dimarts, 3 de juliol del 2007

Visto para sentencia.

Es como ha quedado el juicio por el 11-M; y vistos para el arrastre los mendas que llevan tres años haciendo lo imposible por embarullar las cosas, cuestionar la acción de la policía, los jueces y fiscales, sembrar sospechas e insidias y mezclar consideraciones políticas y judiciales en sucesivos intentos de que no se celebre el juicio, que no pueda esclarecerse la verdad porque ésta es perjudicial para los intereses del PP, el partido en el Gobierno cuando se produjeron los atentados de Atocha.

A los efectos de conseguir estos fines, los responsables han empleado todos los medios: periódicos sin escrúpulos, emisoras de radio monotemáticas, libros, movilizaciones populares, interpelaciones parlamentarias, declaraciones en comisiones de investigación. Todo con el fin de orientar el interés de la opinión pública y las pesquisas e investigaciones de las autoridades en una dirección contraria a la que marcaban los hechos y las pistas, una que nunca se pudo definir con claridad sino sólo mediante insinuaciones y sugerencias de mala fe porque nunca tuvo la menor base empírica.

Toda esta febril actividad ha tratado de suscitar en la opinión pública española una impresión similar a la que se consiguió en otros casos -que actúan aquí como modelos, igual que el Watergate fue el caso con cuya aura se pretendió disfrazar la labor de zapa de El Mundo durante los años del "infame Felipato"- en los que una coalición de periodistas y tertulianos amarillos, políticos sin escrúpulos y simples delincuentes consiguió que el PSOE perdiera las elecciones por la mínima, en el entendimiento de que jamás se le ganaría en una contienda electoral limpia.

Así llegó el señor Aznar al poder y así quiere hacerlo el señor Rajoy. Por eso reproduce el modelo y alimenta la "teoría de la conspiración" con comentarios ambiguos, que le dan pábulo, si bien últimamente esos comentarios debe de hacerlos el señor Rajoy muy para su coleto. La idea primera era hacer ver que estábamos ante la lucha de los medios críticos, verdaderamente independientes contra un vulgar intento de cover up a cargo del Estado, como si esto fuera "En nombre del padre". Por eso también al día de hoy Libertad Digital sigue hablando de la Versión oficial, como si hubiera una.

Pero no, no hay una "versión oficial", sino que los hechos se han expuesto y analizado públicamente de un modo minucioso y, en su día, habrá una sentencia que será la "verdad judicial"; para los demócratas, la verdad a secas; para los de la teoría de la conspiración, una vuelta de tuerca a la "versión oficial"; o sea, algo inaceptable. Lo curioso del caso es que, además de no existir la "versión oficial", tampoco lo hace la "versión no oficial" pues quienes atacan a la primera son incapaces de citar hecho o prueba algunos que vinculen a ETA con el 11-M.

Dado que el juicio está visto para sentencia y que la autoria islamista parece ser la única suficientemente probada, muchos comentaristas sugieren a los fabuladores de la teoría de la conspiración que cejen en su empeño, pidan perdón a la opinión pública y, si son políticos, que dimitan. Pero esto implica un ingenuo desconocimiento de la estofa de que están hechos unos individuos que pretenden obstaculizar el normal funcionamiento de la justicia, incluso mediante actos, como el del señor Díaz de Mera, que pudieran ser constitutivos de delito.

Estos no solamente no se arrepienten de lo hecho (aunque sepan perfectamente que es algo imperdonable) sino que reinciden en ello, sostienen que el caso se cerrará en falso, que no se habrá investigado lo suficiente, con lo que se desliza en el ánimo de la gente la idea de que se ha condenado a unos inocentes, mientras que los auténticos culpables campan por sus respetos, cada vez más envalentonados. Es una canallada, pero da considerables réditos políticos y económicos, ya que este tipo de historias conecta bien con creencias populares y supersticiones ingenuas sobre la maldad de fuerzas oscuras y el día definitivo del ajuste de cuentas. Que son un negocio, vamos.

Gordillo en el Sofidú.

Se acaba de estrenar una exposición de Luis Gordillo en el Reina Sofía que está muy, muy bien. Si no me equivoco, la mayor parte de la obra escogida para mostrar es de los años setenta y está tan bien organizada, con tal variedad de emplazamientos y tanta armonia entre las obras y su medio más inmediato que la exposición misma es una obra de arte. Sin duda, también a cargo del propio Gordillo, que parece haberse preocupado de todo, incluidos los tonos de las paredes y la geometría del suelo. Hay que ver el partido que le ha sacado a la deconstrucción de la fotografía de Peter Sellers, con la que ha empapelado una sala y un pasillo.

Gordillo me parece un artista puro, un creador capaz de absorber todos los elementos en torno suyo, las teorías, las ideas, las imágenes, las formas, los colores, de mezclarlos en amalgamas personalísimas sobre las que vuelve una y otra vez y que, al final acaban teniendo esa impronta cuya originalidad reside en que a uno le parece que ya las ha visto antes sólo para caer en la cuenta de que, sin grandes alharacas, son absolutamente originales.

Y desconcertantes. Resulta imposible encasillar a Gordillo en un estilo porque se encuentra a caballo de varios y el que más suele asignársele, el abstracto, aparece en su obra como una prolongación, como lo posabstracto. De hecho, la variedad de materiales que utiliza, óleo, acrílico, lienzo, panel, plástico, dibujo, fotografía, no solamente revela su espíritu inquieto, en busca permanente de formas, sino que convierte cada obra suya, tanto las que tienen existencia individual como las que vienen en forma de series en una experiencia única. Porque ya hace falta tener arte para convertir en única muchas veces formas de expresión cuyo encanto descansa en la repetición (véase la primera imagen, "A través de dos A, B", de 1979) y en la reiteración. Quizá sea la peculiar mezcla de pintura y fotografía lo más característico de Gordillo. Es un fotógrafo contumaz y minucioso, que juega con formas, volúmenes, luces y plasma luego muchos de estos en collages sorprendentes.

Un hombre con tantos recursos acumula también un gran depósito de influencias que él mismo se encarga de subrayar. Una de las más decisivas en su obra es el expresionismo abstracto de Pollock. Confieso que una de sus ideas que más me gustan es la que llama "Blancanieves y el Pollock feroz".

El sentido, el sentimiento que Gordillo plasma es el precipitado de una vida riquísima presidida por la obsesión de la expresión artística como aquella trasmisión de contenidos que fuerzan su presencia a través de la repetición, de lo fragmentario, de los mecanismos de reproducción mecánica de las obras de arte que tanto interesara a Walter Benjamin y que en Gordillo adquiere el carácter de estilo artístico a través de múltiples manifestaciones, desde los fotogramas del celuloide a las impresiones fotocopias o los trabajos mediante ordenador. El arte de Gordillo está vivo y se manifiesta en una variedad de procedimientos. Tómese como ejemplo la última imagen (La pareja americana, 1974). Si se considera con atención el mosaico no solamente se descubren las muchas veces sutiles relaciones entre las imágenes en los cuadrados y muchas otras cosas. Es como si la obra nos obligara a mirarla leyéndola, yendo de un cuadrado a otro, a través de asociaciones de sentido que emanan de ella misma, que también hay elementos de "op art" en la obra de Gordillo. Igualmente también hay muchos elementos figurativos; la segunda imagen, ("Asténica entrando", de 1971) es buena prueba de ello. Como también lo es, en esta imagen y en general en toda su obra, la presencia casi permanente del psicoanálisis. El mismo autor dice que ha estado psicoanalizándose cuarenta años. Hay mucho efecto psicoanalítico en la obra de Gordillo. No pretende representar la realidad, sino interpretarla. Claro que eso es lo que hacemos todos. Pero unos, como Gordillo, mejor que otros.

Esta exposición viene a ser la del reconocimiento de un maestro que ha alcanzado la plenitud en cada una de las etapas de su desarrollo.

dilluns, 2 de juliol del 2007

Diálogo del párroco y el obispo.

Párroco: ¡Qué sofocón, monseñor! Todavía no me he repuesto de la penitencia.

Obispo: Ya lo veo. Has tardado un día en venir a darme cuenta del desfile del Orgullo Gay al que te envié precisamente para que me informaras.

P.: Y lo haré, padre; a eso vengo. Pero pongo a Dios por testigo...

O.:Hijo, que te pierdes.

P.:...de que jamás presencié tanta depravación, tanta inmoralidad, tanta deliberada ofensa a las más santas instituciones y blasfemia contra el Creador.

O.: Bueno, bueno, pero ¿qué viste?

P.: De todo; vi de todo. Había mujeres desnudas en actitudes lascivas.

O.: ¿Seguro que eran mujeres?

P.: Bueno, llevaban las...las... esas al aire.

O.: Claro, hijo; pero eso, hoy, por desgracia, ya no quiere decir nada. El Maligno te lo cambia todo sin que te enteres. Hombres en mujeres, en vasos del mal. ¿Qué más viste?.

