dilluns, 20 de setembre del 2010

El desconcierto del Gobierno.

La medida del descrédito del gobierno socialista se encuentra en un dato objetivo: un partido como el PP, presidido por un perdedor nato, sin carisma ni liderazgo, carente de programa conocido y literalmente plagado de cargos presuntamente corruptos, saca unos diez puntos porcentuales de ventaja al PSOE en intención de voto. No sólo es un dato objetivo; también es estremecedor.

El PSOE pierde votos a su izquierda pero eso va de suyo y tampoco son muchos; si acaso los de los electores que hacen voto “útil” y que ahora pueden pensar que votar al PSOE no es parar a la derecha, por lo cual quizá vuelvan a su voto original. El resto de la izquierda a la izquierda del PSOE no abriga duda alguna acerca de que este partido es socialista de nombre y neoliberal de hecho. Más o menos, la teoría de las dos orillas, de Julio Anguita.

El problema del Gobierno y de su partido es que pierden el apoyo entre sus votantes, decepcionados por unas políticas que, si fueron brillantes en las condiciones favorables de la anterior legislatura, en la segunda parecen haber renunciado a los postulados mismos de la socialdemocracia. No es exagerado decir que la gestión de la crisis ha sido un cúmulo de improvisaciones, errores y contradicciones y las soluciones han consistido en hacer pagar aquella a los más débiles: trabajadores, parados, dependientes, jubilados.

Las rosas de la temprana salida del Irak se han marchitado en el Afganistán en donde es cada vez más claro que estamos a causa de la supeditación de España a la comunidad internacional y que en muchos casos quiere decir los Estados Unidos. Y la audacia de los primeros momentos en materia de igualdad y derechos de los homosexuales ha quedado oscurecida por una Ley de la Memoria Histórica vergonzante y una inexplicable sumisión del Gobierno a los intereses de la Iglesia católica que goza de unos privilegios incompatibles con la existencia de un Estado no confesional.

La guinda llegó con el apoyo a las deportaciones de gitanos. La razón de Estado se impone sobre la política de principios. No podemos enfadarnos con Francia porque la necesitamos en la lucha contra el terrorismo. En consecuencia, esas deportaciones francesas, lejos de ser un acto de barbarie que va contra los derechos humanos, resultan ser medidas discutibles, desde luego, pero prudentes, en evitación de males mayores.

Es frecuente que el partido en el poder acuse algún desgaste a mitad de mandato. Pero esto no es desgaste sino una catástrofe preanunciada. Añádase a ello que la oposición dispone de una formidable batería mediática –periódicos, radios, televisiones- consagrada a machacar la consigna única sin cesar: “Zapatero, inútil, vete”, versión actualizada del “váyase” de Aznar, día tras día, semana tras semana, año tras año, monocorde, sin parar. Frente a esto no es que la política de comunicación del Gobierno o del PSOE sea mala; es que no la hay. El país tendría que hablar del caso Gurtel pero habla de la supuesta incompetencia del Gobierno. Doble triunfo de la derecha que consigue estigmatizar como incompetente un Gobierno que aplica la política que ella haría.

Hay algunos políticos de la izquierda a quienes la responsabilidad de gobernar modera de tal modo que acaban coincidiendo con los postulados de la derecha, suponiendo que no los compartieran de antes, lo que no los deja en buena posición. Los casos de Tony Blair y José María Fidalgo en España son bien conocidos. Es posible que eso que se llama el ejercicio responsable del poder atenúe los espíritus reformistas de los políticos, pero de ahí a identificarlos con sus opositores media o debiera de mediar un abismo. Puede que a Zapatero le haya sucedido algo similar. Mucha gente disculpa el carácter neoliberal de sus medidas con el argumento del que el componente exterior de la crisis no le deja otra opción que desmentirse en sus propósitos de políticas sociales progresistas. Es posible. Pero en otros aspectos en que el Presidente ha tomado decisiones sin estar sometido a presiones, por ejemplo, en nombramientos largamente meditados, la conclusión es la misma: a favor de la derecha. A lo mejor resulta que las quejas de algunos socialistas de casta (Leguina, Peces-Barba) en el sentido de que Zapatero ha prescindido imprudentemente de la experiencia de la “vieja guardia” son justas, aunque ellos sean partes afectadas. Nadie consigue explicarse cómo, teniendo el poder judicial como lo tiene, Zapatero decidiera a favor de Carlos Dívar como presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, por poner un ejemplo

En esta situación una izquierda que se siente decepcionada, cuando no engañada, tenderá a abstenerse porque, en contra de lo que dijo, Zapatero ha fallado; especialmente a los suyos. Y los indecisos, de quienes se dice que son los que deciden las elecciones, probablemente votarán la alternativa. La que sea.

(La imagen es una foto de Jaume d'Urgell, bajo licencia de Creative Commons)

diumenge, 19 de setembre del 2010

Palinuro vuelve al blog.

A fecha 30 de septiembre de 2009, hace diez meses y veinte días, con una entrada titulada Palinuro echa el cierre, interrumpí temporalmente este blog con gran pesar mío. Los compromisos editoriales me agobiaban, no daba abasto y temía acabar haciendo lo que más odio en este mundo, incumplir promesas. Contaba entonces que estaba escribiendo dos libros y no tenía tiempo para el blog. No quería parecer presuntuoso pero la verdad es que estaba escribiendo dos libros y traduciendo otros dos y andaba algo nervioso. Las traducciones están hechas y los libros escritos. Su estado es el siguiente:


  • una traducción (Introducción a la teoría política, de Andrew Heywood, ya publicado por Tirant lo Blanch, Valencia.

