dissabte, 31 de gener del 2009

Hablando de la crisis.

Recordarás amable lector que hacia el 15 de noviembre del año pasado, el señor Bush, entonces presidente de los EEUU en lo que ahora parece ya otra era dos meses y medio después, convocó en Washington nada menos que una Cumbre sobre los mercados financieros y la economía mundial a la que acudieron los veintiséis dirigentes mundiales más importantes, entre ellos el señor Rodríguez Zapatero, que casi convirtió su asistencia en un casus belli. También hubo dos mujeres, esto es, algo así como el siete por siento de la cumbre. Está más que claro que la llamada Comunidad internacional es "andrócrata". Y estos son los avanzados. Cierto que también hay otros merluzos que dicen que el auge del feminismo es un negocio como cualquier otro por el que las mujeres duplican su beneficio, una parte como objeto de privilegios por ser minoría discriminada y otra en aplicación de la legislación de igualdad. Pero ese injusto spillover de las políticas de la igualdad, por lo que se ve, no alcanza a las cumbres, reinos incontrovertidos de la más próvida virilidad.

En todo caso la expectativa frente a la cumbre era extraordinaria porque iba a ser la reunión en que se dictaminaría qué clase de crisis es ésta y qué medidas pueden tomarse para encajarla, minimizarla, soslayarla. Sin embargo el resultado no fue muy notable como se prueba por el hecho de que dos meses y medio después de la celebración del evento prácticamente nadie se acuerde del piloto o el jefe de la misión ni de lo que quería. Era una reunión importante por su finalidad, consistente en poner en marcha los mecanismos adecuados para salir de la crisis. Nada menos. Fue un hecho típicamente "global": se dio en todo el mundo, pero no tuvo efecto en parte alguna. Al mando de la nao capitana estaba entonces Mr. Pato Cojo que ya sabía que no podía hacer nada porque su sucesor lo desharía en un par de meses, como está viéndose que hace con Guantánamo, las células madre, etc.

La memoria de aquella reunión no se ha conservado en la de la gente salvo, al parecer, en la idea de que si alguien puede sacar al mundo de la crisis son los Estados y en concreto los Unidos. Eso es lo que ha venido a repetir la declaración de la reunión anual de Davos, lugar en que se pasó una temporada Hans Castorp en la montaña mágica, y en el que se reúnen políticos, millonetis, famosos e importantes para asperjar sobre la humanidad expectante el maná de su sabiduría infinita. En la última reunión se ha decidido decir a los Estados que tienen que enderezar el mundo. ¿Quién? Los estados. El Estado.

El Estado. Quizá alguien debiera avisar al señor Aznar, antes de que le hagan una estatua en el Museo de Mme Tussaud como ejemplo de político freak.

La Cumbre de marras es el renacimiento del Estado. Un renacimiento quizá no, pero sí buena época para lo que el Estado sabe hacer muy bien que es la política y lo legal; medidas políticas y jurídicas. Si en estas condiciones en que los banqueros y los empresarios a una junto a los estadistas y los millonarios piden la intervención del Estado alguien dice que el error está en la intervención del Estado realmente tiene su aquel.

¿Qué tiene que hacer el Estado en primerísimo lugar? Darse cuenta de que una crisis de carácter global no puede resolverse en los marcos de los Estados nacionales, sino que hay que ir a un marco resolutorio (con condiciones distintas según los casos) de carácter global. Pero todo lo relativo a "gobierno mundial" en cualquiera de las vertientes es de escalofrío y confieso que no se me ocurre cómo se puede hacer ver como razonable algo que en verdad es de escalofrío. Por ejemplo, ayer se veían imágenes de trabajadores británicos manifestándose en huelga en contra de los trabajadores no extranjeros. Una de bravas pro el internacionalismo proletario. El socialismo mundial está a la vuelta de la esquina con esto de la crisis general del capitalismo. Esas cosas serán cada vez más frecuentes en la medida en que la crisis vaya haciéndose más general y difícil de tratar.

Seguramente el tercer milenio, al que no han llegado muchos de nuestra generación, extraerá experiencias y fijará conocimientos para casos extremos pero no considerándolos necesarios sin más. Eso de pensar la revolución como algo distinto del presente ha resultado en imposible. La revolución es hoy, ahora.

(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).

La retórica de ETA.

ETA ha hecho público un comunicado a través del diario Gara celebrando su cincuenta cumpleaños y afirmando que está dispuesta a seguir matando otro tanto o más. Sin novedad en el frente.

A esa posible matanza se sumarían llegado el caso los circunstantes para participar en la riqueza que ha traído la crisis. En dicho comunicado se dice que: "Quien anda en la montaña sabe que en el camino hacia la cima la última cuesta es la más dura. Pero desde la atalaya del tiempo sólo se puede concluir que cada paso dado nos ha traído hasta hoy. Lanzando una mirada a estos 50 años pasados, el camino de la lucha por este pueblo nos llena de orgullo a los militantes de ETA. La Historia llenará de honor esta lucha, alabando la generosidad de los militantes vascos". (Las negritas son mías).

Lindo párrafo; sublime, patriótico párrafo. Eso de la atalaya del tiempo es definitivo; suena como Las memorias de un setentón en cursi, aunque en este caso sólo se trate de cincuentones, no muy espabilados como se ve pero sí dados a la prosopopeya. ¿Y qué me dicen de lo que se concluye desde la atalaya del tiempo? Pues que cada paso dado nos ha traído hasta hoy. Como a todo hijo de vecino, salvo a aquellos a quienes cada paso dado ha traído hasta ayer o hasta mañana. Por ejemplo, el pato Donald.

divendres, 30 de gener del 2009

¿Han visto a esta chica?

Si la han visto, hagan lo que pide el cartel, por favor.

¿Cuestión de imagen? ¿Cuestión de estilo? Ambas.