P.: ¡Qué vasos, padre! Hacen burla de la Iglesia. Había mujeres impúdicas disfrazadas de monjas.

O.: Y eso si fueran mujeres , ya te digo.

P.: Hombres sin Dios disfrazados de curas.

O.:Y eso si fueran hombres o, lo que es peor, si es que iban disfrazados.

P.: ¿Qué queréis decir, Monseñor?

O.: Tú y yo, ¿qué sabemos? Tenemos al clero alborotado y crecido con esto de la Teología de la Liberación y muchos curas ya no sólo quieren casarse, sino hacerlo entre sí. En estos tiempos está todo mezclado y nada es lo que parece ni parece lo que es. La Filosofía, hasta la Teología están confusas. La que reina hoy es la Teología de la Confusión. Fíjate en la bandera de los "gays". Tiene todos los colores porque su mensaje es que hay "gays" en todas las ideologías, credos, religiones, profesiones, clases, sectas y clubes. Todos los colores. Esa es una pretensión desmesurada y muy peligrosa para nosotros. Muestra el violeta de la penitencia, el azul de la inocencia, el verde de la esperanza, el amarillo vaticano y el rojo de la pasión. Lo quieren todo. Un peligro.

P.: Es lo que pienso, padre, es un desfile del orgullo contra la Iglesia.

O.: Cómo cambian los tiempos.

O.: También vi la burla de un paso de procesión, con falsos encapuchados y una Santísima Virgen en andas. Esto parece Sodoma y Gomorra.

O.: La Santísima Virgen, Virgen Santísima. Virgo Mater, no tienen límite. Habrá que ver si nuestra gente en Tele Madrid, a las órdenes de la señora Aguirre, presidenta liberal, ha censurado el reportaje. Sólo Dios sabe a dónde vamos a llegar.

P.: Vi también a la ministra de Cultura, doña Carmen Calvo, vestida de arcoiris y en actitud más que familiar con el señor Pedro Zerolo.

O.: Esos son los culpables de todo, los socialistas, corrompidos por el escepticismo y el relativismo, de relajadas costumbres, productos de la permisividad de la izquierda. ¡Qué ejemplo para nuestros hijos! Nuestros hijos espirituales, claro es. Espero que Rajoy interpele al Gobierno en el debate sobre el estado de la diócesis acerca de esta desmesura que convierte a España en el vertedero moral de la Humanidad y se deje de tonterías sobre ETA que, al fin y al cabo no mata curas porque es una organización de meapilas.

P.: También estaban los señores José María Fidalgo y Cándido Méndez.

O.: ¿Mostrando sus partes? ¿También en actitud "más que familiar"?

p.: No, iban serios, como si fuera el 1º de mayo. Asimismo vi al señor Llamazares y un cartel de Izquierda Unida...

O.: Claro, los comunistas. Esos han estado siempre en contra de los valores cristianos, aunque en algunas cosas podíamos coincidir antes. Hoy no es seguro. Antes, cuando había países comunistas como Dios manda, los maricones lo tenían crudo. Me lo decía Woytila, que una de las cosas en las que coincidía con los gobernantes comunistas de su querida Polonia era en perseguir a los atravesados. Y hoy creo que en Cuba se sigue haciendo. Sana costumbre. Pero estos comunistas de aquí se han pasado a la inmoralidad.

P.: Los comunistas, Amnistía Internacional.

O.: Pues eso, comunistas.

P.: Había personajes populares, presentadores de televisión, la señora Veneno.

O.: La ¿qué?

P.: La señora Veneno, que es una famosa que tiene una vida que válgame el Señor. Y un grupo musical que se llama "Locomía".

O.: Esos son buenos. Le hicieron una canción a Gorbachov a comienzos de los 90, con un viejo aire folklórico ruso que decía: "Cuando lleguemos a Rusia/Gorby nos acogerá/Y en la Plaza Roja/Gritaremos Libertad". Si alguien quiere oírlos, que pinche. La calidad del video deja que desear, pero es arte "gay".Sigue, hijo, sigue. ¿Qué más viste?

P.: Aparta, Señor, de mí este cáliz.

O.: Curita que ahora sí que te pierdes, eso es del guión de Jesucristo.

P.: Sólo quería haceros ver que mi alma sufre al verse obligada a recordar tan satánicas visiones. Vi... diablos.

O.: Y diablas, supongo, que serían más atractivas.

P.: Las tentaciones de San Antonio, Monseñor...

O.: Déjate de guasas, hijo. ¿Cuánta gente había?

P.: Un millón, padre.

O.: ¡Jesús!

P.: De todo el mundo.

O.: La puta de Babilonia, la conjura judeomasónica, plutocrática, comunista, antiespañola empeñada en destruir a este firme baluarte de la fe y la familia cristianas. ¿Cómo vamos a permitir a estos descreídos, enemigos de Dios, que establezcan esa asignatura propia de chequistas/franquistas de Educación para la Ciudadanía?

P.: Y no vamos a permitirlo, Monseñor. Hay que tocar a rebato, reunir nuestras fuerzas, tomar la calle.

O.: Esa, hijo, es suya. Míralos cómo van, pidiendo guerra. Frente a eso. ¿qué pueden hacer los nuestros? Abusar de la infancia, del confesionario. Nada en comparación con estos. Hay que destruirlos, encerrarlos, evitar que salgan a la calle. No salir nosotros porque, ¿qué vamos a sacar nosotros? Una colección de beatas, excombatientes, pijos, matones de la extrema derecha y demás lumpenproletariat? Es mejor impedir que ellos salgan. Porque estos sí que son los enemigos de la Iglesia: los que pierden el horror a la desnudez propia y ajena, no se consideran afectos por el pecado de nuestros primeros padres. Es una herejía adanista que prescinde de nosotros por entero. Es cuestión de supervivencia. Si el sexo es libre y no pecado, la Iglesia desaparece. Espero qye hayas comprendido ya la importancia de la misión que te encomendé. Ahora ve con Dios y limpia tus pensamientos.

El partido "Ciudadanos".

El congreso de Ciutadans de este finde ha sido movidito porque en él iba a definirse ideológicamente el partido, asunto de fuste suficiente para amenazar escisión. En el hecho de tomar decisiones en congresos, se nota que Ciutadans es un partido; en el de que los congresos acaben en amenazas de escisión se nota que tiende a la izquierda. Así que los liberales de Luis Bouza-Brey tendrán que encontrar alguna forma de acomodo fuera o dentro. Objetan fuertemente a la definición que se ha impuesto de "centro izquierda". Quien iba a decirlo ¿verdad? Seguro que muchos de los que objetan a la fórmula "centro izquierda" han defendido en algún momento la original teoría de que ya no hay derechas ni izquierdas. Todo es centro, magma, nada.

En todo caso, no entiendo que quepa objetar mucho al "centro izquierda" cuando uno se define a su vez como "liberal progresista". También deben darse aquí cuestiones personales, problemas de roces, de envidias, de proyectos y carreras de cada cual. A saber quién traga y quién no traga a quién. Se trata, no se olvide, de un lugar plagado de intelectuales; rascas en una ponencia y sale un catedrático o un ilustre escritor. Y ya se sabe lo picajosos que son los intelectuales.

Los de Ciutadans están calibrando la posible fusión con el ¡Basta Ya! del señor Savater y éste ya ha dicho que él no quiere ser cargo alguno, sino solamente mantenerse cerca, como asesor o inspirador o musa. Eso es bastante ingenuo. En los partidos o se está dentro o no se está.

Si consiguen poner entre todos a tiempo un partido en pie, será interesante ver qué resultado obtiene en las próximas elecciones generales.

diumenge, 1 de juliol del 2007

Informe sobre el carajal de la derecha.

Tengo un amigo de izquierda con quien acostumbro a lamentar la triste situación teórica de la orientación política que ambos suscribimos. Cuando tenemos ocasión de charlar, solemos echar de menos pensadores profundos, capaces de captar el sentido del tiempo y de ofrecer unas líneas de actuación que permitan seguir sosteniendo con algo de verosimilitud que eso de la izquierda todavía tiene algún sentido. Los dos nos rebelamos contra el predominio del eclecticismo más desenfrenado; tanto que parecemos obispos.

Pues es el caso que mi amigo trabaja en los servicios secretos de una potencia aliada, razón por la que somos prudentes en nuestros contactos; no hay que complicarse la vida. El otro día mi amigo, a quien llamaré Boris en recuerdo de uno de mis escritores franceses prefes, Vian, y cuya nacionalidad no revelaré, me hizo llegar el documento que adjunto, advirtiéndome de que se trata de un informe que hace el embajador de la potencia amiga, que es de espíritu neocon, sobre la situación de la derecha española. Advierto a mi vez de que en el informe se intercalan observaciones del propio Boris, que pondré en rojo y asimismo que, si sucumbo a la tentación de hacer yo alguna, la pondré en verde.