  • un libro original, La política en la era de internet, también publicado ya en la misma editorial

  • otra traducción: La transformación del Estado, de Georg Sorensen, en prensa, que aparecerá en diciembre de 2010, siempre en Tirant lo Blanch, Valencia.

  • otro libro original, Memoria del franquismo, en prensa, que aparecerá en febrero de 2011 en Ramón Akal, Madrid
  • .

Habiendo cumplido los compromisos regreso al blog y espero poder administrarlo juiciosamente, de forma que no vuelva a jugarme una mala pasada. Caso de ser así, tendría que interrumpirlo de nuevo porque, a pesar de los vaticinios que me atrevo a formular en el libro sobre Política en la era de internet, Gutenberg sigue mandando mucho, aunque cada vez menos.

Apenas si hay alteraciones en el diseño de la bitácora. La imagen de portada sigue cambiando cada mes. Éste le ha tocado a Turner, que anda de exposición en el Prado de Madrid con un tema palinúrico: Ulises escapa de Polifemo. Añádense las consabidas actualizaciones en la barra de la derecha. No abro la opción de comentarios. Ya sé que para algunos es un fastidio pero otros, entre ellos yo mismo, me lo agradeceremos. En el apartado Sobre este blog de la derecha se dan las razones que, en definitiva, se basan en sostener que un blog de autor no es el diván del psiquiatra. En lo demás todo sigue igual, excepto el autor, que es casi un año más viejo.

Y como ya está bien de asuntos personales, invito al respetable a leer una crónica de la visita de Benedicto XVI a Gran Bretaña.


(La imagen es una foto de inju Kevin Lim, bajo licencia de Creative Commons).

El Papa en Gran Bretaña.

Benedicto XVI, Jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano, la última monarquía absoluta de Europa, ha hecho una visita oficial al Reino Unido, la primera monarquía parlamentaria también de Europa. Que aquel Estado es una monarquía absoluta se ve en la vigente Ley Fundamental de la Santa Sede, aprobada por Juan Pablo II en 2000, y que substituye a la de Pío XI de 1929, en la que se decía más o menos lo mismo. Artículo 1º: “En el Sumo Pontífice, Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano, reside la plenitud de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial”. Esto para quienes miran las cosas desde el lado jurídico: concentración de poderes, monarquía absoluta y más que absoluta, aunque el monarca sea electo. Quienes ven las cosas del lado teológico recordarán que el derecho divino del monarca (requisito también habitual en la monarquía absoluta) está garantizado en el representante de Dios en la tierra y que, cuando habla de sus cosas, de las de Dios, es infalible.

En esta su condición de monarca absoluto el Papa ha recibido tratamiento de Jefe de Estado en su visita. No es un viaje particular; no va de turista. Lo recibió la incombustible Isabel II , Suprema Gobernadora de la Iglesia de Inglaterra, acompañada del imperturbable Duque de Edimburgh; vio al Primer Ministro, Cameron, al Viceprimer Ministro, Clegg, y a la líder provisional de la oposición laborista, Harriet Harman; visitó a su cordial enemigo el Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams. Con motivo del viaje se hizo público un comunicado conjunto de la Santa Sede y el Gobierno británico que, cómo no, lleva el título de Impegno condiviso per il bene comune (“Empeño compartido en pro del bien común”), que suena fantástico.

Siempre como Jefe del Estado de la Santa Sede, el Papa habló ante una nutrida representación del mundo académico, empresarial y religioso en el Westminster Hall, la sala más antigua y solemne de la abadía sede el Parlamento británico, en donde se juzgó y condenó a muerte a Tomás Moro y a Carlos I, entre otros. Al discurso del Papa, al que presentó el Speaker de la Cámara de los Comunes, acudieron el de la Cámara de los Lores y todos los ex primeros ministros vivos, desde Margaret Thatcher hasta Gordon Brown.

Alguien debió de soplar a Su Santidad que la ocasión era delicada y que no dijera inconveniencias como cuando despotricó contra el Islam en la Universidad de Ratisbona en 2006. Así que Benedicto XVI se deshizo en elogios a la democracia británica, la división de poderes (él, que los concentra todos en su persona), el common law, la paulatina evolución de las instituciones inglesas y el ejemplo a lo largo y ancho del mundo entre todos los English speaking peoples, expresión cara a Winston Churchill.

Pero luego no pudo evitar ser él mismo y volvió a sus orgullosas sofisterías. Tomando ejemplo de la muerte de Tomás Moro (de Carlos I, obviamente, prefirió olvidarse), señaló eso tan eclesiático de que el hombre debe obedecer la ley de Dios antes que la de los hombres; por ello perdió la cabeza Tomás Moro y por ello lo canonizó la Iglesia católica, porque, razona el Papa, el santo sabía dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Que algo tan claro lo diga Cristo que era un quidam, pase; pero que lo diga el Papa que es César y Dios (o casi Dios) al mismo tiempo resulta desvergonzado, pues ¿no estaba hablando como Jefe del Estado?

En el resto del viaje a la pérfida Albión hubo de soportar humillaciones sin cuento. Tuvo que entrevistarse con cinco víctimas de abusos de eclesiásticos pederastas y mostrarse contrito, humillado, avergonzado, dolorido… todo menos justo, porque sigue sin admitir claramente que los cientos de casos (conocidos) de pederastia en la Iglesia sean delito y los considera yerros o aberraciones de “enfermos”, que no son responsables de sus actos. La idea de que los hombres somos responsables de nuestros actos (salvo contadas excepciones psiquiátricamente, no papalmente, justificadas) es un puntal de la sociedad civilizada. Negarlo es antisocial.

