dilluns, 16 de juliol del 2007

Cavándose la fosa.

No se entiende cuál sea la estrategia del PP y del señor Rajoy en concreto para ganar las elecciones de marzo de 2008. Casi parece que se la esté elaborando el enemigo. Una encuesta para La Vanguardia dirigida por Julián Santamaría, la primera que se publica tras el debate sobre el estado de la Nación, predice una victoria del PSOE en unas posibles elecciones generales a día de hoy por 44% frente al 37% del PP. Es decir, la izquierda volvería a ganar las elecciones, como en marzo de 2004. Los otros datos de la encuesta aún son más demoledores para la derecha. Un 74% de los ciudadanos aprueba que el presidente del Gobierno intentara negociar con los terroristas y un 72% reprocha al señor Rajoy que obstaculizara el intento. En román paladino esto quiere decir que la estratagema del PP de hacer pivotar toda su oposición en la supuesta rendición del señor Rodríguez Zapatero ante ETA, sus vergonzosas claudicaciones, sus engaños a la opinión pública, es un fracaso sin paliativos, como ya había quedado claro en la valoración popular del pasado debate sobre el estado de la Nación, que daba al señor Rajoy por laminado, excepto en las columnas de Ignacio Villa y otros esforzados reaccionarios inasequibles al desaliento que lo consideran victorioso donde salió derrotado y respaldado donde la gente no quiere verlo ni en pintura.

Lo curioso es que parece haber acuerdo en el PP en perseverar en el error, en seguir golpeando el hierro no mientras esté caliente sino, según parece, en la esperanza de que se caliente a base de golpes. Acaba el partido de clausurar el campus FAES y en su discurso el señor Aznar insistió en atacar al Gobierno a cuenta de ETA y la política antiterrorista, al tiempo que vinculaba tan errónea decisión con la candidatura del señor Rajoy a la presidencia del Gobierno.

"Afortunadamente, los españoles saben que hay un partido, el Partido Popular, y un líder, su presidente, Mariano Rajoy, que hoy nos hace el honor de acompañarnos para clausurar este Campus, con principios firmes, con convicciones, leal a España y a los españoles, y que siempre ha sabido y querido estar del lado de la dignidad y la libertad."
Pues parece el abrazo del oso. No sé si el señor Rajoy tuvo alguna vez ese espíritu centrista de que ha alardeado en ocasiones pero lo que está claro es que aparece como un hombre pantalla de las tesis más extremas del extremista señor Aznar (como se aprecia en la foto de Efe) y cautivo de los dos guardianes del neoconservadurismo práctico en España. En ese partido el señor Rajoy es prácticamente un lider amortizado. Ni en él ni fuera de él cree nadie en su victoria electoral. Y el drama es que no podrá despegar mientras siga siendo el señor Aznar quien le diga lo que tiene que decir.

Por cierto, sin belicosidad alguna, el señor Aznar hizo una descripción de la grandeza de España muy curiosa en la que obviamente falta y sobra algo. ¿Qué?
"No es recomendable ser necio, sobre todo cuando se ha tenido la suerte, y los españoles la tenemos, de convivir en una gran nación como España; un gran proyecto histórico con raíces grecolatinas, desarrolladas por el cristianismo y enriquecidas con la Ilustración. Una Nación plural y unida articulada en un envidiado y envidiable proyecto de convivencia felizmente consensuado hace treinta años."
¿Qué falta? La aportación musulmana, que no es baladí pues está presente en todos los quehaceres de la vida del espíritu, desde la arquitectura nazarí hasta las jarchas, pasando por el estilo mozárabe y la escuela de traductores de Toledo. No mencionar el islam en la formación de España es muestra de esa visión sesgada, excluyente, amputada de la nación que caracteriza a parte de la derecha española, históricamente dominante, y que hace que parte de la izquierda encuentre imposible identificarse con ella y de ahí que los símbolos, la idea misma de la nación suelan ser objeto de debate político.

¿Qué sobra? La Ilustración. No porque en sí misma no sea deseable, sino porque su impacto en España ha sido más por ausencia que por presencia. Hay quien sostiene que la Ilustración, a pesar de todo, llegó a España pero nadie podrá negar que, las esporádicas persecuciones a que se sometió a algunos ilustrados en el XVIII, como Olavide o Cabarrus, fueron pasos previos a la más sistemática de los ilustrados, organizada por Godoy y que dió en la cárcel con los huesos de Jovellanos entre otros.