El documento dice así: Memorandum que eleva el embajador **** al ministro de AAEE de **** sobre el estado de la derecha española. La derecha española está desconcertada. Sus dirigentes todavía no han conseguido elaborar una interpretación aceptable de su derrota electoral en marzo de 2004 que siguen atribuyendo a una oscura conjura entre terroristas y la oposición socialista. Pero los terroristas no pueden ser islamistas (esto es, los que parece que pusieron las bombas en los trenes) porque eso vincularía el atentado con la decisión de Mr. Aznar de meter al país en la guerra del Irak. Así que quiere sustituir a los islamistas por la organización euskoterrorista ETA. La necesidad vital de negar la realidad lleva a la derecha española a actitudes que parecen surrealistas. Es sorprendente que a sus portavoces no se les escape la risa con la guasa que tiene lo que cuentan.

Los acontecimientos sociales de los últimos tres años dejan claro que la derecha ha perdido el oremus y no sabe en dónde se encuentra. Utiliza el terrorismo como única arma de hacer política. Naturalmente, es el único lugar en que puede hacer oposición porque, en los otros asuntos no se atreve. A la derecha lo que le gustaría es hacer oposición en el de la legislación permisiva con la homosexualidad, ese pecado nefando, esa lacra, esa maldita enfermedad. Pero no se puede porque pasa uno entonces por carca y pierde votos. ¡Con lo satisfactorio que sería para muchos diputados del PP salir a la calle al grito de "En España somos todos muy machos y los maricones son la antiespaña"!

Le ha puesto la proa a la nueva asignatura llamada "Educación para la ciudadanía", que es una variante de la "cultura cívica" que se enseña por todas partes y que antes solía llamarse el "Buen Juanito". Claro, no se deben perder posiciones en el terreno ideológico que es donde se convence a la gente. Pues es que la oposición a la asignatura, encabezada por los obispos y con Mr. Rajoy de monago, se hace en nombre de la "libertad de conciencia". Como no sabía que la iglesia católica tuviera un acervo acumulado en experiencias de lucha por la libertad de conciencia, he entendido que aquí de lo que se trata es de que la iglesia se quede con la mayor proporción de la educación en España en temas de programas, políticas educativas, gestión de los centros, todo lo posible. Pero no se puede decir porque ni los creyentes suscriben las pretensiones eclesiáticas en materia educativa. Los creyentes españoles no son creyentes de la iglesia, sino contra la iglesia. Con ello dicen muchos que siguen el verdadero ejemplo de Cristo quien también se tomaba a chirigota la iglesia establecida de su tiempo, los escribas, los fariseos, los saduceos...Sí señor; ahí le duele.

No será preciso relate a la superioridad de nuevo la original novela fabulada por la derecha política y mediática en relación con el atentado del once de marzo de 2004 y el subsiguiente proceso. Ya tuve ocasión de informar a VE sobre cómo el genio español ha descubierto dos nuevas figuras procesales, el acusador/defensor y el defensor/acusador, que darán mucho juego a la doctrina.

El desconcierto de la derecha se ha hecho ya majestuoso con el chusco episodio de tres policías condenados por tres jueces por detención ilegal y absueltos año y medio después del dicho delito por unos segundos jueces, esta vez, cinco. Se recordará que esta táctica de valerse de jueces y tribunales para conseguir sus objetivos políticos es propia del PP desde su origen. Ese ministerio no habrá olvidado que Mr. Aznar alcanzó el gobierno de Castilla y León enredando a su opositor un lío procesal del que éste quedo absuelto años más tarde de haber sido derrotado en las elecciones. Y lo mismo hizo con el gobierno del Estado; lo consiguió involucrando al gobierno en una malla de procesos penales, con el estridente apoyo de sus medios afines (El Mundo, la COPE), el más importante de los cuales parece será cuestionado en próxima fechas en Estrasburgo.

En este caso, el asunto era meridiano: unos policías llaman a comisaría a unos militantes del PP, a los que creen haber identificado en un video como presuntos autores de una agresión física al ministro de Defensa de entonces, señor Bono, en el curso de una manifa. Eso pude verlo cualquiera que haya visionado el video. Bueno, pues los tres policías fueron condenados a penas de privación de libertad por tres jueces que apreciaron "detención ilegal" en lo que, a todas luces, era puro cumplimiento del deber. Ahora el Supremo anula esa sentencia y, a falta de que haga pública la suya, lo que sí parece evidente es que la de la primera instancia no se ajustó a derecho. Ni a derecho ni a justicia ni a razón ni a nada. Fue una sentencia dictada desde un poder político (la Comunidad de Madrid) desaforado y unos medios de la derecha fuera de sus casillas, pidiendo a gritos la condena de los policías, a los que llamaba "gestapo". Fue un linchamiento. El Supremo ha puesto las cosas en su sitio, pero el partido de la derecha sigue desbarrando porque, además de sostener que los policías son unos delincuentes, viene a insinuar que los magistrados prevarican. La derecha minando el prestigio de las instituciones fundamentales del orden público en Occidente. Vaya una historia con el embajador. Eso es lo que hace la derecha siempre: crea instituciones y las alienta, mientras le son útiles, cuando dejan de serlo se deshace de ellas.De todas formas, ya tiene chiste que tengamos que ser las izquierdas quienes salgamos en defensa de la probidad y la eficacia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, de aquella antaño detestada Guardia Civil, de la independencia judicial.

Estas circunstancias hacen que el principal partido de la oposición se encuentre en una situación de anomia. Nadie cuestiona al líder; pero nadie lo apoya, y cada cual está preparándose su parapeto para cuando llegue la justa. Los mentores mediáticos habían aglutinado a la derecha bajo la consigna de "Fuera complejos". Pero los complejos (basicamente los derivados de la continuidad con el franquismo) que se fueron por la puerta, entraron después por la ventana. No es posible hacer oposición de españolísimo porte a la normalización de la homosexualidad, llamando a las cosas por su nombre, al culo, culo y al maricón, maricón. ¡Qué lejos ha llegado la depravación de España! Caramba con el diplomático; tiene sentido del humor.

De todas formas hay que reconocer en la derecha española una capacidad histriónica que no tiene parangón en Occidente. El Ministro debería haber visto la performance de ayer del ex ministro del Interior y actual portavoz del PP, cómo compareció el mancebo y, sin despeinarse el tupé, recordó que a los policías los habían condenado los jueces, no el PP, y echó en cara al PSOE que saque a cuento el asunto de la decisión del Supremo con el innoble fin de tapar otros asuntos más graves. Creo que todos los españoles nos hemos quedado sin saber cuáles sean dichos asuntos. Probablemente, el señor Acebes está pensando en el terrorismo, ETA y la rendición zapateril. Pero lo fascinante del señor Acebes era la cara; sí, sí, la cara. No está mal el memorandum del embajador, pero le falta un poco de pesquis hispánico. Le parece extraño al diplomático que la derecha, inherentemente conservadora, tire contra las instituciones. Esa es la diferencia con las derechas europeas, que la española tiene una referencia distinta, un régimen de instituciones, esas sí, correutas, direutas y perfeutas.

(Los dibujos de Arcimboldo representan un elefante, el Cancerbero, un traje de dragón para caballo y un trineo).

dissabte, 30 de juny del 2007

El rato del señor Rato.

Veo al señor Rato en su lujoso despacho de director del Fondo Monetario Internacional, en Washington, desesperado ante el aldeanismo de su país. Es indignante: un español alcanza un lugar de preeminencia mundial como la dirección del FMI, se codea con jefes de Gobierno, de Estado y de Tribu, desayuna en Washington y cena en Singapur y pronuncia el discurso de despedida en la cena homenaje con motivo de la marcha de Mr. Alan Greenspan del Consejo de la Reserva Federal...y ni Dios te dedica una línea en la prensa patria, ni se acuerda de ti en las tertulias ni te llama para unos desayunos o bocatas televisivos. A los españoles sólo les interesan los españoles y, si van por ahí poniendo picas en lueñes tierras, siempre que lo hagan sobre una moto, un coche, una piragua, cualquier cosa menos un sillón de baranda en un organismo tan brumoso y extraño como el FMI

Algunos lo confunden con el Banco Mundial y otros lo tienen por una espcie de montepío universal. La leyenda dice que el FMI no puede tomar decisiones políticas y, si las tomara, no podría ponerlas en ejecución, que no es propiamente un banco y más bien se configura como una especie de gendarme universal de los tipos de cambio en el mundo, una vez que el afamado patrón oro se disolvió en el aire, como las cosas más sólidas en Fausto. En fin, que no tiene poder. En la realidad es una entidad que presta y que presta con rígidas condiciones de disciplina económica de la teoría más clásica; más clásica del capitalismo. Tiene poder, y mucho, como se ve en la escena de la foto en que el del extremo izquierdo es precisamente el todopoderoso Mr. Greenspan.