Según los resultados del "Publiscopio" de Público de hoy el PSOE saca casi ocho puntos en simpatía al PP, mientras que según el sondeo/flash de Metroscopia para El País de hoy, el PP está ocho puntos por debajo del PSOE en intención de voto. Todo ello a un mes aproximadamente de dos importantes elecciones autonómicas y a pesar de que el Gobierno del PSOE se encuentra embarrancado en medio de una crisis económica sin igual, con aumento galopante del desempleo, empobrecimiento general, cierres en masa de empresas y muy oscuras expectativas. Sería normal que fuera al revés, que la oposición capitalizara el mal momento del Gobierno, subrayara sus fallos y fracasos y, proponiendo alternativas, se ganara el apoyo de la gente. Sería lo normal pero lo normal aquí no cuenta; y no cuenta porque la derecha proyecta una imagen destructiva de sí misma y lo hace con un estilo tan profundamente equivocado que parece habérselo aconsejado su peor enemigo.

En cuanto a la imagen no hay que discurrir mucho: son meses ya ofreciendo diariamente un espectáculo de bronca permanente, zancadillas, jugarretas de unos a otros, enfrentamientos, desplantes, ambiciones ocultas o sin ocultar, rencillas, venganzas, rabiosos personalismos con fraccionamientos clientelares que dan idea de una reyerta de pícaros y jayanes, y una organización carente de toda cohesión interna y no digamos armonía. Casi toda la responsabilidad de esta caótica situación recae sobre el comportamiento insolidario, arrogante y fraccionalista de la señora Aguirre cuya ambición sólo es comparable a su fabulosa falta de sensibilidad e inteligencia. Pero no se trata solamente de ella, aunque haya acaparado gran parte de la atención mediática con sus caprichos y manías personales. El PP es un hervidero de individualidades desajustadas, incapaces de mostrar entendimiento alguno y todas ellas desbarradas en uno u otro aspecto. Ruiz Gallardón, Mayor Oreja, María San Gil, González Pons, Dolores de Cospedal, Soraya Sáez de Santamaría, Javier Arenas, Rodrigo Rato, Camps e tutti quanti suenan como una polifonía destemplada en la que cada cual va a lo suyo como si apenas tuviera que ver con los demás. Si añadimos la batería de floreros chinos en sentido descendente (descendente de descender en todos los aspectos) como Fraga, Aznar, Acebes, Zaplana o Miguel Ángel Rodríguez, el guirigay se hace descomunal. ¿Cuándo se produjo la última declaración del señor Aznar que su partido no tuviera que ignorar piadosamente? Y en el puente de mando de este navío de orates el capitán Rajoy cuya presencia sólo se advierte por las veces y las voces que critican su ausencia, su indecisión, su inoperancia, sus silencios, su indefinición y falta de liderazgo.

Añádase a esa imagen de confusión y batiburrillo, de grescas por los puestos, las listas, los cargos, el fantástico episodio del zoco madrileño del espionaje, en el que una miriada de gentes de sombría catadura y dudosa moralidad a sueldo de politicastros encaramados en los nichos del poder de la Comunidad de Madrid llevan años vigilándose recíprocamente, fotografiándose a las escondidas, siguiéndose mutuamente y chantajeándose. Lo que se nos ha revelado recientemente es como un panopticón benthamiano vuelto hacia dentro de una zona de soplones, confidentes, testaferros, matones y gentes sin escúpulose en un mercado de informaciones con fines de extorsión, soborno o intimidación. Sobre la imagen del desorden, la de los mafiosos jugando sucio a base de dossiers es potencialmente destructiva.

La guinda ha venido a ponerla la sensación generalizada de que el PP es ante todo una estructura de clientelismo y corrupción local (caso Fabra) que alcanza su manifestación exponencial en la Comunidad Autónoma de Madrid, en donde el enchufismo, el amiguismo y el mangoneo parecen ser la esencia misma del gobierno de la plaza. La entrada de ayer en el blog de Ignacio Escolar, titulada La Comunidad de Madrid, una empresa familiar, muestra una estructura tan corroída por el nepotismo y el descarado reparto de gajes y prebendas entre familiares y amigos que no creo pueda ya resolverse por la vía estrictamente política sin intervención de la penal.

Con esa imagen la verdad es que los ocho puntos por debajo en intención de voto parecen poco. Pero es que hay más, mucho más. La comunicación política tiene dos pies: la imagen y el discurso. Y el discurso de la derecha es tan malo y tan suicida como el de la imagen. Corresponde éste a los periodistas y comunicadores en general adscritos o cercanos al PP o a sueldo de éste, bien directamente, bien por intermedio de instituciones públicas o privadas. Recuérdese que se trata de un partido en el que la pantalla que separa al político del periodista es porosa y francamente osmótica. Pero en algo coinciden todos, sean políticos que hacen como si fueran periodistas, periodistas que desempeñan cargos políticos o que influyen sobre los políticos en los cargos, les dicen lo que tienen que hacer y, llegado el caso, piden el voto para el PP incluso en los editoriales de sus periódicos; en algo, digo, coinciden todos: en su estilo bronco, agresivo, intimidatorio, faltón y en no escasa frecuencia, injurioso, como vienen determinando los tribunales.

Es un misterio quién haya dicho a los estrategas de la derecha, si es que los tiene, que ese estilo es acertado y conducente al éxito. Quizá lo fuera en la España de los años veinte y treinta del siglo pasado, muy dividida y enfrentada, pobre, ignorante, analfabeta y relativamente fácil de manipular. Pero los españoles de hoy son ciudadanos europeos ilustrados, respetuosos con el pluralismo, críticos, tolerantes, pacíficos, de cultura política democrática que nada tienen que envidiar a los italianos, franceses, alemanes o ingleses. A esos ciudadanos, el estilo abroncado, agresivo, insultante de los comunicadores de la derecha los pone decididamente en contra sobre todo cuando se dan cuenta de que no solamente se emplea en contra de los adversarios ideológicos sino también frente a los compañeros de tendencia pero de distinta lealtad y bandería. Los más soeces insultos los recibe el señor Rajoy en la COPE; los ataques más graves, en El Mundo. ¿Cómo diablos piensan que se pueden ganar elecciones con ese estilo?

