Iba a subir una entrada sobre el fallo de la sala de lo contencioso del Tribunal Supremo acerca de la pretendida objeción a la Educación para la Ciudadanía (EpC) que orquestó la carcunda nacional en el acostumbrado intento de echar para atrás la marcha de la sociedad y el reloj de la historia, pero ese será el contenido de mi artículo de Público de mañana así que para no repetirme, remito al paciente lector a ese periódico. De todas formas, quienes estén interesados en consultar lo que Palinuro tuvo que decir en su momento pueden ir a la entrada del 23 de septiembre del año pasado, titulada El boicoteo a Educación para la Ciudadanía. Porque ese boicoteo, igual que la oposición a los matrimonios homosexuales han tenido la virtud de mostrar cómo en esta España perpetuamente dividida, despertaban y agitaban la calle las tendencias más obtusas de la coyunda católico-reaccionaria que, envalentonada por los incalificables años del Gobierno del señor Aznar, muestra que su apego a la democracia es contingente, circunstancial, táctico pues sólo admite que tengan presencia social sus ideas (si cabe llamar ideas a eso que tiene) y sus creencias que hay que imponer a todo el mundo, guste o no.
Pues eso, nos vemos en Público.