"Pues nada de esto se valora en mi país, España", piensa el señor Rato. Vuelve a pensar, sopesa lo pensado y toma la decisión: "dimito; me vuelvo a España". No termina de decirlo y se arma el gran alboroto en la Patria y todo el mundo se acuerda de que el señor Rato existe y que es un fenómeno, un fuera de serie, la garantía segura del éxito, el hombre providencial. Pero ¿cómo diantres se les había ocurrido arrumbar a esta lumbrera en la sospechosa bruma anglosajona del FMI?

El hombre ha dicho que dimite del FMI para dedicarse a la educación de sus hijos y a la vida privada. Nadie lo ha creído y una buena mayoría de comentaristas le atribuye el deseo de postularse como candidato del PP a la presidencia del Gobierno es de suponer cuando el electorado propine un puntapié al señor Rajoy. El registrador de la propiedad gallego tiene mala suerte pues eso contribuye a que pierda las elecciones de 2008 ya que la gente piensa que puede volver a votar al PSOE que, si lo hace mal, ahí estará don Rodrigo, que tanto vale y tanto sabe.

Lo curioso de esta reacción de los medios es que no sólo tuerce una información, la de la educación de sus hijos, sino dos, al presuponer que la intención del señor Rato sea precisamente la que él niega. Pero sea lo uno o lo otro, lo cierto es que el el señor Rato, que parecía uno de Los olvidados de Buñuel, vuelve a ser noticia en los diarios, comentario en los mentideros, objeto de profecías y apuestas y eclipsa en un abrir y cerrar de ojos al actual candidato de la derecha en las próximas elecciones generales.

Definitivamente injusto; primero Aznar, luego el tándem Gallardón/Aguirre y, de postre, la guinda de Washington. Son un agobio del que el candidato no se ve libre y, dado su carácter manso, ni lo intenta. "Sentido de la oportunidad", piensa el señor Rajoy, "este Rodrigo podía haberse callado hasta las generales". "Si me callo", piensa a su vez el señor Rato, "después de la derrota, sería tarde". Hay que postularse ahora. Si el señor Rajoy mira en torno suyo, ve un cortejo de buitres. No se menciona aquí a estos desagradables pajarracos para afear el físico de nadie, sino en recuerdo de que son los que acompañan al infeliz que no tardará en ser su comedero. Se lo dice su instinto de buitre.

El señor Rajoy, pienso, seguirá siendo candidato del PP, aunque más debilitado, si cabe. La presencia del señor Rato en el albero, que decimos quienes no tenemos ni idea de toreo, es un reto para el señor Gallardón. Que no sería de extrañar que fuera el móvil del señor Rato, a quien podemos imaginarnos en su lujoso despacho de Washington (no problema, ya lo hicimos una vez), diciendo: "oye, si se postula Alberto, también puedo hacerlo yo". "Claro, Rodrigo", lo anima su esposa al teléfono, "eres joven, y tienes una mundología que esos gañanes no tienen: en España no te conocen, Rodrigo." El señor Rato gime: "Es verdad; no me conocen". Y, dando un puñetazo sobre la mesa de caoba que suena como los "Ludwig Drums" de los Beatles de su juventud, dice: "Allí me planto y a ver quién me tose".

Y antes de desembarcar ha batido la costa, disparando desde una entrevista en el periódico El país, el panfleto radical/socialista al servicio de Zapatero, condenado al boicot y al auto de fe por la máxima jerarquía del partido. Entrevista en la que el mefistofélico señor Rato dice: "soy del PP". ¿Cómo se puede ser de un partido desoyendo las ódenes de la jefatura? Órdenes que deben mantenerse incólumes porque el citado libelo socialdemócrata y "progre" (este de "progre" es término que emplean como insulto las derechas y la extrema izquierda; otra prueba más de su similitud) no solamente no se arrepiente de lo dicho, sino que publica un artículo de Felipe González, todo él muy bueno, pero con una frase final de campeonato:

"Me entristece pensar que los líderes crean que saben adónde van sin preocuparse de saber de dónde vienen."
Mucha verdad, don Felipe. En cuanto al señor Rato pues, caramba, también es posible que sus declaraciones traduzcan sus intenciones y el hombre quiera de verdad ser el ayo o preceptor de sus hijos. Tanto si es verdad como si no, las cosas pueden ir de modo tal (y seguramente lo harán) que algún sector del PP, horrorizado de la candidatura de Gallardón/Aguirre, acuda a pedir que el señor Rato, como un nuevo Cincinato, asuma el mando absoluto. Si tal cosa sucediera, el señor Rato podría invocar como ejemplo y precedente el dulce momento en que la Patrie en danger acudió a Colombey-les deux-Églises a pedir a un enfurruñado general De Gaulle que asumiera plenos poderes. No conviene compararlo con el Gran Corso porque, aunque el comparado gana mucho, el resultado, el Imperio restaurado, tuvo breve existencia. "Oye, que si vienes a un sitio, es para estar unos añitos". Ese es quizá el problema del señor Rato, al haber dimitido mucho antes de tiempo de su última e importantísima responsabilidad. El gran estabilizador parece un poco tarambaina. Miren que si mañana dimite doña Esperanza Aguirre, diciendo que quiere ganar dinero, a ver si consigue llegar a fin de mes.

divendres, 29 de juny del 2007

El derecho a la vivienda y la realidad de la vida.

La Constitución de 1978 es taxativa. Su artículo 47 dice:
"Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación".
Sí, sí, léanlo otra vez porque tiene miga: "Todos los españoles, etc". Los no españoles, no; empezamos bien. "Los poderes públicos", etc ¡de acuerdo con el interés general para impedir la especulación! Prima facie lo que parece es que si esos misteriosos "poderes públicos" han hecho algo ha sido lo contrario del mandato que reciben en la Constitución.

Porque no consigo encajar con idea alguna de "interés general", ni siquiera con la muy escuálida que pueda tener Hayek, la noticia que vi el otro día de que la mitad de los jóvenes de hasta treinta años vive con sus padres y, de la otra mitad, digo yo, el veinte o el treinta por ciento no vive con pero sí de los padres. Y ya, si quieren Vds. tener un ataque de risa sardónica, lean el segundo y último apartado de tan excelso artículo 47:

"La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos".
Lo de "risa sardónica" viene del hecho de que los sardos, para mostrar cuán rudos y machos eran, tenían que reír mientras les infligían las peores torturas, risa que sonaba como sonaba y de ahí lo de risa sardónica.

Porque ¿alguien ha visto un euro de las tales plusvalías? Son invisibles porque se materializan en billetes de 500 euros, a los que el pueblo, con su gracejo sin par, llama "binladens" porque nadie los ha visto. Gracejo, desde luego, de maldita la gracia porque resulta que en España circula algo así como el cuarenta por ciento del total de "binladens" sueltos por Europa. Ahí están las plusvalías, creando fortunas inmensas...e invisibles.

¿De qué "poderes públicos" habla el bendito artículo 47? El Estado tiene una función supervisora, meramente coordinadora, orientadora porque las competencias en vivienda se han transferido a las Comunidades Autónomas. Pero, a su vez, las competencias sobre el suelo corresponden a los ayuntamientos. O sea, que el que tiene la visión de conjunto, el Estado, no tiene medios y el que tiene los medios, los ayuntamientos, carece de visión de conjunto. Una fórmula segura para darse una castaña.

Todo el mundo está avisando del estallido de la burbuja inmobiliaria; hasta la ONU ha salido tocando a rebato. Es como una caldera en la que aumenta la presión y se está a la espera del estallido. El capitalismo es riesgo; a mayor riesgo de todo tipo, mayor ganancia y viceversa. Así que en esto de la construcción, la sociedad civil juega al alto riesgo con beneficios inmensos, que han enloquecido a las administraciones públicas. No sé si alguien conoce de un ejemplo similar al del ayuntamiento de Marbella en algún momento de la historia de la humanidad.

Además los agoreros vaticinan el estallido de la burbuja en un panorama de tipos altos de interés con hipotecas asfixiantes. Lo interesante es saber cómo hemos llegado aquí. Porque el indicador es muy claro: el capital invierte siempre donde la relación beneficio-riesgo le sea más favorable. Y, para llegar a estas elevadas tasas de beneficio se ha dejado a una generación viviendo con sus padres hasta pasados los treinta años. Con las tensiones que eso acarrea. No sé yo...