Personalicemos por un instante la cuestión en el famoso locutor de la cadena espiscopal cuyo rábido discurso cotidiano en las ondas alcanza niveles que lo han convertido en el querellado permanente... de los de su propia tendencia. Sin duda esa feroz diatriba permanente encandila a una audiencia fiel de gente que se desayuna con él y le garantiza un caché elevado y saneados ingresos, pero ¿es rentable para la opción conservadora como partido e iglesia? El auditorio son unos dos millones y con dos millones no se ganan elecciones en España. En cambio ese estilo irrita y enemista a muchos más, gente que podría votar a una derecha centrista pero que huye despavorida cuando escucha que el centrismo es cosa de sinvergüenzas, proetarras, potenciales asesinos, etc. Es sorprendente cómo nadie cae en la cuenta de que esos dos millones de oyentes de la ración diaria de odio votarán al PP en todo caso porque son sus incondicionales, un baluarte pero que, a cambio, se pierde una cantidad incalculable de gente a la que repatea el estilo desaforado y generalmente injusto impuesto por los locutores de la COPE. ¿Por qué, si no, la SER dobla siempre en audiencia a la COPE? ¿Por qué El País tiene una difusión muchísimo mayor que El Mundo? Por una cuestión de estilo. Los medios de la derecha se niegan a reconocer este hecho paladino y, en su inimitable estilo, barbotan que los otros forman un monopolio "al servicio del poder" (prometo dedicar una futura entrada a esta curiosa prostitución del lenguaje por la que los medios de la derecha hablan del poder como si fueran anarquistas) cuando lo que es evidente es que pierden siempre la batalla de la competencia porque son de calidad inferior. Claro que, mientras se mantengan cifras rentables, aunque no sean las mejores, quedan asegurados los emolumentos de sus directivos e inspiradores que así no necesitan devanarse los sesos por conseguir lo que cualquiera trataría de hacer en buena lid: desbancar a la competencia siendo mejores que ella.

Dejo deliberadamente de lado la cuestión que tanta gente señala sobre la aparente disonancia entre el discurso de la cadena de la Iglesia y la doctrina evangélica porque es asunto que me resulta indiferente pues no creo que haya disonancia alguna. La doctrina evangélica de la Iglesia católica ha estado siempre cohonestada con la violencia fáctica o verbal. Otra cosa es qué efecto tenga a la larga en el seno de la propia iglesia el hecho de que las actitudes de la jerarquía en este campo cada vez estén más enfrentadas. Allá ellos.

Mi interés era explicar en el terreno estrictamente civil por qué el PP no puede ganar elecciones con esta imagen y este estilo. Suelen decir quienes acuñan la primera y gastan el segundo que eso es falso y que el PP ganó unas elecciones por mayoría simple en 1996 y absoluta en 2000. Pero lo falso aquí es esa conclusión: tanto en 1996 como en 2000 las elecciones no las ganó el PP sino que las perdió el PSOE. En cuanto éste se recompone y aunque caigan chuzos de punta, el PP, con la imagen y el estilo comentados, no tiene nada que hacer en la España de hoy.

(La imagen es una foto de Whiskeygonebad, con licencia de Creative Commons).

La cruda y poética realidad.

En una entrada anterior dedicada a una exposición de la Fotografía estadounidense de los años treinta y cuarenta de la Fundación Mapfre, titulada La mirada aviva la vida ya se anunciaba que la dicha Fundación pensaba dedicar sus salas de General Perón sólo a fotografía, llevando el resto del arte a Recoletos y que estaba prevista una monográfica sobre el gran Walker Evans. Héla aquí.

Son un par de cientos de fotos en gelatina de plata, puro vintage que me parecen estupendas, aunque a lo mejor luego llega me primo, que es fotógrafo, y dice que son una mierda. El tiempo va de fines de los años veinte a los sesenta del siglo pasado y la temática: Nueva York y algunas otras ciudades (sobre todo arquitectura, pero también escenas callejeras) de los States, como Chicago, el Sur y otras zonas en los años de la gran depresión y el metro neoyorquino, con media docena de copias de fotos tomadas en la Cuba de la dictadura de Machado.

A Evans, uno de los grandes de la fotografía de estadounidense, le ocurrió lo que a otros colegas como Steichen o Strand, esto es, que se impuso en el gremio rebotado de otra primera afición o vocación que no llegó a cuajar. La suya fue la literatura con la que, sin embargo, mantuvo una intensa relación. Cualquiera que vea las célebres fotos de los tipos humanos durante la represión, los paisajes en grises ominosos, los espacios abiertos en los que la esperanza está siempre allende el horizonte, los primeros planos de rostros con expresión ausente, hastiada, abofeteada por la vida, recuerda de inmediato Las uvas de la ira.

Evans, que trabajo más de veinte años como responsable de fotografía de la revista Fortune tenía una concepción de su arte hecha de sobriedad casi minimalista, economía de expresión, inmediatez y fuerza que curiosamente dan a sus creaciones una impronta simbólica que trasciende al tiempo y, cuando eso sucede, sabemos que estamos ante un clásico. Todo cuanto está vinculado a la época se esfuma y cuando uno pasea por la galería de las imágenes está uno viendo un torrente de significados que lo llaman directamente como si fueran parte de nuestra vida misma. Y lo son.

Negándose a poner la fotografía al servicio de una idea cursi e hipostasiada del arte, a bofetadas con todo lo que pudiera recordar el pictorialismo, Evans consigue fotografiar la realidad que lo rodea con una mirada cruda, ingenua, directa, simple, con la poética sencillez de un haiku japonés. Fabulosos esos rostros ausentes, fotografiados en el metro de Nueva York con cámara oculta, gente de ayer, de hoy, de mañana, las mil caras de la humanidad que se muestra al exterior con la mirada vuelta al interior.

dijous, 29 de gener del 2009

Educación para la ciudadanía.

