios españoles andaban trasteando con los etarras y en dónde. Claro que a la misma jueza le interesará qué tenían que decirse el hombre mano derecha de Mr. Sarkozy cuando era ministro del Interior y ese presunto etarra, señor Iurrebaso.

Nada, nada, un thriller, que se dice ahora. Unos jueces, unos presuntos delincuentes, altos y misteriosos funcionarios, fronteras, mediadores internacionales, aeropuertos. Seguro que alguien se acuerda del capitán Khan en el aeropuerto de Bangkok. ¿O era Kuala Lumpur? El señor Rajoy insiste en que el Gobierno entregue las "actas" de los compadreos con el Gobierno, las "actas de la vergüenza", como ya las ha llamado por ahí algún plumilla con espíritu de novelista por entregas, a lo Ponçon du Terrail. Dice el señor Rajoy que tendría su gracia que los franceses las conocieran antes que los españoles. Al margen de que esta gracia era la que se reía en el régimen de Franco, cuando los españoles se enteraban de lo que pasaba en su país por Radio París, no será el caso ahora probablemente porque la jueza Le Vert no las pedirá. Ella lo que quiere es saber si la condición de negociador aducida por el señor Iurrebaso es cierta o no y, caso de serlo, tendrá que valorar cómo incide eso en la consideración de los muy probables delitos que se le imputen de pertenencia a banda armada, tenencia ilícita de armas, falsificación de documento público, sustracción de vehículo, etc, etc. Así que lo más probable es que el señor Rajoy se quede sin las "actas". Compuesto y sin actas.

Al propio tiempo, la policía española asegura que, con las dos últimas detenciones de etarras se ha desarticulado el aparato de falsificación de la organización armada. Es bastante probable. Y también lo es que surja otro en poco tiempo. Esto me lleva a la consideración de un argumento que es muy típico de la izquierda abertzale y que he leído en alguna ocasión en Gara para fundamentar la idea de que la política represiva no acabará con ETA, sino que el fin de ETA sólo se conseguirá mediante el diálogo. En su forma retóricamente más contundente, este argumento dice: supongamos que la policía detiene a todos los etarras, ¿cuánto se cree que tardará en surgir una nueva ETA? Está bien la retórica y aparentemente preocupada pregunta, pero es falaz porque la cuestión no es que no merezca la pena acabar con el crimen porque éste se reproducirá sino que la cuestión es: ¿hay que acabar con el crimen, sí o no? Ahí ya la respuesta suele ser otra y no menos falaz: "Sí, pero con todo él", dando a entender que, si no hay una situación absolutamente libre de crimen, el suyo que no se lo toquen.

Ese es el problema que plantea el terrorismo de ETA, que tiene muchos simpatizantes que no se atreven a respaldarlo de modo expreso pero lo hacen de forma subrepticia. Esto es lo que permite al señor Pernando Barrena decir el otro día que el Gobierno debe seguir explorando las posibilidades de diálogo con la banda terrorista. Supongo que él sabe de muy buena tinta que si ésta ha roto el fuego es para subrayar sus muchos deseos de diálogo.


Lo que pudo ser.

Es muy interesante el libro que acaba de publicar José Ribas, quien fue fundador, alma, factótum de la revista Ajoblanco, importante referencia de la cultura underground, de la contra-cultura, del movimiento libertario de los años setenta y luego, en segunda época, de los noventa; referencia e icono en sí misma, pues traía una significativa parte gráfica y muy original maquetación. Es un libro sobre los años setenta. No unas memorias, puesto que no se cuenta en él la infancia y adolescencia del autor, sino la juventud, a partir del ingreso en la Universidad, Facultad de Derecho y de su decisión de apartarse de los cauces trillados de hacer carrera y de construirse su vida de modo autónomo y libre.

Es, por lo tanto, un libro sobre la transición. Otro. Y otro tipo de libro porque, sin ser memorias, es un relato en clave personal, la narración de unas vivencias entre los años 72/73 y 78/79. La transición, en definitiva, que coincidió con la juventud del autor, esa época dorada de la vida retratada en el verso de Joan Manuel Serrat, “Ara que tinc vint ans…”.

Así que Los setenta a destajo es un libro de recuerdos en el que se describe lo que pudo ser y no fue. Básicamente a causa de que el poder político lo hizo imposible, que, si no es por ello, se hubiera organizado la de San Quintín. Lo dice el autor con algo de hipérbole a mi juicio: “El Gobierno de UCD bordeaba el ataque de pánico. Si CNT conseguía articular parte de las aspiraciones populares, Europa podía cambiar de signo.” Nada menos. Contaba el autor con los “movimientos autónomos de base” en varios países europeos. Y no sólo Europa, “las sociedades desfavorecidas de Iberoamérica bajo yugo militar podían alzarse también si la insurgencia triunfaba en la Península.” (p. 521) Lo dicho, para mí que es algo exagerado. El mundo no está tan pendiente de España como pueda parecer a los jóvenes españoles.