Esta situación parece contradecir el espíritu del capitalismo ya que a éste le interesaría abaratar el producto (la vivienda) para que ese cincuenta por ciento o más que no accede a ella pueda hacerlo. Y el caso es que abaratar ya no se pueden abaratar más ciertos costes, por ejemplo los de material y mano de obra porque son muy baratos. Lo que habría que hacer sería reducir el importe de los sobornos y cohechos y también de los beneficios empresariales. Pero eso no lo verán nuestros ojos. En último término, la reponsabilidad de esta situación lamentable de la vivienda, que ha hecho trizas a una generación de chavales, es la codicia. La codicia, que contagia a los mismísimos "poderes públicos". ¿Cuántos ediles están implicados en causas penales por corruptelas? Por supuesto, aquí se aplica a rajatabla el principio de presunción de inocencia. Pero ya es casualidad que el grupo más numeroso de encausados sea el de munícipes y no el de ciclistas, profesores de universidad, curas o agricultores.

Este de la vivienda es para mí uno de los dos más grandes misterios de la ciencia económica, el otro es el de los bajísimos precios en origen de los productos agrícolas. Ya sabemos que de inmediato sale alguien y nos explica que lo que pasa es que las cosas valen poco en origen y que el valor está en el "valor añadido", lo cual no es explicación alguna sino reformulación del misterio con aires de haberlo descubierto porque, ¿por qué es menor el valor de origen que el añadido? La economía (eso que llaman "la nueva economía") es una actividad fundamentalmente especulativa. Como la filosofía, qué caramba.

La bella momia.

Vaya, se ha descubierto la momia de Hatshepsut, la hija de Tutmosis I, viuda de Tutmosiss II que, en regencia por su hijastro Tutmosis III, de la XVIII dinastía (la de Tutankamon, por cierto), reinó de faraón. No de "faraona", como Lola Flores, sino de faraón, con su barbita postiza y todo, como se ve en esa imagen en forma de esfinge colosal en alabastro que saco de Wikipedia bajo licencia de Creative Commons.

Los periódicos han publicado la foto de Hatshepsut con la pinta que tiene ahora. Yo prefiero reproducirla con la que ella misma se hizo dar hace 3.600 años. Parece que no hay duda (aunque algunos aún insisten en que no hay seguridad al cien por cien) de que se trata de la misma Hatshepsut. Sale del análisis comparado de su ADN y el de su señora abuela, Ahmose Nefertari. Pues por eso precisamente, porque se trata de ella, quien yacía hasta ahora desconocida en un piso de un museo egipcio, una mujer extraordinaria, merece un respeto y la momia no es precisamente su mejor reproducción o likeness, que se dice en inglés.

Sin duda fue una hermosa mujer, a la que gustaba que la reprodujeran como tal, como se ve en la talla sedente de la derecha, también en alabastro. Manifestó su reinado mucho lujo, gran actividad constructora y vivió la recuperación de la red de relaciones comerciales, destruida por los hicsos. El hecho más sonado del reinado de Hashepsut fue el envío de una expedición comercial al Punt, en Somalia.

Pero la mujer no me interesa por eso, ni tampoco por la romántica historia que le hace amante de uno de sus asesores más encumbrados, Senmut, de forma que los admiradores de la dama se dividen en partidarios y detractores de la teoría de los amores escandalosos. Tampoco de que, al acceder al poder su hijastro Tutmosis III, ella desapareciera misteriosamente de la escena. Hasta ahora se había dicho que no se sabía si la asesinaron, la apresaron, o la dejaron marchar viva al olvido. De hecho, parece que su hijastro Tutmosis III ordenó borrar todas las referencias a Hatshepsut en el templo mortuorio que ésta se hizo construir, con lo que se causaron muchos daños que luego, sin duda, quiso él compensar haciéndose retratar en todo su poderío, como faraón reinante y la gloria de su poder en el hipogeo del templo mortuorio de Hatshepsut. Madrasta e hijastro no debían de estar en los mejores términos.

Al parecer, la momia falleció en su día de cáncer óseo metastásico. Aunque no sé yo si esta explicación excluye el asesinato. Imagino que si se asesina a alguien que tiene, digamos, un cáncer de huesos incipiente, el canceroso muere, pero el cáncer no, y sigue y sigue mientras haya huesos que colonizar. No lo sé. Soy lego en la materia.

Mi interés por Hatshepsut radica en su personalidad, en esa voluntad de renunciar a lo que era, a su apariencia de género, para convertirse en otra cosa, para re-crearse. Entra de lleno en mi afición a los dobles, los cambios de identidad, las dualidades, el anhelo del ser humano por ser otro sin dejar de ser él mismo. Hatshepsut es la madrina de esta cofradía de gente que pretende rehacerse en forma de un personaje distinto, es la madrina de la abigarrada sociedad de los disfrazados, espías, travestidos, transexuales y aquellos para quienes todo el año es carnaval. Hasta se cambió el nombre por la forma masculina de Hatshepsut y lo hizo todo como hombre con excepción de lo del amante, el asesor o canciller, quien a su propia muerte dejó la inscripción siguiente de sí mismo:

"Compañero muy amado, Guardián del Palacio, Custodio del Corazón del Rey, hacedor de la felicidad de la Señora de los Dos Reinos, garante de que todo suceda según el ánimo de Su Majestad."

Hatshepsut es uno de los primeros casos documentados en la historia en que una mujer recurre a un truco que luego se popularizará a través del teatro, especialmente del isabelino en Inglaterra o el del Siglo de Oro en España, el de disfrazarse de hombre para conseguir sus fines.

Qué vida la de la momia.

dijous, 28 de juny del 2007

La cosa de la vivienda.

Estaba pensando escribir un post sobre esto de la paternidad sexagenaria que me asalta últimamente pero me di cuenta de que aún no lo tengo claro. Como si alguna vez se tuviera algo claro, en especial en asuntos de paternidad, pues nunca se sabe de cierto qué se ha de hacer con los hijos. Así que mejor se calla uno porque de uno mismo lo mejor es callar o bien en virtud de ese otro viejo adagio que ordena "calla, a no ser que lo que tengas que decir sea mejor que el silencio" y, claro, muy presuntuoso ha de ser quien juzgue lo que tiene que decir mejor que el silencio.

Porque mira que el silencio es hermoso cuando se consigue escucharlo que en una ciudad es difícil. Aunque hermoso sólo en su terreno de sonido, de no-sonido. Porque, pasando a otros cauces sensitivos, ¿qué pinta tiene el silencio? ¿Cómo se pinta el silencio? ¿Cómo se escribe? Y realmente lo de pintar admite alguna propuesta. Por ejemplo, se me ocurre que Hopper (más arriba) lo ha pintado. ¿Cómo? Haciéndonos ver que por ahí pasa un tren de vez en cuando y ahora NO pasa. ("Casa en la vía del tren", 1925) Se piensa en el silencio que rodea la casa.

Otro que pinta el silencio es Delvaux ("lazos rosas", 1937) a fuer de reflejar escenas oníricas a la luz plata de la luna, esa luz que Van Gogh estaba empeñado en plasmar. Pero ¿cómo se escribe el silencio? Imagino que dejando la página en blanco, o en negro, como se hace en la famosa novela de Laurence Sterne, es decir, dejando de escribir. La escritura sólo puede plasmar el silencio dejando ella misma de existir. El silencio es la nada literaria y por eso el escriba está siempre emborronando cuartillas. Ahora, los felices blogueros decimos colgando posts, que es mucho más cool, si se me permite.

Y ya es difícil ser cool en una ciudad que alberga lo más cool del universo mundo, a saber, unos díitas del Europride, o Eurogay o ambas cosas a la vez, Europridegay o Eurogaypride en la muy madrileña plaza de Chueca, maestro de zarzuela. A mí, esas manifas del orgullo gay no me seducen en especial por lo estridentes que son. Esos sí que no saben lo que es silencio, porque no lo aprecian. Al contrario, están siempre armando bulla, cosa que me parece bastante cansina.

Puestos a retratar el silencio es inevitable el famoso "El grito", 1893, de Munch. Un grito helado, que suena en el interior de la cabeza y se exterioriza en el gesto; el grito del silencio. Tómese nota de los encarnados del cielo para dar forma a la idea del crepúsculo. Pues ¿qué mayor silencio espera al hombre que el de la muerte?

Lleva lejos la reflexión sobre el silencio que venía de la paternidad sexagenaria. En realidad, ninguna de las dos cosas es cierta. Me había propuesto escribir un post sobre la vivienda, lo titulé "La cosa de la vivienda", como se ve, y pensé en el cuadro de Hopper para ilustrar una vivienda. Pero en cuanto lo vi, se me fue el estro. Mañana posteo sobre la vivienda, porque el asunto tiene bemoles: un derecho cuyo ejercicio hipoteca la vida de generaciones enteras. Ya sé que no es un derecho fetén, positivo, de los que se alegan ante los tribunales, pero es un derecho en sentido moral; tanto que no sería de extrañar que los tribunales, actuando como legisladores, ordenaran al verdadero legislador proteger y garantizar el derecho a la vivienda digna. No se olvide lo de digna porque podemos acabar midiendo los pisos de oferta pública no en metros cuadrados sino en centímetros cuadrados. Pues eso, mañana toca vivienda.