Iba a subir una entrada sobre el fallo de la sala de lo contencioso del Tribunal Supremo acerca de la pretendida objeción a la Educación para la Ciudadanía (EpC) que orquestó la carcunda nacional en el acostumbrado intento de echar para atrás la marcha de la sociedad y el reloj de la historia, pero ese será el contenido de mi artículo de Público de mañana así que para no repetirme, remito al paciente lector a ese periódico. De todas formas, quienes estén interesados en consultar lo que Palinuro tuvo que decir en su momento pueden ir a la entrada del 23 de septiembre del año pasado, titulada El boicoteo a Educación para la Ciudadanía. Porque ese boicoteo, igual que la oposición a los matrimonios homosexuales han tenido la virtud de mostrar cómo en esta España perpetuamente dividida, despertaban y agitaban la calle las tendencias más obtusas de la coyunda católico-reaccionaria que, envalentonada por los incalificables años del Gobierno del señor Aznar, muestra que su apego a la democracia es contingente, circunstancial, táctico pues sólo admite que tengan presencia social sus ideas (si cabe llamar ideas a eso que tiene) y sus creencias que hay que imponer a todo el mundo, guste o no.

Pues eso, nos vemos en Público.

Espionaje y delito.

Esta madeja del espionaje en Madrid no solamente es ya un tinglado con que los granujas, los logreros, los sinvergüenzas, chantajistas y mangantes de toda laya han convertido a la capital del Reino en un patio de Monipodio sino que, mucho antes de que el señor juez instructor haya empezado en serio con su tarea, el asunto tiene una rotunda pinta de delito que se queda uno fascinado. Porque, vamos a ver: ¿lo soñé yo o la señora Aguirre dijo ayer, sin que nadie la desmintiera, que se había reunido con los señores Rajoy y González en 2006 para hablar de la investigación ilegal a que se había sometido a éste último con resultado de tremendo dossier sobre su vida y milagros así como los de sus deudos y allegados hasta la quinta generación? Y, si no lo soñé, sino que es cierto, ya esa mera reunión, que no terminó poniendo el presunto delito en conocimiento del juez es en sí misma un delito de encubrimiento a tenor del artículo 451, 2 del Código Penal que dice que lo comete quien "con conocimiento de la comisión de un delito y sin haber intervenido en el mismo como autor o cómplice, interviniera con posterioridad a su ejecución...ocultando, alterando o inutilizando el cuerpo, los efectos o los instrumentos de un delito, para impedir su descubrimiento". (Las negritas son mías). Y la pena prevista es de seis meses a tres años de prisión.

Bien, ¿no tendría que actuar de oficio el fiscal? ¿Nadie va a denunciar este presunto delito cometido por tres supuestos encubridores? Porque si el señor González presentó una denuncia hace unos días muy indignado es porque presume que se ha cometido un delito contra su persona pero da la casualidad de que ese delito ya se había cometido en 2006 sin que el principal afectado dijera entonces esta boca es mía, como era obligado ni de entonces acá se haya dado cambio alguno en los hechos presuntamente delictivos salvo que han trascendido a la opinión pública y ya no pueden ocultarse más. Pero ocultarlo es lo que intentaron los tres.

Entonces, ¿qué? Que hablen los penalistas: ¿es o no delito? Y si lo es, ¿cómo es que los señores Rajoy, Aguirre y González campan a sus anchas y van por ahí pregonándolo? ¿Hay ciudadanos por encima de la ley?

(La imagen es una foto de listentoreason, con licencia de Creative Commons).

Crisis, crisis, crisis.

Ya están en la calle los amigos de Trasversales con el número 13 de la 2ª época de invierno de 2008-2009 dedicado en gran medida, como habia de ser, a la crisis económica. El número está lleno de aportaciones sugerentes de provechosa lectura pero la velocidad de los acontecimientos, la rapidez con que se encadenan los desastres son tan pronunciadas que hasta los diagnósticos más acertados parecen irremediablemente anticuados en cuestión de semanas incluso de días. ¿Quién iba a decirnos al rojerío mundial que veríamos a los polloperas de Davos pidiendo árnica y reclamando la intervención del Estado como si fueran bolcheviques?

Cuando se hundió el comunismo recuerdo que el señor Pedro Schwartz publicó un artículo infumable que se llamaba De rodillas, comunistas. Tocado en su ego leninista, el finado Manuel Vázquez Montalbán contestó con otro que se llamaba De rodillas, liberales. Y por fin me decidí a intervenir en la trifulca con un tercero que se llamó De rodillas, nadie. Artículo que estaría dispuesto a reescribir a pesar de que son grandes las tentaciones de pasar por el morro a los neoliberales la cantidad de sinsorgadas y memeces con que nos han torturado en los últimos veinte años. No vamos a hacerlo pero, a cambio, ¿no podría alguien sugerir al señor Aznar que deje de hacer el más espantoso de los ridículos hablando como el catón de lo que no tiene ni repajolera idea?

Volviendo a Trasversales, hay un artículo de Justa Montero titulado "El aborto y la autonomía de las mujeres" que es una reelaboración de su comparecencia en la subcomisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, pidiendo la exclusión del aborto del Código Penal y la intensificación de las políticas de prevención. Sin duda. Acuerdo total.

Vicent Maurí, en Ciudadanía acomete precisamente el asuntó que ayer zanjó el Supremo pero, como es un sufrido ciudadano valenciano, hablaba del esperpento montado por su presidente, Mr. Fields, pretendiendo que la asignatura Educación para la Ciudadanía se impartiera en inglés, pretensión que las movilizaciones populares le obligaron a comerse con patatas y espero que se le atraganten porque hace falta ser mamarracho para dar con esa idea.

Enrique del Olmo escribe un breve pero contundente artículo sobre El PP y la crisis que concluye diciendo que la política del PP ante la crisis es la de siempre: Reagan Thatcher, Friedman, Becker y Hayek. Obvio: que se lo digan al genio Aznar.

Agustín Lozano de la Cruz escribe un artículo sobre Memoria histórica: el rumor persiste que concluye con la frase optimista de Saramago: "Este movimiento ya no lo para nadie". No estoy tan seguro. Esto es España, Agustín, patria de gente como Aznar. Y hay muchos aznares. Millones.