La transición es como un trasfondo histórico, un contexto que va dando sentido al texto, no algo objeto específico de estudio. Ribas tiene un juicio muy negativo sobre ella. En principio, se hizo porque la gente se echó a la calle y los políticos iban a remolque (p. 159). Tuvieron decisiva importancia los designios de los países extranjeros, especialmente los EEUU y, más especialmente, la CIA (de hecho, hay frecuentes referencias a una especie de conjura permanente de la CIA), lo que hizo que el "guión" de la transición lo trazara "el gran capital" (p. 336) y que acabara siendo cosa de los políticos (p. 362), protagonizada por los partidos (p. 409); en definitiva se gestó en pequeños cónclaves, como heredera del "caudillismo franquista" (p. 361). Sin embargo, la juventud quería ruptura (p. 337) y la situación era, a su juicio, tan grave que "los banqueros estaban aterrorizados ante la posibilidad de que los nuevos movimientos sociales tomaran la calle sin corsés políticos y buscaban el pacto social y el control obrero por los comunistas a cambio de reconocimiento y prebendas" (p. 363). Este párrafo es un diagnóstico libertario típico.

Pero el autor no sólo es libertario, sino que sobre todo es él mismo, tiene idea de generación y sostiene que la anterior (a la que responsabiliza de la transición, la que personaliza en Felipe González) se identifica con "el marxismo dogmático", los "frentes de liberación de Cuba y Argelia", los "curas obreros", la "canción francesa" y la "cultura del alcohol" (p. 461). Me parece que se lo pone demasiado fácil a sí mismo. Esa generación, de la que formo parte, había abandonado el marxismo dogmático (incluso el marxismo), los frentes de liberación encandilaron a una parte (los "felipes"), los curas obreros eran vistos con condescendencia por casi todos, además de la chanson se extasiaba con la misma Angie, de los Rollings, que él, y en cuanto a la cultura otra parte importante ya se lo sabía todo en cosa de drogas. Tanto como su generación o más.

La parte personal tiene mucho interés. Toda la obra se lee de un tirón porque lo autobiográfico impregna el relato, acelerado, vertiginoso, muy bien escrito. Es verdad que, como él mismo dice, el autor se mueve en cuatro escenarios distintos, saltando de uno a otro, mezlándolos: el del ambiente burgués, el estudiantil, el progresista y el homosexual clandestino (p. 251). Hay en el comienzo un propósito vital que actúa como un programa: el autor se rebela contra el pasado y la "culpa judeocristiana" que reina en su medio cultural (p.111). Ya había advertido que fue Eros y Tánatos, de Norman O. Brown lo que lo libró de caer en el dogmatismo marxista. Y por lo que sea, por su forma de ser, por su propósito, toda la obra respira autenticidad. La cuestión homosexual -en realidad Ribas es bisexual- está tan presente como la transición pero narrada con mayor delicadeza, con tacto, con cariño, lejos de los juicios perentorios que tiene con aquella. Omnipresentes también están las drogas, el costo, la maría y el ácido. No habla de cocaína y el caballo le produce horror. Es curioso que dedique unas breves páginas a narrar un viaje de ácido con el señor Racionero haciendo como de gurú. Se ve que fue una experiencia muy importante; intenta transmitirla describiendo sensaciones al estilo de Huxley en Puertas de la percepción o Castaneda en The Teachings of Don Juan, cosa que se le perdona porque termina diciendo sobriamente "a partir de aquel día viviría al otro lado de un viaje en ácido." (p. 356).

Lo que pudo ser y no fue abarca también la obra de su vida, que fue la revista Ajoblanco, realmente uno de los símbolos más rotundos de la contracultura, el arte conceptual, la música progresiva de los setenta. En poco tiempo, Ajoblanco fue también plataforma aglutinadora del movimiento libertario español, adelantado de muchas lides en cuestión de emancipación sexual, ecología, energías alternativas, etc. La importancia de la revista se mide en una tirada pico de 100.000 ejemplares, sorprendente para un producto sin publicidad y comercializado de modo alternativo y en el hecho de que le cupiera el honor de ser suspendida y multada en el Consejo de Ministros.

El retrato que hace de la evolución del movimiento libertario en aquellos años está muy en línea con el viejo espíritu anarcosindicalista, como se ve por la guardia continua frente a los intentos manipuladores de los comunistas (p. 249, tc.). Su visión de las pugnas sindicales de la época, la rivalidad entre la CNT y las centrales "del sistema", por así decirlo, con Pactos de la Moncloa incluidos, es muy reveladora y poco frecuente. Al final, la revista dejaría de salir en 1977 debido a las disensiones internas del equipo, (p., 495) que era también el mal que aquejaba a la CNT.

El libro es también interesante como crónica de una época y retablo de personajes de y tendencias de entonces enjuiciados aquí, salvo contadísimas excepciones, con penetración, inteligencia y la benevolencia que suele dar el paso de los años bien llevados. Son gentes de la gauche divine, de los novísimos, personajes como Luis Racionero (que se ve ha tenido importancia grande en su vida), Félix de Azúa, Vázquez Montalbán, Savater, Rubert de Ventós, Barral, Quim Monzó y muchos otros. No comentaré nada de esos juicios por no ir de spoiler. Pero el libro merece la pena. Es una crónica fresca de una época interesante que el autor vivió en plenitud cuando tenía "la força".

Quisiera resaltar el tacto exquisito con que Ribas presenta su vida de familia, sobre todo sus relaciones con sus padres. Es muy poco frecuente que los relatos autobiográficos escapen a las imágenes estereotipadas en las relaciones paterno-filiales (veneración ilimitada o bronca oposición) y menos aun que sepan presentarlas con esa mezcla de comprensión, sensibilidad y cariño tan de agradecer. Realmente sus padres debieron de ser personas extraordinarias.