Las cuentas de Gara

Venimos aquí a hablar de las "cuentas" de Gara; no de los cuentos, sino de las cuentas. De las cuentas que tienen mucho de cuento, como las de la lechera o las del Gran Capitán, por no hablar del ajuste de cuentas, que ya entra en un terreno distinto e inhóspito. Según esas cuentas, la negociación se rompió cuando las otras partes (PNV y PSOE, al parecer) se alzaron de la mesa (sobre la cual la izquierda abertzale había puesto las condiciones para la "solución definitiva del conflicto", o sea, no más tiros) sin explicar nada y sin hacer una propuesta alternativa. ¿Pero no habían los gorrinos aceptado unos compromisos que luego rompieron como eso, como gorrinos? Ahora resulta que no habían roto y que sólo rompieron al ver la muy sensata propuesta de acuerdo político.

Tengo por imposible hacer ver a estos señores de Batasuna que el hecho de que uno quiera algo vehementemente y comparta la vehemencia con el 15% del electorado no le da derecho sin más a hacerlo realidad ni mucho menos a decidir sobre los territorios y las gentes que en ellos residen en torno a una mesa sin otorgar voz y voto a esas mismas gentes porque las negociaciones habían sido secretas. Si no se entiende algo tan elemental, hay un problema de entendederas; si no hay problema de entendederas es porque a uno no le importa hacer ver que su legitimidad procede del uso de la violencia.

Así que es muy de agradecer el puñetazo sobre la mesa del señor Imaz que desmiente a ETA, a Gara, a Batasuna, a la izquierda abertzale y al sursum corda haciendo ver que la ruptura la provoca ETA, al exigir la territorialidad y la autodeterminación. A eso, por cierto, lo llama el señor Barrena (de Batasuna) "ir a la negociación a buscar la rendición del otro", se entiende, ir a que se rindan los bravos hijos de Euskal Herria. Realmente esta gente no sabe ya lo que dice.

Con el señor Otegi en chirona y por una temporada, Batasuna y la izquierda abertzale tendrán que encontrar a un dirigente que no vaya a la zaga de aquél. Por cierto, en chirona el dirigente más señalado de la izquierda abertzale y aquí no sucede nada, ni sucederá. Ser mártir es cosa que lleva su tiempo. Piénsese en el caso de Nelson Mandela: su indudable autoridad moral descansa sobre más de veinte años de prisión ininterrumpida. Me da la impresión de que estos mendas del movimiento de liberación, sector armados, están deseando que se acabe el "conflicto" porque entre rejas va a verte el abogado y poco más, y se acaban las declaraciones de prensa, los focos y las primeras de los diarios. Y no digo yo que la izquierda abertzale se reduzca al espectáculo pero no es mucho más, al menos en la dimensión de "izquierda".

dimecres, 27 de juny del 2007

Colaborar con el mal.

Dice el vicepresidente de la Conferencia Episcopal y Cardenal Arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, que los colegios que impartan la nueva asignatura de Educación para la ciudadanía (EpC) estarán "colaborando con el mal". La Iglesia católica no desiste en su enconada lucha contra la innovación en la enseñanza sino que, al contrario, intensifica su oposición con manifestaciones más y más agresivas. No sería de extrañar que a la vuelta del verano amenace con excomulgar a quienes impartan la diabólica materia, consistente en explicar a los chavales cómo deben convivir en una sociedad abierta, mestiza y libre en la que es forzoso respetar a los demás. Vamos a ver si entendemos esta repentina furia eclesial contra algo que, a primera vista, parece bastante sensato.

Para ello no incurriré en la socorrida práctica de negar autoridad a la jerarquía para pronunciarse sobre asuntos de interés público a causa de su sórdido pasado pues si alguien se ha distinguido en el mundo por perseguir a los disidentes, forzar las conciencias individuales, obligar bajo pena de muerte a profesar unas creencias en lugar de otras y demás barbaridades, ha sido precisamente la Iglesia católica. No lo haré, pero no está nunca de más recordarlo. Porque cuando monseñor Cañizares habla de que la asignatura de EpC violenta la conciencia moral de los niños y adolescentes lo hace a la sombra de una ejecutoria de veinte siglos de lucha contra la libertad de conciencia.

El argumento de la Conferencia Episcopal para ir contra EpC es que la materia, además de contenidos sobre la Constitución, los derechos humanos, el pluralismo cultural de nuestra sociedad, a los que dice no objetar, invade terrenos de la formación de la conciencia individual, de la moral personal, como cuando aborda los distintos modelos de familia, el homosexualismo o la regulación de la natalidad. La distinción, sin embargo, es falaz. Las cuestiones sobre la familia, la homosexualidad, etc. tienen una doble naturaleza, pues son aspectos de organización de nuestra sociedad y de convivencia cívica al tiempo que están abiertas al juicio moral de cada cual. En realidad, eso mismo pasa también con los temas que la Iglesia dice aceptar como "más asépticos". Nadie está obligado a hacer suyos los preceptos de la Constitución. Todo lo que se pide a los ciudadanos es que la acaten y la cumplan, pero no que sean sus partidarios o no traten de cambiarla por otra. Lo mismo sucede con esas cuestiones que Monseñor Cañizares considera estrictamente individuales y quiere reservar para su organización eclesiástica. No se pide a nadie que simpatice con los homosexuales masculinos o femeninos, pero sí que se respete la libertad de opción de cada cual. No se impone a nadie un tipo específico de familia, pero sí que se respeten todas sus formas.

Monseñor Cañizares acusa a las autoridades de intentar propagar una "moral laica". No se ve qué hay de malo en ello. Es claro que los obispos añoran aquellos felices tiempos en que los gobernantes imponían el catolicismo en todos los aspectos de la vida civil, desde el nacimiento a la defunción a cristazo limpio. En una democracia ¿qué otra cosa puede hacer el Estado que propagar una moral (cívica) laica?

Para imponer la católica ya están los curas de monseñor Cañizares...para imponérsela a los católicos que la acepten, claro es. A los demás, el citado Cardenal Arzobispo debe aprender a dejarnos en paz. Lo que este Monseñor se niega a reconocer es que su autoridad para imponer unas u otras observancias no pasa de sus feligreses (y siempre que estos, a su vez, cumplan la ley) y no puede extenderse salvo abusivamente a quienes no lo somos. No sé cómo reaccionará la feligresía, yo estoy ya harto de esa arrogante costumbre de los jerarcas católicos de tratar de inmiscuirse en mi vida, de decirme qué moral debo tener y cómo he de educar a mis hijos.

Por lo demás, ayer, un diputado del PP, firme baluarte de la Iglesia católica en su lucha contra la libertad, el señor Martínez Pujalte protagonizó uno de sus espectáculos favoritos de chulería, bronca y agresividad en el Congreso precisamente a cuenta de la materia EpC que el PP quiere suprimir. El señor Pujalte montó la bronca cuando hablaba la diputada de ERC, señora Laia Cañigueral. Cuando ésta pudo volver al uso de la palabra, luego de las interrupciones del señor Pujalte, dijo que los diputados del PP tendrían que haber cursado la asignatura.

Muy cierto. Estoy seguro de que cambiarían mucho. Incluido el señor Martínez Pujalte.

Viajes mundo adelante.

Mi buen amigo José María Laso, viajero impenitente, ha escrito un libro en el que narra sus correrías por el mundo, y ha tenido la gentileza de enviarme el grueso manuscrito for comments antes de su publicación. Una vez en la calle el libro se llamará Viajes exóticos y culturas diversas.

Hay un punto de ironía en la publicación de esta obra dado que, a causa de una misteriosa afección neurológica que contrajo en un viaje a Bagdad hace unos años, el autor ha perdido gran parte de la movilidad de las extremidades inferiores y apenas puede desplazarse, con lo que parece evidente que, al escribir el libro, ha decidido seguir viajando con la imaginación y el recuerdo.

La obra es muy curiosa, pues recoge viajes a lugares muy apartados del planeta, casi siempre organizados por agencias, de esas que hacen ofertas de itinerarios. Es decir, este libro no narra desplazamientos en los que lo inesperado y la aventura sean un ingrediente del relato. Y, sin embargo, algunos de los viajes que refiere Laso fueron muy accidentados. No tanto como los de Marco Polo, pero no será por escasez de vehículos. No sé si me faltará alguno, pero tengo registrados los siguientes en los desplazamientos del autor: aviones, buques, trenes, coches, autocares, lanchas, rickshaws, caballos, camellos y elefantes. No está mal.

Entre los viajes que narra tienen especial interés el del transiberiano (con el que da cumplimiento a un romántico sueño de juventud) y el de la gran ruta y la ruta de la seda. Sin perder de vista otras andanzas por la India, Jordania, Siria, Egipto y varios países iberoamericanos, como México, Brasil, la Argentina, el Paraguay y Chile y algunos europeos o semieuropeos cuales Italia, Grecia o Turquía.