También hubo de saludar a una sacerdotisa anglicana, haciendo de tripas corazón ya que su Iglesia niega taxativamente que las mujeres accedan al sacerdocio, algo reservado a los varones, aunque sean pederastas. Su Santidad sabe que en esto de la ordenación de las mujeres puede romperse la Iglesia anglicana parte de cuyo clero y fieles volvería al seno de la Iglesia de Roma. Si Juan Pablo II, el polaco, se apuntó la demolición del comunismo, ¿no sería un gran destino que el alemán Ratzinger se apuntara la conversión de Gran Bretaña, la demolición del anglicanismo, el luteranismo y, con un poco de suerte, el presbiterianismo? ¡Por fin los buenos ganan la “Batalla de Inglaterra”!

De su restante perversa doctrina no merece la pena hablar, como esa de que las democracias no pueden basarse sólo en el consenso de la gente sino que precisan de la religión, de la iluminación del Señor. Una idea que no descansa en prueba alguna, ni en la experiencia, ni el sentido común, ni en el argumento de autoridad, salva la que él pueda esgrimir a estas alturas, que no parece mucha. Así que ese es el contenido del viaje papal al Reino Unido: dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Es decir, todo al Papa, que llega a pasar el cazo a cambio de repartir unas estampitas. Como cuando viene a España y el país se llena de carteles que rezan Totus tuus. Hay su diferencia.

(La imagen es una foto de M.Mazur, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 30 de novembre del 2009

Palinuro echa el cierre.

En el día de hoy, unos tres años después de iniciar su actividad bloguera en la cual tiene a gala no haber faltado un solo día a lo que los periodistas cursis llaman su cita con los lectores, Palinuro cierra. El blog le consume mucho tiempo del que ahora necesita todo pues se encuentra escribiendo dos libros que, de seguir con esta actividad, no conseguiría acabar nunca. Ello no quiere decir que el cierre sea definitivo sino transitorio y durará el tiempo que tarde en acabar las dos obras en cuestión; pueden ser meses y pueden ser años.

La aventura de Palinuro mereció la pena en todos los aspectos y el autor desea manifestar su agradecimiento a los/as lectores/as que le acompañaron en ella.

El blog queda accesible en su totalidad para consultas porque, en este tiempo ha habido 2.523 entradas todas con sus correspondientes ilustraciones y algunas no han sido del todo malas. Hay también cientos de críticas de libros, revistas, películas, exposiciones u obras de teatro todo lo cual constituye una referencia a lo que ha sucedido en la escena política y cultural española en los últimos tres años.

En el día de hoy todavía se podrán hacer comentarios. A partir de mañana esa posibilidad quedará bloqueada. Muchas gracias a todos/as.

Hasta siempre.

diumenge, 29 de novembre del 2009

La refundación.

Ayer tuvo lugar el acto inicíatico de la refundación de Izquierda Unida y del conjunto de gentes que, desperdigadas en organizaciones diversas o sueltas como lobos solitarios, se consideran a sí mismas la izquierda a la izquierda del PSOE, la izquierda "transformadora", "alternativa", etc. Se trata de un acto de reconsideración, repaso, replanteamiento colectivo, impulsado sobre todo por el nuevo dirigente Cayo Lara e impregnado de un ánimo genuino de renovación, todo lo cual es muy encomiable siempre.

Pero la dura realidad de la vida política cotidiana no puede ignorarse a fuerza de voluntarismo y por mucho que se invoque la utopía. Si IU ha llegado a esta situación de necesitar una "refundación" ha sido por varios motivos, algunos debidos a su forma de actuar y otros independientes de su voluntad. Supongo que no soy exhaustivo pero los siguientes me parecen dignos de consideración:

  • la ausencia de consideración crítica y explicación suficiente sobre el hundimiento del comunismo en los años noventa que dejó falto de justificación el venero principal de esta "izquierda alternativa" que trata de resurgir de sus cenizas, el Partido Comunista de España. Cualquiera que haya examinado las propuestas de explicación verá que oscilan entre un reconocimiento de algunos defectos parciales de gestión y la negación simple y llana de que el comunismo se haya hundido, intentando probar que lo que fracasó no fue el "verdadero" comunismo sino otra cosa como el "capitalismo de Estado" y hasta el fascismo.

  • La incapacidad para formular una táctica y estrategia radicales de izquierda en las sociedades capitalistas desarrolladas, cuyas estructuras políticas democráticas no solamente son cien veces superiores a los embustes de las periclitadas "democracias populares" sino que resisten muy bien las críticas izquierdistas a la llamada "democracia burguesa" o "democracia formal" que siguen repitiendo los más recalcitrantes de la izquierda radical.

  • La consiguiente incapacidad para articular una alternativa real a las transformaciones del capitalismo bajo la forma de Estados del bienestar de modo que esta izquierda ha pasado sin solución de continuidad de denostar las politicas del bienestar como engañifas socialdemócratas a pretenderse su sola defensora frente a los ataques privatizadores de los que acusa a esa misma socialdemocracia.

Ya en la situación concreta de España, hay que añadir los siguientes datos específicos:

  • la sorpresa de la transición: España no reproducía el modelo italiano o francés de potentes partidos comunistas y débiles socialdemocracias, sino el europeo central de potentes socialdemocracias e insignificantes partidos comunistas; sorpresa que descolocó a esta izquierda y la amargó al creerse merecedora de mayor reconocimiento por su lucha contra el franquismo, pero no la dejó reaccionar a tiempo.