Francisco González de Tena, en Carta a Zapatero: los acuerdos con el Vaticano pide al presidente del Gobierno que los denuncie. Sería estupendo pero los sociatas ya han dicho que ni hablar.

Rolando Astarita escribe un original artículo titulado Un argumento sencillo sobre la explotación revalorizando las explicaciones marxianas sobre el asunto.

Pablo Sánchez explica en No es la moral. Es el sistema exactamente lo que reza el título. Si lo tuviera que traducir a la jerga marxista diría que la crisis no es superestructural sino estructural o, si se quiere, para renovarnos, sistémica. Los sistemas autopoyéticos de Niklas Luhman se han ido a freír puñetas.

Aparece un texto de Ségolène Royal que es su intervención en no sé qué fiesta en Atenas el dos de octubre de 2008, titulado La izquierda, la globalización y la crisis financiera que ya nos contarán los de Trasversales por qué lo han metido, pues no dice nada que no sepamos todos. Y esa propuesta de que es el momento de la izquierda, que tenemos que actuar, proponer soluciones, etc, está muy bien pero debiera ella empezar por hacerlo porque eso de decir que hacen falta ideas ya lo decimos Groucho Marx y yo, además de ella misma.

Juan Manuel Vera en Primeras retóricas de la crisis analiza la etiología de ésta en los tres estadios que conocemos: a) burbuja inmobiliaria; b) crisis financiera; c) recesión económica y apunta a la posibilidad de dos soluciones igualmente funestas: de la crisis nos sacan las mafias al precio que es fácil imaginar o bien vamos a una posible deriva autoritaria con capitalismos de Estado. Interesante perspectiva pero ¿por qué hemos de resignarnos a que las "soluciones" nos las cocine el adversario?

Viene luego una muy interesante entrevista de Salvador López Arnal a Xavier Pedrol y Jordi Torrent sobre Cornelius Castoriadis muy matizada, muy interesante, sobre la complejidad del pensamiento del autor. Parte del interés de la entrevista reside en que los entrevistados no coinciden del todo en sus interpretaciones del pensamiento de Castoriadis, cada uno expone su versión y los lectores podemos hacernos la nuestra.

José Manuel Roca que parece va a publicar un libro sobre Nación negra. Poder negro saca aquí un trozo de un capítulo llamado Montgomery: la chispa que incendió la pradera que explica el origen de la lucha por la igualdad de derechos en los Estados Unidos a partir del caso de Rosa Park. El libro promete.

Sobre libros versa asimismo una crítica de Eduardo Mendicutti acerca de uno de Beatriz Gimeno que se llama El caso Dolores Vázquez: autopsia de la lesbofobia, sobre todo lo sucedido en torno al caso del asesinato de Rocío Wanninkopf. Por lo que dice, encomiástico, debe de ser un buen alegato sobre la lesbofobiafobia.

dimecres, 28 de gener del 2009

Todos contra todos o ¿por qué no se van ya?

¿Hay alguien en el PP que no espíe o sea espiado o ambas cosas a la vez? Según revela hoy El País, la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) no alberga(ba) solamente una organización de espionaje sino... ¡tres!, mal avenidas entre sí y dedicadas la mayor parte del tiempo, al parecer, a vigilarse recíprocamente, sin perjuicio de otras chapucillas de seguimientos por los recovecos orgánicos del partido conservador. Y, por cierto, por lo que se lee en las informaciones, nutridas de verdaderos desechos de tienta en esto del espionaje.

Según van conociéndose los hechos de esta astracanada detectivesca que más que género negro parece marrón, las actitudes, ayer arrogantes, desafiantes y un pelín chulescas de los responsables políticos, van tornándose hacia la preocupación, el sobresalto y hasta el sollozo. ¿Pues no dice doña Esperanza Aguirre ahora que es una víctima y que políticamente van por ella? Lástima que esta aseveración merezca el mismo crédito que el monstruo del lago Ness. La victimaria que jalonó su carrera de víctimas reales, la que aniquiló a los sociatas en la CAM mediante el tamayazo, la que truncó sin piedad las ingenuas aspiraciones del señor Gallardón en repetidas ocasiones, la que ha tenido al señor Rajoy en una jaculatoria perpetua, la que se enfrenta al Gobierno de España día sí, día no, la que ha entrado a saco en el patrimonio colectivo de los madrileños privatizando en beneficio de los leales ¿dice ahora que es una víctima? ¿Espera que alguien la crea?

Seguramente alguno habrá. Sin ir más lejos, sus leales medios de comunicación a los que ha faltado tiempo para desenterrar otras actividades de espionaje en otros ámbitos del PP con encomiable sentido de la justicia distributiva. Así, Intereconomía, empresa privada de propaganda neocon en Madrid, afirma que el Alcalde de la capital tiene un servicio de inteligencia idéntico al de la comunidad.

Según El Mundo, quien se ha dedicado a espiar en Madrid ha sido la sede central del partido en la calle Génova y en concreto otro personaje verdaderamente pintoresco que emerge ahora de las sombras, fue tesorero del PP, según propia confesión "policía honorario" (¿qué diablos es eso?) y mano derecha de don Mariano Rajoy. Mira tú por dónde entramos en un brumoso y opaco lío que es el territorio en que gusta moverse El Mundo con alguaciles alguacilados, terroristas aterrorizados y espías espiados

Tiempo ha faltado al popular locutor de la COPE para adjudicar al hipotético chiringuito de espionaje de la calle Génova la siniestra condición jurídica de checa. Sí señor, a las cosas por su nombre y para qué andarse con pamplinas y rodeos. La tímida "Maricomplejines" resultó ser un cruce de los siniestros Beria y Vichinsky en cosa de horas por necesidades del guión. Y los oyentes, por cierto, a cambiar el chip al paso de la oca.