El viaje del transiberiano (arriba en bonita foto), así como otros periplos del autor por las tierras de lo que entonces era la Unión Soviética son muy entretenidos. Las simpatías de Laso están con el sistema político comunista, del que presenta un cuadro muy favorable en cuanto a sus logros que recuerda los escritos de propaganda que en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo fabricaba con verdadero entusiasmo la extinta editorial en lenguas extranjeras de la extinta URSS. Sorprende que un hombre de tan acendradas convicciones democráticas no se preguntara por la suerte de la oposición en sus visitas a Moscú, Tallin, Samarcanda u otras ciudades comunistas, ni inquiriera por la articulación de opciones políticas distintas a la comunista. En la foto, una vista nocturna del Kremlin, durante largos años Meca, centro mítico del comunismo mundial..

Como yo también he estado en algunos, no todos, de los lugares que Laso retrata, doy fe de que su relato -frecuentemente sembrado de disquisiciones eruditas históricas, demográficas, ecónómicas, etc., se ajusta a lo que había. Resalto el había porque uno de los intereses del libro consiste en articular una narración sobre una realidad sparita, que ya no existe, la soviética, escrito por alguien que no cree que su desaparición sea definitiva, como la del Imperio bizantino, sino una especie de momentáneo retroceso o reajuste de ls historia, pues el comunismo volverá a imperar en el planeta.

Es comprensible su gran entusiasmo -que comparto plenamente- por Samarcanda, en Uzbekistán. (Abajo, la más famosa de sus madrasas). Yo también recuerdo vivamente el gran contraste que creía observar entre las institciones políticas movilizdoras del comunismo y la indiferencia de aquella población mayormente musulmana. A Laso le llamaba la atención lo bien provistos que estaban los comercios y lo mismo me pasó a mí. La conclusión que saqué de mi viaje fue que el comunismo no había conseguido hacer mella en la indiferencia de aquellos uzbecos, pacíficamente dedicados a sus asuntos.

Laso. en cambio, es muy crítico con la realidad que ha sustituido al régimen soviético, de forma que la idea que saca el lector es que, en Rusia, el comunismo funcionaba, pero el capitalismo no lo hace. Me temo que eso es algo que zanja cualquier modesto sondeo que se haga hoy en Rusia o en los países de la CEI.

En los viajes a los países asiáticos (China, la India, Indonesia, etc) el autor cambia bastante de actitud; no está tan interesado en la argumentación ideológica y se deja subyugar por la belleza y el exotismo de lo que visita. Así su visión de Pekín, la plaza de Tian an men y, sobre todo, la gran muralla (en la foto, un buen trozo de la parte menos visitada), son muy ilustrativas. Como lo son sus visitas a dos centros chinos extraordinariamente atractivos, Shangai y Hong Kong, en esta última, antes de la retrocesión británica a las autoridades chinas. Es en uno de estos viajes por China en donde ocurrió un sinfín de percances que lo convirtieron en una aventura por los meandros de la burocracia comunista china y que el autor resolvió echando mano de la capacidad de organización y temple de luchador aprendidos en las cárceles franquistas. Otra ironía del destino.

Me llevaría demasiado tiempo referirme a los otros viajes emprendidos por Laso. Son muy interesantes e ilustrativos los de la India, Indonesia y Egipto. Los de América Latina parecen haber sido bastante felices porque, entre otras cosas, no había barrera lingüística. ¿Y qué decir de sus frecuentes desplazamientos a Cuba sino que nuestro autor se encuentra en su salsa?

Espero que el libro salga pronto, pues hará las delicias de chicos y grandes.


dimarts, 26 de juny del 2007

La guerra del señor Rajoy.

El publicista de Benetton, en verdad, tiene guasa. Y sentido de la oportunidad, vive el cielo. Dejo a los cabezas de huevo la tarea de murmurar que el mensaje crítico pierde sus aristas cuando se convierte en objeto de publicidad. Este invento ya lo habían hecho los situacionistas al colocar morcillas revolucionarias en los comics de Flash Gordon. Ahora es la publicidad la que se sirve del mensaje crítico.

Lo que sucede es que el "mensaje crítico" es No a la guerra. Lo que coge al señor Rajoy, como siempre, con el paso cambiado. Dice el candidato a la presidencia del Gobierno que "el ejército no es una ONG" y que el Líbano es un país en guerra, de donde deduce que el señor Rodríguez Zapatero tiene que explicarse en sede parlamentaria. Puede ser; pero no se ve qué tenga que decir, salvo hacer ver al señor Rajoy que el intento de rescatar la metedura de pata (por decirlo campechanamente) del Irak invocando el Líbano no funciona, porque no hay modo de equiparar el ir a una guerra como combatiente (y encima agresor) a hacerlo como fuerza de interposición, dentro del marco de las Naciones Unidas. Decir que sí, que son equiparables e incluso iguales, convertiría al señor Rajoy en un furibundo anarquista. Y no es, creo, el caso. El ejército no es una ONG, desde luego, pero se puede emplear como si lo fuera, que siempre será mejor que emplearlo para matar.

El señor Rajoy, como la derecha en general, es bastante belicista; en cuanto puede reconquista el islote Perejil o se va a la guerra con Johnny cogió su fusil. No hay más que ver lo que planea para el debate sobre el estado de la Nación. Planea hablar de ETA para seguir castigando el flanco gubernativo, cosa más rentable que ponerse en plan estadista a buscar un consenso y no enfrentarse al Gobierno en "asuntos de Estado". Cuando se está en guerra, los "asuntos de Estado" no significan nada. Y, así, con espíritu castrense, el señor Rajoy que siempre está en guerra exige al señor Rodríguez Zapatero explique las negociaciones con ETA en versión saga-fuga de Gara. Y, a continuación, le exigirá de modo igualmente comninatorio que revele el contenido de las negociaciones con ETA y nunca más, Oh, Never More vuelva a negociar con semejante banda de criminales. Si yo fuera el señor Rodríguez Zapatero no contaría nada de las negociaciones ni me negaría a tener otras en caso de que se presentara una ocasión propicia. A ver si el señor Rajoy entiende que lo problemático, vituperable y absolutamente rechazable no es el hecho de negociar, sino el de ceder.

Un sitio al blog.

El País no figura en las mediciones de audiencia/difusión digitales que hacen la OJD y el EGM; no recuerdo si uno de ellos en concreto o quizá los dos. Hoy sale el periódico sin embargo con una noticia de que el grupo PRISA es el cuarto en audiencia en internet, lo que es muy para felicitarlo. Cuarto detrás de los grandes buscadores, como Yahoo! o Google. En el mercado "nacional". Hablar de "nacional" en internet carece de sentido, pero es un modo de ir haciendo comparaciones. En todos los capítulos de la medición, creo, va el grupo en cabeza, excepto en el acceso diario a El País.com en comparación con El Mundo.es. del que todavía le distancian 280.000 usuarios. Ya es curioso que la relación existente entre El País y El Mundo de papel se invierta en lo digital.

Da la impresión de que El País está pagando su tardanza en incorporarse a internet y en reconocer la importancia de la interactividad. Esa vieja y correosa maquinaria reacciona con dificultad. ¡Ahora, han creado hasta una base de blogs! Como si fuera una base de polaris. Y también han abierto dominio al periodismo bloguero. Hace bien. Lo que no sé es si no es una reacción equivocada. El País se abre al bloguerío, donde no hay respeto por nada, pero quiere hacerlo manteniendo su pretensión de elitismo. Y en la blogosfera, el elitismo...para nada. Son tiempos de turbamulta, ya se sabe.

Será interesante comprobar qué sucede en la próxima oleada que presente El País, quien ha puesto su medición en manos de Nielsen/Netratings, una empresa británica de certificación de audiencias que ofrece sus datos on line


dilluns, 25 de juny del 2007

La mentira como forma de ser.

El Mundo publicaba ayer una entrevista con el señor Rajoy en la que éste, entre otras cosas, decía que los socialistas "tienen mucho más apoyo de los medios", que "mi adversario en este momento no es tanto el Partido Socialista como las televisiones" y que "la campaña que vamos a vivir los próximos meses va a ser una campaña en toda regla contra el Partido Popular”. La experiencia demuestra que el señor Rajoy y los suyos no se sienten vinculados por las normas ordinarias sobre lo que sea verdad o mentira; sólo les interesa repetir una y mil veces su opinión con independencia de que se compadezca o no con los hechos, que ya calará de un modo u otro. Por ello, una y mil veces, hay que probar que sus mentiras son mentiras. Como ésta de los medios de comunicación.