  • Una política errática en busca de un lugar al sol en los años ochenta de aplastante dominio del PSOE y que acabó llevando al PCE y a IU a una política de alianza objetiva con la derecha del PP conocida como "la pinza", teorizada (teoría de "las dos orillas") y practicada (entendimiento con la derecha mediática y con el señor Aznar en persona) por el señor Julio Anguita, política que llevó al descrédito absoluto de IU del que no la salvó ni el absurdo bandazo de la no menos absurda unión de la izquierda en las elecciones de 2000 con los señores Almunia y Frutos, un auténtico esperpento. Ya sé que esto de la pinza levanta sarpullidos pero, por más logomaquias que se inventen, fue un hecho y decisivo en el declive de IU.

  • El faccionalismo típico de las formaciones de izquierda radical. Cualquiera que conozca, aunque sea someramente, la historia del comunismo, el socialismo y otras fuerzas de la izquierda sabe que, así como los partidos socialistas suelen ser estables y conocen pocas escisiones, las fuerzas más radicales son hervideros de peleas, divisiones y separaciones. De hecho casi todos los partidos comunistas surgieron de separaciones de los socialistas y sus historias están plagadas de enfrentamientos y desuniones, todos ellos, por supuesto, al grito de "unidad", como esta Izquierda Unida que es lo más desunido que quepa imaginar. Entiendo que la razón de este comportamiento tan poco recomendable para la continuidad de las empresas consiste en el modo radical e intransigente, como asuntos de principios a vida o muerte, de plantear los conflictos ideológicos y a diferencia de la socialdemocracia siempre más pactista y acomodaticia.

  • El increíble personalismo que señorea en las formaciones de la izquierda radical; un personalismo que frisa en el caudillismo y que se explica a mi entender porque la ausencia de elaboraciones doctrinales convincentes que puedan aglutinar a gentes con planteamientos diversos, obliga a subrayar la importancia de los factores carismáticos, personales que convierten la política de esta mentada izquierda en puro "fulanismo". Basta ver cómo casi todas las tendencias en que el "movimiento" (por llamarlo de algún modo) se divide tienen detrás un nombre propio.

  • El peso de una actitud intransigente y visceralmente antisocialista que viene de la tradición de la IIIª Internacional y todavía se halla presente en buena parte de esta militancia de la izquierda radical y que, por cierto, alimentó la desgraciada política de la pinza, que instaló a la derecha en el gobierno de España por dos legislaturas. Los comunistas suelen hablar del anticomunismo "visceral" de cierta socialdemocracia; pero son mudos respecto al antosocialismo no menos "visceral" de gran parte del comunismo con el agravante de que, al ser éste mucho más irrelevante social y políticamente, esa visceralidad no conduce a nada.

  • La incapacidad para encontrar un terreno de entendimiento con la fuerza mayoritaria de la izquierda que es el socialismo, guste o no. En las sociedades democráticas sólo puede hacerse política "transformadora" gobernando. Para gobernar, hay que ganar elecciones. Para ganar elecciones con electorados básicamente de centro izquierda (o de centro derecha) hay que modular los programas políticos. La alternativa es ir de puristas y quedarse como partidos "testimoniales"; pero eso no es lo que quiere las izquierda "transformadora". Entonces, ¿cómo conciliar el programa radical con la necesidad de ganar elecciones? Pues como el círculo no se puede cuadrar, hay que reconocer que el socialismo es la izquierda real en las sociedades capitalistas avanzadas y que, o se incide en ella o se queda uno a la intemperie, echando las culpas al sistema electoral. Pero, para incidir, hay que buscar un terreno de acuerdo caracterizado por el posibilismo, de nuevo guste o no.

  • Se dirá que porqué es esta izquierda la que tenga que hacer el esfuerzo en tanto que el socialismo mayoritario no se mueve y lleva a cabo políticas de alianzas según sus propios criterios y la respuesta es bien sencilla: porque a la izquierda llamada "alternativa", en claro riesgo de desaparecer por el escotillón de la historia, le hace falta, mientras que el socialismo, con un apoyo electoral diez veces superior, no lo necesita.

  • Por último, me parece estupendo que la izquierda radical, alternativa, etc, ande a la enésima búsqueda de su personalidad pero auguro otro fracaso mientras no empiece por reconocer que, aquí y ahora, la praxis de la izquierda está en el socialismo o en la colaboración con él.

¿Por qué no hay que cebar al troll?

  • Porque es insaciable.
  • Porque es lo que quiere.
  • Porque es viscoso y marrullero.
  • Porque va de mala fe.
  • Porque pretende imponer sus criterios.
  • Porque quiere sabotear la comunicación.

  • Porque introduce agresión, desprecio y mala baba.
  • Porque es más falso que Judas.
  • Porque obedece órdenes.
  • Porque trata de distraer y embarullar.
  • Porque aprovecha el espíritu discursivo para envenenar.
  • Porque es un enfermo y, por tanto, debe estar a régimen.
  • Porque odia cuanto ignora o no comprende.
  • Porque es un ególatra.

dissabte, 28 de novembre del 2009

El nuevo modelo económico.

Por lo que va sabiéndose del anteproyecto aprobado ayer por el Consejo de Ministros, el Gobierno parece decidido a impulsar medidas que no solamente ayuden a salir de la crisis sino que exploren nuevas vías de desarrollo. Que el plan llegue a ser un "nuevo modelo económico", término rimbombante que recuerda la "Nueva Política Económica" de los bolcheviques, parece más dudoso. Pero menos da una piedra. Sobre todo es bueno que la autoridad siga implicada en reformar y agilizar las relaciones entre el Estado y la economía ahora que parece que se avecina una segunda y demoledora etapa de la crisis con la posible quiebra de algún país de los Emiratos Árabes Unidos.