El mismo celebérrimo locutor en nómina del obispado acusa a un antiguo consejero de la CAM y actual fiel del señor Rajoy, el señor Alfredo Prada, un espiado más que denuncia o un denunciante más que espía, pues ya me pierdo en la madeja, lo acusa, digo, de haber tramado la muerte de la señora Aguirre y el señor Rajoy en un accidente de helicóptero cuando era responsable de seguridad de la CAM. No parece muy verosímil que el tal señor Prada tratara de deshacerse de una tacada de su jefa entonces y quien sería su jefe posterior pero lo que se me hace seguro es que el señor locutor va a encontrarse con otra querella por injurias y calumnias con lo que es probable que acabe pasando más tiempo en los tribunales que ante el micrófono.

No se dirá que este asunto no tenga un tufo indiscutiblemente español por lo liado, incomprensible, cutre, chapuza y de verdaderos besugos. Muchos, yo mismo en un principio, empezaron recordando el caso Watergate. Nequáquam: esto es el espionaje de Puerto Hurraco. En un típico ataque de demencia los protagonistas han decidido poner en marcha a todo trapo el aspersor du mot de Cambronne y ninguno de ellos va salir sin pringue.

En cuanto al impacto en la vida política española a dos meses de dos importantes elecciones autonómicas, no hace falta extenderse: cuando este nido de grillos venenosos, de conmilitones caníbales, de camaradas cainitas, de espías, contraespías, mentirosos, trapaceiros y vendechufas quiera haber arreglado algo del desastre tendrá encima las elecciones en las que se va a dar una castaña de campeonato. Y una recastaña en las europeas de junio. Para entonces la dirección del PP estará en almoneda y con todas las opciones abiertas, incluida la del intento de retorno del señor Aznar al que se opondrán a dentelladas los mismos que hoy lo llaman con la boca chica.

Esto promete.

(La imagen es una foto de pt, con licencia de Creative Commons).

Mal vamos.

Signo de los tiempos: en la blogosfera nada permanece, todo cambia, muta, se transforma, perece, resurge como el ave Fénix, se funde, se escinde, desaparece. Y con la crisis general, más y a más velocidad si cabe. Según parece, Yahoo! ha entrado en barrena con pérdidas de cientos de millones de dólares en los últimos meses. No fraguó su venta a Microsoft y ahora a saber qué será de este buscador y, con el buscador, la dirección de correo de muchos de nosotros. La mía es de Yahoo! desde el principio, desde los primeros años 90. Y me costará un disgusto tener que cambiar si las cosas llegaran a tan feo extremo: escribir cartas a mis contactos avisando de la nueva dirección, dejar de recibir los cientos de spams diarios que me llegan ahora, nuevos procedimientos y protocolos. En fin. No es muy grave porque, como cada quisque, también tengo cuentas en hotmail y google. Pero he sido siempre muy leal a Yahoo! entre otras cosas porque desde el principio me hizo gracia el nombre que venía a demostrar cómo las nuevas tecnologías no están reñidas con la cultura humanista y el buen gusto literario. Como todo lector de Las viajes de Gulliver sabe yahoo es el nombre que los sabios caballos del Viaje al país de los Houyhnhnms dan a los hombres en su aspecto más vil, salvaje, brutal y deforme.

dimarts, 27 de gener del 2009

Zapatero: preguntas y respuestas.

Mi amigo Carlos, quien me honra visitándome con asiduidad, suele decir que coincide casi siempre conmigo pero no en las valoraciones que hacemos de las comparecencias del señor Rodríguez Zapatero pues parece que hayamos visto comparecencias distintas. Veamos si nos sucede lo mismo con ésta.

En primer lugar hay que aplaudir que el presidente del Gobierno haya acudido al programa de Milá en la situación que estamos viviendo. Eso se llama "dar la cara", como él mismo dijo en un par de ocasiones. Sobre todo si es cierto que, como dijo Félix Monteira, director de Público, en el subsiguiente programa de 59 segundos, el señor Rajoy, invitado a acudir asimismo a otra sesión del Tengo una pregunta para usted antes o después de la del presidente del Gobierno, declinó la invitación hasta después de las elecciones. Gustará más, gustará menos, pero eso prueba que unos dan la cara y otros, no.

Continuemos: dio la cara con una sonrisa, tratando correctamente a todo el mundo (sigue tuteando al personal, cosa que no me gusta nada), siendo conciso y escueto en las respuestas y sobre todo, pertinente, manejando cifras y datos aunque sin agobiar.

Escuché a algunos directores de diarios en 59 segundos diciendo que habían visto a un ZP amilanado, agotado, sin fuelle, sin fondo, sin respuestas. Sobre todo el señor Marhuenda, director de La Razón y estrecho colaborador del señor Rajoy en una de sus etapas ministeriales. Estos señores no hablaban del programa real sino del que les hubiera gustado ver. No merece la pena seguir con ellos.

En un primer momento todas las preguntas giraron en torno a la crisis y el paro con una importante dosis de "solucióneme usted lo mío, señor Presidente". El señor Rodríguez Zapatero contestó de modo claro, explicó las causas y los rasgos de la crisis actual, las medidas que el Gobierno ha ido tomando pari passu con otros gobiernos occidentales. Y sobre todo llevaba muy bien aprendido el marco (frame) que quería colocar: el discurso optimista, de fe y confianza en el país, en la sociedad, en la capacidad de la gente. Eso lo bordó y se ganó al auditorio, incluidos los recalcitrantes, algunos de los que llevaban preguntas que hubiera podido formular la COPE.

Donde estuvo menos convincente, a mi juicio, fue en el intento de exculparse por haber seguido hablando de "ralentización" cuando la crisis asomaba su feo hocico en el horizonte. Pero es comprensible: todos tardamos en admitir la malas noticias. Y conste que lo digo tras haberme pasado varios meses entre diciembre de 2007 y abril de 2008 diciendo que parecía mentira que el gobierno no quisiera admitir que había una crisis como al final tuvo que hacer. Lo que sucede es que, al margen de la satisfacción que, al parecer, produce meter el dedo en el ojo a la gente, no se ve en qué hubiera mejorado nuestra situación si el Gobierno hubiera aceptado antes la hipótesis de la crisis porque no sabiendo por entonces cuáles eran sus rasgos específicos tampoco hubiera podido tomar medidas acertadas; lo que no quiere decir que éstas lo sean.