Vayamos por partes:

  • Televisiones. Las televisiones privadas, Tele Cinco en especial, aunque también Antena 3, se inclinan hacia el PP, bastante más que la cuatro hacia el PSOE. La televisión pública nacional es más o menos aceptable. La prueba es que el PP no la cuestiona. Pero, ¿en dónde hay algo parecido a Tele Madrid, literalmente poblada de comisarios políticos y sicarios al servicio del PP? ¿En qué cadena hay gente como Curry Valenzuela, Sánchez Dragó o el presentador del telediario de las 21:00? ¿En dónde hay un tipo como Manuel Soriano, director de este invento, que se ocupa de que sus productos sean "ideológicamente" aceptables? Las televisiones, pues, se escoran del lado del PP, algunas de forma virulenta.
  • Radios. La radio pública también es razonablemente neutral. ¿Y las privadas? Sin duda, la SER se inclina hacia el PSOE, si bien procura mantener un notable pluralismo. Onda Cero y Punto Radio se inclinan más hacia el PP y ¿qué decir de Intereconomía y la COPE, que son dos emisoras totalmente al servicio del PP, desde las que insulta al contrincante y se enaltece a la derecha? ¿En dónde hay en las demás radios tipos como Losantos, Vidal o Schlichting?
  • Prensa escrita. De El País puede decirse que tiene simpatías socialistas, si bien se trata de un diario notablemente equilibrado. Reduciéndonos a Madrid, ¿qué cabe decir de Abc, El Mundo o La Razón? ¿No es evidente que se trata de tres medios impresos totalmente del PP? ¿No hay una evidente coyunda entre sus directores y muchos de sus columnistas con los políticos de la derecha? ¿No es la jefa del gabinete del señor Acebes columnista de El Mundo? Y eso por no hablar de la cantidad de columnistas que son militantes o incluso cargos electos del PP en estos medios.
  • Prensa digital. Libertad Digital es un periódico literalmente del PP. Podría quedar compensado con El Plural para el PSOE. Pero es que el resto de las publicaciones digitales (con la notable excepción de 20 minutos) son también diarios del PP o muy próximos a él, Periodista digital, Estrella digital, Minuto digital, El Confidencial, etc.

    A la vista de este panorama, con unos medios de comunicación abrumadoramente al servicio del PP ¿por qué dice el señor Rajoy que los socialistas "tienen mucho más apoyo de los medios"? Para mentir, para confundir, para engañar e intoxicar. Por cuanto es evidente que esa afirmación no sólo es falsa, sino que la realidad es exactamente la contraria: el que está arropado, impulsado, protegido, jaleado por los medios es él.

    Y ¿por qué miente con tanto descaro? Por lo que todos sabemos, por ver si la mentira reiterada pasa como verdad. Y no se trata de una estrategia, sino de un modo de ser. El señor Rajoy mentía cuando gobernaba (basta recordar el "Prestige" y el 11-M) y miente en la oposición. La mentira, la mentira gruesa, la falsedad descarada es su forma de ser.

    En cuanto a sus cajas de resonancia, sus televisiones, radios y periódicos de papel o digitales, hay otro factor que contribuye a explicar esta falsedad, en concreto, la competencia desleal. Es obvio que los medios neutrales o ligeramente escorados hacia el PSOE son de calidad muy superior a todos los otros. La prueba es que El País tiene una difusión muy superior a los de la derecha citados y que la SER es una emisora con una audiencia superior a la suma de la COPE e Intereconomía. Como eso duele, el tiempo que estos medios de la derecha no dedican a ensalzar al PP, lo consagran a denunciar el carácter pro-PSOE de la competencia, es decir, a acusar a ésta de lo que ellos hacen.

    Lo gracioso del caso es que, como esto lo vemos todos, es claro que a los seguidores del PP y de los medios del PP les da igual lo que les cuenten. Y ahí hay un peligro.

    Para terminar, en la misma entrevista publicada en El Mundo el señor Rajoy dice que, si pierde las elecciones, no piensa irse a su casa. Claro que no: lo llevarán.

  • Las bajas del Líbano.

    Ayer murieron seis soldados del Ejército español en el Líbano, en lo que parece un ataque premeditado de Al Qaeda, una acción terrorista. Esos soldados formaban parte del destacamento de nuestro país en la FINUL (Fuerza Interina de las Naciones Unidas en el Líbano) y estaban en cumplimiento de un mandato del organismo internacional por excelencia, la ONU.

    Parecería que lo lógico sería dolerse por el fallecimiento de los soldados, dar el pésame a los familiares y continuar con la labor en la zona. Sin embargo, lo que empieza a encontrarse por ahí, en los comentaristas de la derecha, es un intento de utilizar esta desgracia para atacar al Gobierno sosteniendo que quien retiró la tropas del Irak las ha mandado al Líbano, como si ambas decisiones fueran lejanamente comparables. La verdad, encuentro repugnante la indiferencia de esta gente ante el dolor y el sufrimiento humanos. Todo vale para ir contra el Gobierno, las víctimas en el atentado de Atocha o estas bajas militares.

    Pero no se crea que este siniestro punto de vista sea privativo de la derecha. En la extrema izquierda se recurre a los mismos procedimientos y con idénticos fines, afirmando que la decisión de mandar soldados al Líbano en el marco de la FINUL es idéntica a la de participar en la guerra criminal del Irak, que los tres sujetos de las Azores decidieron en contra de la opinión de la ONU. Este modo tramposo de razonar, ¿a qué fin sirve? Bien claro está: a ir contra el gobierno de la izquierda en nombre de la "verdadera" izquierda...para que gobierne la derecha.

    diumenge, 24 de juny del 2007

    El llamado "conflicto".

    La saga-fuga de la negociación que no fue pero fue pero no fue sigue impertérrita, a punto de conseguir que nadie se la tome en serio. Con la última entrega queda claro que es el Gobierno español el que rompe las negociaciones al no ir más allá en la consideración de unas propuestas que ETA había puesto sobre la mesa. En esta prolija acta de Gara se utiliza mucho la expresión de "poner sobre la mesa" que pretende ser trasparente al tratarse de poner algo a la vista pública pero tiene una connotación autoritaria. De todas formas mantiene una unidad de medida para calibrar cuánto haya cambiado la situación. ETA pone sobre la mesa propuestas; antes ponía muertos.

    A la saga-fuga de Gara le queda poco vuelo una vez que el Gobierno dice que es propaganda. Todo el mundo entiende que si el Gobierno puede conseguir que una organización de asesinos deje de matar está obligado a hacerlo. No deberá contestar o, si lo hace, podrá mentir, a las preguntas acerca de qué esté negociando con los asesinos. Esto lo entiende todo el mundo. Pero también puede plantearse de otro modo, que será como lo haga el PP: a ver, ¿por qué el Gobierno negó que estaba negociando cuando se le preguntó en mayo si estaba negociando? Parece claro, porque el Gobierno es gobierno, pero no imbécil.

    Las revelaciones de ETA a través de Gara cuya emoción al manejar estas pruebas que son documentos históricos es manifiesta están pensadas para hacer daño al PSOE y a su Gobierno, para ponerlo en un "compromiso", en una "situación apurada". No es el caso, por cuanto el Gobierno no ha adquirido "compromiso" alguno ni ha cedido nada. La exigencia de responsabilidad se planteará ahora no sobre lo que haya cedido sino sobre las propuestas, indagaciones, ofertas, tanteos que haya hecho durante las negociaciones. Pero ahí, ancha es Castilla, que no sé si en Vasconia se entiende.

    Repito por enésima vez que la saga-fuga de Gara me parece un lamentable intento de intoxicación similar a la teoría de la conspiración acerca del 11-M. También aquí podría armarse una campaña tan vistosa como el "!Queremos saber!" aplicado a las negociaciones. Un horror.

    De mayor interés me parece la manifa de ayer de ANV, que anda al filo de la navaja de la legalidad en Bilbao/Bilbo. Miles de personas en un sábado son muchas personas pero, al mismo tiempo, tampoco tantas. Según de qué se trate. Para hacer ruido mediático son muchas; para determinar el futuro del País Vasco, una insignificancia. Ciertamente, las proclamas políticas de ANV suenan muy razonables y este bloguero las suscribe: actitud pacata del Gobierno, carácter feroz de la derecha española, miedo a la consulta popular genuina; las suscribe si no hay violencia. Si la hay este bloguero no suscribe nada porque nadie tiene derecho a inmiscuirse en un debate de ideas y propuestas a tiros. El argumento de que el rechazo a la violencia debe afectar también a la del Estado es absurdo, dado que vivimos en un Estado cuya violencia es legítima pues sin ella no habría estado ni siquiera convivencia civilizada.

    Las cifras están muy claras. La "izquierda abertzale" (no sé si añadir "para entendernos") tiene un apoyo electoral de un 16%. No es una cantidad que permita augurar una decisión colectiva determinada.

    A la vista del mapa está claro por qué Navarra es la columna vertebral del País Vasco y en torno a ella se libra la última batalla.