Son muy de aplaudir la reducción de los trámites burocráticos para la creación de empresas y la garantía de pronto pago de las administraciones públicas cuyas infinitas demoras han llevado a muchos al cierre. Es fantástico que haya acceso universal gratuito a banda ancha con un mega de velocidad y resulta también muy conveniente que se agilice el mercado de alquileres de vivienda con mayores desgravaciones para arrendatorios y arrendadores.

Lo más prometedor me parece la fijación de planes de inversión en infraestructuras a medio plazo contando con múltiples fuentes de financión que incluyen la UE, el ICO, el Estado y la participación del sector privado a través de las empresas mixtas, todavía por explorar en España. Todo ello, conjuntamente con una mayor vigilancia de las entidades financieras y la previsión de que sean los accionistas quienes voten los salarios de los directivos son tambièn reformas que se habían hecho urgentes con la crisis.

Pero para hablar de "nuevo modelo productivo" harían falta otras reformas de mayor calado y con una orientación más definidamente de izquierda como otra política fiscal con mayor progresividad y la creación de una banca pública que respalde la política económica que hasta la fecha está a merced de una banca opaca sólo interesada en recibir recursos públicos para mantener sus beneficios.

De ahí a decir que el anteproyecto de ley de desarrollo sostenible retrotrae al país a los tiempos del franquismo, como hace el señor Montoro, media un abismo. Cabe conceder que este señor y la derecha que representa saben mucho de franquismo porque es el régimen con el que simpatizan y al que no condenan y es pura mistificación que lo empleen para descalificar la única propuesta coherente que se ha hecho en el país para salir de la crisis. Por ejemplo, acusan al Gobierno de no bajar los impuestos pero ¿hay algo más franquista que los impuestos directos bajos e, incluso, inexistentes?

(La imagen es una foto de 20 minutos, bajo licencia de Creative Commons).

Los insoportables curas.

La murga de la clerigalla con motivo de la reforma de la ley del aborto está aburriendo ya hasta a las ovejas de su propio rebaño que han empezado a sublevarse contra las coacciones de los sepulcros blanqueados al estilo de Monseñor Martínez Camino. El segundo de Monseñor Rouco Varela debe de creer que los políticos católicos españoles son niños necesitados de disciplina o bobos de capirote. Y por ello alterna las amenazas de excomunión con los habituales apaños de la Iglesia católica para hacer mangas capirotes con la moral y el principio de responsabilidad individual. Insiste el citado Martínez Camino en que los políticos católicos que voten a favor de la reforma del aborto quedarán eo ipso excomulgados pero que serán readmitidos en el seno de la Iglesia si, previa confesión, manifiestan luego públicamente su arrepentimiento. O sea, lo de siempre con estos mercaderes de la gracia: pecas, te confiesas, te arrepientes y a otra cosa, mariposa. ¿Se puede ser más hipócrita?

Sí, se puede. Ahí está el flamante nuevo obispo de San Sebastián haciendo méritos con la carcunda para lo cual equipara a los abortistas con ... ¡la rancia burguesía del siglo XIX! ¿Se ha vuelto marxista el monseñor o, hipócrita hasta las cejas, abomina hoy de lo que santificaba ayer?

(La imagen es una foto de piotr.amigo, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 27 de novembre del 2009

El editorial.

Las reacciones en la España no catalana al editorial de doce periódicos del Principado en defensa del Estatuto de autonomía frente a una posible sentencia del Tribunal Constitucional que reduzca su alcance han oscilado entre la prudencia y la más furibunda hostilidad. Nada más. No he leído ni escuchado frases de aprobación y mucho menos de admiración. La prudencia estuvo a cargo del señor Rodríguez Zapatero, muy en su función de presidente del Gobierno, al decir que había leído con "mucho interés" el editorial. La furibunda hostilidad al de la derecha más recalcitrante encabezada por el diario El Mundo que en su editorial sostiene que es imposible acumular más falacias en menos espacio faltando notablemente a la verdad porque sí es posible dado que es lo que hace él.

Lo primero que me parece digno de reseñar en el editorial es el envidiable espíritu cívico que trasluce. ¿Alguien cree que los periódicos de Madrid puedan alguna vez con algún motivo publicar un editorial conjunto? Nadie reflexiona sobre este hecho, sin embargo. ¿Por qué? A mi entender porque pone de relieve que la conciencia cívica catalana es muy superior a la española.

Parte importante de los críticos del editorial lo acusan de amenazar al Tribunal Constitucional y de pretender coaccionarlo. No hace falta tomarse mucho trabajo escarbando en lo que se ha venido escribiendo sobre este tribunal desde que comenzó a funcionar para ver que quienes hoy más acusan a los críticos de amenazas son los que recurrieron a todo tipo de descalificaciones e insultos en otros momentos pasados críticos en que el Tribunal hubo de pronunciarse sobre asuntos candentes, desde la expropiación de Rumasa hasta el posible procesamiento señor Felipe González con motivo de los GAL. Amenazas, coacciones e insultos que llenaban páginas de periódicos y horas en las ondas.

Asimismo el partido que en los últimos años más he hecho por instrumentalizar al Tribunal Constitucional al servicio de sus intereses bloqueando su renovación y hostigando a los magistrados que suponía no fieles a sus directrices es el que ahora pide no sólo acatamiento a sus decisiones -cosa que no esta en discusión- sino aceptación silenciosa y acrítica, cosa a la que nadie está obligado.