Hubo respuestas en que estuvo francamente bien. Por ejemplo la que dio a la pregunta, que llevaba el veneno evidente de ser pregunta obligada en los argumentarios de la derecha, sobre por qué no se levantó al paso de la bandera gringa en el desfile de 2002. Una respuesta estupenda que devolvió la pelota al campo de los fariseos de la bandera al decir que no era a ésta a la que objetaba sino a la guerra del Irak. Que era, es y seguirá siendo por los siglos de los siglos un crimen, una canallada y, además, una colosal metedura de pata.

Fue rápido, hábil y convincente en las preguntas sobre la inserción laboral de los discapacitados, el problema educativo y el abandono escolar, el mayor error que haya cometido en su mandato y sobre todo en materia de violencia de género, impago de pensiones de alimentos y otras cuestiones relativas a la igualdad/desigualdad. Sus respuestas fueron certeras y con datos firmes. En materia de igualdad de género, en la que su Gobierno ha hecho avances espectaculares, se le veía en su salsa.

Comentario aparte merecen las dos preguntas sobre el aborto. Ciertamente, el presidente respondió bien y salió muy airoso porque su posición es clara, profemenina y sin las habituales ambigüedades en este territorio. Ahora bien, ¿qué diantres pintaba un cura allí? Eso es lo que demuestra que la mentalidad carcunda sigue anidada en nuestra sociedad, incluida RTVE, porque si se excluye expresamente a gentes de partidos o que tengan una posición pública que obligue a pronunciamientos en un sentido u otro, ¿acaso la muy combativa y militante iglesia católica española no es el equivalente a un partido? Yo creo que es más que un partido pues la tengo por una secta pero no voy a discutir ahora por eso. ¿No podía haberse recurrido -si se quería guardar equidistancia en este delicado asunto- a un seglar antiabortista? En fin, un baldón sobre el programa.

Donde el presidente se pilló obviamente los dedos fue en la pregunta sobre las ventas de armas a países que no respetan los derechos humanos. El preguntador, que lo hizo muy bien, no le dejó escabullirse y lo acusó de hipocresía, puso de manifiesto el doble juego del gobierno socialista y el señor Rodríguez Zapatero, no pudiendo ser tan directo, franco y convincente como en las otras ocasiones tuvo que hacer un burdo cambio de marco pasando de la venta de armas a las tareas humanitarias de nuestras tropas en el extrajero que no venía a cuento ni nadie había discutido.

En resumen, fue una buena hora y media de programa que no se hizo larga en modo alguno. Todos han adquirido muchas tablas: el presidente desde luego que estuvo tranquilo, comedido y afirmativo y consiguió colocar el mensaje que llevaba. Pero también ha mejorado mucho el público: las preguntas bien formuladas, sin aquellos lamentables espectáculos de nervios, incisivas y claras. Por estar mejor hasta lo estuvo también el señor Milá, mucho menos admonitorio y, por lo tanto plasta, que otras veces. Cuando vaya el señor Rajoy, si se atreve a ir, lo tendrá difícil.

(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).

Las mentiras de Monseñor.

A propósito del autobús ateo dice Monseñor Rouco Varela, prelado ultramontano que preside la Conferencia Episcopal Española, que utilizar el espacio público "para hablar mal de los creyentes es un abuso que condiciona injustamente el ejercicio de la libertad religiosa". No puede evitarlo: cada vez que abre la boca miente. Los autobuses no hablan mal de nadie sino que se limitan a decir con gran prudencia y tacto que "Dios probablemente no existe". Eso no es hablar mal de nadie, ni siquiera de Dios, así que el cardenal, repito, miente, cosa que tiene estrictamente prohibida por la ley que dice profesar. Y hay más: los autobuses son espacio público que usan los anunciantes pagando. ¿Cuánto y a quién paga la Iglesia Católica por llenar las calles con sus procesiones religiosas o sus vocingleras manifestaciones políticas cuando quiere? Manifestaciones que ocupan el espacio público y en donde ya lo creo que se habla mal de mucha gente: del Gobierno sin ir más lejos a quien este mentiroso compulsivo acusaba hace poco de atentar contra los derechos humanos sin una sola prueba. ¿Cuánto y a quién pagan los curas que tañen las campanas de sus iglesias cuando les peta invadiendo el espacio público, el silencio público y la tranquilidad de los ciudadanos?

Es irritante la caradura de esta gente.

(La imagen es una foto de mermadon, con licencia de Creative Commons).

El machismo del Cavaliere.

Comprendo perfectamente la desesperación de mis amigos italianos. Si el presidente del Gobierno de mi país anduviera por ahí diciendo las sinsorgadas machistas y casposas que suelta il signore Berlusconi me declararía apátrida. A propósito de un caso de violencia de género dice il Cavaliere que deberíamos tener tantos soldados como chicas guapas. Carece uno de palabras para calificar a un menda así que da por supuesto que el hecho de ser una "chica guapa" te convierte en objeto de protección porque, claro es, los italianos son muy bravos. ¿Se puede ser más majadero? Es la mentalidad de: "Van provocando", "en el fondo les gusta", "qué más quisieras tú, guapa" propias de comisaría de tercera.

(La imagen es una foto de rogimmi, con licencia de Creative Commons).

dilluns, 26 de gener del 2009

Desde Madrid con amor.

¡Qué espectáculo el de ese foro abierto del PP durante el finde! Un verdadero psicodrama que hubiera hecho las delicias de Jacob Moreno. Mientras los elementos bramaban en el exterior con vientos huracanados que embravecían la mar, quebraban árboles y derribaban edificios, los elementos internos, las pasiones, rugían con no menor fuerza en el cónclave conservador. Quien haya contemplado el saludo y recíproca sonrisa que se dedicaron la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) y el alcalde de la capital habrá sentido el hálito gélido del odio, entrevisto el frío fulgor de las dagas, el ansia ominosa de la venganza. Los que cuarenta y ocho horas antes se acusaron en público de cometer delitos y se retaron ante los tribunales se sonrieron, se abrazaron, se besaron, se dijeron secretillos al oído y se sobaron bajo la mirada vacía e indecisa del líder nacional de su partido que no sabe cómo manejarse en esta pendencia de poderosos segundones, verdaderos sátrapas en sus respectivas jurisdicciones.