Por más que se quiera revestir el debate del Estatuto y la decisión del Tribunal de un ropaje jurídico para sustraerlos a las posibles objeciones, resulta obvio que el Tribunal Constitucional, por su naturaleza, composición y funciones, es un órgano político, jurisdiccional pero no judicial y sus decisiones son eminentemente políticas. Que por fiat constitucionl éstas hayan de acatarse cosa, insisto, que no está en cuestión pues nadie dice que no lo hará, no quiere decir que el trabajo del citado tribunal haya de estar exento de la crítica razonada tanto respecto a sus decisiones como a sus condiciones actuales para llegar a ellas. En cuanto a las últimas no sé cómo pueda pasarse por alto que, de los doce magistrados que componen el organismo, sólo pueden pronunciarse diez y, de esos diez, cuatro debieran haber sido sustituidos ya por haber vencido su mandato, cosa que no ha sido posible por las maniobras obstaculizadoras del PP. Es obvio que no es la composición más adecuada, que es lo que señala el editorial de marras.

En cuanto al fondo del asunto y por encima de las triquiñuelas formales está el espíritu de concordia que debe presidir las relaciones entre los distintos entes territoriales que componen España. Para bien o para mal, en esta sentencia esperada (desde hace tres años) sobre el Estatuto han venido a concentrarse todos los agravios de un entendimiento torcido y una convivencia problemática. Lo último que España necesita es que los catalanes y la derecha española más rabiosamente anticatalana puedan leer la sentencia como un escarmiento.

El último refugio.

La señora Aguirre ha puesto ya en marcha el proyecto de ley que consagrará el principio de autoridad en las aulas escolares de la Comunidad Autónoma de Madrid... en los colegios públicos. Los privados se rigen por sus propias normas. Es decir, en román paladino y para entendernos: a la enseñanza privada se la privilegia y beneficia con subvenciones públicas a chorro a través del artilugio de la concertación, hasta el extremo de que ésta es la forma de enseñanza hoy predominante en Madrid; en cambio, a la pública, a la que se restringe la financiación y se estrangula por todos los medios posibles, palo y tentetieso. En donde no hay medios, que cunda la autoridad del profesor amenazada, precisamente por esa falta de medios, la masificación de las aulas y el desvío malicioso e intencionado de los alumnos inmigrantes a los que la enseñanza privada concertada no quiere.

De esta forma y tanto en el orden simbólico como en el práctico se hace real el viejo sueño de la reacción personificado en la obra de la señora Aguirre en Madrid: sustituir las escuelas por comisarias.

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 26 de novembre del 2009

Mujeres.

Celebróse el día en contra de la violencia machista. Bien. Se han hecho manifestaciones y actos de todo tipo. Bien. IU propone que se considere la prostitución como violencia de género. Tengo mis dudas pero, en principio, bien. Se detecta un descenso apreciable en las agresiones de género gracias sin duda a la legislación preventiva y punitiva y los medios aprestados para hacerla eficaz. Bien.

Bien todo cuanto se haga para elminar esta lacra cuyas consecuencias externas nos escandalizan pero con cuyo caldo de cultivo llevamos cientos, miles de años conviviendo y han configurado nuestra misma civilización. Obras de teatro, novelas, cuadros famosos, poemas, relatos de todo tipo han celebrado y ensalzado esa práctica hasta convertirla en elemento consustancial a nuestra forma de ser y venero en el que todos, chicas y chicos, nos socializamos. Las variaciones del tema de la doma de bravía, ¿qué son si no violencia machista de la que está plagado el teatro shakesperiano y el calderoniano y el de Lope? En infinidad de novelas célebres la práctica se da por supuesta. ¿Cuál es el desencadenante que permitió a Stendhal escribir esa maravilla que se llama El rojo y el negro? Multitud de leyendas eternizadas por el arte, el rapto de las sabinas, el de Europa, Susana y los viejos, Lucrecia: en todas partes las mujeres objeto de pillaje o guardianas de una virtud propia definida en términos masculinos según los cuales, mancillada, está mejor muerta. La pintura de Romero de Torres ("Cante jondo"), la suite Vollard de Picasso. Óperas como Madame Butterfly; leyendas como la de Lady Godiva; anuncios como el que ilustra esta entrada y miles y miles de otros. Prácticas seculares ¿o no es violencia de género que las mujeres no puedan ser ordenadas en el rito católico y estén sometidas a la autoridad de los varones?

Es un problema que hunde sus raíces, dicen los entendidos, en las zonas más oscuras del inconsciente, las supuestas (digo lo de supuestas para curarme en salud) fantasías masoquistas de las mujeres, los complejos de inferioridad de los hombres, la madre castradora, el padre no sé qué... El mundo destila violencia de género y por eso la lucha contra ella debe ser permanente, sin cejar, siempre atenta y llevarse a todos los órdenes de la vida, incluso aquellos que parece más alejados. Digo esto también para curarme en salud porque cuando se me ocurre decir que hay que considerar el piropo como una muestra de violencia de género suelo recibir todo tipo de improperios. Empezando por las mujeres.

(La imagen es una foto de Tiscar, bajo licencia de Creative Commons).

De bien nacidos.

Navegaban sin bandera y fuera de la zona protegida; desoyeron en varias ocasiones las advertencias para que se acogieran a cubierto; nos han tenido a todos cuarenta y siete días preocupados con su situación y al Gobierno en vela con un gabinete de crisis par seguir de cerca los acontecimientos; se han movilizado todos los recursos que se ha podido pora rescatarlos. Y todo ello no obstante, apenas llegados a España por los medios que las autoridades han puesto a su servicio sufragados con el dinero de todos, varios de los marineros han ido de peregrinación de radio en televisión disfrutando de su recién adquirida popularidad, hablando mal del Gobierno y poniendo a bajar de un burro al señor Rodríguez Zapatero cuyo comportamiento, según uno de estos rescatados, fue "asqueroso". Es más, dicen deber más a los piratas que al Gobierno de su país, lo que es el síndrome de Estocolmo llevado a una mezcla de frenesí y estulticia.

Ya durante el secuestro fue preciso soportar la actitud saboteadora y felona de la oposición que aun tratándose de un asunto de Estado, pretendía, como siempre, atacar al Gobierno y, es de suponer, beneficiarse electoralmente, por extraño que pueda parecer. Pero la connivencia ahora entre esa oposición desleal y los marineros rescatados que atacan al gobierno que los rescató es inmoral. Si es de bien nacidos ser agradecidos, ser desagradecidos es de mal nacidos.

Verdaderamente pintoresco, estos malhablados desagradecidos y faltones, ¿carecen además de sentido común? No sé cómo pueda entenderse que coincidan en sus improperios con la oposición cuando ésta ya ha dicho con toda claridad que, si por ella hubiera sido, no habría habido rescate sino que hubieran enviado al ejército.

(La imagen es una foto de www_ukberri_net, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 25 de novembre del 2009

Sin respiro.

Ayer hubo una operación policial en el País Vasco y Navarra por la que se detuvo a una treintena de personas acusadas de pertenecer a la organización Segi, declarada ilegal por terrorista por el Tribunal Supremo en 2007. Se trata de la organización juvenil que ha venido sirviendo de centro de reclutamiento de terroristas de ETA y que ha sucedido a las también ilegalizadas Haika y Jarrai, igualmente organizaciones de jóvenes cachorros dedicadas a dar apoyo a ETA y organizar actos de violencia callejera, de kale borroka para ir animando el cotarro.

Aparte de que varios de los detenidos muestran ya meritorios CVs de terroristas en ciernes al haber sido detenidos en otras ocasiones por cometer actos de vandalismo, destrozar instalaciones callejeras, asaltar ayuntamientos y colaborar de otras mil formas a fomentar la convivencia educada en el País Vasco, en esta ocasión las fuerzas de seguridad del Estado han recogido abundante material para organizar atentados o actos de violencia callejera así como para labores de identificación y seguimiento de personas que luego se pondría al servicio de la banda de asesinos para cometer atentados.

Es decir, las fuerzas de seguridad del Estado han realizado una gran operación bajo órdenes del juez Grande Marlaska para, según dice hoy la prensa, "descabezar la organización juvenil de Batasuna". Pero eso es la forma gráfica de poner una noticia que tiene lecturas muy provechosas y que conviene singularizar:

  • prosigue la actividad judicial y policial contra ETA a base de atacar a sus fuentes de reclutamiento, de financiación, de colaboración y amparo en función de la doctrina garzoniana de luchar contra el terrorismo atacando sus anclajes sociales del más diverso tipo;
  • se restringen más las zonas de impunidad del terrorismo en esos grises órdenes de capilaridad social que eran frecuentes en la vida diaria del País Vsco gracias la sistemática inhibición del PNV cuando estaba en el poder;
  • la acción de la policía es independiente de la actual situación de debate interno en la izquierda abertzale acerca de si condena o no, abandona o no, la violencia como método de acción política. Seguramnte es bueno que haya ese debate y sería aun mejor que lo ganaran los sectores más razonables, pero ello no puede ser excusa para condicionar la acción de la policía;
  • es un golpe preventivo en la lucha contra el terrorismo y por la ampliación de los márgenes de libertad y seguridad que se van dando en el País Vasco, gracias a la política nada connivente con el terrorismo del nuevo Gobierno españolista del PSE con apoyo del PP;

  • el diario Gara, que presenta la acción policial como una operación de castigo contra los jóvenes de la izquierda abertzale, insiste en que las detenciones se han producido bajo meras sospechas, sin material probatorio alguno y, es de suponer, como parte de la política de acoso de las autoridades a ese idílico e indefinido mundo de la llamada "izquierda abertzales". Sin embargo las solas acusaciones de asociación ilícita e integración en banda armada, sobre todo tratándose de terrorismo, ya son suficientes para justificar la acción de la policía y felicitarla por ella

Este tipo de acciones que siegan la hierba bajo los pies de los colaboradores y cómplices de los terroristas de ETA son la garantía misma de que los derechos y libertades constitucionales en el País Vasco no son papel mojado.

((La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

El tiro por la culata.

No es de extrañar que la ciudadanía tenga tan pobre opinión del señor Rajoy y que lo puntúe bajísimo. No es ya solamente que no gane elecciones o que no consiga imponer su autoridad en su propio partido. Es que, además, todas las inciativas que adopta dan el resultado contrario al que busca y, lejos de debilitar al gobierno al que se opone, lo fortalecen.

La evolución del caso SITEL es la última prueba de ello. Ayer la oposición perdió una votación parlamentaria en pro de una medida legislativa muy puesta en razón. Las posibilidades de las nuevas tecnologías de espionaje en telecomunicaciones son tan grandes que parece obligado tomar medidas para impedir que el gobierno -éste o cualquier otro- caiga en la tentación de espiarnos a todos aquí, ahora y siempre.