Finalmente la foto de la primera fila quedó para definitivo encuadre: el señor Ruiz Gallardon, el señor Rajoy, la señora De Cospedal y la señora Aguirre, todos ellos asistentes a un espectáculo que no les interesaba nada y concentrados en la sorda batalla que a estas horas tiene al PP de Madrid y el de toda España ensimismado y sin capacidad de respuesta.

El periódico que destapó el escándalo del espionaje político, El País, el órgano del infame felipismo-polanquismo-zapaterismo, siguió atizando la hoguera demostrando que el señor Rajoy ya estaba al tanto de las actividades de espionaje en la CAM desde ¡mayo de 2008! pero que, siguiendo inveterada costumbre, no hizo nada. Hoy mismo, el infame panfleto progresociata, empeñado en ocultar los fracasos del Gobierno, trae sabrosa información sobre qué exactamente hurtaron los espías que no existen del despacho de la CAM en el que no estuvieron: un dossier comprometedor para el consejero señor Granados que no tiene espías a sus órdenes ni jamás ordenó a nadie allanar despacho alguno en busca de información. Y el que lo afirme se verá en los tribunales, claro que sí. Que esa es la línea de defensa de los sospechosos de haber organizado un servicio de espionaje ilegal y haberse beneficiado de él: negarlo todo contra viento, marea... y pruebas y más pruebas.

La señora Aguirre entró dicharachera en el cónclave del PP bromeando con sus compañeros de partido y preguntándoles si no los había espiado "con lo todopoderoso que eres". Pues ella sabrá. Hay bromas que muestran poca lucidez. Sus aguerridas (nunca mejor dicho) huestes pasaron por la brecha, sobre todo ese inefable consejero de Sanidad, señor Güemes, cuya habilidad para repatear el estómago del noventa y nueve por ciento del personal con sus actitudes, expresiones y sonrisas es proverbial, saltó agresivo, como acostumbra, negándolo todo, poniendo en cuestión el crédito de El País y el del periodista, señor Mercado, responsable de la información y a quien espero que sus jefes hayan protegido suficientemente a la vista de cómo las gasta la pandilla sobre la que informa.

Bueno, sobra toda narrativa articulada: espionaje, seguimientos, cámaras ocultas, informes secretos, allanamientos de despachos, sustracción de bienes públicos, incendios de coches de extraña titularidad, dossiers, presiones, destituciones, sobornos, tamayazos... ¿Qué gente está al mando en la CAM?

Ayer mismo, en su discurso de clausura del florentino evento, el señor Rajoy se comprometió a conservar la unidad del PP "pase lo que pase". Que no lo diga muy alto porque se puede encontrar que lo que pase sea su pase a la reserva.

(La imagen es una foto de Whiskeygonebad, con licencia de Creative Commons).

El referéndum de Bolivia.

El 19 de diciembre de 2007 subí un comentario sobre el proyecto de Constitución que acababa de aprobar el Parlamento boliviano titulado Las dos Bolivias así que ahora puedo ahorrarme reiterarlo y vale con que resuma diciendo que la Constitución que ayer se aprobó en referéndum en el país andino es una de las las más avanzadas y radicales del mundo, si no la que más, amén de las más luengas, prolijas y normativas. Desconfío del exceso de normatividad y regulación. Normalmente oculta la intención de dejar que la letra sepulte a la letra y nada cambie en la realidad. En este caso puede ser muestra de un intento genuino de hacer justicia a la mayoría de la población boliviana, descendiente de aborígenes y tradicionalmente explotada y preterida. Esa será cuestión que zanje el tiempo. Pero habrá dificultades.

El texto consagra la oficialidad del español y treinta y seis lenguas indígenas en sus correspondientes territorios. Más lenguas que en Europa. Se me hace difícil ver cómo funcionará la administración del Estado en esta Babel. El de las lenguas es uno de los rasgos sobresalientes de las dificultades del nuevo ordenamiento constitucional. En lo básico éste consagra una descentralización territorial considerable con otra de carácter lingüístico-cultural pues reconoce los ordenamientos jurídicos indígenas consuetudinarios en el general boliviano manteniendo la autonomía de los primeros e integrándolos en la jerarquía de la administración de justicia hasta llegar al Tribunal Constitucional que estará compuesto paritariamente por magistrados de la administración ordinaria y los de la jurisdicción indígena campesina. Traza, pues, la Constitución un mosaico complicado de relaciones territoriales y culturales que se parece a la planta actual de Bélgica pero más enrevesada.

En todo caso, es la Constitución más progresista en la actualidad. Su parte declarativa en materia de derechos casi parece salida de un laboratorio del pensamiento más avanzado pues reconoce los de los indígenas, los discapacitados, etc y se amplía de los políticos, económicos y sociales a los culturales y medioambientales. Asimismo reconoce derechos colectivos a las comunidades indígenas.

En la entrada del 19 de diciembre de 2007 señalaba que una Constitución tan avanzada debería ser aprobada con sustanciosa mayoría. Desde entonces, como se sabe, Bolivia ha vivido momentos tumultuosos, con amenaza incluso de secesión de los departamentos orientales, los ricos en los que se concentra la oligarquía pero, al final, el referéndum se ha celebrado y, en el momento de redactar estas líneas, los sondeos dan una victoria del 60 por ciento en todo el país lo que probablemente quiere decir que será mayor en los departamentos occidentales de mayoría indígena que en los orientales. Lógico, además, si se tiene en cuenta que, con la Constitución también se ha aprobado una medida histórica que reduce la extensión máxima de los latifundios de las actuales 10.000 Ha. a 5.000, cosa que no gusta nada en la oligarquía.

Es decir, de hecho, la Constitución divide al país en dos y no es un buen comienzo. Pero ¿quién ha dicho que las causas justas tengan comienzos fáciles?

(La imagen es una foto de Jaume d'Urgell, con licencia de Creative Commons).