Si el PP se hubiera limitado a levantar constancia de este hecho y hubiera pedido la correspondiente medida legialtiva habría actuado muy en su papel de oposición constructiva en un sistema democrático y seguramente los ciudadanos empezarían a verlo con ojos distintos. Pero entonces no sería el PP y el señor Rajoy no sería el señor Rajoy. El partido hizo lo que acostumbra bajo mandato directo de su Presidente: organizar una bronca descomunal y perfectamente ridícula al denunciar a gritos la existencia de Sintel sin recordar que fue el mismo señor Rajoy, siendo ministro del interior, el que lo contrató y siendo la señora De Cospedal la encargada de ponerlo en práctica.

Con el griterío, el PP buscaba el rédito añadido de utilizar las escuchas de Sitel, bendecidas por los jueces, para atacar indiscriminadamente el trabajo de las fuerzas de seguridad del Estado y de la admistración de justicia en lucha general contra la delincuencia. De ese modo, pensaban estos genios de la política, podrían mitigar algo el ridículo de este verano de acusar sin pruebas al Gobierno de realizr escuchas ilegales y, con un poco de suerte, conseguían torticeramente que se anularan las investigaciones en marcha del caso Gürtel, esas arenas movedizas de la corrupción en las que está atrapado prácticamente el PP al completo.

Al salir mal todas estas miserables maniobras para justificar su comportamiento y librarse de la acción de la justicia el PP recondujo su petición a la mucho más razonable de una ley que regule esta sensible materia del posible espionaje. Pero para entonces ya era tarde y sólo consiguió cosechar una derrota parlamentaria más en lo que ya es una notable carrera de fracasos de los que, por falta de cultura democrática del país, el señor Rajoy no rinde cuentas. Sin embargo debiera ser obligado: la oposición tiene una función que cumplir en el sistema democrático, el Estado pone a su servicio los medios adecuados para llevarla a la práctca y, por lo tanto, está muy puesto en razón que así como la acción del Gobierno está sometida a valoración permanente, lo esté la de la oposición. Claro que si esto fuera así quizá ya no quedara oposición. Porque en ningún país del orbe avanzado se tiene una oposición que, al perder todas sus iniciativas parlamentarias sólo se hace notar por sus constantes injurias y calumnias y sus frecuentes manifestaciones callejeras del ganchete con esa punta de lanza de la innovacióny la ruptura de moldes que son los obispos españoles.


dimarts, 24 de novembre del 2009

Mentir en Westminster, saquear en Bagdad.

Tony Blair estuvo meses engañando a sus compañeros de gabinete, a los demás diputados del Partido Laborista, a sus votantes y, por extensión, a la opinión pública cuando en los últimos días de 2002 y primeros de 2003 afimaba que no había nada decidido, que estaban acumulando pruebas de la perfidia de Saddam Hussein, que en caso de decidirse la invasión ésta no buscaría derrocar el régimen sino solamente castigar a los culpables de actividades ilegales, que tenía todas las opciones abiertas.

Todo mentira, embeleco, embuste y patraña. Según un memorandum secreto que ya conoce la comisión de investigación que está estudiando la guerra del Irak en el Parlamento de Londres Blair se había comprometido ya en firme con el señor Bush a invadir el país mesopotámico en las condiciones que fuera. Operaba la "special relationship". Luego entre los dos decidieron incorporar al adusto spagnoletto que era el más partidario de los tres de invadir el Irak a sangre y fuego y llevar al dictador Saddam ante un tribunal internacional. Los tres decidieron de común acuerdo invocar dos excusas: que Saddam tenía armas de destrucción masiva -adm- y que el régimen iraquí mantenía relaciones con Al Qaeda. Todo mentira: nada de adm y ningún vínculo con Al Qaeda.

Pero los tres, sabedores de que estaban mintiendo al mundo entero, decidieron lanzar aquella invasión injusta, totalmente desproporcionada, aquel acto de piratería y pillaje por el que invadieron un país, derrotaron a su ejército, masacraron a su población, pillaron sus tesoros y riquezas, robaron sus recurso naturales, torturaron a la gente que se les oponía,violaron a sus mujers, comerciaron con sus niños y trajeron caos, destrucción y muerte. Una guerra que no pueden ganar, en la que han muerto cientos de miles de civiles iraquíes, dejando a los demás buscando a dónde ir en un país destruido y decenas de miles de invasores. El último ejemplo de una guerra de agresión en unas relaciones internacionales entendidas al estilo de las más viejas prácticas del abuso del más fuerte y de la imposición militar.

Y todo, además, para que los invasores hicieran pingües negocios con las adjudicaciones y contratas movidas por el conflicto. Empresas como Haliburton, en la que tiene negocios el exvicepresidente gringo que ordenó la invasión, y otras que han gestionado y administrado fondos sin cuento con lo que se han acumulado grands fortunas al tiempo que los Estados Unidos toman posiciones estratégicas en la región con vistas a las posibles guerras del futuro por el petróleo.

La administración Bush está siendo ya investigada a cuenta de las torturas. Ahora lo está siendo el señor Blair por mentiras reiteradas a la Cámara.

Queda el señor Aznar. Creo que es el momento adecuado de que se presente una moción en el Congreso de los diputados, que se propongan nombres para la comisión cuya función será saber en qué medida mintió el señor Aznar al tomar aquella decisión y en qué medida los otros lo liaron engañándolo, él se dejó engañar o colaboró activamente en la mentira.

Y después de esta necesaria clarificación política de uno de los episodios más siniestros de la historia mundial, la clarificación penal: crímenes contra la humanidad, genocidio, delitos que no prescriben... Y sin olvidar la parte de responsabilidad que cabe al orgulloso y servicial anfitrión portugués de las Azores y que hoy preside la Comisión Europea con tantos méritos morales para hacerlo como mi gato.

La imagen es una foto de Jens Olaf, bajo licencia de Creative Commons).